La crisis que todo lo arruina...


La crisis que todo lo arruina...
Si algo faltaba, recrudecen las fobias y las obsesiones


Lo aseguraron en la Fundación Fobia Club de La Plata. Lo atribuyen, entre otras cosas, a la crisis financiera, la inseguridad y la proximidad del fin de año. Alertan sobre los rituales que esclavizan a infinidad de personas. Entre ellos, el de lavarse las manos a cada rato




Facundo sabía que su proceder no era normal -ni siquiera lógico- pero no podía controlarlo y seguía adelante con su rutina: movía varias veces el picaporte y hasta volvía sobre sus pasos para constatar si, efectivamente, la puerta de calle había quedado cerrada con llave. Ese era sólo uno de los rituales que, lejos de tranquilizarlo, tornaban mucho más pesada su mochila.
Elena pasaba por una situación similar, sólo que en lugar de preocuparse por la puerta lo hacía por la higiene. Se lavaba las manos a cada rato y presionaba a sus hijos para que hicieran lo mismo. Es más, hasta llegó a intoxicarse por lavarse con lavandina pura ¿Los motivos? temía contagiarse alguna enfermedad...
Son muchos los Facundos y las Elenas que andan dando vueltas por ahí. Tantos que psicólogos y psiquiatras coinciden en que son cerca de 800 mil los argentinos que han caído en las telarañas del trastorno obsesivo compulsivo (TOC), al que le asignan categoría de epidemia oculta.
Es un mal que, lamentablemente, va en aumento y que también se ha extendido a lo largo y ancho de nuestra región. Para colmo, una de las directoras de la Fundación Fobia Club filial La Plata, María Gabriela Vaglica, advierte que puede recrudecer por estos días.
A eso se llega “no sólo por la proximidad de las Fiestas de fin de año, sino también por la crisis (económica que golpea sin piedad) y la inseguridad” (reinante), dijo al ser consultada por Hoy. “Esta vez al cansancio de la última etapa del año se le suma la crisis”, resumió.
Ernesto es otro de los que saben del TOC. No porque lo haya estudiado, sino porque lo sufre como esclavo de sus pensamientos. Antes de acostarse o de salir por un par de horas de su casa necesita verificar de modo reiterado si ha cortado las llaves de luz y de gas. Le teme a los accidentes domésticos, y le incomoda su obsesión.
El TOC es uno de los trastornos de ansiedad, que -al menos en La Plata- “aparecen cada vez a menor edad”, dijo Vaglica y agregó que “tanto las fobias como el pánico que solían darse entre mayores de 28 años ahora aparecen a los 20”.
“No es que la crisis financiera pueda causar uno de estos cuadros, pero sí puede ser una precipitadora de fobias y ataques de pánico”, dijo y enumeró algunos de los síntomas: taquicardia, sensación de ahogo, de desvanecimiento, angustia y sudoración.
También emerge el miedo desmedido a la muerte que lleva a evitar situaciones por temor a una enfermedad. Elena -por ejemplo- no le daba la mano a nadie.
Vaglica concluyó que hay quienes padecen estas patologías y tienden a confundirlas con su forma de ser o con una enfermedad que puede ser resuelta por un médico clínico. Es así como demoran la consulta al psicólogo y no logran escapar de los rituales.

Acechan el alcohol y la automedicación

“La inseguridad y la crisis pueden hacer que aumente el nivel de ansiedad y que se precipiten cuadros (de fobias) en personas que son vulnerables”, dijo una de las directoras de la Fundación Fobia Club de La Plata, María Gabriela Vaglica y agregó que “también pueden generar el agravamiento de un cuadro previo”.
Entre las consecuencias de los trastornos de ansiedad mencionó a la depresión, la automedicación y el incremento en el consumo de psicofármacos y de bebidas alcohólicas.
Dijo que cuando se tiene sospecha de la existencia de un caso, hay que consultar a un profesional ya que “los trastornos de ansiedad deterioran, y mucho, la calidad de vida”. La otra directora de la filial local es María Dal Bello.
Los caminos para salir de la telaraña de los trastornos obsesivos compulsivos son los psicofármacos y la psicoterapia, pero muchos tardan en realizar la consulta.

La recuperación puede ser total

En su página web, la Fundación Fobia Club difundió un artículo del especialista Oscar Carrión que textualmente dice: el trastorno obsesivo compulsivo “puede presentarse en la niñez y generalmente lo hace en la adolescencia. El paciente comienza a tener conductas e ideas que son extrañas. Y que él se da cuenta de que son absurdas e irracionales, pero no puede detenerlas: obsesiones. Por ej: lavarse las manos con excesiva frecuencia sin poder dejar de hacerlo. Se baña a veces varias veces por día o resulta excesivamente ordenado con la ropa a la que debe acomodar de una forma determinada”.
Está claro que todo eso implica una pérdida innecesaria de tiempo y de rendimiento, sobre todo en el caso de los adultos.
Concluye que “lo importante, como siempre, es no ocultar el problema, no temer sacarlo a la luz y solucionarlo evitando los pensamientos sobre la insolubilidad del problema. Hoy los tratamientos farmacológicos en primer lugar indicados por un médico especialista y luego la terapia cognitivo comportamental permiten que el paciente reduzca su problema a punto tal que pueda llevar una buena calidad de vida. Y hasta en algunos casos la recuperación total”.
Para el psiquiatra Enzo Cascardo, coautor del libro Trastorno obsesivo compulsivo y su espectro, aquellos que son víctimas de esta afección (a la que llaman epidemia oculta) realizan sus ri-tuales para neutralizar los pensamientos obsesivos y disminuir el malestar que generan

fuente: diario HOY