En un estudio sobre 150 pacientes- entre 15 y 55 años...


NUEVAS APORTACIONES AL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO
Escrito por: miguelmartinezfondon el 31 Mar 2009
En un estudio sobre 150 pacientes- entre 15 y 55 años, diagnosticados psiquiátricamente con TOC que no lograban remitir los síntomas, se llevó a cabo una anamnesis sobre el modelo de relación parental y tras más de un año de estudio, se pudo afirmar que el 85% de los pacientes masculinos, tenía problemas de identificación con la figura paterna y un 90 % de las mujeres, con la figura materna. El 10 % restante, eran pacientes de tipología sexual homosexual o asexual. En los paciente varones, la figura del padre, se hallaba eclipsada por la presencia de una moral maternal fuertemente anclada en la personalidad del paciente, desde su más temprana infancia. En el caso de las mujeres, se observó que padecían de un importante complejo de rivalidad con la figura materna que hacía también casi insignificante la presencia de la figura paterna. Estudiando la relación de estos pacientes, con las normas morales sociales, se pudo hallar que existía un miedo muy desarrollado a cometer actos que pudieran ser juzgados de amorales, los cual, les llevaba a tratar de mantener un orden y una disciplina en sus vidas para ocultar dicho deseo de amoralidad. En el 99% de estos pacientes, se comprobó que existía una fuerte ideología religiosa, cumpliendo con los preceptos del cristianismo, un 56%. El otro 44 % si bien se denominaban creyentes, tenían unas ideas muy particulares de las figuras cristianas, destacando, entre ellas pensamientos de un Dios tirano y castigador mas que beneplaciente. Esta idea de dios malo, les hacía sentirse observados contínuamente por una presencia divina que les juzgaba cada uno de sus actos y pensamientos y que les castigaba según el orden amoral de los mismos a realizar actos compulsivos que pudiera calmar el lastimoso sentimiento de culpa que padecía… ( continuará )

Manías, costumbres, obsesiones


fuente:nocheenlaciudad

En columna de opinión de El País de hace unos años, el periodista de turno hablaba sobre las fobias. Una frase que se me quedó grabada es “si tienes que pensar si la tienes, es que no es una fobia”. De las manías se puede decir lo mismo. Todos convivimos con pequeñas obsesiones y somos muy conscientes de cuáles son las más importantes... o las que nos dan más dolores de cabeza.

El ejemplo de Jack Nicholson en “Mejor Imposible” quizá sea algo extremo. Nunca me he cruzado por la calle con alguien que quiera evitar tocar a la gente o poner el pie en las rayas del pavimento. Pero “engancharse” a ciertos gestos, comportarse de una forma repetitiva sin razón aparente o la clásica compulsión de lavarse las manos me resultan muy familiares.

Como enfermedad tiene un nombre, TOC, trastorno obsesivo compulsivo. Creo que el caso que más me llamó latención fue uno que leí en un librito sobre el tema hace años: “El chico que no podía dejar de lavarse las manos”. En él se describía a un paciente que llevaba toda su vida quedándose “atascado” en las puertas. De alguna forma, su mente le impedía cruzar los umbrales, pero también retroceder, con lo que se quedaba allí atrapado mirando el marco, dando pequeños pasos hacia delante y hacia atrás, hasta que alguien de su familia le rescataba, supongo. Otro, no menos impresionante, era el de un hombre que se había pasado toda la vida tarareando la misma canción. Si sufrirlo unos minutos o unas horas puede resultar desesperante, no quiero imaginar como será tener una melodía en la cabeza durante décadas.

Pero no nos vayamos tan lejos, no hace falta que sea un caso clínico. Como decía al principio, es algo que en cierta medida todos sufrimos. Y me intriga porque he sido un maniático (que no maníaco) toda mi vida y sigo sin saber muy bien por qué. Puedo encontrarle explicación a que una cama deshecha me dé impresión de desorden y tenga que hacerla si voy a trabajar en mi habitación. O al hecho de que mientras cocino me limpie las manos a menudo, porque me desagrada el aceite. Puedo ser muy obsesivo con ello, pero digamos que hay una “lógica” detrás. Son los casos en los que no encuentro esa lógica los que me preocupan.

Porque ¿cuántas veces se puede comprobar que llevas las llaves, la cartera y el móvil encima? Al menos antes de que se considere compulsivo. ¿Cincuenta, cien al día? Espero no llegar a tanto, aunque ya lo hago más de lo que me gustaría. En el instituto hacía listas de cosas por hacer y las repasaba mentalmente, una y otra vez. “Pasar apuntes a limpio, comprar rotulador, llamar a Jose...”, así hasta el infinito. No tenía nada que ver con llevar una agenda, porque no pasaban ni quince minutos entre un recuento y otro. Asusta verse como el personaje de Dustin Hoffman en “Rain Man”(es una exageración, claro).También debo decir que me libré de esa obsesión con pequeños trucos y me alegro de haberlo logrado. A partir de ahí ha habido otras cosas más fáciles de llevar y que me dan por temporadas, como por ejemplo cruzar los pasos de peatones de una forma determinada (sin pisar las rayas blancas, si, yo también). Visto todo lo anterior, contar que te muerdes las uñas parece una tontería.

Dicen que hasta que no te impide llevar a cabo tus tareas cotidianas no es enfermedad. Por ahora me salvo. Y me ha aliviado descubrir que mis amigos también sufren sus particulares manías. Uno de ellos llegaba tarde a los sitios porque cuando caminaba por la ciudad, si pasaba junto a un semáforo y éste se ponía en verde sentía el impulso de cruzar la calle. Con mala suerte y una combinación de semáforos concreta, podía acabar muy lejos de su destino original. Él lo explicaba diciendo que le parecía lo correcto, como si realmente tomase un camino mejor. Otro tenía que mirar a la gente de una forma determinada. Me he encontrado con personas que te dan la mano de una manera y no de otra, sin posibilidad de cambiar. Hay quien se viste siempre empezando por el mismo pie, o quien se cepilla el pelo cien veces todas las noches, ni una más ni una menos, a riesgo de no poder conciliar el sueño y se equivoca. O los que tienen que caminar a tu derecha y si van a la izquierda comienzan a ponerse nerviosos.

Cuando llega el momento de buscarle una explicación, me gusta pensar que estos pequeños rituales no indican que estemos desequilibrados o suframos un trastorno, sino que en cierta forma nuestro cerebro está acostumbrado a buscar un equilibrio. Nos sentimos cómodos en la rutina, nos da tranquilidad, asi que si no existe, la inventamos. Para liberar nerviosismo, como válvula de escape al estres, para estar ocupados en algo ajeno a lo cotidiano. Se suele decir que el ser humano es muy bueno reconociendo estructuras y patrones, la razón de que dispongamos de habla y escritura. Las manías son una forma de crear a nuestro alrededor un esquema que seguir, artificial pero simétrico, continuado, que a su manera trata de darnos la tranquilidad de algo reconocible.

Es cierto que a la larga el efecto es el opuesto y nos tiraniza de una forma que nos hace sentir incómodos, pero hay un placer extraño también en las obsesiones. Recuerdo la satisfacción de algo “bien hecho” o del deber cumplido cuando de adolescente terminaba de repasar mis listas memorizadas. ¿Compensaba la angustia de verme a mí mismo enganchado como un robot en esa tarea interminable? Probablemente no y por eso hice lo posible por escapar. En fin, el cerebro es una máquina muy compleja, con multitud de zonas oscuras a las que quizá nunca hallemos explicación. Ahora, si me disculpais, tengo que ir a contar cerillas y ordenar mis discos biográficamente.

ROBERTO CARLOS CHALADO Y CON UNA PIERNA POSTIZA


LA OTRA CRONICA
fuente:el mundo
ROBERTO CARLOS
CHALADO Y CON UNA PIERNA POSTIZA
Son dos de los detalles íntimos sobre el cantautor que aparecen en una biografía no autorizada que permanece secuestrada en Brasil desde hace años. El país está indignado
EMILIO M. LACAVE / Río de Janeiro

El cantautor Roberto Carlos (67 años) cumplirá en abril cinco décadas de carrera artística. Para celebrar el acontecimiento, el cantante va a realizar una gran gira por 20 ciudades brasileñas.Después, producirá un nuevo disco que será lanzado la próxima Navidad. Es su manera de poner punto y final a una polémica que ha estado coleando en los tribunales brasileños dos años.

La complicada historia comenzó tras la aparición en las librerías brasileñas de una biografía no autorizada del cantautor, Roberto Carlos en detalles. En mayo de 2007 el cantante demandó al autor del libro -el escritor e historiador Paulo César Araújo- y a la editorial Planeta de Brasil, pidiendo a ambos una alta indemnización y la inmediata retirada de todos los ejemplares en ese país.

En el Juzgado de Instrucción n° 20 del barrio de Barra Funda, en la ciudad de SÆo Paulo, hubo una reunión bendecida por la autoridad judicial durante la que ambas partes firmaron un acuerdo cuyas cláusulas no fueron divulgadas en su totalidad. No se dijo, por ejemplo, la importante cantidad de dinero que Roberto Carlos, al parecer, pagó a Planeta y al autor para la definitiva defunción del libro, en una tentativa de evitar la difusión de «algunos detalles de su vida».

COMO EN LA DICTADURA

Inmediatamente surgieron las protestas contra el secuestro de los 11.000 ejemplares. Se habló de que se trataba de un ataque contra la libertad de expresión, del renacer de una censura semejante a la de la dictadura militar, etcétera. Y, de la noche a la mañana, en internet empezaron a surgir versiones -verdaderas y falsas- del libro vetado por la Justicia. Poco después, los links que abordaban el tema también desaparecieron de la red, aunque tarde.Para entonces ya había sido ampliamente divulgada una carta del escritor Paulo Coelho manifestándose contra los hechos, contra la editorial Planeta (en aquella época, editora de los libros del Mago), contra Roberto Carlos y contra Paulo César, acusándoles a todos de volver al oscurantismo.

En un fragmento de su extensa carta, Coelho afirma: «Siento una gran admiración por Roberto Carlos y un gran respeto por la editorial Planeta, pero ahora leo en los periódicos, con tristeza, que ante un juez los abogados de Roberto Carlos y de Planeta establecieron un acuerdo para la interrupción definitiva de la producción y la comercialización de la biografía no autorizada Roberto Carlos en detalles: El editor dice un disparate para salvar la honra, el cantautor no dice nada y el autor está prohibido de hacer declaraciones sobre el asunto [...]. Creo que cualquier persona en su sano juicio sabe que, a partir del momento en que su carrera se torna pública, está expuesta a que su vida sea investigada, sus fotos publicadas, su trabajo elogiado o despreciado por los críticos. Esto que ha sucedido en el Juzgado de Instrucción n° 20 de Barra Funda es una falta de respeto a mi profesión de escritor».

Tras aquello se abrió sobre el asunto un paréntesis de silencio, hasta que una sentencia de la jueza Márcia Cristina Cardoso de Barros, del Juzgado n° 20 de lo Civil, de Río de Janeiro, resucitó el asunto, determinando que Araújo no tenía que indemnizar al cantautor, puesto que «no se produjeron los daños morales alegados, ni cualquier tipo de ofensa a la honra del demandante». La jueza da a entender en su sentencia que lo que ofendió a Roberto Carlos fueron las alusiones a la leyenda, nunca probada, de la amputación de una pierna, y a los trastornos psíquicos de los que estaba siendo tratado: una perturbación mental llamada TOC (trastorno obsesivo compulsivo), que le llevaba a cometer una serie de chaladuras.

Aunque la republicación del libro continúa prohibida, la jueza ha obligado a Roberto Carlos a pagar las costas del proceso y los honorarios de los abogados de la parte contraria.

Todos tenemos conductas repetitivas como parte de nuestra personalidad, pero cuando nos causan ansiedad se vuelven obsesiones compulsivas


fuente:http://www.esmas.com

Todos tenemos conductas repetitivas como parte de nuestra personalidad, pero cuando nos causan ansiedad se vuelven obsesiones compulsivas

Andrea sólo viaja en el primer vagón del metro, Estela duerme con flores junto a su cama, Carla es artista y evita vestirse de gris antes de pintar un cuadro, Fabiola es escritora y reescribe un párrafo para que no quede una palabra sola en el último renglón, Teresa no sale de su casa sin un brazalete determinado.
Todos tenemos pequeñas obsesiones, pensamientos repetitivos y conductas rituales, que consideramos normales y pueden ser parte de nuestra personalidad. Pero se convierten en un trastorno cuando nos causan ansiedad, interfieren en nuestra vida cotidiana o nos llevan a tener ciertos rituales, formando así el trastorno obsesivo compulsivo.

Sofía padece trastorno obsesivo compulsivo y puede apagar la luz, salir a la calle, volver a subir a su casa y comprobar si está apagada muchas veces y aún así, se queda con la duda de si lo ha hecho.

Las manías más comunes

Las obsesiones que más afectan la calidad de vida al causar malestar e interferencias son:

- Higiene. La persona teme contaminarse y se lava las manos infinidad de veces al día, no toca nada sin un trapo, usa siempre guantes, abre las puertas con el codo, limpia todo con jabón, nunca da la mano ni beso al saludar, no soporta ver polvo en una repisa, obliga a otros a que limpien la mesa con tal de no tocar nada.

- Orden. El individuo se obsesiona con la simetría, necesita que todo esté en su lugar, vacía y ordena su bolso, maleta o habitación todos los días, dedica tanto tiempo a ordenar los objetos en su escritorio, que casi no hace ninguna otra actividad ni cumple con sus obligaciones.

- Indecisión. El afectado puede pasar días enteros antes de tomar una decisión insignificante, como comprarse una prenda de vestir, duda una y otra vez y comprueba infinidad de veces si ha cerrado la puerta, el grifo o el gas antes de salir de casa o de dormir.

- Culpa. Son personas que se sienten culpables por cualquier cosa y no dejan de hacer autoexamen de conciencia como una forma de arrepentimiento o de rezar como pago por sus acciones, se obsesionan con el miedo a dañar a los demás.

- Cuestionamientos. Son seres que se obsesionan con pensamientos como “¿qué habrá después de la muerte?”.

- Rituales. El sujeto lleva a cabo una serie de actos encadenados o repetitivos, por ejemplo atraviesa tres veces la puerta antes de entrar a su casa o se sienta en el sillón siempre de determinada manera.

En muchas personas normales se encuentran rasgos obsesivos como el perfeccionismo, la puntualidad, el orden, los escrúpulos o la repetición. Se diagnostica trastorno obsesivo compulsivo cuando la persona rechaza sus ideas obsesivas y quiere librarse de ellas.

Compulsiones rituales

Vanessa imagina que su hijo se asoma por la ventana, pierde el equilibrio y cae al vacío. La idea se repite y no logra controlarla. Para aliviar el malestar que le ocasiona, intenta eliminarla con otros pensamientos o acciones y así protegerse de lo que piensa, por ejemplo reza cada vez que tiene ese horrible pensamiento. Éste es un comportamiento característico del trastorno obsesivo compulsivo.

Estas compulsiones o rituales que acompañan a las obsesiones no son fáciles de resolver, pero si éste es tu caso, los expertos proponen algunas medidas básicas para ayudar a aliviarlas:

- Diferencia obsesión de preocupación. Pregúntate: ¿me vienen a la mente ideas, pensamientos o imágenes fuera de control? ¿Se repiten a menudo? ¿Me crea un gran malestar pensar en ello? ¿Son ideas que no debería tener? ¿Hago algún ritual o evito situaciones para eliminarlas? Si la respuesta a alguna de estas interrogantes es afirmativa, quizá tengas una obsesión.

- Busca las causas del malestar. Es importante enfrentar tus miedos para descubrir que no tienes de qué preocuparte. Por ejemplo, si te obsesiona pensar que podrías quedarte atrapada en una cueva, sal de paseo a una gruta y estando ahí dentro analiza ese pensamiento, así ayudarás a disminuir la ansiedad.

- Limita tus pensamientos. No pases todo el día pensando en una idea obsesiva, proponte pensar en lo que te preocupa sólo durante un tiempo determinado, por ejemplo en la media hora que tienes libre en algún momento del día y nunca fuera de ese horario, esto te ayudará a seguir con tu vida normal.

- Pospón los rituales. Proponte cumplir más tarde tu ritual, es decir, no compruebes de inmediato si cerraste la puerta del coche o la llave del gas, así enfrentarás por más tiempo al pensamiento que te preocupa, desarrollando la habilidad para controlarlo.

- Desacelera la ansiedad. En vez de correr a ver si cerraste con llave o apagaste la luz, ve caminando despacio y podrás tener más control sobre tu preocupación.

- Modifica el ambiente. Si te lavas las manos siempre de la misma forma, cambia algo como poner el jabón en un lugar distinto, para así descubrir que estás controlando obsesivamente tu conducta.

- Interrumpe con algo más. Busca apoyo en una tarea que te distraiga del ritual para así no practicarlo, por ejemplo si rezas cuando tienes un horrible pensamiento, mejor canta una canción que te guste o lee en voz alta un texto.

- Habla con un profesional. Si tu obsesión es frecuente, eres incapaz de controlarla y te produce malestar, consulta a un psicólogo o psiquiatra.

Una y otra vez

El trastorno obsesivo compulsivo es muy frecuente, suele iniciarse en la adolescencia y afecta igual a mujeres y hombres. Si no se trata, llega a invalidar la vida del paciente, ocupando todo su tiempo y sofocando a las personas a su alrededor.

Los pacientes ocultan su enfermedad durante años, creyendo que pueden controlarla, debido a la vergüenza o por miedo a estar enloqueciendo. Por eso evitan comentar el problema con sus seres cercanos o consultar al médico, hasta que ya no pueden disimular.

La importancia de las obsesiones depende del grado en que afecten la vida cotidiana: si alguien por miedo a enfermar deja de salir, relacionarse y trabajar, tiene un problema grave.

Origen y tratamiento

El origen de este desorden es incierto, se sabe que existe cierta predisposición hereditaria y algunos expertos creen que es neurológico. Algunos eventos que pueden hacer a la persona vulnerable a padecer ese trastorno son la muerte de un ser querido, los problemas con la pareja o el sexo, las tensiones en el trabajo, el agotamiento y el estrés, haber tenido una educación restrictiva, carecer de un buen entorno social y de habilidad para comunicarse.

El principal tratamiento del trastorno son los antidepresivos junto con la psicoterapia, efectivos en siete de cada diez casos.

El papel de la familia es fundamental para convencer al obsesivo-compulsivo de que necesita ayuda, ya que sus familiares lo conocen bien y con frecuencia padecen las consecuencias de su enfermedad.

Estrés


en estos días me encuentro mas obsesiva que de costumbre, y parece como si todo lo
que he avanzado a lo largo del tiempo se diluyese en la nada,
el mes pasado hubo un cambio, largo tiempo esperado y no por ello menos temido.la madre de mi chico se ha venido con nosotros, por que no puede estar en casa sola.
y eso a hecho que afloren un montón de emociones negativas,y de malos recuerdos de situaciones vividas en esa familia.
es una persona negativa que con tan solo la mirada te lo dice todo,obsesiva con la limpieza, que ha preferido perder la movilidad antes que delegar en nosotras, o en una chica para que le ayudase en las tareas de la casa, por que nunca la encuentra limpia y termina por una punta y empieza por la otra. imaginaos vivir con ella no siendo perfectos, os puede matar a miradas o mejor dicho si las miradas mataran seguramente, yo ya estaría muerta. 20 años hace que la conozco, y aun se confunde a decir mi nombre.

asi que creo que si tengo estres y una semana muy mala el lunes lumbalgia aguda, en el peor de los momentos justo cuando quiero tenerlo todo a revista, tendríais que verme voy doblada y me recuerdo a el pozi amparooo, por como me mira creo que piensa que tengo cuento, y el jueves me derrame una infusion. ardiendo encima de el pecho, vivan las quemaduras bonitas, olé olé y olé y todavía estamos a domingo, así que solo se me ocurre decir virgencita que no me quede como estoy permiteme la restauración de windows, y que vuelva a estar como hace dos semanas sin lumbalgia, quemaduras, y con la obsesión controladita. o que cambie por otra mejor.
amatista


Estrés
Hay estrés cuando la capacidad de adaptación del individuo es abrumada por los hechos, el acontecimiento puede ser insignificante considerado objetivamente, e incluso por los cambios favorables (por ejemplo, promoción y transferencia) que requieren una conducta adoptativa, pueden producir estrés. Para cada individuo, el estrés se define subjetivamente y la respuesta al mismo es una función de la personalidad y dotación fisiológica de cada persona.

Clasificación y datos clínicos
Los estudios sobre factores psicosociales proporcionan alguna información en cuanto a la posibilidad de que el matrimonio, las relaciones familiares, las relaciones de trabajo y sociales, los problemas financieros, las enfermedades y lesiones, etc., causen estrés. Las causas de estrés son diferentes en las diversas edades, por ejemplo, en el adulto joven, las fuentes de estrés se encuentran en el matrimonio o la relación de padres e hijos, las relaciones en el trabajo y la pugna por lograr una estabilidad económica; en la edad madura, el enfoque cambia a las modificaciones en las relaciones maritales, los problemas con los padres que envejecen y las relaciones con su descendencia de adultos jóvenes que están encontrando situaciones estresantes; en la edad avanzada, es probable que las principales preocupaciones sean el retiro, la pérdida de la capacidad física, las pérdidas personales mayores y los pensamientos de muerte.

Un individuo puede reaccionar al estrés con ansiedad o depresión, desarrollando un síntoma físico, alejándose, tomando una bebida, iniciando una aventura, o en otras formas ilimitadas. Las respuestas subjetivas comunes son temor (a la repetición del acontecimiento que provoca estrés), furia (en la frustración), culpa (sobre impulsos agresivos) y pena (por la desesperanza). El estrés agudo puede manifestarse por la inquietud, irritabilidad, fatiga, mayor reacción del susto y un sentimiento de tensión. La incapacidad para concentrarse, los trastornos del sueño (insomnio, pesadillas) y las preocupaciones somáticas conducen con frecuencia a la automedicación, más comúnmente con alcohol u otros depresores del sistema nervioso central. La conducta de mala adaptación al estrés se denomina trastorno de ajuste, especificando el principal síntoma, por ejemplo, "trastorno de ajuste con ánimo deprimido".

LA COPA DE LA FELICIDAD


La vida es una copa plena de felicidad, pero nunca se te da llena.
fuente:: elrincondesusu.wordpress.com
Te dan un sorbito de vez en cuando, un sorbito que tienes que ir llenando gota a gota todos los días, para sobrevivir.

No te la pases agitando tus desgracias, pronosticando tragedias imaginarias, asustado por posibles males que a lo mejor no llegan nunca.

Nacemos para luchar por la felicidad… casi para crearla, para hacerla a pesar de la tristeza, los desencantos, los errores, las malas jugadas y los irremediables imprevistos.

La felicidad no se va buscando en bienes y placeres.

Se actúa bien y ella sola se nos va presentando.

La felicidad no es estar añorando y extrañando todo lo que nos falta sino encajar en todo lo que tenemos.

No vendas tu felicidad…¡regálala!

No busques para ella fórmulas sencillas ni baratas… Cuesta trabajo, son caros los ingredientes:

Compartir lo que tienes

Amar sin exigencias

Perdonar sin cicatrices

Aceptar sin perfecciones

Agradecer lo que te dan

¡Y no rendirte nunca!

Todo tiene que ir armonizando…… Del panal, un poquito de miel

Del mar un poquito de sal

De la vida un toquecito de optimismo

De la imaginación, algo de sueño

Del dolor, algo de raíz

¡ Y de la fe, algo de roca!

No somos felices, porque no sabemos como llenar nuestra copa, porque no sabemos dar a la vida un máximo de calidad y rendimiento, porque miramos al mundo como un esclavo, al camino empedrado como un imposible, a la mala suerte como una sombra que nos persigue, ¡ al ideal como algo inalcanzable !

No olvides que la más linda manera de ser Feliz es ocuparse de que otros lo sean.

Da mucho de ti mismo y la felicidad llegará SOLA

Llena tu copa…! y salda tu cuenta siendo Feliz.


AUTOR DESCONOCIDO

El amor, un sentimiento que mueve al mundo


El amor, un sentimiento que mueve al mundo
fuente:Luis Carlos Sanchez Garcia |
resumen.
El amor es un término que está presente en la conversación diaria. Habitualmente se asocia el término con el amor romántico, una relación pasional entre dos personas con una importante influencia en sus relaciones interpersonales y sexuales mutuas.

Sin embargo el término se aplica también a otras relaciones diferentes, tales como el amor platónico o el amor familiar, y también en un sentido más amplio se habla de amor hacia Dios, la naturaleza, la humanidad en su conjunto (lo cual suele asociarse a la empatía), y otros. En la mayoría de los casos significa un gran afecto por algo que ocasiona placer o felicidad a quien realiza la acción de amar. En el presente trabajo se revisará qué se conoce por amor y sus diferentes interpretaciones.
1. La definición de amor

El amor es considerado como un conjunto de comportamientos y actitudes, incondicionales y desinteresadas, que se manifiestan entre seres capaces de desarrollar inteligencia emocional o emocionalidad. El amor no sólo está circunscrito al género humano sino también a todos aquellos seres que puedan desarrollar nexos emocionales con otros, por ejemplo, delfines, perros, caballos, etc.

Filosóficamente, se suele pensar que el amor es el único sentimiento que no posee un sentimiento de polaridad, como es el caso de los demás sentimientos (por ejemplo: paz - guerra). Popularmente suele ser contrastado, evitado o contrarrestado con el odio, desprecio o egoísmo. En la cultura religiosa, el amor suele mencionarse y ser apoyado por su Dios, como es el caso del islam, el judaísmo e incluso el cristianismo, ya que en la Biblia se presenta una definición del amor, según su cultura de la época:

"El amor es sufrido, es benigno; el amor no tiene envidia, el amor no es jactancioso, no se envanece; no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor; no se goza de la injusticia, mas se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta". 1 Corintios 13:4-7

Actualmente hay otra corriente de pensamiento sobre lo que es el amor. según algunos estudios realizados por neurólogos y científicos americanos "el amor no se registra como un sentimiento tal y como lo hace el odio o la alegría si no como una necesidad, es decir se presenta de manera muy similar en el cerebro como lo hace el hambre; volviendo entonces a la definición antigua de que el amor es una necesidad humana como cualquier otra, incluso más importante.

2. El amor humano

En el ser humano, el amor es un sentimiento real. En los casos más comunes es el resultado de una emoción basada en la atracción y la admiración de un sujeto hacia otro, que puede ser o no ser correspondido. Ello intensifica las relaciones interpersonales entre un sujeto y otro que, partiendo de su propia insuficiencia, desea el encuentro y unión con aquel que ha juzgado su complemento para su existencia.

Por otro lado, el amor puede ser fruto de un duro trabajo, esfuerzo y pericia, por construir y desarrollar un objetivo, sintiendo verdadera plenitud y felicidad al ver conseguido lo que se ha anhelado y trabajado durante tanto tiempo. Este tipo de amor es el que siente un padre hacia un hijo cuando lo ve ya crecido y capaz de afrontar la vida con plena madurez, imitando al padre en aquellas cosas que le ha transmitido por sabiduría práctica. En este caso, el amor se dirige hacia los principios que han fundamentado el trabajo y han guiado el esfuerzo, es la corroboración de que las creencias por las cuales uno ha luchado, han tenido su recompensa: Lo esperado se ha obtenido.

Por otra parte, existen polarizaciones extremas de la mente manifestando un amor desmedido sin pensar en los límites de uno mismo, pudiendo incluso llegar a poner en peligro su propia existencia o incluso la de la otra persona por estar experimentando un estado polarizado de obsesión. En este caso, el que ama, desea y anhela el bien y la felicidad del ser amado, lo hace por encima de todas las cosas. El dar sin recibir a cambio, el sacrificar y anteponer las necesidades del ser amado por encima de las de uno mismo, sin que uno lo considere como sacrificio sino como oportunidad para prodigar el sentimiento; suele ser considerado una antesala al desequilibrio emocional, pues la persona objeto de nuestra obsesión no tiene porque responder tal como habíamos premeditado su respuesta, no agradecer nuestro esfuerzo y exigirnos aun más. Si bien algunos confunden esa polarización extrema con amor "verdadero" o "sano", y exigen de la otra persona el mismo comportamiento, pudiendo manifestar frustración extrema y como salida a dicha frustración violencia. Por los resultados evidentes en las noticias diariamente, observamos una creciente tendencia a la violencia de género, en la que los psicólogos actuales apuntan a esta patología de obsesión polarizada como principal desencadenante de estos conflictos.

Para Erich Fromm el amor es un arte[] y, como tal, una acción voluntaria que se emprende y se aprende, no una pasión que se impone contra la voluntad de quien lo vive. El amor es, así, decisión, elección y actitud.

El amor es un estado mental orgánico que crece o decrece dependiendo de como se retroalimente ese sentimiento en la relación de los que componen el núcleo amoroso. La retroalimentación depende de factores tales como el comportamiento de la persona amada, sus atributos involuntarios o por las necesidades particulares de la persona que ama (deseo sexual, necesidad de compañía, voluntad inconsciente de ascensión social, aspiración constante de completitud, etc.).

El enamoramiento

El enamoramiento es un estado emocional surcado por la alegría y la satisfacción de encontrar a otra persona que es capaz de comprender y compartir tantas cosas como trae consigo la vida. Desde el punto bioquímico se trata de un proceso que se inicia en la corteza cerebral, pasa al sistema endocrino y se transforma en respuestas fisiológicas.

6.1 Elementos del enamoramiento

Atracción: al conocer a alguien y sentirnos atraídos, una serie de cambios químicos y psicológicos tienen lugar en nuestro cuerpo. Surgen entonces una serie de mecanismos de seducción, entre los que el lenguaje del cuerpo juega un rol fundamental. El cómo nos vestimos, nos paramos, miramos y le hablamos a la persona que nos interesa revela que sentimos algo especial por ella. Conjugamos nuestro instinto animal, inconsciente, con la capacidad estratega, con la que todos los seres humanos contamos.


Química: los psicólogos apuntan a que el amor, por lo menos en sus primeras fases, se abastece fundamentalmente de química. Una sustancia en nuestro cerebro denominada feniletilamina obliga la secreción de la dopamina o la norepinefrina, que por sus efectos se parecen a las "anfetaminas", las cuales producen un estado de euforia natural cuando estamos con nuestra pareja.


Genética: al igual que el resto de animales, los humanos llevamos en nuestros genes el instinto de "procreación", aunque los individuos pertenecientes al homo sapiens sapiens y muchas otras especies se relacionan sexualmente para mostrar su amor o para satisfacer su impulso sexual, no necesariamente para procrear. Científicos revelan que las sustancias químicas cerebrales se disparan en las primeras fases del amor, generando atracción y el deseo de estar juntos.


6.2 Teorías del enamoramiento

Imagen de pareja: afirman que nuestro aparato psíquico tiene guardada la imagen de la pareja que buscamos y que ésta despierta como una alarma cuando nos topamos con la persona que encaja con estos rasgos.


Correspondencia: buscamos a una persona de parecidos rasgos físicos, sociales, culturales, intelectuales, etc... con nuestra propia familia imaginaria...


Espejo: nos enamoramos de quien anhelamos ser o bien de lo que tiene el otro, es decir, nos sirven de espejo y por eso nos enamoramos.


Perpetuar la especie: la defienden algunos biólogos afirmando que buscamos a la pareja adecuada para perpetuar la especie y esto se hace después de una evaluación por "instinto" y buscamos a la mejor persona con la cual nuestros genes se mezclen de la mejor manera. Esta hipótesis tiene en cuenta la realidad animal de la persona humana, que, aunque sea solo la parte corporal, es real.


Confianza: Es cuando dos personas, generalmente amigos, se tienen mucha confianza y son muy unidos, este amor suele durar mucho.


6.3 Duración

Estudios afirman que los seres humanos se encuentran biológicamente programados para sentirse apasionados entre 18 y 30 meses.

6.4 Diferencia entre enamoramiento y amor

El amor empieza realmente cuando termina el enamoramiento. En el amor se ven los defectos y se aceptan, y se intenta ayudar a la otra persona a superarlas. El amor verdadero está basado en la realidad y tiene una proyección más larga y estable que el enamoramiento.

6.5 Síntomas del enamoramiento

En los más sensibles ante la persona amada reaccionan con sudoración, pulso acelerado, aumenta la presión arterial, risa floja, taquicardias.


Idealización de la persona.


Admiración de la persona


Atribución de cualidades positivas evitando la crítica.


Trastorno de atención: la vida se convierte en mágica.


Obsesión de reencontrarse con esta persona.


El tiempo adquiere un ritmo distinto según se esté con la persona amada o no.


Agradar a la persona amada se convierte en la mayor ilusión.

CONCLUSIONES

En la vida todo es importante, pero el amor no es lo más importante. Lo más importante es vivir y dejar vivir.


Si se desea la definición más explícita del amor, no debe verse ésta enmarcada sólo en un contexto amoroso, sino verlo en todas sus formas, desde la más rudimentaria hasta la más explícita.

conclusiones.

No confundir enamoramiento con amor, el amor empieza realmente en la finalización de la etapa del enamoramiento.