Manías que destrozan la vida,Así son los días de los enfermos de trastornos compulsivos, víctimas de sus propias obsesiones


Cuando va a salir de casa, ella revisa la llave del gas una vez; y otra vez; y otra vez; hasta 20 veces, sin poder atravesar la puerta e irse, sin dejar de volver sobre sus pasos a revisar -una vez más- la maldita llave del gas. "Sé que el tiempo se me echa encima, que llego tarde, a veces a citas importantes, pero no puedo dejar de revisar la llave del gas, y las ventanas, y las puertas, es algo superior a mí, que me hace perder mucho tiempo, que me consume", comenta esta mujer de 28 años que prefiere "por vergüenza" que su nombre no aparezca.


Esta mujer padece un trastorno obsesivo compulsivo (TOC), una patología psiquiátrica de apariencia pueril capaz de arruinar vidas enteras. Los enfermos de este mal se ven asaltados por determinados pensamientos -por lo general negativos, de catástrofes que se avecinan- de los que no pueden escapar y se ven obligados a llevar a cabo determinadas acciones para conjurarlos. No hay todavía una respuesta a la causa. Algunas teorías lo achacan a una predisposición genética, pero otras la niegan. Pero todos coinciden en que entre el 1% y el 3% de la población sufre este trastorno.

El jugador de fútbol del Real Madrid David Beckham, confesó la semana pasada en una televisión británica que sufre esta enfermedad y alguno de sus síntomas. Necesita ordenar los botes de bebida en la nevera por pares, necesita ordenar las prendas del armario por gamas de color...

"Haría falta un análisis más personal y exhaustivo, así, por lo publicado, no se puede asegurar si Beckham padece un TOC, pero los síntomas sí que son de esa enfermedad", explica el psicólogo clínico Pedro Rodríguez. A lo largo de su carrera, Rodríguez ha atendido numerosos casos de enfermos de TOC. Algunos no se le olvidan: "Atendí a un paciente que, para no tocar con la mano el picaporte y contaminarse, abría las puertas con el codo, protegido por la manga del jersey; si el picaporte era de los que se abrían para abajo, lo abría y pasaba. Pero si era de los redondos, como con el codo no podía accionarlo, pues esperaba a que alguien pasara y le abriera la puerta". Rodríguez añade: "Este mismo joven empezaba a pensar que a alguien de su familia le iba a ocurrir algo muy malo si no tocaba madera. Así, empezaba a tocar compulsivamente el tablero de la mesa. Eso, simplemente, le impedía concentrarse, estudiar, sacar los estudios. Tenía trabajo, pero, claro, el trastorno que padecía le impedía desempeñarlo de manera adecuada: la enfermedad interfería en su vida de manera notable".

"Difícil frontera"
A veces, es difícil separar la simple manía del comportamiento patológico. "Esto es una gradación: es difícil establecer una frontera. Pero si esa dolencia, o comportamiento, es capaz de afectarte la vida, para peor, de estropeártela, entonces estamos ante una patología ante la que hay que actuar. Naturalmente, hay casos más graves y menos graves, pero siempre tienen que ver con trastornos de ansiedad", añade. Para este psicólogo, el personaje de Malvin, el escritor neoyorquino interpretado por Jack Nicholson en Mejor imposible, es "un retrato casi perfecto de un caso grave de trastorno obsesivo compulsivo". Hay otros ejemplos del cine: la interpretación que hace Leonardo di Caprio de Howard Hughes en El aviador.

María Teresa Miró, psicoanalista y presidenta de la Sociedad Española de Psicoanálisis, considera que "el paciente obsesivo trata de defenderse de ansiedades intensas a través de mecanismos de defensa que intentan apartar dichas emociones". Y a su juicio, el tratamiento que mejor responde, "aunque hay que estudiar siempre caso por caso", es la mezcla de terapia con fármacos. A juicio de otro médico y psicoanalista, Demian Ruvinsky, el TOC, que acarrea "una ansiedad muy grande", se origina "por la manera de defenderse de un deseo censurado". "En el caso de los obsesivos por un orden rígido, éste responde a que sienten algo amenazante en el exterior", añade.

Hay niños que sólo pueden comer galletas impares, o que antes de acostarse golpean la nevera tres veces; o adultos que van en autobús porque no pueden soportar la angustia -y la vergüenza ante uno mismo- que les provoca el revisar una y otra vez las puertas del coche para ver si las han cerrado bien. O quien, como Carlos (nombre ficticio), que emplea en lavarse, cada día "cerca de tres horas". Y concluye, con amargura: "Yo tengo 39 años, y la enfermedad se me acentuó a los 30. Si lo hubiera hecho a los 15, estoy seguro de que no habría podido terminar una carrera. Estaría, como otros muchos obsesivos compulsivos que conozco, en el paro".

Evolución a Largo Plazo y Resultados en Pacientes Obsesivo-Compulsivos


PSIQUIATRIA



TITULO : Evolución a Largo Plazo y Resultados en Pacientes Obsesivo-Compulsivos luego de Terapia Cognitivo-Conductual en Combinación con Fluvoxamina o Placebo

AUTOR : Rufer M, Hand I, Alsleben H y colaboradores

TITULO ORIGINAL: [Long-Term Course and Outcome of Obsessive-Compulsive Patients after Cognitive-Behavioral Therapy in Combination with either Fluvoxamine or Placebo]

CITA: European Archives of Psychiatry and Clinical Neuroscience 255(2):121-128, Abr 2005

MICRO : Seguimiento de 30 pacientes durante 6-8 años luego de tratamiento con terapia cognitivo-conductual asociada con fluvoxamina o con placebo.





Introducción

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es una enfermedad grave e incapacitante, frecuentemente asociada con considerables impedimentos psicosociales y una reducida calidad de vida, comparables a los de los trastornos psicóticos. El curso de la enfermedad sin un tratamiento apropiado es la mayoría de las veces crónico, con síntomas de intensidad variable. El desarrollo de terapias cognitivo-conductuales (TCC) así como de los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS) proveyó una efectiva opción terapéutica. Aunque ambas modalidades han demostrado su efectividad, sólo unos pocos estudios compararon la combinación de farmacoterapia y TCC con TCC aislada, con resultados disímiles.

Los datos provenientes de algunos trabajos sugieren que la combinación de TCC y fluvoxamina es superior a la TCC aislada en lo que se refiere a los resultados en el corto plazo, cuando el cuadro clínico es dominado por obsesiones y/o cuando se asocia una depresión secundaria grave. Sin embargo, no se ha publicado hasta la fecha ningún estudio de seguimiento que investigue el curso de la enfermedad luego de la finalización del ensayo.

En este artículo, los autores presentan los resultados del seguimiento por 7 años de una serie de pacientes que entre 1993 y 1995 fueron tratados según un diseño doble ciego y aleatorizado en el Hospital Universitario de Hamburgo. Los objetivos principales fueron, en primer lugar, evaluar el desarrollo de psicopatología en el largo plazo, el desempeño social y la frecuencia de tratamiento adicional y de reinternaciones durante el curso natural del seguimiento y, en segundo término, examinar la relación entre rehospitalización y remisión completa/falta de remisión de los síntomas durante el seguimiento y variables sociodemográficas o clínicas. Un objetivo secundario fue comparar los resultados de ambos grupos de tratamiento (TCC y fluoxetina; TCC y placebo) en el corto y largo plazo.

Métodos

Entre 1993 y 1995, 37 pacientes con TOC se asignaron aleatoriamente a dos grupos experimentales: además de TCC, un grupo recibió fluvoxamina y el otro placebo durante 9 semanas. Todos los sujetos fueron tratados por terapistas experimentados mediante TCC multimodal. Pasados 7 años desde la finalización del estudio se había logrado completar el seguimiento de 30 de los 37 pacientes (81%).

El diagnóstico psiquiátrico había sido realizado al comienzo del ensayo empleando la entrevista clínica estructurada del DSM-III-R. La severidad de los síntomas obsesivo-compulsivos se evaluó mediante un sistema apropiado como el Y-BOCS. Asimismo, se determinó la severidad de los síntomas depresivos asociados (frecuentes en los TOC) y se asignaron dos subpuntajes: para compulsiones y obsesiones. El diagnóstico psiquiátrico durante el seguimiento fue determinado mediante una entrevista estructurada del DSM-IV y el ICD-10. Para el análisis estadístico se calculó la influencia del factor "grupo de tratamiento" (TCC y fluvoxamina vs. TCC y placebo).

Resultados

Los 7 pacientes sin seguimiento no mostraron diferencias desde el punto de vista sociodemográfico ni psicométrico, antes ni después del tratamiento, con los 30 que sí fueron evaluados durante el seguimiento. La edad promedio de los participantes, 12 hombres y 18 mujeres, fue de 32.4 años. El 60% estaban casados o en pareja. El TOC había comenzado a una edad promedio de 24.0 años y habían transcurrido 8.3 años en promedio hasta el comienzo del tratamiento. El 80% de los pacientes tenía obsesiones y compulsiones severas.

Modificación de los síntomas

El seguimiento fue de 7.2 años en promedio. Al final del tratamiento los síntomas obsesivo-compulsivos habían mejorado en forma importante: el puntaje total medio del Y-BOCS se había reducido un 45%. Los autores afirman que estos puntajes medios disminuyeron muy significativamente con el tratamiento, sin cambios de significación desde su finalización en adelante.

Desde el período pretratamiento hasta ya una vez finalizada la terapia, estos síntomas presentaron una tendencia significativa hacia los niveles moderados y no hubo agravamiento en ninguno de los pacientes. A partir del postratamiento, el 40% permaneció estable, el 30% mejoró y el 30% empeoró. Se determinó que el 67% de los pacientes mostraba respuesta en el corto plazo y 60% en el largo plazo. Los síntomas depresivos disminuyeron significativamente, no sólo a lo largo del tratamiento sino, además, desde el postratamiento en adelante.

Durante este ensayo aleatorizado, 19 pacientes recibieron fluvoxamina y 11 placebo, además de TCC. Antes del tratamiento, no existían diferencias significativas en el sexo, edad, educación, empleo, estado civil, duración del TOC ni severidad de los síntomas obsesivo-compulsivos ni depresivos entre los dos grupos. Ni los síntomas obsesivo-compulsivos ni los depresivos mostraron influencia de grupo ni interacciones significativas.

Período de seguimiento

Reinternación. Durante este período, el 37% de los participantes fue rehospitalizado por lo menos una vez. Antes del tratamiento, estos pacientes tenían un mayor puntaje medio de depresión y era menos habitual que estuvieran casados o en pareja.

Indice de mejoría de los pacientes. El 57% de los participantes se autoevaluó como "mejor" o "mucho mejor", comparado con el pretratamiento. La diferencia en el puntaje de la escala Clinical Global Improvement fue altamente significativa entre los pacientes que respondían al tratamiento y los que no lo hacían.

Cambios laborales y de estado civil. El número de pacientes que estaban casados o viviendo en pareja mostró un incremento leve, del 60% antes del tratamiento al 67% en el seguimiento. El número de participantes que consiguió empleo también aumentó, del 43% al 57%. Los pacientes que estaban con licencia por enfermedad disminuyeron del 17% al 7% y los jubilados o incapacitados lo hicieron del 30% al 23%.

Medicación y/o psicoterapia. Durante el seguimiento, 29 de 30 pacientes fueron tratados con psicoterapia o medicación por al menos 3 meses. Sólo 9 participantes permanecieron sin medicación durante la totalidad del período. Diez pacientes recibían antidepresivos (2 de ellos en combinación con benzodiazepinas), y 3 eran tratados con benzodiazepinas.

Asociación entre remisión completa y variables psicopatológicas y sociodemográficas. La remisión durante el seguimiento fue definida como la falta de criterios diagnósticos para el TOC de acuerdo con las escalas Y-BOCS y del DSM-IV. Los pacientes sin remisión completa de los síntomas durante este período tenían antes del tratamiento una duración significativamente mayor del TOC.

Análisis

Para establecer en detalle el curso de los síntomas obsesivo-compulsivos durante el seguimiento de 7 años, los autores tomaron en cuenta: modificaciones en el puntaje Y-BOCS; en la gravedad de la patología; e índices de respuesta y remisión en el corto y largo plazo. El número de pacientes en remisión (con síntomas obsesivo-compulsivos subclínicos y sin criterios para el TOC) en el seguimiento comparado con el postratamiento indica una leve mejoría durante aquel período. Por el contrario, el número de pacientes que no respondía aumentó levemente durante el seguimiento.

Los índices de 67% de los pacientes que respondieron en el corto plazo y de 60% de aquellos que lo hicieron en el largo plazo, coinciden con numerosos estudios previos. La relevancia clínica de los resultados a largo plazo de este estudio, se manifiesta por su correlación con la forma en que se autoevaluaron los pacientes: 57% manifestaron que habían "mejorado" o "mejorado mucho".

No se encontraron diferencias significativas entre los dos grupos de tratamiento (TCC más fluvoxamina; TCC más placebo) en lo referente a los síntomas obsesivo-compulsivos o depresivos. En contraste con la estabilidad de los síntomas obsesivo-compulsivos durante el seguimiento, los síntomas depresivos disminuyeron entre el pretratamiento y el postratamiento, y también durante el seguimiento.

Casi todos los pacientes recibieron tratamiento adicional durante el seguimiento, lo que podría indicar que los sujetos con TOC crónico usualmente necesitan soporte terapéutico adicional luego de una terapia efectiva para mantener los resultados en el largo plazo. Probablemente, concluyen los autores, tal tratamiento adicional es muy relevante en la evolución a largo plazo.



Ref: PSIQ

Resumen objetivo elaborado por el
Comité de Redacción Científica de SIIC
en base al artículo original completo
publicado por la fuente editorial.

Sociedad Iberoamericana de Información Científica (SIIC)
2002

TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC)Material para el paciente


TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC)Material para el paciente Pensamientos invasores pasan por la cabeza de las personas contra su voluntad en el 99% de lapoblación. Hemos estudiado estos pensamientos en más de dos mil personas de todas las edades yocupaciones y hemos encontrado algunos contenidos comunes. Habitualmente se refieren a lasexualidad, a la religión, al daño, a la enfermedad, a la contaminación, a la agresión, a los errores, ala falta de honradez, pero tambien incluyen el orden, la simetría y pequeños detalles sin importancia.Los pensamientos a menudo parecen salir de ninguna parte, aunque pueden ser provocados por estímulos desencadenantes específicos. Por ejemplo, pensamientos sobre hacer daño a la gente pueden ser desencadenado por un cuchillo grande, etc. Hay muy poca diferencia en el contenido de los pensamientos entre la población general y la genteque acude a consulta a causa de sus pensamientos obsesivos. La diferencia yace en la frecuencia delos pensamientos, su duración, el malestar producido, la importancia que la persona da a los mismosy el esfuerzo empleado por el sujeto para vérselas con ellos. Los pensamientos invasores extraños constituyen una experiencia normal que cerca del 2 % de la población se convierten en problemáticos y entonces se les denominan obsesiones. Como es normal tener algunos pensamientos desagradables, el objetivo de la terapia no es eliminar esos pensamientos, porque esto te hará diferente a los demás. El objetivo es cambiar tus reacciones a los pensamientos modificando la importancia concedida a los mismos, cambiando las estrategias que empleás. Luego disminuirán la frecuencia y la duración de los pensamientos junto con el malestar que producen. Los pensamientosse harán mucho menos frecuentes y menos molestos y serás capaz de vértelas con ellos cuando enocasiones pasen por tu cabeza La pregunta más frecuente que los pacientes hacen es “¿porque tengo este tipo de pensamientos?”.En estos momentos no poseemos respuestas totalmente convincentes a esta pregunta. Sin embargo,una explicación que se ha mostrado satisfactoria con los pacientes es la siguiente: Necesitamos la capacidad de tener pensamientos espontáneos con el fin de ser capaces de resolverproblemas y ser creativos. De esta forma, podemos saber como actuar en una nueva situación oimaginar ideas nuevas o inventar algo nuevo. Necesitamos un generador de pensamientos que puedadarnos nuevas ideas. Sin embargo, este productor de pensamientos puede generar otros tipos d ellos y creemos que estos pensamientos desagradables provienen igualmente del generador de ideas.Tenemos tambien una capacidad para reaccionar al peligro, de forma útil, y para anticipar el mismo.El sistema de detención del peligro existe para protegernos: éste es el papel de la ansiedad. Por una serie de razones diferentes, el generador de ideas y el sistema de detección del peligro parecen estar asociados más fuertemente en algunas personas. Este sistema parece reaccionar en excesoactuando como si hubiera un tigre esperando en la esquina, cuando, de hecho, lo que hay es ungatito. De modo que cuando el generador de ideas y el sistema de detección del peligro reaccionanconjuntamente en exceso, se producen las obsesiones. Cualquiera que sea la razón exacta, podemosaprender a que el generador de ideas y el sistema de detección del peligro reaccionen de forma más adecuada, de manera que persistan las características útiles, mientras que los rasgos superactivos asociados con las obsesiones disminuyan notablemente.. La razón por la que el mismo tipo de pensamientos desagradables causa molestias considerables enalgunas personas, pero no en otras, se debe a como interpreta la persona los pensamientos o cuantaimportancia les concede. No es una coincidencia que veamos obsesiones de daño entre genteeducada, obsesiones religiosas entre personas religiosas, obsesiones de sexualidad entre frente congran moralidad y pensamientos sobre errores entre gente cuidadosa: cuanto más importante es algo,peor parece ser el pensamiento negativo sobre ello. Cuando alguien ofrece demasiada importancia a sus pensamientos, bien sea a su presencia o a sucontenido, y concluye que el pensamiento es negativo, peligroso, inaceptable, etc. Entonces esnormal querer eliminarlo, controlarlo o solucionarlo de una u otra manera. Todas las estrategias, queal principio pueden ser muy lógicas, se convierten al final en parte del problema. Todos los esfuerzos para controlar, para eliminar o para evitar los pensamientos son formas de lo que denominamosneutralización. Podés pensar en las obsesiones como un circulo vicioso en el que los pensamientos puedendesencadenarse por estímulos u ocurrir espontáneamente. Concedés una notable importancia a los pensamientos, intentás eliminarlos o controlarlos y, por esto mismo, retornan de nuevo. Cuando se da una gran importancia al pensamiento en términos de peligro o daño, es habitual queaumente la ansiedad. Esta es una experiencia desagradable y es normal que la gente intente hacer algo con el pensamiento para disminuir la ansiedad. La neutralización conduce a menudo, aunque noFundación FORO - Malasia 857 - Buenos Aires, Argentina - (54-11) 4779-0015 - info@fundacionforo.com- www.trastornoborderline.com No realice copias sin autorización
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Fundación FORO - Malasia 857 - Buenos Aires, Argentina - (54-11) 4779-0015 - info@fundacionforo.com- www.trastornoborderline.com No realice copias sin autorización siempre, a una disminución temporal y parcial de la ansiedad, como produce cierto alivio, la reducción del malestar aumenta la probabilidad de que se produzca de nuevo la neutralización. Además,conforme la ansiedad empeora, la frecuencia del pensamiento aumenta. Aunque es normal querer evitar o reducir la ansiedad, la neutralización conlleva que retorne el pensamiento. No solo seexperimentará la ansiedad otra vez, sino que, debido a la sensación de perder el control, empeorará amenudo en cada nueva ocasión. Todos los tratamientos efectivos para el trastorno obsesivo compulsivo (TOC), tienen que romper con el circulo vicioso que se establece entre: obsesiones – ansiedad – malestar – urgencia por ritualizar – alivio por el acto compulsivo y reinicio de la secuencia. Según Foa y Wilson (autores especialista sen el tema) hay 4 desafíos que debés afrontar para comenzar a controlar tus síntomas: 1. Adquirir la determinación para superar tu problema. Esto implica decidir que ya es hora de hacer a los cambios necesarios para acabar con los síntomas obsesivo-compulsivos, quese han introducido en tu vida desde hace tiempo. Es necesario que sepas y creas que superar el TOC es posible, y si lo hacés podrás recuperar tu calidad de vida. Para ellonecesitas arriesgarte a experimentar con opciones y técnicas completamente distintas a tuspensamientos y rituales obsesivos-compulsivos habituales. Tenés que renunciar a los viejoscamino y probar otros nuevos, con la determinación y el coraje necesarios, lo que permitirá superar mejor las dificultades que puedan surgir durante este programa. 2. Aceptá tus obsesiones en lugar de resistirlas. Esto implica reconocer que cuanto más intentes resistir o luchar contra tus obsesiones, más difícil se volverá superarlas, o aun más, pueden empeorar. Esto significa que tus obsesiones se mantienen en parte por una paradoja, cuanto más activamente las resiste, mas tienden a afianzarse. Un dilema similar padecen quienes sufren de insomnio: cuanto más tratan de dormirse, menos les viene el sueño. Si enlugar de oponerse, comenzás a aceptar como propias tus obsesiones, aunque reconozcasque son irracionales, te sentirás menos alterado por ellas y verás que empiezan a disminuir.Hasta ahora, cuanto más intentaste resistirlas, más permanecían o volvían a tu mente, o sea que tus intentos de resolver el problema realmente lo empeoraban.3. Recupera la perspectiva de que tus preocupaciones son irracionales. El TOC está incluido en los trastornos de ansiedad y esto se debe a que hay preocupaciones ansiosasacerca de muchas posibilidades irreales. Si las obsesiones son tan poderosas yperturbadoras como para que te sientas superado por ellas, creas que representanverdaderas amenazas y vivas preocupado por como protegerte a vos mismo y a los demás, lomejor es que adoptes una nueva creencia; Tus preocupaciones obsesivas son demasiadoexageradas. Hay que reconocer que es extremadamente difícil ser racional cuando uno estaaterrorizado o con miedo, por lo tanto no debes pretender que, aunque en muchos momentos llegues a ganar perspectivas acerca de tus obsesiones, otras veces creas que estos temores son reales. Mediante recursos de auto- ayuda, podrás aprender que tus creencias no tienen fundamento. Cuando enfrentes tus obsesiones en el futuro, te encontraras mas capacitadopara responder a ellas de un nuevo modo.4. Hay que considera que ritualizar no es la única menea de reducir el malestar producidopor las obsesiones. Una creencia equivocada es que si uno deja de ritualizar, permaneceráalterado para siempre. Para abandonar las compulsiones, hay que experimentar nuevas situaciones y considerar cuales pueden resultar. El deseo de cambiar hay que aplicarlo en su determinación de ir abandonando los rituales, que han funcionado en el pasado, sólo para aliviarte temporalmente.Siguiendo estos principios, Foa y Wilson proponen aceptar estos 4 desafíos y compran tu posición actual problemática con una nueva actitud de auto-ayuda. POSICIÓN PROBLEMATICA POSICIÓN DE AUTO AYUDA 1. El problema siempre me dominará. 1. He decidido ser yo quien domine al problema. 2. Yo debo pasar mis obsesiones. 2. Yo acepto mis obsesiones.3. Creo que mis preocupaciones obsesivas son reales. 3. Mis obsesiones son exageradas e irreales. 4. Los rituales son la única manera para reducir el malestar que me producen las obsesiones. 4. Hay otras opciones útiles y operativas par reducir el malestar que me generan.

TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC) Y NEUROSIS OBSESIVA: ¿cuál es la diferencia?


TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (TOC) Y NEUROSIS OBSESIVA: ¿cuál es la diferencia?

En muchas webs encontrará que neurosis obsesiva y TOC son sinónimos, pero no lo son.

¿Qué es la Neurosis Obsesiva?

En el siglo XIX, Falret, un alienista francés, introdujo el término obsesión para definir una patología por la que “el sujeto es asediado por ideas patológicas, una falta que lo acosa y obsesiona“. El término fue traducido por la psiquiatría alemana como “Zwang”, compulsión. Fue Freud el primero en ubicar la enfermedad, que él llamó Neurosis Obsesivo - Compulsiva, en el registro de las neurosis y dotarla de contenido.

“En su forma más típica, el conflicto psíquico se expresa por los síntomas llamados compulsivos: ideas obsesivas, compulsión a realizar actos indeseables, lucha contra estos pensamientos y tendencias, ceremoniales conjuratorios, etc., y por un tipo de pensamiento caracterizado especialmente por la rumiación mental, la duda, los escrúpulos, y que conduce a inhibiciones del pensamiento y de la acción”. Pero esta concepción permite también “relacionar con la neurosis obsesiva ciertos cuadros clínicos en los que los síntomas obsesivos [y compulsivos], propiamente dichos, no son evidentes a primera vista” (”Diccionario de Psicoanálisis” de Laplanche y Pontalis).

El cuadro fue tomado por toda la Psiquiatría Psicodinámica y gran parte de la Psiquiatría Biológica, aunque con diferencias teóricas con el psicoanálisis, tanto respecto de su causa probable como de su clínica.

La neurosis obsesiva así definida permite diferenciar entre formas egodistónicas, es decir que producen conflictos a la persona que las padece, y formas egosintónicas (las llamadas “neurosis de carácter”), en las que la persona convive con su personalidad obsesiva sin que esto implique mayor conflicto. El psicoanálisis va más allá. Cuestiona que exista salud psíquica y considera que todas las personas somos mentalmente un poco patológicas, lo que variaría entre las personas consideradas mentalmente sanas y las consideradas enfermas sería la patología y su grado. Así habría personas que requerirían tratamiento y otras que no, no personas sanas y enfermas. Para esta disciplina las neurosis egosintónicas serían lo más parecido a lo que otros consideran salud mental. ¿Neurosis o Trastorno?



Cuando la OMS (Organización Mundial de la Salud) decidió realizar una Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Problemas Relacionados con la Salud (conocida como CIE y que va ya por su décima revisión), se encontró con que en el campo de la Salud Mental existía una enorme dispersión diagnóstica entre corrientes de pensamiento diversas. Esta dispersión obstaculizaba toda posibilidad de realizar estudios cuantitativos. Decidió entonces homologar la clasificación respetando las diferentes concepciones (La Asociación de Psiquiatría Americana, poco proclive a aceptar clasificaciones internacionales, desarrolló su propio manual, el DSM, que es el más conocido por el público aunque, excepto en USA, los profesionales deban utilizar las categorías diagnósticas del CIE. Ambos manuales se aproximan cada vez más en las sucesivas revisiones).

Un comité de psiquiatras expertos llegó a un acuerdo de mínimos que pretende englobar los síntomas mentales manifiestos en un conjunto (bastante grande) de cuadros diagnósticos. Al ser esta clasificación de uso obligatorio para los psiquiatras, independientemente de su corriente psiquiátrica, ha acabado por popularizarse. Es más, se ha terminado por suponer que a cada uno de estos diagnósticos, acordados y sometidos a revisión periódica, le corresponde una causa y un tratamiento común, mientras que los manuales diagnósticos no suponen ninguna de las dos cosas, ya que su función es la de servir a investigaciones, tanto de sus causas probables como de los tratamientos más eficaces.

Puesto que no todos los psiquiatras están de acuerdo en categorías diagnósticas como neurosis o psicosis, se decidió prescindir de ellas y se optó por un término más ambiguo: “disorder” (literalmente: desorden o disturbio), que en castellano, y en el ámbito de la salud mental, se traduce como trastorno.

Así, los diagnósticos de neurosis, clásicos en psiquiatría, se han dispersado en diversos trastornos. En el caso de la neurosis obsesiva u obsesivo-compulsiva, su forma típica, la que incluye ideas obsesivas y compulsiones nítidas, ha quedado encuadrada en el Trastorno Obsesivo Compulsivo o TOC, como un trastorno neurótico en el CIE 10 y como un trastorno de ansiedad en el DSM IV; mientras que “ciertos cuadros clínicos en los que los síntomas obsesivos [y compulsivos], propiamente dichos, no son evidentes a primera vista”, pero que se reconocen por los profesionales como relacionados con ellos, se encuadran en el Trastorno Obsesivo Compulsivo de la Personalidad (DSM IV) o Trastorno Anancástico de la Personalidad (CIE 10). En ambos casos se trata de trastornos egodistónicos, que producen malestar en quien los padece. Las neurosis egosintónicas, aquellas en los que la persona se siente totalmente identificada con sus síntomas y no los considera ajenos a su ser ni le producen especial malestar, no pueden considerarse trastornos ni desórdenes, por lo que no se incluyen en las clasificaciones, con algunas excepciones. Las excepciones se refieren a aquellos casos que, sin que la persona lo viva como un trastorno, afectan a terceros. Un ejemplo típico sería el Trastorno de Personalidad Antisocial, pero también podríamos incluir en este registro egosintónico el Trastorno Negativista Desafiante (DSM IV) o algunos casos de Trastorno por Déficit de Atención, con o sin hiperactividad. La diferencia esencial es que en el caso de una persona adulta es muy difícil que consulte por un trastorno egosintónico y, en caso de hacerlo (porque se enfrenta a problemas con terceros o con la ley, por ejemplo), es difícil que el tratamiento prospere. En el caso de niños y otras personas dependientes, sus familiares o cuidadores pueden conducirlos a un tratamiento aunque el niño no lo viva como un trastorno, y el tratamiento puede ser igualmente eficaz.

En resumen: - La Neurosis Obsesiva puede corresponderse al Trastorno Obsesivo Compulsivo, al Trastorno Obsesivo Compulsivo (o Anancástico) de la Personalidad o, incluso, a otros trastornos de los manuales diagnósticos (por ejemplo: algunos trastornos del humor en los que la coloración afectiva depresiva predomina como principal manifestación de lo que podría considerarse una neurosis obsesiva).

- La Neurosis Obsesiva admite casos egosintónicos, no así los trastornos obsesivos que figuran en los manuales. Podemos decir que una persona tiene una Personalidad Obsesiva, pero no podemos clasificarla como Trastorno de Personalidad si las características de su personalidad no le producen desórdenes o “disturbios” a él mismo o a terceros.

¿CUÁL ES LA OPINIÓN DE PERSONA-PSI AL RESPECTO?:

- Creemos que existe un amplio espectro de trastornos o neurosis obsesivas que no siempre encajan en una clasificación diagnóstica forzosamente rígida, por lo que hay que estudiarlos caso por caso.

- No existe una causa común científicamente demostrada para todo el espectro. Hay hipótesis fundadas que les atribuyen una causa biológica, otras causas psicológicas o ambientales. Probablemente porque interviene más de un factor.

Estudios estadísticos sugieren cierta predisposición genética; la eficacia relativa de los inhibidores de la recaptación de serotonina la participación de algunos neurotransmisores; la eficacia psicoterapéutica la de factores específicamente psíquicos. Parece lógico pensar que existe predisposición biológica (genética o de otro tipo), probablemente necesaria, pero no suficiente para desencadenar el trastorno. Sobre la predisposición orgánica actúan experiencias de la infancia y adolescencia (que es cuando se forja la personalidad) y los modos en que el niño y el adolescente han experimentado esas experiencias y respondido a las exigencias que la vida les planteó. Y finalmente, pero no menos importante, participan factores desencadenantes actuales.

¿Quiere decir esto que nos oponemos a los tratamientos biológicos?

No, de ningún modo. La medicación puede ser necesaria si la gravedad del caso así lo sugiere.

Pero, con o sin medicación, es necesario un tratamiento psicoterapéutico para remover los conflictos psíquicos en juego y que el sujeto adquiera un mejor manejo (es decir: más saludable) de su herencia biológica y sus condicionamientos infantiles. ¿Quiere decir que la psicoterapia debe remontarse a la infancia?



No necesariamente. Lo que se haya torcido en la infancia se repite y se actualiza en el presente, y es el presente y no el pasado lo que se trata de resolver.

Luis Teszkiewicz - Psicoterapeuta
Dra. Marina Averbach - Médico Psiquiatra

Qué es el Trastorno Obsesivo-Compulsivo?


fuente:http://www.bio-behavioral.com

TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO (TOC)

Qué es el Trastorno Obsesivo-Compulsivo?

El Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC) es un trastorno complejo.

El TOC esta caracterizado por pensamientos persistentes, intrusivos y/o compulsiones a realizar actos repetitivos o extraños.

Es frecuentemente un trastorno enmascarado que se mezcla con otros síntomas.

Los sujetos pueden presentar las obsesiones, compulsiones o ambas formas sintomáticas conjuntamente.




Cúales son los síntomas del Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)?

SÍNTOMAS PRIMARIOS

Obsesiones:

Las obsesiones son pensamientos, impulsos o imagenes recurrentes y persistentes que se experimentan como intrusoso invasivos e inapropiados, y causan ansiedad o malestar significativos. Es experimentado como "egodistónico", es decir, que el individuo no cree realmente en esos pensamientos, pero está incapacitado para borrarlos de su mente. Los pacientes frecuentemente expresan lo "ilógico" o "ridículo" que son sus pensamientos, pero aún así experimentan una gran cantidad de ansiedad o malestar. Nuestra experiencia nos muestra que los pensamientos de contaminación, sexuales, religiosos y mórbidos son los más comunes.
El pensamiento obsesivo puede ser "mágico" en aquellos pacientes que creen que el mero acto de pensar puede prevenir o controlar un evento nocivo o algo malo. Por ejemplo, pensar contínuamente en una palabra o número evita que un pensamiento negativo irrumpa en la mente, y así previene algún daño. Los pensamientos mágicos ocurren frecuentemente en conjunción con rituales o actos particulares.
Dudar excesivamnte también es una característica del TOC. Los induviduos pueden comprometerse en diálogos interminables en su mente para arribar a ciertas decisiones o arribar a respuestas a preguntas innecesarias o no importantes o para resolver problemas irresolubles. Por ejemplo, tratando de recordar cuántas veces tomó jugo de naranja mientras estaba de vacaciones.

Compulsiones:

Las compulsiones son actos repetitivos destinados a disminuir la ansiedad asociada con las obsesiones. La necesidad de realizar las compulsiones aumenta en intensidad hasta que el paciente no tiene otra opción que realizar la compulsión. Una vez que el deseo es satisfecho, la ansiedad disminuye temporariamente, pero después se incrementa otra vez. El proceso deviene en un círculo de nunca acabar.
Estas compulsiones se ve en comportamientos (por ej., lavado de manos, puesta en orden de objetos, comprobaciones) o actos mentales (por ej., rezar, contar, repetir palabras en silencio) de caracter repetitivo, que el individuo se ve obligado a realizar en respuesta a una obsession o con arreglo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente.
El objetivo de estos comportamientos u operaciones mentales es la prevención o reducción del malestar o la prevención de algún acontecimiento o situación negativos; sin embargo, estos acontecimientos u operaciones mentales o bien no están conectados de forma realista con aquello que pretenden neutralizar o prevenir o bien resultan claramente excesivos.

Quienes sufren de Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)?

De acuerdo a investigaciones recientes, el TOC tiene una prevalencia de 2,5% a nivel mundial. Probablemente sea mayor porque los individuos con TOC tienden a esconder sus síntomas. Se presenta con la misma frecuencia en el hombre y la mujer. La edad de inicio es usualmente entre los 10 y los 30 anos, aunque nuestra experiencia muestra que ninos menores de 10 pueden sufrir de TOC. Basados en nuestra experiencia clínica e investigación, los síntomas exhibidos por los ninos con TOC se parecen a los de los adultos con TOC.
Los resultados de un estudio conducido en nuestro Instituto encontraron una relación entre inicio del TOC y embarazo. De 59 pacientes con chicos, 39% ha experimentado el inicio durante el embarazo, indicando que el embarazo puedría ser un factor desencadenante del TOC.


SÍNTOMAS SECUNDARIOS:
Depresión - Los pacientes con TOC usualmente experimentan depresión debido a la pérdida de control sobre los síntomas que dominan sus vidas. Se sienten muy frustrados y desesperanzados de que se sentirán mejor alguna vez.

Disturbios Sexuales - Los trastornos incluyen un incremento o una disminución de la libido, frigidez, impotencia y eyaculación tardía o precoz. Esto puede ser causado por la estricta mirada religiosa o moral del paciente, depresión y ansiedad. Los pacientes que tienen temor de contaminación respecto al semen, secreción vaginal y urinaria, también pueden evitar los contactos sexuales.

Irritabilidad - El TOC causa mucha frustración porque interfiere con la socialización, con el trabajo y la familia. La frustración puede conducir al enojo o irritabilidad.

Distorsiones Preceptuales: Las investigaciones de nuestro Instituto han demostrado que algunos pacientes se quejan de distorsiones preceptúales como "manchas transitorias" frente a sus ojos. Otro tipo de distorsiones preceptúales también han sido observadas.

Alteración funcional - Los síntomas en el TOC tienden a interferir significativamente en las áreas de funcionamiento. Los rituales pueden tomar mucho tiempo en el trabajo, conduciendo al stress agregado. Los problemas ocurren frecuentemente dentro de la familia. Los individuos con TOC tienen dificultad para vivir, frecuentemente obligan a la familia a ayudarlos de realizar los rituales. Debido a la severidad del trastorno, la socialización está frecuentemente afectada.

Cúal es el tratamiento para el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)?

Una combinación de terapia cognitiva, conductual y psicofarmacología mostró ser la combinación más efectiva para el TOC. La forma de terapia conductual que encontró ser la más efectiva para el TOC es denominada "exposición y prevención de las respuestas.
En la terapia cognitiva para TOC, la meta es modificar las siguientes creencias irracionales más comunes:
Excesivo sentido de responsabilidad.

Sobrevaloración de las amenazas y el peligro.

Necesidad de control.

Inquietud con inseguridad / ambigüedad.

Fusión de pensamientos con acciones.

Tremenda importancia dada a los pensamientos.

Necesidad de perfección.

En nuestra práctica incluimos la Terapia Cognitiva dentro de las sesiones de Terapia Conductual. La terapia cognitiva es usada inicialmente en ciertos casos en los cuales el paciente está deprimido severamente y/o ansioso e incapacitado para proceder con la Terapia Conductual.

Cúales son los medicamentos efectivos para el Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC)?

La medicación antidepresiva ha demostrado ser la más exitosa para el TOC, por su acción sobre el neurotransmisor serotoninérgico. Los siguientes son los medicamentos más comunes que regulan los niveles serotoninérgicos:

Clomipramina

Fluoxetina

Fluvoxamina

Paroxetina

Sertralina

Citalopram

Escitalopram

El trastorno


El trastorno
Lo característico del trastorno obsesivo-compulsivo es, precisamente, la presencia de obsesiones y compulsiones . Las obsesiones son pensamientos o imágenes que se entrometen en nuestra cabeza de forma involuntaria y que no los sentimos como propios. Es frecuente que quien sufre las obsesiones las considere absurdas, cuando no descabelladas. Alguno de mis pacientes ha tenido obsesiones realmente angustiosas. Una madre amorosa de sus niños temía hacer daño a sus hijos cuando le venían imágenes en las que se veía a sí misma apuñalándolos. Tenía miedo de ser realmente una persona con instintos homicidas y estaba profundamente deprimida por tantos pensamientos de ese tipo. Cuanto más luchaba por quitarse esas ideas de la cabeza, más le venían; y se veía impotente para controlar sus pensamientos.

Otro de mis pacientes definió muy bien la esencia de las obsesiones. Para él, las obsesiones son como abejas que te aguijonean sin cesar, una tras otra o varias al mismo tiempo. “Cuanto más luchas por espantar a las abejas, más te atacan” —concluía—.

Los tipos de obsesiones que se pueden padecer son muy variados:

Obsesiones de tipo agresivo: Miedo a dañar a otras personas, a uno mismo, a proferir insultos, blasfemias u obscenidades, miedo a cometer crímenes o aparecer como responsable de errores, fracasos o catástrofes, imágenes horribles o violentas, etc.
Obsesiones de contaminación: Preocupación por los gérmenes, la suciedad o los productos químicos, preocupación por las secreciones corporales (orina, heces, saliva), preocupación por contraer enfermedades, etc.
Obsesiones de contenido sexual: Miedo a ser homosexual, pedófilo o a cometer incesto, tener pensamientos sexuales considerados perversos o prohibidos y vivirlos con angustia.
Otros tipos: Miedo a no hablar, recordar o pensar correctamente, necesidad de orden, exactitud o simetría, necesidad de coleccionar cosas inútiles, etc.
Es frecuente que además de las obsesiones, el paciente presente compulsiones. Las compulsiones son acciones o pensamientos que realizamos para neutralizar o anular las obsesiones, con el objeto de sentirnos menos angustiados. Al no tener las compulsiones una lógica razonable para erradicar las obsesiones, los actos compulsivos sólo alivian la ansiedad de forma transitoria.

Los tipos de compulsiones suelen estar relacionados con las obsesiones que se padecen. Así, cuando tenemos miedo a la contaminación, evitamos tocar objetos o personas que creemos pueden estar contaminadas y, si eso no es posible, necesitamos lavarnos de forma compulsiva. Algunas compulsiones frecuentes son: lavado de manos, comprobar puertas (ventanas, llave del gas, aparatos eléctricos, etc.), acumular objetos inservibles y rezar de forma compulsiva.

En algunos casos las compulsiones son múltiples y se deben realizar en un orden determinado para producir un mínimo de alivio. Esto es lo que llamamos un ritual. En este caso, la ducha diaria, por ejemplo, puede durar 40 ó 60 minutos, o más incluso, porque debe hacerse en una secuencia estricta y si se produce algún error, por pequeño que sea, se debe comenzar toda la secuencia desde el principio.

La clave del trastorno
Todas las personas podemos experimentar, en un momento u otro de nuestra vida, imágenes o pensamientos absurdos y que nos vienen de forma involuntaria. Ése no es el problema. La clave está en cómo nos sentimos y qué hacemos cuando nos vienen esos pensamientos y esas imágenes. En la medida en la que me creo esos pensamientos, me siento de un modo distinto que si los descarto como absurdos y transitorios. Me explico: si me viene a la mente la imagen violenta de apuñalar a mi hijo, yo puedo pensar que eso es absurdo, porque yo quiero a mi hijo y no soy ningún homicida. Puedo pensar, tras leer este libro, que ese tipo de imágenes vienen de forma involuntaria, generalmente en situaciones de cierta tensión, pero que no revelan nada sobre mi forma de ser o mis instintos reales. En ese caso, no llegará a convertirse ese pensamiento en obsesión, ni se hará repetitivo, ni generará malestar.

Pero si yo cuestiono mi forma de ser y dudo sobre si sería capaz de cometer dicho crimen, si doy crédito a esos pensamientos, si me involucro, entonces comienza a tomar forma toda la alteración obsesiva. Dedico más atención a esos pensamientos y esos pensamientos se refuerzan, como cuando te quieres quitar una canción pegadiza de la cabeza; cuanto más tratas de echarla u olvidarla, más te viene.

Las compulsiones comienzan como una forma inicial de aliviar el malestar que genera la obsesión (“Si tengo miedo a contaminarme, pues me lavo y ya está”). Y al principio funciona. Realmente me siento mejor tras hacer la compulsión. Pero eso sólo es el principio del problema. Posteriormente, gracias a que he dado crédito a mis obsesiones, éstas me pasan factura llegando a extorsionar mi mente cada vez con más frecuencia. Porque cuanto más piensas en algo, más inevitable se hace seguir pensando en eso y tenerlo más presente. Conforme se consolida el trastorno obsesivo-compulsivo, el alivio de las compulsiones es cada vez menor y la necesidad de hacer más compulsiones aumenta sin producir alivio, llegando a ocupar cada vez más tiempo.


Lecturas recomendadas
Moreno, P. (2002). Superar la ansiedad y el miedo. Un programa paso a paso. Bilbao: Editorial Desclée de Brouwer (Colección Serendipity).
Moreno, P., Martín, J., García, J. y Viñas, R. (2008). Dominar las obsesiones. Una guía para pacientes. Bilbao: Editorial Desclée de Brouwer (Colección Serendipity).

TOC (Generalidades)

TOC (Generalidades)
Vídeo enviado por raulespert

El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un síndrome psiquiátrico perteneciente al grupo de los desórdenes de ansiedad caracterizado por:
Obsesiones: son ideas, pensamientos, imágenes o impulsos recurrentes y persistentes que son egodistónicos, es decir, que no son experimentados como producidos voluntariamente, sino más bien como pensamientos que invaden la conciencia y que son vividos como repugnantes o sin sentido. El enfermo realiza intentos para ignorarlos o suprimirlos, a veces sin conseguirlo.
Compulsiones: son conductas repetitivas y aparentemente finalistas, que se realizan según determinadas reglas de forma estereotipada. La conducta no es un fin en sí misma, sino que está diseñada para producir o evitar algún acontecimiento o situación futura. Sin embargo, o bien la actividad no se halla conectada de forma realista con lo que se pretende impedir o provocar o puede ser claramente excesiva. El acto se realiza con una sensación de compulsión subjetiva junto con un deseo de resistir a la compulsión, por lo menos inicialmente. Por lo general, el individuo reconoce la falta de sentido de la conducta (algo que no siempre ocurre en niños pequeños) y no obtiene placer en llevar a cabo esta actividad, aunque le procure un alivio de su tensión.
En las personas que sufren este tipo de desorden, el pensamiento aparece dominado por una idea intrusiva o secuencia de ideas, que buscan apagar con comportamientos rituales, casi siempre muy caprichosos. Son plenamente conscientes de su trastorno, que es vivido como un malestar y puede estar asociado a un sentimiento de culpa o de vergüenza.