¿Eres resiliente?

¿Te has parado alguna vez a pensar qué significa para ti fracasar? La forma en que percibes los errores, fracasos y adversidades tiene un papel muy importante en tu desarrollo personal y profesional y en tus logros y éxitos,

 por eso es fundamental desarrollar la resiliencia. La resiliencia es la capacidad de adaptarte y recuperarte de los contratiempos, de seguir adelante cuando las cosas no funcionan como esperabas. ¿Quieres un ejemplo?
 “No he fracasado. He encontrado 999 maneras que no funcionan.” Thomas A. Edison Esto es un ejemplo perfecto de resiliencia. Imagínate qué hubiera pasado si Edison hubiera decidido darse por vencido. Afortunadamente no lo hizo, al contrario, aceptó sus fallos, aprendió de ellos y siguió adelante.

 La realidad es que en esta vida es inevitable fracasar y cometer errores, la única forma de evitarlo sería no correr ningún tipo de riesgo ni probar nada nuevo, ¡y eso no es vivir! Por eso es recomendable desarrollar la resiliencia. Según la psicóloga Susan Kobasa hay tres elementos claves para ser más resiliente: Ver las dificultades como desafíos. Los fallos y errores como lecciones y oportunidades para desarrollarte y no considerarlos como algo negativo y mucho menos como un defecto tuyo. - Comprometerte contigo, tu vida y tus metas. Querer seguir adelante pase lo que pase. Centrarte en lo que puedes controlar. Hay ciertas circunstancias y sucesos que simplemente no puedes controlar, lo sabio es centrarte en lo que sí está en tu mano y en lo que supondrá una mayor diferencia en tu vida. Así lograrás sentirte confiada y empoderada porque estás haciendo no sólo todo lo que puedes, sino lo que importa.

 El también psicólogo Martin Seligman, menciona la importancia de considerar los contratiempos como algo temporal, de procurar que no afecten a otras areas de tu vida y de no internalizarlos o convertirlos en algo personal. No es lo mismo pensar que ayer (temporal) no estuviste muy fina en el trabajo que que siempre haces tu trabajo mal o que eres una inútil. ¿Ves la diferencia? ¿Qué puedes hacer tú para ser resiliente y afrontar los cambios y contratiempos de otra manera? Estas son algunas sugerencias:
 Sé consciente de lo que piensas cuando algo va mal y cuando hablas de ti misma. Si
encuentras pensamientos negativos o críticos, corrígelos y procura siempre pensar y hablar bien de ti misma. Deja de considerarte una víctima y coge las riendas de tu vida. Centra tu tiempo y energía en las cosas o situaciones que puedes cambiar, no en aquello que no depende de ti. Procura no asociar cometer errores con fracasar. Los errores son parte de la vida y de ellos se aprende, decide buscar la lección que puedes sacar.
 Recuerda que lo que importa es tu reacción ante las adversidades y errores. Tú eliges si buscar un solución y seguir adelante, o si pensar que eres una inútil y quedarte paralizada. No hagas una montaña de un grano de arena. Es importante mantener la perspectiva en cada situación. A lo mejor a largo plazo eso que ahora parece terrible no deja de ser una mera anécdota.
Sé flexible. Las cosas cambian, los planes no siempre salen bien, así es la vida y es mejor aceptarlo cuanto antes y adaptarse a ello. Busca apoyo. Tener una buena relación con tus amigos, familia y compañeros de trabajo, hará que te resulte más fácil superar los obstáculos porque tendrás apoyo y eso es fundamental
. Y tú, ¿te consideras resiliente o te rindes ante el fracaso y los fallos? ¿Te imaginas lo que conseguirías si tuvieras la fuerza suficiente como para no rendirte? Depende de ti, así que ponte manos a la obra. Apúntate a mi boletín para no perderte los próximos artículos. Pincha aquí y lo recibirás cada martes en tu correo. Y si prefieres escuchar, te puedes suscribir a mi podcast aquí.

dejarse la piel

Fobias: los miedos se hacen irracionales La psicología te da la solución para superarlas


Tener miedo ante una situación de peligro es una sensación totalmente normal y que todos hemos padecido en alguna ocasión con mayor o menor intensidad. Forma parte de la naturaleza humana y no debe preocuparnos en exceso. No obstante, cuando estos temores se vuelven irracionales, puede generarse lo que se conoce como una fobia y provocar una reacción descontrolada.



Es lo que Antonio Cano, presidente de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) define como "un temor intenso en presencia de un estímulo que no es peligroso", pero ante el cual, una determinada persona puede llegar a sufrir una gran preocupación con, incluso, síntomas físicos.




Un sentimiento angustioso
Aunque lo que una fobia supone puede desentrañar numerosas señales que dependerán de la persona que la padezca, el especialista en psicología asegura que, "para diagnosticar una fobia ha de tratarse de un miedo acusado y persistente que es excesivo o irracional ante la presencia de un estímulo". Además, una fobia también se caracteriza porque "la exposición a dicho estímulo fóbico provoca una intensa ansiedad que cesa si se evita", añade Cano.



Las crisis que se producen tras encontrarse en la situación que genera el temor, pueden hacer que el afectado sufra "temblores, sudoración excesiva, aumento del ritmo cardíaco, tensión muscular, e incluso provocarle una ansiedad generalizada que puede causar un malestar psicológico importante", advierte el experto.



Normalmente, en palabras de Antonio Cano, las fobias se desarrollan por "asociación entre un estado de ansiedad muy intenso y un determinado estímulo que se produce en ese momento". Es decir, nuestro cerebro percibe unos síntomas físicos que le hacen interpretar que se está en peligro, lo que, añadido a una situación desconocida, puede terminar por generar miedo aunque el riesgo no sea real. Por ello, como explica el especialista, "la magnitud de la fobia dependerá de la atención que se le preste a dichas sensaciones".


niña asustada niña en silla


Más en mujeres
Parece ser que las fobias son bastante más comunes entre la población femenina y adulta. El experto asegura que en España, afecta a alrededor de "un 2,3% de los varones y un 6,5% de las mujeres". En cuanto a su tipología, existen diversos grupos que se pueden identificar claramente como los más usuales. En esta lista, se encuentran las de tipo animal y ambiental, las motivadas por sangre, inyecciones o situaciones de dolor en general, o las que se producen al estar en determinados lugares, como ascensores o aviones.



Antonio Cano explica que se trata "del trastorno de ansiedad menos grave y más frecuente de todos, y que, por lo general, interfiere poco en la vida diaria". Sin embargo, estas personas sí que pueden verse condicionadas en el sentido de que deben evitar enfrentarse a lo que les provoca una crisis, por lo que "supone una gran pérdida de calidad de vida en aquellos que no tienen otro remedio que afrontar dichas situaciones", agrega el presidente de la SEAS.


jeringuilla mujer sentada




Una terapia para una nueva percepción
Una fobia se ha de tratar siempre que condicione la vida diaria. Hoy en día se emplean técnicas cognitivo-conductuales que pueden combinarse, si es necesario, con un tratamiento farmacológico que alivie los síntomas. Para empezar, se ha de acudir al psicólogo, que será quien evalúe cómo se ha de llevar a cabo la terapia.



En la consulta, "el especialista suele explicar al paciente el proceso que ha desarrollado para aprender a tener miedo a un estímulo que, en sí mismo, no es peligroso", detalla Cano. Una vez comprendido, el paciente podrá diferenciar y manejar de manera más adecuada su fobia. "A continuación, se le enseñan técnicas cognitivas de reestructuración del conocimiento", prosigue el experto. El fin de esto es reordenar los conceptos para intentar restar importancia a lo que produce el miedo y disminuir así las reacciones que éste provoca.



Antonio Cano añade que, ?paralelamente, se enseñan técnicas de relajación (muscular, respiratorias y mediante imaginación), que el paciente debe practicar diariamente en su casa". Con esto se consigue "reducir la activación fisiológica, lo que ayuda a pensar más fríamente y a disminuir el temor al estímulo fóbico", puntualiza el presidente de la SEAS.



Por último, el paciente podrá ir exponiéndose paulatinamente a todo eso que le provoca un miedo irracional. Este paso, "supone un aprendizaje contrario a la evitación anteriormente practicada, que producía calma a corto plazo, pero más temor a largo plazo". La exposición, "provoca un poco de ansiedad al principio pero genera mucha seguridad y calma con el tiempo", sentencia Cano. No obstante, para que este tratamiento culmine con éxito, se necesita de la adecuada supervisión de un experto y de mucha fuerza de voluntad por parte del paciente.

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Implantar recuerdos falsos en el cerebro es posible en
Animales de laboratorio a los que los científicos modificaron sus neuronas recordaron situaciones que nunca vivieron o combinaron hechos diferentes para construir su memoria


Aunque mucha gente lo ignore, desde hace décadas se sabe que buena parte de los recuerdos que atesoramos son falsos y que es posible implantar falsos recuerdos por medio de sugerencias deliberadas o intencionales. Ahora, un grupo de investigadores del Scripps Research Institute (Estados Unidos) ha conseguido que ratas de laboratorio “recuerden” situaciones que nunca vivieron, o que combinen hechos diferentes para construir un solo recuerdo.
Implantar recuerdos falsos en el cerebro es posible
«El vengador del futuro»

Parece que el comercio de falsos recuerdos, al mejor estilo de “El vengador del futuro” (la genial película basada en un cuento corto de P. K. Dick), está a la vuelta de la esquina. Desde hace casi un siglo los psicólogos saben que es posible inducir falsos recuerdos en una persona. De hecho, no poca gente ha jurado recordar eventos traumáticos -incluyendo abuso infantil y abducciones extraterrestres- que nunca ocurrieron (sobre todo, obviamente, los segundos). Ahora, un grupo de científicos del Scripps Research Institute (Estados Unidos) ha logrado modificar las neuronas de ratones para controlar sus recuerdos. Se trata de un importante avance en el sentido de comprender mejor la manera en que se forma la memoria y, posiblemente, conseguir eliminar recuerdos dolorosos o los relacionados con el trastorno de estrés postraumático. Los resultados de este estudio se ha publicado en la última edición de la revista especializada Science.

Buscando comprender como el estímulo aplicado en algunas regiones cerebrales puede activar conductas y recuerdos, Mark Mayford, el líder del equipo que llevó adelante este proyecto, insertó dos genes en sus ratones de laboratorio. Uno de ellos producía unos receptores que los investigadores pueden activar químicamente cuando necesitan activar una neurona. Este gen estaba vinculado a un gen natural que se enciende sólo en las neuronas activas durante la formación de un recuerdo. Esta técnica les permitió disponer de una suerte de “interruptores” con los que activar o desactivar las neuronas implicadas en la formación de recuerdos específicos.
Recuerdos de la «caja A»

En el transcurso de los experimento, los científicos activaron las neuronas modificadas en los ratones que estaban aprendiendo cosas sobre un nuevo entorno, al que llamaremos “caja A”. En ese entorno, los roedores se encontraron con colores, sabores y texturas determinados. Luego, pusieron los ratones en otro ambiente, al que llamaremos “caja B”, y les inyectaron los químicos necesarios para que se activen las neuronas asociadas con los recuerdos formados cuando estaban en la caja A. A partir de ese momento, los ratones actuaban como si tuviesen recuerdos combinados de ambas cajas.

Según el especialista del Scripps Research Institute, "comprender exactamente cómo la actividad del cerebro representa el mundo real sería de ayuda para que consigamos entender qué funciona mal en las personas que tienen percepciones inadecuadas. También podría ayudarnos a determinar en qué partes del cerebro se producen cambios cuando aprendemos cosas nuevas.” El objetivo final del equipo de Mayford es desarrollar fármacos capaces de manejar enfermedades mentales como la esquizofrenia o el desorden de estrés postraumático. Es posible que cuando este proceso sea comprendido completamente aparezcan aplicaciones “recreativas” del mismo, implantando o borrando recuerdos a gusto del consumidor.
http://www.abc.es/20120326/ciencia/abci-implantar-recuerdos-falsos-cerebro-201203261013.html

vivimos gobernados por nuestras ideas


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3…2…1 Autodestrucción

3…2…1 Autodestrucción

Posteado por: Mariana Alvez


Las personas tienen una tendencia natural a la autodestrucción, nuestro propio inconciente conspira en nuestra contra para influenciarnos de manera negativa. Existen muchas maneras de manifestar los comportamientos destructivos hacia nosotros, conductas tan simples como caminar descuidadamente por la calle, fumar, comer en exceso, sobre exigirse, dormir poco, realizar deportes extremos sin las precauciones necesarias, conducir demasiado rápido, tener sexo sin protección, consumir drogas, y una amplia gama de actividades potencialmente mortíferas más.

La autodestrucción se convierte en un hábito cuyas consecuencias usualmente no pueden visualizarse a corto plazo. Las metas de estas conductas es intentar hacer desaparecer el dolor, la angustia, la ansiedad, es una manera fallida de mantener el control sobre una situación. Hay personalidades más predispuestas a este tipo de comportamiento, son aquellas con rasgos antisociales, histriónicos, narcicistas, aquellos quienes gustan de llamar la atención y seducir, quienes buscan desesperadamente aceptación y amor. Son personas que tienden a tener amistades superficiales, con baja tolerancia a la frustración, por lo que deben obtener el placer de la manera más rápida posible, son impulsivos, tienden a negar la peligrosidad de sus actos y a veces actúan de manera egoísta.

Aún cuando se sabe que lo que estamos haciendo no está bien se prefiere ignorarlo, ya que no interesa que se destruyan tan sólo un poco ahora, la gratificación instantánea nubla el juicio y se dejan llevar por el momento, por esa necesidad imperiosa de aniquilar la angustia y no son capaces de medir que el goce luego se convertirá en suplicio.

Una historia de vida compleja donde el sostén emocional es pobre, un entorno poco habilitante, tipos familiares disfuncionales, son los culpables de que se creen personalidades “débiles”, donde el dolor tiene que expresarse de una manera casi suicida, como si la muerte seduciera con su promesa de acabar con toda la angustia de una vez y para siempre.

Por supuesto que quien se está dañando no es conciente de todo lo subayecente que se encuentra en una conducta que hasta a veces se tilda de inofensiva, ya que es algo común, algo que muchas personas hacen, no deberíamos preocuparnos por las consecuencias. La negación se convierte en una aliada para mantener este lento suicidio a flote. La pulsión de muerte vibra en nosotros arrastrándonos por el fango de nuestra propia desgracia, y nosotros sin saberlo seguimos fielmente los dictámenes de nuestros impulsos.

¿Qué podemos hacer al respecto? Ya que es complicado que nos demos cuenta nosotros solos de lo que estamos haciendo, tendremos que aprender a escuchar a quienes están a nuestro alrededor, sus palabras pueden ser la primer señal de alerta para reaccionar. No hay que menospreciar el peligro de nuestras conductas porque lo que hoy brinda placer y alivio, mañana puede ser lo que se convierta en nuestro final. Tenemos que entender por qué lo hacemos, por qué buscamos dañarnos y una vez que descubramos la raíz debemos trabajar en eso mediante terapia o grupos de ayuda, es vital buscar apoyo, las conductas autodestructivas pueden ser un laberinto muy solitario. Tenemos que aprender a amarnos a nosotros, a valernos por nosotros mismos, tenemos que aprender a no vivir a través de los ojos de los demás, no buscar la aprobación ni el cariño de otros solo como sustituto a nuestra propia falta de amor y respeto. En los demás no se encuentra la solución ya que no importa cuanto nos amen y nos cuiden, jamás será suficiente para llenar ese vacío que sentimos, ese vacío que solamente nuestra propia valía puede hacerlo desaparecer.

Sí, la respuesta siempre ha estado y estará en escondida en los recovecos de nuestro ser, solamente necesitamos un día de claridad para decir basta y actuar. No dejemos pasar la oportunidad, no siempre vamos a estar fuertes para enfrentarnos a lo que nosotros mismos nos hacemos. Reconocer que hay un problema es el primer paso, sin importar cuan terrible sea decirlo con voz clara y alta, pero es el comienzo necesario de nuestro camino de sanación. Y siempre podemos cambiar…Siempre, no lo olvides.

http://psicologiapositivauruguay.wordpress.com
27077699/098165994
Lic. en Psicología Mariana Alvez marianaalvezg@gmail.com



'El 92% de las preocupaciones que tenemos cada día nunca sucederán'
'Las personas somos más felices cuando tomamos nuestras decisiones'
'Con un cuarto de segundo que te des, te puedes cuestionar lo que haces'
'El verbo en condicional genera postergación y victimismo'

Leonor Cabrera |

Una persona tiene 70.000 pensamientos al día. Entre tanta variedad, ¿cómo es posible que tomemos decisiones y que, además, sean acertadas? Fernando Botella, conferenciante, 'coach' y biólogo especializado en el funcionamiento del cerebro, lo explica en su libro '¡Atrévete!', prologado por el entrenador de tenis Toni Nadal y en el que defiende que ser feliz es una opción personal.

Botella, quien también participa en el libro coral recién publicado sobre neurociencia 'Tu cerebro lo es todo', asegura que aprender a elegir de un modo consciente es la clave para vivir en positivo.

¿Cómo convencer al cerebro de que la vida está para ser vivida y no pensada?

Lo primero está relacionado con disfrutar la vida. Biológicamente hablando nos han enseñado a que estemos atentos o preocupados porque todo lo que ocurre fuera nos puede dañar. En mi opinión y en el de la neurociencia, vivimos muy preocupados. Hay la Universidad de Harvard que constata que el 92% de las preocupaciones que tenemos cada día nunca sucederán y el responsable es nuestro propio cerebro que, a través de la amígdala, nos hace estar pendientes de donde nos pueden hacer daño. Eso hace que pensemos más la vida y no la disfrutemos y por eso el ser humano está pendiente de lo que no está haciendo.

Usted cuenta que una persona tiene 70.000 pensamientos al día. ¿Cómo quedarse con los positivos?

Con la elección consciente, que conforma la capacidad de autodeterminación. Las personas somos más felices cuando podemos tomar nuestras propias decisiones y las llevamos a cabo. Que yo tenga la capacidad de pararme hará que lo mismo realice una acción diferente. Un ejemplo: una empresa de calzados manda a dos representantes a vender a África y cada uno de ellos manda un telegrama con una respuesta diferente. El primero de los vendedores dice que allí es imposible vender zapatos porque los africanos van descalzos. El segundo que la empresa se va a forrar porque no llevan zapatos y hay un gran mercado. En cada momento de nuestra vida hay un instante de oportunidad para alterar la realidad percibida, para cambiarla.

¿Cómo alterar esa realidad

El pensamiento interpretativo es lo que hace que estemos eligiendo. Víctor Frankl, en 'El hombre en busca de sentido', dice que la última libertad del ser humano es la elección de la actitud, que para mí es la predisposición mental con la que nos enfrentamos a la realidad. En la medida en la que puedas modificar estos filtros también tenemos la posibilidad de tener múltiples pensamientos sobre una realidad. Para mí ése es el concepto de elección. El cerebro tiene que ahorrar energía, tiene que garantizar la supervivencia. Por ejemplo, si yo te pido que pienses rápido en una flor... ¿Ha sido una margarita?

Pues sí, ha sido una margarita

Es lo primero que aprendimos, a dibujar una margarita y tendemos a simplificar. El mensaje que hay detrás es que el cerebro va así por la vida, repitiéndose.

Y cómo salir de ese comportamiento automático

Como te decía antes, para mí lo fundamental es la atención consciente. Lo que nos diferencia de los animales es que somos capaces de vivir la vida con conciencia. Con esa conciencia ya generas alternativas. Según el neurocirujano Bejamin Libet hay un cuarto de segundo de retardo entre el momento en el que una persona siente un impulso y entre el momento en el que actúa. Si te das ese cuarto de segundo de poner atención consciente, te puedes cuestionar las decisiones. Me paro para elegir mejor. Eso es poner conciencia. De vez en cuando, cuando te interese, párate y pon atención consciente.

¿Es posible entrenar la atención consciente?

Yo propongo parar tres o cuatro veces al día y crearte una cultura a ti mismo de pararte a pensar aunque sea un minuto o dos. Te va a ayudar a dos cosas: a hacer una revisión apreciativa y a verte a ti mismo en los momentos que más te gustan. ¿Cuántas veces te paras a tomarte un café contigo mismo? A pensar en ti. En general, no lo hacemos. No pasa nada porque te dediques cinco minutos al día.

Aboga por eso que está ahora tan de moda que es desaprender

Sí, se ha puesto de moda por un anuncio, pero desde el mundo del 'coaching' lo llevamos diciendo desde hace años. Cuando los seres humanos hemos dejado de aprender a través del juego la forma de aprender que tenemos es el desaprendizaje porque me lleva a cuestionarme las cosas que ya sabía. Los agricultores dejan los terrenos en barbecho, sin sembrar, para que después puedan volver a producir. Así es la naturaleza, las células se renuevan cada día, pero no somos capaces de cambiar de opinión, de adaptarnos, porque no tenemos capacidad de desaprender.

Propone que se dejen de usar los verbos en forma condicional. ¿Tan importante es nuestra forma de hablar?

El verbo en condicional me molesta. En mi opinión no lo necesitamos porque provoca postergación, victimismo. Cuando por ejemplo decimos "si yo tuviera 20 años menos" para justificar que no hacemos algo, nos ayuda a movernos en el pasado, nos deja tranquilos, nos pone en posición de queja. Me interesa mucho más el presente de indicativo o el infinitivo porque son formas verbales que me accionan.

¿El perfeccionismo genera infelicidad?

La autoexigencia la transformamos en perfeccionismo y eso hace que nos autovigilemos y que no disfrutemos. En lugar de perfeccionismo es preferible la excelencia, que está al servicio de ser mejor. Michael Jordan dijo en una ocasión: "He fallado más de 9.000 tiros en mi carrera. He perdido casi 300 juegos. 26 veces han confiado en mí para tomar el tiro que ganaba el juego y lo he fallado. He fracasado una y otra vez en mi vida y eso es por lo que tengo éxito". Eso es la excelencia.

Hablando de felicidad, usted la equipara a una fórmula que sería a concentración más creación más diversión. ¿Tan fácil es?

No lo digo yo. Lo dice el doctor Mihaly Csikszentmihalyi, quien estudió más de 100.000 momentos de felicidad de 35.000 personas diferentes y observó que todos esos momentos compartían tres aspectos fundamentales: concentración más creación más diversión. A esos instantes, que él describe como de auténtica felicidad, los llamó momentos 'flow'. Cuando alguien está en lo que está parece que todo fluye. En cuanto a la creación, los trabajos que nos gustan son aquellos en los que nos sentimos participativos, creadores. El tercer componente es la diversión, que tiene mucha importancia y es un predictor de eficacia. Todo lo que nos aburre en nuestra vida nos aleja, nos desconecta. Provocar estas tres cosas nos hace ser mejores en lo que hacemos.

Pero hay trabajos en los que está mal visto divertirse

Así es, pero cuando cuando penalizamos la diversión hacemos equipos muy aburridos y los clientes se alejan de las marcas aburridas. ¿Te imaginas a Rafa Nadal aburriéndose en la pista y jugando como juega? Si no me divierto una de las cosas a plantearme es si esto es lo que quiero hacer. Si no me divierto, igual sería manera de dejarlo. ¿Yo podría vivir con una pareja que me aburra durante toda la vida? La respuesta es obvia.