testimonio relacion de pareja y toc


Mi relación con las obsesiones se originan con mi primera comunión, hace exactamente 19 años. Para ser exacto es el primer registro que recuerdo, las obsesiones estaban basadas en insultar y maldecir a Jesucristo en el momento previo a la comunión. Dicha situación me causó mucha angustia debido a la escasa edad que tenía (10 años) para comentar tal suceso con alguna persona mayor. Recuerdo que este pensamiento se mantuvo mucho tiempo en mi cabeza, como si estuviera poseído por hormigas en la cabeza.
Paso el tiempo y en el verano del 96 empezó un mal pensamiento (así lo denominé yo) que empezó a ocupar la mayor parte de mi tiempo. El mismo se relacionaba con la negación del inmenso amor que yo sentía por mi novia (hoy mi mujer), concretamente mi cabeza me decía “ No la querés ”, pero mi corazón me dictaba lo contrario. Comenzó una lucha interna entre mi cabeza y mi corazón, mucha angustia, no pude conciliar el sueño de noche por aproximadamente 6 meses, bajé de peso y mi cabeza era realmente un infierno. Recuerdo que en ese entonces trabajaba en San Nicolás y varias veces pedí a la Virgen que me sacara esta tortura. Fueron en vano mis pedidos a la Virgen, Dios y todos los Santos, como así también los tres años de terapia que hice con una psicóloga que lo único que hacía era revolver mi pasado.
Tan abrumador era mi pensamiento de negación del amor que un día me plantee seriamente terminar con mi relación de noviazgo para ver si el mal pensamiento me abandonaba. Dejé a mi novia y el pensamiento no sólo no desaparació sino que se incrementó la angustia y confieso que hasta llegué a pensar en la droga en estos momentos de soledad. Me sentía como nunca en mi vida de mal, necesitaba ayuda pero no la encontraba. Mi madre al verme tan mal me recomendó una psicóloga, hacia ahí fui. La verdad es que no me sirvió de mucho pero pude recuperar a lo que más quería: mi novia. Recompusimos la relación pero el mal pensamiento continuaba presente ahora junto a otros nuevos, como por ejemplo me imaginaba cortando cabezas a cuanta persona se me cruzaba, y empujando mujeres embarazadas en la calle o que estaban junto a una escalera.
Siguió mi relación con estos pensamientos, de alguna manera podía llevarla adelante por que existían días de paz en mi cabeza y por momentos pensaba que estaba curado.
Tomé la decisión de casarme (Mayo/99) en un momento en el cual mi cabeza tenía paz Estuve tranquilo por un tiempo hasta que me apareció el fantasma de no me puedo casar, los motivos que dictaba mi cabeza eran: no vas poder entrar a la Iglesia, te va a ir mal, te vas a separar, la fiesta va a ser un velorio. Pasaba el tiempo y me ponía cada vez más nervioso, ansioso, la angustia que tenía era una cosa insoportable. Obviamente mi psicóloga ya no me podía contener, entonces inventaba con sus teorías de que tenía la separación de mis padres aún no superada.
Hasta que un día, tres meses antes del casamiento, leyendo el diario LA NACION en mi casa leí un articulo relacionado con el FOBIA CLUB, en donde determinadas personas contaban sus experiencias.
Decidí por mis propios medios y sin perder un segundo ir a una reunión de los lunes y a pedir un turno en forma urgente. Me atendieron de manera excelente y con gran profesionalismo el Dr. Carrión y el Lic. Bustamante (para mí los Salvadores). Recuerdo que en mi primera entrevista pregunté si me iba a curar y si me iba a poder casar tranquilo. Ellos me dijeron que debían efectuarme estudios y diagnosticarme para ver que tenía realmente. El resultado de mis estudios dio TOC.
Comencé entonces con medicación y con tratamiento grupal. Empecé a mejorar lentamente, las ideas obsesivas desaparecían lentamente.
Como conclusión de esto pude casarme, tuve una fiesta espectacular, tengo felicidad, duermo tranquilo y siento que puedo mejorarme un poco cada semana..


Actualmente continuo con medicación y tratamiento grupal con compañeros realmente excepcionales, todo esto colabora a mi mejora.
Creo que aún me falta limpiar algunos pensamientos, pero si llegué a esta instancia obviamente me voy a curar totalmente, para ello hace falta fe en Dios, trabajo, voluntad y no bajar los brazos nunca.

Espero que realmente sirva mi testimonio para aconsejar a cualquier persona con este problema.