compras compulsivas




El verano es esa época del año en donde disfrutamos del sol, del tiempo libre, y aprovechamos para organizar nuestras vacaciones.
Pero también, como sucede desde hace varios años y estando aún en plena temporada, las marcas arrancan con sus rebajas, y nos tientan con las vidrieras colmadas de carteles ofertando descuentos y liquidaciones de temporada. Frente a tal bombardeo de ofertas, como controlarse?

Hoy en día, el consumo se ha convertido en un factor valorado socialmente, que marca tendencias y define posiciones sociales. Siendo un recurso que ha quedado al servicio de la moda.

Por un lado, ir de compras puede resultar una buena terapia para evadirse de los problemas cotidianos. Pero como cualquier conducta placentera es susceptible de convertirse en adicción. En algunos casos, puede devenir en un impulso irrefrenable, difícil de controlar.
La adicción por las compras en sí misma, afecta a poca gente, pero es más común de lo que se cree. Se suele gastar más de lo que se puede en cosas que realmente son innecesarias, por el solo hecho de comprar.

Esta patología emergente de la sociedad moderna recibe el nombre de oniomanía (del griego onios: para la venta), refiriéndose al apego o adicción a las compras. La persona siente el deseo obligatorio y el impulso incontrolable de hacer compras. La compra genera la satisfacción de ese deseo y la sensación de bienestar. Pero como en toda adicción esa satisfacción es temporaria, luego sobreviene la culpa, la ansiedad y la depresión, y es necesario volver a comprar para apaciguar ese estado, cayendo en un círculo vicioso.

El síndrome del comprador compulsivo afecta a hombres y mujeres, comprendidos entre 30 y 40 años, que generalmente se caracterizan por la baja autoestima, poco autocontrol, sentimientos de inseguridad, tendencia a la fantasía, sensación de soledad o vacío espiritual.

Las compulsiones se definen como comportamientos o actos mentales cuyo propósito es prevenir o aliviar la ansiedad. Se presenta bajo la forma de una fuerza interna que presiona al sujeto, bajo la amenaza permanente de un incremento del nivel de angustia, y lo moviliza a realizar una determinada acción, o a pensar en alguna idea.

La causa que provoca la adicción a las compras se desconoce, pero los especialistas sostienen que hay diversas variables que intervienen a nivel causal: biológicas, sociales y psicológicas.
Desde el aspecto biológico se hace referencia a anomalías cerebrales vinculadas a ciertos neurotransmisores (serotonina), que determinan la falta de control sobre la impulsividad.
Entre las razones de orden psicológico los factores determinantes son el miedos, las depresiones, vacío emocional, y la autoestima baja. La compra es un intento para manejar estas sensaciones.
En el orden social, se juega la característica consumista de la sociedad actual, el valor social que adquiere la capacidad adquisitiva y la tendencia a crear necesidades donde no las hay.

Recientemente se ha publicado un artículo donde se sostiene que los compradores compulsivos comúnmente padecen otros trastornos psiquiátricos como depresión, trastornos de ansiedad y otros trastornos en el campo del control de impulsos, como el juego compulsivo y los atracones de comida. Esta tendencia se encuentra en la etapa de investigación.

La compra compulsiva, no es un diagnóstico psiquiátrico establecido aún, pero en este momento se está evaluando su inclusión en la próxima edición del Manual de Diagnósticos y Estadísticas de los Trastornos Mentales (DSM-IV).

En cuanto a pronóstico y tratamiento, esta adicción a diferencia de otras, es más difícil de detectar por el objeto de adicción en juego (las compras), y por la socialización del mismo. Y muy raramente, una persona acuda por cuenta propia en busca de ayuda profesional para tratar su tendencia a comprar compulsivamente. La mayoría de las veces no se lo considera un problema sino un comportamiento normal, hasta que comienza a afectar otros ámbitos como el laboral, se crean deudas, surgen las discusiones familiares, el malestar anímico y el incremento de ansiedad.

Lic. Eliana Maratea

fuente: activamente