SIETE TIPOS DE OBSESIVOS..

1º LOS LAVADORES.

Una de las ideas obsesivas más frecuentes es la de contaminación, que empuja a estas personas a lavarse una y otra vez o a limpiar la casa compulsivamente para librarse de una suciedad o gérmenes que no parecen irse nunca. Algunos se lavan las manos durante horas, hasta que hasta llegan a sangrarles.



2º. LOS VERIFICADORES.

Para Nacho, conducir se convertía en un calvario. Pensaba que podría haber atropellado a alguien, tal vez le dio un pequeño golpe que apenas notó pero que habría dejado a esa persona tirada en el asfalto. Esa posibilidad le resultaba tan aterradora y era tan persistente que al final tenía que volver sobre sus pasos para comprobarlo. Cuando seguía su camino, después de haber hecho la comprobación, pensaba que tal vez no miró bien, que podría estar inconsciente tras unos matorrales, y seguía dándole vueltas y más vueltas angustiado y llegando tarde a donde quiera que fuese, sobre todo si, cuando regresaba a hacer esa verificación, encontraba algún bulto en la calzada y pensaba en otro posible atropello.

3º. EL ORDEN PERFECTO.

otros están obsesionados con el orden. Las cosas tienen que estar justo en su sitio y no un centímetro más allá. Puede que incluso ordenen sus pastillas colocándolas formando un diseño determinado que nunca puede variar o de lo contrario se sentirán terriblemente mal. La mayoría de las veces no pueden explicar porqué las cosas tienen que estar ordenadas de ese modo, simplemente sienten que ese es el orden correcto, que tienen que estar así y no de otra forma. La ropa de los armarios, los zapatos, los libros, los adornos sobre la mesa..., todo tiene que estar en su debido orden, lo cual requiere una gran cantidad de energía y tiempo.

4º. EL COLECCIONISTA.

Un tercer grupo acumula cosas. Nuria tenía tantas revistas , papeles y periódicos en su casa que ella y su familia tuvieron que abandonarla y comprarse otra donde poder vivir. Ya apenas quedaba nada más que estrechos pasillos laberínticos entre montones de papeles que llegaban hasta el techo. Pero no podía dejar de hacerlo, obsesionado con la idea de que en algún momento podría hacerle falta alguno de los artículos.

6º. EL DIALOGO OBSESIVO.

Otros se limitan a un diálogo obsesivo, una charla consigo mismos en la que tratan de combatir el pensamiento obsesivo diciéndose cosas tranquilizadoras. "Murió por tu culpa", dice una voz en su mente. "Eso no es cierto", responde otra voz, hice todo lo que pude". "Pero tendrías que haber hecho más, tendrías que haber actuado más rápido, que haber estado allí". "Sin embargo, yo no podía saber lo que estaba sucediendo... ¿O tal vez sí?"... De esta forma, el diálogo interno puede durar años, yendo y viniendo continuamente varias veces al día, sin detenerse nunca, sin poder evitarlo...


7º. EL OBSESIVO PURO.


Estas personas no hacen nada para tratar de eliminar la angustia provocada por su pensamiento obsesivo (como las comprobaciones de los verificadores, el lavado de manos, ordenamiento de objetos, etc). A veces puede tratarse de ideas o imágenes violentas, como matar a su hijo. Te preguntas si podrías llegar a volverte loco y apuñalarlo y le das vueltas y vueltas aterrorizado ante esta posibilidad, incluso aunque la veas muy lejana y adores a ese hijo. Otros se obsesionan con la idea de cometer algo vergonzoso de manera incontrolable, o por preocupaciones cotidianas, como la posibilidad de ser despedido y todas sus consecuencias catastróficas ("si me despiden no tendré bastante dinero para pagar la hipoteca, perderé el piso, me vendré abajo, no podré encontrar otro trabajo...").