ESCALA OBSESIVO COMPULSIVO DE YALE-BROWN (Y-BOCS)


http://www.cop.es/colegiados/A-00512/obsecop.html
Esta es la versión html del archivo http://santaclaravillasol.com/Forma%20Yale-Brown.pdf.

NOMBRE DEL PACIENTE
NOMBRE DEL MEDICO
_________________________________________
____________________________________________
FECHA _______________________ DOMICILIO_______________________________________________________
ESCALA OBSESIVO COMPULSIVO DE YALE-BROWN (Y-BOCS)*
Las preguntas 1 a 5 se refieren a sus pensamientos obsesivos.
Las obsesiones son ideas, imágenes o impulsos indeseables que invaden sus pensamientos en contra de sus deseos y
esfuerzos por resistirse a ellos. Habitualmente implican temas relativos a daños, riesgo y peligro. Algunas obsesiones
frecuentemente son los temores excesivos a la contaminación; dudas recurrentes acerca del peligro; preocupación
excesiva por el orden, la simetría o la exactitud; temor de perder cosas importantes.
Por favor conteste cada pregunta anotando el número apropiado en el cuadro.
1. TIEMPO OCUPADO POR PENSAMIENTOS
OBSESIVOS
P. ¿Qué proporción de su tiempo se ve ocupado por
pensamientos obsesivos?
0 = Nada.
1 = Menos de 1h/día o presentación
ocasional.
2 = 1 a 3 h/día o frecuentes.
3 = Mas de 3 y hasta 8 h/día o
presentación sumamente frecuente.
4 = Mas de 8 h/día o presentación casi
constante.
2. INTERFERENCIA DEBIDO A
PENSAMIENTOS OBSESIVOS
P. ¿Hasta que grado interfieren sus pensamientos
obsesivos con su funcionamiento laboral, escolar,
social, o algún otro aspecto importante? ¿Hay algo
que usted no haga a causa de ellos?
0 = Nada.
1 = Ligera interferencia con actividades
sociales o de otro tipo, pero el
desempeño global no se ve alterado.
2 = Interferencia definitiva con el
desempeño social u ocupacional,
pero sigue siendo manejable.
3 = Provoca deterioro sustancial en el
desempeño social u ocupacional.
4 = Incapacitante.
3. MALESTAR ASOCIADOS CON
PENSAMIENTOS OBSESIVOS
P. ¿Qué tanto malestar le ocasionan sus
pensamientos obsesivos?
0 = Nada.
1 = No son demasiado inquietantes.
2 = Son Inquietantes, pero siguen siendo
manejables.
3 = Sumamente inquietantes.
4 = Inquietud casi constante e
incapacitante.
4. RESISTENCIA CONTRA LAS OBSESIONES
P. ¿Qué tanto esfuerzo hace para resistirse a los
pensamientos obsesivos? ¿Qué tan frecuente trata de
ignorarlos o de no prestarles atención cuando surgen
en su mente?
0 = Trato de resistirme todo el tiempo.
1 = Trato de resistirme la mayor parte
del tiempo.
2 = Hago cierto esfuerzo por resistirme.
3 = Me rindo ante todas las obsesiones sin
tratar de controlarlas, aunque con cierta
renuncia.
4 = Me rindo completa y gustosamente a
todas las obsesiones.
5. GRADO DE CONTROL SOBRE LOS
PENSAMIENTOS OBSECIVOS
P. ¿Qué tanto control tiene sobre sus pensamientos
obsesivos? ¿Qué tanto éxito tiene para detener o
distraer sus pensamientos obsesivos? ¿Puede
desecharlos?
0 = Control Absoluto.
1 = Usualmente logro detener o distraer las
obsesiones con algo de esfuerzo y
concentración.
2 = En ocasiones logro detener o distraer las
obsesiones.
3 = Raras veces tengo éxito para detener o
distraer las obsesiones, únicamente logro
distraer mi atención con dificultad.
4 = Las obsesiones son completamente
involuntarias, raras veces logro alterar,
aunque sea momentáneamente, los
pensamientos obsesivos.
* Esta adaptación de la Y-BOCS esta abreviada de la versión original
de Wayne Goodman. La versión original fue publicada por: Goodman
WK, Price LH, Rasmussen SA, etal. The Yale-Brown Obsessive
compulsive Scale I: Development, use and reliability. Arch Gen
Psychiatry. 1989; 46: 1006-1011.
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Las siguientes preguntas se refieren a sus
comportamientos compulsivos.
Las compulsiones son impulsos que la gente tiene por
hacer algo para aminorar sentimientos de ansiedad u
otras inquietudes. Con frecuencia llevan al cabo
comportamientos repetitivos, intencionales, con un
fin determinado, denominados rituales.
El
comportamiento por si mismo puede parecer
apropiado pero se convierte en ritual cuando se lleva
al cabo hasta el exceso. Lavar, revisar, repetir,
enderezar, atesorar y muchos otros comportamientos
pueden constituir rituales. Algunos rituales son
mentales. Por ejemplo, el pensar o decir cosas una y
otra vez en voz baja.
6. TIEMPO DEDICADO ALLEVAR AL CABO
COMPORTAMIENTOS COMPULSIVOS
P. ¿Cuánto tiempo dedica a llevar al cabo
comportamientos compulsivos? ¿Qué tanto tiempo
más que a otras personas le lleva concluir actividades
rutinarias debido a sus rituales? ¿Con que frecuencia
lleva al cabo rituales?
0 = Nada.
1 = Menos de 1 h/día, o desempeño
ocasional de comportamientos
obsesivos.
2 = De 1 a 3 h/día, o desempeño frecuente
de comportamientos compulsivos.
3 = Mas de 3 y hasta 8 h/día, o desempeño
muy frecuente de comportamientos
compulsivos.
4 = Mas de 8 h/día, o desempeño casi
constante de comportamientos
compulsivos (demasiado numerosos para
contarlos).
7. INTERFERENCIA DEBIDO A
COMPORTAMIENTOS COMPULSIVOS
P. ¿Hasta que grado interfieren sus comportamientos
compulsivos con su funcionamiento laboral, escolar,
social, o algún otro aspecto importante? ¿Hay algo
que usted no haga a causa de ellos?
0 = Nada.
1 = Ligera interferencia con actividades
sociales o de otro tipo, pero el
desempeño global no se ve alterado.
2 = Interferencia definitiva con el
desempeño global no se ve alterado.
3 = Provoca deterioro sustancial en el
desempeño social u ocupacional.
4 = Incapacitante.
8. MALESTAR ASOCIALDO CON EL
COMPORTAMIENTO COMPULSIVO
P. ¿Cómo se sentiría si se viera impedido para llevar
a cabo su(s) compulsión(es)? ¿Qué tan ansioso se
sentiría?
0 = Nada.
1 = Tan solo ligeramente ansioso si me
impiden mis compulsiones.
2 = La ansiedad se agudizaría, pero seguiría
siendo manejable si me impidieran mis
compulsiones.
3 = Aumento notorio y sumamente
inquietante de la ansiedad si mis
compulsiones son interrumpidas.
4 = Ansiedad incapacitante a causa de
cualquier intervención tendiente a
modificar la actividad.
9. RESISTENCIA CONTRA LAS
COMPULSIONES
P. ¿Qué tanto esfuerzo hace por resistirse a las
compulsiones?
0 = Trato de resistirme todo el tiempo.
1 = Trato de resistirme la mayor parte del
tiempo.
2 = Hago cierto esfuerzo por resistirme.
3 = Me rindo ante todas las compulsiones
sin tratar de controlarlas, aunque con
cierta renuncia.
4 = Me rindo completa y gustosamente a
todas las compulsiones.
10. GRADO DE CONTROL SOBRE EL
COMPORTAMIENTO COMPULSIVO
P. ¿Qué tan fuerte es el impulso por llevar a cabo el
comportamiento compulsivo? ¿Qué tanto control
tiene usted sobre las compulsiones?
0 = Control absoluto.
1 = Presión para llevar al cabo el
comportamiento, pero suelo ser capaz de
ejercer un control voluntario sobre este.
2 = Presión intensa por llevar al cabo el
comportamiento, lo puedo controlar con
dificultad.
3 = Impulso muy intenso por llevar al cabo
el comportamiento, debo efectuarlo
hasta su conclusión, solo lo puedo
retardar con dificultad.
4 = El impulso por llevar al cabo el
comportamiento se experimenta como
algo completamente involuntario e
irresistible, raras veces soy capaz de
retardar, aunque sea momentáneamente,
la actividad.
Calificación total
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¿Qué es el Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)?


Trastorno Obsesivo-Compulsivo
fuente:http://www.eutox.com
¿Qué es el Trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)?



Una obsesión es un pensamiento, sentimiento, sensación o idea fijos y recurrentes, mientras que una compulsión es un patrón de comportamiento recurrente y consciente que una persona se siente impulsado a realizar.

Este comportamiento puede ser una acción física o un acto mental, siendo el propósito del acto compulsivo intentar disminuir la ansiedad asociada con la obsesión, aunque no siempre se consigue.

El TOC, con frecuencia se describe como “la enfermedad de la duda”. Los que lo sufren tienen “dudas patológicas” porque ni pueden distinguir entre lo que es posible, lo que es probable y lo que no es probable que suceda.



¿Cómo afecta este trastorno según la edad, sexo y raza?



- La prevalencia en la población general es del 2 – 3%, alcanzando el 10% en la población psiquiátrica.
- El TOC es el cuarto diagnóstico psiquiátrico en cuanto a frecuencia, por detrás de : fobias, trastornos relacionados con sustancias y TDM.
- La probabilidad de sufrir es trastorno es igual en hombres que en mujeres adultos, pero en la adolescencia, afecta ligeramente más a los hombres.
- La edad de comienzo es alrededor de los 20 años; un par de años antes en los hombres y posterior en las mujeres.
- Afecta con más frecuencia a personas solteras que casadas.
- Menos frecuente en la raza negra que en la blanca, aunque puede estar influenciado por la accesibilidad a los servicios sanitarios.



¿Cuáles son las patologías psiquiátricas que se asocian con mayor frecuencia a un TOC?



- TDM. 67%
- Fobia social. 25%
- Otros: - T. Inducidos por el alcohol
- Fobias específicas
- T. de angustia
- T. de la conducta alimentaria

Algunos trabajos relacionan las personalidades obsesivas con el TOC ( 50 – 80%), pero otros más recientes se cuestionan esta relación, incluso la descartan.



¿Cómo influyen los factores biológicos en la aparición del TOC?



La causa real de los TOC se desconoce, sin embargo, existen diferentes teorías multifactoriales.

- 4 aspectos fisiopatológicos:

- Alteración en el procesamiento de la información.
- Alteración en los mecanismos de excitación-inhibición centrales.
- Patología frontal y de conexión con ganglios basales.
- Alteraciones bioquímicas.



Neurotrasmisores: Alteración en el sistema serotoninérgico, noradrenérgico y dopaminérgico.

Estudios por imágenes del cerebro: Han aportado datos que sugieren alteración funcional de los circuitos neurológicos entre la corteza frontoorbitaria, el caudado y el tálamo.

Genética: Se confirma un componente genético. Aparece este trastorno en el 35% de la población con este diagnóstico en familiares de primer grado.



Hipótesis de los factores conductuales en la aparición de los TOC.



Según los teóricos del aprendizaje, las OBSESIONES son estímulos condicionados y las COMPULSIONES estrategias activas de evitación.


- Modelo de DOLLARD y MILLER. Los efectos ansiolíticos de un determinado acto se aprenden en la infancia a través de la educación social.
- RACHMAN y EYSENCK como resultado del condicionamiento clásico + respuesta de evitación.
- Teoría de los sistemas de control

Factores cognitivos:

- Intolerancia a la ambigüedad e incertidumbre
- Dificultad en la toma de decisiones
- Pensamiento catastrofista
- Hipersensibilidad a circunstancias aversivas



¿Qué factores psicosociales afectan en la aparición de los TOC?



- Factores educativos. rigidez e inflexibilidad en ciertos valores.
- Factores de personalidad
- F. psicodinámicos. aparición de aislamiento y anulación como mecanismos de defensa.



¿Cuáles son los síntomas del TOC?



Pensamientos obsesivos:

- Carácter insólito, intrusivo y parásito
- Reconocido como propio y con conciencia de enfermedad
- Reiterativo y persistente
- Con contenido negativo
- Resistencia al fenómeno, que genera ansiedad
- Interfiere en la vida

Según la forma:

- Impulsos obsesivos
- Imágenes o representaciones obsesivas
- Temores obsesivos
- Ideas obsesivas
- Dudas obsesiva

Según temas:

- Contaminación
- Duda
- Somático
- Necesidad de simetría
- Agresivos
- Sexuales
- Religiosos

Las compulsiones suelen ser secundarios a los pensamientos obsesivos. Sólo el 20 - 30% tiene obsesiones sin compulsiones.

Existen cuatro síndromes básicos:

- Contaminación (50%). contaminación – lavado.
- Dudas (25%). dudas – comprobación.
- Pensamientos intrusivos (15%). sin compulsión ni consecuencias internas aparentes.
- Simetría (10%). puede llevar a una lentitud obsesiva primaria.



¿Cuáles son las expectativas (pronóstico) y el curso de un TOC?



Inicio. Edad media de inicio 20. Los primeros síntomas aparecen antes de los 25 años en el 66% de los casos y después de los 35 en el 15% de los pacientes. Se calcula que en el 50 – 70% de los casos puede existir factor estresante desencadenante.

Curso. Es una enfermedad crónica, y aunque en algunos pacientes puede ser fluctuante, es rara la existencia de periodos completamente libres de síntomas.

Pronóstico. Mejoría notable en el 20 – 30%
Mejoría moderada 40 50%
Empeoramiento 20 40%
El 33% de los pacientes también presentan TDM, con el riesgo de suicidio que ello conlleva.
El contenido de las obsesiones no parece estar relacionado con el pronóstico.

SER OPTIMISTA EN LA VIDA ES MAGNÍFICO PARA LA SALUD


SER OPTIMISTA EN LA VIDA ES MAGNÍFICO PARA LA SALUD
fuente:discoverydsalud

Los trabajos de investigación más recientes no dejan lugar a dudas: las personas optimistas, aquellas que afrontan con alegría la vida, sufren muchas menos enfermedades. Y no sólo eso: disfrutan también más. El problema es que nuestra visión de la vida está marcada por nuestras emociones y éstas dependen en buena medida de cómo nos hayan marcado en el pasado, especialmente durante el embarazo y la infancia.

Seamos o no conscientes de ello, nuestro comportamiento está condicionado por nuestras emociones. Es más, las emociones constituyen la base de nuestras acciones.
Pero, ¿qué son realmente las emociones? Pues podríamos definirlas como "estados excitadores del organismo". Y, en este sentido, es obvio que son muchos y muy diversos los acontecimientos que nos puede despertar una emoción que nos mueva hacia una conducta determinada. Ahora bien, hay dos tipos claramente diferenciadas de conductas o comportamientos a las que siempre se asocian emociones: las innatas -las que se hallan en nuestros genes, aquellas que son propias de la especie y de forma automática aparecen al activar el llamado cerebro de reptil (el tallo encefálico, en la parte superior de la médula espinal)- y las aprendidas.
Las innatas son, pues, formas de actuar instintivas, que aparecen desde que el cerebro se conforma estando aún en el útero materno. Son las que se relacionan con reacciones de supervivencia, la sexualidad y con lo que podríamos denominar reacciones incontroladas a las que hemos unido emociones básicas como el miedo, la rabia, la ira, etc. Es decir, las conductas innatas de la especie que todos poseemos y que no están teñidas por matiz racional alguno ya que provocan en nosotros reacciones no elaboradas conscientemente. Por ejemplo, las que nos hacen actuar ante una acción completamente inesperada, en especial si ésta comporta un peligro inmediato (por ejemplo, cuando retiramos la mano al acercarla sin darnos cuenta a una llama).
Las aprendidas, sin embargo, son las que están relacionadas con lo que nos ha ocurrido durante la vida. Hoy sabemos que todos los hechos significativos que nos ocurren los vamos almacenando en la memoria pero siempre "acompañados" de una emoción. Y de ahí que la fuerza de nuestros recuerdos dependa de la intensidad de esa emoción. Por eso nos cuesta tanto recordar las cosas en las que la emoción ha sido prácticamente inexistente. Es lo que se conoce como aprendizaje emocional.
Pues bien, al inicio de nuestra existencia el aprendizaje es exclusivamente emocional, tanto durante la vida intrauterina como durante los primeros años (depende de cada niño, pero generalmente hasta los siete). Es una época en que la capacidad de análisis racional está muy limitada ya que el cerebro aún no es capaz de trabajar de forma constante en ondas beta, propias de los adultos a partir de esa edad. Es por ello una etapa en la que los recuerdos que almacenamos están prácticamente siempre asociados a una emoción no analizada racionalmente. Y eso implica que, de adultos, cualquier emoción similar nos retrotraiga a ese momento. Es decir, es la carga emocional quien moviliza la memoria. En suma, se trata de una memoria analógica.
Luego, con el desarrollo completo de la corteza cerebral al final de la niñez, se va añadiendo paulatinamente al aprendizaje emocional el elemento analítico que nos va dando la consciencia de nuestro pasado.
En esta fase, a los hechos y a la emoción asociada se les une la lógica -las razones, justificaciones, excusas, etc.- con que interpretamos lo ocurrido. Nos abrimos a una nueva dimensión: la consciencia. Es la llamada memoria analítica.
Ahora bien, la memoria emocional primaria, analógica, no queda grabada sólo a nivel mental sino a todos los niveles, incluido el físico. Y de ahí que las emociones sean determinantes de nuestra salud a lo largo de la vida.
Obviamente, con esto no estamos diciendo que las emociones sean el único factor que determina nuestra salud ya que uno puede enfermar por muchas otras causas: gérmenes, herencia, malos hábitos, factores ambientales, etc. Pero sí que probablemente el desencadenante primero de la enfermedad o de la propensión a ella sea un mundo emocional distorsionado.

ESTADOS EMOCIONALES
Podría decirse que básicamente hay dos tipos de estados emocionales: los estados de rechazo -como la ira, la depresión o el estrés, que deprimen el sistema inmunológico, endurecen las arterias y nos hacen más propensos a todo tipo de enfermedades- y los estados de aceptación -como la calma, el optimismo, la alegría o la bondad -que disminuyen la obstrucción arterial y potencian el sistema inmunitario mejorando nuestra salud.
Ciertamente, el hecho de que los estados emocionales y mentales afectan a la salud es algo que ha sido aceptado de manera muy reciente en el mundo científico pero, afortunadamente, los nuevos laboratorios de Psiconeuroinmunología están apareciendo en cada vez mayor número de universidades y hospitales.
Trabajos sobre la ira -como los realizados por los doctores J. Barefoot y R. Williams- confirman, tanto en animales como en personas, que existe una mayor propensión a las enfermedades cardíacas y al cáncer en las personas coléricas, especialmente entre quienes tienen una visión negativa de la vida y desconfían de los demás. Además, al estudiar sus muestras de sangre se comprobó que tienen menos linfocitos y menos células anticancerígenas al tener el sistema inmune igualmente deprimido.
Pero son muchos más aún los estudios realizados sobre la influencia negativa del estrés en la salud, resultando ser uno de los principales factores del endurecimiento arterial y, por tanto, de enfermedades cardiovasculares. También, se ha demostrado que el estrés es el principal depresor emocional del sistema inmune facilitando infecciones, el cáncer, el asma, las úlceras de estómago, etc.
Es interesante destacar que sobre el estrés se han realizado incluso estudios de aprendizaje intrauterino. Así, ratas y monos hembras sometidos durante la gestación a un fuerte estrés dan a luz crías que durante toda su vida son muy poco resistentes a las tensiones, es decir, muy propensas a sufrirlo ante cualquier circunstancia que les altere. Esto hace suponer que comportamientos como la resistencia al estrés pueden no estar determinados por los genes heredados de los padres sino por el efecto de la conducta de la madre durante la gestación y en los primeros momentos de vida extrauterina.
Estos estudios han llegado a confirmar que aquellas ratas que durante un embarazo padecen fuerte estrés tienen crías que presentan sobreactivado el gen que produce la hormona desencadenante manifestando respuestas exageradas ante cualquier estímulo así como unos niveles de corticoides en sangre muy altos. El mismo resultado se obtiene cuando las crías son separadas de la madre repetidamente en los primeros días después de nacer.
Es deducible, por tanto, que el estado emocional de estrés es capaz de provocar no sólo alteraciones vasculares y del sistema inmune sino incluso, en fases tempranas de la vida, alterar el contenido genético.
Cuando se analiza el líquido cefalorraquídeo de las personas deprimidas se observa también un nivel muy alto de la hormona desencadenante de los estados de estrés. Una vez controlada la depresión, los niveles de dicha hormona vuelven a su nivel normal.
Todos estos datos han llevado a un sector de científicos a afirmar que, tanto en los animales como en el hombre, además de la influencia genética el aprendizaje emocional que tiene lugar al comienzo de la vida -incluso en fase intrauterina- puede provocar nuevas formas no sólo mentales sino también genéticas, celulares y fisiológicas que nos hagan resistentes o vulnerables al estrés, a la depresión y a cualquier forma emocional de rechazo en general.

¿QUÉ OCURRE CON LAS EMOCIONES DE ACEPTACIÓN?
Al estudiar los estados emocionales de calma, alegría o bondad observamos que ocurre lo contrario. Se han realizado estudios -sobre todo en personas que practican asiduamente ejercicios de relajación- que demuestran que las personas que afrontan con optimismo todas las circunstancias de la vida tienen muy potenciado el sistema inmune y resisten muy bien el estrés.
Es más, está constatado que la amistad -entendida como el apoyo afectivo que nos proporcionan otras personas- ayuda a superar los problemas a quienes los sufren. Por ejemplo, en un estudio efectuado con mujeres que sufrían cáncer de mama se comprobó que las que tenían apoyo humano presentaban un 30% más de células anticancerosas que las que carecían de esas amistades.
Otras experiencias similares muestran que las relaciones interactivas, donde la gente comparte sus problemas con otras personas -los llamados grupos de apoyo-, hace que el estrés disminuya sensiblemente entre los participantes.
El conocido doctor David Spiegel estudió dos grupos de mujeres con casos avanzados de cáncer de mama. Ambos recibieron el mismo tratamiento médico habitual pero mientras los miembros de uno se reunían en terapia una vez a la semana durante un año, el otro no lo hizo. Pues bien, diez años después el índice de muertes era del doble en el grupo que sólo siguió el tratamiento médico.
También se ha comprobado que reír es muy saludable. Entre los muchos experimentos similares realizados en todo el mundo recogemos el realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Harvard en el que se comprobó cómo en las personas a las que se invitó a ver una serie películas realmente divertidas no sólo bajaban sus niveles de las hormonas del estrés sino que aumentaba significativamente el número de células anticancerosas en sangre. Ser alegres, pues, no sólo es divertido: también mejora la salud.
Otros experimentos con enfermos de cáncer indican que la actitud con que afrontan el futuro cuando se les comunica su enfermedad y la asumen -positiva o negativamente- es determinante: los optimistas tienen muchas más esperanza de supervivencia -e, incluso, de no morir de cáncer- que los pesimistas, candidatos claros a la muerte.
También en Harvard se estudió el efecto de la bondad en la salud. Así, a un grupo de personas se les mostró un documental sobre la vida y obras de la madre Teresa de Calcuta cuidando a personas necesitadas al tiempo que a otro grupo se le hizo ver una película sobre las acciones de los nazis en Alemania. El resultado fue que mientras a los primeros se les activaba su sistema inmunitario a los segundos se les deprimía. Incluso se ha visto que con sólo pensar en la bondad, recordando a las personas que nos han ayudando en nuestra vida o sobre los hechos bondadosos que hemos realizado, también se activa nuestro sistema inmunitario.
Todos estos estudios ponen de manifiesto que las emociones ejercen un profundo efecto sobre la salud. Las negativas o de rechazo deprimen el sistema inmunitario y deterioran el sistema cardiovascular favoreciendo el desarrollo de ciertas enfermedades. Por el contrario, las emociones positivas, de aceptación, se manifiestan claramente beneficiosas para la salud al activar ambos sistemas.
Algo que demuestra, en suma, la imperiosa necesidad de que las terapias médicas convencionales sean desde ahora apoyadas por terapias psicológicas.
Los problemas ahora -para quienes investigan en este terreno- es cómo transmitir estas evidencias a las personas que no tienen ningún sentido espiritual ni transcendente y que asocian la asunción de una actitud positiva ante la vida en los casos de desgracia a las creencias religiosas y que por ello, inconscientemente, lo rechazan. Ello ha llevado a algunos pensadores a pensar que quizá la forma adecuada de transmitir estas ideas sea mediante mensajes como éste: ¡Se sabe que ser colérico y negativo perjudica la salud mientras la bondad, la alegría y la amistad la mejoran! Usted decide.
Daniel Goleman -conocido autor de La inteligencia emocional- va todavía más lejos al apuntar que los resultados de estos experimentos parecieran sugerir la existencia de una especie de código ético genético. O, lo que es lo mismo, que quienes piensan y actúan en la vida de acuerdo con la ética interna no somatizan conflicto emocional o psicológico alguno. Otra cosa es que algún agente externo -un virus, un traumatismo, alguna radiación nociva, etc.- le afecte. Pero incluso en ese caso, al tener altas las defensas del sistema inmunitario, la recuperación será más rápida.
En otras palabras, parece claro que el cuerpo nos habla constantemente -la enfermedad no sería sino un lenguaje, una de las formas que el cuerpo tiene de comunicarse con nosotros-, indicándonos que nuestros pensamientos, nuestras emociones y nuestras acciones -positivas o negativas- repercuten siempre en nuestro organismo. Escuchémosle, pues. Sólo necesitamos adentrarnos en el silencio para, en estado de calma y relajación, entender lo que nos quiere decir con cada dolencia. Para lo cual basta tomarse el tiempo necesario para aprender a estar con uno mismo.
Y, desde luego, el mensaje primordial parece claro: seamos optimistas y actuemos en la vida con ética. Sencillamente, porque es bueno para nuestra salud.


Luis Emilio Oliver

Una píldora podría borrar los malos recuerdos


fuente:http://www.novaciencia.com
Una píldora podría borrar los malos recuerdos

Reloj_biologicoSegún un estudio realizado por investigadores holandeses, una píldora ampliamente disponible para tratar la presión arterial podría algún día ayudar a las personas a borrar los malos recuerdos, pudiéndose utilizar para tratar algunos desórdenes de ansiedad y fobias.

La revista Nature Neuroscience explica que el estudio ha sido realizado en arañas, y se ha demostrado como el propranolol debilitó significativamente los recuerdos temerosos de estos animalitos en un grupo de voluntarios saludables. Parece ser que el miedo desaparecía porqué el recuerdo se debilitaba.

Hasta la fecha, las terapias que se utilizan tratan de enseñar a las personas estrategias para construir nuevas asociaciones y bloquear los malos recuerdos, pero desafortunadamente, los malos recuerdos permanecen y las personas suelen tener recaídas.

Otro experimento que realizaron incluyó a 60 hombres y mujeres que aprendieron a asociar fotos de arañas con una descarga eléctrica leve, creando así un recuerdo temeroso, mientras que en otros participantes no se realizó descarga ante la misma foto.

Al día siguiente las personas que habían recibido la medicación tenían una respuesta de miedo mucho menor, comparado con quienes habían tomado placebo, cuando se les mostraba la foto y se les aplicaba una descarga leve.

Ahora, están estudiando cuanto duran los efectos del fármaco y evaluar un posible tratamiento para las personas.

Un factor genético recién identificado podría explicar cómo y por qué el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es cosa de familia.


fuente:https://www.personalmd.com
Hallazgos genéticos dan luces sobre el TOC
Una proteína que regula el glutamato podría explicar por qué el trastorno de ansiedad es cosa de familia
(HealthDay News/HispaniCare) -- Un factor genético recién identificado podría explicar cómo y por qué el trastorno obsesivo compulsivo (TOC) es cosa de familia, concluyen dos nuevos estudios.

Los familiares cercanos de las personas que tienen TOC son hasta nueve veces más propensos a desarrollar TOC que otras personas.

Los dos estudios, publicados en la edición actual de Archives of General Psychiatry, encontraron una relación entre el TOC y un gen transportador del glutamato conocido como SLC1A1. El gen codifica una proteína llamada EAAC1 que regula el flujo de glutamato hacia y desde las células cerebrales. Las variaciones en el gen SLC1A1 podrían causar cambios en el flujo de glutamato, lo que podría poner a una persona en mayor riesgo de desarrollar TOC, sugirieron los investigadores.

Un estudio fue llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Michigan, la Universidad de Illinois en Chicago y la Universidad de Chicago. En él participaron 71 pacientes de TOC (niños y adultos) y sus padres.

En el otro estudio, llevado a cabo por investigadores de Toronto, participaron 157 pacientes de TOC y 319 de sus parientes de primer grado.

"Tomados en conjunto, estos hallazgos sugieren que el SLC1A1 es un fuerte gen candidato para el TOC y, si esto se confirma, podría llevar a mejoras en la comprensión y tratamiento de este trastorno y una evaluación preventiva de los que tienen un riesgo elevado", afirmó en una declaración preparada el Dr. Gregory Hanna, autor principal de uno de los estudios y profesor asociado de psiquiatría de la Facultad de Medicina de la Universidad de Michigan.

"Es posible que una alteración en la actividad del glutamato en algunas regiones cerebrales pudiera contribuir a las obsesiones y compulsiones características del TOC", señaló Hanna.

Más información

La American Medical Association tiene más información sobre el TOC.

Artículo por HealthDay, traducido por HispaniCare

La vía del glutamato también influye en el TOC


fuente:http://www.diariomedico.com

La vía del glutamato también influye en el TOC
Gracias a una investigación realizada con roedores genéticamente manipulados en el centro médico de la Universidad de Duke, de Carolina del Norte, en Estados Unidos, el equipo de Jeffrey M.
DM Londres 03/09/2007
Welch ha demostrado la relevancia de la vía del glutamato en el trastorno obsesivo compulsivo (TOC). Así se ha publicado en la revista Nature, que recoge los resultados del trabajo con ratones a los que se les había provocado dicha patología al quitarles el gen Sapap3.

"En realidad, el hallazgo fue casual, ya que nos encontrábamos estudiando el comportamiento de la sinapsis glutaminérgica en el estriado cuando observamos la relación con el TOC en los animales", explicaba Jeffrey M. Welch en referencia al cambio comportamental detectado en los roedores tras la mencionada deleción genética.

En concreto, a los cuatro meses de la manipulación comenzaron a rascarse compulsivamente y producirse así heridas y cicatrices en la cara. También desarrollaron conductas ansiosas y movimientos repetitivos aparentemente casi de un modo inconsciente, ya que no eran capaces de aprender que era nocivo para ellos.

Nuevas dianas en el TOC
En una segunda fase del ensayo, el equipo revirtió el proceso mediante la administración de antidepresivos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina como la fluoxetina, tratamiento convencional del TOC.

La desaparición de los síntomas confirmó que previamente los ratones sí habían sufrido una patología al menos de características etiopatogénicas similares al TOC.

De este modo, el trastorno que hasta la fecha parecía ser responsabilidad exclusiva de la vía serotoninérgica se muestra también dependiente de otros neurotransmisores. Por último, la relación directa con el gen Sapap3 hace posible el desarrollo futuro de dianas terapéuticas que sustituyan a los ISRS, que no alcanzan todavía suficiente eficacia.

Los gritos también dejan cicatrices


Los gritos también dejan cicatrices
fuente:http://www.elmundo.es/elmundosalud/

* Los adolescentes que viven con violencia verbal tienen más riesgo de enfermedad mental
* Los expertos defienden programas de intervención en menores de familias conflictivas


MADRID.- No hace falta pegar a un menor para que las 'señales' perduren toda la vida. Basta con gritarle. Por este motivo y tras los resultados de un nuevo estudio un grupo de investigadores acaba de recomendar la puesta en marcha de programas de intervención precoces para los chicos y chicas que conviven en casas dominadas por la violencia verbal.

El consejo se ha realizado ni más ni menos que en la revista de la Academia Americana de Psiquiatría del Niño y del Adolescente ('The Journal of American Academy of Child and Adolescent Psychiatry') por boca de científicos de la Escuela Simmons de Trabajo Social (en Boston, EEUU) dirigidos por Helen Reinherz.

Esta científica ha reconocido al mundo.es: "De verdad esperábamos que la exposición a la violencia física dejara cicatrices perdurables, pero no creíamos que nos íbamos a encontrar con que la exposición a gritos e insultos entre miembros de una familia tuviera efectos en la vida adulta. Estas consecuencias negativas incluyen problemas de salud mental, concretamente depresión y abuso de alcohol y sustancias. Además, los sometidos a este tipo de agresiones están más descontentos con sus vidas y sufren, incluso, más desempleo".

"El ambiente familiar caracterizado por los conflictos verbales (insultos, amenazas tanto de padres a hijos como entre los propios progenitores) a menudo tiene una influencia perjudicial en el desarrollo psicosocial, la salud mental, y el bienestar de los jóvenes que viven en esos ambientes, pero hasta ahora existía poca evidencia científica de las secuelas a largo plazo", postulan los científicos en su trabajo.

Reinherz y su equipo iniciaron en 1997 la investigación 'Simmons Longitudinal Study' en la que se recopilaron los datos de 1.977 personas de esa comunidad a través de varios informantes (padres, profesores...) en edades muy concretas; a los cinco, seis, nueve, 15 18, 21, 26 y a los 30 años. De todos estos participantes, escogieron a 346 para realizar un nuevo trabajo. Los autores indagaron sobre la existencia de violencia verbal en sus hogares cuando tenían 15 años y sobre la violencia física, también en casa, a los 18 años.

Analizaron si ambos tipos de agresiones tienen repercusiones en la funcionalidad de los adolescentes cuando alcanzan la edad adulta (30 años). Entendiendo por ella, la existencia de salud mental (existencia o no de enfermedades psiquiátricas o problemas de comportamiento), el estado psicológico (autoestima, satisfacción personal en el trabajo u otras actividades), puesto laboral, salud física, e historia familiar (divorcio, separación...).

Como primer dato destaca el número de chicos y chicas que reconoció la prevalencia de conflictos verbales (un 55%) en sus casas a los 15 años, frente a los que vivieron violencia física (un 12%) a los 18.

"El parámetro que más relación tuvo entre los conflictos familiares y las consecuencias a largo plazo fue el relacionado con la salud mental. En los chicos en los que se documentó la vivencia bajo insultos el riesgo de padecer un trastorno psiquiátrico en la treintena era tres veces mayor que el de sus congéneres de familias estables. Entre ellas se incluyen la depresión, la dependencia de las drogas, así como más posibilidades de padecer comportamientos antisociales", reza el trabajo.

Lógicamente, "si la agresión fue física el riesgo posterior de problemas a nivel psicológico, de insatisfacción personal y laboral fue mucho mayor. Los resultados del trabajo constatan que las influencias negativas de los conflictos verbales y físicos se extienden más allá de la juventud tanto en el sexo masculino como el femenino", concluyen los autores.

La familia "es la fuente principal de problemas posteriores. Nos ha llamado la atención que el grupo de chicos que vivió con gritos e insultos a los 15 tenía más probabilidades de padecer depresión en la edad adulta, mientras que los que sufrieron violencia física poseía una mayor incidencia de enfermedades físicas", destaca Helen Reinherz.

"Nuestra investigación tiene importantes implicaciones tanto para la práctica clínica como para las investigaciones futuras. Es necesario crear programas preventivos precoces para estos chicos y chicas, así como fomentar la buena comunicación entre padres e hijos. También se debería hacer un esfuerzo por identificar los factores protectores que pueden emplear los jóvenes expuestos a la violencia verbal y física con el fin de tener una buena funcionalidad cuando se conviertan en adultos", recalca la directora del ensayo.