Psicoterapia para el T.O.C.


Psicoterapia para el T.O.C.

Primeros Tratamientos
Anteriormente, el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) estaba considerado como “neurótico”. Sigmund Freud, el padre de la psicoterapia prestó una atención considerable a este trastorno y creía que el trastorno abarcaba un amplio espectro que iba de la personalidad obsesivo-compulsiva a la psicosis. Su tratamiento fue el psicoanálisis, aceptado durante muchas décadas. Debido a que no se obtuvieron los resultados apetecidos, se consideró al trastorno como raro e intratable.
Incluso hoy en día las formas más populares de psicoterapia incluyen el psicoanálisis y su sucesora la terapia psicodinámica. Los objetivos de estas formas de terapia no encubren motivaciones ocultas y ganan en interiorización—por lo que se refiere a “terapia de orientación interior”. La utilización del psicoanálisis freudiano ha ido decreciendo en favor de la psicoterapia psicodinámica debido a sus rápidos resultados. El psicoanálisis tradicional puede tener un proceso amplio en el tiempo, por incluir terapeutas que tratan de no influir al paciente, esperando a que lleguen a un “renacer” por sí mismos. Este proceso lleva años, haciéndolo inaccesible para la mayoría.
Los modernos tratamientos de psicodinámica, aunque persiguen objetivos similares en cuanto a orientación interior, incluyen más interactividad por parte del psicoterapeuta, permitiendo una terapia más corta, menos de 25 sesiones por lo general. Las personas que padecen TOC tienen como mínimo algunas interiorizaciones por lo que hace a sus comportamientos, haciendo que el objetivo básico sea menos útil; la interiorización por sí misma no es suficiente para “curar” el TOC. Ahora hemos aprendido que el TOC tiene, en gran parte, una causa biológica (queremos decir, por ejemplo, que el comportamiento obsesivo no esta causado simplemente por una mala relación con la madre, sino que tiende a producirse por herencia familiar). Debido al fracaso de los tratamientos psicológicos tradicionales para el TOC, se utilizan ahora los cognitivos-conductuales, con unos resultados francamente satisfactorios.
Tratamientos modernos
La terapia cognitiva-conductual (TCC) es una categoría de tratamientos psicológicos utilizados con éxito para los trastornos obsesivo-compulsivos. Esta terapia es la mejor forma de reducir permanentemente los síntomas del TOC. Está estudiado científicamente y muestra que realmente puede cambiar la actividad en el cerebro de una persona—en el sentido de que a través del mismo se puede “reeducar” al cerebro.
El objetivo de la TCC es doble: cambiar pensamientos y a la vez comportamientos. La parte cognitiva incluye la identificación y análisis de los pensamientos irracionales, permitiendo afrontarlos. Por lo que hace a la parte del pensamiento, el terapeuta y el paciente trabajan unidos para cambiar los comportamientos compulsivos. Ello incluye técnicas como Exposición y Prevención de Respuestas, también denominado Exposición y Prevención Ritual.
La exposición y prevención de respuesta o ritual tiene éxito de un 75 a 80% en cuanto a reducir los síntomas, haciendo el tratamiento más efectivo para el TOC. La persona que padece sentimientos obsesivos (TOC), experimenta extrema ansiedad y ello origina la ejecución de compulsiones que alivian momentáneamente esa ansiedad. Su objetivo es exponer a los que padecen TOC directamente a las obsesiones que les producen ansiedad y luego prevenir la actuación de rituales compulsivas para aliviar esa ansiedad. Es un proceso jerárquico. El terapeuta debe definir y clasificar sus miedos, desde los más perturbadores hasta los que lo son menos. Una vez hecho, se insta al paciente a exponerse a cada uno de los miedos tan pronto esté preparado para ello. El terapeuta jamás obligará a su paciente a efectuar ninguna acción que éste no desee, ya que es preciso tener mucho cuidado en asegurarse de que el sujeto se encuentra listo para el siguiente paso—debido a ello el proceso se alarga en el tiempo. El paciente de TOC aprende que la ansiedad en sí misma no es grave.
Debido a que el solo pensamiento de afrontar al miedo puede ser disuasorio por parte de muchos pacientes, algunos se preguntan si es posible evitar una parte de la terapia. La terapia cognitiva sola puede ser útil si un paciente es incapaz de participar en los ejercicios, pero la parte del tratamiento del comportamiento es la clave del éxito.
El terapeuta asignará tareas para que las lleve a cabo el paciente y evaluará el proceso de los síntomas para asegurarse de que va mejorando. El terapeuta estimulará de alguna manera al paciente ya que quizá necesite que se le dirija para conseguir una mayor efectividad en el tratamiento, pero no más de lo que el paciente pueda controlar. Es un proceso difícil pero muy efectivo y gratificante. La TCC es también efectiva para la mayoría de trastornos de ansiedad y muchos trastornos del espectro obsesivo-compulsivo.
El terapeuta adecuado
Debido a que no todos los terapeutas poseen las enseñanzas especializadas sobre las técnicas de comportamiento, las personas con TOC deberían elegir a un profesional de salud mental con cuidado antes de iniciar un programa de tratamiento, asegurándose de poseer la suficiente experiencia por lo que hace a los tratamientos con técnicas de comportamiento para trastornos de ansiedad. Es común encontrar personas con TOC que han asistido a terapias psicodinámicas sin observar efectividad alguna ni mejoría durante largo tiempo. Incluso debería evitarse un terapeuta cognitivista sin la suficiente experiencia en el trato del comportamiento.
Las personas que siguen un tratamiento correcto deberían empezar a ver su mejoría después de unas pocas sesiones de terapia cognitivo-conductual.

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viernes, junio 06, 2008
2ª parte "Pensamiento mágico y obsesión"

Deseos
Nuestros deseos son probablemente lo más relacionado con el entorno mágico, así como las expectativas irrazonables. ¿Quién no se ha resistido a tener ciertos pensamientos de miedo o de mala suerte, formular un deseo mientras se soplan las velas de cumpleaños o intentar ayudar a un jugador de fútbol del equipo favorito a empujar el balón situado en el punto de penalti, utilizando sólo la esperanza y la concentración?

¿Traen buena suerte los rituales?
“Siempre que vuelo, coloco mis manos sobre el fuselaje mientras subo al avión. El hábito viene desde que era niño y tenía temor a subir a cualquier tipo de máquina que volase; a través de los años y al comprobar que nada malo me sucedía, mi cerebro decidió que debía continuar con el ritual para mantener mi mente en paz por si acaso”.
Los antropólogos insisten en el hecho constatado de que no hay mejor laboratorio de estas repeticiones rituales sin sentido que en los deportes. Sólo hace falta prestar atención a las “danzas” o rituales elaborados por los jugadores durante un partido o cuando tienen el acierto de apuntarse un tanto.
Las personas que suelen confiar en sus rituales presentan un fenómeno conocido como “ilusión de control”, la creencia de que se tiene más influencia sobre el mundo de la que realmente se tiene. No es una mala cosa –un sentido de control anima a trabajar más duro que en caso contrario. En efecto, el completo control sobre las propias fuerzas, conocido como “realismo depresivo”, suele obsesionar a las personas que padecen depresión clínica, quienes suelen mostrar menos pensamiento mágico.
Dar nombre
A medida de que los pensamientos y objetos van adquiriendo poder también lo hacen sus nombres. La habilidad del lenguaje para asociarlos con nuestros actos actúa como un hechizo sobre nosotros. Piaget indicó que los niños a menudo confunden los objetos con sus nombres, un fenómeno que el etiquetó como realismo nominal. Rozin y sus colegas lo demostraron también en adultos. Después de ver poner azúcar en dos vasos de agua y luego fijar la etiqueta de “azucarado” en uno y “veneno” en otro, la gente prefirió beber del vaso que llevaba “azucarado”. (El subconsciente no procesa la negatividad). Rozin también encontró que las personas son reticentes a romper un pedazo de papel en el que figura el nombre de una persona amada. Los símbolos arbitrarios transportan la esencia de lo que representan. Siguiendo esta misma regla de tres, señala Rozin, “el nombre de Adolfo cayó en picado durante los años 40”.
La creencia de un mundo justo hace que nuestra mente esté en calma. Incluso si las cosas escapan a nuestro control, las cosas suceden por alguna razón. La simple idea de arbitrariedad en cuanto a dolor y sufrimiento es tan terrible de soportar para muchas personas que la necesidad de orden moral puede explicar la popularidad de la religión.
Jesse Bering, psicólogo de la Universidad de Queen en Belfast estudia la psicología evolutiva de la religión. Comenta que teniendo en cuenta que un ser omnisciente puede leer nuestros pensamientos y castigarnos por nuestra inmoralidad previene de malos comportamientos y de esa forma ser expulsados de nuestro grupo social. Preguntó si el ser el objetivo de un relampago podría explicar por qué sin embargo no siento la necesidad de tocar madera si pienso en cosascomo, “No he tenido un resfriado durante meses”. “Pensamos todavía que el universo a través de una dosis aguda de realidad. El ritual de tocar madera de alguna forma nos satisface o agrada al universo y previene del castigo intencionado.
La creencia de que el universo es bueno con nuestros deseos es creer que tiene mente y alma, aunque rudimentaria. A menudo vemos objetos inanimados como llenos de una fuerza de vida. Cuando era niño quería desesperadamente que mi osito tuviera vida. Cuando pregunté a mi madre si amando algo lo suficiente se haría real, ella me contestó que no. Aquello rompió mi corazón. No es que pensara que todo está lleno de vida—incluso los bebés se sorprenden cuando un objeto inanimado se mueve por sí solo—es que sentimos que todo tiene su potencial. Se intelectualmente que no puedo hacer que los objetos cobren vida, pero todavía siento una ira irracional hacia una tostada cuando cae de mi mano—y me han dicho que la pise como venganza.
Pensamiento mágico: ¿Positivo o negativo?
El pensamiento mágico puede estructurarse entre escépticos a un lado y esquizofrénicos en otro. Las personas que se ratifican en las ideas mágicas en un terreno que va desde inocuo (miedo ocasional de pisar sobre las grietas de la calzada) hasta extravagantes (los presentadores de TV saben que les está mirando) tienen más posibilidad de padecer una psicosis o desarrollarla más tarde durante sus vidas. Las personas que sufren de TOC (trastorno obsesivo compulsivo) presentan altos niveles de paranoia, disturbios de percepción y pensamiento mágico, en particular “fusión de pensamiento y acción”, la creencia que los pensamientos negativos pueden originar daños. Estas personas sienten el fuerte impulso de realizar tareas repetitivas para contrarrestar sus pensamientos intrusivos como si dejar las puertas abiertas puede perjudicar a las personas amadas.
No obstante, a más pensamiento mágico no implica más problemas emocionales—lo que en realidad cuenta es si estos pensamientos interfieren en el devenir cotidiano y en nuestro funcionamiento. “Ser totalmente “realista” no es del todo sano”, dice Meter Brugger, jefe de neuropsicología en la Universidad Hospital de Zurich. Dispone de datos suficientes que indican de una forma fehaciente que la falta total de ideas mágicas, reporta la inhabilidad de sentir placer.
Brugger afirma que la habilidad para ver patrones y hacer asociaciones mejora la creatividad y también sirve a una función práctica: “Aunque esté en una pradera, siempre será mejor que, prudentemente, asuma que también allí puedo encontrar un tigre”.
Psychology Today Magazine

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viernes, mayo 30, 2008
Pensamiento mágico y obsesión

El pensamiento mágico nos transporta a cualquier lugar. Algunas creencias irracionales pasan sin dejarnos huella, pero otras las incorporamos a nuestra persona. La supervivencia requiere patrones reconocibles—la noche sigue al día, etc-- y debido a que echar de menos lo obvio a menudo hiere más que ver lo imaginario, nuestras habilidades en interferir en las conexiones están súper afinadas. Buscamos patrones porque odiamos las sorpresas y porque adoramos mantener el control de las cosas.
El estrés emocional y los eventos que representan un significado personal nos empujan fuertemente hacia la creación de significados mágicos. Eugene Subbotsky psicólogo de la Universidad de Lancaster relata un cuento ejemplar: “Estaba en Moscú paseando con mi pequeño hijo a lo largo de un bloque de casas vacío. De repente, un coche aparcado empezó a moverse sólo en dirección hacia ellos, finalmente se incrustó en una puerta de hierro solo unos centímetros de donde estaban. “Escapamos de la muerte por muy poco y sigo manteniendo mi pensamiento mágico sobre este episodio. A pesar de ser un hombre racional, soy científico, he estudiado este fenómeno; hay algunos acontecimientos en la vida de cada uno que no se pueden explicar de una forma racional. Bajo ciertas circunstancias siento como si alguien estuviese guiando mi vida y prestándome ayuda”.
"Existen diferentes capas de creencias”, dice Carol Nemeroff. "La respuesta de muchas personas, especialmente por lo que hace al pensamiento mágico es: “La mayor parte de mí no cree, pero otra parte sí lo hace”. Las personas saben que sus reacciones al respecto no tienen sentido, pero siguen teniéndolas.
No solemos reconocer nuestras creencias como absurdas, viendo casualidad en las coincidencias que nos pueden ocurrir antes incluso de que tengamos la oportunidad de pensar sobre ellas; los errores son algunas veces de percepción más que racionales. “Considere qué sucede cuando toca el claxon y justo en ese momento se apagan los semáforos”, observa Brian Scholl, director del Laboratorio de Cognición y Percepción deYale. "Ni por un momento creerá que su claxon ha originado que se apaguen las luces de tráfico, pero tendrá la percepción irresistible de relacionarlo. No es menos cierto que nuestro sistema visual rechaza creer en coincidencias. “Nuestros “entusiastas” ojos, en efecto, suministran las bases para caer en ideas más detalladas sobre superstición. No importa lo racional que nos consideremos, si la persona da un gran valor a las corazonadas se verá en un apuro si ha de lanzar dardos en un circulo en el hayan pegado una foto que nos produzca ternura, por ejemplo. De alguna forma estamos comparando imagen con realidad.
El valor de las cosas
Para algunos, el piano de John Lenon es sagrado. La mayoría de las personas considera su anillo de su boda como sagrado. Niños sin noción alguna de lo que esto significa echarán el pulmón por la boca lamentándose por la pérdida de su para ellos sagrada mantita. El valor personal que se le da a objetos inanimados podría denominarse como objetos sentimentales, pero ¿qué es sino pensamiento mágico? Existe un significado invisible en conexión con esas cosas: una esencia. Los objetos como un anillo de boda o una mantita de niño podrían ser reemplazados por otros idénticos o casi idénticos, pero ya no serían los mismos.
Lo que hace que una cosa sea sagrada para nosotros no es el material del que está construido sino su historia única, lo que hace que le demos valor. Los psicólogos Bruce Hood de la Universidad de Bristol y Paul Bloom de la de Yale convencieron a unos niños de edades comprendidas entre 3 y 6 años para que construyeran una “máquina de copiar”. Los niños se llevaron a casa muy satisfechos una copia de una pieza de metal precioso producido por la máquina, pero no fue así con una idéntica de una cuchara de la Reina Isabel II--¡querían la original!
En muchos casos el valor que se le da a un objeto viene de la persona a quien pertenece, la usó o la tocó, ejemplo de “contagio mágico”. Paul Rozin y Nemeroff de la Universidad de Pensilvania sostienen que el contagio mágico puede emerger de un evolucionado miedo a los gérmenes que, como la esencia, es invisible, fácilmente transmisible y tiene consecuencias de amplia repercusión. Antes de que los humanos tuvieran algún concepto acerca de la teoría de los gérmenes, poníamos en cuarentena a las enfermedades y evitábamos tocar los cuerpos de los muertos. La profunda intuición de que las cualidades morales o psicológicas se transmiten a través de las personas o un objeto hace que su historia se transporte con ésta, aunque no significa que seamos buenos evaluadores de fuentes de contagio. Nemeroff encontró que las personas perciben los gérmenes de las personas con quienes tienen amistad menos aterradores que los de sus enemigos, e indicaban que esos gérmenes les producirían menos daño.
Contagio mágico.
Las esencias no siempre son buenas. La Madre Teresa no podría neutralizar completamente la negatividad de una pieza de ropa llevada por Hitler, un hecho que encaja con la teoría de los gérmenes de contagio moral: Una gota de aguas residuales hace más a un cubo de agua clara que una gota de agua clara en un cubo de aguas residuales. La limpieza tradicional tampoco puede borrar las malas vibraciones. Estudios realizados por Rozin y sus colegas muestran que las personas tienen una fuerte aversión a llevar ropa procedente incluso de una lavandería que antes haya sido utilizada por un asesino o incluso por alguien que haya perdido una pierna en un accidente.
El contagio mágico puede también influir al revés. Muchas personas no querrían que un paciente de SIDA ocupase una cama de un hospital que acaba de dejar o incluso otros se sentirían a disgusto si una persona que no les resultase grata se quedase con su cepillo del pelo. “Ello cuadra con la percepción de que no hay separación entre espacio y tiempo”, dice Nemeroff. Unimos el cepillo del pelo y estar en contacto. En ese nivel mágico donde todo es uno, la acción sobre algo es la acción sobre nosotros mismos”.
Fin de la primera parte de Pensamiento mágico y obsesión

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viernes, mayo 09, 2008
ADMINISTRACION DEL TIEMPO Y OBSESIÓN

Es mucho más efectivo, para controlar temperamentos obsesivos, terminar el día habiendo completado tres tareas importantes para usted, que cincuenta que no le aporten nada significativo.

Resulta realmente imposible administrar el tiempo. El tiempo tampoco puede ahorrarse, almacenarse o multiplicarse. El tiempo fluye independientemente de todos nuestros esfuerzos por controlarlo. A todos se nos conceden 24 horas cada día, y nosotros decidimos cómo usar dichas horas. La clave está en cómo lo hacemos. Podemos utilizarlas sabiamente, o podemos malgastarlas. Pero lo que nunca podremos hacer es ahorrarlas. Al final de cada uno de nuestros días, el tiempo que haya pasado se habrá ido para siempre.

Muchas personas se justifican pensando que han estado haciendo un montón de cosas durante el día, pero no quieren darse cuenta de que todas esas cosas que han hecho no eran las realmente importantes; es decir, las que pueden producir un avance significativo hacia el logro de sus mayores objetivos. Lo importante no es hacer más cosas, lo que puede generar una alta ansiedad y obsesionarnos, sino hacer las adecuadas.

Le resultará muy difícil motivarse si solo trabaja con “listas de cosas para hacer”. Lo único que produce motivación, es pensar en los resultados que pretendemos conseguir. A la hora de planificar su tiempo, piense siempre en resultados, nunca en tareas. Cuando tenga claro el resultado que desea conseguir, trace un plan de acción asignando las tareas que sean necesarias para lograr ese objetivo.

Las personas no están organizadas porque tengan un planificador o una agenda, sino que utilizan esas herramientas porque ya están organizadas. Esto que parece un juego de palabras es un factor crítico para conseguir grandes resultados con el uso de su tiempo.

Son muchas las personas que por influjo de las modas, o simplemente por aparecer ante los demás como organizadas, compran el mejor sistema de planificación disponible, a pesar de que jamás lo llegan a usar. La administración del tiempo efectiva es fruto de forjar hábitos en nuestra actitud con respecto al tiempo. No tienen nada que ver con el uso de un sistema determinado. Hay personas que logran resultados increíbles de su tiempo utilizando como herramienta un simple cuaderno de notas y a pesar de que esa herramienta no es la más adecuada, como sus hábitos de gestión del tiempo sí lo son, se producen increíbles resultados.

La verdadera clave no es planificar, sino “comprometer” espacios de tiempo a las tareas que ha decidido realizar. Hacer su lista de tareas del día solo es el primer paso. Forje primero la mentalidad adecuada para administrar adecuadamente su tiempo, y solo después preocúpese de disponer del mejor planificador que pueda encontrar.

Se dice que los mayores ladrones del tiempo son el teléfono, las visitas, las reuniones y los proyectos urgentes.A pesar de que estos factores pueden influir en mayor o menor medida en su efectividad a la hora de administrar el tiempo, no son realmente ladrones del tiempo; son parte de su trabajo. Los mayores ladrones del tiempo suelen ser auto impuestos por nosotros mismos: postergación, falta de enfoque, exceso de perfeccionismo, perder el tiempo en tareas triviales, etc… Nosotros mismos somos nuestros peores enemigos. Administrar eficazmente el tiempo tiene que ver con saber administrarse mejor uno mismo, no tratar de buscar excusas en las llamadas de teléfono que tenemos que atender.

Trabajar en una misma tarea hasta tenerla totalmente completada puede ser más eficiente, pero no es más efectivo. Generalmente es mucho más efectivo dividir todo proyecto o tarea de envergadura en pequeños trozos de una o dos horas de duración que manejarlo en grandes bloques.

El tiempo es mucho más que dinero, el tiempo es VIDA. Siempre se podrá conseguir más dinero, pero jamás se podrá conseguir más tiempo. El tiempo es el recurso más irreemplazable que existe. Una vez que ha pasado ya no vuelve jamás. Tome pues conciencia y comience a valorar su tiempo como la posesión mas preciosa que posee.

JOSE MARIA VICEDO

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martes, diciembre 18, 2007
Famosos y el T.O.C.

Aunque para algunos pueda parecer una vida llena de glamour, la de uno de los futbolistas ingleses más conocidos mundialmente, David Beckham, podría no tener nada que ver con la realidad; el deportista ha revelado que está siendo acechado por unos demonios particulares. El centro campista ha estado batallando durante muchos años con su trastorno obsesivo-compulsivo, una enfermedad altamente perturbadora que hace a quien lo padece realizar extraños rituales.

“Es para mi imperativo tener todas las cosas en perfecta alineación o en pares de objetos”, confiesa. “Debo colocar las latas en el frigorífico en línea recta y si hay demasiadas en una, las coloco en perfecto orden en otro estante. Cuando voy a un hotel, antes de poder relajarme, debo colocar todos los folletos o los libros que encuentro encima de los muebles en un cajón”.

Durante una entrevista en la televisión David admitió que podía pasarse horas poniendo rectos los muebles de su casa en Madrid. Para paliar de algún modo su ansiedad, solía estrenar un par de botas de fútbol en cada partido y comprar exactamente 20 paquetes de espaguetis cada vez que iba al supermercado.

Su esposa Victoria ha sido testigo de los problemas de su marido. “Todo debe estar perfecto en casa”, reveló recientemente.

Al preguntarle si había intentado tratar de superar el trastorno Becks dice: “Me gustaría y lo he intentado, pero no puedo controlarlo”. Decidió no desvelar su secreto a sus compañeros de su equipo del Real Madrid, debido a que en su anterior equipo, Manchester United, sus compañeros le gastaban bromas durante sus desplazamientos.

David no es la primera estrella que sufre el trastorno, considerado por la World Health Organisation como una de las enfermedades más perturbadoras que existen. Pueden contarse también como pacientes personajes tan populares como los actores Billy Bob Thornton y Alec Baldwin, junto con figuras históricas como Florence Nightingale, considerada una de las pioneras en la práctica de la enfermería y creadora de su primer modelo conceptual, así como Charles Darwin, el célebre biólogo británico. Quizás una de las figuras más célebres que han tenido que batallar con el trastorno fue el multimillonario Howard Hughes, que fue interpretado en la pantalla por Leonardo DiCaprio en “El Aviador”.

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jueves, noviembre 22, 2007
Pensamiento repetitivo

El pensamiento repetitivo u obsesivo es el que, como un hamster en una jaula, se va sucediendo en su cerebro como si fuese en círculos. Significa obsesión sobre problemas, pérdidas, cualquier clase de obstáculos o ambigüedades sin poder ejercer control sobre el mismo.
Como ha demostrado la Dra. Susan Nolen-Hoeksema, la tendencia a ocuparse en el pensamiento repetitivo revela una gran diferencia de género en el control de las experiencias emocionales. El problema con el pensamiento repetitivo es doble. Mientras se piensa, éste se va haciendo más profundo, intensificando los niveles de ansiedad y depresión. Los problemas quedan sin resolver e incluso se magnifican al no poder ponerle remedio.
Las mujeres tienen más tendencia a este tipo de pensamiento, porque valoran mucho más las relaciones a las que suelen dedicar más tiempo y energía mental para procesar sus contenidos, a menudo ambiguos. Allí se pierden, obsesionándose sobre temas en los que no se actúa. Los hombres, en general, proceden de forma distinta. Prefieren lanzarse a la acción sin quizá tomarse el tiempo suficiente para pensar sobre el problema, redundando en soluciones poco eficientes o directamente enfocadas al mismo.
Cuando se trata de estilos de pensamiento, los hombres y las mujeres necesitan aprender unos de otros.
He aquí algunas estrategias que pueden ayudarle a mejorar la forma de controlar sus pensamientos en situaciones difíciles:
• Evalúe su propia tendencia a obsesionarse sobre los problemas. Piense en ello como si fuese una prueba para su cerebro. Pregunte a sus amigos y quizá a los que no lo son tanto sobre como ven en usted su grado de obsesión, en una escala que vaya desde moderada a elevada.

• Contrólese usted mismo sobre el tiempo que emplea en pensar sobre un problema, ya sea sobre una cuestión que involucre a sus hijos, o si comprar o no un electrodoméstico. Al finalizar los cinco minutos debería ya tener alguna pista sobre el siguiente paso a seguir para realizar la acción requerida y solucionar el problema.

• Si piensa sobre el problema durante más de cinco minutos, quizá tenga un pensamiento repetitivo.

• Los hombres pueden beneficiarse en especial al observar si reprimen sus pensamientos. ¿Cuánto tiempo aguanta antes de relatar sus emociones? ¿Pasan días o semanas antes dar a un pensamiento el valor de problema? De nuevo, pregunte a los demás—familia, amigos, o conocidos—para saber cuánto suele controlarse.
• Si en realidad es un controlador, asigne unos cinco minutos en pensar sobre un problema en particular. En realidad es todavía mejor si puede hablar sobre el problema con otra persona. Eso le dará otro concepto que le ayudará a abrir su mente y conducirle a la acción para conseguir un objetivo—con mayor probabilidad de ser más efectivo.

• Procure entender que la solución de un problema requiere siempre procesar sus pensamientos de una forma constructiva y tomar la acción sobre el mismo; ambos son necesarios. En situaciones difíciles es necesario saber cuándo procesar sea cual sea el tema conflictivo y cuándo no, así como cómo, lo que dependerá de la energía de que disponga.

• Un elemento clave para ganar control sobre el pensamiento que peca de obsesivo empieza a dar vueltas sobre sí mismo, es preciso cortar por lo sano aplicando maniobras de distracción. Vaya a dar un paseo. Entre en la cocina y prepárese algo. Abra un libro y lea, etc.

Puede intercambiar entre proceso y actividad tan a menudo como le tome hacer progresos sobre el tema que tiene atascado en el pensamiento repetitivo. Si avanza, va en la dirección correcta.

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jueves, noviembre 15, 2007
Atrapado en el tiempo

Seguro que a más de uno le ha pasado esto, por no decir que a todos; vives algo nuevo y tienes la sensación de haberlo vivido ya, es familiar, es conocido, puede tratarse de un déjà vu. Esta situación ha provocado que algunos científicos y médicos recopilen las vivencias déjà vu, para intentar esclarecer las causas cerebrales que lo producen.

Investigadores de la Universidad de Leeds (Inglaterra) están estudiando a un grupo de personas con un síndrome muy peculiar, un déjà vu crónico que, en ocasiones, llega a ser una obsesión; se trata del primer trabajo científico de esta índole. El estudio está liderado por Chris Moulin e intenta demostrar que la acción de recordar y la memoria trabajan por separado.

Cuando recuerdas algo en concreto, se activa un circuito del lóbulo temporal creando la experiencia de recordar a la vez que la persona revive el pasado. Por lo visto, hay quien no tiene el automático en condiciones y este circuito está activado permanentemente creando falsos recuerdos.
En el laboratorio de la Universidad, se están realizando experimentos con neuroimágenes que incluyen además la inducción a través de la hipnosis de un déjà vu. A los sujetos en cuestión se les proporciona una palabra para que la memoricen y después se les hipnotiza para que la olviden.
Cuando la persona despierta, se le enseña la palabra para poderle inducir el sentimiento de haberla visto antes. Esta última parte del invento ha traído alguna que otra polémica, ya que varios científicos aseguran que no se puede hacer un borrado de la memoria a través de la hipnosis y por tanto, el experimento no tiene validez.

La verdad es que este fenómeno puede ser una auténtica pesadilla cuando se repite continuamente, la vida normal y la vida social son afectadas por el déjà vu. Algunas personas se ven abocadas a la depresión, otras consumen una gran cantidad de antipsicóticos. Es una rara enfermedad que los científicos antes o después desvelarán y así librarán a estas personas del falso “Atrapado en el tiempo”