Obsesión que destruye y no deja vivir...



Obsesión que destruye y no deja vivir...
Engge Chavarría
Un individuo diagnosticado con el TOC, no volverá a tener una vida “normal”

A los 21 años empezó a lavarse con frecuencia las manos. A pensar que todo, sentía que todo lo que tocaba estaba contaminado. Ya no quería pisar las líneas de los pisos y llenaba los cuadernos de números. “Mis padres no sabían qué tenía, hasta que el siquiatra me detectó Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).”

El TOC es una enfermedad neurológica cuya principal característica consiste en pensamientos recurrentes, incontrolables y obsesiones desagradables o comportamientos repetitivos, que no son controlados voluntariamente por el individuo. El nombre de esta enfermedad proviene de sus dos principales síntomas: obsesión y compulsión.

Actualmente, Mariel Martínez, quien relató su historia, tiene 32 años, ha intentando suicidarse más de cinco ocasiones, perdió al total de sus amigos y ha sido ingresada en una clínica siquiátrica más de 50 veces en cuatro años.

Especialistas siquiátricos revelan que los síntomas y la importancia que implica el TOC pueden presentarse a cualquier edad a partir de los seis años, y pueden producir una importante discapacidad.

Mayra Martínez, siquiatra y miembro de la Asociación Mexicana de Trastorno Obsesivo Compulsivo (AMTOC), aseguró que 3.0 por ciento de la población mexicana padece la enfermedad.

En una plática con Excélsior, mencionó que las personas que padecen TOC no son enfermos mentales per se. De hecho, muchos estudios demuestran que gran parte de los pacientes presentan una inteligencia cognitiva por encima del promedio, puesto que la propia naturaleza del trastorno exige patrones mentales complicados.

La experta detalló que los síntomas son miedo a la mugre o a los gérmenes, disgusto por los desechos o los líquidos corporales, preocupación con el orden, simetría (balance) y exactitud, angustia de que una tarea no se haya realizado bien, incluso cuando la persona sabe que no es cierto.

Los pacientes tienen miedo a tener pensamientos malos o pecaminosos, pensar en ciertos sonidos, imágenes, palabras o números todo el tiempo y necesitan asegurarse continuamente de las cosas.

“En casa nos podemos dar cuenta cuando el enfermo se lava continuamente las manos, se tarda mucho tiempo en bañarse y le obsesionan sus pensamientos por más insignificantes que sean”, explicó.

Además, dijo que limpian y arreglan sus objetos personales constantemente. Revisan los cajones, puertas y aparatos eléctricos para asegurarse de que están cerrados, con seguro o apagados.

También repiten rituales como salir y entrar por una puerta, levantarse y sentarse de un asiento o tocar ciertos objetos varias veces. Cuentan una y otra vez hasta cierto número y guardan periódicos, correspondencia o empaques que ya no son necesarios.

Existen varios medicamentos disponibles para tratar el TOC, que incluyen: clomipramina, fluoxetina, sertralina, paroxetina y fluvoxamina), que pueden causar efectos secundarios, tales como resequedad en la boca, náusea y somnolencia. Incluso, algunas veces también afectan el funcionamiento sexual de una persona.

Mayra Martínez advierte también que la terapia conductual puede utilizarse para tratar el TOC, y que ayuda al paciente a enfrentar las causas que desencadenan sus obsesiones y ansiedad.

Luego, se les incentiva a no realizar los rituales que usualmente les ayudan a controlar sus nervios.

Datos de la Organización Mundial de la Salud, incluyen al TOC entre las 20 primeras enfermedades discapacitantes, con una prevalencia de 0.8 por ciento en los adultos y 0.25 por ciento en niños y adolescentes, y entre las cinco enfermedades siquiátricas que te privan de hacer tus funciones normales.

Mariel Martínez concluyó que el tener la enfermedad le ha quitado 11 años de su vida para trabajar y relacionarse.

“Lo más doloroso ha sido que algunos de mis amigos se dieron cuenta de mi trastorno y muchos decidieron abandonarme.”

Lo más doloroso ha sido que algunos de mis amigos se dieron cuenta de mi trastorno, y muchos decidieron abandonarme...”

MARIEL MARTÍNEZ