a la persona que se equivoco y tuvo una hija en venganza hacia su madre



subo Esta Imagen en agradecimiento, para no caer nunca en la tentacion de olvidar, las heridas que me hicistes en los diez años que te conoci, y por la tarde que me has dado hoy, solo espero que algun dia aunque solo sea por un minuto seaz capaz de sentir el daño que nos has hecho M....

NUNCA LEERAS ESTO LO SE. PERO SI PUDIESES HACERLO TE DIRIA QUE 32 AÑOS DESPUES DE SU MUERTE MI CORAZON ESTA LLENO DE EL AMOR DE TU MADRE QUE POR SUERTE TAMBIEN FUE LA MIA Y ESO SI TE PARTIRIA EL CORAZON

quien me ha robado el mes de abril




que puedo decir he estado tan bien estos meses, a pesar de el estres y el cansancio.

y ahora me encuentro otra vez tan de bajon. desde que me resfrie, no he levantado cabeza estoy. con principio de depresion, con un ganglio de casi dos centimetros instalado en mi cuello, desde hace mes y medio. y buscando el porque de los porqueses, queriendo ser superwoman, y pensando que nada fisico me puede afectar. asi me va y lo mejor es que no me preocupa la salud, solo las obsesiones es subrrealista lo se pero es asi. asi que este video es para mi mejoria perdida y ahora me voy que mi dia libre de tres horas llega a su fin. odio las obsesiones

la terapia de conducta telefónica por computadora para obsesivos


se siente espiada por un hombre cuando se baña o cuando se cambia de ropa, va al baño o se acuesta a dormir. Como resultado de su obsesión, no puede usar otro toilette que el suyo, al que le ha tapado hasta el agujero de la llave para no ser observada. Se baña durante cinco horas cuatro veces a la semana, siente que cualquier actividad sexual es sucia y usa cuatro rollos de papel higiénico al día limpiándose hasta lastimar su vagina, además de dormir con la ropa puesta.Ella presenta un serio caso de obsesión compulsiva. Fue abusada sexualmente por un tío y, hasta ahora, no podía modificar sus dramáticos rituales. Pero la vida de Lucy está cambiando gracias a un nuevo descubrimiento: la terapia de conducta telefónica por computadora para obsesivos que se aplica simultáneamente en el Instituto de Psiquiatría de Londres, la Universidad de Harvard y The Dean Foundation for Health, Research and Education de Wisconsin. Sus inventores son el profesor británico Isaac Marks, el norteamericano John Greist y el psicólogo Lee Baer. El coordinador del programa es el psiquiatra cordobés Oscar Luis Meehan, que proyecta aplicar el programa en la Argentina el año próximo.El proyecto ganó el premio 1998 Healthcare it Effectiveness en el consurso del NHS Executive y de The British Computyer Society Health Informatics.El BT STEPS es una terapia de conducta basada en un sistema computadorizado de autoayuda para curar a obsesos compulsivos y fóbicos por teléfono. El control es ejercido por un psiquiatra, que deriva los pacientes a la computadora, luego observa los progresos a través de los informes computarizados que el sistema le brinda y se comunica con ellos.Las llamadas de los enfermos llegan a un teléfono especial, que los conecta con el programa computado con el que se autoevalúan y se autotratan durante 12 semanas. En el 99 por ciento de los casos tratados, el obseso se ha aliviado.Las obsesiones son ideas no queridas, invasoras y repetitivas o impulsos que involucran riesgos, peligro o heridas. Los enfermos tratan de ignorarlas, suprimirlas o neutralizarlas. Las compulsiones son urgencias creadas para aliviar la incomodidad de las obsesiones. Los pacientes repiten conductas o rituales visibles o invisibles para luego proseguir con su vida normal. Se calcula que hay medio millón de obsesivos en Gran Bretaña.El programa ayuda al enfermo a evaluar su grado de obsesión gracias a un sistema de voz interactiva, con un modelo similar al que se utiliza para operar un llamado a un banco telefónico. Con él, los enfermos diseñan personalmente el tratamiento que más se ajusta a sus obsesiones o rituales. El programa estimula al paciente, lo felicita, lo induce a no repetir sus rituales y le exige deberes a cumplir de acuerdo con los rituales que practica.La incomodidad que los pacientes sienten a la hora de aplicar los ejercicios prácticos es medida y el progreso o descenso de esa incomodidad es tabulado diariamente por los médicos, mediante registros que la computadora guarda y envía por fax a Wisconsin y Londres. Por ejemplo, cuántos horas puede estar sin lavarse las manos una persona que se lava las manos cada 10 minutos.Esos progresos son también enviados a los pacientes además de ser leídos por los médicos. Un familiar o amigo también se puede convertir en coterapeuta, chequeando los ejercicios que el obseso practica en la computadora.Los enfermos pueden dejar mensajes electrónicos a su médico y la respuesta del médico puede ser leída la próxima vez que el paciente entre al programa.Los obsesos tienen el programa a su disposición las 24 horas del día y la mayoría de las llamadas se produce fuera de las horas de trabajo. No deben viajar al hospital, no necesitan medicación y no hay lista de espera. Los pacientes psiquiátricos en Gran Bretaña deben esperar entre 8 y 12 meses para ser atendidos porque la medicina es gratuita.El experimentoEl programa no puede tratar a psicóticos o a personas severamente deprimidas, personalidades suicidas o que abusan de alcohol o drogas o que estén tomando altas dosis de diazepam o benzodiazepan, porque interfieren con el tratamiento.En la experimentación con el programa participaron 21 hombres y 19 mujeres de 19 a 54 años, con trastornos de obsesivos. La mitad de ellos estaba con medicación. El 85 por ciento de los pacientes completó su autoexamen y el 42,5 por ciento avanzó en dos o más sesiones.Los pacientes se sintieron aliviados y los éxitos logrados fueron los mismos que los obtenidos cuando los enfermos usan derivados de la serotonina, como sertraline o fluoxetine.La conclusión de los médicos fue que la terapia de conducta de autoayuda puede reducir considerablemente los síntomas de obsesivos compulsivos al exponer sus rituales con ayuda del BT STEPS.

PAUL SALKOVSKIS · EXPERTO EN HIPOCONDRIASIS Y EN ANSIEDAD



Ressons del mundial
PAUL SALKOVSKIS · EXPERTO EN HIPOCONDRIASIS Y EN ANSIEDAD
"No piense en un oso blanco"
IMA SANCHÍS - 25/08/2007 La Vanguardia

Tengo 51 años. Nací en el norte de Inglaterra y vivo en Kent. Estoy casado y tengo dos hijos. Trabajo en el Instituto de Psiquiatría de Londres. Soy socialista y me preocupa el servicio de salud nacional, mal resuelto. Soy ateo. He venido a dar una charla al V Congreso Mundial de Terapias Cognitivas y Conductuales de Barcelona

TIENE CURA

Es un médico campechano y extrovertido, colabora con Channel 4, en un programa de divulgación e información sobre trastornos psicológicos y su tratamiento. En los últimos veinte años se ha dedicado al trastorno obsesivo compulsivo (¿recuerdan a Jack Nicholson en ´Mejor imposible´?), que hasta hace poco estaba considerado una rara enfermedad psiquiátrica que no respondía al tratamiento. Hoy es reconocido como un problema común que afecta a un 2-3% de la población, es más frecuente que la esquizofrenia o la anorexia. El problema es que esos pacientes tardan en ir al médico unos siete años. En cuanto a los hipocondriacos, otra de sus especialidades, nos previene de la gravedad de algunos casos, pero asegura que tienen cura.

- Los hipocondriacos son enfermos imaginarios?
- Ellos prefieren que les llamen personas que sufren ansiedad por la salud precisamente porque no es una enfermedad imaginaria.

- ¿Y por qué a uno le da por preocuparse por su salud hasta enfermar?
- Normalmente debido a historiales familiares de enfermedad. Estos pacientes van de médico en médico hasta asegurarse de que están perfectamente.

- Nadie está perfectamente a partir de cierta edad.
- Por eso siguen preocupándose y buscando la confirmación de que están sanos. Al centrarse cada vez más en su organismo desarrollan síntomas.

- ¿Qué tipo de síntomas?
- Si, por ejemplo, imaginan que tienen cáncer de garganta y se tocan continuamente, se acaba inflamando algún ganglio, es decir, teniendo problemas por su conducta. A la vez todo eso provoca un cambio en el estado de ánimo que desemboca en depresión o ansiedad.

- Parece miedo a la muerte.
- Si fuera eso, no se suicidarían, y es una enfermedad asociada a altos índices de suicidio. Se imaginan a sí mismos dependientes de la familia, perdiendo la dignidad, con mucho dolor, deteriorados.

- ¿A qué tipo de enfermedad temen?
- Eso va variando, antes temían más al cáncer y ahora tenemos más pacientes con miedo a padecer sida, enfermedades neurológicas o la enfermedad de las vacas locas.

- ¿Qué hay detrás de esa percepción?
- Creencias; por ejemplo, creer que si te pones enfermo tu familia te abandonará.

- ¿Hay rasgos de personalidad que se repitan en estos enfermos?
- El perfeccionismo y la dificultad de tolerar la incertidumbre.

- ¿Cómo los cura?
- Desde hace diez años con terapia cognitiva conductual, doce sesiones en las que se tratan las creencias del paciente y los comportamientos que agravan el problema.

- ¿Ha visto Mejor imposible de Jack Nicholson?
- Sí, es la historia, muy bien contada, de un hombre con trastorno obsesivo compulsivo; ya sabe: lavarse las manos continuamente, comprobar mil veces que la puerta esté bien cerrada, pensamientos de violencia y agresión contra otras personas…

-... pero que no se llevan a término.
- No. Las obsesiones son pensamientos intrusivos que todos tenemos, el problema viene cuando te los tomas en serio.

- Eso es muy filosófico.
- El pensamiento se convierte en obsesivo y desencadena la convulsión cuando intentas no pensar en ello. Si yo le digo: "No piense en un oso blanco", no puede hacerlo.

- Todos tenemos pensamientos intrusivos, ¿cómo los podemos combatir?
- No hay que combatirlos, sino todo lo contrario, dejar que estén ahí y centrarse en otras prioridades. En realidad son pensamientos muy valiosos, que nos hacen creativos. Fíjese cómo se queda la gente cuando le hacen una lobotomía.

- Pero los pensamientos intrusivos son bastante estúpidos.
- En situaciones en que uno es vulnerable le hacen sentir fatal y dejan de ser estúpidos.

- Por eso son estúpidos, porque te hacen sentir mal sin sentido.
- A menudo los pensamientos intrusivos son lo contrario que uno piensa normalmente, para una madre amante de sus hijos sería matar a su hijo, para una persona muy religiosa serían pensamientos blasfemos. El problema es que los enfermos creen que sus pensamientos pueden llegar a dominarlos.

- ¿Alguien se libra de la ansiedad?
- Los psicópatas no la padecen, no temen las consecuencias de sus actos. Es el otro extremo del trastorno obsesivo compulsivo.

- La ansiedad en un sistema de defensa.
- Sí, y hay gente que tiene un grado de ansiedad tan bajo que se pueden matar accidentalmente. Pero está claro que la ansiedad extrema es una enfermedad moderna.

- ¿Por qué sufrimos tanta ansiedad?
- Porque hoy tenemos mucho que perder.

- ¿La reflexión sería una manera de combatir la ansiedad?
- La reflexión es necesaria, pero a mucha gente le produciría más ansiedad.

- ¿Mejor mirar a lo lejos?
- Buena propuesta, mantener los ojos en el horizonte, porque eso te indica adónde estás yendo. También es bueno meditar, pero meditar requiere estar en el momento presente. Quizá lo que habría que hacer es una combinación de los dos.

- ¿Qué paciente le ha sorprendido más?
- Una mujer de 72 años con trastorno obsesivo compulsivo desde los 14, que en un tratamiento de cinco horas estaba curada.

- ¿Qué le dijo para ser tan convincente?
- Su pensamiento obsesivo era que iba a hacer daño a los demás y el tratamiento consistió en mostrarle que no era cierto. Justamente la confronté a aquellas situaciones que ella evitaba, como hacer pasteles de chocolate porque pensaba que no podría evitar poner cristales dentro.

- ¿Y el pastel se lo comió usted?
- Sí, el mejor pastel de chocolate que jamás he probado.

- ¿Qué es lo que más le sorprende de la mente humana?
- La capacidad de la gente de ignorar los problemas y no buscar ayuda. Y que esas personas que ves tan amables y gentiles también están llenas de ansiedades, las experiencias difíciles pueden afectarnos muy negativamente a cualquier edad, somos muy frágiles.


La terapia cognitivo-conductual se convierte en un tratamiento a la carta
La aplicación de la terapia cognitivo-conductual sigue la tendencia de muchos tratamientos médicos actuales, ya que en los últimos años han surgido nuevos desarrollos que permiten hacer psicoterapia a la medida de cada paciente, ha explicado Xavier Pellicer, presidente de un congreso internacional celebrado en Barcelona sobre esta terapia.

Patricia Morén Barcelona 16/07/2007

La aparición de nuevos desarrollos de la terapia cognitivo-conductual en los últimos años ha permitido aplicar esta terapia cada vez más a la medida de cada paciente, como ocurre con otros tratamientos médicos, según Xavier Pellicer, presidente del comité organizador local del V Congreso Mundial de Terapia Cognitivo Conductual, organizado por la Sociedad Catalana de Investigación y Terapia del Comportamiento (Scritc) y la European Association for Behavioural and Cognitive Therapies (Eabct).

El encuentro ha reunido a 3.500 expertos en terapia cognitivo conductual, tanto psiquiatras como psicólogos, de 70 países.

La terapia cognitivo conductual funciona en un alto porcentaje de casos. Así, en el manejo de los trastornos depresivos (cuando la depresión no es endógena), se logran tasas de éxito -entendido éste como la curación del paciente o la consecución de una mejora notable- de entre el 60 y el 80 por ciento; e incluso se ha visto que es más eficaz que la administración de fármacos antidepresivos.

En los últimos años han aparecido nuevos desarrollos de la terapia cognitivo-conductual, como la de esquemas o la de aceptación y compromiso. La terapia de esquemas consiste en trabajar con los esquemas mentales y sistemas de creencias del individuo para mejorar su impulsividad e inestabilidad emocional, su tolerancia a la frustración -que es baja- y evitar los cambios de humor rápidos. Se aplica a pacientes con trastorno límite de la personalidad, aunque se intenta extender a otros trastornos.

Otro ejemplo es la terapia de aceptación y compromiso, que se aplica a distintos trastornos de ansiedad, depresión y de la personalidad, y que consiste en trabajar con el paciente para que acepte los síntomas de su malestar en lugar de intentar combatirlos.

En general, Pellicer explica que la terapia cognitivo- conductual en realidad constituye un conjunto de técnicas validadas empíricamente a través de estudios controlados. En la práctica clínica la posibilidad de ir combinando distintas técnicas cognitivas con otras conductuales permite aplicar terapias cada vez más ajustadas al perfil de cada paciente, al trastorno que sufre y a los factores causales.

Pero en las investigaciones todos los terapeutas aplican el mismo protocolo (realizan exactamente las mismas sesiones con los mismos ejercicios), ya que tradicionalmente uno de los puntos débiles que se han atribuido a los estudios de terapia cognitivo-conductual es que sus resultados pueden variar en función del terapeuta que la aplique. Por eso un protocolo permite hacer psicoterapia de las mismas características y comparar los resultados.

Pellicer también ha destacado que la terapia cognitivo-conductual ayuda a cambiar la conducta en pacientes con obesidad, diabetes, adictos a tóxicos o con otros problemas físicos.

Muchos de estos pacientes no pueden seguir una dieta, un tratamiento o abstenerse de tomar sustancias tóxicas sencillamente por un problema de comportamiento. Otros pacientes, que se tratan con quimioterapia, si sufren angustia y malestar, lo abandonan.

Si se tienen en cuenta todas las variables (no tomar la dosis prescrita por el médico, tomar menos o dejar la medicación antes de tiempo), el incumplimiento terapéutico se sitúa entre el 50 y el 80 por ciento de casos. De ahí que "combinar el tratamiento médico con la terapia cognitivo conductual pueda mejorar la calidad de vida del paciente y el cumplimiento", según Pellicer.



Potenciar aspectos positivos funciona en pocas sesiones
La psicología positiva, que consiste en buscar las cualidades positivas que mantiene un individuo, a pesar de las adversidades que esté sufriendo en una etapa vital o del trastorno que padezca, funciona en un amplio número de sujetos y suele ser relativamente rápida, según Christine Padesky, directora del Centro de Terapia Cognitiva, de Hungtinton Beach (California), y conferenciante de una de las principales sesiones del congreso.

Patricia Morén Barcelona 16/07/2007

Se trata de destacar las cualidades positivas en la vida de una persona con problemas. "Siempre hay algún aspecto bueno: para algunos puede ser relaciones de amistad y para otros tener un animal de compañía, tocar un instrumento musical o practicar un deporte", ha dicho Padesky.

En todas esas facetas el individuo muestra su resistencia (resilience) al enfrentarse a obstáculos -un deporte, por ejemplo, exige entrenar y tiene riesgo de caídas y lesiones- y aplica estrategias para superarlos. Así, Padesky ha recordado a una paciente con depresión que dirigía su ira hacia sus hijos, pero a la que le gustaba hacer crucigramas. Cuando le resultaba difícil rellenarlos, aplicaba el sentido del humor y se decía a sí misma que ya los resolvería, pedía ayuda a conocidos o lo dejaba para más tarde. Tras elaborar una lista de estrategias, la terapeuta le instó a utilizarlas con sus hijos, de modo que trató de aplicar el sentido del humor y pedir ayuda a los vecinos para cuidarlos.

“No son valientes los que no tienen miedo, sino los que acaban conquistándolo”




EL APRENDIZAJE INADECUADO DEL MIEDO
Dirigido especialmente a los siguientes trastornos: Pánico, Agorafobia, Obsesiones, Hipocondría, Fobias específicas, Fobia social y Ansiedad Generalizada.
Desde el comienzo de la vida, el ser humano cuenta con un potencial innato, una herencia biológica, genéticamente transmitida, que representa la materia prima, la esencia a partir de la cual puede empezar a construir su personalidad.
La herencia de unos rasgos morfológicos y fisiológicos determinados ha supuesto para la especie humana, el resultado de un largo y sofisticado proceso de selección natural que ha tenido como fin último la adaptación al ambiente.
Así por ejemplo, el llanto en el recién nacido es una conducta innata de la especie humana que tiene como misión asegurar su autoconservación, pues gracias a ella, ha podido sobrevivir. La selección natural ha eliminado los genes de aquellos antepasados nuestros, cuyo llanto era débil o que tardaba en manifestarse puesto que de esta forma, dejaban de avisar a sus madres del peligro del depredador que les acechaba en la sabana.
El bebé ignora por completo la utilidad del llanto, de esta conducta adaptativa grabada en sus genes que ha perdurado a lo largo de los siglos favoreciendo nuestra supervivencia. Sencillamente la expresa a fuerza de pulmón. Sin embargo, a medida que crece e interactúa con su entorno, su cerebro madura y es entonces cuando empieza a aprender que al llorar, obtiene alimento, caricias o abrigo, es decir, aprende a utilizar el llanto para conseguir la atención que necesita. Es pues a partir de este aprendizaje cuando el niño comienza a tener un control sobre su entorno y a moldear su personalidad que originariamente no estaba definida.
El papel del aprendizaje es fundamental a la hora de comprender por qué muchos de los mecanismos que hemos heredado de nuestros antepasados y que han hecho posible que estemos actualmente sobre la faz de la Tierra se vuelvan en un momento determinado desadaptativos y nos produzcan sufrimiento.
Este es el caso de la ansiedad, gran aliada del hombre primitivo, expuesto a tantos peligros cuando andaba por la selva. De pronto, oía un ruido y veía cómo un tigre con dientes de sable salía del follaje dispuesto a devorarle. ¿Qué hubiera ocurrido si no se le hubiera disparado en milésimas de segundo ese mecanismo de alerta en su cerebro avisándole del peligro inminente?.
Su cerebro inmediatamente envió la alarma al resto de su organismo: sus músculos se tensaron, su respiración se hizo rápida mandando abundante oxígeno a su corazón, la adrenalina cabalgaba libremente por sus venas, sus pupilas se dilataron...todo ello era una súbita preparación del organismo que tenía como fin luchar, o mejor dicho, correr y subir al árbol más próximo para ponerse a salvo y no ser devorado por aquel animal salvaje.
Gracias a la rápida y eficaz respuesta fisiológica de nuestro primitivo amigo, nosotros estamos aquí y cada vez que hay peligro tenemos la misma forma de reaccionar, a la que denominamos ansiedad.
Como podemos comprobar, una vez más, hemos heredado este poderoso mecanismo de la ansiedad que nos avisa de los peligros reales o que nos prepara para la acción, para la competición o para la lucha y que nos hace altamente eficaces en esas determinadas situaciones.
Sin embargo, ocurre que esa gran aliada nuestra puede llegar a traicionarnos. ¿Cuándo pasa esto? Cuando se dispara en momentos que no entrañan peligro real, en aquellas situaciones donde el riesgo es inexistente o la probabilidad de peligro es muy pequeña (miedo a volar, a conducir, miedo hacia determinados animales, a las alturas, al ascensor...) o ante situaciones donde sí hay algo que está en juego y se requiere una actuación especial, pero la ansiedad es desproporcionada (miedo a hablar o a tocar un instrumento en público, a los exámenes...). En estos casos, la ansiedad en vez de cumplir su verdadera misión, la de facilitar nuestra adaptación y hacernos eficaces, se convierte en boicoteadora de nuestros verdaderos fines produciéndonos malestar.
En el proceso de esta reversión, de pasar de ser facilitadora a ser boicoteadora, interviene el aprendizaje inadecuado del miedo, el cual es esencial para comprender por qué a partir de una mala experiencia que nos produce temor se acabe desarrollando finalmente un trastorno psicológico.
Pongamos el caso de una persona que un día tiene un accidente de coche. Sale afortunadamente ileso pero se asusta muchísimo. A partir de ese momento algo pasa. Cada vez que entra en su coche y se dispone a conducir, su mente se ve invadida por terribles imágenes de accidentes, sus pensamientos son catastróficos pues cree que va a morir inevitablemente y su cuerpo reacciona súbitamente con una gran cantidad de ansiedad: palpitaciones, taquicardia, sudoración, espasmos...Ha aprendido a asociar conducir (una situación que para él antes era neutral) con peligro. Sin embargo, si en ese momento estuviera en sus manos comprender que se trata de una falsa alarma provocada por la experiencia negativa que tuvo, que lo único que está ocurriendo es que su cuerpo ha disparado el mecanismo innato del miedo y que lo único que debe hacer es aguantar el trago hasta que se le pase, podría desconectar esta asociación mal aprendida, conducir-peligro, pues comprobaría que a pesar de lo desagradable del momento (más adelante explicaré por qué es tan desagradable), nada de lo que teme puede pasarle, es decir, comprobaría que sus temores son infundados y que no existe ningún peligro real, por mucho que se lo hubiera creído en el momento y acabaría controlando la situación sin más consecuencias.
Pero desafortunadamente, esto no suele ocurrir así. Los pensamientos acaban disparando, como ocurrió con el hombre primitivo, el sistema de alarma, provocando las reacciones fisiológicas y éstas, a su vez aumentan todavía más los pensamientos catastróficos, formando un bucle, un círculo en el que la persona se encuentra inmersa. Para ponerse a salvo reacciona saliendo del coche, conducta que en principio puede parecer lógica, porque al hacerlo así siente un alivio inmediato. Sin embargo, al realizarla, está conectando más la falsa creencia de que esa situación, coche-conducir, es realmente peligrosa y la próxima vez actuará evitando / escapando más y tendrá más miedo. Ha aprendido de esta forma a tener una fobia. En definitiva, está diciendo a su mente y a su cuerpo que lo que teme es verdaderamente peligroso y evitará conducir, subir en coche, etc. generalizando ese miedo a más y más estímulos que estén directa o indirectamente relacionados con él. Justo lo que cree que le está poniendo a salvo, le está manteniendo el miedo a largo plazo

El aprendizaje inadecuado del miedo se da en todos aquellos problemas emocionales que se basan en una desproporcionada ansiedad: fobias específicas, fobias sociales, agorafobia, pánico, obsesiones, trastorno de estrés postraumático, etc. Lo que cambia son los estímulos o situaciones que provocan el miedo y el contenido de los pensamientos de tipo catastrofista. En la fobia social, los estímulos serían las personas o las situaciones interpersonales, en las específicas determinados objetos o animales, en la agorafobia determinados lugares, en las obsesiones pensamientos concretos, en el pánico determinadas sensaciones fisiológicas etc.
Una de las razones por las cuales el ser humano huye fácilmente frente a las reacciones de temor, es la desagradable respuesta emocional que provoca el miedo. En el ejemplo del hombre primitivo, el mecanismo de la ansiedad se disparaba con el fin de prepararle para la acción: luchar, correr, trepar..., pero como hoy en día por lo general, no nos encontramos delante de ningún tigre feroz, no salimos corriendo despavoridos y como consecuencia, nuestro cuerpo cae en un estado de hiperventilación que provoca sensaciones extremadamente desagradables que, aunque inocuas y nada peligrosas, son difíciles de soportar.
El miedo es fruto de un aprendizaje inadecuado y puede desaprenderse utilizando la metodología adecuada. La investigación en Psicología ha demostrado que técnicas de tratamiento como la exposición in vivo consistente en un afrontamiento progresivo y controlado del miedo, es altamente eficaz para la superación con éxito de este tipo de trastornos, acompañado de otras técnicas dirigidas al control de los pensamientos y las emociones negativas.
El tratamiento cognitivo-conductual tiene éxito en la mayor parte de los casos (85-90%). Su eficacia se basa en teorías que han sido ampliamente demostradas por la investigación experimental.

“No son valientes los que no tienen miedo, sino los que acaban conquistándolo”
fuente: Victoria González Alfonso

Colegiada CV7455

http://www.terapia-conducta.com/art1.htm

Nuevos aportes a la comprensión de mecanismos obsesivos


Nuevos aportes a la comprensión de mecanismos obsesivos



Reprodución del trabajo presentado en las
II Jornadas Aragonesas de Psicología de Octubre de 1993
Autor: Jose Luis Catalan Bitrian
Palabras Claves: PSICOTEEAPIA OBSESION
La simulación de conducta por métodos artificiales para la construcción de servomecanismos, sensores y sistemas expertos en la toma de decisiones, han reforzado poderosamente la idea de que la conducta se reorganiza jerárquicamente con subsistemas de relativa autonomía y autocontrol (1).

Esta idea jerárquica de la organización de la conducta está de acuerdo con la hipótesis piagietiana de las habilidades sensorio-motrices que constituirían la base de la acción más compleja.

La mayoría de las obsesiones se centra más en requisitos básicos para llevar a cabo un propósito que en el hecho de que éste último fuese problemático. Es más atasco en el manejo de medios que en el establecimiento y sostenimiento de finalidades.

Si consideramos las rutinas básicas adquiridas como servomecanismos inducidos por acciones más complejas, la conducta obsesiva se nos aparecería como el caso de un programa mal diseñado cuyas condiciones de éxito difícilmente se cumplen, entorpeciendo por esta razón la fluidez del curso de la acción.


El fracaso en el cierre del acto


La pragmática del acto intencional (2) cuenta con tres momentos básicos en los que un acto se inicia, desarrolla temporalmente su curso realizativo y finaliza (querer-hacer, hacer y haber-hecho).

El momento de inicio de un acto, sobre todo si pensamos en actos rutinarios al estilo de anotar un número o apagar un interruptor, se establece por esquemas organizativos de clase superior (siguiendo los ejemplos anteriores, podrían tratarse de anotar una dirección o salir de casa).

El momento de finalizar un acto consiste en realizar una evaluación rápida acerca de si se han cumplido las condiciones de satisfacción para ese acto.

El fracaso del cierre del acto se da en la obsesión por:

- deslizamiento conceptual de objetivos y condiciones
-inseguridad de haber realizado otra operación distinta o contraria
-inseguridad acerca de si algo ha sucedido realmente o si se trata de un recuerdo engañoso
- inseguridad de que haya pasado desapercibido un error
- inseguridad de que el cerebro esté funcionando correctamente

Se pueden entender estos casos de fracaso del acto no tanto como falsas percepciones cuanto temores que apuntan a una desconfianza acerca del funcionamiento mental.


Transgresión de categorías cognitivas convencionales


Las máquinas de traducción automática están forzando a la lingüística y a las ciencias cognitivas en general al estudio de cómo ser organiza el conocimiento, de forma que pueda ser expresado en diferentes lenguas naturales (3).

Las dificultades de elaborar las ambigüedades del lenguaje y establecer cómo se organiza el conocimiento han ido poniendo de manifiesto el papel del contexto, la categorización y la tipicidad semántica (4).

La relevancia que posee alterar los prototipos cognitivos del significado de /limpio/, /ordenado/, /seguro/, etc. puede tener graves implicaciones en la conducta obsesiva.

Así, por ejemplo, cuando se entiende por suciedad no sólo las manchas visibles o el tacto pegajoso de la mano, sino también una suciedad invisible o una falta de brillo o blancura de la mano que conducirán a que se produzca una evaluación de fracaso de la conducta de lavado.


Y si..


Los algoritmos utilizados para controlar la conducta básica forman parte del aprendizaje de esa conducta y por lo general funcionan de forma transparente al sujeto. No obstante aun la conducta más simple puede ser problematizada y ello conduce a interferir su curso espontáneo.

Se supone que hemos aprendido a caminar correctamente, a utilizar las posturas corporales adecuadamente, a utilizar el lenguaje de una forma bien construida y, en fin, todos los recursos operacionales que nos entregan datos y maniobran nuestro cuerpo según nuestro deseo.

Pero en la obsesión, el sujeto se plantea una profunda desconfianza y actúa como si el cuerpo se fuera a rebelar y conducirle a las más siniestras situaciones. Este temor es el motor de un conjunto variopinto de sospechas (y si tuviera un impulso asesino.., y si me hubiera dejado la llave de gas abierta...)

Conforme se practica la desconfianza aumentan la frecuencia e intensidad de las sospechas, la vigilancia y toda suerte de mecanismos de control. Se llega al punto en el que lo que teme el obsesivo y lo que hace para defenderse de ese temor, entran en tan íntimo comercio que producen una confusión gradual y una penosa inseguridad sobre la calidad de su rendimiento.


Supuestos pragmáticos


La pragmática ha estudiado el papel que cumplen ciertos supuestos conceptuales que no necesariamente están explícitos pero que proporcionan el contexto en el que la conducta se hace inteligible (5).

Beck (6) ha explotado en su análisis de la depresión los "supuestos depresógenos". De igual modo podríamos hablar de supuestos obsesivos cuya detección y análisis pueden jugar un papel decisivo en la psicoterapia.

.La idea de que la obsesión es algo así como la introducción de una locura que está generando.
.El control es imposible, por lo que iniciado un impulso no hay forma de parar bajo pena de arrastrar las más peligrosas consecuencias.
.No hay participación voluntaria en la ideación obsesiva.

En ocasiones los supuestos se mezclan con ideas supersticiosas y/o acientíficas con las que el sujeto se justifica


¿En qué puede fallar mi cerebro?


Podemos aspirar a la realización de deseos complejos siempre que podamos confiar en nuestro bagaje de recursos disponibles. En la obsesión, muy ligada a procesos depresivos, existe una notoria visión reducida de la imagen propia, instalándose creencias de auto-ineficacia e indefensión que hacen aparecer inquietantes hipótesis de un mal funcionamiento psíquico.

Estos temores suscitan a su vez conductas defensivas.. Una búsqueda extraordinaria de seguridad acaba interfiriendo en conductas de naturaleza semiautomática que funcionan óptimamente en un régimen de desatención.

Los lenguajes de inteligencia artificial suelen presumir de poseer cualidades no procedurales, es decir, trabajan con múltiples soluciones. Mientras que una pregunta de tipo precedural se conforma con la primera respuesta correctaun_dato_correcto(X) - X=A

una pregunta de tipo no procedural busca agotar todas las respuestas posiblesun_dato_correcto(X)- X=A,B,...Z

Cada vez que se necesita sacar una conclusión, utilizando el último tipo de preguntas, se establecería una diferente para cada uno de los diferentes puntos de partida.

Esta conducta exploratoria es similar a las sospechas y temores obsesivos cuya pregunta es:que_podría_estar_estar_fallando(X) - A,B,... Z

La conducta exploratoria es adecuada bajo ciertas circunstancias, pero suele ser ineficaz cuando más que explorar lo adecuado es utilizar una rutina ya comprobada en la historia del aprendizaje.


La creación de lo temido


Hay un mecanismo de especial peso en el mantenimiento y crecimiento de las obsesiones, y es aquel por el cual el sujeto pretendiendo exorcizar lo temido lo crea con sus exceso de celo.

Esto es lo que viene a suceder si se tiene miedo de que aparezca un impulso asesino y al sujeto no se le ocurre cosa peor que coger fuerte un cuchillo para que "no se escape", o temiendo quedar "enganchado" a una idea horrorosa que ese mismo temor encienda la mecha de la primera vez que lo hace.

En este mecanismo magnificador del miedo el sujeto parece ir hacia lo que teme empujado por algún tipo de fuerza imposible de controlar, excitando el miedo como una liebre que corriera tras una zanahoria que se ha colgado ella misma ante la cara, o mejor aún, como una de esas estructuras recursivas autogeneradas y autoperpetuadas que Hofsttadter (7) nos ha mostrado.

El desfallecimiento ante la idea de estar sucumbiendo parte de:

.la premisa de estar desarmado

.de la confusión entre lo que provoca y lo que interpreta como acaecido sin su consentimiento (v.gr. producido por trastorno cerebral)

.de lo que tiene de prueba de descontrol el fracaso del control habido hasta ese momento (la imposibilidad de cambiar una vez que se ha empezado mal).


Causalidad mágica y superstición


La tremenda sensación de vivir en una pesadilla que pueda terminar en tragedia propia o de algún allegado viene acompañada de la dependencia de un ritual cuyo cumplimiento evita o provoca la maldición.

Se pone preferentemente el énfasis en la de seguridad que proporciona el ritual y se desatiende la precaución previa de asegurarse de la realidad del peligro.

El sujeto se pregunta a sí mismo que podría ocurrir de malo y el cerebro responde con la misma diligencia que si se le hubiera pedido una lista de palabras que empiecen por 't' y terminen en 'a'. Para asombro del obsesivo, que espera que ningún suceso horrible pudiera surgir en ese momento, el cerebro le responde con A, B... Z diabólicas posibilidades.

El coqueteo con los posibles terrores antes los que uno se sentiría impotente tiene la virtud de irrealizar la indefensión del sujeto ante sucesos potenciales, le provoca suficiente ansiedad como para titubear, dar un paso en falso y dudar en exceso de su seguridad.

El abuso (adicción) del estudio de posibilidades aciagas que podrían suceder se convierte en un hábito contraproducente.

Cuanta más excesiva seguridad instala el obsesivo para evitar lo fatídico más un fatídico artificialmente poderoso vence imaginarias debilidades e indefensiones, desafiando poco a poco al triunfo de la acción cotidiana con la sombra de la sospecha.


Puntos claves para una psicoterapia de la obsesión


El considerar la obsesión como una especie de temor (dirigido fundamentalmente al propio funcionamiento mental o a la capacidades de desarrollar la estructura básica de la acción) sugiere el tipo de estrategia a seguir:

.exponer al sujeto a lo temido, esto es, aquello A,B,...Z que sucedería si no hiciera A1,B1,...Z1.

.preparar con recursos de control de la ansiedad para el momento en el que realice la exposición.

.elaborar la naturaleza de la obsesión ( oponer miedo a ataque de locura)

.clarificar los mecanismos concretos que han mantenido y acrecentando las obsesiones (los enumerados en los epígrafes anteriores y similares)

.en la medida que se tengan datos suficientes, explicar la historia genética de los síntomas con el fin de impedir la especulación de un origen genético, enfermedad mental, contagio, etc.

.realizar pruebas empíricas de que el sujeto posee control voluntario sobre la conducta (deshacer la quimera de la voluntad perdida) eligiendo para ello:

-ramificaciones menores y más sencillas de abordar -generalmente las más recientes o nuevas-
-técnicas de conducta paradójica
-técnicas de manipulación de la atención

.clarificar las categorías típicas que rigen normalmente el acto particular elegido por la obsesión (v.gr. que podemos entender por /limpio/, /seguro/, /correcto/ etc.) con toda suerte de ejemplos, demostración ad absurdum, y exposición minuciosa de argumentos.

.Discriminar la conducta de "sospechar", de forma que el sujeto tenga clara conciencia de cuando lo hace, qué efectos tiene, y por qué razón debería renunciar a ella. Las sospechas por lo general versarán sobre especulaciones que comienzan con el "y si...".

.trabajar las relaciones del nivel de ánimo/inseguridad, propiciando estrategias que permitan al sujeto una mejoría de su animación general que indirectamente refuercen la seguridad de sujeto de que realmente dispone de recursos básicos suficientes.

Asistencia Psicológica Ramon Llull

http://www.cop.es/colegiados/A-00512/obsecop.html

estresada estoy


Estrés
por Roberto Mainieri C.


CONTENIDO:

A. Definición: Qué es el estrés?
B. Tipos de estrés
C. Psicología del estrés

Enlaces a otros artículos del mismo autor

A. Definición - Qué es el estrés? Ir al final Siguiente sección

La palabra Estrés se deriva del griego STRINGERE, que significa provocar tensión. Esta palabra se utilizó por primera vez en el siglo XIV y a partir de entonces se empleó en diferentes textos en inglés como STRESS, STRESSE, STREST y STRAISSE.

En forma simplista, el estrés es a veces definido como una condición meramente muscular: "es una rigidez o endurecimiento de los músculos y del tejido conjuntivo que excede del tono necesario para su funcionamiento normal" . Sin embargo es mucho más que eso. El estrés es una respuesta importante. El Dr. en medicina Hans Selye, pionero en las investigaciones sobre el estrés, lo define como "una respuesta corporal no específica ante cualquier demanda que se le haga al organismo (cuando la demanda externa excede los recursos disponibles) . Esta respuesta es parte normal de la preparación del organismo para el enfrentamiento o para la huida. Así, por ejemplo, las pupilas se agrandan para mejorar la visión y el oído se agudiza, los músculos se tensan para responder al desafío, las frecuencias cardiaca y respiratoria aumentan de manera que la sangre es bombeada en forma más abundante y rápida para aumentar la llegada de oxigeno a las células y favorecer la demanda de las respuestas al peligro. Para ello la sangre es dirigida a áreas prioritarias, como lo son corazón, pulmones, riñones, hígado, músculos grandes y el cerebro. Funciones no prioritarias en ese momento, como la digestión y circulación periférica son disminuida en forma dramática.

En línea con la anterior definición, la Organización Mundial de la Salud (O.M.S.) postula que el estrés es "el conjunto de reacciones fisiológicas que prepara al organismo para la acción". Para Richard Lazarus (1966) sería "el resultado de la relación entre el individuo y el entorno, evaluado por aquél como amenazante, que desborda sus recursos y pone en peligro su bienestar".

El estrés puede considerarse como una reacción física y emocional compleja. El Dr. Selye identifica 3 fases en el estrés: (1) se da una reacción de alarma en respuesta a un factor de tensión que activa el sistema nervioso autónomo, (2) la fase de resistencia ocurre mientras el cuerpo se aclimata y ajusta al factor de estrés, y (3) la fase de fatiga, si la tensión persiste por mucho tiempo, agregándose factores residuales que pueden llevar a la enfermedad y hasta la muerte. Las investigaciones han demostrado que el estrés excesivo es uno de los factores que contribuyen a el desarrollo de muchos males tanto físicos como emocionales.


B. TIPOS DE ESTRES
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1. Estrés y distrés.

El estrés actúa como factor de motivación para vencer y superar obstáculos. Puede decirse que es un elemento que nos ayuda a alcanzar el éxito, es el combustible para el logro de nuestras ambiciones. Este nivel normal y deseable podría denominarse simplemente como estrés. No obstante ese nivel puede ser superado llegando a ser potencialmente perjudicial; pudiéndose diferenciar tal estado con el nombre de ?distrés?. La diferenciación entre estrés y distrés que se ha hecho en este acápite, destaca la diferencia entre una condición necesaria y normal vs. otra que excede estos límites. Sin embargo a lo largo del trabajo, salvo en pocas excepciones, se utilizará la palabra estrés para designar lo que aquí hemos definido como distrés.

2. Estrés físico y estrés mental.

Algunos autores diferencias entre el estrés físico y el estrés mental, mientras que otros combinan ambas definiciones cuando hablan del estrés. Según un artículo en el Biomonitor, esta diferenciación depende de el origen o causa del estrés, definiendo al estrés físico principalmente como fatiga o cansancio físico. Puede expandirse esta definición para incluir exposición al calor o al frío, al peligro, o a sustancias irritantes. Por otro lado, el origen del estrés mental está en las relaciones interpersonales, frustraciones y apegos, conflictos con nuestra cultura o religión o por la preocupación por alguna enfermedad.

3. Estrés agudo.

El estrés agudo es el producto de una agresión intensa (aún violenta) ya sea física o emocional, limitada en el tiempo pero que supere el umbral del sujeto, da lugar a una respuesta también intensa, rápida y muchas veces violenta. Cuando el estrés agudo se presenta se llega a una respuesta en la que se pueden producir úlceras hemorrágicas de estómago como así también trastornos cardiovasculares. En personas con factores de riesgo altos, pueden tener un infarto ante situaciones de este tipo.

4. Estrés crónico.

Cuando el estrés se presenta en forma crónica, prolongado en el tiempo, contínuo, no necesariamente intenso, pero exigiendo adaptación permanente, se llega a sobrepasar el umbral de resistencia del sujeto para provocar las llamadas enfermedades de adaptación. Es decir que cuando el organismo se encuentra sobreestimulado, agotando las normas fisiológicas del individuo, el estrés se convierte en distrés. El estrés crónico puede darse ya sea por una exposición prolongada y continua a factores estresantes externos (como en profesiones como periodistas, ejecutivos, pilotos o médicos) o por condiciones crónicas o prolongadas de la respuesta al estrés (como en sujetos deprimidos y en el estrés postraumático). Aquí el sujeto se ve expuesto prolongadamente a las llamadas hormonas del estrés (catecolaminas, adrenalina y noradrenalina liberadas por el sistema nervioso simpático; y los glucocorticoides).

Algunos autores catalogan como estrés agudo al que ocurre dentro de un período menor a 6 meses, y crónico, de 6 meses o más .

5. Distrés por subestimulación.

Debemos tomar en cuenta que también hay distrés cuando existe subestimulación del organismo. Poseemos un ritmo biológico que cuando se encuentra en una inactividad exagerada, poco solicitado o en reposo excesivo, la irritabilidad y fatiga resultante son índice de estrés por subestimulación.


C. PSICOLOGIA DEL ESTRES
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El estrés se inicia con una actitud mental que se apoya principalmente en la percepción. En otras palabras, si una situación es percibida como estresante, se responderá de acuerdo a ello. Lo que es estresante para una persona, no lo será necesariamente para otra. Nuestro cuerpo nos prepara para el estrés, a través de caminos tanto conscientes como inconscientes. Primeramente un pensamiento se registra en el cerebro el cual consecuentemente activa el sistema nervioso del organismo. Una serie de eventos complejos ocurren en un período de tiempo extremadamente corto. Pensamientos que causan tensión o miedo durante este período de tiempo, incrementarán los intentos del cuerpo para prepararse para la lucha o la huida (aunque la mayoría de los estresores a los cuales nos enfrentamos hoy en día no son del tipo contra los que podemos pelear físicamente o huir pero que generan mayor tensión muscular de la que necesitamos). Todo esto ocurre independientemente de que sea o no realmente necesario. De permanecer la situación estresante, la tensión tenderá a aumentar con el pasar de los días (efecto de escalera).

En síntesis, el estrés se inicia como una actitud mental ante situaciones demandantes, y repercuten en la fisiología del individuo. El componente actitudinal a instado a estudiosos de la personalidad a desarrollar perfiles psicológicos de personalidad que indiquen la predisposición al estrés.

Son muchas las enfermedades psicosomáticas producidas por el estrés o desencadenadas o agravadas por el mismo. Hemos mencionado algunos pero es indudable que analizando la acción de las hormonas y estructuras involucradas podemos inferir su acción sobre enfermedades digestivas, como úlceras, diarreas y estreñimiento; nutricionales y metabólicas; trastornos articulares y musculares; sexuales y ginecológicos; etc. y por supuesto, como agente provocador y desencadenante de trastornos psíquicos, pudiendo llevar hasta la depresión.


1. Patrón de conducta y estrés.
Debemos plantearnos primeramente a qué llamamos un Patrón de Conducta. No es más que la forma habitual de ver y reaccionar ante el mundo. El concepto que se expone en este apartado, es el resultado de la observación de determinadas características psicológicas y conductales en pacientes con cardiopatía isquémica (pacientes tipo A) y en neoplasias (pacientes tipo C).

Estas observaciones llevaron a Prise (1982) a definirlo como las predisposiciones de determinados sujetos en cuanto a sus actitudes y el modo de afrontar situaciones condicionados por la escala de valores en uso en una sociedad determinada. Así el Patrón de Conducta de un sujeto reúne rasgos de personalidad, actitudes, creencias, conducta manifiesta y una determinada activación psicofisiológica.

1.1. Tipo A:

Los sujetos a los que se los denomina A, corresponden a perfiles psicológicos donde predomina una respuesta excesiva. Predomina la hiperactividad, irritabilidad, son ambiciosos, agresivos, hostiles, impulsivos, impacientes crónicos, tensos y competitivos, ya sea con su medio ambiente y con ellos mismos y sus relaciones interpersonales son problemáticas y con tendencia a la dominanción.

Los trastornos de personalidad según el DSM-IV, más frecuentes en este tipo de sujetos son los trastornos paranoide, esquizoide y esquizotípico de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer raros o excéntricos.

Podemos mencionar entonces que los sujetos con Patrón de Conducta Tipo A con respuesta autonómica al estrés, poseen mayor predisposición a padecer patologías cardiovasculares. A su vez éstos tienen con frecuencia elevado el colesterol LDL y/o disminuido el colesterol HDL y acumulan asimismo otros factores de riesgo como obesidad, nicotinismo e hipertensión.

1.2. Tipo C:

El Patrón de Conducta Tipo C se presenta en sujetos introvertidos, obsesivos, que interiorizan su respuesta al estrés, pasivos, resignados y apacibles, extremadamente cooperadores, sumisos y conformistas, siempre controlando las expresiones de hostilidad y deseosos de aprobación social.

Los trastornos de personalidad listados en el DSM-IV que aparecen con más frecuencia en este tipo de sujetos son los trastornos por evitasión, por dependencia y obsesivo-compulsivo de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos parecen ansiosos o temerosos.

Por otra parte los individuos con Patrón de Conducta Tipo C tienen estadísticamente mayor predisposición a reumas, infecciones, alergias, afecciones dermatológicas variadas e incluso el cáncer, este último asociado a la inhibición inmunitaria de la que padecen en general estos sujetos. El estado emocional predominante es displacentero, con miedo, ansiedad y depresión.

1.3. Tipo B:

Los sujetos con Patrón de Conducta Tipo B son en general tranquilos, confiados, relajados, abiertos a las emociones, incluidas las hostiles. El estado emocional es agradable por reducción de la activación o por activación placentera.

Los trastornos de personalidad listados en el DSM-IV, que aparecen con más frecuencia en este tipo de personalidad, son los trastornos antisocial, límite, histriónico y narcisista de la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer dramáticos, emotivos o inestables.

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Los Patrones de Conducta detectados, A, B, y C presentan en general características definidas que muchas veces permiten predecir algunos aspectos de su conducta como así también estadísticamente su riesgo patógeno.

Esto no implica qué características del A o el tipo C, por ejemplo, no aparezcan en otro patrón de conducta o su riesgo patógeno no coincida estadísticamente. En este sentido el DSM-IV advierte que hay que señalar que este sistema de agrupamiento, si bien es útil a efectos de investigación o docencia, tiene importantes limitaciones y no ha sido validada de forma consistente. Además, es frecuente que los individuos presenten al mimo tiempo trastornos de la personalidad pertenecientes a grupos distintos.

4. Género y estrés.

A juicio de algunos autores, en el sexo femenino el estrés se expresa más en la esfera afectiva, en tanto que en el sexo masculino se expresa más en la esfera conductual; diferencia que piensan que puede apoyarse en patrones culturales.

http://healthclub.fortunecity.com/hockey/91/estres.html