ROBERTO CARLOS CHALADO Y CON UNA PIERNA POSTIZA


LA OTRA CRONICA
fuente:el mundo
ROBERTO CARLOS
CHALADO Y CON UNA PIERNA POSTIZA
Son dos de los detalles íntimos sobre el cantautor que aparecen en una biografía no autorizada que permanece secuestrada en Brasil desde hace años. El país está indignado
EMILIO M. LACAVE / Río de Janeiro

El cantautor Roberto Carlos (67 años) cumplirá en abril cinco décadas de carrera artística. Para celebrar el acontecimiento, el cantante va a realizar una gran gira por 20 ciudades brasileñas.Después, producirá un nuevo disco que será lanzado la próxima Navidad. Es su manera de poner punto y final a una polémica que ha estado coleando en los tribunales brasileños dos años.

La complicada historia comenzó tras la aparición en las librerías brasileñas de una biografía no autorizada del cantautor, Roberto Carlos en detalles. En mayo de 2007 el cantante demandó al autor del libro -el escritor e historiador Paulo César Araújo- y a la editorial Planeta de Brasil, pidiendo a ambos una alta indemnización y la inmediata retirada de todos los ejemplares en ese país.

En el Juzgado de Instrucción n° 20 del barrio de Barra Funda, en la ciudad de SÆo Paulo, hubo una reunión bendecida por la autoridad judicial durante la que ambas partes firmaron un acuerdo cuyas cláusulas no fueron divulgadas en su totalidad. No se dijo, por ejemplo, la importante cantidad de dinero que Roberto Carlos, al parecer, pagó a Planeta y al autor para la definitiva defunción del libro, en una tentativa de evitar la difusión de «algunos detalles de su vida».

COMO EN LA DICTADURA

Inmediatamente surgieron las protestas contra el secuestro de los 11.000 ejemplares. Se habló de que se trataba de un ataque contra la libertad de expresión, del renacer de una censura semejante a la de la dictadura militar, etcétera. Y, de la noche a la mañana, en internet empezaron a surgir versiones -verdaderas y falsas- del libro vetado por la Justicia. Poco después, los links que abordaban el tema también desaparecieron de la red, aunque tarde.Para entonces ya había sido ampliamente divulgada una carta del escritor Paulo Coelho manifestándose contra los hechos, contra la editorial Planeta (en aquella época, editora de los libros del Mago), contra Roberto Carlos y contra Paulo César, acusándoles a todos de volver al oscurantismo.

En un fragmento de su extensa carta, Coelho afirma: «Siento una gran admiración por Roberto Carlos y un gran respeto por la editorial Planeta, pero ahora leo en los periódicos, con tristeza, que ante un juez los abogados de Roberto Carlos y de Planeta establecieron un acuerdo para la interrupción definitiva de la producción y la comercialización de la biografía no autorizada Roberto Carlos en detalles: El editor dice un disparate para salvar la honra, el cantautor no dice nada y el autor está prohibido de hacer declaraciones sobre el asunto [...]. Creo que cualquier persona en su sano juicio sabe que, a partir del momento en que su carrera se torna pública, está expuesta a que su vida sea investigada, sus fotos publicadas, su trabajo elogiado o despreciado por los críticos. Esto que ha sucedido en el Juzgado de Instrucción n° 20 de Barra Funda es una falta de respeto a mi profesión de escritor».

Tras aquello se abrió sobre el asunto un paréntesis de silencio, hasta que una sentencia de la jueza Márcia Cristina Cardoso de Barros, del Juzgado n° 20 de lo Civil, de Río de Janeiro, resucitó el asunto, determinando que Araújo no tenía que indemnizar al cantautor, puesto que «no se produjeron los daños morales alegados, ni cualquier tipo de ofensa a la honra del demandante». La jueza da a entender en su sentencia que lo que ofendió a Roberto Carlos fueron las alusiones a la leyenda, nunca probada, de la amputación de una pierna, y a los trastornos psíquicos de los que estaba siendo tratado: una perturbación mental llamada TOC (trastorno obsesivo compulsivo), que le llevaba a cometer una serie de chaladuras.

Aunque la republicación del libro continúa prohibida, la jueza ha obligado a Roberto Carlos a pagar las costas del proceso y los honorarios de los abogados de la parte contraria.