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Primera parte del cortometraje de los hermanos Didac y Sergi Cervera, ganador del premio especial del público en el Primer Certamen de Cortometrajes sobre la estigmatización de las enfermedades del Sistema Nervioso Central organizado por los laboratorios Lundbeck (SNC Film '09), dedicado en esta edición al trastorno de la depresión.






Tres Tigres, de Artur Rodríguez.

Tres Tigres", de Artur Rodríguez. Cortometraje ganador de la primera edición de SNCFilm. Con el objetivo de erradicar la estigmatización que sufren las personas con enfermedades mentales, Lundbeck, empresa líder en la investigación del Sistema Nervioso Central (SNC), ha puesto en marcha el SNC film'08, el concurso de cortometrajes que en esta primera edición ha centrado su temática en la estigmatización de la depresión y la ansiedad.




La procrastinación, mejor lo dejo para luego


La procrastinación, mejor lo dejo para luego


* Los procrastinadores dejan siempre las cosas para el final.
* En la base de este trastorno está la inseguridad y el miedo.
* La gestión del tiempo es la principal herramienta para superarlo.

EVA HERRERO. 03.06.2009

En época de exámenes, quién no ha pensado en algún momento que en vez de presentarse en junio, mejor lo hace en septiembre. Quién no se ha saltado la fecha para ir a renovar la cartilla del paro o quién no ha apurado hasta el último día para pagar el recibo de la luz.

Algunas de estas situaciones, que nos resultan muy familiares, pueden ser el principio de lo que se conoce como procrastinación. La palabra, que viene del latín procrastinar, se refiere a una tendencia que conduce a evitar o aplazar aquello que percibimos como incómodo o desagradable. En algunos casos puede convertirse en una patología, que hoy en día está detrás de más del 20% de los pacientes que presentan un trastorno psicológico.

La procrastinación genera frustración, desilusión y un sentimiento de fracaso

La Psicóloga María Jesús Álava considera que muchas personas pueden escudarse en el hecho de "ser procrastinadores" para evitar enfrentarse a determinadas situaciones.

"La procrastinación empieza a ser un problema cuando afecta a todos los ámbitos de tu vida. Genera frustración, desilusión y un sentimiento de fracaso que hace que los que te rodean te infravaloren", explica Ávila. Según la psicóloga, la gente que acude a consulta no sabe que en la base de su problema está el miedo a tomar una decisión importante.

La incertidumbre

Existen determinados momentos en los que se agudiza esta tendencia a dejar las cosas para otro momento. La actual crisis económica "es utilizadas por muchas personas para no hacer cambios en su vida", señala Álava. Se trata de situaciones en El estudio no presencial puede requerir tanto tiempo y esfuerzo como ir a clase. (LUIS FRUTOS).las que el individuo percibe que escapan de su control y prefieren hacerlas en otro momento, que a veces nunca llega.

Hay individuos que ante la incertidumbre sobre qué hacer prefieren dejar que las cosas pasen hasta que vuelvan a la normalidad. "Esta actitud refleja que la persona tiene pocos recursos", además lo que ocurre es que "el individuo no hace nada y nunca encuentra el momento de llevar acabo sus objetivos, cayendo en un peligroso círculo vicioso".

El ámbito académico

Es muy común, en el colegio o en la universidad, ver cómo hay personas que evitan tareas pendientes mientras se van sumando otras. El psicólogo de la Universidad Carlos III de Madrid y autor de Gestión del tiempo, Guillermo Ballenato, considera que "uno de los mayores peligros para sacar adelante cualquier proyecto es trabajar sin plazos. La tendencia a retrasar las actividades hace que lo importante termine por convertirse en urgente".

Retrasar las actividades hace que lo importante se convierta en urgente

Ballenato señala que los momentos en los que más se presenta esta tendencia es a principio de curso y en los periodos de exámenes. "Muchos alumnos utilizan cualquier excusa para retrasar el estudio: 'Voy a mirar un minuto el correo electrónico y luego me pongo a estudiar'. Al final cansa más lo que está pendiente de hacer que lo que se ha realizado".

Organizar la agenda, programar el estudio y establecer prioridades son para Guillermo Ballenato las claves para superar la procrastinación y comenzar a superar nuestras inseguridades.

Ni claustrofobia, ni agorafobia: jóvenes sufren fobia sexual


Ni claustrofobia, ni agorafobia: jóvenes sufren fobia sexual
Quienes la padecen tienen entre 25 y 27 años y cerca de un 30% de ellos están casados, según detalló un especialista. Dijo que es uno de los más frecuentes trastornos de ansiedad que presenta el ser humano actual

Ni claustrofobia, ni agorafobia: jóvenes sufren fobia sexual
Con el objetivo de saber de qué se trata y qué lleva a una persona a desarrollar fobia al sexo, Infobae.com consultó al doctor en Psicología Clínica Gustavo Bustamante, director general de la Fundación Fobia Club.

¿Qué se entiende por fobia sexual?

Partiendo de que una fobia es un temor irracional y desproporcionado ante determinado objeto, animal y/o situación que normalmente no produce ese tipo de respuestas, podemos definir a la fobia sexual como un temor persistente que esta asociado al deseo compulsivo de evitar experiencias o sensaciones sexuales.

Quienes la padecen son conscientes que es un temor irracional, pero no pueden hacer nada para modificar sus pensamientos.

Dentro de la fobia sexual, podemos encontrar personas que no pueden soportar las secreciones u olores genitales, sentir un orgasmo, masturbarse, besar, el embarazo, practicar sexo oral, penetrar o ser penetrados o ser vistos desnudos, es decir toda cuestión que esté relacionada con la vida sexual.

¿Por qué una persona desarrolla fobia sexual? ¿Qué la origina? ¿Hay una situación detonante?
Como cualquier otra fobia, el origen y razón de su adquisición puede ser por información incongruente que lo lleva a tener ideas distorsionadas, por aprendizaje vicario, es decir por escuchar experiencias traumáticas de personas cercanas a su entorno, y por índole traumática como un condicionamiento.

No podríamos decir que hay una situación detonante, salvo en el caso de que sea por una situación traumática vivida por la persona, donde a partir de allí se desarrolla una fobia al sexo. Pero no todas las personas que vivieron una situación traumática luego sí o sí van a desarrollar fobia sexual.

¿Cuánto influye la educación, la familia, los prejuicios?

Es importante destacar que las creencias acerca de la sexualidad son construcciones personales, que a la vez están atravesadas por la cultura en las que están insertas. Las cuales varían permanentemente fomentando el aumento en el nivel de estrés.

El cómo fueron educados para desarrollar una vida sexual, lo que se conversa sobre este tema en el núcleo familiar, el contexto de cómo fueron criados y los prejuicios ante ciertas practicas sexuales influyen y favorecen a adquirir en el futuro fobia al sexo. Si en el hogar desde pequeños escuchan "de sexo no se habla", críticas ante determinadas practicas sexuales, etcétera, etcétera, es decir, se crece considerando al sexo como un tema tabú, evidente que esto hará a la formación de una persona prejuiciosa al mismo.

La sexualidad es una elección, con lo cual podríamos pensar por ejemplo que hay quienes eligen no tener sexo oral, sin esto considerarse como un síntoma de que padezca fobia al sexo.

Deberíamos ver caso por caso el porqué de esas elecciones y si eso influye negativamente en su vida cotidiana.

¿Quiénes la padecen en mayor medida? ¿Los hombres o las mujeres? ¿De qué edades?

No podríamos hablar de mayor prevalencia en género (hombre-mujer) pero por lo general, las personas que padecen de fobia al sexo son jóvenes (promedio entre 25 y 27 años), siendo de acuerdo a nuestros estudios que un 30% aproximadamente están casados.

¿Aparece sola o asociada a otros trastornos? Si es así, ¿con cuáles suele darse?

Cabe destacar que la fobia es uno de los más frecuentes trastornos de ansiedad que presenta el ser humano actual.

Entonces podríamos decir que muchas veces el evitar que lo vean desnudos con su pareja sexual responde a un temor a ser evaluado negativamente, podría pensarse en subtipos de ansiedad social o fobia social.

Los temores a penetrar en algunos casos podrían estar ligados a Trastornos Obsesivos Compulsivos (TOC), por temor a contagiarse alguna enfermedad o a dejar embarazada a su pareja; es importante destacar que en estos casos son personas que tienen miedo a pesar de usar preservativos. En algunos casos extremos llegan a usar varios preservativos a la vez y también lo acompañan de "coitus interruptus".

Ahora pasando específicamente a la relación existente entre trastornos de ansiedad y vida sexual, podríamos decir que:

Las personas que padecen Trastorno de Ansiedad Generalizada (TAG), que son aquellas que están siempre preocupadas por situaciones de la vida cotidiana, y que siempre tienen pensamientos negativos, las cuales sufren de irritabilidad, trastornos de sueño, y malestares digestivos, generalmente también presentan trastornos sexuales.

También los hombres que padecen de TAG pueden sufrir de eyaculación precoz, puesto que la mayoría de los tratamientos para la eyaculación precoz integran elementos para reducir y controlar la ansiedad.

Otros sufren lo que llamamos de "ansiedad por el rendimiento", personas que quieren dejar muy buenas impresiones, que les lleva a tener un rendimiento adverso a sus expectativas.

También, de acuerdo a nuestras consultas, tienen trastornos o problemas sexuales los que padecen de claustrofobia, pacientes que no toleran las sensaciones de ahogo, a pesar de que no sean situaciones de riesgo, que los lleva a evitar todo tipo de posiciones, entrar debajo de frazadas, etcétera.

Otro trastorno que interfiere en la vida sexual de quienes lo padecen es el que sufren aquellas personas que sufren de ataques de pánico, ya que en plena actividad sexual sienten taquicardia, ahogos, esto los asusta, haciéndolos pensar que están frente a un ataque de pánico, por lo que los lleva a tener evitaciones en la actividad sexual.

La sexualidad y la ansiedad podrían ser antagónicas. A decir de un paciente: "para tener sexo tengo que estar relajado y seguro… yo siempre estoy en alerta y ansioso, es obvio que mi sexualidad no es buena".

¿En qué consiste el tratamiento?

El tratamiento para esta fobia generalmente es combinado, es decir psicofarmacológico y psicoterapéutico, y en ocasiones también sexológico.

Psicofarmacológico, en caso lo requiera, como por ejemplo que sea necesario bajar la ansiedad de estas personas.

Psicoterapéutico, para expandir la confianza, superando los miedos, timidez y ansiedad, modificando los pensamientos negativos que afectan las relaciones para lograr la plenitud en la actividad sexual.

Un estudio para poner blanco sobre negro

El propósito de una investigación realizada en la Fundación Fobia Club surge debido a que en las consultas de los pacientes con TOC habitualmente la sexualidad no es un tema de conversación. Es un grupo que no presentan inquietudes manifiestas en el área sexual, siendo que muchas veces tienen ideas de contaminación, temores irracionales respecto al contagio de enfermedades (HIV), ideas obsesivas irracionales de homosexualidad, etcétera.

También nos encontramos con pacientes que no tienen relaciones sexuales, ni se sienten interesados en hablar del tema.

Consideramos que el buen ejercicio de la sexualidad debe estar acompañado de la relajación y de la posibilidad de concentrase en el "aquí y ahora" sin tener otro tipo de pensamiento intrusivo que no esté relacionado con el placer, cuestión que no es tan fácil de frenar en los pacientes con TOC.

Para tal fin se realizo un cuestionario al efecto con preguntas como:

* ¿Cuándo había sido la última vez que tuvieron relaciones sexuales?
* ¿Cómo se cuidan?
* ¿Qué objetos de limpieza necesitan tener cerca de la hora de mantener relaciones sexuales?
* ¿Sobre qué cosas están pendientes antes, durante y después del acto sexual?
* ¿En qué lugares prefieren y cuales evitan?

Los resultados fueron los siguientes

* 73% mantienen relaciones sexuales actualmente.
* 46% piensan en sus ideas obsesivas durante y luego del acto sexual.
* 23% no piensan en ellas.
* 33% tienen comorbilidad con ansiedad social, con lo cual algunas evitaciones o reaseguros, corresponden a este trastorno de ansiedad.
* 60% se cuidan con profilácticos.
* 50% sienten asco o incomodidad al tener relaciones.
* Los objetos más buscados son toalla, jabón y agua mayormente, papel higiénico, espejo (para chequeos y verificaciones) y otros en menor medida.
* La mayoría evitan lugares públicos como hoteles, lugares abiertos o incómodos, por el asco y los riesgos de contacto con diversos objetos que los mismos los obligarían a tener.
* Eligen lugares propios, de cuya higiene puedan estar más seguros, pero no descartan la posibilidad de tener experiencias sexuales en alguno de los lugares antes mencionados, esporádicamente.

Europa VII - La Oreja de Van Gogh/chelseafg

La verja


http://www.vidaemocional.com/index.php?var=07012601


A veces justificamos nuestros actos y decimos “yo soy así” no hay justificación que valga ni los demás tienen que ser víctimas de nuestros comportamientos negativos. “es que tiene buen fondo” si, probablemente sea así pero los hechos también tienen que demostrarlo.
[...]
Érase una vez un chico con mal carácter. Su padre le dio un saco de clavos y le dijo que clavara uno en la verja del jardín cada vez que perdiera la paciencia o se enfadara con alguien.
El primer día clavó 37 clavos. Durante las semanas siguientes se concentró en controlarse y día a día disminuyó la cantidad de clavos nuevos en la verja. Había descubierto que era más fácil controlarse que clavar clavos.
Finalmente llegó un día en el que ya no clavaba ningún nuevo clavo. Entonces fue a su padre para explicárselo.
Su padre le dijo que era el momento de quitar un clavo por cada día que no perdiera la paciencia. Los días pasaron y finalmente el chico pudo decir a su padre que había quitado todos los clavos de la verja.
El padre condujo a su hijo hasta la verja y le dijo “ Hijo mío, te has comportado muy bien, pero mira todos los agujeros que han quedado en la verja. Ya nunca será la de antes. Cuando discutes con alguien y le dices cualquier cosa ofensiva le dejas una herida como ésta. Puedes clavar una navaja a otro y después retirarla, pero siempre quedará la herida. No importan las veces que le pidas perdón, la herida permanecerá. Una herida provocada con la palabra hace tanto daño como la herida física.

Naturaleza biológica versus psicológica de los trastornos mentales: ¿falacia o sesgo de perspectiva?





REVISTA ELECTRÓNICA DE PSIQUIATRÍA


Naturaleza biológica versus psicológica de los trastornos mentales: ¿falacia o sesgo de perspectiva?
M. Bousoño, Mª. T. Bascarán, P. Saiz, P. González, J. Bobes
Área de Psiquiatría. Universidad de Oviedo. España. ARTÍCULO ORIGINAL

Introducción

La ubicación conceptual de los Trastornos Mentales, ha sido siempre objeto de especulación, desde las primeras hipótesis hipocráticas que hablaban de un desequilibrio de los humores corporales, pasando por la afirmación de Griesinger de que las enfermedades mentales eran enfermedades del cerebro, o las teorías psico-dinámicas en boga a principios de siglo, hasta la situación actual de predominio casi absoluto de las hipótesis más biologicistas.

En algunas formulaciones diagnósticas actuales como el DSM-IV o la CIE-10, se huye sin embargo de postulados etiopatogénicos, al objeto de encontrar el necesario consenso, imprescindible por otra parte para que los resultados de las investigaciones realizadas puedan ser comparables entre sí. La especulación acerca de la naturaleza de los Trastornos Mentales no es sin embargo gratuita. Mas bien al contrario resulta muy necesaria. Debemos saber en que consiste una enfermedad, que factores intervienen en su génesis, desencadenamiento, y perpetuación, al objeto de contrarrestar en la medida de nuestras modestas posibilidades las influencias patogenéticas, y así avanzar en la terapéutica.

Es ahí donde comienza el debate de las llamadas ideologías psiquiátricas, y de donde nace el impulso babélico y disgregador. Al amparo de profundizar en el estudio en un cierto nivel de conocimiento, llámese biológico, psicológico o social, se pierde la necesaria perspectiva integradora. ¿Es que acaso un fenómeno "social", no acaba traduciéndose en otro nivel en un acontecimiento psicológico, o si se quiere en una determinada actividad neuronal o incluso neuroquímica?. Por el contrario ¿No determinan los genes, aspectos psicológicos relevantes para el individuo que a su vez se traducen en un cierto comportamiento social?. ¿De donde nace por tanto la aparente confrontación?. ¿Porqué resulta tan frecuente que autores por otra parte de prestigio se muestren escépticos respecto a los factores que no se corresponden con su orientación sea biológica, psicológica o social?

Dicho lo anterior pudiera pensarse que el conflicto se origina en la importancia relativa que las distintas escuelas dan a los factores que intervienen en la etiopatogenia de las distintas enfermedades. Un ejemplo de ello lo proporcionan los estudios con gemelos. Si una enfermedad tiene una concordancia del 50 % en los homocigotos y del 1 % de los dicigotos, los biologizantes dirán que está determinada genéticamente –lo cual probablemente es cierto respecto a que no puede aparecer sin la participación genética–, mientras que los psicologizantes insistirán en que no aparece en el otro 50 % debido a factores protectores de tipo ambiental, o que si aparece en el 50 % en que lo hace es por la existencia de factores ambientales que actúan como favorecedores o desencadenantes. Ambas interpretaciones pueden ser parcialmente ciertas aunque parezcan contradictorias. Lo que lleva al sesgo de interpretación es sin embargo la actitud apriorística del científico, que llevado de su ardor investigador en un área específica de la disciplina que le ocupa, pierde la necesaria objetividad.

¿Objetividad o pasión científica?

La objetividad parece de este modo, oponerse a la necesaria pasión que mueve a los científicos a investigar. La pasión resulta por un lado necesaria toda vez que la investigación obliga a un esfuerzo continuado, tedioso y repetitivo, mal remunerado socialmente, que agotaría rápidamente a quien lo intentase si no fuera porque es llevado por la pasión investigadora. Ejemplos de tal pasión con pérdida de la objetividad, los podemos observar en ámbitos no solo psiquiátricos, y así el famoso Premio Nobel Linus Pauling, ha sostenido las virtudes de las megadosis de vitamina C, sin tener el necesario respaldo de trabajos científicos que demuestren su utilidad.

La objetividad es sin embargo imprescindible si el científico quiere avanzar en el camino hacia la verdad, si es que la verdad existe en el campo de la ciencia. Las ideas de Popper (1) en este sentido apuntan a que lo máximo que un científico puede esperar obtener con sus investigaciones, es demostrar como falsas las hipótesis o teorías existentes, y a proponer a su vez nuevas teorías que las sustituyan, para a su vez ser posteriormente falsadas en un proceso que se antoja interminable, pero que no tiene porqué serlo.

¿Cómo compaginar pues la objetividad y la pasión?. La primera no deja de ser una virtud utópica a la cual el científico debe aspirar, pero que probablemente no alcance, y es mas una disciplina de autocrítica necesaria, y una obligación de desnudar ante los demás los métodos empleados en una investigación, al objeto de que sean analizados y discutidos, y finalmente o bien reproducidos o bien falsados, pero que no tiene en cuenta la naturaleza humana que obligadamente impregna al científico de carne y hueso. Así lo normal es reaccionar a las críticas con pasión, replicando al adversario con saña y defendiendo las ideas propias con fiereza. Raramente se intenta entender la posición inquisitorial del crítico, y resulta excepcional que alguien acepte públicamente que se ha equivocado, y que el crítico tenía razón. El empecinamiento –a veces hasta la muerte- de algunos investigadores es mas revelador de la verdadera naturaleza humana del mismo, que todas las investigaciones psicológicas al respecto.

Sucede también que los críticos adolecen de idénticos defectos, y así disienten desde el desprecio, critican desde la postura doctrinal y argumentan en ocasiones con la demagogia. Muchas veces detrás de las posturas enfrentadas no hay argumentos racionales, y si defensa de intereses que no por legítimos dejan de desvirtuar la postura científica. Esto es probablemente consustancial con la naturaleza humana, y si bien es cierto que la crítica científica constructiva existe, no lo es menos que convive con el negro panorama que se acaba de exponer.

La conclusión obvia a la contraposición entre objetividad y pasión, es la necesidad absoluta de objetividad, aún reconociendo la imposibilidad de su consecución –la perfección no existe al menos en este mundo–, y la concesión a la necesaria pasión, consustancial a la naturaleza íntima del ser humano, que requiere por tanto de la comprensión del científico respecto a sus inconvenientes, y de la tolerancia de todos, para tener en cuenta los criterios necesarios a la hora de establecer sistemas de crítica constructiva y debate científico.

Solución a la controversia bio-psico-social.

Cuando uno realiza un análisis histórico de posiciones científicas enfrentadas en el pasado, llega a la conclusión que la evolución natural en la mayoría de los casos, es a la solución por uno de los tres procedimientos siguientes:
1. Imposición de la verdad de uno de las posturas, al demostrarse repetidamente el error cometido por el otro o los otros.
2. Solución del conflicto por que se demuestra que todas las posturas estaban en el error, y aparecen nuevas teorías y postulados.
3. Se llega a una situación de síntesis de las diversas posiciones, en forma de nuevas teorías que integran a las anteriores superando los aparentes conflictos.

El primero de los casos tuvo lugar por ejemplo en el enfrentamiento entre las posiciones de Cajal y Golgi respecto a la neurona. El avance científico permitió demostrar la mejor concepción de Cajal. El segundo de los casos ha sido frecuente a lo largo de la historia de las ciencias, y ahí están los cadáveres científicos de numerosas teorías: La Hipocrática de los humores, la localizacionista de Gall, la del magnetismo animal etc. La tercera situación se observa también de forma frecuente, y además cuanto más avanza la ciencia, tiende a ser la solución natural, ya que el avance científico y la depuración de su método, han uniformizado tanto las posiciones que es rara la persistencia de alguna teoría que no contenga al menos parte de verdad, por lo que el avance siempre incorpora dicha parte en sus nuevas formulaciones.

De ahí que la propuesta natural de solución de la aparente dicotomía biológica-psicosocial, tenga como natural fin la asunción por parte de todos, de la realidad psiquiátrica en toda su compleja estructuración, que necesariamente se ve que debe ser Bio-psico-social, aunque la formulación de dicho vocablo no sea el hallazgo lingüístico más sutil.

Implicaciones clínicas.

Kuhn (2) denominaría nueva cosmovisión a esta nueva forma integrada de entender la enfermedad mental. Y así como en su día la formulación de Griesinger resultaba obvia, al afirmar que las enfermedades mentales son enfermedades del cerebro, ¿De dónde si no?. Así la formulación de esta cosmovisión resulta diáfana: Las enfermedades mentales son enfermedades del cerebro, debidos a múltiples factores tanto endógenos como exógenos, psicológicos, sociales y biológicos.

Pero si la formulación resulta obvia y hasta antigua, hasta el punto de parecer simplista, las implicaciones clínicas de la misma ya no lo son tanto, y contrastan con posturas hasta hace bien poco –ayer o quizás hoy mismo- defendidas con pasión, y carentes de objetividad, veamos los corolarios clínicos de lo antes expuesto:
1. Las terapias "psicológicas" pueden ser eficaces en los Trastornos "biológicos".
2. Los tratamientos "biológicos" pueden ser eficaces en los T. "psicológicos".
3. La combinación de tratamientos "psicológicos" y "biológicos" debe dar resultados superiores en la mayoría de los casos, a la aplicación de uno solo de los métodos.
4. La distinción entre lo psicológico y lo biológico es tan solo útil a efectos explicativos.

Permítaseme para corroborar la veracidad de lo antes afirmado, el citar dos trabajos que demuestran por un lado la eficacia de un método psicológico en la modificación de factores biológicos, y por otro lado la eficacia de un tratamiento farmacológico en la modificación de factores aparentemente psicológicos. En primer lugar Baxter y cols. (3), encontraron que el tratamiento cognitivo-conductual modificaba el metabolismo alterado de los ganglios basales en casos de Trastorno Obsesivo-Compulsivo (T.O.C.). Por su parte Knutson y cols.(4), han encontrado que un ISRS puede modificar factores de personalidad en sujetos sanos.

Cabe cuestionarse acerca de la naturaleza psicológica o biológica del T.O.C. o de si el tratamiento cognitivo-conductual es realmente psicológico. Cabe argumentar de igual manera respecto al otro ejemplo, y al fin y al cabo dos ejemplos no demuestran nada. Pero resulta evidente que de ser cierto lo anterior, se tendrán que revisar ciertos "arquetipos" o "clichés" mentales presentes en algunos medios profesionales, citaré solo algunos:
o "Los tratamientos farmacológicos no "curan" realmente, mientras que los psicológicos si lo hacen".
o "Las terapias psicológicas actúan solo mediante la sugestión".
o "Los tratamientos psicológicos y farmacológicos son incompatibles".
o "Las terapias psicológicas no son susceptibles de análisis científico respecto a su eficacia clínica".
o "Respecto a las pastillas: cuantas menos mejor".
o "Los psicofármacos no abordan el problema de la enfermedad mental y son solo camisas de fuerza química o todo lo más tan solo posibilitan la terapia psicológica".

Quien piense que lo anteriormente expuesto es tan obvio, que no resulta útil exponerlo, olvida la necesidad periódica que tiene el auténtico científico de cuestionarse acerca de los métodos que usa y la perspectiva que adopta ante un determinado problema; en este sentido ya hemos mencionado en alguna ocasión (5 ), que incluso el denominado método científico está permanentemente en revisión. No en vano filósofos como Feyerabend (6), han llegado a proponer que NO hay un método científico. La contraposición de posturas entre lo psicosocial y lo biológico, no es por tanto una cuestión baladí, y premios Nobel como Francis Crik junto con Christof Koch (7) han llegado a plantear la existencia de una neurobiología de un constructo tan "psicológico" como el de la conciencia.

Ha de llegar por tanto el momento en que desde una postura de análisis integradora, se investigue cual es el substrato biológico de aquellas partes de las teorías psicoanalíticas y psicodinámicas, que sobrevivan a un análisis científico objetivo y desapasionado.

Conclusión.

El estado actual de conocimientos acerca del funcionamiento del sistema nervioso humano, permite ser optimista respecto a la posibilidad de llegar a conocer por ejemplo cuales son las bases biológicas que sustentan la eficacia de los tratamientos psicológicos, o determinar que mecanismos biológicos se suscitan ante determinados estímulos psicológicos. Los avances en este campo común, ayudarán sin duda a despejar gran parte de los malentendidos, que han plagado la investigación en varias áreas complementarias de la psiquiatría y de la psicología.

Mientras se llega a esta situación utópica, solo cabe esforzarnos todos aún mas, en limar las diferencias que separan la cosmovisión biológica de la psicológico-social. Refugiarnos en la objetividad, y reservar la pasión para el esfuerzo investigador y no para el enfrentamiento dialéctico.

REFERENCIAS
1. Popper C. Conjetures ans refutations. London: Routledge; 1963.
2. Kuhn T. The structure of scientific revolutions. Chicago: University of Chicago Press; 1962.
3. Baxter LR, Schwartz JM, Bergman KS, Szuba MP, Guze BH, Mazziota JC, et al. Caudate glucose metabolic rate changes with both drug and behavior therapy for obsessive compulsive disorder. Arch Gen Psychiatry 1992;49:681-9.
4. Knutson B, Wolkowitz OM, Cole SW, Chan T, Moore EA, Johnson RC, et al. Selective alteration of personality and social behavior by serotoninergic intervention. Am J Psychiatry 1998;155:373-9.
5. Bousoño García M, Bascarán Fernández MT, Saiz Martínez PA, González G-Portilla P, Bobes García J. Psiquiatría y farmacología I: antidepresivos y antipsicóticos, nuevos paradigmas en psicofarmacología. En: Pichot P, Ezcurra J, González-Pinto A, Gutierrez Fraile M. Psiquiatría y otras especialidades médicas. Farmaprés (Grupo Aula Médica S.A.); 1998.
6. Feyerabend P. Against method. London: Verso; 1993.
7. Crick F, Koch C. Toward a neurobiological theory of consciousness. Semin Neurosci 1990;2.