Necesito olvidar
Texto de Isabel S. Larraburu

Los recuerdos no siempre son
verdad, la mente suele maquillarlos a voluntad, pero a veces duelen mucho y se atascan. El olvido es una depuración natural que ejercita el cerebro, por lo que el mundo de la psicología y la neurología estudia cómo ocurre y cómo podría llegar a practicarse a voluntad.
En el rincón de los deseos humanos hay uno que todos compartimos. Olvidar a placer los hechos o las personas que nos han causado sufrimiento. Apartar a voluntad el recuerdo que maldecimos para aquietar el dolor que penetra en nuestro presente. La íntima esperanza sería gozar de una memoria selectiva, de una capacidad de olvidar deliberadamente.
En realidad, el pasado acaba convirtiéndose en una construcción subjetiva de conceptos, una película de gran imaginación creativa que rellena las lagunas que surgen a base de embellecedoras florituras o sobrecargada victimización. ¿Merece el pasado tanto crédito como para permitirle que nos persiga hasta el presente siendo que es, a fin de cuentas, la resultante de una mejor o peor memoria, aderezada con juicios personales, miedo, culpa y lo que debería haber sido y no fue? ¿Tanto poder hay que adjudicar al pasado? ¿Realmente habrá que hacer esfuerzos para recordar? ¿Cómo podemos saber si lo que recordamos es real? ¿Cómo saber si no son falsos los recuerdos? ¿No sería mejor vivir con plenitud el presente y tratar de olvidar tristes evocaciones? Estas preguntas están causando controversia entre los estudiosos de la psicología y la neurología.
Cierto es que algunos recuerdos traumáticos del pasado pueden atormentar a algunas personas que no pueden desvincularse de la emoción que sintieron durante el evento. Son los que sufren el llamado estrés postraumático. Hay soluciones terapéuticas en las que rememorar puede producir un reprocesamiento del trauma y una atenuación de las emociones asociadas. La emoción unida al hecho traumático ha quedado grabada en la memoria como una muesca en un disco rayado que hay que reparar reviviendo el evento en la sesión de terapia.

Olvidar es útil y necesario
Es imposible hablar del recuerdo sin mencionar la contraparte, el olvido. Parece ser que olvidamos mucho más de lo que recordamos. El olvido no es algo negativo y es un fenómeno completamente natural. Si se recordara cada minuto de cada hora de cada día durante la vida entera, sin tener en cuenta la relevancia del recuerdo, estaríamos buscando continuamente lo importante en medio de menudencias.
El olvido se define como la pérdida de información en el tiempo. En la mayoría de las situaciones, recordamos mejor la información poco después de recibirla que tiempo después. Con el paso del tiempo, se pierde parte de la información. Es un hecho frecuente que falle la memoria cuando se necesita, lo cual es una molestia, no hay duda. No obstante, el olvido permite poner al día y actualizar el contenido de la memoria. Cuando recibimos un nuevo número de teléfono, tenemos que olvidar el anterior para recordar el nuevo. Si aparcamos el coche todos los días en un gran aparcamiento, tendremos que recordar dónde aparcamos hoy y no ayer o anteayer. Por eso, el olvido tiene una función útil y adaptativa.

El proceso
Durante el último siglo han surgido y se han ido perfeccionando muchas explicaciones teóricas sobre cómo se producen la memoria y el olvido.
Como resumen de ellas, se sabe que a veces el olvido ocurre porque algo de la información que nos entra no llega nunca a alcanzar el almacén de la memoria a largo plazo; en otras ocasiones, esta sí llega, pero se disipa antes de fijarse; otras veces, simplemente se desdibuja por falta de uso en el tiempo; es posible que estemos programados para borrar datos que no son relevantes para nuestra vida.

Borrado por desuso
Esta es una de las teorías más antiguas sobre el olvido (Ebbinghaus) y afirma que olvidamos cuando no utilizamos la información. Con el paso del tiempo, si los recuerdos no son evocados o usados ocasionalmente, tienden a desvanecerse gradualmente hasta desaparecer por completo. La teoría ha sido reformulada más recientemente por Bjork y Bjork, quienes consideran que el olvido es algo útil y adaptativo. Proponen que el recuerdo que no es relevante para los planes de una persona en tiempo presente pierde su fuerza de recuperación, es decir, es más difícil a acceder a él. No obstante, afirman que la información que no se usa sigue almacenada de alguna forma en la mente. El fallo en esta teoría es que se ha demostrado que incluso los recuerdos que no han sido evocados pueden ser notablemente estables en la memoria a largo plazo.

Cruce de antiguos y recientes
Esta teoría sobre el olvido surgió como alternativa a la explicación del olvido por desuso. Sostiene que olvidamos la información porque otros recuerdos dificultan o interfieren con su recuperación del almacén de memoria.
Es más probable que ocurra la interferencia cuando los recuerdos son muy similares a los de la antigua información.
Algunas veces son los recuerdos nuevos los que dificultan la recuperación de los pasados (interferencia retroactiva), y otras veces los viejos recuerdos interfieren en la recuperación de los más recientes (inter-
ferencia proactiva).

Sólo los detalles necesarios
También suelen olvidarse aquellas cosas que nunca entraron en la memoria a largo plazo. Son los fallos de fijación o codificación. Existe un experimento conocido en el que los investigadores solicitan a los participantes que identifiquen la moneda correcta de entre un grupo de monedas incorrectas. Pongamos un euro, por ejemplo: un euro correcto de entre una serie de euros incorrectos. Si intentamos dibujar una moneda de euro de memoria y comparamos el dibujo con un euro real, veremos que probablemente nos acordamos del tamaño y el color, pero no recordamos los detalles menores. La razón por la que esto sucede es que fijamos solamente los detalles necesarios para distinguir el euro de otras monedas que tenemos grabadas en la memoria.

Olvidos motivados
En ocasiones, el olvido es algo activamente buscado, especialmente el de los recuerdos traumáticos de experiencias pasadas. Existen dos formas de olvido motivado: la supresión, una forma consciente de olvidar, y la represión, una forma especialmente explicada por el psicoanálisis en la que el olvido no es consciente.
No todos los psicólogos coinciden en el concepto de recuerdo reprimido. Uno de los problemas que surgen es que es difícil, por no decir imposible, estudiar científicamente si un recuerdo ha sido reprimido. Como la actividad de ensayar y recordar es algo importante para el fortalecimiento de la memoria, y los recuerdos dolorosos no suelen ser objeto de estas actividades, no es extraño que se puedan desvanecer con el tiempo.

Recordar para olvidar
Si nos fuera posible seleccionar los recuerdos que convendría hacer desvanecer, por ejemplo en el ámbito de una terapia, habría que priorizar las memorias traumáticas que aún causan temor y que persisten en la memoria de un modo total o parcial, causando pesadillas, imágenes intrusas del pasado o reacciones fisiológicas de ansiedad. Estos son los contenidos de la memoria que hay que volver a procesar para que se puedan borrar. Por eso, muchas personas que sufren trastorno por estrés postraumático sólo pueden sentirse mejor al volver a recrear la penosa situación que vivieron y las emociones que sintieron en aquel momento. De este modo, la muesca en el disco rayado puede volver a repararse.
Una importante razón para recordar lo que sucedió es la reducción del miedo unido al hecho. Los recuerdos del trauma no son peligrosos para nadie aunque puedan sentirse así. La confrontación con el recuerdo en un entorno seguro –como escribir sobre él, describirlo en voz alta, dibujarlo– contribuye a trabajar o procesar el suceso traumático. También actúa reintegrándolo al pasado. La práctica de evitar el recuerdo continuamente, junto a los sentimientos de dolor, miedo, rabia, depresión, vergüenza y autoflagelación relacionada, lo mantiene vigente en el presente. A través del proceso de recordar, es posible entender lo que ocurrió. Sentir rabia por lo que pasó. Recordar, pero sintiendo que no hay peligro, otorga una sensación de control sobre la experiencia y el terror experimentado.

Las terapias basadas en recuperar el recuerdo deben administrarse con ciertas salvedades. Donald Meichenbaum, uno de los fundadores de la psicología cognitivo conductual, advierte sobre algunos puntos:
-Recordar es un proceso reconstructivo, no una reproducción literal de una experiencia pasada. Se olvida más que lo que se recuerda.
-Los recuerdos pueden estar influidos y distorsionados por el curso del tiempo.
-Al reconstruir la memoria no se reproducen todos los detalles.
-En ocasiones, es posible estar seguro de recuerdos inexactos y erróneos.
-No es necesario recordar todo sobre un suceso traumático exactamente como sucedió. Lo que es importante es recobrar información para volver a procesar la memoria. Sólo hay que situar el recuerdo y sus emociones, sensaciones corporales y pensamientos acompañantes en el pasado, que es donde deben estar.
25/05/2008Necesito olvidar
Texto de Isabel S. Larraburu
Ilustraciones de Antonio Ballesteros
Los recuerdos no siempre son verdad, la mente suele maquillarlos a voluntad, pero a veces duelen mucho y se atascan. El olvido es una depuración natural que ejercita el cerebro, por lo que el mundo de la psicología y la neurología estudia cómo ocurre y cómo podría llegar a practicarse a voluntad. Memoria selectiva
No todos los recuerdos del pasado son traumáticos, mucho son simplemente tristes o cargados de resentimiento. No siempre una evocación negativa nos remueve el cuerpo/mente como para iniciar una terapia. Los malos recuerdos pueden ser reconvertidos y reinterpretados de forma que contribuyan al crecimiento personal. Una persona saludable es aquella que es consciente de que ocurren infortunios en la vida de todos. Sabe mantener el equilibrio al hallar los beneficios y el significado que estos puedan revelar. Despliega habilidades para afrontar la adversidad de un modo realista aprovechándola para el propio crecimiento.
Una primera forma de ayudarse a sí mismo a borrar los malos recuerdos sería aprovechar los propios mecanismos de la memoria y el olvido; sólo habría que utilizarlos a nuestro favor:

• Dejar de recrear los malos recuerdos mediante conversaciones, pensamientos victimizadores, de modo que vayan decayendo por desuso.
• Permitir el paso a las nuevas experiencias del presente con el fin de que sustituyan las tristes experiencias anteriores.
• No investigar ni intentar rememorar los detalles de los recuerdos para que no se fijen en la memoria a largo plazo.
• Y por último, decidir conscientemente lo que se desea o no olvidar.

Otra técnica propuesta por Babette Rothschild en su libro The Body Remembers (2000) es el aprendizaje de la conciencia dual (dual awareness). La finalidad de esta técnica es observar y trabajar sobre el recuerdo mientras la persona se reafirma que está segura en el momento presente. Esto contribuye a ver la experiencia pasada desde la persona que observa y la persona que experimenta.

Ejercicio:
1. Recuerde algún acontecimiento pasado que le afecte negativamente. Algo que le ponga ansioso o le provoque malestar. ¿Qué nota en su cuerpo? ¿Qué les pasa a sus músculos? ¿Cómo respira? ¿Se altera el corazón? ¿Le cambia la temperatura?

2. Ahora vuelva a concentrarse en el sitio donde se encuentra ahora. Fíjese en el color de las paredes, la alfombra, la temperatura, los olores. ¿Ha cambiado la respiración a medida que cambia el tema de atención?

3. Ahora trate de mantener la concentración en el momento presente mientras evoca ese recuerdo desagradable. ¿Puede lograr mantener la conciencia del lugar donde está físicamente mientras rememora?

4. Termine el ejercicio manteniendo su conciencia enfocada en el entorno actual.

Lo único real es el presente. Muchas veces la elección de estar plenamente en el ahora es lo único que se necesita para recobrar la serenidad y tan sólo se requiere optar por ello. Elegir el presente es la opción de renovarse día a día, resetearse cada mañana para ver el mundo siempre nuevo, salido de fábrica, y como algo eterno que estaba antes y estará después de nosotros.


Trastornos de ansiedad: respuestas

El miedo y la fobia son conceptos diferentes que tienden a confundirse.
El primero, es un sentimiento normal que se presenta ante un peligro inminente; las fobias, uno de los más frecuentes trastornos de ansiedad, es un temor irracional y exagerado ante objetos, animales o situaciones cuya peligrosidad no justifica esa reacción.
Dentro de los trastornos de ansiedad, podemos citar:
Agorafobia: Marcado temor a alejarse del domicilio, a caminar solos por la calle, viajar en medios de transportes. Son siete veces más frecuentes en las mujeres, que en los hombres.
Ataque de pánico: Es uno de los trastornos de ansiedad que más se ha incrementado.
Las crisis que se presentan son espontáneas e inesperadas, y simulan una crisis cardíaca. Es decir, cuando se produce un hecho desencadenante (que puede serla muerte de un familiar, un susto, o un hecho banal como agacharse bruscamente) comienzan a repetirse síntomas inesperados durante un tiempo breve -suelen durar entre 10 y 20 minutos- pero tienden a repetirse con frecuencia variable hasta reproducirse varias veces por día, en algunos casos.
Quien padece esta enfermedad de múltiples causas (donde intervienen la predisposición genética, factores desencadenantes y condicionamientos psicosociales) generalmente recibe la incomprensión de su familia, pues prevalece el desconocimiento que lleva a restarle importancia o a culpar al "panicoso" de no poner voluntad. Así, su calidad de vida y la de su entorno disminuyen notablemente.
Síntomas: Sudoración, sensación de ahogo o dificultad para tragar, sensación de irrealidad o despersonalización (estar separado de uno mismo), náuseas o molestias abdominales, temblores o flojedad en las piernas, palpitaciones o taquicardia, inestabilidad, mareo o desmayo, opresión o malestar torácico, miedo a perder el control o volverse loco, miedo a morir.
* Si padece cuatro o más de estos síntomas acompañados con la aparición temporal y aislada de miedo, puede tratarse de un ataque de pánico.
Consulte con un profesional para un diagnóstico y tratamiento adecuado.
Muchas de las personas con pánico pasan años consultando a médicos de diferentes especialidades antes de llegar a un especialista en psiquiatría y lograr un diagnóstico preciso.
Trastorno de ansiedad social (TAS): Es un trastorno hoy bien definido, crónico, que arruina o disminuye fuertemente la calidad de vida del individuo. Es un miedo irracional a hacer el ridículo, a cometer un error.
Las personas que la padecen, comienzan a sentir: sudoración, palpitaciones, deseos urgentes de orinar, falta de aire, mareos, sensación de desmayo, fuerte temblor cuando no se pone terriblemente colorado, etc., cuando, por ejemplo deben concurrir a realizar algún trámite, a la universidad, etc.
En ocasiones, este temor particular se presenta en situaciones nuevas, o se circunscribe a determinadas circunstancias como dar examen, hablar en público o ejecutar un instrumento.
En otros casos, la fobia es generalizada y el paciente evita toda situación de contacto social.
Este tipo de trastornos comienza generalmente en la infancia o en la adolescencia y puede prolongarse indefinidamente toda la vida.
Lamentablemente, el trastorno permanece sin diagnóstico ya que es raro que el paciente consulte por el problema a un especialista, no siendo la mayoría de las veces, el cuadro, reconocido por médicos generales.
El paciente se define como tímido, evita o no cumple con los horarios y compromisos sociales. A veces hasta rechaza una promoción en su trabajo, abandonan sus carreras, a causa de que esto implica mayor contacto social.
Afecta algo más a los varones que a las mujeres, incide en 13 de cada 100 personas según estadísticas norteamericanas y se complica frecuentemente con depresión secundaria, abuso de alcohol, drogas o medicamentos ansiolíticos mal administrados.
Lo curioso de este trastorno, si se le deja librado a su normal evolución o no se realiza el tratamiento adecuado, es que se cronifica y se va hacia la depresión o el abuso de sustancias.
Lo que importa, como siempre, es que el diagnóstico precoz evita las complicaciones y permite disfrutar de una mayor calidad de vida.
Trastorno obsesivo compulsivo (TOC): Es una enfermedad en que el individuo que la padece, es avasallado por pensamientos violentos, angustiantes y hace rituales para evitarlos. Puede aparecer en la infancia.
Obsesión por la limpieza, por verificar todo, por acumular, por ordenar simétricamente.
En otros casos, el fenómeno se inclina hacia lo compulsivo:
el sujeto ve una tijera y teme sufrir el impulso de clavársela a un ser querido.
La persona con TOC cree que si no concreta el ritual, se va a desencadenar un hecho trágico.
Claro que esos rasgos deben persistir durante mucho tiempo para considerarse una enfermedad. Y en el caso de los chicos, esos rasgos no deben confundirse con la necesidad de repetición que forma parte de su proceso de aprendizaje.
El cuadro tiende a cronificarse determinando después de algunos años episodios depresivos secundarios generalmente severos y con alto riesgo de suicidio.
Esto indica claramente una enorme tendencia al ocultamiento o desconocimiento del tema por parte de los pacientes y de los médicos peor aún considerando que los nuevos tratamientos producen notable alivio sobre los síntomas, restableciendo la capacidad laboral del paciente.
Las características muy particulares hacen que el paciente lo viva con prejuicio y vergüenza, no contándole ni siquiera al médico su verdadero problema.
En otros casos el "yo soy así" justifica el cuadro, que persiste durante años arruinando la calidad de vida del paciente, restándole capacidad de concentración y trabajo y a veces sumiéndolo en interminables rituales que intentan controlar la situación.
Trastorno de ansiedad generalizada (TAG): Se presenta como una preocupación excesiva, con relación a una situación, eventos o a otras personas. Lo sufre alrededor del 5% de la población. Las personas que lo padecen, están constantemente pensando y anticipándose negativamente a los hechos. Por ejemplo, se preocupan por posibles accidentes o desgracias que puede sufrir algún familiar, aunque éste, no se encuentre en peligro o en riesgo.
Este tipo de miedo es crónico, y es por eso que la persona necesita tener constantes reaseguros a fin de poder bajar su nivel de ansiedad, como por ej., llamar o hacer que lo llamen varias veces en el día los familiares para confirmarle que están bien. Suele confundirse con un tipo de personalidad "ansiosa" y de ahí que la persona llegue a la consulta después de padecerlo mucho tiempo.
Se presenta abruptamente. Existe en el individuo una predisposición hereditaria para sufrir el trastorno de ansiedad generalizada, al igual que como ocurre con todas las personas que sufren un cuadro de ansiedad.
Por lo general, el poder imaginativo de los que sufren esta patología es muy alto y muy rico, lamentablemente no muy variado. Por esto, si el esposo no llega a horario, se imaginan que pronto alguien va a tocar timbre y le dirán: "Ud. es la viuda de González" o si pasa una ambulancia con la sirena, inmediatamente asocian el hecho "con un accidente del familiar".
Los síntomas son: tensión motora (temblores, dolores musculares, inquietud), sensaciones corporales (ahogos, taquicardias, diarreas, náuseas, "nudo en la garganta" etc.) hipervigilancia, dificultad para concentrarse, dificultades para dormir, exageración en la respuesta de alarma.
La realidad nos muestra que existe una disminución notable en la calidad de vida del paciente, y los familiares se ven coartados y limitados en sus propias actividades, ya que tienen que estar constantemente informando a qué lugares van, cuánto tiempo se van a demorar. Y cuando ocurre algún imprevisto tratan de avisar lo más rápido posible a fin de que el otro se quede más tranquilo.
Trastorno por estrés post-traumático: Es la aparición de una serie de síntomas que le siguen a la exposición de un acontecimiento estresante, traumático, real. Los síntomas pueden ser sueños recurrentes, imágenes intrusas, como un accidente automovilístico.

Las fobias específicas

Temores irracionales ante la presencia de cualquier objeto o situación temida como animales (cucarachas, ratas, etc.) o parte de ellos (plumas, etc.), sustancias u objetos (sangre,) o situaciones (tormentas, inundaciones, etc.) que provocan fuerte temor al exponerse a ellas y que el paciente trata a toda costa de evitar. Como la Claustrofobia, una de las más comunes fobias específicas, que es el temor a encontrarse en lugares cerrados, pequeños y no poder escapar, situación que provoca trastornos parecidos a una crisis de pánico. El cuadro fóbico es un padecimiento crónico, pero de excelente pronóstico.

Una Fundación que ayuda sin fines de lucro

La Fundación Fobia Club Argentina, es una institución sin fines de lucro, que brinda orientación, asesoramiento y sostén a pacientes que sufren trastornos de ansiedad, como fobias, ataques de pánico, agorafobia, trastorno de ansiedad social, trastorno obsesivo compulsivo, trastorno de ansiedad generalizada, depresión, etc.
Desde el año 1995, su objetivo es orientar a pacientes, familiares y/o amigos de quienes sufren estos trastornos para encontrar soluciones rápidas y efectivas a sus problemas, brindar ayuda y asesoramiento sobre temas relacionados a las fobias y acompañar a aquellos pacientes, que por su trastorno no pueden movilizarse por sí mismos.
En su sede central, como en todas sus filiales se realizan reuniones semanales gratuitas, destinadas a brindar información y orientar sobre estos trastornos.
Estas reuniones son dirigidas por los directores de cada filial, y cuentan con la presencia de coordinadores de grupos, que son personas recuperadas y entrenadas para ayudar, ellos colaboran con los nuevos pacientes, brindándoles toda su contención, apoyo y solidaridad.
La Fundación lleva a cabo una tarea de divulgación y orientación, pero no realiza tratamientos médicos puesto que carece de los fondos necesarios para cubrirlos.
El Fobia club ofrece grupos de tratamiento comportamental, que funcionan de manera gratuita, como por ejemplo: los grupos de Agorafobia y Claustrofobia.
Queda claro entonces, que los grupos de tratamiento pueden ser gratuitos, pero no abiertos. O sea, el ingreso a los mismos, estará determinado por el cuerpo de profesionales del Fobia Club.

Fundación Fobia Club
www.fobiaclub.com

¿Soy obsesivo compulsivo?
El paciente con este mal habitualmente se enfrasca en una serie de pensamientos y conductas repetitivos que carecen de sentido

Lavarse las manos con mucha frecuencia, contar mentalmente, realizar algunos rituales al momento de vestirse o antes de bañarse, checar llaves de gas y agua varias veces, así como asegurarse en forma repetida que las puertas estén bien cerradas son, entre otros muchos, indicios de ser obsesivo-compulsivo.

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un estado de ansiedad que interfiere en el funcionamiento cotidiano de las personas que lo sufren, e inclusive puede limitar, en grado extremo, su capacidad para relacionarse socialmente.

El individuo que padece TOC habitualmente se enfrasca en una serie de pensamientos y conductas repetitivos que carecen de sentido, son angustiantes y difíciles de vencer. publicidad




Esta disfunción se puede presentar en forma leve, moderada ó severa, y en ocasiones dificulta la capacidad para tener una vida funcional adecuada, ya sea en su entorno escolar, laboral o familiar.

Los trastornos obsesivos-compulsivos no tienen una causa específica, pero se han estudiado factores que están íntimamente relacionados con su desarrollo, como funcionamiento anormal en determinadas áreas del cerebro, en particular con una sustancia llamada serotonina (que interviene en la sensación de bienestar), y con probables alteraciones genéticas.

Pensamientos obsesivos

Ahora bien, cuando hablamos de obsesiones nos referimos a pensamientos, imágenes ó impulsos que las personas perciben, que carecen de sentido y que son producto de la propia mente (intrusivos). Tales manías son molestas y generan mucha ansiedad, por lo que los pacientes hacen intentos por eliminarlas; sin embargo suelen incrementarse y generar mayor ansiedad. A veces, algunas personas logran disminuir esa sensación realizando acciones que contrarresten estas obsesiones.

Por otra parte, al hablar del aspecto compulsivo, debemos entender que en torno a él aparecen formas de conducta repetitivas que se realizan rigurosamente, necesarias para mitigar, prevenir ó evitar la intranquilidad que pueden generar las obsesiones. Habitualmente, el individuo reconoce lo absurdo de su conducta, hecho que si bien no le causa placer, sí le proporciona alivio.

Frecuencia y causas

A través de diversos estudios realizados en Estados Unidos se ha estimado que el trastorno obsesivo-compulsivo afecta a más del 2% de la población en general, se presenta en hombres y mujeres por igual y afecta a cualquier raza. En relación a las causas, se han sugerido tanto la participación genética como la influencia de otros factores (neurológicos, psicológicos y sociales), aunque todavía no hay conclusiones sobre el origen específico del padecimiento.

Los síntomas se presentan en la mayoría de los casos durante la adolescencia ó en la edad adulta joven, aunque se reportan casos de niños que llegan a tener signos del padecimiento desde edad preescolar. Los trastornos compulsivos se caracterizan por creciente necesidad de evitar el daño y rehuir al riesgo. Es casi una regla que haya ansiedad anticipatoria (es decir, angustia por algo que no ha ocurrido), actitudes perfeccionistas, dudas constantes y sentimientos de culpa.

El diagnóstico consta de varios pasos, desde un examen clínico y una entrevista con el psicólogo o psiquiatra, hasta la realización de pruebas de imagen de laboratorio (tomografía de cráneo, resonancia magnética, etc.), pruebas psicológicas, análisis de tablas de escalas que evalúan el grado de severidad de las obsesiones y compulsiones, además de estudios como el electroencefalograma y/o mapeo cerebral, para descartar que haya daño en el sistema nervioso central, entre otros.

¿Te obsesionan tus impulsos? ¡libérate!


¿Te obsesionan tus impulsos? ¡libérate!
Por: Claudia Trujillo Villa
El Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), tema sin duda polémico, es una enfermedad neurológica que es
caracterizada por pensamientos recurrentes, incontrolables y obsesiones desagradables; o de comportamientos
repetitivos, los cuales uno no puede controlar. Los individuos con TOC reconocen que sus obsesiones y compulsiones
son irracionales y excesivas, pero no tienen ningún control sobre ellas; recordarán que en la edición pasada estuvimos
describiendo dicho trastorno, el cual necesita ser atendido para no seguir causando estragos en la población.
Las obsesiones más comunes son, miedo a contaminarse; temor de actuar con impulsos violentos o agresivos; sentirse
responsable por la seguridad de otros (por ejemplo, ansiedad de haber arrollado a alguien con su carro); pensamientos
religiosos o sexuales que son horribles y repugnantes; preocupación excesiva con el orden, la simetría de objetos y la
incapacidad de botar posesiones desusadas.
Muchas personas requieren de medicamento el cual regula la serotonina, que es una sustancia encargada de
transportar mensajes neuronales entre células cerebrales y que aparentemente es la responsable del comportamiento
compulsivo. Además, existen terapias que le enseñan al individuo a reducir su ansiedad y malestar, y eliminar sus
rituales compulsivos. La combinación de medicamento con una terapia de comportamiento es usualmente lo más eficaz.
Hay muchas formas de psicoterapia que pueden ayudar como son la conductista, cognitiva, humanista, guestalt,
psicoanalítica,sofrológica, análisis transaccional, bioffeedback, entre otras. El impedimento del TOC puede ser mínimo o
severo. Muchas veces los síntomas causan incapacidad total y el individuo tiene que ser hospitalizado. En algunos
casos, es difícil ó imposible mantener un empleo regular a la misma vez, hay un gran número de profesionales (médicos,
abogados, ingenieros, maestros, etc.) igualmente que otros trabajadores, amas de casas, etc. que tienen gran éxito en
sus vidas, a pesar de que sufren de los síntomas del TOC. La mayoría de estos individuos pudieran tener vidas más
contentas y productivas si no tuvieran los síntomas del desorden.
Por todo lo anterior es importante aclarar que los individuos con TOC no están locos, el individuo lo sufre se da cuenta
que sus temores y comportamiento absurdos, pero no puede controlar estas obsesiones y compulsiones. Estos
individuos saben que sus pensamientos son irracionales pero tienen temor de que los demás piensen que sean
personas "débiles" o "locos." Por esto, individuos con TOC sufren con sus síntomas en silencio y tienen temor de buscar
tratamiento medico.
Algunas personas con TOC también pueden sufrir depresión, trastornosalimentarios, abuso de ciertas substancias,
trastorno por déficit deatención e hiperactividad (ADHD), u otros trastornos de ansiedad.Cuando una persona tiene otros
trastornos, el TOC suele ser el másdifícil de diagnosticar y de tratar. En el pasado, se pensaba que el TOC estaba
causado por experiencias vitales, pero ahora hay cada vez más evidencia de que están implicados factores biológicos,
y que el TOC está relacionado con una anomalía en el funcionamiento de los circuitos de las células nerviosas en
zonas específicas del cerebro. El TOC no se debe a problemas familiares ni a actitudes aprendidas en la infancia, tales
como la insistencia en la limpieza, o la creencia de que ciertos pensamientos son peligrosos o inaceptables.
Existen otra gran variedad de padecimientos donde se presentan ideas repetitivas y conductas compulsivas. Aunque a
diferencia del TOC clásico, algunas de estas ideas no generan necesariamente un gran sufrimiento, pero que sin
embargo las consecuencias de la conducta son igualmente discapacitantes. Dentro de estos padecimientos asociados
al TOC o también conocidos como del "espectro TOC" tenemos: comerse las uñas (onicofagia), jalarse y arrancarse el
cabello (tricotilomanía), los tics motores y vocales, el juego patológico, algunas parafilias y fobias, compras compulsivas,
cleptomanía y algunos trastornos de la alimentación.
Cabe destacar que los animales también pueden presentar dicho trastornó, un ejemplo muy fácil de identificar es
cuando un perro da vueltas alrededor de un circulo imaginario por más de un minuto o se lamen constantemente.
Con esto hemos concluido este interesante tema, no se olviden que si dedican gran parte del día en conductas
repetitivas causando marcada molestia o incapacidad pueden tener un TOC, hasta el próximo domingo.
Para mayor información:

TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO (TOC)
El TOC es un trastorno neuropsiquiátrico complejo caracterizado por la presencia de obsesiones y compulsiones. Las
obsesiones son imágenes o pensamientos intrusos no deseados que provocan mucha angustia o miedo, mientras que las
compulsiones son actos repetitivos que la persona realiza en un esfuerzo por aliviar el malestar generado por las
obsesiones. El TOC afecta a uno de cada 40 adultos y a uno de cada 200 niños, lo que equivale a aproximadamente 5
millones de personas en nuestro país. Afecta a varones y mujeres por igual y por lo general, comienza entre los 7 y los
25 años. Curiosamente, los síntomas en la infancia suelen ser muy similares a los de la adultez.
Las personas con TOC tienen gran dificultad para enfrentarse a la incertidumbre de muchas situaciones o recuerdos. Si
bien reconocen que sus obsesiones son pensamientos irracionales, no pueden suprimirlas y suelen verse forzados a
cumplir con rituales debido a los elevados niveles de ansiedad que sufren. Algunos pensamientos del TOC implican un
“pensamiento mágico” que, como las supersticiones, se relacionan con la creencia de que los pensamientos de uno
pueden afectar o controlar la suerte o el destino de otros.
¿El TOC no es sólo eso de lavarse las manos?
No. Si bien el miedo a la contaminación o a enfermarse es un síntoma común del TOC, hay muchos tipos de obsesiones
y compulsiones. Entre las obsesiones, hay: obsesiones agresivas, que incluyen ideas de dañarse o de dañar a otros (con
un puñal, a puñetazos, empujándolos a la calle, etc.); obsesiones religiosas, que consisten en tener pensamientos
blasfemos o preocuparse en exceso por la moral; obsesiones sexuales, que implican dudas sobre la identidad sexual o
miedo a tocar indebidamente a otros (a niños inclusive); y obsesiones somáticas, que implican una excesiva
preocupación por tener enfermedades como el SIDA. Una obsesión común entre los niños es la de necesitar "sentirse
bien", es decir el niño no se siente bien hasta tanto no satisface su compulsión.
Recuerde: las obsesiones son imágenes o pensamientos intrusos. Por ello, muchas veces, las familias no advierten que
su ser querido está tan preocupado. Si bien las personas con TOC son capaces de ocultar sus compulsiones, no pueden
hacerlo indefinidamente. Justamente, la presencia de conductas compulsivas es lo que despierta sospechas en la familia
y en la escuela. Las compulsiones suelen llevar a la persona a realizar cierto(s) acto(s) para eliminar la duda o la
incertidumbre generada por las obsesiones. Por ejemplo: para alguien con obsesiones agresivas, una compulsión común
consiste en evitar cuchillos y tijeras porque así erradica la posibilidad de lastimar a otras personas. La inspección de
ventanas, puertas, hornos o armarios o volver sobre los propios pasos sirven de compulsión para quienes creen que se
han equivocado o necesitan “sentirse bien”. Lavarse las manos, ducharse o arreglarse en exceso pueden constituir
formas para erradicar la posibilidad de enfermarse o diseminar enfermedades. Otras compulsiones consisten en releer,
ordenar y arreglar, contar, repasar conservaciones y pensamientos, buscar la justificación de otros, etc.
¿Cómo se presenta el TOC en la escuela?
El TOC puede afectar la capacidad de aprendizaje, enfoque, concentración e interacción social del niño. Hay varios
signos de advertencia que debe tener en cuenta si sospecha que su hijo tiene un TOC. Las compulsiones activas, como
volver físicamente sobre los propios pasos, borrar exageradamente, ordenar o arreglar las cosas que tiene en el escritorio
o en un armario, tamborilear los dedos y lavarse demasiado las manos, son síntomas comunes en la escuela. La
necesidad de evitar o hacer lentamente ciertas actividades también puede indicar un TOC. Por ejemplo: evitar la clase
de arte (quizá por no ensuciarse las manos), tardar demasiado en pruebas o trabajos escolares, pasar demasiado tiempo
en la enfermería (quizá para evitar determinadas actividades) y reaccionar desmedidamente ante hechos menores
pueden indicar un TOC encubierto.
¿Qué puede hacer la familia para tratar el TOC?
La vida tanto de la persona con TOC como de su familia es muy difícil. Muchas veces, los integrantes de la familia se
ven envueltos en compulsiones o ayudan a la persona a cumplir con los rituales o a evitar actividades, lo que puede dar
lugar a tensión familiar o de la pareja. Las personas con TOC también pueden experimentar depresión, aislamiento
social, ira y disfunción sexual debido a que sienten que pierden el control sobre su vida. Por ello, es importante que
todos los involucrados busquen la ayuda de un psicólogo o psiquiatra para que éste realice una evaluación integral del
funcionamiento global.
Si bien el TOC no tiene cura actualmente, se dispone de un tratamiento muy efectivo. La modalidad que ha demostrado
más eficacia consiste en la combinación de una terapia cognitivo-conductual (TCC) con un tratamiento farmacológico.
La regla de oro en el tratamiento del TOC es la técnica dentro de la TCC conocida como “prevención de exposición y
reacción” (ERP, por sus siglas en inglés). La ERP se basa en que los miedos finalmente disminuyen si se los enfrenta
una y otra vez. Imaginemos que saltamos a una piscina que está fría. Primero, sentiremos la temperatura extrema, pero
cuanto más nos quedemos en el agua, más pronto nos adaptaremos. Lo mismo ocurre con la ansiedad. Si uno da lugar a
la ansiedad sin tratar de combatirla (compulsiones), uno se terminará adaptando. Sin embargo, es un proceso gradual
que debe realizarse con profesionales capacitados. La TCC también proporciona a los familiares habilidades y
estrategias para ayudar a sus seres queridos de manera positiva; les enseña a no consolarlos, ni a no colaborar con sus
rituales.
Si mi hijo está tan preocupado, ¿por qué no debo consolarlo?
Por supuesto, es lógico consolar a quien está preocupado, en especial si sabe que sus preocupaciones son irracionales.
Pero en el caso del TOC, el consuelo es contraproducente. La trampa está en que en el TOC, el consuelo es una
compulsión y cualquier compulsión refuerza el TOC. Pensemos en lo que pasa cuando nos pica un mosquito.
Inmediatamente después de la picadura, sentimos picazón en la piel. Si nos rascamos, sentimos alivio por un rato. Tan
pronto como dejamos de hacerlo, la picazón empeora. No importa quién rasque la picadura. Mientras la rasquemos,
sentiremos un alivio temporario. Así es como funcionan las compulsiones. Sólo calman la ansiedad en forma
temporaria. Tan pronto como se dejan, la necesidad de satisfacerlas nuevamente aumenta. La persona que padece un
TOC entiende que no puede adaptarse a la ansiedad, sino que debe apoyarse en las compulsiones para aliviarla.
Recursos útiles
He aquí recursos para las familias que atraviesan dificultades a causa de un ser querido con TOC. Si bien es útil que la
familia se informe sobre los síntomas y el tratamiento a partir de estos recursos, no suplen la evaluación integral y el
tratamiento prestados por un profesional de salud mental calificado.
􀂃 Obsessive Compulsive Foundation (Fundación para obsesivo-compulsivos): www.ocfoundation.org
􀂃 What To Do When Your Child Has Obsessive-Compulsive Disorder: Strategies and Solutions (Qué debe hacer si su
hijo tiene un trastorno obsesivo-compulsivo: Estrategias y soluciones) de Aureen Pinto Wagner.
􀂃 The OCD Workbook: Your Guide To Breaking Free From Obsessive Compulsive Disorder (Manual sobre el TOC:
Una guía para liberarse del Trastorno Obsesivo-Compulsivo) de Bruce Hymand y Cherry Pedrick.
Escrito y desarrollado por Jerome Bubrick, Ph.D del NYU Child Study Center.

Hablemos de las Obsesiones


Hablemos de las Obsesiones
Son muchas y variadas las obsesiones que padecen los enfermos de TOC. Éstas se manifiestan en forma de pensamientos, temores y también preocupaciones.
Estas obsesiones se repiten con mucha frecuencia y producen en el enfermo un gran monto de ansiedad, y si bien éste muchas veces discrimina que son exageradas razonando de ese modo, no puede a pesar de esto controlar su repetición, aparición y la ansiedad y angustia que éstos le producen.

Aquí algunas obsesiones más comunes, aunque en la clínica he encontrado algunas totalmente diferentes a éstas:
- Ante la suciedad o los gérmenes, una excesiva o exagerada preocupación
- Duda permanente (si cerró la puerta, si cerró el gas, si puso la alarma, etc.
- Rigurosidad en colocar en un orden determinado los objetos, si alguien los cambia de lugar, los vuelve nuevamente a colocar
- Temor a dañar a seres muy queridos, aunque discrimina que sería imposible que les haga daño, por ejemplo a sus hijos, padres, hermanos, etc.
- Ocupa mucho tiempo en ordenar herramientas, cubiertos, enceres, etc.
- Puede sentir pensamientos intrusos que están contrarios a sus más profundos valores, o creencias que pueden ser religiosas, políticas, etc.
- Pensamientos de realizar actos aberrantes y totalmente contrarios a sus convicciones

Es importante saber que quien padece de Toc tiene claro que sus pensamientos e imágenes intrusas, son irracionales, pero esto no le ayuda a la hora de frenarlos o impedirlos, no puede hacerlo.

Entonces en la búsqueda de una solución, y como modo de librarse de ellos, es entonces que adopta un comportamiento compulsivo, y aquí aparecen los rituales.

Entonces y para que quede claro, las compulsiones son conductas repetitivas y en forma de ritual que el paciente realiza y como modo de reducir o frenar la ansiedad que las obsesiones le producen.

Aquí una enumeración de las compulsiones más comunes:
- lavarse las manos repetidamente
- volver a revisar y en forma reiterada que ha cerrado la puerta
- poner en absoluto orden todos los objetos de la alacena (placard, baño, etc.)
- volver a poner el florero en el centro exacto de la mesa, y observar desde distintos ángulos que esté exactamente en el centro, equidistante de todos los puntos.

Tarea que le puede llevar desde minutos hasta horas, cada día. Esto por lo tanto le afecta en toda su vida de relación, de trabajo, de familia, social, etc.

¿En qué etapa de la vida se produce el Trastorno Obsesivo Compulsivo?
Generalmente comienza en la adolescencia, o juventud, pero también hay casos en que se ha dado en niños. No hay relación en cuanto a sexo, es decir se da tanto en varones como en mujeres y puede tener origen familiar, aunque yo he notado en los varios casos que se han presentado en la consulta, que en muchos, no en todos, podría suponerse que está relacionado con una educación muy rigurosa, y también he visto casos en que se lo ha podido relacionar con violencia en ésta educación, de parte del progenitor que manifestaba su conducta también obsesiva y rigurosa.

Es posible que el TOC también esté acompañado por otros tipos de ansiedad, fobias, a veces manifiesta depresión, y por otro lado también es común que como modo de evitar situaciones de enfrentar sus obsesiones recurra a alcohol o drogas para aliviar su ansiedad, sin éxito por supuesto.

Hay tres características que deben estar presentes en el enfermo de TOC y son: - Su
- actividad le insume al menos una hora en el día
- Siente mucha angustia por sus obsesiones y compulsiones
- No puede por impedimentos de éstos desarrollar una vida normal

TRATAMIENTO DEL TOC
Generalmente el paciente que llega a mi consultorio lo hace luego de haber transitado el consultorio y tratamiento psiquiátrico con psicofármacos, y también el consultorio de algún otros especialista psicólogo/a, y buscando una respuesta satisfactoria pues entiende que las anteriores no le satisfacen ya sea porque quiere dejar el tratamiento medicamentoso, y al hacerlo recrudecen sus síntomas o porque siente que la terapia que está haciendo es muy larga, y quiere una respuesta más corta a su problema. Aunque también hay personas que nunca antes han hecho tratamiento, y asisten por primera vez a la consulta para solicitar ayuda que le permita vivir una vida mejor.

De uno u otro modo viene a la consulta y ya sabe que el tratamiento que yo aplico es mediante las llamadas Terapias Breves, con o sin aplicación de Hipnosis.

Entonces ante esto, si el paciente está tomando medicación, lo que hago es conectarme en forma directa con su psiquiatra, y a partir de ahí comienzo el tratamiento psicológico, pero de modo que con éste otro especialista llevar el tratamiento tendiente a la disminución de los síntomas y cura, y paralelamente a éste se le va retirando paulatinamente la medicación, pues lo que se busca es que el paciente al avanzar la terapia psicológica, y disminuir los síntomas, baya dejando la medicación.

Cuando el paciente se presenta para el tratamiento y no ha asistido previamente al médico psiquiatra, evalúo el nivel de gravedad de sus síntomas, y derivo a éste especialista únicamente si la gravedad es tal que necesite sí o sí del tratamiento medicamentoso además del psicoterapéutico.

Entonces el paciente comienza la psicoterapia, y como primera medida lo que voy haciendo es establecer elementos de psicoeducación, decirle de qué se trata su problema y que es importante que tanto éste como su familia conozcan de qué se trata la patología, y por ende éste deje de sentir vergüenza por no poder modificar todo lo que conlleva mentalmente y en conductas la misma, y así mismo su familia logre entender qué es lo que le pasa al enfermo, y que precisamente se trata de una enfermedad, y también explicarles en qué va a consistir el tratamiento y entonces la solución a esto que es evidentemente un problema y no sólo para el paciente, sino para toda su familia. Aclaro para quien no conoce de ésta patología, que es sumamente inexplicable para los allegados a un enfermo de Toc el entender sus conductas de ritual.

También encuentro muy importante y ya en cuanto a mi tarea de psicólogo clínico, el hacer conocer al menos en lo entendible por ellos, en qué consiste las técnicas que yo aplico para la cura de éste enfermedad, desde la orientación Cognitivo.Conductual, y porqué deberían éstos confiar en que mediante ésta el paciente encontrará la cura, y por ende dejará de sufrir como consecuencia de todo lo que le produce el Toc.

El modo en que enfoco el tratamiento siempre va a estar en cuanto a procedimientos, con la aplicación de ésta metodología previamente mencionada, la de la “Exposición con Prevención de Respuesta” tanto con aplicación o no de Hipnosis, siendo ésta aplicada la respuesta al tratamiento y /o cura siempre es en un tiempo mucho menor. Ésta estrategia de tratamiento consiste en exponer a la persona a las imágenes, objetos, personas o cosas que le producen la ansiedad y las consiguientes obsesiones, pero impedirle que realice las compulsiones o rituales, que normalmente ésta realiza como modo de disminuir la ansiedad que éstas le producen, por ejemplo hacer que se lave las manos una sola vez, e impedirle que lo haga otra vez, de modo que va a estar con sus manos sucias, por un tiempo más o menos largo, mientras más avance el tratamiento el tiempo va a ser mayor hasta eliminar el síntoma.

Lo explicitado aquí es sólo un ejemplo simple de un tratamiento mucho más complejo, que incluye muchas más estrategias.
Utilizo también la exposición imaginaria si el contenido de las obsesiones no es posible de manejar como el ejemplo anterior. Se hace una exposición reiterada hasta disminuir y eliminar la ansiedad que ésta obsesión produce.

Lo anterior repito ha sido la enunciación de sólo dos técnicas, las más usadas y para las obsesiones y rituales más comunes, para otros tanto de obsesiones sin ritual, o con éste oculto, se utilizan otras técnicas más complejas.

Algunos pacientes que padecen de Trastorno de Ansiedad Generalizada, con trastorno de pánico con o sin agorafobia, pueden desarrollar también síntomas obsesivos, pero dentro de su sintomatología, si bien sus síntomas o pensamientos ansiógenos son tomados como relativamente reales, rara vez manifiestan o desarrollan rituales para calmar su ansiedad.

Lic. CRISTINA HEINZMANN
Email: consulta@centrocompartir.com
MSN: consultacentrocompartir@hotmail.com
Tlf::+54 351 4764221
Psicóloga Clínica - Hipnólogo Clínico
Centro Psicológico Compartir
Terapia Psicológica en Línea
T.Gestalt-T.Cognitivo.Conductual-T. Hipnosis

Acumuladores Compulsivos: a propósito de un caso


Javier Belda Miquel*
Juan García-Vilanova Comas*
María Lacruz Silvestre*


Acumuladores Compulsivos: a propósito de un caso


*Servicio de Psiquiatría. Hospital Provincial de Castelló.

Motivo del ingreso

Mujer de 41 años.
Diagnóstico: Retraso Mental Leve, Trastorno Obsesivo-Compulsivo.
Propuesta de reingreso en Hospital de Día:
Descarga familiar.
Hábitos saludables.
Socialización.
Rehabilitación vocacional.

Personales
Sufrimiento neonatal.
Neurofibromatosis (no precisa tratamiento).
Hepatitis (12 años).
Hipotiroidismo ( en tratamiento con tiroxina).
Psiquiátricos:
Retraso Mental Leve.
Seguimiento en USM desde 1992 por TOC.
Tres ingresos breves en UHP, los dos últimos en 1999, por abandono de medicación y agresividad.
Familiares
Psiquiátricos:
Primo Epilepsia.
Tío 2º ingreso psiquiátrico y suicidio.
Posible patología PQ en familiares de primer grado, no filiada.


Antecedentes médico-psiquiatricos

Datos psicosociales


La menor de cinco hermanos.
Retraso madurativo desde nacimiento.
Estudios en escuela especial (no graduado escolar).
No historia laboral. Recibe pensión por minusvalía.
Convivencia :
Padres; padre 75 años, propietario de comercio, jubilado; madre 75 años, ama de casa.
Hermano separado.
Hermana separada con dos hijos pequeños.
Disonancia económico-social familiar.
Historia de progresivo deterioro psicosocial:
Dependencia de los padres para funcionamiento personal y gestión económica.
Vida social restringida a familia (atiende y acompaña a familiares mayores, ayuda en labores domésticas).
Ociosa en casa. Autoabandono.


Inicio en adolescencia.
Fluctuantes y cambiantes.
Síntomas obsesivos:
Fobias de impulsión autolesiva.
Obsesiones de contaminación.
Duda patológica.
Síntomas compulsivos:
Lavado y limpieza ( enlentecimiento AVD).
Comprobación, repetición y recuento.
Estructuración minuciosa del ambiente (control dinámica familiar).
Espectro obsesivo-compulsivo: tricotilomanía
Síntomas distímicos.
Clínica ansiosa ( vegetativa, lesiones de rascado compulsivo).
Escasa resistencia e insight.
Abandonos de tratamiento.
Conductas regresivas ( manipula, miente, pasivo-agresiva, negativista…).



Historia psicopatológica


Comienza a acumular objetos en adolescencia.
Items:
Ropa inutilizable de infancia.
Revistas/folletos.
Material escolar.
Envoltorios.
Pilas.
Regalos empaquetados (sin abrir).
Dinero.
Progresiva acumulación en dormitorio (armario, suelo, mesa, cama…).
Impide limpieza y entrada de otros familiares.
Pasa a dormir en sofá del comedor.
Acumulación también en otras habitaciones.


Acumulación compulsiva-I


Acumulación compulsiva-II


Exploración cognitiva:
Motivos emocionales (“recuerdo”) e instrumentales (hipotética utilidad futura).
La mayoría totalmente inútiles.
Monedas como “dispositivo de seguridad”.
Intolerancia a modificaciones mínimas del ambiente.
Egosintonía (nula resistencia).



Intervención


Estado actual


Eutímica.
Atenuación de rituales (lavado de manos y enlentecimiento).
Control de compulsiones de acumulación.
Normalización relativa de la dinámica familiar.
Pobre insight.
Estimulación contínua de terceros.
Pronta remisión a Centro Ocupacional.
Mal pronóstico.



Acumulación: un síntoma, no un síndrome


Extremo patológico de un contínuo ( coleccionismo-acumulación compulsiva).
Fenomenología, clasificación y psicobiología poco investigadas.
Criterios:
Recolección repetitiva ( a veces, de forma ordenada y sistemática) de cantidades excesivas de artículos con escaso valor material o sentimental.
Incapacidad para desecharlos a lo largo del tiempo.
Ausencia de motivación clara.
Acumuladores masivos:
varias habitaciones/armarios/garage/terraza.
Material heterogéneo:
Periódicos y revistas, correo inútil,ropa vieja, notas, viejos recipientes.


Síndromes de presentación


Población no clínica ( niños/adolescentes, adultos “pack rats”).
Acumuladores patológicos (como síntoma único).
¿Recorrido final común de varios procesos ? (biológico: DA / psicosocial):
TOC.
TDAH.
Esquizofrenia ( ¿por delirios?).
Trastornos por Tics.
Trastorno Mental Orgánico.
Elementos comunes (pobre insight y resistencia, escasa motivación al cambio).
En casos extremos, autoabandono (Síndrome de Diógenes).


Damecour et al, J Cin Psychiatry. 2002 / Greenberg et al, Behav Res Ther. 2000


Enfermedad donde la acumulación es más común (hasta 30%).
¿Síndromes superpuestos? : comorbilidad, neurobiología, genética y tratamiento.
Subgrupos sintomáticos :
(Calamari et al, 106 pacientes TOC1):
Obsesiones de daño.
Acumuladores.
Obsesiones de contaminación.
Duda.
Obsesivos puros.
(Baer et al, 107 pacientes TOC2):
Simetría y acumulación (...ahorro, orden, repetición, recuento).
Contaminación y comprobación (....somáticas, limpieza).
Obsesivos puros (...agresión, sexo, religión).
(Mataix-Cols et al, Abramowitz et al, 486 pacientes TOC3,4):
Simetría/Orden.
Acumulación.
Contaminación/Limpieza.
Agresividad/Comprobación.
Obsesiones sexuales y religiosas.



TOC: Subtipos



Subgrupos “cognitivos”:
Evaluación anómala del riesgo.
Duda patológica.
Falta de culminación.


1-Calamari et al, Behav Res Ther. 1993
2-Baer at al, 1994/ Leckman et al, 1997
3-Mataix-Cols et al, Behav Res Ther 2003 (N=354)
4-Abramowitz et al, Psychother Psychosom. 2002 (N=132)



TOC: Subtipos (II)


Síntomas Obsesivo-Compulsivos


OBSESIONES (%)
Contaminación 45-50
Duda 42
Somáticas 33
Simetría 32
Agresivas 31
Sexuales 24
Múltiples 72
COMPULSIONES (%)
Comprobación 61
Lavado 50
Recuento 36
Preguntas/Confesión 34
Simetría/Precisión 28
Acumulación 18
Múltiples 58



Acumuladores TOC


Variedad TOC más invalidante y deteriorante.
Mayor edad, mayor deterioro global (GAS) y ansiedad (HAM-A).
Pobre respuesta a psicoterapia, fármacos y rehabilitación.1
Menor insight.
Inicio precoz (infancia o adolescencia).
Mayor comorbilidad.2,3
Trastornos de personalidad.
Fobia social.
T. Control de los impulsos (rascado, mordedura de uñas, tricotilomanía, compras compulsivas).
Otras enfermedades del Espectro OC:
Trastorno de la Tourette.
Trastorno dismórfico corporal...
Acumulación y tics en familiares de primer grado.3
1-Saxena et al, J Clin Psychiatry. 1990 (N=190).
2-Frost et al, Psychiatry Clin Neurosci. 2002 3-Samuels et al, 2002 (N=12).



Neurobiología de la acumulación patológica


Alteración de un módulo específico del circuito corticostriadotalamocortical (CSTC), disfuncional en el TOC:
Subgrupo comprobadores (aumento actividad estriada bilateral, vía directa).
Subgrupo contaminación (aumento actividad orbitofrontal).
Subgrupo acumuladores (disminución actividad estriado, vía indirecta).
Distinto metabolismo de la glucosa cerebral 1.
TOC acumuladores (menor metab en giro cingulado posterior).
TOC no acumuladores (mayor metab en tálamo bilateral y caudado).



1- Saxena et al, Isr J Psychiatry Relat Sci. 1999 (N=65)


hipotesis cognitivas


Modelo cognitivo de la acumulación compulsiva (creencias sobre ahorrar y desechar):1
Conducta de evitación ligada a la indecisión y el perfeccionismo. El guardar permite evitar la decisión necesaria para tirar algo, y la preocupación que acompaña tal decisión ( poder equivocarse). También permite evitar las reacciones emocionales ligadas a la pérdida de posesiones queridas, y produce mayor percepción de control.
Déficits en el procesado de la información.
Alteraciones en la formación de vínculos emocionales (mayor dependencia para el bienestar emocional).
Conductas de evitación.
Creencias erróneas sobre la naturaleza de las posesiones.
Motivo referido más común para acumular: miedo de tirar artículos de valor práctico actual o futuro.2,3
Evaluación: SI-R (Saving Inventory Revised):4
Dificultad para desechar.
Excesivo abarrotamiento.
Excesiva adquisición.
Mayor frecuencia de razones para ahorrar, y adquisición de posesiones desechadas por otros.5
No hay evidencias de relación con deprivación material.



1-Frost et al, Behav Res Ther. 1996
2-Seedat et al, 2002 (N=15).
3-Winsberg et al, Acta Psychiatr Scand. 2004 (N=20).
4-Frost et al, J Clin Psychiatry. 1998 (N=139).
5-Frost et al, J Consult Clin Psychol. 2003




Tratamiento TOC



Respuesta al tratamiento


Farmacológico
Peor respuesta a ISRS que resto de TOC1,3,4
Psicoterapia
Peor adherencia y respuesta a relajación y TCC que resto de TOC3,6
Estrategias de TCC específicas (modelo de Frost), mejores resultados2,5
1-Winsberg et al, Acta Psychiatr Scand. 2004 (N=20).
2-Saxena et al, J Clin Psychiatry. 1999
3-Black et al, Am J Psychiatry. 1999 (N=38)
4-Mataix-Cols et al, Behav Res Ther. 2003 (N=150)
5-Cermele et al (N=1)
6-Abramowitz et al, Psychoter Psychosom. 2002 (N=132)




Conclusiones


La acumulación compulsiva es un síntoma aún poco definido.
Mayor frecuencia relativa en el TOC.
Dimensión sintomática diferenciada.
Inicio precoz.
Evolución más tórpida.
Peor respuesta al tratamiento antiobsesivo (inespecífico).
Signo de mal pronóstico que precisa de una intervención profunda e individualizada.



¡MUCHAS GRACIAS!