Cómo vivir 365 días al año, de John Schindler


Cómo vivir 365 días al año, de John Schindler
fuente:http://uranovenezuela.blogspot.com
Principios para enriquecer la vida


Si la vida no le está ofreciendo todo lo que usted quería, dispone de una forma de cambiar las cosas… y ya sabe que todo comienza en su interior. Con un lenguaje sencillo, constatamos que existe un vínculo entre el estrés emocional y las enfermedades orgánicas. Los trastornos inducidos emocionalmente, nos dice el doctor Schindler en Cómo vivir 365 días al año, de Ediciones Urano, son la causa de más del 50% del total de todas las dolencias que sufrimos. Por fortuna, la mayor parte de ellas puede evitarse.


Cuando se vive obsesionado por pensamientos negativos, el cuerpo experimenta una variedad de respuestas también negativas que, a través del sistema nervioso llegan a músculos, articulaciones, glándulas y órganos. Según sea la intensidad de estas emociones negativas, la reacción orgánica correspondiente puede constituir, desde un simple “nudo en la garganta” hasta una complicación grave.


El Dr. Schindler ha comprobado la efectividad de métodos que pueden ayudarle a tomar conciencia de sus pensamientos para controlar y dirigir sus emociones. Y, cuando usted domine sus emociones, disfrutará de una vida plena y placentera. Aún mejor, aprenderá a prevenir y curar las enfermedades inducidas emocionalmente. Es más sencillo de lo que usted cree.


Cómo vivir 365 días al año le ofrece el esquema que necesita para modelarse una vida plenamente satisfactoria. Haga que cada uno de sus próximos 365 días sea una experiencia extraordinaria…

¿Cómo Salir de Laberinto Junto con Otros?



Lic. María Julia Suárez de Maciel
Av. Del Libertador 5881 1º “A” C1428ARB – Capital Federal – Argentina –
Tel/Fax: 4783-5114 Tel: 4787-4666
e-mail: ctc@ctc-ar.com.ar – http://www.ctc-ar.com.ar
Asociación Argentina de Terapia Cognitiva
XVI Jornada de Actualización en Terapia Cognitiva. 25 de Septiembre de 1999. Buenos
Aires, Argentina.
Trastorno Obsesivo Compulsivo:
¿Cómo Salir de Laberinto Junto con Otros?
Autor: Ma. Julia Suárez de Maciel
Es objetivo de esta presentación reflexionar entre todos sobre una experiencia
terapeútica combinada, que incluye Terapia Cognitiva Grupal en pacientes con Trastorno
Obsesivo Compulsivo que inicialmente recibieron y mantienen terapia psicofarmacológica.
Previamente al desarrollo del programa de tratamiento implementado desearía hacer
una breve revisión sobre los aportes que nos brinda la teoría cognitiva, en referencia al
trastorno obsesivo compulsivo y a quienes lo padecen.
Schapiro, en 1965, delinea la estructura y las características de lo que denomina
"estilos neuróticos". Según él, "el estilo general del pensamiento (de una persona) puede
considerarse una matriz en la que cristalizan los diversos rasgos, síntomas y mecanismos de
defensa". Dice este autor que "el funcionamiento cognitivo de los obsesivos tiene tres
características básicas: la rigidez de pensamiento, el modo de actividad "tenso" con
distorsión del sentido de autonomía, y la pérdida del sentido de la realidad o del sentido de
convicción sobre el mundo".
Beck y Freeman, en 1995, manifiestan que los pensamientos del obsesivo suelen ser
irracionales y disfuncionales y conducen a emociones, conductas y respuestas fisiológicas
inadaptadas. Diferencian entre las obsesiones y compulsiones específicas, características del
Trastorno Obsesivo Compulsivo, y la existencia de estilos o rasgos de personalidad amplios y
estables compatibles con un Trastorno Obsesivo Compulsivo de Personalidad.
María Dolores Avia, en 1994, complementa la descripción de Schapiro, destacando
,que en los obsesivos "...los intereses son muy definidos y tienen un foco intenso que limita
pensamientos más elaborados y fructíferos ". Motivacionalmente se caracterizan por una
actividad tensa y en constante esfuerzo. Por otra parte, la falta de certeza, la incertidumbre
afecta a la autoeficacia, y en algunos casos es la que directamente produce la sensación de
malestar que desencadenan los ritos. Desde el punto de vista clínico, observa que en aquellos
pacientes que padecen TOC en comorbilidad con un
"estilo" de personalidad obsesivo compulsiva, el pronóstico de mejoría es poco favorable.
Guidano y Liotti, en 1983, sostienen que el perfeccionismo, la necesidad de
certidumbre, y una fuerte creencia de la existencia de una solución absolutamente correcta
para los problemas humanos, son los componentes inadaptados que subyacen tanto en el
Trastorno Obsesivo Compulsivo de la personalidad, como en la conducta ritualista del
Trastorno Obsesivo Compulsivo.
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La conducta de parentaje, asume, según Guidano, en la organización obsesiva
compulsiva, todas las características de un vínculo de apego bifronte verdaderamente
ambivalente.
Desde otra perspectiva, el modelo biológico hace hincapié en el sustrato biológico del
trastorno obsesivo compulsivo. Las teorías contemporáneas de este modelo atienden a tres
corrientes interpretativas: la genética, la disfunción serotoninérgica y la neuroanatómica. En
las últimas décadas, los avances de los estudios cerebrales por neuroimágenes han permitido
recoger evidencias al respecto.
Desde una formulación cognitiva conductual, la información errónea de amenaza , es
un sustrato cognitivo fundamental en todos los trastornos de ansiedad. En el caso específico
del Trastorno Obsesivo Compulsivo, la estructura del miedo puede incluir asociación
excesiva entre estímulo y respuesta. Hay desajustes en las redes de
memoria afectiva y en las reglas interpretativas ( Kosak, 1991). Se da una evaluación errónea
sobre el daño que puede resultar y la responsabilidad personal (Salkowsky, 1984). La duda y
la culpa cumplen un importante rol en estos pacientes ( Steketee y
Foa, 1987; Beck, 1989; Tallis, 1992; Frost, 1994 ).
El tratamiento de pacientes con TOC cumpliendo técnicas conductuales ha
sido descripto por Steketee en EE. UU. (1993), teniendo en cuenta el trabajo individual y en
grupo, las intervenciones del terapeuta, la inclusión de familiares y las dificultades que puede
ofrecer el paciente para mantenerse en terapia.
En Inglaterra, Marks, desde 1987, ha incluido el ordenador y el teléfono para las tareas
de autoexposición, limitando el accionar del terapeuta al de guía o evaluador. En ambos
países se cuenta con Fundaciones para obsesivos compulsivos, que informan a pacientes,
familiares y profesionales sobre el trastorno y el tratamiento más adecuado.
Las técnicas conductuales recomendadas y probadas como eficaces son:
◊ Exposición
◊ Prevención de respuesta
Tienen como objetivo romper la asociación obsesión - ansiedad, y ansiedad - ritual,
respectivamente. Se logra aliviar los síntomas y que el paciente asuma un rol activo y
modifique el proceso cognitivo patológico que relaciona la intrusión con la compulsión.
Los últimos aportes de la Teoría Cognitiva con obsesivos compulsivos atienden a
técnicas cognitivas específicas que ayudan a modificar las evaluaciones y creencias
subyacentes.
Van Open y Arntz ( 1994), citados por Tallis en 1995, y por Beck en 1997, trabajan en
:
◊ Estimación de catástrofe (probabilidad de peligro y consecuencias)
◊ Percepción de responsabilidad personal (nivel de responsabilidad y
consecuencias percibidas).
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Para lograr una evaluación más objetiva en la sobreestimación de la posibilidad de
peligro y grado de las consecuencias usan la técnica de Hoekstra. Esta permite el cálculo de
probabilidad acumulada basada en el análisis de la secuencia de sucesos que llevan a la
catástrofe. Otra sobreestimación para atender es la que se refiere a la responsabilidad, ya sea
teniendo en cuenta el nivel de responsabilidad personal, en la que es útil usar técnica de
pastel, como las consecuencias percibidas debido a la responsabilidad, para la que se
recomienda usar técnica de estándar doble.
Es decir, para modificar cada tipo de sobreestimación, recomiendan técnicas
específicas que permitan reatribución objetiva y realista.
Sintetizando :
Tenemos caracterizado el paciente según el trastorno que padece, y descriptas las
técnicas probadas como eficaces tanto en terapia cognitiva individual como grupal. El
interrogante y el desafío que se nos presenta como terapeutas cognitivos de la Ciudad de
Buenos Aires, es:
¿Cómo transculturalizar este programa de tratamiento? ¿Qué ventajas nos ofrece el
formato de grupo ?
Nos encontramos con personas con una gran "duda" sobre su nivel de compromiso en
salud mental, con un largo tiempo de padecimiento y en algunos casos con terapias anteriores
frustradas. Aparecen muy vulnerables, como niños detenidos en su proceso de desarrollo, con
temores absurdos, rituales casi mágicos, nivel de pensamiento que no alcanza la inclusión,
falta de confianza en el mundo y en sí mismos, dificultad para ponerse en el lugar del otro.
Hay figuras significativas familiares con trastornos similares y han transitado por
experiencias infantiles que implican algún tipo de riesgo o maltrato.
El grupo les ofrece un espacio para intentar nuevas formas de aprendizaje con otros,
reconstruir experiencias anteriores y evaluar proyectos para un futuro próximo. En el grupo, y
en cada uno de los participantes, incluyendo al terapeuta, hay una historia personal y
compartida de modelos psicológicos y pedagógicos propios de nuestra cultura, que va a teñir
el quehacer psicoeducativo que se despliegue.
La estructura y el proceso del grupo se sostiene en determinadas pautas referidas a
frecuencia, duración, participantes, agenda diaria, técnicas, dinámica dentro y fuera de sesión.
Las palabras claves son : confianza y flexibilización. Sobre todo, cuando el objetivo
terapeútico no es sólo aliviar síntomas, sino también intentar modificar hasta donde sea
posible este "estilo personal", en que la rigidez, la ambivalencia, el control, la duda, y la culpa
inciden en el funcionamiento cognitivo y en el malestar consecuente.
En la experiencia realizada en estos últimos dos años los resultados generales han sido
buenos. Hay coincidencia con los datos de otros programas en porcentaje de mejoría (
alrededor del 70 % ) y en número de sesiones necesarias para empezar a aliviar síntomas ( 13
a 15 sesiones) sobre un total de 20, en que se logra mayor bienestar.
Se incorporaron a Terapia Cognitiva Grupal 14 pacientes, de los cuáles sólo 2
abandonaron, pero continuaron con tratamiento farmacológico.
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Han registrado mucha mejoría 4 pacientes, moderada 6, y muy poca 2. Estos últimos
corresponden a trastornos de personalidad obsesiva más severos.
Los grupos son pequeños ( 5 personas promedio), heterogéneos ( de ambos sexos entre
20 y 50 años) y con modalidad semi - abiertos.
Las sesiones son quincenales, de 2 horas de duración. Se incluye la posibilidad de
mantener entrevistas individuales antes de sesión o entre sesiones según necesidad del
paciente o a requerimiento del terapeuta. También están previstas reuniones con miembros de
la familia y seguimiento periódico con médico psiquiatra, así como evaluaciones en el
proceso individual por parte del equipo responsable.
El programa de tratamiento incluye etapas de comienzo, desarrollo y culminación, a lo
largo de las cuales se van realizando evaluación diagnóstica, socialización del paciente en
Terapia Cognitiva Grupal, discriminación de sintomatología individual y compartida en
obsesiones y compulsiones, evaluación del desarrollo personal en distintas áreas (familiar,
académica, laboral, social), intercambio activo en el grupo, recuerdos infantiles (en relación
con la vida familiar, escolar, juegos), proyectos actuales y dificultades para concretarlos,
búsqueda de nuevas estrategias personales, reformulación cognitiva, basadas en evaluaciones
más ajustadas a nivel individual y grupal.
Las técnicas privilegiadas en las primeras 10 sesiones del tratamiento son del tipo
conductual. Se les informa que no sirve evitar, que hay que enfrentar porque es la única forma
probada de salir de este "laberinto".
Los pacientes menos comprometidos en la sintomatología, inician rápidamente tareas
de autoexposición y las traen al grupo, permitiendo un intercambio que enriquece a todos. En
los casos más severos y con síntomas circunscriptos a la casa en que viven, se ha hecho
necesario que la terapeuta los visite para cumplir actividades de exposición en vivo en el
hogar. Estas experiencias también se evalúan en el grupo, y animan a los más remisos a tomar
una actitud más activa. Se van seleccionando casi simultáneamente técnicas cognitivas y otras
varias que se detallan en el programa adjunto, con el objetivo de empezar a construir formas
más creativas de aprendizaje y flexibilizar estrategias. Se empiezan a observar cambios en las
relaciones interpersonales más cercanas. Hay mayor registro emocional y una percepción más
realista y objetiva de las distintas situaciones. Hay modelaje y aprendizaje grupal compartido.
De a poco aparecen pequeños proyectos individuales y con otros que se van concretando y
permiten evaluar la dimensión del cambio producido.
El grupo sostiene, estimula, se preocupa y ofrece nuevas posibilidades. El terapeuta,
como dijo un paciente " navega" con ellos, tratando de no perder el rumbo, pero
acompañando en las "tormentas", el "buen tiempo" y en los golpes de timón, que cada uno y
todos juntos somos capaces.

En un estudio sobre 150 pacientes- entre 15 y 55 años...


NUEVAS APORTACIONES AL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO
Escrito por: miguelmartinezfondon el 31 Mar 2009
En un estudio sobre 150 pacientes- entre 15 y 55 años, diagnosticados psiquiátricamente con TOC que no lograban remitir los síntomas, se llevó a cabo una anamnesis sobre el modelo de relación parental y tras más de un año de estudio, se pudo afirmar que el 85% de los pacientes masculinos, tenía problemas de identificación con la figura paterna y un 90 % de las mujeres, con la figura materna. El 10 % restante, eran pacientes de tipología sexual homosexual o asexual. En los paciente varones, la figura del padre, se hallaba eclipsada por la presencia de una moral maternal fuertemente anclada en la personalidad del paciente, desde su más temprana infancia. En el caso de las mujeres, se observó que padecían de un importante complejo de rivalidad con la figura materna que hacía también casi insignificante la presencia de la figura paterna. Estudiando la relación de estos pacientes, con las normas morales sociales, se pudo hallar que existía un miedo muy desarrollado a cometer actos que pudieran ser juzgados de amorales, los cual, les llevaba a tratar de mantener un orden y una disciplina en sus vidas para ocultar dicho deseo de amoralidad. En el 99% de estos pacientes, se comprobó que existía una fuerte ideología religiosa, cumpliendo con los preceptos del cristianismo, un 56%. El otro 44 % si bien se denominaban creyentes, tenían unas ideas muy particulares de las figuras cristianas, destacando, entre ellas pensamientos de un Dios tirano y castigador mas que beneplaciente. Esta idea de dios malo, les hacía sentirse observados contínuamente por una presencia divina que les juzgaba cada uno de sus actos y pensamientos y que les castigaba según el orden amoral de los mismos a realizar actos compulsivos que pudiera calmar el lastimoso sentimiento de culpa que padecía… ( continuará )

Manías, costumbres, obsesiones


fuente:nocheenlaciudad

En columna de opinión de El País de hace unos años, el periodista de turno hablaba sobre las fobias. Una frase que se me quedó grabada es “si tienes que pensar si la tienes, es que no es una fobia”. De las manías se puede decir lo mismo. Todos convivimos con pequeñas obsesiones y somos muy conscientes de cuáles son las más importantes... o las que nos dan más dolores de cabeza.

El ejemplo de Jack Nicholson en “Mejor Imposible” quizá sea algo extremo. Nunca me he cruzado por la calle con alguien que quiera evitar tocar a la gente o poner el pie en las rayas del pavimento. Pero “engancharse” a ciertos gestos, comportarse de una forma repetitiva sin razón aparente o la clásica compulsión de lavarse las manos me resultan muy familiares.

Como enfermedad tiene un nombre, TOC, trastorno obsesivo compulsivo. Creo que el caso que más me llamó latención fue uno que leí en un librito sobre el tema hace años: “El chico que no podía dejar de lavarse las manos”. En él se describía a un paciente que llevaba toda su vida quedándose “atascado” en las puertas. De alguna forma, su mente le impedía cruzar los umbrales, pero también retroceder, con lo que se quedaba allí atrapado mirando el marco, dando pequeños pasos hacia delante y hacia atrás, hasta que alguien de su familia le rescataba, supongo. Otro, no menos impresionante, era el de un hombre que se había pasado toda la vida tarareando la misma canción. Si sufrirlo unos minutos o unas horas puede resultar desesperante, no quiero imaginar como será tener una melodía en la cabeza durante décadas.

Pero no nos vayamos tan lejos, no hace falta que sea un caso clínico. Como decía al principio, es algo que en cierta medida todos sufrimos. Y me intriga porque he sido un maniático (que no maníaco) toda mi vida y sigo sin saber muy bien por qué. Puedo encontrarle explicación a que una cama deshecha me dé impresión de desorden y tenga que hacerla si voy a trabajar en mi habitación. O al hecho de que mientras cocino me limpie las manos a menudo, porque me desagrada el aceite. Puedo ser muy obsesivo con ello, pero digamos que hay una “lógica” detrás. Son los casos en los que no encuentro esa lógica los que me preocupan.

Porque ¿cuántas veces se puede comprobar que llevas las llaves, la cartera y el móvil encima? Al menos antes de que se considere compulsivo. ¿Cincuenta, cien al día? Espero no llegar a tanto, aunque ya lo hago más de lo que me gustaría. En el instituto hacía listas de cosas por hacer y las repasaba mentalmente, una y otra vez. “Pasar apuntes a limpio, comprar rotulador, llamar a Jose...”, así hasta el infinito. No tenía nada que ver con llevar una agenda, porque no pasaban ni quince minutos entre un recuento y otro. Asusta verse como el personaje de Dustin Hoffman en “Rain Man”(es una exageración, claro).También debo decir que me libré de esa obsesión con pequeños trucos y me alegro de haberlo logrado. A partir de ahí ha habido otras cosas más fáciles de llevar y que me dan por temporadas, como por ejemplo cruzar los pasos de peatones de una forma determinada (sin pisar las rayas blancas, si, yo también). Visto todo lo anterior, contar que te muerdes las uñas parece una tontería.

Dicen que hasta que no te impide llevar a cabo tus tareas cotidianas no es enfermedad. Por ahora me salvo. Y me ha aliviado descubrir que mis amigos también sufren sus particulares manías. Uno de ellos llegaba tarde a los sitios porque cuando caminaba por la ciudad, si pasaba junto a un semáforo y éste se ponía en verde sentía el impulso de cruzar la calle. Con mala suerte y una combinación de semáforos concreta, podía acabar muy lejos de su destino original. Él lo explicaba diciendo que le parecía lo correcto, como si realmente tomase un camino mejor. Otro tenía que mirar a la gente de una forma determinada. Me he encontrado con personas que te dan la mano de una manera y no de otra, sin posibilidad de cambiar. Hay quien se viste siempre empezando por el mismo pie, o quien se cepilla el pelo cien veces todas las noches, ni una más ni una menos, a riesgo de no poder conciliar el sueño y se equivoca. O los que tienen que caminar a tu derecha y si van a la izquierda comienzan a ponerse nerviosos.

Cuando llega el momento de buscarle una explicación, me gusta pensar que estos pequeños rituales no indican que estemos desequilibrados o suframos un trastorno, sino que en cierta forma nuestro cerebro está acostumbrado a buscar un equilibrio. Nos sentimos cómodos en la rutina, nos da tranquilidad, asi que si no existe, la inventamos. Para liberar nerviosismo, como válvula de escape al estres, para estar ocupados en algo ajeno a lo cotidiano. Se suele decir que el ser humano es muy bueno reconociendo estructuras y patrones, la razón de que dispongamos de habla y escritura. Las manías son una forma de crear a nuestro alrededor un esquema que seguir, artificial pero simétrico, continuado, que a su manera trata de darnos la tranquilidad de algo reconocible.

Es cierto que a la larga el efecto es el opuesto y nos tiraniza de una forma que nos hace sentir incómodos, pero hay un placer extraño también en las obsesiones. Recuerdo la satisfacción de algo “bien hecho” o del deber cumplido cuando de adolescente terminaba de repasar mis listas memorizadas. ¿Compensaba la angustia de verme a mí mismo enganchado como un robot en esa tarea interminable? Probablemente no y por eso hice lo posible por escapar. En fin, el cerebro es una máquina muy compleja, con multitud de zonas oscuras a las que quizá nunca hallemos explicación. Ahora, si me disculpais, tengo que ir a contar cerillas y ordenar mis discos biográficamente.

ROBERTO CARLOS CHALADO Y CON UNA PIERNA POSTIZA


LA OTRA CRONICA
fuente:el mundo
ROBERTO CARLOS
CHALADO Y CON UNA PIERNA POSTIZA
Son dos de los detalles íntimos sobre el cantautor que aparecen en una biografía no autorizada que permanece secuestrada en Brasil desde hace años. El país está indignado
EMILIO M. LACAVE / Río de Janeiro

El cantautor Roberto Carlos (67 años) cumplirá en abril cinco décadas de carrera artística. Para celebrar el acontecimiento, el cantante va a realizar una gran gira por 20 ciudades brasileñas.Después, producirá un nuevo disco que será lanzado la próxima Navidad. Es su manera de poner punto y final a una polémica que ha estado coleando en los tribunales brasileños dos años.

La complicada historia comenzó tras la aparición en las librerías brasileñas de una biografía no autorizada del cantautor, Roberto Carlos en detalles. En mayo de 2007 el cantante demandó al autor del libro -el escritor e historiador Paulo César Araújo- y a la editorial Planeta de Brasil, pidiendo a ambos una alta indemnización y la inmediata retirada de todos los ejemplares en ese país.

En el Juzgado de Instrucción n° 20 del barrio de Barra Funda, en la ciudad de SÆo Paulo, hubo una reunión bendecida por la autoridad judicial durante la que ambas partes firmaron un acuerdo cuyas cláusulas no fueron divulgadas en su totalidad. No se dijo, por ejemplo, la importante cantidad de dinero que Roberto Carlos, al parecer, pagó a Planeta y al autor para la definitiva defunción del libro, en una tentativa de evitar la difusión de «algunos detalles de su vida».

COMO EN LA DICTADURA

Inmediatamente surgieron las protestas contra el secuestro de los 11.000 ejemplares. Se habló de que se trataba de un ataque contra la libertad de expresión, del renacer de una censura semejante a la de la dictadura militar, etcétera. Y, de la noche a la mañana, en internet empezaron a surgir versiones -verdaderas y falsas- del libro vetado por la Justicia. Poco después, los links que abordaban el tema también desaparecieron de la red, aunque tarde.Para entonces ya había sido ampliamente divulgada una carta del escritor Paulo Coelho manifestándose contra los hechos, contra la editorial Planeta (en aquella época, editora de los libros del Mago), contra Roberto Carlos y contra Paulo César, acusándoles a todos de volver al oscurantismo.

En un fragmento de su extensa carta, Coelho afirma: «Siento una gran admiración por Roberto Carlos y un gran respeto por la editorial Planeta, pero ahora leo en los periódicos, con tristeza, que ante un juez los abogados de Roberto Carlos y de Planeta establecieron un acuerdo para la interrupción definitiva de la producción y la comercialización de la biografía no autorizada Roberto Carlos en detalles: El editor dice un disparate para salvar la honra, el cantautor no dice nada y el autor está prohibido de hacer declaraciones sobre el asunto [...]. Creo que cualquier persona en su sano juicio sabe que, a partir del momento en que su carrera se torna pública, está expuesta a que su vida sea investigada, sus fotos publicadas, su trabajo elogiado o despreciado por los críticos. Esto que ha sucedido en el Juzgado de Instrucción n° 20 de Barra Funda es una falta de respeto a mi profesión de escritor».

Tras aquello se abrió sobre el asunto un paréntesis de silencio, hasta que una sentencia de la jueza Márcia Cristina Cardoso de Barros, del Juzgado n° 20 de lo Civil, de Río de Janeiro, resucitó el asunto, determinando que Araújo no tenía que indemnizar al cantautor, puesto que «no se produjeron los daños morales alegados, ni cualquier tipo de ofensa a la honra del demandante». La jueza da a entender en su sentencia que lo que ofendió a Roberto Carlos fueron las alusiones a la leyenda, nunca probada, de la amputación de una pierna, y a los trastornos psíquicos de los que estaba siendo tratado: una perturbación mental llamada TOC (trastorno obsesivo compulsivo), que le llevaba a cometer una serie de chaladuras.

Aunque la republicación del libro continúa prohibida, la jueza ha obligado a Roberto Carlos a pagar las costas del proceso y los honorarios de los abogados de la parte contraria.

Todos tenemos conductas repetitivas como parte de nuestra personalidad, pero cuando nos causan ansiedad se vuelven obsesiones compulsivas


fuente:http://www.esmas.com

Todos tenemos conductas repetitivas como parte de nuestra personalidad, pero cuando nos causan ansiedad se vuelven obsesiones compulsivas

Andrea sólo viaja en el primer vagón del metro, Estela duerme con flores junto a su cama, Carla es artista y evita vestirse de gris antes de pintar un cuadro, Fabiola es escritora y reescribe un párrafo para que no quede una palabra sola en el último renglón, Teresa no sale de su casa sin un brazalete determinado.
Todos tenemos pequeñas obsesiones, pensamientos repetitivos y conductas rituales, que consideramos normales y pueden ser parte de nuestra personalidad. Pero se convierten en un trastorno cuando nos causan ansiedad, interfieren en nuestra vida cotidiana o nos llevan a tener ciertos rituales, formando así el trastorno obsesivo compulsivo.

Sofía padece trastorno obsesivo compulsivo y puede apagar la luz, salir a la calle, volver a subir a su casa y comprobar si está apagada muchas veces y aún así, se queda con la duda de si lo ha hecho.

Las manías más comunes

Las obsesiones que más afectan la calidad de vida al causar malestar e interferencias son:

- Higiene. La persona teme contaminarse y se lava las manos infinidad de veces al día, no toca nada sin un trapo, usa siempre guantes, abre las puertas con el codo, limpia todo con jabón, nunca da la mano ni beso al saludar, no soporta ver polvo en una repisa, obliga a otros a que limpien la mesa con tal de no tocar nada.

- Orden. El individuo se obsesiona con la simetría, necesita que todo esté en su lugar, vacía y ordena su bolso, maleta o habitación todos los días, dedica tanto tiempo a ordenar los objetos en su escritorio, que casi no hace ninguna otra actividad ni cumple con sus obligaciones.

- Indecisión. El afectado puede pasar días enteros antes de tomar una decisión insignificante, como comprarse una prenda de vestir, duda una y otra vez y comprueba infinidad de veces si ha cerrado la puerta, el grifo o el gas antes de salir de casa o de dormir.

- Culpa. Son personas que se sienten culpables por cualquier cosa y no dejan de hacer autoexamen de conciencia como una forma de arrepentimiento o de rezar como pago por sus acciones, se obsesionan con el miedo a dañar a los demás.

- Cuestionamientos. Son seres que se obsesionan con pensamientos como “¿qué habrá después de la muerte?”.

- Rituales. El sujeto lleva a cabo una serie de actos encadenados o repetitivos, por ejemplo atraviesa tres veces la puerta antes de entrar a su casa o se sienta en el sillón siempre de determinada manera.

En muchas personas normales se encuentran rasgos obsesivos como el perfeccionismo, la puntualidad, el orden, los escrúpulos o la repetición. Se diagnostica trastorno obsesivo compulsivo cuando la persona rechaza sus ideas obsesivas y quiere librarse de ellas.

Compulsiones rituales

Vanessa imagina que su hijo se asoma por la ventana, pierde el equilibrio y cae al vacío. La idea se repite y no logra controlarla. Para aliviar el malestar que le ocasiona, intenta eliminarla con otros pensamientos o acciones y así protegerse de lo que piensa, por ejemplo reza cada vez que tiene ese horrible pensamiento. Éste es un comportamiento característico del trastorno obsesivo compulsivo.

Estas compulsiones o rituales que acompañan a las obsesiones no son fáciles de resolver, pero si éste es tu caso, los expertos proponen algunas medidas básicas para ayudar a aliviarlas:

- Diferencia obsesión de preocupación. Pregúntate: ¿me vienen a la mente ideas, pensamientos o imágenes fuera de control? ¿Se repiten a menudo? ¿Me crea un gran malestar pensar en ello? ¿Son ideas que no debería tener? ¿Hago algún ritual o evito situaciones para eliminarlas? Si la respuesta a alguna de estas interrogantes es afirmativa, quizá tengas una obsesión.

- Busca las causas del malestar. Es importante enfrentar tus miedos para descubrir que no tienes de qué preocuparte. Por ejemplo, si te obsesiona pensar que podrías quedarte atrapada en una cueva, sal de paseo a una gruta y estando ahí dentro analiza ese pensamiento, así ayudarás a disminuir la ansiedad.

- Limita tus pensamientos. No pases todo el día pensando en una idea obsesiva, proponte pensar en lo que te preocupa sólo durante un tiempo determinado, por ejemplo en la media hora que tienes libre en algún momento del día y nunca fuera de ese horario, esto te ayudará a seguir con tu vida normal.

- Pospón los rituales. Proponte cumplir más tarde tu ritual, es decir, no compruebes de inmediato si cerraste la puerta del coche o la llave del gas, así enfrentarás por más tiempo al pensamiento que te preocupa, desarrollando la habilidad para controlarlo.

- Desacelera la ansiedad. En vez de correr a ver si cerraste con llave o apagaste la luz, ve caminando despacio y podrás tener más control sobre tu preocupación.

- Modifica el ambiente. Si te lavas las manos siempre de la misma forma, cambia algo como poner el jabón en un lugar distinto, para así descubrir que estás controlando obsesivamente tu conducta.

- Interrumpe con algo más. Busca apoyo en una tarea que te distraiga del ritual para así no practicarlo, por ejemplo si rezas cuando tienes un horrible pensamiento, mejor canta una canción que te guste o lee en voz alta un texto.

- Habla con un profesional. Si tu obsesión es frecuente, eres incapaz de controlarla y te produce malestar, consulta a un psicólogo o psiquiatra.

Una y otra vez

El trastorno obsesivo compulsivo es muy frecuente, suele iniciarse en la adolescencia y afecta igual a mujeres y hombres. Si no se trata, llega a invalidar la vida del paciente, ocupando todo su tiempo y sofocando a las personas a su alrededor.

Los pacientes ocultan su enfermedad durante años, creyendo que pueden controlarla, debido a la vergüenza o por miedo a estar enloqueciendo. Por eso evitan comentar el problema con sus seres cercanos o consultar al médico, hasta que ya no pueden disimular.

La importancia de las obsesiones depende del grado en que afecten la vida cotidiana: si alguien por miedo a enfermar deja de salir, relacionarse y trabajar, tiene un problema grave.

Origen y tratamiento

El origen de este desorden es incierto, se sabe que existe cierta predisposición hereditaria y algunos expertos creen que es neurológico. Algunos eventos que pueden hacer a la persona vulnerable a padecer ese trastorno son la muerte de un ser querido, los problemas con la pareja o el sexo, las tensiones en el trabajo, el agotamiento y el estrés, haber tenido una educación restrictiva, carecer de un buen entorno social y de habilidad para comunicarse.

El principal tratamiento del trastorno son los antidepresivos junto con la psicoterapia, efectivos en siete de cada diez casos.

El papel de la familia es fundamental para convencer al obsesivo-compulsivo de que necesita ayuda, ya que sus familiares lo conocen bien y con frecuencia padecen las consecuencias de su enfermedad.

Estrés


en estos días me encuentro mas obsesiva que de costumbre, y parece como si todo lo
que he avanzado a lo largo del tiempo se diluyese en la nada,
el mes pasado hubo un cambio, largo tiempo esperado y no por ello menos temido.la madre de mi chico se ha venido con nosotros, por que no puede estar en casa sola.
y eso a hecho que afloren un montón de emociones negativas,y de malos recuerdos de situaciones vividas en esa familia.
es una persona negativa que con tan solo la mirada te lo dice todo,obsesiva con la limpieza, que ha preferido perder la movilidad antes que delegar en nosotras, o en una chica para que le ayudase en las tareas de la casa, por que nunca la encuentra limpia y termina por una punta y empieza por la otra. imaginaos vivir con ella no siendo perfectos, os puede matar a miradas o mejor dicho si las miradas mataran seguramente, yo ya estaría muerta. 20 años hace que la conozco, y aun se confunde a decir mi nombre.

asi que creo que si tengo estres y una semana muy mala el lunes lumbalgia aguda, en el peor de los momentos justo cuando quiero tenerlo todo a revista, tendríais que verme voy doblada y me recuerdo a el pozi amparooo, por como me mira creo que piensa que tengo cuento, y el jueves me derrame una infusion. ardiendo encima de el pecho, vivan las quemaduras bonitas, olé olé y olé y todavía estamos a domingo, así que solo se me ocurre decir virgencita que no me quede como estoy permiteme la restauración de windows, y que vuelva a estar como hace dos semanas sin lumbalgia, quemaduras, y con la obsesión controladita. o que cambie por otra mejor.
amatista


Estrés
Hay estrés cuando la capacidad de adaptación del individuo es abrumada por los hechos, el acontecimiento puede ser insignificante considerado objetivamente, e incluso por los cambios favorables (por ejemplo, promoción y transferencia) que requieren una conducta adoptativa, pueden producir estrés. Para cada individuo, el estrés se define subjetivamente y la respuesta al mismo es una función de la personalidad y dotación fisiológica de cada persona.

Clasificación y datos clínicos
Los estudios sobre factores psicosociales proporcionan alguna información en cuanto a la posibilidad de que el matrimonio, las relaciones familiares, las relaciones de trabajo y sociales, los problemas financieros, las enfermedades y lesiones, etc., causen estrés. Las causas de estrés son diferentes en las diversas edades, por ejemplo, en el adulto joven, las fuentes de estrés se encuentran en el matrimonio o la relación de padres e hijos, las relaciones en el trabajo y la pugna por lograr una estabilidad económica; en la edad madura, el enfoque cambia a las modificaciones en las relaciones maritales, los problemas con los padres que envejecen y las relaciones con su descendencia de adultos jóvenes que están encontrando situaciones estresantes; en la edad avanzada, es probable que las principales preocupaciones sean el retiro, la pérdida de la capacidad física, las pérdidas personales mayores y los pensamientos de muerte.

Un individuo puede reaccionar al estrés con ansiedad o depresión, desarrollando un síntoma físico, alejándose, tomando una bebida, iniciando una aventura, o en otras formas ilimitadas. Las respuestas subjetivas comunes son temor (a la repetición del acontecimiento que provoca estrés), furia (en la frustración), culpa (sobre impulsos agresivos) y pena (por la desesperanza). El estrés agudo puede manifestarse por la inquietud, irritabilidad, fatiga, mayor reacción del susto y un sentimiento de tensión. La incapacidad para concentrarse, los trastornos del sueño (insomnio, pesadillas) y las preocupaciones somáticas conducen con frecuencia a la automedicación, más comúnmente con alcohol u otros depresores del sistema nervioso central. La conducta de mala adaptación al estrés se denomina trastorno de ajuste, especificando el principal síntoma, por ejemplo, "trastorno de ajuste con ánimo deprimido".