"Nos encontramos en la era de la depresión"


Francisco Alonso-Fernández psiquiatra, neurólogo y diplomado en psicología y psicosociología
"Nos encontramos en la era de la depresión"


IOSUNE NIETO, Tenerife

Invitado por el Instituto Canario de Psiquiatría (Icapsi), el psiquiatra y neurólogo Francisco Alonso-Fernández, ofrece esta tarde una conferencia en el Casino de Tenerife sobre Felipe II, sus secretos y obsesiones. Este rey y El Quijote centran las dos conferencias que lo han traído esta semana a la Isla, junto a su nombramiento como Colegiado de Honor del Colegio de Médicos de la provincia.

-¿Por qué ha elegido a El Quijote para su conferencia?

-Es con motivo del cuarto centenario, pero también porque está apareciendo un libro mío, "El Quijote y su laberinto vital". Se titula así porque desde mi punto de vista "El Quijote" tiene tres apartados: una vida enajenada, que es el hidalgo Alonso Quijano transformado en don Quijote, la biografía de un enfermo mental. Una segunda vida es el idealismo, el quijotismo, un ideal de libertad, de justicia, pero también de extravagancia y de trabajo inútil. Esto es muy importante porque cuando se habla de que los españoles somos don quijotes, se puede aplicar en los tres sentidos, somos nobles y sublimes, somos un poco chalados, y trabajadores poco pragmáticos. La tercera vida es la de don Sancho. Demostró que dentro de él había un núcleo de sabiduría sin desarrollar y que llegó a ser un auténtico Sócrates analfabeto. Yo soy más cervantista que quijotista, porque para mí es un gran genio y demuestra que sabe mucho de psiquiatría.

-¿Se puede llegar a la locura por leer mucho?

-En absoluto. Ésa fue otra broma de Cervantes.

-Su conferencia de esta tarde gira en torno a Felipe II, sus secretos y obsesiones. ¿A qué se refiere?

-Felipe II realmente no tuvo infancia, porque su padre, Carlos V, estaba alejado de él y su madre le dio una educación muy dura y murió antes de que él cumpliera doce años. Con 14 años, ya tuvo que asumir actividades impropias de la edad. Hizo una falsa maduración precoz y con elementos obsesivos. Yo lo llamo el Rey empadrado, porque lo idolatraba, y eso se demuestra en los grandes sacrificios que hizo, como casarse con su tía, María Tudor. Hacia los veintitantos años tenía un comportamiento liberal, libró de la Inquisición y el martirio a muchos curas. Pero su padre entra en una fase depresiva, por un sentimiento de culpa de haber sido demasiado blando con los protestantes, y se vuelve muy fanático y transmite a su hijo que hay que exterminar a los protestantes. El rey Carlos se vuelve triste y lloroso, guarda cama casi continuamente, se retira de la vida pública, no duerme y se dedica a comer. Es un cuadro depresivo completo.

-¿Los trastornos que observamos actualmente existían entonces?

-La depresión ha sido gran protagonista en la historia de España. Transforma a Carlos V y éste a Felipe II, que lo vuelve un rey fanático. Viene entonces el mundo de los secretos y las obsesiones.

-Entre su bibliografía llama la atención su trabajo sobre la personalidad del alcohólico.

-Me dediqué a investigarla durante tres años. Me refiero a los de antes, porque ha cambiado.

-¿Qué ha cambiado?

-Antes de esta epidemia juvenil de entrega al consumo de alcohol, la personalidad del alcohólico se distinguía por la sensación de soledad profunda y de fracaso en la vida. Era una persona que sufría muchísimo y que con el alcohol se volvía comunicativo y, al mismo tiempo, elaboraba fantasías y se encontraba feliz.

-¿Dónde sitúa ese cambio?

-En el momento en que empieza la cultura de la noche, casi siempre mojada en alcohol. Porque ahora nos encontramos con alcohólicos juveniles que se han transformado en polidrogadictos.

-¿Son las otras adicciones, título de otro de sus libros?.

-Ahí me refiero a las adicciones sociales: sexo, alimento, compras, juego, trabajo, televisión e internet. Han hecho una eclosión tremenda desde finales del siglo pasado, y yo las presento como la psicopatología del Siglo XXI. Por primera vez se habla de que las enfermedades adictivas son enfermedades por sí mismas, no son abusos.

Se duplica la incidencia

-¿Tienen algún punto en común con la depresión?

-La depresión está presente en un 80 por ciento de ellas, unas veces como causa y otras como consecuencia. Nos encontramos auténticamente en la era de la depresión. En los últimos años se ha duplicado su incidencia.

-¿Por qué ha ocurrido?

-Porque hay más estrés, más falta de comunicación, de soledad, sedentarismo, cambios acelerados en la forma de vivir, una prolongación de la esperanza de vida y las drogas. Todas las drogas favorecen la depresión, incluso el tabaco y ciertos medicamentos. Yo vengo estudiando en los últimos tiempos el binomio dolor y depresión. Hay depresiones que cursan exclusivamente con dolores físicos y cuadros dolorosos que se complican con depresión.

-¿El cáncer puede sobrevenir de un dolor psíquico?

-Los enfermos depresivos tienen un doble riesgo de estar afectados por un cáncer y por lo tanto es un factor de riesgo. Luego, hay personas con enfermedades graves que se complican por un trastorno depresivo. De esa relación tan estrecha entre lo físico y lo psíquico nacen enfermedades como las fibromialgias o el síndrome de fatiga crónica.

-Confirma así la relación entre lo físico y lo mental.

-Totalmente. Porque la depresión no es una enfermedad mental, sino de la vitalidad del ser humano, que es un estrato que se encuentra entre el alma y el cuerpo. Afecta a las entrañas del ser humano y por eso ocasiona los sufrimientos más perturbadores, más dolorosos.

-Es la enfermedad total.

-Exactamente, lo que pasa es que hay depresiones volcadas exclusivamente en el cuerpo, que se reflejan sólo en una fatiga o en dolores.

-¿Trastorno bipolar y ansiedad son otras formas de depresión?

-Los cuadros de ansiedad arrancan de conflictos infantiles y de estreses determinados en la vida. El trastorno bipolar es una depresión endógena hereditaria que evoluciona alternativamente con fases de exaltación vital. Pero, además, intervienen los factores ambientales. La ideología genética fatal e inexorable prácticamente no existe y este es un mensaje de esperanza y optimismo porque muchas veces se habla de que se ha descubierto un gen, ¡y es sólo un gen que influye o no!

Se cura

-El mejor mensaje sería el anuncio de que hay cura.

-Para todos los trastornos mentales, los progresos en fármacos no son sólo progresos en efectividad, sino progresos en conocimiento. Estimular o sedar son referencias primitivas, las referencias ahora son neuroquímicas, sin descuidar la acción psicológica. El progreso en el tratamiento de las enfermedades mentales es imparable y ha alcanzado unos niveles superiores a los de ninguna otra especialidad.

-Tarde o temprano la mayoría pasaremos por una depresión.

-Sí, pero se cura, hay sólo un dos por ciento de enfermos que se enquistan o que no continúan el tratamiento adecuado, pero infinidad de casos que los psiquiatras curan a diario pasan inadvertidos, incluso los esquizofrénicos están desarrollando su vida con total normalidad.

-Si alguien coge una baja por gripe nadie dice nada, pero si es por depresión...

-Pues es una visión un poco distorsionada, son prejuicios.

-También se están viendo más depresiones en niños.

-En algún libro mío hablo de la depresión del lactante, que puede ser un niño que no duerme ni deja dormir, que tiene un llanto continuo. Obedece ya a un mecanismo depresivo.

-También hay cada vez más trastornos de conducta en niños.

-Pueden tener distintas raíces, pero a algunos les influye la depresión, porque los adolescentes la padecen de una manera distinta, que es reaccionando de una manera inadaptada e incluso buscando la solución por sí mismos en la calle, en las drogas. Se sabe que en un 25 por ciento de los chicos que se han echado a las drogas existía un factor depresivo.

También creo que estamos tocando crisis de valores, de familia, falta de referencias. Los chicos utilizan otros agentes muy precozmente, los padres y profesores quedan arrinconados y se guían por personajes públicos.

-¿Existen, de verdad, algunos síndromes de los que se habla? El último, el del atracón.

-Precisamente ésa es una adicción. Hay dos maneras de bulimia. La bulimia pura cursa incluso con peso aumentado. Un gran porcentaje de obesidad corresponde a un componente adictivo, excesivo, hasta que se siente completamente lleno y luego viene el sentimiento de culpa. Son conductas alimentarias adictivas.

. -Y en la vejez, ¿qué trastornos están viendo?

-Los cuadros demenciales, que empiezan a tener tratamiento, porque ya hay tratamientos para la enfermedad de Alzheimer, con cierta efectividad, y eso es otra gran novedad. Y sobre todo, la enfermedad depresiva. También hay ancianos abandonados que se entregan a adicciones como a la televisión y al alcohol, inducidos por factores de soledad.

-¿Es cierto que personas mayores que entran en residencias se dejan morir?

-Eso son cuadros depresivos porque los cambios tienen que ser paulatinos a cualquier edad.

fuente:eldia.es vivir