Una de cada 50 personas sufre el trastorno obsesivo compulsivo

es una enfermedad que consiste en ser avasallado por pensamientos violentos y angustiantes y en hacer rituales para evitarlos. Puede aparecer en la infancia y se trata con medicación y psicoterapia.



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Laura Haimovichi
Ramiro usa guantes aunque sea verano. Tiene miedo de contaminarse.


En una hora, María verificó 30 veces que su oficina estuviera cerrada.


Graciela acumula cajas. No sabe para qué pero no puede dejar de guardarlas.


Martín ordenó por vigésima vez los papeles de su escritorio. Quiere estudiar, pero apoya una taza y altera el orden. En vez de estudiar, comienza a ordenar de nuevo.


Julián duda de todo. Dejó de vivir solo porque no sabe qué comer ni qué ponerse. Su mamá lo hace por él. Julián no puede elegir.

Obsesión por la limpieza, por verificar todo, por acumular, por ordenar simétricamente y no poder elegir. Esas son cinco formas en que puede llegar a expresarse el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC), una enfermedad psiquiátrica que altera la vida de quien lo sufre.

Aunque puede adoptar diferentes formas, el TOC tiene dos características básicas: ser avasallado por ideas o imágenes violentas y angustiantes denominadas "bizarras" (por ejemplo: creer que se va a tener cáncer por "contagio"), y realizar "rituales" para intentar neutralizar las obsesiones (como bañarse treinta veces por día). La persona con TOC cree que si no concreta el ritual, se va a desencadenar un hecho trágico.

Claro que esos rasgos deben persistir durante mucho tiempo para considerarse una enfermedad. Y en el caso de los chicos, esos rasgos no deben confundirse con la necesidad de repetición que forma parte de su proceso de aprendizaje.

El Trastorno Obsesivo Compulsivo es el problema que padece el personaje que encarna Adrián Suar en su nueva película, El día que me amen. Antes, Jack Nicholson había animado a un exitoso escritor con TOC, en la película Mejor imposible, donde usaba guantes para no "contagiarse la suciedad" y caminaba evitando tocar las unión de las baldosas.

Según la Asociación Americana de Desórdenes de la Ansiedad, al TOC —llamado antiguamente "locura razonante" porque los enfermos se dan cuenta de lo que les pasa pero no lo pueden evitar— lo padecen una de cada 50 personas adultas y uno de cada 200 chicos.

Para el doctor Oscar Carrión y el psicólogo Gustavo Bustamante, presidente y vice de la Fundación Fobia Club, puede aparecer en la infancia, aunque la persona obsesiva compulsiva —o su familiar— suelen demorar hasta siete años en recurrir a un especialista. "Para que surja son necesarios una carga genética, una lesión física como haber sufrido meningitis o tener padres con TOC", señala el doctor Carrión.

A diferencia del psicótico, que está enajenado de la realidad, el obsesivo compulsivo sabe qué le pasa, se siente ridículo y hasta humillado por lo que le sucede. A tal punto que, en muchos casos, a sus síntomas le suma la fobia social, es decir el miedo a relacionarse con los demás.

"Cuando las obsesiones y compulsiones no son pasajeras e interfieren en un normal desarrollo de la vida conviene consultar a un especialista", dice Bustamante.

La modalidad terapéutica actual es combinar psicofármacos, como la clomipramina, con psicoterapia. "Al tratamiento con medicamentos, nosotros le sumamos la terapia cognitiva comportamental. Creemos que el trabajo en grupo es muy eficaz porque genera esperanza, la idea de que no se está solo y un mecanismo de identificación que genera una competitividad sana", explica el doctor Carrión. El Fobia Club organiza todos los martes a las 18.30 charlas gratuitas en Junín 1445, (4804-3750) Capital. Se puede también consultar en Internet: www.fobiaclub.com

La terapia cognitiva trabaja sobre el modelo del procesamiento de la información. Lleva gradualmente al paciente a que enfrente la situación que teme evitando el ritual compulsivo "para que desconfirme" su idea rara. Es limitada en el tiempo y centrada en el aquí y el ahora del paciente con un programa de tareas para realizar en su entorno habitual.

la rara enfermedad del millon de españoles


felicidades a emi y a autovía. por ser tan valientes y haber participado en comando actualidad. lastima que el programa no haya profundizado en el toc, y lo haya mostrado tan de pasada, podrían haber hecho mucho bien, a tanta gente que lo padece y no saben ponerle nombre a lo que les pasa, y sufren pensando que pueden hacer daño que se estan volviendo locos...etc. quien lo haya visto y no sepa lo que es el toc, y lo que se sufre, no creo que despues de ver este reportaje, nos pueda llegar a comprender seguimos siendo invisibles y incomprendidos para la sociedad.

enfermedades raras, en 'comando actualidad'
El programa de La Primera de TVE aborda este tema en el reportaje 'Esto no es vida'



madrid. Coincidiendo con la llegada a España de Elvira Roda, conocida como la chica burbuja , tras pasar ocho meses en un hospital de Dallas (Estados Unidos) tratada del síndrome de sensibilidad química múltiple, el equipo de Comando Actualidad aborda hoy, a partir de las 23.15 horas en La Primera de TVE, el tema de las enfermedades poco comunes en el reportaje Esto no es vida .

Elvira Roda, conocida como la chica burbuja , es un caso extremo de hipersensibilidad. Cualquier contacto con un producto químico podría provocar su muerte. Los reporteros del programa comprueban cómo es el día a día de estas personas. Para ello han tenido que prescindir de usar cosméticos y mantener una distancia de seguridad.

Por su parte, la reportera Lara Casanovas ha estado con Ana y Yapci, enfermos de narcolepsia. Los afectados por dicha enfermedad se duermen de forma inmediata en cualquier momento del día. Ana intenta diplomarse en magisterio a pesar de ser narcoléptica. Sin embargo, Yapci tuvo que dejar su trabajo como camionero porque se dormía al volante. La narcolepsia es una de las 5.000 enfermedades raras y en España la sufren 30.000 personas.

Emiliano apaga y enciende la luz varias veces cuando entra en casa, toca 16 veces con la cucharilla la taza y el plato antes de comer y siempre da una vuelta al coche cuando lo cierra. Son gestos que le roban dos horas al día y que para él se convierten en una obsesión. Se llama Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y más de un millón de personas lo sufren en España, muchos ni lo saben. Es una de las diez enfermedades que más incapacita. El reportero Henry Molano demostrará cómo es el día a día de este enfermo.

Miedos justificados e
imaginarios nos han empujado
a esta actitud, de
la mano de nuestra falta
de confianza en nosotros
mismos. Lo peor es que
estas actitudes nos empujan
una y otra vez a un
círculo que se realimenta
y nos aleja a cada momento
del camino de
nuestro crecimiento.

porque la verdadera seguridad
en uno mismo no se conquista
por la vía de volvernos
invencibles, omniscientes ni
todopoderosos, si no todo lo
contrario. Las inseguridades se
vencen animándonos a ser cada
vez más concientes de
nuestras incapacidades, de
nuestras vulnerabilidades, de
nuestra falta de conocimiento
sobre algunas cosas. Solamente
así puede uno crecer, solamente
así puede uno aprender, solamente
así puede uno cuidar
de sí, para quizás algún día
volvernos capaces de cuidar de
otros.
Decía Jean Paul Sartre que la
libertad es básicamente la posibilidad
de elegir, y es obvio
que para eso debe haber por lo
menos dos opciones. Y Octavio
Paz parecía completar este
pensamiento cuando aseguraba
que la verdadera libertad
era nada más y nada menos
que la posibilidad que tiene las
personas de elegir entre dos
monosílabos: Sí y No.
Y de alguna manera allí está
todo, porque finalmente uno
siempre puede decir Sí y siempre
puede decir No. Atención,
que no estoy diciendo que usted
o yo podamos hacer siempre
lo que se nos ocurra, porque
como ya dijimos, no somos
omnipotentes; pero siempre,
repito siempre, podemos
negarnos a hacer aquello que
por principios, decisión o apetencia,
no queremos hacer.
Quizás valga la pena establecer
una aclaración que no deberíamos
necesitar. Como
siempre después de una elección
hará falta claro responsabilizarnos
de lo elegido, es decir
estar dispuestos a pagar el
precio que costará nuestro Sí y
afrontar el costo que conlleva
nuestro No.
Seguramente por eso, cuando
nos asustan los costos o no
queremos pagar los precios,
preferimos que otros sean los
que elijan (como si ingenuamente
creyéramos que dejando
decidir a otros, los perjuicios
de un error no podrán alcanzarnos);
y preferimos «acomodarnos
» en la incómoda
postura de ceder el dominio de
nuestra vidas a los demás. A
los que bien nos quieren. A los
que saben más. O a cualquiera
que quiera hacerse cargo de
nosotros.
Mientras escribo pienso en
eso de jugar a las escondidas y
en la necesidad de tomar el
control de la propia vida y
sonrío, porque recuerdo esta
graciosa historia…
El teléfono suena en la casa.
Un niño coge el auricular y
en un susurro dice:
¿Hola?
Hola –dice el hombre al
otro lado de la línea–, ¿podría,
por favor, hablar con tu
padre?
No –dice el niño todavía en
voz baja–, el no puede atenderlo
ahora.
De acuerdo. ¿Podría entonces
hablar con tu madre?
No, ella tampoco puede
atenderlo.
¿Han salido? –pregunta el
hombre.
No –dice el niño–, están en
el jardín, con los bomberos…
¿Los bomberos? –repite el
hombre alarmado.
Al instante, el hombre se da
cuenta de que el niño quizás
esté solo en una casa en llamas
y por eso dice al teléfono,
casi gritando:
-¡Niño, niño! ¿Tú estás
bien?
Estoy un poco asustado…
–dice el niño y rompe a llorar.
¿Pero qué ocurre? –pregunta
el hombre pensando ya en
qué modo puede socorrerle–
¿Es acaso un incendio?
No, no hay ningún incendio
–dice el niño entre su
llanto.
¿Y entonces que hacen los
bomberos?
Están ayudando a mis padres
a buscar al niño perdido.
Ahh… entonces no hay
ningún incendio –dice el
hombre algo aliviado–, ¿por
qué estás tan asustado?
Por el niño que buscan –susurra
el niño (ahora su voz es
casi inaudible).
Quédate tranquilo. Te aseguro
que pronto lo encontrarán…
Lo sé. Eso es lo que más me
asusta.
¿Por qué?
PorqueQuédate tranquilo. Te aseguro
que pronto lo encontrarán…
Lo sé. Eso es lo que más me
asusta.
¿Por qué?
Porque el niño que están
buscando soy yo

fuente:jorge bucay

habia una vez...


Había una vez un hombre que padecía de un miedo absurdo, temía perderse entre los demás. Todo empezó una noche, en una fiesta de disfraces, cuando él era muy joven. Alguien había sacado una foto en la que aparecían en hilera todos los invitados. Pero al verla, él no se había podido reconocer. El hombre había elegido un disfraz de pirata, con un parche en el ojo y un pañuelo en la cabeza, pero muchos habían ido disfrazados de un modo similar. Su maquillaje consistía en un fuerte rubor en las mejillas y un poco de tizne simulando un bigote, pero disfraces que incluyeran bigotes y mofletes pintados había unos cuantos. Él se había divertido mucho en la fiesta, pero en la foto todos parecían estar muy divertidos. Finalmente recordó que al momento de la foto él estaba del brazo de una rubia, entonces intentó ubicarla por esa referencia; pero fue inútil: más de la mitad de las mujeres eran rubias y no pocas se mostraban en la foto del brazo de piratas.

El hombre quedó muy impactado por esta vivencia y, a causa de ello, durante años no asistió a ninguna reunión por temor a perderse de nuevo.

Pero un día se le ocurrió una solución: cualquiera fuera el evento, a partir de entonces, él se vestiría siempre de marrón. Camisa marrón, pantalón marrón, saco marrón, medias y zapatos marrones. “Si alguien saca una foto, siempre podré saber que el de marrón soy yo”, se dijo.

Con el paso del tiempo, nuestro héroe tuvo cientos de oportunidades para confirmar su astucia: al toparse con los espejos de las grandes tiendas, viéndose reflejado junto a otros que caminaban por allí, se repetía tranquilizador: “Yo soy el hombre de marrón”.

Durante el invierno que siguió, unos amigos le regalaron un pase para disfrutar de una tarde en una sala de baños de vapor. El hombre aceptó gustoso; nunca había estado en un sitio como ése y había escuchado de boca de sus amigos las ventajas de la ducha escocesa, del baño finlandés y del sauna aromático.

Llegó al lugar, le dieron dos toallones y lo invitaron a entrar en un pequeño box para desvestirse. El hombre se quitó el saco, el pantalón, el pullover, la camisa, los zapatos, las medias... y cuando estaba a punto de quitarse los calzoncillos, se miró al espejo y se paralizó. “Si me quito la última prenda, quedaré desnudo como los demás”, pensó. “¿Y si me pierdo? ¿Cómo podré identificarme si no cuento con esta referencia que tanto me ha servido?”

Durante más de un cuarto de hora se quedó en el box con su ropa interior puesta, dudando y pensando si debía irse... Y entonces se dio cuenta que, si bien no podía permanecer vestido, probablemente pudiera mantener alguna señal de identificación. Con mucho cuidado quitó una hebra del pulóver que traía y se la ató al dedo mayor de su pie derecho. “Debo recordar esto por si me pierdo: el que tiene la hebra marrón en el dedo soy yo”, se dijo.

Sereno ahora, con su credencial, se dedicó a disfrutar del vapor, los baños y un poco de natación, sin notar que entre idas y zambullidas la lana resbaló de su dedo y quedó flotando en el agua de la piscina. Otro hombre que nadaba cerca, al ver la hebra en el agua le comentó a su amigo: “Qué casualidad, éste es el color que siempre quiero describirle a mi esposa para que me teja una bufanda; me voy a llevar la hebra para que busque la lana del mismo color”. Y tomando la hebra que flotaba en el agua, viendo que no tenía dónde guardarla, se le ocurrió atársela en el dedo mayor del pie derecho.

Mientras tanto, el protagonista de esta historia había terminado de probar todas las opciones y llegaba a su box para vestirse. Entró confiado, pero al terminar de secarse, cuando se miró en el espejo, con horror advirtió que estaba totalmente desnudo y que no tenía la hebra en el pie. “Me perdí”, se dijo temblando, y salió a recorrer el lugar en busca de la hebra marrón que lo identificaba. Pocos minutos después, observando detenidamente en el piso, se encontró con el pie del otro hombre que llevaba el trozo de lana marrón en su dedo. Tímidamente se acercó a él y le dijo: “Disculpe señor. Yo sé quién es usted, ¿me podría decir quién soy yo?”

NO OLVIDEMOS NUNCA QUE SOMOS LAS MISMAS PERSONAS, QUE ERAMOS EL DIA ANTES DE QUE NOS ATACASE EL TOC. SEAN CUALES SEAN NUESTRAS OBSESIONES, NOSOTROS NO SOMOS EL TOC NO LO ALIMENTEMOS, Y POCO A POCO SE HARA MAS PEQUEÑO HASTA SER UNA PEQUEÑA MOLESTIA,EN NUESTRO DIA A DIA.

fuente:jorge bucay

TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO

Toc Toc

El Trastorno Obsesivo Compulsivo golpea a la puerta de la vida de una persona o una familia. Se trata de una enfermedad mental que tiene dos componentes fundamentales; las ideas obsesivas y los rituales compulsivos. Las ideas obsesivas se diferencian de las demás ideas por su carácter intrusivo y la ansiedad que le generan a la persona que las padece. Por ejemplo, a un padre responsable le viene la idea de que empujará a su querido hijo a las vías del tren, a un adolescente le asalta la idea de que tomará un cuchillo y apuñalará a la novia u otro ser querido. Un ama de casa siente que sus manos pueden estar contaminadas con microbios, una niña cree que puede haber alguien debajo de su cama. La lista de ideas obsesivas es infinita. Como respuesta a estas ideas obsesivas que generan mucha ansiedad aparecen los rituales compulsivos para tratar de neutralizar la ansiedad que generaron dichas ideas. La lista de rituales es tan infinita como la de ideas obsesivas. El padre que temía arrojar a su hijo al tren podrá contar números hasta tal cifra de una forma particular o podrá caminar por las calles esquivando las uniones de las baldosas, el adolescente podrá por ejemplo comprar compulsivamente flores a la persona que imaginó apuñalar, el ama de casa se lavará las manos decenas de veces, desinfectará cada rincón de la casa minuciosamente, la niña no se dormirá hasta haber verificado cuidadosamente que no hay nadie bajo su cama por ejemplo.La relación entre las ideas obsesivas y los rituales compulsivos puede ser lógica o no. Y puede darse en algunos casos que este solo presente el componente de las ideas obsesivas.

Una gran cantidad de personas sufre este trastorno en el mundo y en la Argentina. Se diagnostica el trastorno cuando la magnitud de los síntomas interfiere con la vida de la persona, impidiéndole, en los casos más severos, trabajar y tener una vida social normal. El trastorno suele aparecer a principios de la adolescencia, aunque puede llegar a aparecer en algunos casos despues de los treinta años. Se instala lentamente y comienza a interferir con distintas actividades del individuo y su familia. Mientras más tiempo se deje progresar el trastorno más difícil será la curación. Existen tratamientos protocolizados acerca del TOC, no muy conocidos por la mayoría de los terapeutas del país, que posibilitan una mejoría del trastorno y en algunos casos su cura. El tratamiento comienza eliminando primero los rituales compulsivos a través de una técnica que se llama EPR (Exposición y Prevención de Respuesta) lo que también reduce la carga de ansiedad que trae la idea obsesiva. Después se trabaja con diferentes técnicas sobre las ideas obsesivas remanentes. Los tratamientos Standard que combinan una terapia cognitivo conductual con farmacoterapia duran entre 10 y 20 sesiones. La acción conjunta de la medicación y la psicoterapia es la que ha demostrado los mejores resultados de recuperación a largo plazo de esta enfermedad.

Lic. Emilio Vignes

Los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo




Los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo


Aunque el trastorno obsesivo compulsivo puede manifestarse de multitud de maneras, los síntomas más comunes pueden ser las compulsiones de comprobación y las de lavado o limpieza. Otros síntomas incluyen la necesidad de simetría, los pensamientos sxuales y/o agresivos involuntarios, contar de modo compulsivo, la necesidad de preguntar constantemente para asegurarse, los rituales de ordenar y acumular.

Algunas personas son ¨obsesivas puras¨. Esto significa que sufren obsesiones pero no compulsiones. Es probable que tales individuos experimenten pensamientos repetitivos de un acto sexual agresivo que son censurables para ellos. Otros presentan una ¨lentitud obsesiva primaria¨. En estas personas, la parsimonia constituye el síntoma básico.

Pueden dedicar varias horas al día para asearse, vestirse y comer.

El patrón de presencia de los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo es extremadamente variado. Aunque muchas personas con trastorno obsesivo compulsivo presentan un síntoma a lo largo de sus vidas, otros con frecuencia padecen obsesiones y compulsiones múltiples. Por ejemplo, un ¨comprobador¨ también puede ser alguien que ¨se asea compulsivamente¨. Además, los síntomas pueden alternarse y transformarse a lo largo del ciclo vital. Por ejemplo, una persona con pensamientos intrusos en la adolescencia puede superar dicho problema sólo para convertirse en alguien que se lava compulsivamente en la etapa inicial de la vida adulta y devenir después en un comprobador.

En las siguientes páginas aparece una lista de los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo. Reconocerlos puede ayudar al enfermo a ¨salir del armario¨ autoimpuesto y buscar tratamiento.

Un síntoma o más no basta para diagnosticar un trastorno obsesivo compulsivo. Recuerde que tal disfunción sólo se diagnostica cuando tales conductas provocan un daño importante, distress o ansiedad, o consumen un tiempo excesivo.

Obsesiones

Obsesiones de contaminación

Temor o disgusto excesivo, y preocupación por evitar:

· Desechos o secreciones corporales: orina , heces, saliva, sangre

· Suciedad o gérmenes

· Substancias o residuos viscosos

· Agentes limpiadores domésticos o medicinas

· Contaminaciones ambientales

· Tocar animales

· Insectos

· Llegar a enfermarse por contaminación

· Hacer enfermar a otros al contaminarles

· enfermedades: sida, hepatitis, enfermedades venéreas.

Obsesiones de acumular, guardar y coleccionar

· preocupación por tirar las cosas, incluso objetos aparentemente más inservibles

· necesidad de amontonar objetos inservibles

· necesidad de recoger cosas del suelo

· sentirse incómodo en un espacio vacío, sentir la necesidad de llenarlo.

Obsesiones de orden

· Preocupación por la simetría, exactitud o el orden

· Preocupación excesiva porque la escritura a mano sea perfecta o ¨como debe ser¨

· Preocupación por alinear los papeles, libros y otros objetos de un cierto modo ¨perfecto¨.

Obsesiones religiosas, escrupulosidad

Temor excesivo, preocupación e inquietud por:

· Albergar pensamientos blasfemos o decir cosas negativas

· Ser castigado debido a pensamientos blasfemos

· Preocupación por las creencias religiosas

· Cuestiones de rectitud y equivocación, moralidad

· Insistir en imágenes o pensamientos religiosos

Obsesiones somáticas

Temor, preocupación e inquietud excesivos con respecto a:

· Padecer una enfermedad o a la reacción negativa de los demás a la propia apariencia

Obsesiones agresivas

Preocupación y temor excesivo a:

· Dañarse a si mismo

· Dañar a los demás

· Actuar en base a impulsos involuntarios, esto es : atropellar o apuñalar a alguien.

· Dañar a los demás por su falta de cuidado

· Responsabilidad de algún terrible accidente. Incendio, robo

· Dejar escapar insultos u obscenidades

· Hacer algo embarazoso o parecer un loco

· Imágenes violentas u horrendas en su mente que puedan dañar a los demás

Obsesiones sexuales

Pensamientos involuntarios, inquietantes e intrusos:

· De naturaleza sexual (o también imágenes o impulsos)

· En los que molesta a sus propios hijos o a otros niños

· Sobre la posibilidad de ser o convertirse en homosexual

· Imágenes de conducta sexual violenta hacia los demás.

Miscelánea de obsesiones

· Necesidad imperiosa de recordad ciertas cosas: eslóganes, matrículas de coches, nombres, palabras, eventos del pasado

· Temor a decir algo erróneo, afirmar algo que no sea correcto o a olvidar detalles

· Preocupación por perder cosas

· Preocupación por cometer errores

· Molestarse fácilmente por ciertos sonidos y ruidos: tic tac de un reloj, ruidos fuertes, timbres

· Molestarse fácilmente por la textura de la ropa, el tacto de la piel

· sonidos intrusos y sin sentido, música, palabras

· temores a decir ciertas cosas debido a creencias supersticiosas sobre palabras particulares

· Miedo a vestir con ciertos colores por razones supersticiosas

· Temores supersticiosos exagerados y adhesión rígida a ellos

· Preocupación excesiva por números que traen o no suerte y apegarse rígidamente a ellos

Compulsiones

Compulsiones de limpieza y lavado

Un excesivo/ a, ilógico / e incontrolable:

· Lavado de manos, desempeñado con frecuencia de un modo ritual

· Baño o ducha, desempeñado con frecuencia de modo ritual

· Ritual de cepillado de dientes, afeitado, acicalado

· Limpieza de la casa, ciertas habitaciones, patio

· Limpieza de objetos o elementos domésticos

· Empleo de limpiadores o técnicas de limpieza especiales

· evitación de objetos considerados ¨contaminados¨

· evitación de lugares específicos –ciudades, pueblos, edificios- considerados ¨contaminados´

· preocupación por llevar guantes u otra protección para evitar la ¨contaminación¨

Compulsiones de comprobación

Comprobar una y otra vez (a pesar de una confirmación reiterada)

· que no daño a otros sin percatarse

· que no se hizo daño

· que otros no le dañaron

· que no se cometió algún error

· que no ocurrió nada terrible

· que no hizo nada que pudiera causar un daño futuro

· algún aspecto de su estado físico o salud: pulso, presión sanguínea, apariencia.

· El entorno físico: cerraduras, ventanas, cocina, aparatos.

· Que los frascos se encuentren cerrados apretándolos con fuerza excesiva.

· Que las puertas estén cerradas mediante la acción de cerrar repetidamente.

Compulsiones de acumular, amontonar y coleccionar

· Guardar, coleccionar objetos inservibles

· Recoger objetos inservibles del suelo

· Dificultad para tirar objetos aparentemente inservibles ¨algún día necesitaré esto…¨

Repetir, contar, ordenar

· Leer y releer las cosas, a veces durante horas

· Preocupación excesiva por no entender algo que lea

· Escribir y reescribir en exceso las cosas

· Repetir actividades rutinarias: entrar y salir por las puertas, cruzar repetidamente , levantarse y sentarse en una silla, peinarse o atarse los zapatos o vestirse y desvestirse una y otra vez

· Realizar ciertas actividades una cierta cantidad de veces

· Contar objetos: libros de una estantería, baldosas, coches

· Colocar los objetos en un cierto orden: libros lapiceros, interior de un armario

Miscelánea compulsiones

· Rituales mentales, oraciones, repetir ¨buenos pensamientos¨ para contrarrestar a los ¨pensamientos negativos¨

Nota: al contrario que en las obsesiones, estos rituales mentales se llevan a cabo con una intención de reducir o neutralizar la ansiedad

· Necesidad excesiva de preguntar reiteradamente para asegurarse cuando, para los demás, ya existe una garantía evidente y ésta ya ha sido suministrada por quienes le rodean

· Necesidad de confesar una conducta errónea, incluyendo las infracciones conductuales insignificantes más leves con respecto a los demás

· Conducta supersticiosa que implica cantidades excesivas de tiempo

· necesidad de tocar, tapar o frotar ciertos objetos o personas

· tomar medidas, además de la comprobación, para impedir el daño a uno mismo o a los demás, por ejemplo, evitar ciertos objetos o adoptar precauciones extremas para impedir un daño o peligro altamente improbable

· comer de modo ritual, de acuerdo a ¨reglas¨ específicas: disponer la comida o los utensilios, comer en ciertos momentos, ingerir la comida según un orden particular.

Síntomas relacionados

· tirarse del pelo, de la cabeza, pestañas, cejas, áreas púbicas

· actos de autoagresión o automutilación, rascarse la piel

· compras compulsivas

nota: la compra compulsiva se relaciona con frecuencia con la acumulación: por ejemplo comprar una serie de objetos por miedo a que se agoten.

¿COMO SE DIAGNOSTICA EL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO?

El diagnóstico del trastorno obsesivo compulsivo se efectúa en base al examen psiquiátrico, a la historia de los síntomas y quejas del paciente y al grado en que los síntomas interfieren con el funcionamiento diario. Con base a la naturaleza, duración y frecuencia de los síntomas que se presenten, el clínico diferenciará si se trata de un trastorno obsesivo compulsivo o de alguna otra enfermedad con síntomas similares. Entre ellas se incluyen la esquizofrenia, las fobias, el ataque de pánico y el trastorno por ansiedad generalizada. Puede encomendarse un examen físico con el fin de descartar otras causas de los síntomas que se presentan. Hasta el momento no se encuentra disponible un análisis de sangre que diagnostique de un modo confiable el trastorno obsesivo compulsivo. Por tanto, ¿cómo distinguen los profesionales de la salud entre alguien que padece un trastorno obsesivo compulsivo y un individuo que sólo se preocupa en exceso?

Los estudios han demostrado que entre un 89 y un 90 % de las personas experimentan pensamientos involuntarios. Pero la mayoría de la gente puede albergar pensamientos desagradables sin un malestar excesivo o pueden apartar éstos fácilmente y por completo. Sus pensamientos son más breves en duración, así como menos intensos y más esporádicos. Por otro lado, las obsesiones del trastorno obsesivo compulsivo presentan, por lo general, un inicio específico, producen un malestar significativo y dan lugar a una poderosa y apremiante necesidad de neutralizarlas o reducirlas. Las obsesiones y compulsiones del trastorno obsesivo compulsivo interfieren de un modo importante en su vida. Los pacientes reconocen que aquellas son exageradas o ilógicas la mayor parte del tiempo. Existen varias herramientas que emplean los profesionales de la salud mental para ayudar al diagnóstico del trastorno obsesivo compulsivo.

La escala obsesiva compulsiva Yale-Brown (YBOCS) es un cuestionario empleado para ayudar a discriminar los síntomas obsesivos compulsivos y evaluar su gravedad. También se emplea para observar y evaluar la respuesta clínica al tratamiento. También existe una versión infantil de dicha escala. Otras herramientas de evaluación incluyen el listado de actividad compulsiva (CAC), el inventario de Obsesiones de Leyton (LOI), el inventario obsesivo compulsivo de Maudsley (MOCI), el inventario de Papua (PI) y la escala obsesiva compulsiva global NIMH (NIMH global OC)

TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO Y VERGÜENZA

Los individuos con trastorno obsesivo compulsivo son, por lo general, reservados y sienten vergüenza por sus pensamientos obsesivos y sus conductas compulsivas. Muchos logran ocultar su trastorno durante años. Al contrario que muchas enfermedades mentales, las personas con trastorno obsesivo compulsivo son conscientes, al menos en ciertas ocasiones, de lo inapropiado de sus conductas y pensamientos. Sin embargo, con frecuencia ignoran que sus síntomas forman parte de una condición clínica identificable que puede ser tratada. O pueden tener el desprecio ajeno, quizás ni siquiera ¨encerrados¨ revelarían sus obsesiones y compulsiones.

Debido a su reserva, muchas personas esperan años, incluso décadas, para buscar ayuda. Mientras tanto, los pensamientos obsesivos y las conductas compulsivas se arraigan con más fuerza en su estilo de vida. La media de tiempo transcurrido entre el inicio de los síntomas y la búsqueda del tratamiento es de siete años y medio (Yaryura- Tobias y Neziroglu, 1997). Ojalá que una mayor educación sobre el trastorno obsesivo compulsivo acorte este período de tiempo.

Debido a la vergüenza que padecen las personas con trastorno obsesivo compulsivo, pude que no consulten a un profesional de la salud mental. En vez de ello, pueden preferir buscar ayuda para sus síntomas con otros profesionales sanitarios. Los médicos (no especializados en psiquiatría) que estén alerta pueden detectar síntomas del trastorno obsesivo compulsivo en pacientes que acuden a verles debido a problemas aparentemente poco relacionados. El médico de familia puede ser el primero que se percate de los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo en los pacientes. Los padres y familiares pueden mencionar su preocupación por los frecuentes lavados, conteos o comprobaciones del paciente. Una preocupación excesiva por haberse enfermado del síndrome de inmunodeficiencia adquirida (SIDA) y otras enfermedades, que dan lugar a reiteradas e innecesarias consultas médicas, deberían alertar al médico.

Otros clínicos que probablemente detecten signos de un trastorno obsesivo compulsivo son los dermatólogos, oncólogos, internistas de enfermedades infecciosas, neurólogos, neurocirujanos, médicos obstétricos, pediatras, cirujanos plásticos y dentistas. Los síntomas de manos agrietadas y eczemas derivados de un excesivo lavado pueden ser percibidos por los dermatólogos. La gente puede acudir a un cirujano plástico para consultar repetidamente por lo que considera unas malformaciones obvias. Las lesiones en las encías derivadas de una excesiva limpieza de dientes pueden alertar al dentista. Pueden detectarse síntomas del trastorno obsesivo compulsivo tras el parto y durante el embarazo. Los neurólogos y neurocirujanos pueden percibir señales del trastorno obsesivo compulsivo asociados con el síndrome de Tourette, una herida en la cabeza, epilepsia, coreas y lesiones o trastornos en el ganglio basal. El clínico informado con perspicacia detectará el trastorno obsesivo compulsivo y efectuará una remisión adecuada al psiquiatra u otro profesional de la salud mental, en vez de etiquetar negativamente a la persona como ¨rara¨ o ¨loca¨.

Los sujetos con trastorno obsesivo compulsivo sufren frecuentemente depresión. Alrededor de un tercio la padecen en el momento en el que buscan tratamiento. Aproximadamente dos tercios de los individuos que sufren un trastorno obsesivo compulsivo han experimentado al menos un episodio de depresión mayor (Jenike, 1996) Muchos otros padecen formas más leves de depresión. Es importante que los médicos y familiares atiendan a los signos preocupantes de dicha patología.

Señales de depresión clínica

· Pérdida de peso

· Cambios en el sueño

· Pérdida del apetito

· Falta de energía

· Sentimientos de tristeza

· Llorar o ganas de llorar frecuentes

· Pensamientos suicidas, con o sin plan de ejecutarlo

· Sentimientos de desesperanza o indefensión.

· Falta de interés en cosas que antes sí interesaban o ausencia de disfrute de la vida, especialmente si se desconoce el motivo.

Marque los síntomas pertinentes en su caso y muéstrele esta lista a su médico. Si usted experimenta pensamientos suicidas, aunque sea de modo ocasional, le instamos a que busque, ya mismo, la ayuda de un profesional cualificado de la salud mental. La mayoría de las ciudades y poblaciones disponen de un teléfono de ayuda que puede servirle para encontrar y obtener la asistencia necesaria. Si usted es amigo o familiar de alguien que hable de suicidarse, no lo dude: consiga ayuda inmediatamente.

¿EL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO SE HEREDA?

Los estudios realizados desde 1930 han demostrado la presencia del trastorno obsesivo compulsivo en parientes consanguíneos en un 20-40% de los casos (Yaryura- Tobías y Neziroglu, 1997). Podría existir una tasa mayor del trastorno obsesivo-compulsivo, el trastorno obsesivo compulsivo subclínico, tics y el síndrome de la Taurette entre familiares de personas de personas con trastorno obsesivo compulsivo (Alsobrook y Pauls, 1998). Aquellos que sufran un trastorno obsesivo compulsivo con inicio en la infancia es más probable que posean familiares consanguíneos con trastorno obsesivo compulsivo (Séller, 1998).

¿CUÁL ES LA CAUSA DEL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO?

Nadie conoce con exactitud las causas del trastorno obsesivo compulsivo pero los investigadores están colaborando para completar juntos el puzzle. Cada vez existe una mayor evidencia de que la etiología son sutiles variaciones en las estructuras y circuitos cerebrales. La teoría defendida más ampliamente es que la causa se relaciona con niveles anormales en alguno de los elementos químicos vitales del cerebro: la serotonina. Ésta juega algún papel en muchos procesos biológicos, incluyendo el estado anímico, la agresión, el control de impulsos, el sueño, el apetito, la temperatura corporal y el dolor. Una regulación anómala de la serotonina también se encuentra implicada en la depresión, los trastornos alimenticios, la automutilación y la esquizofrenia (Yaryura-Tobías y Neziroglu, 1997).

La serotonina es uno de los elementos químicos denominados neurotransmisores que las células neuronales emplean para transmitir los impulsos nerviosos y comunicarse entre sí. Los neurotransmisores realizan su trabajo en el minúsculo espacio existente entre dós células nerviosas, denominado hendidura sináptica. La transmisión termina cuando los neurotransmisores son absorbidos de nuevo por la célula neuronal transmisora, un proceso que se denomina recaptación. El incremento, mediante la medicación, de la serotonina disponible parece generar cambios en los receptores de algunas de las membranas nerviosas. Se cree que estos receptores pueden encontrarse alterados en las personas que padecen un trastorno obsesivo compulsivo.

Los estudios en imágenes del cerebro de los individuos con trastorno obsesivo compulsivo han demostrado ciertas anormalidades en varias áreas. Entre ellas el tálamo, el núcleo caudado, el cortex orbital y el giro cingulado. Un estudio realizado por Jenike y cols. Comparó los cerebros de personas que padecían un trastorno obsesivo compulsivo con los sujetos del grupo control (individuos sin dicha alteración).

Las imágenes de resonancia magnética mostraron un córtex más amplio.

El tálamo procesa los mensajes sensoriales que llegan al cerebro procedentes del resto del cuerpo. El núcleo caudado forma parte del ganglio basal, en la parte interna y central del cerebro. El núcleo caudado controla el filtrado de pensamientos. La información sensorial se clasifica. Normalmente, la información innecesaria se omite. Las personas con trastorno obsesivo compulsivo llegan a abrumarse con los pensamientos e impulsos intrusos que el núcleo caudado no ha filtrado. El núcleo caudado de una persona con trastorno obsesivo compulsivo se comporta como el portero de un edificio de departamentos con un mal desempeño a la hora de mantener alejados a los indeseables.

El córtex orbital se encuentra en la parte frontal del cerebro, encima de los ojos. Este es el lugar donde se combinan los pensamientos y las emociones. Un núcleo caudado que permite ¨pasar¨ los impulsos y pensamientos innecesarios complica en gran medida el trabajo del córtex. El córtex orbital nos informa de cuándo algo es erróneo y cuándo debiéramos evitarlo. Es como un sistema primario de alarma cerebral.

En las personas que padecen un trastorno obsesivo compulsivo parece realizar horas extraordinarias.

El giro cingulado constituye el centro del cerebro. Le ayuda a cambiar la atención y pasar de un pensamiento o conducta a otro. Cuando se encuentra activo en exceso, nos quedamos estancados en ciertas conductas, pensamientos o ideas. El giro cingulado también forma parte del sistema cerebral que indica el peligro de que lago horrible sucederá si usted no ejecuta sus compulsiones.

Imagine que todas estas partes de su cerebro le ¨vociferan¨ cuando los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo se encuentra en su peor momento:



· El tálamo envía mensajes de otras partes de su cuerpo, haciendo que se encuentre hiperconsciente de todo lo que sucede a su alrededor.

· El núcleo caudado abre la puerta y permite la entrada de pensamientos intrusos.

· El córtex orbital mezcla los pensamientos y las emociones, después le dice ¨¡ Algo no va bien aquí!¡ refúgiate!

· El giro cingulado le dice que ejecute las compulsiones para aliviar la ansiedad que el resto del cerebro ha cargado sobre usted.

· Mientras tanto, sus hendiduras sinápticas gritan: ¨¡Envía algo de serotonina! ¡Se nos acaba aquí!

En estos momentos debe de estar pensando, ¨No es sorprendente que tenga problemas! Ojalá que se percate de que usted no es el culpable del trastorno obsesivo compulsivo. ¡es su cerebro!. Por supuesto hemos simplificado en gran medida este proceso. Los expertos ni siquiera están seguros con exactitud de qué partes del cerebro son responsables. Como hemos dicho, el puzzle todavía se está armando colectivamente.

La investigación ha descubierto que ciertas enfermedades autoinmunes, tales como la Corea de Sydenham, la fiebre reumática, las infecciones pediátricas por estreptococos y el lupus, también pueden provocar algunos casos de trastorno obsesivo compulsivo. En algunos estudios se ha demostrado el vínculo del trastorno obsesivo compulsivo con la encefalitis de Ecónomo, las lesiones hipotalámicas, los traumatismos craneales, los tumores cerebrales y la epilepsia. Sin embargo, la mayoría de los casos de trastorno obsesivo compulsivo tienen lugar sin tales explicaciones causales (Jenike 1998; (Yaryura-Tobías y Neziroglu, 1997).

Los estudios han encontrado que la terapia de conducta pueden ocasionar cambios positivos en la función cerebral. La medicación ayuda a corregir el desequilibrio en la serotonina (Yaryura-Tobías y Neziroglu, 1997). . Juntas, ambas estrategias de tratamiento pueden ayudarle a deshacerse del dominio de esta enfermedad. ¿Qué significa todo esto para las personas que se enfrentan al trastorno obsesivo compulsivo?

Aunque muchos procesos siguen sin explicarse, cada vez es mayor la evidencia de que la causa real del trastorno obsesivo compulsivo se sitúa en problemas con circuitos, estructuras y neuroquímica cerebrales. Los padres, cónyuges y otros familiares no son los culpables de su trastorno obsesivo compulsivo. Las personas que lo sufren pueden ayudar a sus cerebros a funcionar mejor mediante la terapia cognitivo conductual y la medicación.

La esperanza es real.

Agradecemos a Desclée De Brouwer por la autorización para la publicación de este material

luchar contra los rituales y las evitaciones


esta psicoterapia descansa en tres principios muy sencillos. habra quien los encuentre demasiado simples y hasta simplistas, sobre todo,si los comparamos con la aparentente complejidad del trastorno. pero ,aunque simples ,es fundamental que los comprenda a la perfeccion y los asimile,pues son la base de la terapia comportamental.

la terapia comportamental va a intentar ayudarle a superar las situaciones penosas del toc mediante una tecnica denominada exposicion graduada con prevencion de la respuesta. dicha tecnica consiste en repetir diariamente una serie de ejercicios que permiten:

1.afrontar de forma muy progresiva las situaciones que desencadenan sus obsesiones y rituales, como cuando sale de casa .comprobacion del gas,la luz,la puerta,etc.o cuando tiene que enfrentarse a una cosa sucia, dar la mano, cojer el pomo de una puerta. etc es a lo que se denomina exposicion graduada.esta exposicion prte de situaciones que desencadenan una ansiedad o molestia soportable.al principio se dejaran de lado aquellas otras ante las que resulta imposible resisitir realizar los rituales. se partira de situaciones en las que ya se ha conseguido modificar o disminuir el ritual sin demasiado sufrimiento.

2.disminuir la frecuencia del ritual:por ejemplo ,comprobar las cosas diez veces en lugar de 15,o lavarse solo tres veces y no seis.

reducir la complejidad del ritual por ejemplo si la comprobacion de si una puerta esta cerrada o no consiste en intentar habrirla con el picaporte y en volver a introducir la llaveen la cerradura,uno de los ejercicios puede consistir en comprobar si esta habierta o no intentando abrirla solo con el picaporte.o si un ritual de lavado de manos consiste en lavarse las manos, los antebrazos,y los brazos de las manos hacia los brazos y de estos hacia las manos un ejercicio podria consistir en lavarse solo las manos y los antebrazos y en un solo sentido por ejemplo de los antebrazos hacia las manos.

no hacer el ritual si este tiene una intensidad minima:por ejemplo no habrir una carta que ya ha sido escrita y cerrada o no lavarse las manos cuando se ha tocado el periodico.este ejercicio se reserva para aquellos rituales de intensida muy pequeña o tras muchos ejercicios,en los que el ritual ha ido disminuyendo de intensidad

3. luchar contra las evitaciones:por ejemplo ,cierre usted mismo una puerta y compruebe que esta cerrada en lugar de pedirle a otra persona que lo haga por usted o si usted no puede cojer un objeto considerado como sucio,por ejemplo un libro,cojalocon un pañuelo con el lugar que ha estado en contacto con el libro.o quedese a solas con su hijo si sus obsesiones agresivas necesitan siempre la presencia de una tercera persona.
puede ser que ya haya intentado resistirse a la necesidad de ritualizar y haya llegado a la conclusion de que nunca lo conseguira .tambien le ha podido sorprender que la terapia por exposicion le pida realizar los mismos afrontamientos pero la particularidad de la terapia consiste en el hecho en el hecho de utilizar afrontamientos debiles,es decir que desencadenan una ansiedad soportable. dicha exposicion va a ir entrenado progresivamente su organismo a resistir el deseo de ritualizar con ejercicios medianamente penosos.estos le permitira demostrarse a si mismo que es posible dsiminuir los rituales.dicha tecnica conduce a un proceso de mejoria denominado habituacion.