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Cómo detectar manipuladores y escapar de ellos a tiempo
* Las personas manipuladoras logran que los demás lleven a cabo exactamente lo que ellas quieren sin saber cómo ni por qué.
* Tres psicólogos consultados por realizan un identikit de estos seres y advierten sobre el peligro de caer en sus redes.
Al principio, Martín Burney parecía ser el hombre de los sueños de Laura. Guapo, exitoso y seductor. Pero una vez casados, ella descubrió que era la peor pesadilla para una mujer. Después de tres años de vivir con miedo, la joven planea escapar y finge ahogarse en un accidente en bote. Así comienza “Durmiendo con el enemigo”, película protagonizada por Julia Roberts.
La historia podría enmarcarse en un caso extremo de manipulación. Con esto, no es la intención decir que todas las personas manipuladoras pueden convertirse en una amenaza de muerte. Pero sirve para alertar sobre el peligro de caer en sus redes y cuáles son las mejores herramientas para escapar de alguien que degrada a sus empleados, a sus parejas o, por qué no, a sus hijos.
Los seres con estas características usan su encanto o poder para hacer que los demás actúen a su conveniencia. Se basan en el conocimiento que tienen del otro para manejarlo como si fuera una marioneta. “Trabajan con el miedo y con todos los puntos débiles e inseguridades de la otra persona. Te sorprenden en la buena fé”, explica a la licenciada en Psicología Graciela Cafici.
El ABC del manipulador
A priori, todos podemos convertirnos en un momento determinado de nuestra vida en personas manipuladoras. La necesidad de control que sentimos puede hacer que tratemos de manipular a los demás en determinadas circunstancias.
Sin embargo, existen individuos que toman este tipo de actitud como una práctica constante e indispensable para alcanzar sus propios objetivos. Pero, ¿cómo detectarlos? Para Cafici, en general se presentan como seres muy seductores y encantadores. “Se los ve muy seguros de de sí mismos. Van tejiendo una red, le hacen creer al otro que realmente necesitan de ellos. Y no es así, nadie es indispensable”, destaca la especialista.
Por el contrario, para el licenciado Hugo Pisanelli, presidente de la Psicólogos y Psiquiatras de Buenos Aires, el manipulador se muestra débil y como una víctima para despertar compasión en el otro, pero no como alguien fuerte.
De todas maneras, el factor común de estas personas es despertar el sentimiento de culpa en sus presas, cosa que ellos no sienten. Al no aprender de la experiencia, vuelven a repetir la conducta una y otra vez. Según Carlos Bucahi, director de la carrera de Psicopatología y Salud Mental del IUSAM, no se sienten culpables porque en el fondo creen en la justicia de lo que están haciendo. A modo de ejemplo, el especialista recordó el caso de un paciente que robaba en su trabajo porque le pagaban poco.
El efecto hipnotizador
Las personas que han sido manipuladas no suelen darse cuenta de que lo están siendo hasta después de ocurrido el hecho. Es entonces cuando se sienten impotentes, enfadadas y frustradas por haber actuado de forma contraria a sus deseos y por haberse dejado engañar.
Algo parecido le pasó a Valeria (24) hace unos años cuando todavía estaba en la escuela secundaria y salía con Mariano. “Cuando nos peleábamos, él siempre me echaba la culpa de todo a mi y me hacía sentir la peor basura. Después se le pasaba y me trataba como la mejor mujer del mundo. A mi no me cerraba eso, pero tampoco me animaba a decirle lo que realmente pensaba por miedo a que se enoje y me deje”, recordó la joven, quien finalmente decidió cortar el noviazgo.
Entonces, escapar de un manipulador sólo será posible si la víctima “despierta” ya que ellos no reconocen el problema. “Consideran al otro como una cosa y por eso lo pueden utilizar como un objeto. No se sienten enfermos, en todo caso el problema es de la sociedad o el mundo que está en su contra”, finaliza Bucahi. Por eso, es indispensable que el entorno ayude a que se haga un click y se corte con esa relación enfermiza.
Miércoles 30 de Mayo de 2007 14:55 María Fernanda Arena
