toc en niños, sordos

http://www.raisingdeafkids.org/spanish

También puede ser llamado Desorden Obsesivo - Compulsivo (DOC) pero en español es mas usado el termino Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC).

Lea esta página, si su hijo/a se preocupa demasiado sobre lo que pueda suceder. O si necesita hacer algunas cosas una y otra vez, de manera repetida.

Lea que puede hacer Usted para ayudar a su hijo/a.

¿Qué es un trastorno obsesivo compulsivo?
Trastorno obsesivo compulsivo (ob-se-si-vo_com-pul-si-vo) es un problema médico que afecta el comportamiento. Existen dos (2) partes en este problema:

  • El estar "atorados" "atascados" o "atrancados" en un mismo pensamiento. Esto es lo que se llama Obsesión (Ob-se-sion). Para algunos niños estos son pensamientos que los pueden preocupar o volver tristes, como por ejemplo que algo malo esta pasando. Muchos niños se quedan en temas que pueden ser emocionantes, por ejemplo los resultados de los juegos de baseball, o la manera como el elevador funciona. En cualquiera de las formas que se presente (con preocupación o emocionante), ellos no pueden parar de tener estos pensamientos. Inclusive el tener estos pensamientos una y otra vez los conllevan a tener otros problemas o a volverlos tristes o asustados. Las obsesiones son muy difíciles de ver o percibir ya que son pensamientos. Así que, Usted probablemente solo se dé cuenta de ellas si la persona o el niño habla sobre sus obsesiones.
  • La necesidad de hacer una cosa una y otra vez, como por ejemplo verificar que la puerta este cerrada todo el tiempo. Esto se denomina Compulsión (com-pul-sion). Las cosas que algunos niños necesitan hacer o repetir como conducta, es posible que sean extrañas. Es posible que parezcan no tener sentido. La mayoría de las personas con trastorno obsesivo-compulsivo sabe que sus compulsiones no tienen ningún sentido. Pero, no pueden parar de tenerlas o de hacerlas. No pueden parar porque las compulsiones los hacen sentir bien por un periodo corto de tiempo. Pero, las compulsiones son actuaciones que Usted SI puede ver. La mayoría de los padres se da cuenta r ápidamente que sus hijos NECESITAN hacer estas cosas o tener estos comportamientos una y otra vez de manera repetida. Es difícil separar o distraer a su hijo/a de las cosas que esta haciendo, incluso si esto en ocasiones le causa dolor al niño o se hiere así mismo (como por ejemplo halarse el pelo permanentemente)

El trastorno obsesivo-compulsivo puede presentarse con otros problemas.
El trastorno obsesivo-compulsivo puede presentarse con otros problemas como:

  • depresión
  • déficit de atención (ADD sigla en Ingles) o déficit de atención con hiperactividad (ADHD sigla en Ingles)
  • tics o movimientos que el niño no puede controlar
  • halarse el pelo
  • agarrar cosas o robar cosas de manera compulsiva
  • atesorar, mantener cosas o recolectar cosas que tengan o NO sentido (como por ejemplo cajas de cereal ya terminadas, láminas de juegos, papeles de dulces que ya se comió etc).

Cualquiera puede padecer de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)

  • Ambos niños y niñas pueden padecer de TOC
  • El trastorno obsesivo-compulsivo puede comenzar a cualquier edad. La gente tanto joven como mayor puede tenerlo. Pero, por lo general comienza cuando la persona esta en la infancia (se es niño) o en la adolescencia.

Las personas que padecen de TOC pueden obtener ayuda para esto. Pero para muchos niños o niñas sordos, las obsesiones y las compulsiones son parte de un problema mayor, como por ejemplo autismo o una infección que sucedió durante el embarazo de la madre.


Signos del Trastorno Obsesivo-Compulsivo

Aprenda cuales son los signos del trastorno obsesivo-complusivo en esta página.

Es posible que Usted no sé de cuenta si su hijo/a tiene obsesiones. Pero Usted sí notara si su hijo/a tiene compulsiones. Lleve un record o ponga suma atención a las cosas que le preocupan a Usted y que su hijo/a hace.

Algunos Ejemplos de Obsesiones

  • Permanecer asustado/a de contraer gérmenes.
  • Permanecer asustado/a de enfermarse o de herirse.
  • Permanecer asustado/a de lastimar o herir a alguien a quien Usted quiere o es importante para la familia o amigos. Incluso sabiendo que Usted jamás los lastimaría a propósito.
  • El estar enfocado/a una y otra vez sobre alguna meta, o en comprar algo.
  • No ser capaz de dejar de hacer algo o de dejar alguna actividad por nada del mundo.
  • Insistir permanentemente en una manera de hacer las cosas, a su manera siempre.
  • Tratar por todos los medios de ser perfecto/a y hacer las cosas perfectamente.

Algunos Ejemplos de Compulsiones.

  • Lavarse las manos repetidamente.
  • Chequear o verificar permanentemente que las puertas están cerradas, repetir esto una y otra vez.
  • Guardar, recolectar cosas pequeñas que no tienen uso. Como por ejemplo restos de papel que ya no se uso, o pedacitos de comida.
  • Limpiar cosas que no están o estaban sucias.
  • Mantener un argumento o pelea sobre algo que ya esta resuelto, darle vueltas y vueltas al mismo asunto así ya haya pasado.

Los niños sordos pueden tener obsesiones diferentes de las que tiene los niños con audición normal o los niños oyentes.
Los niños y adolescentes sordos pueden también tener obsesiones y compulsiones, pero por lo general, los temas son diferentes. Por ejemplo, muchos niños sordos se obsesionan con los horarios. Esto tiene sentido, porque es mucho lo que sucede a sus alrededores sin ellos poderlo percibir o notar, porque no oyen lo que esta pasando.

Al principio, el estar obsesionados con los horarios los hace sentirse menos nerviosos con las cosas que suceden en su entorno. Desgraciadamente, esto puede continuar hasta que se sale de control. Su hijo entonces, necesitara consultar con usted o verificar diariamente los horarios unas 40 o 50 veces.

Los niños sordos pueden tener compulsiones diferentes a las de los niños oyentes o con audición normal.
Para algunos niños sordos, la compulsión es la necesidad de señalar o hablar con señas las mismas frases una y otra vez. Esto tiene sentido, ya que el aprender un lenguaje les costo mucho trabajo y repetición. O, algunos niños sordos harán la misma pregunta una y otra vez. El darle al niño la respuesta no siempre ayuda. Es posible que ellos continúen preguntando sin parar.

Tenga anotaciones o apuntes de lo que su hijo/a hace.
Si su hijo/a tiene algunos de estos signos, lleve algunas anotaciones para su record sobre lo que hace su hijo/a, cuando lo hace y con qué frecuencia. Luego, consulte a su doctor, no olvide llevar sus anotaciones!. Explíquele al doctor cuidadosamente lo que usted observa, es posible que al principio él solo este atento a la sordera. Pregúntele al doctor y a los consejeros de la escuela de su hijo sobre quien puede ayudarle. Con la ayuda correcta, su hijo/a puede salir adelante. El doctor posiblemente le recomiende el l nombre de un psicólogo (SI-CO-LO-GO) o psiquiatra (SIKIA-TRA). Estas son personas profesionales que saben mucho sobre los problemas de la mente, como el trastorno obsesivo-compulsivo. Con suerte, la persona que usted consulte también sabrá de niños sordos o sabrá quien le puede ayudar.


Como puede Usted Ayudar a su Hijo


Si su hijo /a tiene un trastorno obsesivo-compulsivo hay cosas que usted puede hacer para ayudarle.

Algunos niños con trastorno obsesivo-compulsivo no se molestan o percatan del problema, o pueden continuar su vida y convivir con el problema. Pero, algunos niños tienen el problema tan marcado que les es muy difícil llevar su vida normalmente. Necesitan de ayuda.

Con la ayuda adecuada, las personas con trastorno obsesivo-compulsivo pueden tomar control de sus propios pensamientos y comportamientos. La vida es mucho más fácil cuando los niños no están siendo controlados por sus propios pensamientos o hábitos extraños.

Los tipos de ayuda que Usted puede obtener.

La mejor ayuda de todas por lo general se compone de ambas: terapia y medicinas.

Terapia Comportamental

En terapia comportamental (COM-POR-TA-MEN-TAL), Usted y su hijo, hablaran con un doctor que sabe mucho sobre trastornos obsesivos-compulsivos. El doctor le ayudara y enseñara a su hijo sobre como ver el problema y como parar los pensamientos o las compulsiones.

Medicinas

El doctor posiblemente le prescriba a su hijo/a algunos medicamentos para ayudar a parar las obsesiones. La medicina le ayudará también a sentirse menos nervioso/a y con menos temores. La medicina no trabaja de manera inmediata. Pueden pasar algunos meses antes que usted note que el medicamento esta siendo efectivo. Tenga paciencia. Algunas veces los padres comienzan a ver mejorías luego de unas pocas semanas de tomar el medicamento.

En la actualidad hay cinco (5) tipos de medicina diferentes que pueden ayudar a la gente con trastorno obsesivo-compulsivo. Todas las 5 medicinas trabajan sobre la misma química del cerebro. Esa química es llamada serotonina (SE-RO-TO-NI-NA. Pero, las 5 medicinas no son todas iguales. Consúltele al doctor de su hijo/a cual es la mejor para El o Ella. Si una no funciona, es posible que otra si lo haga. El doctor posiblemente le sugiera un cambio si un primer medicamento parece no funcionar en su hijo/a.

Estas medicinas pueden tener efectos secundarios.

Algunas medicinas pueden tener efectos secundarios. Pregúntele al doctor sobre los efectos secundarios antes de que su hijo/a comience a tomársela. Algunos efectos secundarios pueden ser:

  • Cansancio
  • Constipación o estreñimiento (no poder defecar normalmente)
  • Dolores de estomago
  • Nerviosismo
  • Dolores de cabeza o migraña

La mayoría de estos efectos secundarios desaparecen luego de 1 o 2 semanas.

La medicina por si sola, por lo general no funciona tan bien como si se tiene, medicina y terapia al mismo tiempo. La medicina no actúa en lugar de la terapia. Trate de que su hijo/a obtenga ambos tipos de ayuda, este problema es mejor tratarlo cuando su hijo/a están pequeños aun. Los comportamientos obsesivos y compulsivos pueden convertirse en hábitos a lo largo de toda la vida.

Como encontrar ayuda si su hijo/a tiene un problema de audición y adicionalmente tiene un trastorno obsesivo-compulsivo.

Puede ser muy difícil encontrar la ayuda adecuada para un niño o niña sordo/a además con trastorno obsesivo-compulsivo, pero las cosas se pueden mejorar. Aquí hay algunas cosas que Usted puede hacer:

  • Pregunte en la escuela de su hijo por el nombre de un buen doctor que haya ayudado a otros niños sordos antes.
  • Pregunte o pida un intérprete para el día de la cita. O, planee como es que su hijo podrá entender lo que la gente esta diciendo, y como podrá decirle a otros lo que esta pensando.
  • Busque o consulte a un psicólogo o psiquiatra que sepa de niños sordos. Incluso si ellos no saben mucho de trastorno obsesivo-compulsivo, ustedes y él podrán buscar ayuda conjuntamente.. Trate de encontrar a alguien que entienda lo que su hijo esta diciendo y que a su vez hable de una manera que su hijo entienda. Si su hijo habla por medio del lenguaje de las señas, trate de buscar un doctor que hable o sepa de señas también.
  • Busque en librerías o bibliotecas, libros que le ayuden a entender y trabajar sobre el tema. Libros que ayuden tanto a adultos como a niños a entender el trastorno obsesivo-compulsivo, así como el ayudar a parar lo que esta sucediendo. Muéstrele estos libros al consejero o terapeuta de su hijo/a. Discuta sobre como ciertas paginas pueden ayudarle a su hijo. Tal vez usted necesitara re-escribirlas o pasarlas a una manera sencilla para que su hijo/a puedan entenderlas y sacarle el mejor provecho.
  • No se conforme ni acepte si su doctor le dice que este problema es porque su hijo es sordo/a y punto. La sordera NO CAUSA un trastorno obsesivo-compulsivo.

Aprenda más sobre el trastorno obsesivo-compulsivo

Visite estas páginas web o de Internet para obtener más información sobre el desorden o trastorno obsesivo-compulsivo. Tome en cuenta que estas páginas están en inglés, pero aun así le pueden ser muy útil a Usted y a su hijo.


Nikola Tesla y el número 3


http://tecnoculto.com/2008/08/27/nikola-tesla-y-el-numero-3/

Tesla fue uno de los inventores más importantes de todos los tiempos. Hizo contribuciones escenciales al acervo tecnológico que disfrutamos en la actualidad. Sin embargo, no se le ha dado el crédito que merece por sus aportaciones. Tal vez algo tenga que ver su lucha de por vida con Edison, y como Tesla era croata, pues su celebridad ha sido opacada por la del héroe estadounidense.

Tesla sufría de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y quienes los conocieron cuentan que su apariencia era impecable, y que no toleraba los gérmenes, por lo que se rehusaba a tocar cualquier objeto que tuviera el menor rastro de suciedad. Tampoco tocaba objetos redondeados.

Además de sus ideas respecto a los gérmenes y los objetos redondeados, el TOC de Tesla le obligaba a hacer todo en series de tres. Antes de entrar a un edificio, daba tres vueltas a la manzana. Cuando se hospedaba en hoteles, insistía en que se le diera un cuarto cuyo número fuera divisible entre tres. En cada comida, Tesla usaba 18 servilletas en tres pilas de seis.


TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC)


TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC)
http://www.trastornoborderline.com/pdfs/toc.pdf
Material para el paciente
Pensamientos invasores pasan por la cabeza de las personas contra su voluntad en el 99% de la población. Hemos estudiado estos pensamientos en más de dos mil personas de todas las edades y ocupaciones y hemos encontrado algunos contenidos comunes. Habitualmente se refieren a la sexualidad, a la religión, al daño, a la enfermedad, a la contaminación, a la agresión, a los errores, a la falta de honradez, pero tambien incluyen el orden, la simetría y pequeños detalles sin importancia. Los pensamientos a menudo parecen salir de ninguna parte, aunque pueden ser provocados por estímulos desencadenantes específicos. Por ejemplo, pensamientos sobre hacer daño a la gente pueden ser desencadenado por un cuchillo grande, etc.
Hay muy poca diferencia en el contenido de los pensamientos entre la población general y la gente que acude a consulta a causa de sus pensamientos obsesivos. La diferencia yace en la frecuencia de los pensamientos, su duración, el malestar producido, la importancia que la persona da a los mismos y el esfuerzo empleado por el sujeto para vérselas con ellos. Los pensamientos invasores extraños constituyen una experiencia normal que cerca del 2 % de la población se convierten en problemáticos y entonces se les denominan obsesiones. Como es normal tener algunos pensamientos desagradables, el objetivo de la terapia no es eliminar esos pensamientos, porque esto te hará diferente a los demás. El objetivo es cambiar tus reacciones a los pensamientos modificando la importancia concedida a los mismos, cambiando las estrategias que empleás. Luego disminuirán la frecuencia y la duración de los pensamientos junto con el malestar que producen. Los pensamientos se harán mucho menos frecuentes y menos molestos y serás capaz de vértelas con ellos cuando en ocasiones pasen por tu cabeza
La pregunta más frecuente que los pacientes hacen es “¿porque tengo este tipo de pensamientos?”. En estos momentos no poseemos respuestas totalmente convincentes a esta pregunta. Sin embargo, una explicación que se ha mostrado satisfactoria con los pacientes es la siguiente:
Necesitamos la capacidad de tener pensamientos espontáneos con el fin de ser capaces de resolver problemas y ser creativos. De esta forma, podemos saber como actuar en una nueva situación o imaginar ideas nuevas o inventar algo nuevo. Necesitamos un generador de pensamientos que pueda darnos nuevas ideas. Sin embargo, este productor de pensamientos puede generar otros tipos d ellos y creemos que estos pensamientos desagradables provienen igualmente del generador de ideas. Tenemos tambien una capacidad para reaccionar al peligro, de forma útil, y para anticipar el mismo. El sistema de detención del peligro existe para protegernos: éste es el papel de la ansiedad. Por una serie de razones diferentes, el generador de ideas y el sistema de detección del peligro parecen estar asociados más fuertemente en algunas personas. Este sistema parece reaccionar en exceso actuando como si hubiera un tigre esperando en la esquina, cuando, de hecho, lo que hay es un gatito. De modo que cuando el generador de ideas y el sistema de detección del peligro reaccionan conjuntamente en exceso, se producen las obsesiones. Cualquiera que sea la razón exacta, podemos aprender a que el generador de ideas y el sistema de detección del peligro reaccionen de forma más adecuada, de manera que persistan las características útiles, mientras que los rasgos superactivos asociados con las obsesiones disminuyan notablemente..
La razón por la que el mismo tipo de pensamientos desagradables causa molestias considerables en algunas personas, pero no en otras, se debe a como interpreta la persona los pensamientos o cuanta importancia les concede. No es una coincidencia que veamos obsesiones de daño entre gente educada, obsesiones religiosas entre personas religiosas, obsesiones de sexualidad entre frente con gran moralidad y pensamientos sobre errores entre gente cuidadosa: cuanto más importante es algo, peor parece ser el pensamiento negativo sobre ello.
Cuando alguien ofrece demasiada importancia a sus pensamientos, bien sea a su presencia o a su contenido, y concluye que el pensamiento es negativo, peligroso, inaceptable, etc. Entonces es normal querer eliminarlo, controlarlo o solucionarlo de una u otra manera. Todas las estrategias, que al principio pueden ser muy lógicas, se convierten al final en parte del problema. Todos los esfuerzos para controlar, para eliminar o para evitar los pensamientos son formas de lo que denominamos neutralización.
Podés pensar en las obsesiones como un circulo vicioso en el que los pensamientos pueden desencadenarse por estímulos u ocurrir espontáneamente. Concedés una notable importancia a los pensamientos, intentás eliminarlos o controlarlos y, por esto mismo, retornan de nuevo.
Cuando se da una gran importancia al pensamiento en términos de peligro o daño, es habitual que aumente la ansiedad. Esta es una experiencia desagradable y es normal que la gente intente hacer algo con el pensamiento para disminuir la ansiedad. La neutralización conduce a menudo, aunque no Fundación FORO - Malasia 857 - Buenos Aires, Argentina - (54-11) 4779-0015 - info@fundacionforo.comwww.
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siempre, a una disminución temporal y parcial de la ansiedad, como produce cierto alivio, la reducción del malestar aumenta la probabilidad de que se produzca de nuevo la neutralización. Además, conforme la ansiedad empeora, la frecuencia del pensamiento aumenta. Aunque es normal querer evitar o reducir la ansiedad, la neutralización conlleva que retorne el pensamiento. No solo se experimentará la ansiedad otra vez, sino que, debido a la sensación de perder el control, empeorará a menudo en cada nueva ocasión.
Todos los tratamientos efectivos para el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), tienen que romper con el circulo vicioso que se establece entre: obsesiones – ansiedad – malestar – urgencia por ritualizar – alivio por el acto compulsivo y reinicio de la secuencia. Según Foa y Wilson (autores especialista sen el tema) hay 4 desafíos que debés afrontar para comenzar a controlar tus síntomas:
1. Adquirir la determinación para superar tu problema. Esto implica decidir que ya es hora de hacer a los cambios necesarios para acabar con los síntomas obsesivo-compulsivos, que se han introducido en tu vida desde hace tiempo. Es necesario que sepas y creas que superar el TOC es posible, y si lo hacés podrás recuperar tu calidad de vida. Para ello necesitas arriesgarte a experimentar con opciones y técnicas completamente distintas a tus pensamientos y rituales obsesivos-compulsivos habituales. Tenés que renunciar a los viejos camino y probar otros nuevos, con la determinación y el coraje necesarios, lo que permitirá superar mejor las dificultades que puedan surgir durante este programa.
2. Aceptá tus obsesiones en lugar de resistirlas. Esto implica reconocer que cuanto más intentes resistir o luchar contra tus obsesiones, más difícil se volverá superarlas, o aun más, pueden empeorar. Esto significa que tus obsesiones se mantienen en parte por una paradoja, cuanto más activamente las resiste, mas tienden a afianzarse. Un dilema similar padecen quienes sufren de insomnio: cuanto más tratan de dormirse, menos les viene el sueño. Si en lugar de oponerse, comenzás a aceptar como propias tus obsesiones, aunque reconozcas que son irracionales, te sentirás menos alterado por ellas y verás que empiezan a disminuir. Hasta ahora, cuanto más intentaste resistirlas, más permanecían o volvían a tu mente, o sea que tus intentos de resolver el problema realmente lo empeoraban.
3. Recupera la perspectiva de que tus preocupaciones son irracionales. El TOC está incluido en los trastornos de ansiedad y esto se debe a que hay preocupaciones ansiosas acerca de muchas posibilidades irreales. Si las obsesiones son tan poderosas y perturbadoras como para que te sientas superado por ellas, creas que representan verdaderas amenazas y vivas preocupado por como protegerte a vos mismo y a los demás, lo mejor es que adoptes una nueva creencia; Tus preocupaciones obsesivas son demasiado exageradas. Hay que reconocer que es extremadamente difícil ser racional cuando uno esta aterrorizado o con miedo, por lo tanto no debes pretender que, aunque en muchos momentos llegues a ganar perspectivas acerca de tus obsesiones, otras veces creas que estos temores son reales. Mediante recursos de auto- ayuda, podrás aprender que tus creencias no tienen fundamento. Cuando enfrentes tus obsesiones en el futuro, te encontraras mas capacitado para responder a ellas de un nuevo modo.
4. Hay que considera que ritualizar no es la única menea de reducir el malestar producido por las obsesiones. Una creencia equivocada es que si uno deja de ritualizar, permanecerá alterado para siempre. Para abandonar las compulsiones, hay que experimentar nuevas situaciones y considerar cuales pueden resultar. El deseo de cambiar hay que aplicarlo en su determinación de ir abandonando los rituales, que han funcionado en el pasado, sólo para aliviarte temporalmente.
Siguiendo estos principios, Foa y Wilson proponen aceptar estos 4 desafíos y compran tu posición actual problemática con una nueva actitud de auto-ayuda.
POSICIÓN PROBLEMATICA
POSICIÓN DE AUTO AYUDA
1. El problema siempre me dominará.
1. He decidido ser yo quien domine al problema.
2. Yo debo pasar mis obsesiones.
2. Yo acepto mis obsesiones.
3. Creo que mis preocupaciones obsesivas son reales.
3. Mis obsesiones son exageradas e irreales.
4. Los rituales son la única manera para reducir el malestar que me producen las obsesiones.
4. Hay otras opciones útiles y operativas par reducir el malestar que me generan

Intrusos de la mente: los pensamientos no deseados


http://www.cepvi.com/articulos/pensamiento3.shtml

Intrusos de la mente: los pensamientos no deseados


A veces los pensamientos parecen tener vida propia y surgen en la mente de imprevisto. En ocasiones son ideas o pensamientos absurdos, que incluso te hacen reír y que descartas al instante, pero otras veces se trata de ideas que rechazamos e incluso de las que nos podemos sentir avergonzados o nos producen temor y extrañeza.


Los pensamientos no deseados son aquellos que consideramos que no deberíamos tener porque violan los códigos éticos, culturales o morales de la sociedad.

Esos pensamientos pueden expresarse en frases, como una voz en nuestra mente, o pueden tener la forma de imágenes mentales, pero tienen en común el hecho de que resultan desagradables. Pueden ser pensamientos relacionados con inflingir daño a otras personas, pensamientos de actos sexuales considerados inmorales, ideas relacionadas con miedos, como la de perder el control y hacer daño a los propios hijos, o simplemente ideas como irte de casa, dejar a tu pareja y tus hijos, hacerte daño a ti mismo, etc.



Sea cual sea el pensamiento, lo cierto es que el ser humano pasa bastante tiempo pensando cosas que preferiría no pensar. A veces, este tipo de ideas van acompañadas de impulsos; es decir, de un deseo de hacer realidad aquello que has pensado.


Tal vez ese impulso dure tan solo unos segundos e, inmediatamente, toma el control otra parte de nosotros mismos que nos dice que no estaría bien hacer eso, que realmente no lo deseamos y que nos sentiríamos demasiado mal con nosotros mismos si lo hiciéramos, de manera que el impulso desaparece. De este modo, la mayoría de las personas nunca pone en práctica esos pensamientos prohibidos.






No obstante, pueden sentirse muy mal por el simple hecho de haber pensado algo así, pueden castigarse a sí mismos haciéndose reproches, considerarse malas personas o tener miedo de perder el control o de volverse locos. Elsa, por ejemplo, tenía imágenes mentales en las que se veía a sí misma haciendo daño a sus hijos, lo cual le resultaba aterrador.

Ella amaba a sus hijos y eran lo más importante para ella, de modo que empezaba a preguntarse si se estaba volviendo loca o si en realidad lo que pasaba es que odiaba a sus hijos sin ser consciente de ello. Pero lo cierto es que no es infrecuente que los padres y madres tengan imágenes mentales relacionadas con el daño a sus hijos, bien inflingido por otras personas, por accidentes o incluso por ellos mismos. Por lo general, es solamente un reflejo de la preocupación por ellos y del miedo que tienen de que llegara a pasarles algo o incluso de lo horrible que sería que se volviesen locos y los dañaran sin querer. Es decir, este pensamiento es más un reflejo del miedo a que algo malo le suceda a alguien a quien amas, que de un deseo de hacerle daño. No obstante, cuando estos pensamientos son interpretados como un deseo de hacer daño, producen una ansiedad intensa que puede llegar a obsesionar a la persona. Esta obsesión hace que dichos pensamientos se vuelvan más frecuentes, entrando en un círculo vicioso difícil de romper.



Luchar contra los pensamientos prohibidos puede fortalecerlos porque los transforma en obsesión. Si te empeñas en que tienes que dejar de pensar en algo, que pensar eso es horrible y que eres una persona despreciable por pensarlo, entonces lo único que haces es centrar tu mente en dicho pensamiento, de modo que acabas haciendo justo lo opuesto de lo que deseas; es decir, no puedes dejar de pensar eso tan "terrible".



Sin embargo, los pensamientos no deseados son universales, aunque los contenidos específicos pueden variar según las diversas culturas. Las fantasías sexuales indeseadas, por ejemplo, suelen implicar actos sexuales que la sociedad considera inapropiados, como violación, infidelidad, incesto, etc.



Algunos investigadores se han centrado en los mecanismos mediante los cuales las personas suprimen estos pensamientos indeseados y los efectos de dicha supresión. Pero también han investigado por qué esos pensamientos se vuelven prohibidos. Algunos estudios sugieren que nuestra vulnerabilidad ante los pensamientos prohibidos es genética y que algunas personas están más predispuestas a ellos. No obstante, las investigaciones también muestran que la mayoría de las personas pueden volverse vulnerables a través de una serie de influencias externas. De hecho, algunos investigadores consideran que nuestro sistema de valores cada vez más permisivo y flexible puede hacernos más vulnerables a este tipo de pensamientos, aunque resulte paradójico, así como menos capaces de manejarlos.


"En otro tiempo, teníamos estándares mucho más estrechos de lo que era un pensamiento correcto o incorrecto - y casi todo era incorrecto", explica Pepper Schwartz, de la Universidad de Washington. "En la actualidad está mucho menos claro dónde están esas líneas". "Y sin esas fronteras sociales la gente puede estar sobrecompensando con fronteras autoimpuestas que son poco realistas". Esto puede suceder en el terreno sexual, en el que algunas personas intentan prohibir sus pensamientos sexuales con tanta intensidad que resulta excesivo.






Del pensamiento no deseado a la obsesión



Si pudiéramos grabar todos los pensamientos que surgen en las mentes de las personas, nos encontraríamos con todo tipo de pensamientos, ideas e imágenes mentales posibles. Entre ellos habría pensamientos absurdos, aterradores, obscenos, creativos o extravagantes.



La mayoría de ellos pasan por nuestra mente con tanta rapidez que ni siquiera somos conscientes de ellos. No obstante, en ocasiones, nuestra mente "atrapa" uno de esos pensamientos para analizarlo mejor, de modo que somos totalmente conscientes de él. La mente consciente analiza dicho pensamiento para determinar si es válido, si requiere alguna acción o si ha de ignorarse. Aunque a veces, las personas no son capaces de llevar a cabo este proceso sino que de algún modo se quedan atascadas, de manera que el pensamiento permanece y se vuelve un intruso en la mente del que no puede librarse, produciendo una gran ansiedad.



¿Por qué sucede esto? ¿Por qué ese pensamiento se acaba convirtiendo en una obsesión? Existen varias explicaciones posibles, que veremos a continuación.



Genes. Existe cierta base genética que hace que algunas personas tengan una mayor tendencia a tener pensamientos obsesivos.



Estrés. El estrés también aumenta la predisposición de una persona a centrar su mente en un pensamiento desagradable particular. La fantasía de Elsa, por ejemplo, acerca de dañar a sus hijos, es bastante frecuente entre padres jóvenes y estresados.



Controlabilidad. Este término hace referencia al grado en que una persona considera que es capaz de controlar los acontecimientos, ya sean externos o internos (pensamientos). Cuanto más en control se sienta una persona, menos probabilidades tendrá de interpretar un acontecimiento como digno de preocupación o rumiación. Por el contrario, si piensas que los sucesos están fuera de tu control, seguramente serás mucho más vulnerable a los pensamientos prohibidos o no deseados.





Efecto bola de nieve. En las personas con baja controlabilidad los pensamientos prohibidos pueden dar lugar a un círculo vicioso. Cuanto más a menudo experimenten pensamientos no deseados, más dañada puede verse su sensación de control y su autoestima. Esto, a su vez, aumentará su vulnerabilidad a dichos pensamientos. Según el psicólogo Frank Fincham, de la University of Wales, "El modo que tiene la gente de reaccionar ante los pensamientos indeseados depende mucho de su nivel de autoestima".

Enfermedad mental y poder


http://pacotraver.wordpress.com/2008/09/07/

Si la histeria se caracteriza por la estrategia global de la seducción, la obsesividad se ha especializado en otro tipo de estrategias destinadas a obtener control y predictibilidad sobre la realidad significativa, si se trata de una relacion interpersonal se tratará de obtener control sobre las vicisitudes de esa relación y anticiparse a las maniobras del otro y si se trata de algo más abstracto el asunto deberá contemplarse desde la óptica de una ganancia sobre la incertidumbre implícita en cualquier sistema vivo que por estar vivo está sometido a una cierta variabilidad y por tanto impredictibilidad.

Las tareas obsesivas no son cualquier cosa y consumen muchos más recursos que las tácticas histéricas por tratarse de una forma de dominio mucho menos sutil y en cierto modo más abstracto que en las estrategias histéricas que son directas y que señalan a ese otro de una forma significativa, el obsesivo no es obsesivo solamente con sus objetos significativos sino que él mismo es la encarnadura de la perfección, quedando en este sentido descolocados todos los demás, pero el perfeccionismo de los obsesivos no va destinado a obtener poder directamente sobre alguien sino más bien a no perder el poder o control que se tiene sobre algo. Los obsesivos son impositivos con los demás en tanto aquellos suponen un obstáculo para el autocontrol, un obstáculo para la excelencia que persiguen, pero también una excelencia en cierto modo teñida de “rincones por lavar”, una excelencia en retortijones.

Si en este post ilustré la táctica de la queja con una imagen de una “oficina de reclamaciones” la imagen que gobernará este otro será la del “manual de instrucciones”. Así es la vida con un obsesivo/a una lista de tareas, órdenes y prioridades difíciles de recordar para quien no las usa como defensa para evitar la sorpresa, de ahí su pasión por los libros de instrucciones y también su conversión paulatina en uno de ellos. Pues eso es precisamente lo que el obsesivo suele buscar: una vida sin sorpresas, es decir una vida desvitalizada y no sometida al imperio de la disolución, del error o de la imprecisión.

Modalidades obsesivas.-

Schopenhauer (que era un gran obsesivo) dejó escrita esta frase:

“Alejarse de todo deseo, manteniendo sólo el deseo de saber”

Parece mentira que tan profundo filósofo no cayera en la profunda paradoja que plantea esta formulación, pues ¿sin deseo como mantener el deseo de saber? Naturalmente Shopenhauer resolvió este enredo que es el mismo que aqueja a los obsesivos mal dotados intelectualmente y que suelen aceptar la condición numero uno y dejan por tanto sin colmar la numero dos, aunque es evidente que la condición numero dos no suele estar entre la paleta de deseos de casi nadie. Saber -el deseo de- es hoy una excepción que ha sido sustituida por otros deseos más mundanos como consumir, divertirse o fornicar y ahi no suele haber contradicción con los obsesivos recientes aunque los obsesivos profesionales lo suelen pasar mal tanto para gastar dinero como para divertirse y por supuesto para relacionarse sexualmente.

Estas son las estrategias que he disecado y que pertenecen a la paleta obsesiva:

•El embalsamamiento del deseo
•La parsimonia
•El perfeccionismo
•La indecisión
Se trata de estrategias difíciles de identificar separadamente pues suelen presentarse solapadas y de forma secuencial, pues una es condición causal de la siguiente, la parsimonia puede definirse como una actitud de retardo que efectivamente puede estar relacionada con la duda que suele presidir la conducta observable de los obsesivos y a la vez la indecisión procede del miedo a equivocarse que es tan frecuente en los perfeccionistas que movidos por su pasión por la excelencia no tienen más remedio que constreñir su campo deseante a veces convirtiéndolo en un museo, es entonces cuando hablamos de embalsamamiento y otras veces de procrastinación, es manía de postergar o dejar inacabadas algunas tareas y que seguramente está destinada a preservar la autoestima.

Existe por tanto un cierto parentesco entre la obsesividad y el realismo ingenuo que tiene como actitud filosófica general a la navaja de Occam pues el principio de economía que la guía es muy similar a la constricción o economía de recursos (limitación de la libertad de un sistema) que suelen realizar los obsesivos con la vida, su percepción, su cognición y sus emociones en general, es como si hubieran decidido vivir en un entorno predecible para lo que es necesario aplicar la susodicha navaja y exfoliar a la realidad de todo aquello que resulte amenazante. Es por eso que los obsesivos escotomizan la realidad y dan la impresión de ser dogmáticos, tozudos y autoritarios: su mundo ha quedado podado de inconvenientes en tanto que ellos han sido capaces de reducir la libertad del sistema y por tanto la incertidumbre a su mínima expresión.

Pero se trata naturalmente de una ilusión omnipotente, pues lo que sucede es que la libertad duele y los obsesivos desplazan el sufrimiento de arriba abajo y somatizan continuamente aquellos afectos que han sido arrancados de su conciencia: son los grandes somatizadores, los grandes enfermos psicosomáticos y los grandes sufridores tras las calamidades, lo que en psiquiatría llamamos trastosrnos adaptativos, son sus mejores candidatos.

Porque aunque parezca a veces bien adaptado lo es por defecto, en realidad está adaptado a un mundo como si fuera permanente, sin cambios o movimiento, los obsesivos se alinean junto a Parmenides y en contra de Heráclito, el obsesivo es una de esas estatuas que componen mimos en los parques infantiles, el obsesivo es inmutable y practica -aspira-a la quietud pero por dentro bulle. Y nunca descansa , es el gran anticipador de la psicología y por lo tanto una persona que está o aparece continuamente preocupada y frecuentemente también ocupada o apurada en algo, usualmente a causa de su inquietud y su hiperactividad.

Preocuparse por algo es anticipar ese algo en clave de disturbio o de contrariedad para los propios intereses, el preocupado hace una anticipación negativa una prospección inquieta del futuro. Ocuparse de algo es hacer frente a esa contrariedad cuando ya se ha producido, el obsesivo se preocupará por esa contrariedad antes de que aparezca hasta que esa preocupación le interferirá en el sueño o llene su conciencia durante todo el tiempo sin que encuentre alivio en procurarse tranquilización, relativización o sosiego. La preocupación suele además aparecer de una forma alienada como si el sujeto no hiciera nada intencional y la citada idea apareciera en la mente imponiéndose a cualquier otra o representación hasta que se convierte en una obsesión. La preocupación es pues la causa que precede a la obsesión que se define precisamente en función de una lucha interior en la que el obsesivo acaba perdiendo y experimentándose como una perdida de libertad sobre lo que volveré más abajo.

La razón por la que nos preocupamos (antes de ocuparnos de ese algo) es porque nuestra mente está entrenada en adelantarse a la impredictibilidad de la vida elaborando un mapeo de posibilidades de las circunstancias posibles. Es como si anticipar algo disminuyera la posibilidad de que ocurriera ese algo. Se trata de un resto de nuestro pensamiento mágico que puede resultarnos útil según en que circunstancias apliquemos esta anticipación, algo que solemos hacer cuando conducimos y tratamos de adivinar -a partir de algunos indicios- la maniobra extraña que se propone hacer el vehículo que llevamos delante. Si lo que pretendemos anticipar es la muerte de un ser querido es obvio que fracasaremos, la anticipemos o no sucederá inexorablemente. En este sentido es bien cierto que anticipar algo tiene efectos beneficiosos en el psiquismo humano, es más que evidente que las cosas que suceden por sorpresa tienen un mayor impacto que aquellas sobre las que ya hemos pensado. Es muy probable que esta sea la razón por la que los obsesivos se preocupan por anticipado: para reducir el efecto sorpresa de algo que podría suceder cuando no de algo que desean o temen.

Lo queramos o no los seres humanos somos, estamos condenados a ser libres, pues tenemos un cerebro diseñado para moverse en un campo impermanente (en continuo cambio) y sobre el que debemos realizar constantemente decisiones aun a sabiendas de nuestra imposibilidad de predecir el devenir que sabemos en movimiento. La libertad no es sólo una abstracción o una utopía política sino la condición ontológica de lo humano, de nuestro registro de decisiones y de las consecuencias que se derivan de ellas, una libertad que conocemos con el nombre de libre albedrío. La libertad aplicada a la mente humana es algo muy concreto, “o esto o lo otro”, nuestra vida mental está en perpetua ebullición en el sentido de que vivir es optar, es decir bifurcar el mundo a través de nuestras decisiones.

Adquirir control sobre algo supone reducir los grados de libertad de ese todo que llamamos realidad y que nos incluye a nosotros mismos en ella. No hay ganancia de control sin perdida de libertad.

Este es el drama sobre el que discurre la vida de los obsesivos, su libertad ontológica les lleva a enfrentar un mundo en cambio permanente y al que frecuentemente no pueden domesticar a través de maniobras de dominio, cuando estas fracasan su intensa angustia psíquica toma caminos que frecuentemente discurren paralelos a las enfermedades físicas y que conocemos como trastornos psicosomáticos y cuando discurren en el plano de lo mental hacia el TOC o la paranoia, frecuentes destinos de la organización psíquica obsesiva.

Los obsesivos son además muy vulnerables al estrés. Sucede por una razón: el estrés se define como algo externo que colapsa la organización mental individual. Pero los factores de estrés -aunque se han estudiado independientemente del receptor- por su intensidad, en realidad no pueden entenderse sin el concurso del estresado. En mi opinión no existe estrés que sea comprensible aisladamente de aquel que lo sufre. Si descontamos algunos supuestos extremos, como la muerte de un hijo o la experiencia de una catástrofe o el impacto de una ruina económica sobrevenida, los factores de estrés son a veces tan sutiles que resultan inclasificables. Sucede porque el individuo hace algo con ese estrés que sufre y muchas veces lo que hace es agravarlo mediante una conducta evitativa o una conducta de victimización o de hiperactividad que por si misma no hace sino agravar la situación previa objetiva de estres externo.

La solución del problema es a veces el problema.

Sucede porque la mayor parte de las calamidades de la vida son inevitables, pero al mismo tiempo también son impermanentes, no duran siempre, es por eso que los médicos antiguos recetaban “jarabes de tiempo” o lo que es lo mismo, esperar y sobre todo aceptar. Ante lo irremediable no cabe más remedio que la aceptación. El dilema, claro está, reside en discriminar aquello que tiene de lo que no tiene solución y es precisamente eso lo que los obsesivos no saben llevar a cabo. Movidos por la falsa idea una distorsión cognitiva- de que cualquier cosa puede ser resuelta con esfuerzo o fuerza de voluntad, se dedican a negar la gravedad de situaciones realmente graves, bien a minimizarlas o a agravarlas realmente en la suposición de que ellos podrán resolverla y controlarla añadiendo complicaciones nuevas a problemas antiguos. En el otro extremo los fóbicos evitadores hacen siempre un balance opuesto y se llegan a agobiar por pequeños problemas de la vida cotidiana a los que no saben afrontar más que escabulléndose.

En cualquier caso ambos grupos componen una población muy sensible a las variaciones y exigencias de la vida, su equipamiento para adaptarse a estos cambios es muy insuficiente debido precisamente a su tendencia y adoración al control que llega a constituirse como una seña de identidad tal que al perderlo pueden sufrir un colapso mental. Los trastornos adaptativos son en realidad muy poco adaptativos, señalan más bien una disfunción previa que aun se encuentra mal estudiada precisamente por la tendencia de la psiquiatría a establecer etiquetas diagnósticas estancas (discretas) sin atender al movimiento necesario que las leyes de causalidad psicológica establecen

EL MARIDO OBSESIVO


Vida matrimonial

EL MARIDO OBSESIVO
[Revista Nro.108
Análisis de un caso por el Equipo Hacer Familia.

Ficha del caso
Protagonistas: Enrique, 30 años, ejecutivo de cuentas de un banco y Mª Elena, 27, trabajadora social, aunque ahora está dedicada a cuidar a su primera hija, Constanza, de 11 meses. Llevan casados 3 años.
Diagnóstico: Existe una posibilidad seria de que Enrique sufra algún tipo de trastorno psicológico. Ambos necesitan ayuda especializada para salir adelante y sentar bases sólidas para su futuro matrimonial.
Responde: Equipo Hacer Familia.

El caso
Estoy plenamente consciente de que me casé con un hombre puntilloso y con algunas peculiaridades, pero tremendamente bueno, dulce y cariñoso. Yo lo quiero muchísimo, pero no sé si es normal que vivamos algunas de sus exigencias. Por ejemplo, es obsesivo con la utilización del tiempo hasta el punto de que tiene cronometrado cuánto debe demorarse en lavarse los dientes o las horas en que vemos televisión -haya terminado la película o no-. Su día lo tiene medido al segundo y carece de la necesaria flexibilidad para alterar el programa. Hasta que nació la Constanza, a mí me daba lo mismo porque también soy muy ordenada y bastante dócil, pero con una guagua la cosa tiene que cambiar: no podemos pretender que funcione como un robot. ¡Ah! También es obsesivo por la higiene: se lava las manos mil veces al día y se niega a mudar porque dice que en los pañales pueden acumularse infecciones. ¿Es normal todo esto?

Análisis del caso
No, definitivamente, la situación que describe no es normal. Una persona equilibrada tiene un número determinado de obsesiones, pero esto escapa del rango de lo aceptable, especialmente porque se vislumbra una convivencia familiar difícil en el futuro. Un hogar con niños, alegrías y dificultades, exige flexibilidad y capacidad de adaptación a situaciones nuevas e incluso inesperadas. Realizar esta tarea con el reloj en la mano, si aún no lo es, va a llegar a ser francamente difícil. Por lo demás, no parece una situación que usted pueda solucionar sola. Es necesario que su marido acuda a un especialista que lo guíe y lo trate para que controle sus obsesiones. Este es un consejo que a él, al igual que a muchos otros en su situación, le costará aceptar.

Lo primero que le dirá es que él ha sido así toda su vida y que hasta el momento no ha tenido problemas (incluso con usted). Es posible que se niegue terminantemente a solicitar la ayuda que necesita y que le eche la culpa a usted, aduciendo que es un problema suyo porque es muy intolerante. Es fundamental que ahora, al principio de su matrimonio, se ponga firme y lo vaya convenciendo de a poco que sus exigencias y necesidades en este campo no son normales y que si él -y usted también, porque esto es siempre de a dos- no cambian, la situación sólo empeorará y puede llegar a ser insostenible. De hecho, muchas crisis matrimoniales podrían haber sido evitadas si, ante los primeros síntomas de dificultad, se hubiera pedido ayuda y puesto remedio. No ceda, en el mejor sentido de la palabra, pero cuide mucho de no convertir su hogar en un campo de batalla. Necesitará kilos de buen humor -por lo que cuenta, no le falta-, paciencia, picardía y diplomacia. Incluso tendrá que acudir usted al especialista para que le dé algunas claves sobre cómo tratar la situación y manejar las peculiaridades de su marido. Y tampoco olvide nunca que un matrimonio se construye entre dos: quizás él tenga algún trastorno psicológico, pero de la manera como usted lo lleve, oriente y acompañe dependerán también las relaciones conyugales futuras.

Enfrente el problema -y hable con su marido siempre desde esa perspectiva- como un desafío que tendrán que superar los dos. No deje pasar más tiempo, empiece a actuar ¡ahora!

Sea siempre discreta: no es un tema para comentar en un té de amigas, ni menos para burlarse de él en público. Frases como “Enrique es un neurótico de la hora y se cronometra en tiempo mientras come”, deben quedar desterradas de sus conversaciones.

Pida consejo a personas de su confianza y que le conste que guardarán sus espaldas y las de su marido. Y después, con enorme prudencia ¡actúe! Quizás no obtenga resultados inmediatos -nadie mejora de un día para otro- pero es seguro que estará en el camino correcto y que antes o después, recogerá los frutos al consolidar su matrimonio.

niños y toc




http://www.aboutourkids.org/articles/acerca_del_trastorno_obsesivo_compulsivo_toc
Un niño con TOC sufre un trastorno de ansiedad caracterizado por la presencia de obsesiones y compulsiones lo suficientemente graves como para interferir en las actividades de la vida diaria. Las obsesiones son pensamientos reiterados e indeseados que a menudo se relacionan con miedos de contaminación. Las compulsiones son conductas reiteradas sin sentido. Se cree que la causa del TOC es neurológica y hereditaria. El tratamiento incluye una combinación de terapia conductual y medicamentos.
Historias de la vida real

Alex, de cinco años, no puede irse a dormir hasta que besa cinco veces a su madre en cada mejilla, después de que ella cierra el closet del niño de determinada manera. No tiene otras conductas fijas.

Jesse, de 10 años, se lava los dientes tan frecuentemente que utiliza una caja de palillos de dientes por semana y las encías le sangran abundantemente. Todos los días utiliza media caja de bastoncillos de algodón para limpiarse los oídos y un rollo de papel higiénico cuando va al baño. Cuando hace la tarea, Jesse puede estar una hora trabajando en la misma página, borrando y reescribiendo palabras porque está seguro de que no lo hizo bien.

Ashley, de 16 años,sostiene que cada vez que sale de un salón de clases, pasa por la oficina del director o se va de la escuela, tiene que imaginarse el número 12 en un reloj y desearse “buena suerte” a sí misma. Sostiene que no puede dejar de pensar en las palabras “buena suerte”. Si intenta evitar pensar en esas palabras, se pone muy ansiosa y se preocupa porque siente que tendrá un ataque cardiaco. En el salón de clases, se queda paralizada en su asiento y no puede responder. Se preocupa porque teme que cualquier decisión que tome hará que les suceda algo terrible a sus padres. Antes de irse a dormir, cierra cuatro veces la puerta de su habitación, prende y apaga las luces cuatro veces, y mira doce veces por la ventana y debajo de su cama.

A Alex, de 5 años, le preocupan los rituales adecuados para su edad. Son menores y no afectan que disfrute de la vida. A Jesse y Ashley les diagnosticaron que sufren trastorno obsesivo compulsivo.

Los rituales y las supersticiones de la infancia difieren con la edad. A los 2 años y medio aproximadamente, los niños comienzan a esperar rutinas. A la hora de comer, los rituales de la ducha y de irse a dormir son frecuentes, y ayudan a estabilizar el mundo del niño. Entre los cinco y seis años, los niños desarrollan rituales grupales, durante los cuales juegan con reglas y rimas. Los niños mayores comienzan a coleccionar objetos y pueden comenzar a preocuparse y obsesionarse con los pasatiempos. Las conductas ritualizadas ayudan a los niños a convertirse en seres sociales y a dominar la ansiedad. Sin embargo, cuando los pensamientos obsesivos se tornan tan frecuentes o intensos, o los rituales se tornan tan extensos que interfieren en el desempeño, se considera el diagnóstico del trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
¿Cuáles son los síntomas?

El TOC es un trastorno de ansiedad caracterizado por la presencia de obsesiones y compulsiones que el niño no puede controlar.

Obsesiones. Son pensamientos, ideas, deseos, impulsos o preocupaciones intrusivas e indeseadas que surgen en la mente de una persona de manera reiterada. A menudo las obsesiones no tienen sentido y son desagradables o incluso repugnantes. La persona debe intentar ignorar o reprimir estas obsesiones o neutralizarlas con algún otro pensamiento o acción. La persona que sufre de TOC reconoce que estos pensamientos surgen en su propia mente y que no son una intrusión psicótica. Algunas obsesiones comunes son: impulsos reiterados para matar a un familiar querido; preocupaciones incesantes sobre la suciedad, los gérmenes, la contaminación, la religión; pensamientos recurrentes sobre algo que no se realizó correctamente; sentimiento de que ciertas cosas deben estar siempre en ciertos lugares, posiciones u orden; pensamientos sobre palabras, sonidos, números o imágenes sin sentido. Para algunos niños, la cavilación y los rituales excesivos son el resultado de sus esfuerzos por imponer orden en los sentimientos internos de ansiedad y confusión.

Compulsiones. Son conductas reiteradas sin sentido que generalmente se producen en respuesta a una obsesión. La conducta es un intento por neutralizar o evitar un hecho, situación o pensamiento temido. Una persona puede o no reconocer que la conducta es obsesiva o irracional. Algunas compulsiones comunes son: lavarse las manos, ducharse y controlar los cajones y cerraduras de manera excesiva. Las conductas reiteradas pueden incluir vestirse y desvestirse, amontonar objetos, tratar de asegurarse de que algo sucedió o no. Los síntomas pueden incrementarse y reducirse. A menudo no hay una relación lógica entre la obsesión o compulsión y los miedos que supuestamente deben contrarrestar. En vez de reducir la ansiedad, las obsesiones y compulsiones generalmente la incrementan.

Para un diagnóstico del TOC, las obsesiones y compulsiones deben ser lo suficientemente graves como para consumir tiempo o causar un marcado estrés o un deterioro significativo. En los adultos, en algún momento durante el curso del trastorno, la persona reconoce que las obsesiones o compulsiones son excesivas o irracionales. Esto no siempre se aplica a los niños, ya que algunos todavía no cuentan con las habilidades cognitivas necesarias para emitir este juicio.

Los niños con TOC pueden desempeñarse satisfactoriamente a nivel académico y en otras actividades escolares, pero pueden tener dificultad para realizar la tarea y sus composiciones, ya que se concentran en que todo salga perfecto. Si sus síntomas son graves y consumen tiempo, pueden ocasionar problemas de autoestima e interferir en el desempeño con sus amistades y familiares.
¿Quiénes son más propensos a tener trastorno obsesivo compulsivo?

El TOC afecta al 3% de la población general, casi un millón del cual son niños y adolescentes. Estos datos estadísticos se traducen a entre tres y cinco jóvenes con TOC por escuela primaria de tamaño promedio y a veinte jóvenes en una escuela secundaria urbana grande. A diferencia de la alta proporción entre mujeres y hombres en otros trastornos de ansiedad, la proporción entre varones y niñas es de 2:1.

La edad de inicio en más del 50% de los casos de adultos con este trastorno es anterior a los 15 años. Se han informado casos de TOC en los años de preescolar, con un pico de inicio máximo a los diez años aproximadamente. El veinte por ciento de los jóvenes con TOC tiene otro familiar que sufre este trastorno.
¿Por qué sucede?

Se cree que el TOC tiene un origen neurológico. La evidencia sugiere que el TOC se vincula con una deficiencia en la serotonina del cerebro. El trastorno que causa el TOC se transmite en las familias; estudios recientes demuestran que el 20% de los jóvenes con TOC tiene un familiar que sufre de este trastorno.
¿Cómo se trata?

El tratamiento recomendado es una combinación de terapia y medicamentos. La terapia conductual incluye prevención de la respuesta y exposición. Se obliga al niño a enfrentarse con sus miedos y a encontrar el modo de controlar la ansiedad. Se puede enfrentar al niño con el objeto o hecho temido y, de esta forma, se puede combatir la conducta obsesiva compulsiva de forma cuidadosa. La terapia conductual cognitiva se concentra en cambiar las creencias irracionales y los pensamientos perturbados que contribuyen con este trastorno. El objetivo es ayudar a los niños a reconocer la naturaleza ilógica de sus miedos y cambiarlos. Los medicamentos recetados para el TOC incluyen inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (Specific Serotonin Reuptake Inhibitor, SSRI): Luvox (fluvoxamina), Paxil (paroxetina), Prozac (fluoxetina) y Zoloft (sertralina). La mayoría de los niños que están medicados mejoran, pero pueden recaer y necesitar tratamiento adicional.
Preguntas y respuestas

¿Cuál es el mejor tratamiento para un niño con TOC?

Un terapeuta que trabaje con un niño con TOC debe evaluar y documentar cuidadosamente el grado y la intensidad del síntoma. Para un niño con TOC nuevo o leve, lo que ha resultado eficaz es realizar primero una terapia conductual cognitiva, la cual puede resultar suficiente.

¿Qué sucede si la terapia conductual cognitiva no funciona?

Si el niño sufrió de TOC durante un período prolongado, la estrategia consiste en utilizar la terapia conductual cognitiva durante un tiempo y luego sumarle la administración de medicamentos. Si un niño tiene síntomas graves, se recomienda comenzar con la terapia conductual cognitiva y la administración de medicamentos.

¿Pueden cambiar los síntomas?

Los síntomas del TOC generalmente cambian con el transcurso del tiempo. A veces cuando un niño ya no tiene un síntoma, puede desarrollar otro. Por ejemplo, un niño puede dejar de lavarse las manos pero comenzar a obsesionarse con el control. La terapia conductual cognitiva le enseña al niño cómo controlar los síntomas independientemente de lo que sean. Se le enseña al niño cómo reconocer los síntomas de manera oportuna y cómo utilizar el mismo enfoque.

¿Por qué no puedo decirle solamente que deje de hacerlo?

Los padres pueden involucrarse inadvertidamente en un ciclo. Decirle al niño que deje de hacer algo puede intensificar el síntoma accidentalmente. La atención puede hacer persistir el problema. En la terapia conductual cognitiva, los padres aprenden a convertirse en terapeutas del hogar. Los padres deben aprender cómo alejarse de la conducta y a recompensar al niño cuando afronta el problema de manera adecuada.

¿Durará para toda la vida?

Los niños siempre pueden tener esta tendencia; sin embargo, el tratamiento los ayuda a reconocer y controlar los síntomas.
Sobre los autores

La Dra. Robin F. Goodmanes psicóloga clínica y está realizando su especialización en temas relacionados con el duelo.