Estudio científico


Estudio científico
Un circuito implantado en el cerebro podría acabar con trastornos mentales como la depresión


Acabar con la depresión o los trastornos obsesivos-compulsivos apretando sólo un botón parece una realidad cada vez más cercana. OTR/PRESS Los científicos piden cautela ante un método invasivo que conlleva riesgos para el paciente.

Un estudio conjunto de la Universidad de Leuven (Bélgica) y de la Universidad de Brown, en Rhode Island (Estados Unidos) ha demostrado que los pacientes que tienen implantado en el cerebro un mecanismo eléctrico llamado 'Deep Brain Stimulation' (Estimulación Cerebral Profunda, literalmente) o DBS, por sus siglas en inglés, experimentan notables mejoras en enfermedades como la depresión. Sin embargo, los científicos piden cautela ante este sistema, ya que sus beneficios no están completamente asegurados y sus riesgos, por ser un método invasivo, son todavía demasiados.

Los científicos ya conocían la capacidad del DBS para bloquear o incluso anular los movimientos espasmódicos que produce el Parkinson o la enfermedad de Huntington; cerca de 40.000 personas en todo el mundo tienen implantado uno de estos mecanismos en su cerebro. Sin embargo, los experimentos con el DBS y sus efectos sobre las enfermedades mentales están todavía en sus inicios, dada la complejidad de estas patologías que sufre el ser humano. Tanto es así, que sólo una docena de pacientes con depresión aguda o un trastorno obsesivo-compulsivo han sido objeto de investigación.

En cualquier caso, los resultados de los nuevos estudios son prometedores. Según las informaciones de la revista 'Time' recogidas por otr/press, en las investigaciones de la Universidad de Leuven y de la Universidad de Brown, seis de 17 pacientes con depresión aguda experimentaron una remisión de sus síntomas un año después de que se les implantase el DBS y otros cuatro mejoraron significativamente. Del mismo modo, la mitad de 26 pacientes con trastornos obsesivo-compulsivos mostraron una mejora substancial a lo largo de los tres años después de que se les implantarse el DBS.

En un vídeo, una paciente mejor visiblemente ante las cámaras en el momento en el que los médicos activan el DBS insertado en su cerebro, mientras la mujer exclama: "Estoy empezando a sonreír". "No todos los pacientes mejoran, pero cuando los pacientes responden al tratamiento, el avance es significativo", explica la doctora Helen Mayberg de la Universidad de Emory, que ha implantado el DBS a cerca de 50 pacientes con depresión. Las primeras señales de remisión de la patología se registraron cinco años después y la doctora estima que cuatro de cada seis casos pueden considerarse como una respuesta al DBS.

CAUTELA ANTE SU USO

Lo cierto es que enfermedades como la depresión o los trastornos obsesivo-compulsivos requieren de nuevos e innovadores tratamientos como el DBS. Cerca del 20 por ciento de los pacientes con depresión y un 10 por ciento de los que padecen un desorden obsesivo-compulsivo son resistentes a los tratamientos habituales. El doctor Wayne Goodman, del Instituto Nacional para la Salud Mental de Estados Unidos, confía en los buenos resultados aportados por el DBS, toda vez que resulta menos agresivo para el tejido cerebral que una cirugía convencional y, además, puede conectarse y desconectarse cuanto más convenga.

Sin embargo, pide cautela en torno a los beneficios y posibilidades de este método. A Goodman le preocupa especialmente que los implantes de DBS se comercialicen -su precio es de 40.000 dólares- sin que la ciencia demuestre al cien por cien que sus resultados son efectivos. "Es un procedimiento invasivo y experimental", advierte Goodman, que señala que entre los riesgos que puede sufrir el paciente están las hemorragias cerebrales o las infecciones de la zona en la que se implanta el DBS.

ARTÍCULO
CUADERNOS DE
MEDICINA PSICOSOMATICA Y PSIQUIATRIA DE ENLACE
C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004 31
Calidad de vida en el TOC resistente
I. Garrido Ribas, M.J. Martín Martín, J. Gascón Barrachina, P.A. Soler Insa
Resumen
El objetivo de este artículo es estudiar la calidad de vida de los pacientes con trastorno
obsesivo compulsivo (TOC) resistente. Para obtener la medida de calidad de vida percibida se
ha utilizado el cuestionario SF-36. Se han comparado los resultados con población general y
con otras muestras de pacientes con patología psiquiátrica y médica. Los resultados obtenidos
muestran la baja calidad de vida de los pacientes con TOC resistente respecto a la población
general y también respecto a pacientes con TOC, esquizofrenia, diabetes e insuficiencia renal.
Palabras clave: Calidad de vida. TOC. SF-36.
Hospital Mútua de Terrassa
Servei de Psiquiatria i Psicologia Mèdica
Pça. Dr. Robert, 5
08221 Terrassa (Barcelona)
Correspondencia: D. Ignasi Garrido Ribas
C/ Aribau, 212, 4t - 3a
08006 Barcelona
e-mail: igarrido@ageinfo.es
32 C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004
INTRODUCCIÓN
El estudio de la calidad de vida es una información
importante para conocer el impacto que
tienen determinadas enfermedades sobre la salud
general de los pacientes. La calidad de vida está
cada día más presente en los diversos estudios y
en especial en los que hacen referencia a las
enfermedades crónicas (Bobes et al., 2001). Su
estudio aporta una medida global del impacto de
la enfermedad, ayuda en la toma de decisiones
clínicas y evalúa el cambio después de una determinada
intervención (Alonso et al., 1998). A
pesar de que no existe una única definición del
concepto de calidad de vida, se considera que es
un constructo multifactorial que refleja el bienestar
individual global, tanto físico como mental
(Ware, 1992).
El trastorno obsesivo compulsivo se caracteriza
por pensamientos obsesivos y/o actos compulsivos
recurrentes (Vallejo et al., 1999).
Según el Manual Diagnóstico y Estadístico
de los Trastornos Mentales (DSM-IV), obsesiones
y compulsiones se definen de la siguiente
manera:
Obsesiones
1. Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes
y persistentes que se experimentan en
algún momento del trastorno como intrusos e
inapropiados, y causan ansiedad o malestar significativos.
2. Los pensamientos, impulsos o imágenes no
se reducen a simples preocupaciones excesivas
sobre problemas de la vida real.
3. La persona intenta ignorar o suprimir estos
pensamientos, impulsos o imágenes, o bien
intenta neutralizarlos mediante otros pensamientos
o actos.
4. La persona reconoce que estos pensamientos,
impulsos o imágenes obsesivos son el producto
de su mente.
Compulsiones
1. Comportamientos o actos mentales de
carácter repetitivo, que el individuo se ve obligado
a realizar en respuesta a una obsesión o con
arreglo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente.
2. El objetivo de estos comportamientos u
operaciones mentales es la prevención o reducción
del malestar o la prevención de algún acontecimiento
o situación negativos.
El trastorno obsesivo compulsivo es un trastorno
crónico e incapacitante que afecta al funcionamiento
físico, psicológico y social del paciente
(Koran et al., 1996). El trastorno obsesivo
ha sido considerado como uno de los trastornos
psiquiátricos que conlleva mayor malestar y
deterioro en el paciente y, por consiguiente, una
peor calidad de vida. Este deterioro es aún mayor
en los pacientes con trastorno obsesivo compulsivo
resistente al tratamiento, entendiendo como
tal aquellos pacientes con un mínimo de 5 años
de evolución del cuadro obsesivo, periodo
durante el cual no se ha obtenido el beneficio
esperado ni con tratamiento farmacológico ni
con tratamiento psicológico cognitivo-conductual.
Una alternativa terapéutica para estos casos
es la psicocirugía. El estudio de la calidad de
vida en estos pacientes podría justificar todavía
más el tratamiento quirúrgico.
El objetivo de este estudio es describir la calidad
de vida de los pacientes diagnosticados de
trastorno obsesivo compulsivo resistente. Como
objetivo secundario se comparan los resultados
obtenidos en nuestra muestra con los de una
muestra normativa de población general española
y con los de otros grupos de pacientes con
patologías psiquiátricas o patologías médicas, en
los que se ha valorado la calidad de vida con el
mismo instrumento de medida que hemos utilizado
en nuestro estudio.
MÉTODO
Sujetos
La muestra está formada por 32 pacientes con
trastorno obsesivo compulsivo resistente, que
son derivados al Servicio de Psiquiatría y
Psicología Médica del Hospital Mútua de Terrassa
desde cualquier centro de salud mental del
estado español para valorar la conveniencia de
realizar psicocirugía.
Como grupos de comparación se ha utilizado
una muestra normativa de población general
española, formada por 9.151 sujetos (Alonso et
al., 1998), dos muestras de pacientes con trastorno
obsesivo compulsivo moderado-severo,
formado por 60 y 36 sujetos respectivamente
(Koran et al., 1996; Bobes et al., 2001), un grupo
de 541 pacientes diabéticos (Ware et al., 1993),
un grupo de 170 pacientes con insuficiencia renal
en tratamiento con hemodiálisis (Rebollo et al.,
2000), un grupo de 210 pacientes con insuficiencia
renal pendientes de un transplante de riñón
(Rebollo et al., 2000), un grupo de 502 pacientes
diagnosticados de depresión mayor (Ware et al.,
1993), un grupo de pacientes esquizofrénicos
formado por 346 sujetos (Bobes et al., 1998) y,
finalmente, un grupo de 49 pacientes heroinómanos
en un programa de mantenimiento con metadona
(Fernández et al., 1999).
Material
Los instrumentos utilizados fueron los siguientes:
- Ficha de recogida de datos generales, en la
que se recogieron diversas variables sociodemográficas
y clínicas.
- Cuestionario de Salud SF-36 (Ware y Sherbourne,
1992), diseñado para población americana,
a partir de una batería de cuestionarios
sobre la salud. La adaptación española fue realizada
por Alonso et al. (1995). El cuestionario
consta de 36 ítems que el sujeto debe responder
mediante una escala de tipo Likert. Los ítems se
agrupan en 8 dimensiones de salud las cuales
miden aspectos de salud física y/o mental. Para
cada dimensión se obtiene una puntuación de 0 a
100, de forma que una puntuación de 0 indicaría
el peor estado de salud y una puntuación de 100
indicaría el mejor estado de salud. El cuestionario
no dispone de puntos de corte, por lo que se
hace necesario comparar las puntuaciones obtenidas
en una determinada muestra con las obtenidas
en un grupo normativo de referencia. A continuación
se describen cada una de las dimensiones.
En primer lugar existen tres dimensiones
que miden específicamente aspectos relacionados
con la salud física: funcionamiento físico (grado
en que la salud del sujeto limita una serie de actividades
físicas), rol físico (grado en que los problemas
de salud física interfieren en el funcionamiento
ocupacional) y dolor corporal (grado de
dolor e interferencia que comporta). En segundo
lugar hay tres dimensiones que miden aspectos
de salud mental: función social (grado en que la
salud interfiere en la vida social), rol emocional
(grado en que los problemas emocionales interfieren
en el funcionamiento ocupacional) y salud
mental (medida del estado anímico y afectivo del
sujeto). Por último, el cuestionario contiene dos
dimensiones que miden tanto aspectos de salud
física como de salud mental: vitalidad (grado de
energía o fatiga del sujeto) y salud general (percepción
subjetiva del estado de salud y creencias
sobre la propia salud). Mediante la combinación
de las puntuaciones de las dimensiones anteriores
se obtienen dos índices globales, uno de salud
física y otro de salud mental.
- Escala Yale-Brown (Goodman et al., 1989):
mide la severidad de la sintomatología obsesivocompulsiva.
Se trata de una escala heteroadministrada
mediante entrevista semiestructurada
que consta de 10 ítems puntuables en una escala
de tipo Likert de 4 puntos, en función de la severidad
de los síntomas. Los ítems miden aspectos
relacionados con las obsesiones y aspectos relacionados
con las compulsiones, de forma que se
obtiene una puntuación para las obsesiones, una
puntuación para las compulsiones y una puntuación
total.
Procedimiento
Los pacientes con diagnóstico de trastorno
obsesivo compulsivo resistente son derivados a
nuestro servicio desde cualquier centro de salud
mental del estado español. Mediante la entrevista
clínica se confirma el diagnóstico de los pacientes
y se procede a la exploración de éstos, administrando
una batería de pruebas, entre las cuales
se encuentran las especificadas anteriormente.
Para este estudio se han analizado los datos referentes
a aspectos sociodemográficos, severidad
del cuadro obsesivo y calidad de vida. Para comparar
los datos obtenidos en nuestra muestra con
los de otros grupos de pacientes, se han utilizado
grupos históricos en los que se administró el mismo
instrumento de medida que en este estudio.
RESULTADOS
La tabla 1 muestra datos referentes a las va-
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riables sociodemográficas y clínicas. La media
de edad de los pacientes es de 32,8 años
(dt=8,56), con una edad media de inicio del trastorno
obsesivo de 15 años (dt=5.04) y una media
de 18,74 años de evolución (dt=9,92). Los rangos
obtenidos en estas variables indican que existe
una amplia variabilidad entre los sujetos de esta
muestra. Por otra parte, existe un predominio del
sexo masculino (65,6%) y la mayoría de los sujetos
son solteros (65,6%). En cuanto a la situación
laboral, sólo un 3,1% se encontraba en activo en
el momento de la exploración, mientras que un
31,3% no tenía ningún tipo de ingreso económico.
La tabla 2 recoge las medias y desviaciones
típicas de las puntuaciones en la escala YBOCS.
Estos datos se refieren únicamente a 18 sujetos
del total de la muestra ya que esta escala sólo se
administró a aquellos sujetos a los que finalmente
se decidió intervenir quirúrgicamente. El resto de
sujetos eran descartados por la negación del
paciente a la intervención o por decisión médica
debido a aspectos no relacionados con el trastorno
obsesivo. Teniendo en cuenta que la puntuación
máxima es de 20 para las puntuaciones
en obsesiones y en compulsiones, y de 40 para la
puntuación total, los resultados indican que se
trata de una muestra de pacientes con un trastorno
obsesivo compulsivo grave.
El gráfico 1 muestra las puntuaciones obtenidas
por los sujetos con trastorno obsesivo compulsivo
resistente, en comparación con los datos
normativos de la población general española en
las 8 dimensiones del Cuestionario de Salud SF-
36. Los sujetos con TOC resistente obtienen una
puntuación inferior a la de la población general
en todas las dimensiones del cuestionario SF-36.
Esta diferencia es mayor en las dimensiones que
miden aspectos de salud mental.
El gráfico 2 muestra la comparación de las
puntuaciones en el cuestionario SF-36 entre
34 C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004
Tabla 1
Datos demográficos y clínicos de la muestra (N=32)
MEDIA DESV.TÍP.
EDAD 32,8 8,56
ESCOLAR. (años) 11 3,28
EDAD INICIO TOC 15 5,04
AÑOS EVOLUCIÓN 18,74 9,92
PORCENTAJE
SEXO 65,6% hombres
34,5 % mujeres
ESTADO CIVIL 65,6% solteros
25,0% casados
3,1% separados
6,2% desaparecido
SIT. LABORAL 3,1% en activo
31,3% sin trabajo
28,1% baja temporal
12,5% pensionista
25,0% desaparecido
RESIDENCIA 68,8% Barcelona
6,3% Girona
6,3% Lleida
18,8% Otros
Tabla 2
Puntuaciones escala YBOCS (n=18)
MEDIA DESV.TÍP.
YBOCS total 31,6 6,67
YBOCS obs 15 5,21
YBOCS comp 16,6 3,7
F.FÍSICO
ROL FÍSIC
DOLOR
SALUD GENERAL
VITALIDAD
F. SOCIAL
ROL EVOC.
SALUD MENTAL
Gráfico 1
Comparación en SF-36 entre TOC resistente
y pobl. gral.
nuestra muestra de pacientes con TOC resistente
y otras dos muestras de pacientes con trastorno
obsesivo compulsivo moderado-severo. Como
puede observarse, el grupo de TOC resistente
obtiene puntuaciones inferiores en todas las
dimensiones del cuestionario SF-36, siendo la
diferencia mayor en las escalas de salud mental y
en la escala de Rol Físico.
El gráfico 3 muestra la comparación de las
puntuaciones obtenidas en el Cuestionario de
Salud SF-36 entre los pacientes con TOC resistente
y diversos grupos de pacientes con patología
médica, concretamente, pacientes diabéticos,
pacientes con insuficiencia renal en tratamiento
con hemodiálisis y pacientes con insuficiencia
renal pendientes de un transplante de riñón. Los
pacientes con TOC resistente obtienen puntuaciones
muy inferiores a las obtenidas por los otros
grupos de pacientes en las escalas de salud mental.
En cuanto a las escalas de salud física, prácticamente
no se observan diferencias, excepto en la
escala de Rol Físico, en que el grupo de TOC
resistente obtiene puntuaciones inferiores.
El gráfico 4 muestra las puntuaciones de nuestra
muestra en relación a las obtenidas por grupos
de pacientes psiquiátricos, concretamente, un
grupo con diagnóstico de depresión mayor, un
grupo de pacientes esquizofrénicos y, finalmente,
un grupo de pacientes heroinómanos en mantenimiento
con metadona. Los resultados indican que
el grupo de TOC resistente obtiene puntuaciones
inferiores a los otros grupos en las escalas de salud
mental. Estas diferencias son claramente significativas
respecto al grupo de heroinómanos, mientras
que la diferencia respecto al grupo con depresión
mayor y con esquizofrénicos en las escalas de
Vitalidad y Rol Emocional son mínimas. En las
escalas de salud física, los cuatro grupos obtienen
puntuaciones similares en las escalas de Función
Física y Dolor, mientras que en la escala de Rol
Físico el grupo de pacientes heroinómanos puntúa
claramente por encima de los otros grupos.
DISCUSIÓN
El análisis de los resultados obtenidos por los
pacientes con TOC resistente en cuanto a calidad
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F.FÍSICO
ROL FÍSICO
DOLOR
SALUD GENERAL
VITALIDAD
F. SOCIAL
ROL EVOC.
SALUD MENTAL
Gráfico 2
Comparación entre TOC resistente y TOC
moderado-severo
F.FÍSICO
ROL FÍSICO
DOLOR
SALUD GENERAL
VITALIDAD
F. SOCIAL
ROL EVOC.
SALUD MENTAL
Gráfico 3
Comparación entre TOC resistente y
enfermedades médicas
F.FÍSICO
ROL FÍSICO
DOLOR
SALUD GENERAL
VITALIDAD
F. SOCIAL
ROL EVOC.
SALUD MENTAL
Gráfico 4
Comparación entre TOC resistente y enfermedades
mentales
Koran et al. (1996)
Bobes et al. (2001)
Ware et al. (1993)
Rebollo et al. (2000)
Ware et al. (1993)
Bobes et al. (1998)
Fernández et al. (1999)
36 C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004
de vida percibida, comparados con población
general, nos permite concluir que las áreas en
que los sujetos con TOC resistente presentan
mayor deterioro son Función Social y Rol
Emocional, indicando que los pacientes con TOC
resistente presentan problemas emocionales
importantes que interfieren en su funcionamiento
ocupacional y social. Estos pacientes también
perciben una baja salud general y mental, así
como una falta de vitalidad. Cabe señalar que
también existe una diferencia significativa en la
dimensión de Rol Físico, lo cual indica que estos
pacientes perciben que su salud física también
interfiere en su funcionamiento ocupacional. Por
otra parte, existe una diferencia menor entre los
pacientes con TOC resistente y la población
general en las escalas de Funcionamiento Físico
y Dolor Corporal. Por lo tanto, los datos indican
que los pacientes con TOC resistente presentan
una calidad de vida claramente inferior a la
población general.
Al comparar los resultados obtenidos en nuestra
muestra con los obtenidos en otros dos grupos
de pacientes con trastorno obsesivo-compulsivo
moderado-severo, los resultados indican que el
grupo de TOC resistente presenta mayor deterioro
en su funcionamiento ocupacional y social, más
problemas emocionales y mayor fatiga que los
pacientes con TOC moderado-severo.
Por otra parte, la comparación entre los resultados
de nuestra muestra y los obtenidos en grupos
de pacientes con algún tipo de enfermedad médica,
indica que existe una calidad de vida claramente
inferior en los pacientes con TOC resistente en
cuanto a aspectos de salud mental, mientras que la
salud física percibida es similar. En cambio, al
comparar nuestros resultados con los obtenidos en
otras muestras de pacientes psiquiátricos se
observa que el grupo de TOC resistente percibe
tener una salud mental inferior, aunque esta diferencia
es menor respecto a los grupos de pacientes
con depresión mayor y esquizofrenia. La salud
física percibida por los cuatro grupos de pacientes
es similar en las escalas de Función Física y
Dolor, mientras que en la escala de Rol Físico el
grupo de TOC resistente obtiene una puntuación
ligeramente inferior a los otros grupos.
En resumen, nuestra muestra de pacientes con
TOC resistente presenta una calidad de vida inferior
a la de los otros grupos de comparación.
Estas diferencias son evidentes en las escalas que
miden aspectos de salud mental, si bien la diferencia
es menor al compararlos con grupos de
pacientes psiquiátricos. En cuanto a salud física,
las diferencias son menores, aunque en la escala
de Rol Físico el grupo de TOC resistente obtiene
puntuaciones inferiores. Esto indica que los
pacientes con TOC resistente perciben que su
funcionamiento ocupacional y social se ve alterado
no sólo por problemas emocionales sino
también por aspectos de salud física.
Queda demostrado lo que la observación clínica
ya nos sugería, los pacientes con trastorno
obsesivo compulsivo son los que más sufren,
viven peor y por lo tanto tienen una calidad de
vida más baja, tanto si los comparamos con
pacientes que padecen patologías médicas como
con pacientes con otras patologías psiquiátricas.
BIBLIOGRAFÍA
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del SF-36 Health Survey (Cuestionario de Salud
SF-36): un instrumento para la medida de los
resultados clínicos. Med Clin 1995; 104: 771-6.
2. Alonso J, Regidor E, Barrio G, Prieto L, Rodríguez
C, de la Fuente L.: Valores poblacionales
de referencia de la versión española del Cuestionario
de Salud SF-36. Med Clín 1998; 111(11):
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Herraiz L, Fernández A.: Quality of life in schizophrenia:
long-term follow-up in 362 chronic
Spanish schizophrenic outpatients undergoing risperidone
maintenance treatment. Eur Psychiatry
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Gutiérrez E, Bobes J.: Calidad de vida y severidad
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prolongado con metadona. Adicciones
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7. Goodman WK, Price LH, Rasmussen SA, Mazure
C, Fleischmann RL, Hill CL.: The Yale-Brown
Obsessive Compulsive Scale. I. Development, use,
C. Med. Psicosom, Nº 69 / 70 - 2004 37

Necesito olvidar
Texto de Isabel S. Larraburu

Los recuerdos no siempre son
verdad, la mente suele maquillarlos a voluntad, pero a veces duelen mucho y se atascan. El olvido es una depuración natural que ejercita el cerebro, por lo que el mundo de la psicología y la neurología estudia cómo ocurre y cómo podría llegar a practicarse a voluntad.
En el rincón de los deseos humanos hay uno que todos compartimos. Olvidar a placer los hechos o las personas que nos han causado sufrimiento. Apartar a voluntad el recuerdo que maldecimos para aquietar el dolor que penetra en nuestro presente. La íntima esperanza sería gozar de una memoria selectiva, de una capacidad de olvidar deliberadamente.
En realidad, el pasado acaba convirtiéndose en una construcción subjetiva de conceptos, una película de gran imaginación creativa que rellena las lagunas que surgen a base de embellecedoras florituras o sobrecargada victimización. ¿Merece el pasado tanto crédito como para permitirle que nos persiga hasta el presente siendo que es, a fin de cuentas, la resultante de una mejor o peor memoria, aderezada con juicios personales, miedo, culpa y lo que debería haber sido y no fue? ¿Tanto poder hay que adjudicar al pasado? ¿Realmente habrá que hacer esfuerzos para recordar? ¿Cómo podemos saber si lo que recordamos es real? ¿Cómo saber si no son falsos los recuerdos? ¿No sería mejor vivir con plenitud el presente y tratar de olvidar tristes evocaciones? Estas preguntas están causando controversia entre los estudiosos de la psicología y la neurología.
Cierto es que algunos recuerdos traumáticos del pasado pueden atormentar a algunas personas que no pueden desvincularse de la emoción que sintieron durante el evento. Son los que sufren el llamado estrés postraumático. Hay soluciones terapéuticas en las que rememorar puede producir un reprocesamiento del trauma y una atenuación de las emociones asociadas. La emoción unida al hecho traumático ha quedado grabada en la memoria como una muesca en un disco rayado que hay que reparar reviviendo el evento en la sesión de terapia.

Olvidar es útil y necesario
Es imposible hablar del recuerdo sin mencionar la contraparte, el olvido. Parece ser que olvidamos mucho más de lo que recordamos. El olvido no es algo negativo y es un fenómeno completamente natural. Si se recordara cada minuto de cada hora de cada día durante la vida entera, sin tener en cuenta la relevancia del recuerdo, estaríamos buscando continuamente lo importante en medio de menudencias.
El olvido se define como la pérdida de información en el tiempo. En la mayoría de las situaciones, recordamos mejor la información poco después de recibirla que tiempo después. Con el paso del tiempo, se pierde parte de la información. Es un hecho frecuente que falle la memoria cuando se necesita, lo cual es una molestia, no hay duda. No obstante, el olvido permite poner al día y actualizar el contenido de la memoria. Cuando recibimos un nuevo número de teléfono, tenemos que olvidar el anterior para recordar el nuevo. Si aparcamos el coche todos los días en un gran aparcamiento, tendremos que recordar dónde aparcamos hoy y no ayer o anteayer. Por eso, el olvido tiene una función útil y adaptativa.

El proceso
Durante el último siglo han surgido y se han ido perfeccionando muchas explicaciones teóricas sobre cómo se producen la memoria y el olvido.
Como resumen de ellas, se sabe que a veces el olvido ocurre porque algo de la información que nos entra no llega nunca a alcanzar el almacén de la memoria a largo plazo; en otras ocasiones, esta sí llega, pero se disipa antes de fijarse; otras veces, simplemente se desdibuja por falta de uso en el tiempo; es posible que estemos programados para borrar datos que no son relevantes para nuestra vida.

Borrado por desuso
Esta es una de las teorías más antiguas sobre el olvido (Ebbinghaus) y afirma que olvidamos cuando no utilizamos la información. Con el paso del tiempo, si los recuerdos no son evocados o usados ocasionalmente, tienden a desvanecerse gradualmente hasta desaparecer por completo. La teoría ha sido reformulada más recientemente por Bjork y Bjork, quienes consideran que el olvido es algo útil y adaptativo. Proponen que el recuerdo que no es relevante para los planes de una persona en tiempo presente pierde su fuerza de recuperación, es decir, es más difícil a acceder a él. No obstante, afirman que la información que no se usa sigue almacenada de alguna forma en la mente. El fallo en esta teoría es que se ha demostrado que incluso los recuerdos que no han sido evocados pueden ser notablemente estables en la memoria a largo plazo.

Cruce de antiguos y recientes
Esta teoría sobre el olvido surgió como alternativa a la explicación del olvido por desuso. Sostiene que olvidamos la información porque otros recuerdos dificultan o interfieren con su recuperación del almacén de memoria.
Es más probable que ocurra la interferencia cuando los recuerdos son muy similares a los de la antigua información.
Algunas veces son los recuerdos nuevos los que dificultan la recuperación de los pasados (interferencia retroactiva), y otras veces los viejos recuerdos interfieren en la recuperación de los más recientes (inter-
ferencia proactiva).

Sólo los detalles necesarios
También suelen olvidarse aquellas cosas que nunca entraron en la memoria a largo plazo. Son los fallos de fijación o codificación. Existe un experimento conocido en el que los investigadores solicitan a los participantes que identifiquen la moneda correcta de entre un grupo de monedas incorrectas. Pongamos un euro, por ejemplo: un euro correcto de entre una serie de euros incorrectos. Si intentamos dibujar una moneda de euro de memoria y comparamos el dibujo con un euro real, veremos que probablemente nos acordamos del tamaño y el color, pero no recordamos los detalles menores. La razón por la que esto sucede es que fijamos solamente los detalles necesarios para distinguir el euro de otras monedas que tenemos grabadas en la memoria.

Olvidos motivados
En ocasiones, el olvido es algo activamente buscado, especialmente el de los recuerdos traumáticos de experiencias pasadas. Existen dos formas de olvido motivado: la supresión, una forma consciente de olvidar, y la represión, una forma especialmente explicada por el psicoanálisis en la que el olvido no es consciente.
No todos los psicólogos coinciden en el concepto de recuerdo reprimido. Uno de los problemas que surgen es que es difícil, por no decir imposible, estudiar científicamente si un recuerdo ha sido reprimido. Como la actividad de ensayar y recordar es algo importante para el fortalecimiento de la memoria, y los recuerdos dolorosos no suelen ser objeto de estas actividades, no es extraño que se puedan desvanecer con el tiempo.

Recordar para olvidar
Si nos fuera posible seleccionar los recuerdos que convendría hacer desvanecer, por ejemplo en el ámbito de una terapia, habría que priorizar las memorias traumáticas que aún causan temor y que persisten en la memoria de un modo total o parcial, causando pesadillas, imágenes intrusas del pasado o reacciones fisiológicas de ansiedad. Estos son los contenidos de la memoria que hay que volver a procesar para que se puedan borrar. Por eso, muchas personas que sufren trastorno por estrés postraumático sólo pueden sentirse mejor al volver a recrear la penosa situación que vivieron y las emociones que sintieron en aquel momento. De este modo, la muesca en el disco rayado puede volver a repararse.
Una importante razón para recordar lo que sucedió es la reducción del miedo unido al hecho. Los recuerdos del trauma no son peligrosos para nadie aunque puedan sentirse así. La confrontación con el recuerdo en un entorno seguro –como escribir sobre él, describirlo en voz alta, dibujarlo– contribuye a trabajar o procesar el suceso traumático. También actúa reintegrándolo al pasado. La práctica de evitar el recuerdo continuamente, junto a los sentimientos de dolor, miedo, rabia, depresión, vergüenza y autoflagelación relacionada, lo mantiene vigente en el presente. A través del proceso de recordar, es posible entender lo que ocurrió. Sentir rabia por lo que pasó. Recordar, pero sintiendo que no hay peligro, otorga una sensación de control sobre la experiencia y el terror experimentado.

Las terapias basadas en recuperar el recuerdo deben administrarse con ciertas salvedades. Donald Meichenbaum, uno de los fundadores de la psicología cognitivo conductual, advierte sobre algunos puntos:
-Recordar es un proceso reconstructivo, no una reproducción literal de una experiencia pasada. Se olvida más que lo que se recuerda.
-Los recuerdos pueden estar influidos y distorsionados por el curso del tiempo.
-Al reconstruir la memoria no se reproducen todos los detalles.
-En ocasiones, es posible estar seguro de recuerdos inexactos y erróneos.
-No es necesario recordar todo sobre un suceso traumático exactamente como sucedió. Lo que es importante es recobrar información para volver a procesar la memoria. Sólo hay que situar el recuerdo y sus emociones, sensaciones corporales y pensamientos acompañantes en el pasado, que es donde deben estar.
25/05/2008Necesito olvidar
Texto de Isabel S. Larraburu
Ilustraciones de Antonio Ballesteros
Los recuerdos no siempre son verdad, la mente suele maquillarlos a voluntad, pero a veces duelen mucho y se atascan. El olvido es una depuración natural que ejercita el cerebro, por lo que el mundo de la psicología y la neurología estudia cómo ocurre y cómo podría llegar a practicarse a voluntad. Memoria selectiva
No todos los recuerdos del pasado son traumáticos, mucho son simplemente tristes o cargados de resentimiento. No siempre una evocación negativa nos remueve el cuerpo/mente como para iniciar una terapia. Los malos recuerdos pueden ser reconvertidos y reinterpretados de forma que contribuyan al crecimiento personal. Una persona saludable es aquella que es consciente de que ocurren infortunios en la vida de todos. Sabe mantener el equilibrio al hallar los beneficios y el significado que estos puedan revelar. Despliega habilidades para afrontar la adversidad de un modo realista aprovechándola para el propio crecimiento.
Una primera forma de ayudarse a sí mismo a borrar los malos recuerdos sería aprovechar los propios mecanismos de la memoria y el olvido; sólo habría que utilizarlos a nuestro favor:

• Dejar de recrear los malos recuerdos mediante conversaciones, pensamientos victimizadores, de modo que vayan decayendo por desuso.
• Permitir el paso a las nuevas experiencias del presente con el fin de que sustituyan las tristes experiencias anteriores.
• No investigar ni intentar rememorar los detalles de los recuerdos para que no se fijen en la memoria a largo plazo.
• Y por último, decidir conscientemente lo que se desea o no olvidar.

Otra técnica propuesta por Babette Rothschild en su libro The Body Remembers (2000) es el aprendizaje de la conciencia dual (dual awareness). La finalidad de esta técnica es observar y trabajar sobre el recuerdo mientras la persona se reafirma que está segura en el momento presente. Esto contribuye a ver la experiencia pasada desde la persona que observa y la persona que experimenta.

Ejercicio:
1. Recuerde algún acontecimiento pasado que le afecte negativamente. Algo que le ponga ansioso o le provoque malestar. ¿Qué nota en su cuerpo? ¿Qué les pasa a sus músculos? ¿Cómo respira? ¿Se altera el corazón? ¿Le cambia la temperatura?

2. Ahora vuelva a concentrarse en el sitio donde se encuentra ahora. Fíjese en el color de las paredes, la alfombra, la temperatura, los olores. ¿Ha cambiado la respiración a medida que cambia el tema de atención?

3. Ahora trate de mantener la concentración en el momento presente mientras evoca ese recuerdo desagradable. ¿Puede lograr mantener la conciencia del lugar donde está físicamente mientras rememora?

4. Termine el ejercicio manteniendo su conciencia enfocada en el entorno actual.

Lo único real es el presente. Muchas veces la elección de estar plenamente en el ahora es lo único que se necesita para recobrar la serenidad y tan sólo se requiere optar por ello. Elegir el presente es la opción de renovarse día a día, resetearse cada mañana para ver el mundo siempre nuevo, salido de fábrica, y como algo eterno que estaba antes y estará después de nosotros.


Trastornos de ansiedad: respuestas

El miedo y la fobia son conceptos diferentes que tienden a confundirse.
El primero, es un sentimiento normal que se presenta ante un peligro inminente; las fobias, uno de los más frecuentes trastornos de ansiedad, es un temor irracional y exagerado ante objetos, animales o situaciones cuya peligrosidad no justifica esa reacción.
Dentro de los trastornos de ansiedad, podemos citar:
Agorafobia: Marcado temor a alejarse del domicilio, a caminar solos por la calle, viajar en medios de transportes. Son siete veces más frecuentes en las mujeres, que en los hombres.
Ataque de pánico: Es uno de los trastornos de ansiedad que más se ha incrementado.
Las crisis que se presentan son espontáneas e inesperadas, y simulan una crisis cardíaca. Es decir, cuando se produce un hecho desencadenante (que puede serla muerte de un familiar, un susto, o un hecho banal como agacharse bruscamente) comienzan a repetirse síntomas inesperados durante un tiempo breve -suelen durar entre 10 y 20 minutos- pero tienden a repetirse con frecuencia variable hasta reproducirse varias veces por día, en algunos casos.
Quien padece esta enfermedad de múltiples causas (donde intervienen la predisposición genética, factores desencadenantes y condicionamientos psicosociales) generalmente recibe la incomprensión de su familia, pues prevalece el desconocimiento que lleva a restarle importancia o a culpar al "panicoso" de no poner voluntad. Así, su calidad de vida y la de su entorno disminuyen notablemente.
Síntomas: Sudoración, sensación de ahogo o dificultad para tragar, sensación de irrealidad o despersonalización (estar separado de uno mismo), náuseas o molestias abdominales, temblores o flojedad en las piernas, palpitaciones o taquicardia, inestabilidad, mareo o desmayo, opresión o malestar torácico, miedo a perder el control o volverse loco, miedo a morir.
* Si padece cuatro o más de estos síntomas acompañados con la aparición temporal y aislada de miedo, puede tratarse de un ataque de pánico.
Consulte con un profesional para un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Muchas de las personas con pánico pasan años consultando a médicos de diferentes especialidades antes de llegar a un especialista en psiquiatría y lograr un diagnóstico preciso.
Trastorno de ansiedad social (TAS): Es un trastorno hoy bien definido, crónico, que arruina o disminuye fuertemente la calidad de vida del individuo. Es un miedo irracional a hacer el ridículo, a cometer un error.
Las personas que la padecen, comienzan a sentir: sudoración, palpitaciones, deseos urgentes de orinar, falta de aire, mareos, sensación de desmayo, fuerte temblor cuando no se pone terriblemente colorado, etc., cuando, por ejemplo deben concurrir a realizar algún trámite, a la universidad, etc.
En ocasiones, este temor particular se presenta en situaciones nuevas, o se circunscribe a determinadas circunstancias como dar examen, hablar en público o ejecutar un instrumento.
En otros casos, la fobia es generalizada y el paciente evita toda situación de contacto social.
Este tipo de trastornos comienza generalmente en la infancia o en la adolescencia y puede prolongarse indefinidamente toda la vida.
Lamentablemente, el trastorno permanece sin diagnóstico ya que es raro que el paciente consulte por el problema a un especialista, no siendo la mayoría de las veces, el cuadro, reconocido por médicos generales.
El paciente se define como tímido, evita o no cumple con los horarios y compromisos sociales. A veces hasta rechaza una promoción en su trabajo, abandonan sus carreras, a causa de que esto implica mayor contacto social.
Afecta algo más a los varones que a las mujeres, incide en 13 de cada 100 personas según estadísticas norteamericanas y se complica frecuentemente con depresión secundaria, abuso de alcohol, drogas o medicamentos ansiolíticos mal administrados.
Lo curioso de este trastorno, si se le deja librado a su normal evolución o no se realiza el tratamiento adecuado, es que se cronifica y se va hacia la depresión o el abuso de sustancias.
Lo que importa, como siempre, es que el diagnóstico precoz evita las complicaciones y permite disfrutar de una mayor calidad de vida.
Trastorno obsesivo compulsivo (TOC): Es una enfermedad en que el individuo que la padece, es avasallado por pensamientos violentos, angustiantes y hace rituales para evitarlos. Puede aparecer en la infancia.
Obsesión por la limpieza, por verificar todo, por acumular, por ordenar simétricamente.
En otros casos, el fenómeno se inclina hacia lo compulsivo:
el sujeto ve una tijera y teme sufrir el impulso de clavársela a un ser querido.
La persona con TOC cree que si no concreta el ritual, se va a desencadenar un hecho trágico.
Claro que esos rasgos deben persistir durante mucho tiempo para considerarse una enfermedad. Y en el caso de los chicos, esos rasgos no deben confundirse con la necesidad de repetición que forma parte de su proceso de aprendizaje.
El cuadro tiende a cronificarse determinando después de algunos años episodios depresivos secundarios generalmente severos y con alto riesgo de suicidio.
Esto indica claramente una enorme tendencia al ocultamiento o desconocimiento del tema por parte de los pacientes y de los médicos peor aún considerando que los nuevos tratamientos producen notable alivio sobre los síntomas, restableciendo la capacidad laboral del paciente.
Las características muy particulares hacen que el paciente lo viva con prejuicio y vergüenza, no contándole ni siquiera al médico su verdadero problema.
En otros casos el "yo soy así" justifica el cuadro, que persiste durante años arruinando la calidad de vida del paciente, restándole capacidad de concentración y trabajo y a veces sumiéndolo en interminables rituales que intentan controlar la situación.
Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): Se presenta como una preocupación excesiva, con relación a una situación, eventos o a otras personas. Lo sufre alrededor del 5% de la población. Las personas que lo padecen, están constantemente pensando y anticipándose negativamente a los hechos. Por ejemplo, se preocupan por posibles accidentes o desgracias que puede sufrir algún familiar, aunque éste, no se encuentre en peligro o en riesgo.
Este tipo de miedo es crónico, y es por eso que la persona necesita tener constantes reaseguros a fin de poder bajar su nivel de ansiedad, como por ej., llamar o hacer que lo llamen varias veces en el día los familiares para confirmarle que están bien. Suele confundirse con un tipo de personalidad "ansiosa" y de ahí que la persona llegue a la consulta después de padecerlo mucho tiempo.
Se presenta abruptamente. Existe en el individuo una predisposición hereditaria para sufrir el trastorno de ansiedad generalizada, al igual que como ocurre con todas las personas que sufren un cuadro de ansiedad.
Por lo general, el poder imaginativo de los que sufren esta patología es muy alto y muy rico, lamentablemente no muy variado. Por esto, si el esposo no llega a horario, se imaginan que pronto alguien va a tocar timbre y le dirán: "Ud. es la viuda de González" o si pasa una ambulancia con la sirena, inmediatamente asocian el hecho "con un accidente del familiar".
Los síntomas son: tensión motora (temblores, dolores musculares, inquietud), sensaciones corporales (ahogos, taquicardias, diarreas, náuseas, "nudo en la garganta" etc.) hipervigilancia, dificultad para concentrarse, dificultades para dormir, exageración en la respuesta de alarma.
La realidad nos muestra que existe una disminución notable en la calidad de vida del paciente, y los familiares se ven coartados y limitados en sus propias actividades, ya que tienen que estar constantemente informando a qué lugares van, cuánto tiempo se van a demorar. Y cuando ocurre algún imprevisto tratan de avisar lo más rápido posible a fin de que el otro se quede más tranquilo.
Trastorno por estrés post-traumático: Es la aparición de una serie de síntomas que le siguen a la exposición de un acontecimiento estresante, traumático, real. Los síntomas pueden ser sueños recurrentes, imágenes intrusas, como un accidente automovilístico.

Las fobias específicas

Temores irracionales ante la presencia de cualquier objeto o situación temida como animales (cucarachas, ratas, etc.) o parte de ellos (plumas, etc.), sustancias u objetos (sangre,) o situaciones (tormentas, inundaciones, etc.) que provocan fuerte temor al exponerse a ellas y que el paciente trata a toda costa de evitar. Como la Claustrofobia, una de las más comunes fobias específicas, que es el temor a encontrarse en lugares cerrados, pequeños y no poder escapar, situación que provoca trastornos parecidos a una crisis de pánico. El cuadro fóbico es un padecimiento crónico, pero de excelente pronóstico.

Una Fundación que ayuda sin fines de lucro

La Fundación Fobia Club Argentina, es una institución sin fines de lucro, que brinda orientación, asesoramiento y sostén a pacientes que sufren trastornos de ansiedad, como fobias, ataques de pánico, agorafobia, trastorno de ansiedad social, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de ansiedad generalizada, depresión, etc.
Desde el año 1995, su objetivo es orientar a pacientes, familiares y/o amigos de quienes sufren estos trastornos para encontrar soluciones rápidas y efectivas a sus problemas, brindar ayuda y asesoramiento sobre temas relacionados a las fobias y acompañar a aquellos pacientes, que por su trastorno no pueden movilizarse por sí mismos.
En su sede central, como en todas sus filiales se realizan reuniones semanales gratuitas, destinadas a brindar información y orientar sobre estos trastornos.
Estas reuniones son dirigidas por los directores de cada filial, y cuentan con la presencia de coordinadores de grupos, que son personas recuperadas y entrenadas para ayudar, ellos colaboran con los nuevos pacientes, brindándoles toda su contención, apoyo y solidaridad.
La Fundación lleva a cabo una tarea de divulgación y orientación, pero no realiza tratamientos médicos puesto que carece de los fondos necesarios para cubrirlos.
El Fobia club ofrece grupos de tratamiento comportamental, que funcionan de manera gratuita, como por ejemplo: los grupos de Agorafobia y Claustrofobia.
Queda claro entonces, que los grupos de tratamiento pueden ser gratuitos, pero no abiertos. O sea, el ingreso a los mismos, estará determinado por el cuerpo de profesionales del Fobia Club.

Fundación Fobia Club
www.fobiaclub.com

¿Soy obsesivo compulsivo?
El paciente con este mal habitualmente se enfrasca en una serie de pensamientos y conductas repetitivos que carecen de sentido

Lavarse las manos con mucha frecuencia, contar mentalmente, realizar algunos rituales al momento de vestirse o antes de bañarse, checar llaves de gas y agua varias veces, así como asegurarse en forma repetida que las puertas estén bien cerradas son, entre otros muchos, indicios de ser obsesivo-compulsivo.

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un estado de ansiedad que interfiere en el funcionamiento cotidiano de las personas que lo sufren, e inclusive puede limitar, en grado extremo, su capacidad para relacionarse socialmente.

El individuo que padece TOC habitualmente se enfrasca en una serie de pensamientos y conductas repetitivos que carecen de sentido, son angustiantes y difíciles de vencer. publicidad




Esta disfunción se puede presentar en forma leve, moderada ó severa, y en ocasiones dificulta la capacidad para tener una vida funcional adecuada, ya sea en su entorno escolar, laboral o familiar.

Los trastornos obsesivos-compulsivos no tienen una causa específica, pero se han estudiado factores que están íntimamente relacionados con su desarrollo, como funcionamiento anormal en determinadas áreas del cerebro, en particular con una sustancia llamada serotonina (que interviene en la sensación de bienestar), y con probables alteraciones genéticas.

Pensamientos obsesivos

Ahora bien, cuando hablamos de obsesiones nos referimos a pensamientos, imágenes ó impulsos que las personas perciben, que carecen de sentido y que son producto de la propia mente (intrusivos). Tales manías son molestas y generan mucha ansiedad, por lo que los pacientes hacen intentos por eliminarlas; sin embargo suelen incrementarse y generar mayor ansiedad. A veces, algunas personas logran disminuir esa sensación realizando acciones que contrarresten estas obsesiones.

Por otra parte, al hablar del aspecto compulsivo, debemos entender que en torno a él aparecen formas de conducta repetitivas que se realizan rigurosamente, necesarias para mitigar, prevenir ó evitar la intranquilidad que pueden generar las obsesiones. Habitualmente, el individuo reconoce lo absurdo de su conducta, hecho que si bien no le causa placer, sí le proporciona alivio.

Frecuencia y causas

A través de diversos estudios realizados en Estados Unidos se ha estimado que el trastorno obsesivo-compulsivo afecta a más del 2% de la población en general, se presenta en hombres y mujeres por igual y afecta a cualquier raza. En relación a las causas, se han sugerido tanto la participación genética como la influencia de otros factores (neurológicos, psicológicos y sociales), aunque todavía no hay conclusiones sobre el origen específico del padecimiento.

Los síntomas se presentan en la mayoría de los casos durante la adolescencia ó en la edad adulta joven, aunque se reportan casos de niños que llegan a tener signos del padecimiento desde edad preescolar. Los trastornos compulsivos se caracterizan por creciente necesidad de evitar el daño y rehuir al riesgo. Es casi una regla que haya ansiedad anticipatoria (es decir, angustia por algo que no ha ocurrido), actitudes perfeccionistas, dudas constantes y sentimientos de culpa.

El diagnóstico consta de varios pasos, desde un examen clínico y una entrevista con el psicólogo o psiquiatra, hasta la realización de pruebas de imagen de laboratorio (tomografía de cráneo, resonancia magnética, etc.), pruebas psicológicas, análisis de tablas de escalas que evalúan el grado de severidad de las obsesiones y compulsiones, además de estudios como el electroencefalograma y/o mapeo cerebral, para descartar que haya daño en el sistema nervioso central, entre otros.