El cáncer me obsesiona


El cáncer me obsesiona
Actualizado jueves 02/04/2009 19:21 (CET)
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fuente:el mundo salud
PREGUNTA.- Quisiera que me diese su opinión sobre el pánico que nos provoca a todos el cáncer. A pesar de que las enfermedades cardiovasculares causan casi más muertes que el cáncer, me da mucho más pavor sufrir una enfermedad que puede desembocar en cáncer que tener el colesterol alto, que puede favorecer un infarto.

Después de más de un episodio de cáncer en mi familia, alguno por desgracia con trágico desenlace, esta enfermedad me tiene algo obsesionado. Temo ir al médico si sufro algún síntoma, por miedo a que sea un cáncer y al ir a consulta resulta no ser nada.

Últimamente sufro gran estrés y una horrible tensión, pero algo me impide ir al médico a escuchar el 'fatídico diagnóstico'; no puede imaginar qué alivio siento cuando descubro que estoy sano.

Llego a estar tan convencido de tener cáncer que siento auténtico júbilo al saber que estoy sano, una felicidad difícilmente comparable a otras alegrías que me da la vida.

Otra prueba de mi obsesión es que sigo diariamente esta sección. Por otro lado, en mi entorno más o menos cercano aparecen continuamente nuevos casos de cáncer.

Si el miedo a padecerlo ya es grande, el miedo a que lo padezcan algunos de mis seres queridos de edad más avanzada es todavía mayor.

¿Es normal que a mi edad (27 años) tenga tal obsesión por esta enfermedad? ¿Hace unos 50 años el cáncer tenía tanta incidencia como hoy en día y daba tanto miedo? ¿Cuándo empezó a ser el cáncer un problema de salud a nivel mundial? ¿No cree que el tratamiento que se hace en ciertos medios de comunicación de la enfermedad puede inducir a algunas personas al pánico y a pensar que es mucho más fácil padecerla de lo que realmente es?

RESPUESTA.- Es normal tenerle miedo al cáncer, porque es la segunda causa de muerte en un país como el nuestro.

Lo que no es normal es que ese miedo sea muy superior al de otras enfermedades que se llevan aun más personas por delante (como las del corazón y el sistema circulatorio en España), o que ese temor aparezca a una edad tan juvenil como la suya y tampoco es aceptable, ni mucho menos, que ese pavor condicione alteraciones casi cotidianas de la conducta, como es su caso.

Le faltan a usted dos o tres décadas para comenzar a entrar en la población de riesgo. Si fuera lógico, serían los accidentes de tráfico lo que debieran aterrorizarle, pues son la principal causa de muerte en países desarrollados y personas de su edad. Pero las fobias son de todo, menos lógicas.

La probabilidad de que una persona de determinada edad padezca cáncer es hoy la misma que hace cincuenta años. Es verdad que hay más casos de cáncer ahora que hace cinco décadas, pero es por dos razones muy simples: la primera es que somos muchas más personas hoy día que hace medio siglo, y tenemos más de todo; la segunda razón, y la más importante, es que vivimos mucho más tiempo. Hoy, los setentones y octogenarios son legión, y esas son las edades en las que los tumores malignos abundan más.

Al cáncer se le teme, creo yo, más que por su relación con la muerte, por la idea de sufrimiento prolongado que conlleva. No ayudan el tratamiento sensacionalista que los medios de comunicación le han dado a esa enfermedad, la falta de información respecto a los datos reales ni el secretismo con el que se rodean algunos casos. Hace cincuenta años sucedía algo muy semejante respecto a la tuberculosis.

Páginas y periódicos como el nuestro se esfuerzan en poner las cosas en su justo lugar, ofreciendo información veraz para combatir el medio irracional. Nuestra sección está dirigida sobre todo a los afectados, también a quien tenga una duda puntual o se asome por aquí, de cuando en cuando, llevado por la curiosidad. Pero, desde luego, no esperamos que alguien sano de treinta años entre cada día en nuestra página.

Ande, no nos mire tanto y, si sigue con tanta obsesión por el asunto, considere la posibilidad de que desarrollando una auténtica fobia y necesite la asistencia profesional de un psicólogo.

Ricardo Cubedo
Especialista en Oncología de la Clínica Universitaria Puerta de Hierro de Madrid