Disminuidos psíquicos


Disminuidos psíquicos

Aunque existen muchos tipos de enfermedades psíquicas con manifestaciones distintas, convivir con un enfermo mental no es fácil. Buscar ayuda externa tanto para el enfermo como para la familia y es importante.

1. Punto de partida
2. Pautas para la convivencia

1. Punto de partida


Conviene aclarar que existen muchos tipos de psicopatologías con síntomas y manifestaciones muy diferentes, y que por tanto, las actitudes y medidas a tomar con este tipo de enfermos variarán según la patología que presenten.

Al hablar de psicopatologías conviene distinguir entre las psicosis: esquizofrenia, trastornos delirantes, .....; las neurosis: trastornos de ansiedad, trastornos somatiformes, trastornos disociativos; las psicopatías o trastornos de personalidad y la deficiencia mental: oligofrenia, síndrome de Down, etc. En cualquier caso es aconsejable que el médico oriente a la familia sobre las pautas a seguir, posibles problemas que pueden surgir, aspectos referentes a la medicación, etc.

La mayoría de los enfermos mentales no reconocen el problema que tienen y consideran que no necesitan ayuda médica y psicológica. La familia no sabe qué hacer ya que no consiguen convencer al enfermo de esa necesidad.

En estos casos se puede buscar a alguien de la familia que tenga autoridad e influencia sobre el enfermo para que intente hablar con él y lo convenza de esa necesidad. No hay que olvidar que un gran número de enfermos mentales necesita este tipo de ayuda para poder funcionar en la sociedad real.

La familia tiene que tener siempre presente que el enfermo raras veces se deja ayudar, que suele tener actitudes frías y hostiles e incluso puede llegar herir física y emocionalmente a las personas más cercanas.

Esto es importante tenerlo en cuenta, ya que a veces son los mismos familiares los que reprochan y responsabilizan al enfermo su comportamiento.



2. Pautas para la convivencia

Disminuidos psíquicos. Necesitan una mayor atención por parte de su familia. Puleva Salud.
- Diferenciar enfermo y enfermedad. Ser conscientes de que el enfermo no se comporta de forma inadecuada por su propia voluntad, sino a causa de la enfermedad. Hay que ser muy comprensivos en esto, ya que a veces se les hacen reproches, se piensa que lo hacen para causar daño, que no son buenas personas... Cuando la realidad es otra, ya que es la misma enfermedad la que le hace adoptar esas conductas.

- Alteraciones en la personalidad. A veces este tipo de enfermedades producen cambios tan bruscos en la personalidad del enfermo que los miembros de la familia se quejan de que el enfermo no es la misma persona que era antes y llegan incluso a tener dificultades para quererlo de la misma forma. Ante esto es importante intentar seguir teniendo hacia el enfermo los mismos sentimientos que se han tenido siempre, aunque a veces resulta bastante difícil.

- Evitar discusiones. Evitar discutir con el enfermo sobre su mala conducta. Lo que sí se aconseja es prever la aparición de reacciones hostiles y discusiones e intentar evitarlas.

- Observarlo y protegerlo. Observarlo y protegerlo ya que hay enfermedades que incitan al suicidio, a autolesionarse, gastar dinero, dejar de comer e incluso hacer daño a otras personas

- Sentimientos contradictorios. No olvidar que a veces aparecen sentimientos contradictorios. Por un lado, la familia desea ayudar al enfermo, protegerlo, darle cariño, pero por otro el enfermo no se deja ayudar. Esto es normal que ocurra.

Por lo tanto, la familia no debe reprocharse en ningún momento este tipo de sentimientos, ni debe pensar que no lo están haciendo bien, ya que estas situaciones son muy comunes.

- Evitar obsesiones. Hay enfermedades en las que el enfermo se obsesiona con preocupaciones, con el padecimiento de enfermedades físicas, y no habla de otra cosa, se pasa casi todo el día pensando en lo mismo.

En estos casos es aconsejable que la familia evite tener conversaciones sobre el tema que obsesiona al enfermo, ya que a veces, en el intento de ser comprensivos lo que hacemos es ayudar al enfermo a agrandar el supuesto problema.

- No corregirle sus rarezas. No tratar de corregir sus extravagancias y rarezas.

- Medicación. No olvidar la medicación y cuando sea necesario la hospitalización.

Conviene aclarar que existen muchos tipos de enfermedades mentales y las reacciones y comportamiento del enfermo es diferente.

En cualquier caso es aconsejable que el médico oriente a la familia sobre las pautas a seguir, posibles problemas que pueden surgir, aspectos referentes a la medicación etc.

Dª. Trinidad Aparicio Pérez

Psicóloga clínica. Psicóloga escolar

Universidad de Granada
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