El síndrome del niño maleducado


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Unas 70 familias asturianas se asocian para afrontar el síndrome de Tourette, trastorno que causa un conjunto de tics






Raquel García Triana. javier g. negrete


Oviedo, P. Á.

A primera vista parecen niños caprichosos, maleducados y consentidos. Pero, si se rasca un poco y, sobre todo, si se acude a un médico perspicaz, se descubrirá que la raíz del problema es el denominado síndrome de Tourette, un trastorno neurológico de carácter hereditario que se plasma en un elenco de movimientos y sonidos vocales involuntarios y repetidos (tics, en términos coloquiales) que suelen manifestarse antes de la mayoría de edad.

El Centro Municipal Integrado de Gijón Sur, en el barrio de Pumarín, acoge en la mañana de hoy una jornada divulgativa en la que especialistas de diversas disciplinas abordarán la problemática a la que se enfrentan los afectados por el síndrome de Tourette en el ámbito educativo.

Unas 70 familias asturianas que conviven cotidianamente con este trastorno han decidido sumar esfuerzos a través de la Asociación del Principado de Asturias de Síndrome de Tourette y Trastornos Asociados (Apastta). Hasta hace unos meses, se estimaba que la incidencia de esta alteración neurológica era aproximadamente de cinco casos por cada 100.000 personas. Recientemente, el síndrome fue redefinido y se estableció que su catalogación no requiere que resulte invalidante, una modificación que se ha traducido en un sustancial incremento de las estimaciones de afectados. La prevalencia en varones triplica o cuadruplica la de mujeres.

«Sobrellevar este problema puede llegar a ser muy duro, de entrada porque lo habitual es que sea muy incomprendido», señala Raquel García Triana, vicepresidenta del colectivo y madre de un adolescente que sufre el trastorno. Ella vivió en primera persona lo que es un auténtico peregrinaje de especialista en especialista hasta dar con uno capaz de determinar las causas del problema de su hijo.

El síndrome de Tourette no suele presentarse de forma aislada. Casi siempre está acompañado de dificultades en la atención, hiperactividad o un trastorno obsesivo-compulsivo. Una de sus expresiones más clásicas es la coprolalia, tendencia a pronunciar palabras y frases inapropiadas y malsonantes, circunstancia que acentúa el estigma de la mala educación.

El psicólogo Amado Ramírez aborda cómo manejar el caos mental en su libro 'Esos seres inquietos'



Considera que hay una vacío en la educación, esa que se preocupa «por que seamos limpios, pero no nos enseña a manejar las contradicciones de nuestra mente». El psicólogo clínico Amado Ramírez Villafáñez aborda esta cuestión en 'Esos seres inquietos', libro que presenta hoy en la librería Margen, en compañía de la poeta Esperanza Ortega.

Manejar el caos mental es el objetivo principal de este breve ensayo concebido como 22 capítulos/lecciones. «En la vida hay contradicciones, situaciones de pérdidas, que son insoslayables. Se puede entrar en una dinámica en que no se supera. Lo que quiero transmitir es un método para existir con ello, para seguir viviendo con esas incomodidades», explica Ramírez Villafáñez, a quien la experiencia clínica le demuestra que «a esto sólo se acerca la gente cuando sufre, cuando no puede con la vida o con la mente».

Para este psicólogo clínico los estados de ánimo son «como el tiempo meteorológico, tiene su proceso y no es lineal. Entonces mi mensaje es que hay que vivir con los síntomas, no trabajar para reducirlos. Por ejemplo, un depresivo considera que la depresión es mala, y yo le intento convencer de que no puede desesperarse por estar deprimido sino que hay que normalizar esa depresión».

Método integrador

El libro, que incluye casos clínicos al final, plantea «trucos» para conseguir «que no nos invada la mente lo negativo y para lograr espacios de vacío mental. En realidad son técnicas orientales muy antiguas».

El autor, que con este llega a la docena y media de volúmenes, considera que este es su «libro más pulido, más sintético, basado en tantos años de consulta». Y en él aparece el resumen de su método. «Es un método integrador que se basa en tres herramientas fundamentales: la atención/voluntad -cómo potenciarlas ya que la segunda no puede existir sin la primera-, la resistencia/aceptación -que no quiere decir resignación, sino cómo soportar los aspectos desagradables de nosotros mismos-, y finalmente Popea, -instrucción en clave personal para mantener vivos el deseo y la posibilidad, los sueños y las ilusiones-», explica el psicólogo.

Amado Ramírez Villafáñez ha abordado estas cuestiones de forma más extensa y desde otro punto de vista en su libro 'Fluir en la adversidad'. 'Esos seres inquietos' será presentado hoy en Margen y el día 6 dentro de la Feria del Libro de Valladolid.

fuente:Rodriguino
http://www.hipnosis.com/ansiedad/421-trastorno-obsesivo-compulsivo-ayuda-4.html
Les queria contar mi problema por que por lo que puedo ver muchas personas sufren de mi problema y realmente es desesperante.. bueno hace unos seis años mas o menos tuve una novia que al principio la queria mucho, pase algunos meses con ella y llegue al punto de estar seguro de que queria pasar con ella el resto de mi vida, era perfecto, un dia tome unas pastillas para una inflamacion que tenia y pues aparentemete me provoco una reaccion alergica que me hizo olvidarme de quien era y eso incluia mi "gran amor", al cabo de unas horas despues de ese episodio empeze a recordar que yo estaba muy enamorado de esta chica pero no podia recordar ni kien era, hable con ella pero sentia que ya no era lo mismo, pero dentro de mi yo keria retomar aquella felicidad que tenia con ella y pues empeze a sentirme mal por que no podia lograr tener ese "amor" otra vez, continue con ella un tiempo pero me daba cuenta que empezaba a cansarme de ella y que no keria saber mas de ella, pero el punto es que yo le habia jurado amor eterno y de paso a mi tambien y no podia botar a la basura todo akello, asi continue por algunos meses y pues fingia totalmente estar feliz con ella, llegue a un estado de depresion y ansiedad profunda que casi al final de la relacion ya no tenia fuerzas y finalmente le comente ke ya no podia estar mas con ella ke me sentia mal y ke solo keria estar solo, asi fue... luego de un tiempo intente con otra chica pero lamentablemente me paso igual, al momento de kerer corresponderle me sentia mal y me provocaba una ansiedad profunda, me aleje de ella, buske otra oportunidad con una chica diferente pero me paso igual, despues de tantos intentos decidi que no podia establecer ninguna relacion con nadie, un buen dia mientras dormia tuve un sueño muy raro en el que habian muchos hombres, y luego a la tarde de aquello me llego un pensamiento (UNO MAS) en el que llegue a la conclusion absurda de que "SI NO PUEDO ESTAR CON UNA MUJER SIN QUE ME SIENTA MAL O QUE NO PUEDA KERER ENTONCES ME GUSTAN LOS HOMBRES O SOY HOMOSEXUAL" y desde aquel dia mi vida se convirtio en un sufrimiento diario, al paso de los años este problema se ha acentuado increiblemente, antes solo eran pensamientos tontos que ciertamente lograba controlarlos pero hoy en dia ver una imagen de un hombre aparentemente atractivo o verlo cara a cara me produce un malestar extremo por que parece ser como si me atrayera o algo parecido, y mi gusto por las mujeres se ha vuelto un problema por que cada vez que paso por un episodio de estos me bloqueo totalmente al gusto femenino, siempre me han gustado las mujeres, todavia siento exitacion por ellas, y es natural. pero el pensar en hombres y en la idea de que podria ser homosexual me esta destruyendo y me mantiene muy ansioso 24 horas al dia, los sicologos aqui en Ecuador lamentablemente son muy caros, he asistido a un siquiatra que me ha recetado infinidad de medicamentos, (zertralina, fluvoxamina, haloperidol, fluoxetina, benzodiasepinas, entre otros) algunos de estos medicamentos me han provocado inclusive convulsiones) un neurologo alguna vez me diagnostico tambien epilepsia en el lobulo temporal, me trataron de aquello pero descontinue el tratamiento por la falta de tiempo y por no ver mejoria alguna, debido a que he pasado mucho tiempo asi, he perdido la fe en los medicamentos, tengo tendencia a generar enfermedades somaticas, ademas de que tambien poseo obsesiones de algunos tipos como la de repetir un procedimiento varias veces para convencerme de que esta bien como por ejemplo en las matematicas, en general en cualkier cosa ke realize. soy demasiado perfeccionista, muy impaciente, me desespero con facilidad, siempre tengo pensamientos ridiculos, soy obsesivo con el ejercicio y a causa de ello tengo severas lesiones, bueno eso les puedo decir, realmente necesito ayuda, les agradeceria de antemanto sus consejos.


mira a mi me pasa exactamente lo mismo hasta parece que era yo pero la verdad es que el que es gay nace no se hace y lo que debes de hacer es este tratamiento ''se llama intencion paradojica' ahi te la explica yo tengo 1 mes con este problema al menos molestandome pero como quisiera poder explicar todo lo que hago para ayudarme solo te digo que lo mejor es que le des gracias a Dios por lo que te pasa con sinceridad y veras lo que te ayudara recuerda qeu cada cosa que nos pasa es una leccion y nunca la superaras si no la aceptas como tal simplemente has esto si siente que te atare un hombre disfrutalo y provocatelo recuerda qeu no lo eres y no pasara nada y por lo contrario desaparecera poco a poco yo llebo 7 dias haciendolo y esta desapareciendo la solucion es aceptar y no temer y veras que se ira al menos me ha servido por estos dias y ya mejore un 50 % y hay veces qeu la verdad pareciera que no quisieras alir de esto pero todo es confucioan asi qeu no te busques ninguna explicacion y veras

el sidrome del impostor


¿Se siente usted un fracasado a pesar de su éxito?, ¿le trae eso inconvenientes en su carrera y ascenso profesional?

En un estudio realizado en Estados Unidos, se encontró que entre la mitad y las dos terceras partes de los estudiantes universitarios experimentan el denominado “síndrome del impostor”.

Es decir que sienten que son un fracaso y viven con miedo de quedar expuestos como lo que creen que son.

Y lo mismo les ocurre a muchos profesionales y ejecutivos que, de ese modo, se ponen frenos inconscientes en su carrera, al creer que "no merecen progresar" y/o que si lo hacen "tarde o temprano los demás se darán cuenta de que son un embuste".

Todo comienza de chicos

Los adolescentes, cuando les va bien en el deporte, el arte o en sus exámenes, no se consideran brillantes o creativos, todo lo contrario: creen que engañaron a los demás. Adjudican su éxitos a la suerte, a los contactos o a un mayor esfuerzo que los demás, y no a sus propias habilidades mentales.

Estas personas corren un alto riesgo de sufrir depresión y ansiedad generalizada, todo esto agravado en el caso de las mujeres.

Cuando son más chicos, los que corren más riesgo de sufrir este síndrome son los que se sienten diferentes de sus hermanos, aquellos cuyos logros nunca fueron elogiados por sus padres y a los que constantemente se les transmitió el mensaje de que era esencial ser inteligentes y exitosos.

Esto crea una brecha entre la manera en que los percibe su familia y el modo en que lo hacen los demás.

Esto se agranda, cuando en la vida profesional consiguen empleos con responsabilidades considerables sin tener experiencia alguna o suficiente. A los 21 o 22 años, los profesionales sienten que los toman en serio cuando asesoran a personas que saben mucho más que ellos.

Madres e hijas

Entre las mujeres que corren más riesgo, están aquellas que observaban cómo sus madres hacían los quehaceres domésticos pero, al mismo tiempo, las instaban a seguir una carrera profesional. Al no poder recibir la educación y el empleo que deseaban, estas madres se propusieron que sus hijas lo hagan por ellas.

El resultado es que, inconscientemente, la hija no siente que ella sea la que triunfa cuando acumula éxitos.

El problema no se debe solo a factores individuales, sino que también deriva del cambio de una identidad colectiva a una identidad individualista que se dio en la sociedad desde 1950. Hoy en día la identidad se logra a través del desempeño educativo y profesional en vez de ser conferida por la clase, la posición familiar o por el género.

Esto sin lugar a dudas se vio aumentado por el consumismo. Tener un auto, un pantalón nuevo o una casa hablan por si mismo de quién soy. Pero como dijo Erich Fromm: “por más deslumbrantes que sean nuestra posesiones, a la hora de los sentimientos reales, tener no es sustituto de ser.”

Pachelbel's Canon. un poquito de paz para nuestra mente

Neurosis obsesiva-compulsiva


Neurosis obsesiva-compulsiva
http://www.todamujer.com/articulos/13452.html?PA=3

Psic. Ana María Pérez Hernández

Sociedad Psicoanalítica de México

Es muy frecuente escuchar a las personas decir entre sus pláticas cotidianas ”está neurótica no le hagan caso” o “ya sabes que es un neurótico”; como si al hacer esta referencia fuera algo normal o no tuviera ninguna importancia.


Lo cierto es que la neurosis es una enfermedad emocional, que quien la padece, y si es de tipo obsesiva no la pasa tan bien como tan simple puede parecer, ya que es una patología en la que se vive en constante tensión y ansiedad.

Freud en su escrito Obsesiones y Fobias señala que en toda obsesión hay dos cosas:
1) una idea que se impone al enfermo;
2) un estado emotivo asociado.

Mientras que en las fobias, ese estado emotivo es siempre la angustia; en las obsesiones puede ser, con la misma intensidad que la ansiedad, otro estado emotivo, como la duda, el remordimiento, la cólera.

Es bastante evidente que en las obsesiones el estado emotivo constituye el elemento principal porque es el que permanece sin alteración, mientras que la idea asociada es la que varía. Esto puede comprobarse siempre dentro de los antecedentes del enfermo, y en el origen de la obsesión, la idea original sustituida; es este enlace falso, entre el estado emotivo y la idea asociada, la que explica el carácter absurdo propio de las obsesiones.

Después de Freud, otros autores refieren que la neurosis obsesiva compulsiva se caracteriza por la presencia de ideas, sentimientos e impulsos no deseados por el sujeto, quien a pesar de sus esfuerzos, se imponen de manera intrusiva en su mente, acompañándose de desagrado y ansiedad.

La sintomatología clínica esta definida por la presencia de obsesiones y compulsiones.
Las obsesiones son descritas como la presencia de pensamiento, idea, recuerdo, etc. no deseado por el individuo y que se introduce imperativamente en la conciencia de éste. Los pensamientos obsesivos pueden consistir en dudas temores, cavilaciones, prohibiciones etc.

Por otro lado, las compulsiones son impulsos intrusivos repetitivos e indeseables que mueven al sujeto a realizar un acto cuya finalidad es la de conjurar la ansiedad producida por las obsesiones: ideativas (duda obsesiva), fóbicas (generan mucha ansiedad porque lo temido no es una situación real, sino el pensamiento de esta situación), e impulsivas (consisten en el temor a realizar un acto agresivo ya sea contra sí mismo o contra los demás; también expresan las pulsiones sádicas infantiles contra las que se ha empleado el mecanismo de aislamiento afectivo).


Se manifiestan como exageraciones, o caricaturas de un comportamiento habitual, tales como: lavados repetitivos de manos, ropa, etc. Por el temor constante a infectarse o ensuciarse. Al mismo tiempo, el individuo experimenta un sentimiento de incompletud y esto hace que repita una y otra vez la misma conducta. En casos graves cuando ya el enfermo no se puede dedicar a otra cosa se le llama psicosis obsesiva.

Personalidad obsesiva:
El individuo obsesivo se encuentra envuelto en un conflicto entre obediencia y desafío; como si constantemente se estuviera preguntando, si debe ser bueno, o puede ser malo, llevando esto a alternar sus emociones entre miedo e ira: miedo de ser atacado por su mala conducta y sea castigado por ella, e ira por el hecho de abandonar sus deseos y someterse a la autoridad.

Este conflicto tiene su origen en la experiencia de la niñez (etapa anal del desarrollo), y por lo mismo es expresada en términos infantiles; como la obediencia y el desafío.

Este tipo de paciente es el más fácil de reconocer y la obsesión es el más estereotipado de los síndromes clínicos principales.

En este padecimiento se hace uso de los siguientes mecanismos de defensa.

a) Aislamiento afectivo, que consiste en separar la representación, ya sea en forma de impulso o de idea de su afecto, debido a que aquella puede permanecer en la consciencia, puesto que se halla privada de toda conexión asociativa. Cuando este mecanismo tiene éxito el enfermo experimenta el impulso como algo que le es ajeno, extraño.

b) Intelectualización: está al servicio de aplacar el sentimiento de culpa consciente mediante explicaciones inconscientes de todo lo que le ocurre al individuo.

c) Anulación: es un proceso activo que consiste en deshacer psíquicamente lo que acaba de realizarse, tratando de conseguir que las representaciones conflictivas en los pensamientos, los actos y el comportamiento sean considerados como inexistentes.

d) Formación reactiva: implica el desarrollo de pautas de comportamiento, deseos y sentimientos que son exactamente opuestos a los impulsos reprimidos. Continuamente en la lucha contra sus impulsos sádicos, el obsesivo desarrolla actitudes conscientes totalmente contrarias a ellos.

La ambivalencia es propia de la segunda fase del desarrollo infantil, se refiere a la existencia de amor y odio al mismo tiempo; los neuróticos obsesivos experimentan en ocasiones conscientemente estos sentimientos hacia la misma persona. También se hace uso del desplazamiento hacia lo insignificante y rituales compulsivos. La preocupación por la puntualidad, la escrupulosidad, la pulcritud, el orden y el cumplimiento estricto, de las obligaciones se derivan del temor de la autoridad.


El individuo con esta patología presenta sentimiento de culpa inconsciente y fracaso ante el éxito, por no haber cumplido a su juicio consciente con lo que para él habían forjado sus figuras paternas; este sentimiento lo deja convencido de haberlas frustrado, de ahí que, una de las sensaciones predominantes en el sujeto obsesivo sea la certeza consciente de estar cometiendo fraude ante las demás personas, que al parecer del sujeto, lo valoran en más de lo que realmente vale. Por lo mismo, se considera permanentemente obligado a estar ”limpio”, a ser “perfecto”, a ser capaz de resolver tanto los problemas propios como los ajenos, a ser paladín de lo que debe ser justo.

En realidad, como le es imposible alcanzar semejante cumbre de perfección, se siente “sucio”, “imperfecto”, duda de su capacidad de mantenerse justiciero y considera que no se avocó con suficiente ahínco a la tarea de resolver absolutamente todos los problemas ajenos o propios. Ante tanta carga de responsabilidades no es de extrañar que el obsesivo compulsivo quien no se puede permitir el lujo de olvidar ningún dato, es decir, de reprimir una idea, busque inconscientemente alivio a su patología, reprimiendo el afecto o más bien reprimiendo la capacidad de sentir el afecto, ya que es frase repetitiva que los obsesivos digan “sé que estoy intensamente enojado o enamorado o desilusionado, etc. pero…no lo siento”.

En este tipo de neuróticos existe el sentimiento de grandeza, que tiene como función capacitar ilusoriamente al sujeto para realizar la gran tarea que se siente obligado a cumplir. Por eso, la parte psíquica que representa la conciencia moral del obsesivo es sentida como perseguidora, ya que siempre demanda del individuo más de lo que él puede dar, sin importar cuanto haya dado ya.

Los obsesivos consideran que el mundo no puede girar sin ellos.
Suelen vivir su sexualidad como sucia, equiparando a nivel inconsciente las secreciones corporales con las heces y contabilizando el número de parejas y coitos. Se desorganizan cuando el mundo los obliga a realizar actos que repudia su conciencia moral, y cuando tienen que enfrentar un nuevo rol en su vida.

Es importante comentar que estos individuos al dejar de hacer uso de las defensas obsesivas, pueden llegar a desorganizarse emocionalmente, pero por otro lado les dan cierta estructura psíquica, siéndoles de gran utilidad, tanto en el área intelectual como en la laboral.

En el aspecto social, estos enfermos manifiestan una gran dificultad para mantener buenas relaciones interpersonales, ya que por la perfección que pretenden lograr de quienes les rodean, llegan a provocar mucho enojo, siendo difíciles de tolerar.

www.spm.org.mx
Teléfonos: ( 52-55) 5286 1744 y 5286 5509
Clínica de asistencia a pacientes:
Teléfonos: ( 52-55) 5553 3599, 5286 6550 y 5286 0329
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http://www.parasaber.com/salud/psicologia/trastornos-psicologicos/ansiedad/articulo/psicologia-practica-ansiedad-trastorno-obsesivo-compulsivo/516/

"Fina, de 34 años, sale de su casa al trabajo. Previamente, como hace todos los días, deja todo totalmente cerrado: ventanas, puertas? Revisa el orden de los muebles y la comida de los gatos. Es su ritual. Sale y, cuando llega al coche, no se acuerda si ha cerrado la puerta o no. Sube al coche y piensa que es una tontería: siempre cierra la puerta. En un momento empiezan las sensaciones molestas: palpitaciones, sofocos? Los pensamientos de si ha cerrado o no son cada vez más recurrentes. Al final tiene que salir del coche y verificar si ha cerrado o no la puerta."

¿Qué es el TOC?

Antiguamente el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) se relacionaba con problemas de control de impulsos, pero en la actualidad se cree que la ansiedad es la causa principal de su aparición. Los estudios indican que el 90% de las personas padece ideas de tipo intrusivo, o, lo que es lo mismo, pensamientos que aparecen en nuestra mente sin que lo deseemos. Pero ¿por qué algunos podemos superarlos y otros no nos dejan vivir? La respuesta tiene relación con la interpretación que hacemos cada una de esas ideas.

Factores de riesgo

Algunos estudios señalan que el padecer trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) o no depende de dos variables: la vulnerabilidad biológica o la predisposición genética; y la vulnerabilidad psicológica. Padecer ciertos trastornos como depresión o ansiedad puede facilitar la aparición del TOC.El trastorno obsesivo-compulsivo, como cualquier otro problema emocional, es extremadamente tortuoso. Para las personas que lo sufren, se trata de un mal misterioso, y son incapaces de encontrar su origen.

Síntomas y tratamiento

Al contrario de lo que se pueda pensar, el TOC tiene cierta "racionalidad" y podríamos decir hasta un protocolo de actuación:

- En primer lugar aparece una situación estresante. Este es el botón que va a despertar los síntomas. En el ejemplo tratado, Fina tiene la necesidad de comprobar si ha cerrado o no la puerta; es algo vital para ella.

- En segundo lugar, ese botón o situación estresante provoca la aparición de la obsesión. Es un pensamiento que la persona no elige, es automático e involuntario. Muchas veces en consulta el paciente indica que esos pensamientos vienen del inconsciente, no de su yo real. En el caso de Fina, esa obsesión es el pensamiento recurrente de si ha cerrado o no la puerta.

- Esta obsesión, pensamiento automático y recurrente, nos provoca un malestar. La reacción emocional que libera el TOC es la ansiedad. Experimentamos síntomas como palpitaciones, taquicardias.

- A continuación encontraríamos la compulsión, reacción que neutraliza nuestro malestar y cuyo fin es ponerse a salvo del temor inducido por la obsesión.

- Por último, estaría el alivio, lo que llamamos "la trampa de la ansiedad" que es una solución a corto plazo, pero es en realidad una conducta dañina para el individuo a largo plazo.

Los síntomas y su recurrencia nos indicarán el nivel de afección que sufre el individuo. Puede tratarse de algo que el individuo domina y controla en su día a día, o por el contrario puede ser que la persona necesite atención psicológica