La eficacia del diván


Científicos estadounidenses del Instituto de Neuropsiquiatría de UCLA
acaban de demostrar que las terapias cognitivas del comportamiento producen
cambios en la función cerebral similares a los que se obtienen cuando los
pacientes con trastornos obsesivo compulsivos reciben medicación.
.

Woody Allen, no sólo estaría de acuerdo con el doctor Jeffrey Schwartz, sino
que se mostraría encantado de que la ciencia le proporcione más argumentos para
seguir defendiendo la psicoterapia. Un estudio liderado por este especialista,
del Instituto de Neuropsi-
quiatría de UCLA, Los Angeles, sugiere que este tipo de tratamiento puede
producir cambios en el cerebro similares a los que provoca la medicación en
pacientes obsesivo compulsivos. «Lo que quiere decir esta investigación es que
las terapias cognitivas del comportamiento eficaces pueden tener efectos
biológicos y no sólo psicológicos», declara el doctor Eric Hollander, de la
Escuela de Medicina del Mount Sinai, en Manhattan.
El trabajo del equipo de Los Angeles, publicado el pasado miércoles en The
Archives of General Psychiatry, irrumpe en el mundo de la psiquiatría en un
momento en el que los avances en neuroquímica estaban poniendo en entredicho la
eficacia de tumbarse en el diván del psicoterapéuta. Sin embargo, estos
expertos pudieron comprobar los efectos de la psicoterapia en nueve pacientes
obsesivo compulsivos utilizando una prueba que permite obtener imágenes del
cerebro, la Tomografía por Emisión de Positrones (PET).
Durante nueve semanas, los pacientes se sometieron a terapias cognitivas de
comportamiento. Posteriormente, los expertos comprobaron que seis de los nueve
enfermos mejoraron sustancialmente con la psicoterapia, mientras que los tres
restantes sólo mostraron un avance discreto. Las imágenes del PET revelaron dos
cambios significativos en la función cerebral. Uno de ellos se refiere al
«estrechamiento» ligado a la actividad de ciertas estructuras cerebrales.
«Nosotros sabemos que en los trastornos obsesivo compulsivos la clave está en
las estructuras que están "encerradas" de forma conjunta. Pero en los pacientes
que responden a la terapia estas estructuras pueden actuar de forma más
independiente, como sucede en el caso de las personas que no sufren este
trastorno», afirma Jeffrey Schwartz.
El segundo descubrimiento se refiere a una zona del cerebro conocida como
núcleo caudado. Dicha zona, normalmente inactiva, está activa en los pacientes
obsesivo compulsivos. «Nuestro segundo hallazgo, que confirma los resultados
obtenidos en otro trabajo realizado por nuestro equipo y que fue publicado el
año pasado, es que la actividad del núcleo caudal se reduce en los pacientes
que responden a la psicoterapia». Pero para los científicos de UCLA la
verdadera trascendencia de este trabajo reside en que se ha comprobado la
efectividad de la psicoterapia en este tipo de trastorno psiquiátrico. «Lo más
importante es que las terapias cognitivas del comportamiento pueden por sí
solas, y sin medicación, invertir los problemas que sufren estos pacientes».
No obstante, algunos expertos opinan que no todos los pacientes responden igual
a la psicoterapia. El doctor Don Black, director de la clínica de trastornos
obsesivo compulsivos de la Universidad de Medicina de Iowa, es uno de ellos.
«Para llevar a cabo este tipo de terapia se necesita que el paciente sea capaz
de enfrentarse a sus propios miedos y para algunos pacientes esto es demasiado,
y no pueden o no quieren hacerlo». Michael Jenike, director de una clínica para
el tratamiento de este trastorno en el Hospital General de Massachusetts
insiste en que, aunque está demostrado que el mejor tratamiento es el que
combina los medicamentos con la terapia, este estudio puede favorecer el que
los especialistas que sólo recurren a los fármacos incluyan la psicoterapia
como parte terapéutica de sus pacientes.
http://www.elmundo.es/salud/1996/190/01285.html

Howard Hughes y el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)


Explorando el papel que el Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) tuvo que jugar en la desaparición de Howard Hughes
El Aviador, la película, que ganó Oscars en el 2001, cuenta la historia de los primeros cuarenta años la vida de Howard Hughes. Un hombre obsesionado con las mujeres hermosas (ninguna de las cuales lo hizo en una relación duradera con él), con la fabricación de películas (ninguna creadas en el molde de los clásicos como Ciudadano Kane, Lo que el viento se llevó o Casablanca), y con el diseño y vuelo de aviones más grandes y rápidos hasta cerca de su propio fallecimiento. Hughes padecía otra obsesión, ahora reconocida como el trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
La enfermedad no es tan poco frecuente: 1 de cada 50 de la población padece de la misma. El TOC se manifiesta por pensamientos obsesivos y comportamientos compulsivos. Hughes estaba obsesionado por la amenaza de infecciones microbianas de los alimentos y de su entorno, y reaccionó evitando el contacto con posibles fuentes de suciedad y por el lavado constante de las manos. Típico de los enfermos de TOC, tampoco podía dejar de repetir una y otra vez ciertas frases que le venían a la mente.

¿Que subyace en el TOC?

En lo profundo de nuestro cerebro se encuentra una estructura llamada cuerpo estriado. Esta se compone de dos partes conocidas como el núcleo caudado y putamen. Cada parte consta de una masa de células nerviosas, que están involucradas en el procesamiento de mensajes de otras partes del cerebro. Los mensajes tienen que ver con la información sensorial (como ver una mancha de polvo) y con la traducción de esa información en los movimientos del cuerpo (como frotar las manos). En las personas con TOC, parece que el núcleo caudado puede no estar funcionando correctamente.
Normalmente la traducción de las entradas sensoriales en salidas motrices (movimientos de partes del cuerpo a través de la inervación de músculos particulares) es suave y finita: se ve una mancha de polvo, las manos reaccionan para limpiarlas. Fin de la historia. Algunos sentimientos mal dirigidos y movimientos extraviados son de alguna manera filtrados. En el TOC el mecanismo de filtrado es defectuoso. Movimientos obsesivos, como frotarse las manos o la repetición de frases, son los resultados.
El Dr. Jeffrey Schwartz, un neurocientífico de la UCLA y director del Instituto de Westwood para los trastornos de ansiedad, aconsejó a Martin Scorsese (Director de “El Aviador”) y Leonardo DiCaprio (quien interpretó a Hughes) sobre las manifestaciones del trastorno obsesivo compulsivo. Él está bien calificado para hacerlo. Muchos de sus pacientes padecen de TOC, y su libro, Cerebro y Mente, fue lo primero que lo condujo a DiCaprio. La estrella de cine luego pasó varios días con algunos de los pacientes de Schwartz.
Nadie tenía ni idea de cuáles eran las causas del trastorno obsesivo compulsivo en esos días. Como resultado, las personas con los síntomas eran estigmatizados y no se trataban adecuadamente, si es que se trataban, dice Schwartz. Ahora la situación ha cambiado. La terapia de conducta, de la mano del Dr. Schwartz, parece ser un éxito notable. Depende en que el paciente reconozca que los pensamientos que conducen a su comportamiento particular son resultado de las señales inadecuadas en el cuerpo estriado y aprenda a no reaccionar ante ellas. La terapia no es muy diferente a la utilizada para curar una fobia a las serpientes teniendo una pitón en el regazo y aprendiendo a acariciarla.
El tratamiento del Dr. Schwartz consiste en enseñar al paciente una serie de pasos que él/ella tiene que seguir. La esencia es reconocer los pensamientos intrusivos, e insta a reetiquetar los pensamientos obsesivos y compulsiones. Por ejemplo, aprender a decir “no siento la necesidad de lavarme las manos” Siento una necesidad compulsiva de realizar la acción de lavar mis manos.
Para otras obsesiones y compulsiones, como puertas y aparatos de chequeos, y conteo innecesario de ciertos objetos (no necesito revisar la puerta: la cerré con llave, y así sucesivamente). El objetivo es controlar las respuestas de los pensamientos, e instar, a no tratar de controlar y apresurar los pensamientos mismos. Si los pacientes aprenden a realizar estas acciones sobre una base diaria, y continúan con estas medidas esencialmente autodidactas por períodos de semanas o meses, su TOC gradualmente se va a curar.
El TOC de Hughes no fue tratado: simplemente se convirtió en un recluso y murió en gran parte del hambre – a los 71 años de edad – solo en una habitación del Hotel Acapulco Princess en México, con las ventanas y la puerta selladas por cinta adhesiva.
Aquellos que han visto “El Aviador” recordarán las últimas palabras de la película, que narrado obsesivamente por Leonardo DiCaprio como Howard Hughes: El camino hacia el futuro, el camino hacia el futuro, el camino hacia el futuro. Creo que la película nos recuerda tres hechos. Uno al que ya me he referido: el TOC ya no debe ser considerado como un estigma, sino un trastorno tratable.
La segunda es que las ambiciones Hughes no excluyen la realización de dinero. Si Hughes no es el legado de sus películas o sus aviones (o descendientes de bonito), es en el éxito final de sus operaciones financieras. Antes de morir, dejó su fortuna para financiar todo lo que se ha convertido en una de las mayores fundaciones privadas de medicina en el mundo: el Instituto Médico Howard Hughes. La filantropía de Hughes lo pone firmemente junto a los hombres como Andrew Carnegie, Sir Henry Wellcome, y John D. Rockefeller. ¿De qué otro magnate del cine se puede decir lo mismo?
El tercer punto se refiere a mi encuentro con Jeffrey Schwartz, en Pasadena, California, como resultado de una entrevista para una revista titulada Vision Journal for a New World. Esta es la revista interna de una organización llamada Vision. Su objetivo es llevar la esperanza de que era inherente a la Iglesia Cristiana temprana la vuelta al mundo sin dogma litúrgica, de Judíos y Cristianos, Musulmanes y no creyentes por igual.
Ahora, ¿Qué hay de malo en eso?
http://maspsicologia.com/2010/07/howard-hughes-y-el-trastorno-obsesivo-compulsivo-toc/#more-4279


Obsesiones y pensamientos intrusivos

¿Quién no ha sufrido alguna vez una idea o pensamiento que se repite y nos angustia?
Las obsesiones son eso, ideas, pensamientos, impulso o imágenes que son experimentadas como intrusivas e inapropiadas y que causan ansiedad o angustia. Son pensamientos incontrolables e involuntarios que se producen en nuestra mente repetidamente. La persona que experimenta las obsesiones con frecuencia sabe que no tienen sentido, pero se siente incapaz de detenerlas.
Obsesiones comunes en las personas que sufren trastorno obsesivo-compulsivo son el temor de contaminación, el miedo a la suciedad o nada “sucio incontrolable sexual imágenes o pensamientos que puede ser desagradable e imposible de detener, supersticiones y la excesiva atención a las cosas considera afortunado y la mala suerte, y un deseo de orden y la simetría donde las cosas deben colocarse o alineados de una manera particular o patrón. Realmente no es necesario padecer un TOC para sufrir un pensamiento intrusivo u obsesionarse con cualquier tema o persona que tenga más o menos relevancia para nosotros.
Pensamiento intrusivo es lo que literalmente suena, un pensamiento que se “cuela” en la mente y se repite en contra de la voluntad de la persona, hasta provocar preocupación, malestar. Como una canción que repetimos a cada instante sin darnos ni cuenta.
En muchas ocasiones puede ser algo que no cause malestar a la persona y que desaparece al cabo de un tiempo más o menos largo. Otras veces se requiere aprender alguna técnica que ayude a superarlo. Es algo que le ocurre a muchas personas. De hecho, psicólogos ingleses investigaron los pensamientos obsesivos en una muestra de 302 personas de la población general y el 84 % informó que habían experimentado el asalto de pensamientos, imágenes o impulsos indeseados más de una vez en su vida.
Quizá lo que haya cambiado con el paso del tiempo son los temas. Antes solían ser temas religiosos o de culpa y en los últimos años se refieren más a miedo a tener un determinado virus, a padecer una enfermedad. No es alarmante el tener este tipo de ideas, lo peligroso es confundirlas con la realidad, ya estaríamos hablando de pensamiento mágico propio de un trastorno obsesivo compulsivo.
Se puede entender mejor con un ejemplo histórico:
Tolstoy le dijo un día a su hermano – “Quédate en el rincón hasta que dejes de pensar en un oso blanco.” A pesar de ser una instrucción fácil, el hermano no pudo llevarlo a cabo. Se quedó horas en el rincón pensando sin parar en osos blancos.
Eso es lo que nos pasa a todos cuando queremos dejar de pensar en algo. Cuánto más luchamos contra la idea, ésta se hace cada vez más frecuente e insistente. Siempre que deseamos dejar de pensar en algo logramos el efecto contrario. Así se mantienen las ideas obsesivas. Es un paradoja pero en realidad hay que aceptar la idea y no luchar contra ella para que no os obsesione.
Si cree que no es capaz sólo de superar sus pensamientos intrusivos o si cree que puede sufrir un trastorno obsesivo
Damián Ruiz
www.eoriocc.com

Tratamiento para las obsesiones

 publicamos un artículo sobre las obsesiones, quedaba por tanto complementarlo con este sobre como autoayudarse a superarlo.
El primer paso es saber detectar un pensamiento obsesivo. Es aquel que da vueltas una y otra vez en la cabeza aunque no se quiera pensar más en ello. Aunque se haya detectado, nuestro propio pensamiento intentará engañarnos y hacernos ver que tenemos que pensar en ese problema y volver sobre ese mismo tema.
Si un pensamiento le hace sentir mal deságase de él cuanto antes. Pensar más no es pensar mejor. Los pensamientos obsesivos reducen nuestra visión de la realidad y nos hacen filtrar sólo lo negativo, por ello es muy importante aprender a no hacerles caso.
Hay que desconectar. Para ello es muy importante respirar profundamente y dedicarnos a alguna actividad que nos mantenga concentrados. Puede ser salir de compras, llamar por teléfono a una familiar o amigo, jugar con niños y niñas pequeños, leer un libro, ver una película… trabajar como voluntario puede ser una buena alternativa porque pensar en otras personas, ayudarles y escucharles aumenta nuestra autoestima.
Hay que parar el pensamiento de forma contundente. Decir “basta ya”, tengo autoridad suficiente sobre mi pensamiento para controlarlo y que no me haga daño. No puede dejar que su propio pensamiento le venza. Debe llevar las riendas de su propia vida.
Nada más notar que una idea se vuelve repetitiva e intrusiva apúntela, siga con lo que esté haciendo y cuando pueda dedicarle tiempo analícela a ver si se trata de un pensamiento obsesivo.
Es recomendable aprender y practicar a menudo algún tipo de relajación mental o meditación y compatibilizarlo con ejercicio físico.
En resumen, hay una serie de cosas que pueden ayudarle y otras que le perjudicarán:
Le ayudará pasear y hacer ejercicio. Aprender a meditar, relajarse, leer, escuchar música. También sería buena para encontrar paz encontrar alguna aficción a la que dedicar parte de nuestro tiempo (pintura, manualidades, voluntariado…) Dedicarnos a otras personas nos saca de nuestro mundo y de la espiral de pensamientos obsesivos.
Empeorará las cosas el dar por buenos esos pensamientos y dejar que le arrastren a lo negativo (si no dejo de pensar que mi pareja no me quiere debe ser porque es así). La sensación de pérdida de control aumentará si se bebe alcohol, se abusa del café (porque sobreactiva nuestro pensamiento) o si se intenta solucionar comiendo (lo que además aumentará el sentimiento de culpa)
Si cree que necesita ayuda profesional Psicología 24 horas está a su disposición en
Damián Ruiz
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Tratamiento de la obsesión y del Trastorno obsesivo compulsivo
Esto es lo más parecido a vivir en una cárcel creada por uno mismo donde se es al tiempo preso y guardián.
¿Por qué se empeñará el cerebro de los obsesivos y ya no digamos de los afectados por un TOC en repetir y repetir el mismo tipo de pensamiento o el mismo tipo de conducta una y otra vez? Hagámonos otra pregunta: ¿Para qué le servirá al cerebro producir ese tipo de circuito neuronal tan fatigante? ¿Por dónde no quiere pasar? ¿Hacia dónde no quiere ir?
Imaginemos un juego virtual donde nos colocan en medio de un paisaje con diferentes espacios a los que se puede llegar a través de diversos senderos. Cada uno de esos caminos conduce a uno de esos espacios y en cada uno de ellos encontramos posibilidades y experiencias nuevas, podemos sentir emociones variadas y también podría ser que uno de esos lugares nos gustase tanto que decidiéramos quedarnos allí a vivir. Solo hay un problema: no podemos saber lo que hay al final del camino hasta que lleguemos, aunque durante el trayecto ya empecemos a intuir lo que habrá.
Imaginemos además que no tomar ninguna decisión nos obligaría a permanecer en un sitio pequeño y cerrado, en el que no ocurre nada malo aunque tampoco nada bueno, simplemente estamos allí repitiendo constantemente el mismo recorrido.
¿Quién haría eso? ¿Usted lo haría? ¿Qué temería que pasara si saliera de allí y empezase a caminar a través de uno de los recorridos? ¿Qué le hace a alguien permanecer sin moverse?

Bien, vamos a seguir activando nuestra imaginación y pongamos que uno de los caminos lleva al espacio donde se encuentran la rabia y al resentimiento, otro a la libertad individual, otro nos conduce a conectar radicalmente con aquello que somos, otro a un mundo mágico de fantasía, otro a una fuerte agresividad, competitividad social y ambición, y por último otro, podríamos añadir muchos más, que lleva a una sexualidad pletórica y lúdica.

Además demos por hecho que la persona que no se mueve de la primera casilla fue educada en un estricto ambiente o bajo paradigmas rígidos, independientemente que lo hicieran amablemente (las peores dictaduras son aquellas que se imponen con una sonrisa en los labios y ante las que uno no se puede ni rebelar). Y por lo tanto, si saca un pie de allí todos los terrores empiezan a hacer acto de presencia.

¿Comprendemos ahora un poco más por qué no sale?

Bien, la terapia sirve para moverse y empezar a jugar, y eso supone asumir algún riesgo.
Si algo se acerca a la idea de liberación es el proceso terapéutico que conduce al abandono de la obsesión.
Damián Ruiz
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Trastorno obseso-compulsivo. Un informe actualizado


El trastorno obseso-compulsivo (TOC) se caracteriza por la presencia de pensamientos forzados, intrusos e inútiles en una mente dubitativa, pensamientos que no pueden ser rechazados, juntamente con el deseo fuerte e imperioso de llevar a cabo acciones mentales o motoras hasta que satisfagan el componente emocional e intelectual implicado.

Sintomatología
El TOC, al afectar el pensamiento, el humor, la volición, la percepción y la actividad motora, produce modificaciones de la conducta, y con el tiempo, deterioro en la interacción social y en las relaciones familiares, y pérdida de la capacidad para funcionar, lo que a su vez produce pérdidas económicas.
El TOC abarca una amplia gama de síntomas secundarios que si son intensos y frecuentes pueden enmascararlo. Los síntomas más importantes son la ansiedad, la depresión, las fobias, la conducta agresiva, los trastornos sexuales y las alteraciones en la percepción. La presencia de la duda obsesiva es una clave diagnóstica que se manifiesta como la incapacidad de tomar decisiones y la tendencia a sobreanalizar situaciones.
El examen clínico del TOC debe ser exhaustivo, ya que ello permitirá encontrar señales que pueden permanecer ocultas por la intensidad de los signos primarios del TOC. Estos síntomas son delirios, excitación maníaca, deformación de la imagen corporal, disorexia, automutilaciones, hiperquinesia, hipocondriasis, cólera, excitabilidad, convulsiones, distonias y trastornos del sistema nervioso autónomo. La presencia de estos síntomas puede indicar formas subclínicas, variantes o comorbilidad dentro del espectro clínico del TOC.

Epidemiología
Las estadísticas más recientes han indicado que alrededor de seis millones de norteamericanos sufren de TOC. Esta prevalencia es dos veces mayor que la de la esquizofrenia.(1)
El trastorno comienza durante la niñez y la adolescencia en el 50% de los casos, afectando en una relación 1:1 a ambos sexos y siendo significativamente más frecuente en hombres solteros.
Entre el comienzo de la enfermedad y la primera consulta con un profesional suele transcurrir un lapso de entre cinco y siete años. Este lapso es indicativo del comienzo gradual y progresivo de la enfermedad. Por lo general el paciente consulta cuando la gravedad de los síntomas interfiere con la realización de las actividades diarias, el estudio o el trabajo. El 8% de los padres de los pacientes padecen de TOC.

Clasificación
La clasificación clínica del TOC y su espectro es muy importante, ya que un buen diagnóstico conducirá a un tratamiento más eficaz. Nosotros también hemos elaborado una clasificación etiopatogénica alternativa que tiene por objeto mejorar las proposiciones teóricas de los investigadores.(1)
En resumen, hemos clasificado los trastornos obseso-compulsivos en:
1) primarios,
b) formas complejas y
3) trastornos asociados,
de acuerdo con los rasgos fenomenológicos que constituyen el perfil semiológico de cada entidad clínica.
Consideramos que la clasificación del DSM III R sobresimplifica la clínica de estos trastornos, lo que conlleva el riesgo de un diagnóstico erróneo, con el subsecuente error en la selección de la terapéutica.
Diagnóstico diferencial
Habrá que repetirlo una y otra vez: la sintomatología proteiforme del TOC puede ocasionar errores diagnósticos. El diagnóstico diferencial se hará con las siguientes enfermedades:
1) esquizofrenia,
2) psicosis maníaco-depresiva,
3) trastornos esquizoafectivos,
4) depresión mayor,
5) trastornos de ansiedad,
6) trastornos fóbicos,
7) síndromes cerebrales orgánicos, y
8) personalidad obseso-compulsiva.
En el enfermo que padece de TOC el criterio de realidad siempre permanece intacto.

Aspectos dinámicos
El enfermo que padece de TOC se caracteriza por tener que controlar todo. A diferencia del enfermo esquizofrénico, vive su realidad en el mundo exterior. Como consecuencia es hipervigilante. El contenido del pensamiento del paciente obseso-compulsivo se caracteriza no sólo por la abundancia de ideas obsesivas, sino además de ideas fijas, sobrevaloradas y paranoides que se entretejen en un curso del pensamiento que es, por definición, rígido y minucioso. Este perfil dinámico se adhiere a una gran necesidad de dependencia, debida principalmente a la dificultad de tomar decisiones. Estos aspectos del trastorno deben tenerse en cuenta al diseñar el modelo terapéutico a seguir.

Aspectos biológicos
En este trabajo nos limitaremos al enfoque biológico de esta condición. Por supuesto que hay una amplia literatura accesible que ocupa un lugar de importancia en la fisiopatología del TOC.
Las bases neuroquímicas para un postulado teórico se han hallado en el estudio de los mecanismos indolaminérgicos, sobre todo la serotonina (5-HT). Estas investigaciones se realizaron midiendo neurotransmisores o sus metabolitos en sangre total, trombocitos, orina, y líquido cefalorraquídeo de enfermos con TOC.
Se encontraron niveles significativamente bajos de 5-HT en enfermos con TOC al compararlos con un grupo control de personas normales,(2) mientras que el triptofano (TRI) total y libre plasmático (precursor de la 5-HT) y su catabolito, el ácido 5-hidroxiindolacético (5-AHIA), medido en orina de 24 horas de recolección, permanecieron normales.(3)
Se ha demostrado que los enfermos de TOC que respondieron favorablemente al tratamiento con clorimipramina presentaron niveles altos de 5-AHIA en el líquido cefalorraquídeo al ser comparados con enfermos de respuesta terapéutica débil.(4)
Según otro estudio, el 5-AHIA en el líquido cefalorraquídeo fue levemente alto en un grupo pequeño de pacientes con TOC (n= 7) comparados con un grupo control.(5)
La eficacia de bloqueadores potentes (5-A) y específicos de la retoma de la 5-HT(6, 7, 8, 9) es un factor adicional para fundamentar la hipótesis serotoninérgica.(10)
Históricamente la encefalitis pandémica de 1915-1926 introdujo los conceptos necesarios para proponer un modelo neuropsiquiátrico de las enfermedades mentales. En el caso del TOC, los síntomas psiquiátricos de la encefalitis se caracterizaron por la presencia de obsesiones y compulsiones.
Los síntomas que fueron observados en enfermos postencefalíticos incluyeron:
1) dudas,
2) compulsiones,
3) conducta repetitiva, y
4) arritmonamía.
En la encefalitis las obsesiones y las compulsiones son de tipo primitivo y no intelectuales.(11)
Lesiones cerebrales que abarcan desde tumores hasta accidentes cerebrovasculares han sido asociadas al TOC.(12, 13, 14, 15, 16) La tomografía computada ha demostrado una disminución del volumen del núcleo caudado en TOC(17) y un aumento del índice ventrículo-cerebral(18) en un grupo de adolescentes que padecían TOC.

Estudios metabólicos
Un trastorno del metabolismo periférico de la glucosa fue observado en enfermos de TOC al realizarse la prueba oral de sobrecarga de glucosa.(19) Debido a que la glucosa participa activamente en los mecanismos reguladores de la absorción del triptofano en el cerebro,(28) debe ser considerada la relación glucosa-5-HT.
La tomografía por emisión de positrones en una muestra de paciente afectados de TOC con comienzo infantil ha demostrado un aumento del metabolismo de la glucosa en las áreas frontal izquierda, sensorio-motora derecha, prefrontal bilateral y cingular anterior,(21) mientras que en adultos las regiones afectadas fueron la circunvolución frontal izquierda y el núcleo caudado bilateral.(22) Estos estudios pueden asociarse a las observaciones de los enfermos postencefalíticos.

Aspectos neurofisiológicos
Se ha demostrado actividad eléctrica anormal y una disfunción del lóbulo frontal izquierdo con conexiones cíngulo-orbitales.(25, 26, 27)
Pruebas neuropsicológicas han mostrado deficiencias consistentes con un compromiso fronto-parietal.(28, 29)

Modalidades terapéuticas
El tratamiento del TOC debería hacerse con un criterio global incluyendo el uso de medicación, terapias de comportamiento y cognitiva, y participación del grupo familiar. La intervención psicoquirúrgica será contemplada una vez que todas las otras vías terapéuticas han fracasado y el paciente es decididamente refractario a todas las terapias utilizadas. La necesidad de un plan terapéutico comprensivo es indispensable en los casos graves y crónicos, que ocasionan una destrucción del equilibrio bío-psicosocial del enfermo. Los agentes con actividad anti obseso-compulsiva pueden facilitar la tarea de mejoría del enfermo. Ha sido comprobada la eficacia terapéutica de la clomipramina,(30, 31) fluoxetina,(32) fluvoxamina(33) y sertralina.(34) El promedio de eficacia de estas drogas para el TOC es del 50 %.
El L-triptofano, aminoácido precursor de la serotonina, en combinación con piridoxina y ácido nicotínico,(35) con litio y tranilcipromina(36) fue utilizado, obteniéndose resultados moderados. En enfermos de TOC refractarios a los tratamientos standard, el agregado de clonazepan,(37) fenfluramina(38) o clonidina(39) ha demostrado eficacia para coadyuvar en el proceso de recuperación. Debemos añadir que la potenciación de estas drogas para aumentar la eficacia terapéutica requiere estudios adicionales.
Ocasionalmente, con resultados prometedores, se ha llevado a cabo el uso concomitante de varias drogas (polifarmacia), por las siguientes razones:
1) tratar subgrupos de TOC,
2) por razones terapéuticas ante el fracaso al utilizar una sola droga,
3) para aumentar la acción terapéutica de la droga primaria, y
4) para controlar síntomas secundarios tales como la ansiedad grave.
Las recaídas como consecuencia de la suspensión del tratamiento abarcan un promedio del 10 al 90%.(40) Nosotros preferimos una combinación de tratamiento farmacológico-conductista.(41, 42) De ese modo se logran dos propósitos:
1) usar menos medicación, lo que disminuye la presencia de efectos secundarios, y
2) menos posibilidad de recaídas.
Las intervenciones quirúrgicas cerebrales para el tratamiento del TOC están limitadas a los casos refractarios a los tratamientos no invasivos. Los pacientes con compulsiones graves parecen responder mejor a los procedimientos psicoquirúrgicos. Los beneficios son sintomáticos y no producen cura completa; se precisan alrededor de seis meses para observar una mejoría aceptable. La eficacia del tratamiento alcanza a un promedio que oscila entre el 50 y el 80%, con una posibilidad importante de sufrir una recaída. La cirugía órbito-frontal y la del cíngulo han contribuido a validar la hipótesis orgánica del TOC. Podemos agregar que la cirugía de coagulación estereotáctica de la zona intralaminar y la del núcleo medial del tálamo se ha utilizado para tratar compulsiones, fobias, tics y el síndrome de Gilles de la Tourette.(43)
Dado que el TOC presenta como síntoma principal la duda, los enfermos confían en sus parientes para tomar decisiones, por lo tanto se establece un fuerte lazo de dependencia. Los pacientes necesitan ayuda para poder funcionar y enfrentar la vida. Con el paso del tiempo este lazo de dependencia se transforma en una relación simbiótica que causa beneficios secundarios individuales o mutuos. Como resultado, una mejoría amenaza la simbiosis, por lo que se obliga a “sabotear” el tratamiento a los efectos de mantener el status quo. De allí la necesidad impostergable de integrar el núcleo familiar al modelo terapéutico. Una vez que se ha obtenido una mejoría notable con recuperación de la funcionalidad, el enfermo deberá participar en un programa de rehabilitación con la idea de ubicarse nuevamente dentro del marco social y laboral.

Curso y pronóstico
La evolución del TOC se caracteriza por una fase aguda, una subaguda y una crónica. Por lo general el inicio es insidioso, con un aumento gradual en la intensidad y frecuencia de los síntomas. La enfermedad hace picos alrededor de los 18, 25 y 40 años. Estos picos pueden ser debidos a cambios psicosociales, tales como ingreso a la universidad, servicio militar, casamiento, menopausia, y “crisis de la edad media”. El TOC puede empeorar como consecuencia del estrés, embarazo, puerperio, divorcio, pérdida económica, virosis y enfermedades graves. El TOC no sigue un ciclo estacional ni un ritmo circadiano.
Los pacientes podrían reportar un aumento en obsesiones durante la noche, cuando están solos o sin hacer nada. El TOC parece ser crónico, aunque se pueden presenciar recuperaciones espontáneas o remisiones de larga duración. La duración de una recaída puede acortarse en los pacientes que hayan sido previamente tratados.
Existe una forma maligna de TOC que sigue un proceso de deterioro. En estos casos podría ser necesaria la psicocirugía.

Perspectiva filosófica
Se ha asociado el TOC con las siguientes enfermedades: trastornos alimentarios, epilepsia, trastornos de ansiedad generalizados, síndrome de Gilles de la Tourette, Corea, enfermedad maníaco-depresiva, retardo mental, trastornos de pánico, Parkinson, fobias, esquizofrenia, automutilación y trastornos de dismorfia corporal.
Este trastorno multifacético representa tantas conexiones clínicas que, en fin, se podría explicar en términos de un continuo patológico. El continuo comienza en un punto determinado en el cerebro como resultado del impacto de una noxa. El impacto produce un efecto ondulante que involucra en su trayectoria varios subsistemas histoelectroquímicos que causan el mosaico sintomatológico observado. Como ejemplo se podría utilizar el concepto de un abanico cuyos pliegues representan distintos síntomas. Por lo tanto la fuerza del impacto determina el tamaño de la apertura y un panorama mayor de síntomas presentes.(44)
Por último, el TOC puede considerarse como un modelo del sistema general de proceso.

Bibliografía
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Toc de amores miedo a no querer



El Toc de amores no es el más conocido entre los distintos tipos de TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo).
El Toc de amores ser caracteriza por la idea obsesiva de no amar más a la pareja. Estas dudas constantes sobre si han dejado de querer a su pareja “comen” literalmente a las personas con Toc de amores y las agotan mentalmente, tal y como ocurre con la mayoría de las ideas obsesivas de los distintos tipos de trastorno obsesivo-compulsivo.
En el Toc de amores es frecuente que las personas que lo sufren se pregunten repetidamente si su actual pareja es realmente la persona adecuada para ellas y si realmente la quieren o no. En general, la mayoría de las personas son conscientes de que las parejas pasan por épocas mejores y épocas peores. Sin embargo, las personas que sufren Toc de amores con frecuencia son incapaces de reconocer esto: si no sienten intensamente en cada minuto atracción y deseo hacia su pareja, piensan que ya no están enamorados y que han dejado de quererla. 
Con frecuencia el mal de amores deriva en rupturas temporales o permanentes. Las personas con Toc de amores llegan a poner fin a relaciones de pareja que son perfectamente adecuadas para ellas sólo porque consideran que sus sentimientos hacia la pareja no son como ellos piensan que deberían ser. Cuando esto sucede, es decir, cuando terminan con su relación de pareja, a menudo no tienen una idea clara de porqué lo hacen (aparte del hecho de que sus sentimientos no son los correctos) y no son capaces de dar una explicación coherente si se les pregunta.
El Toc de amores puede activarse por diferentes tipos de pensamientos e imágenes y esto, a menudo, varía de paciente en paciente. Películas, programas de televisión y canciones pueden actuar como fuertes desencadenantes.
Al ver las películas o escuchar las canciones, las personas con Toc de amores comienzan a preguntarse porque su relación no refleja la conexión emocional profunda que aparece en la pantalla o en la canción, sin tener en cuenta que éstas suelen estar idealizadas y son poco realistas, por lo que acaban convenciéndose a ellas mismas de que su relación de pareja no funciona porque no les pasa lo mismo, estas relaciones llegan a ser tan obsesivos que toman la decisión de terminar con la relación.
Otras personas se comparan con lo que ven a su alrededor, especialmente con otras relaciones de pareja próximas (familiares, amigos, compañeros de trabajo, etc.)
Además de los pensamientos obsesivos que he comentado también es frecuente que las personas con Toc de amores experimenten intrusiones visuales (imágenes mentales) que actúan como un pico de activación. Por ejemplo se imaginan besando a otra persona y se atormentan con la idea, en el primer caso, de que están siendo infieles o, en el segundo caso, de que su pareja les está siendo infiel.
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CUANDO UNO EN LA PAREJA TIENE TOC

Pasion la revista - TOC
Por Cristina Acosta con la asesoría del C.D.Q Alejandro Barriguete Menéndez.
El patrón de conducta de las personas que sufren de trastorno obsesivo-compulsivo (TOC), se encuentra dentro de lo obsesivo, es decir, pensamientos repetitivos, intensos y con desajustes emocionales.

CUANDO UNO EN LA PAREJA TIENE TOC
Es muy difícil encontrar a una pareja cuyos dos integrantes padezcan la enfermedad, sin embargo cuando uno de ellos la manifiesta, generalmente el otro se convierte en parte del trastorno ya que esa compulsión y obsesión de la cual  no tienen control, contagia al otro, es por esta razón que el TOC, durante muchos años se confundió con problemas de adicción y co dependencia . Los celos compulsivos, son parte de esta enfermedad y es que un aparato que existe en el cerebro que cumple la función de detener y avanzar, no funciona. Cuando el TOC, se mezcla con relaciones afectivas, es muy grave porque al perderse el contacto con la realidad se vuelven muy peligrosos ya que suelen crear historias que tienden a provocar verdaderas tragedias.
NO CONFUNDIR
Mucha gente quiere encuadrar esta enfermedad dentro de otras como el trastorno bipolar; el TOC, es otra cosa y puede llegar a ser muy grave cuando se incurren en episodios serios provocados por la misma crisis que no tiene fin y que es cada vez más intensa si no se busca detenerlo, de ahí que la muerte de personas con TOC, sea tan elevado.
ROBERTO CARLOS, víctima del TOC
El cantautor brasileño sufría de TOC y el padecimiento fue muy fuerte durante casi cinco años: Al principio pensé que podía curarme yo solo, así que intenté hacerlo con la ayuda de un libro que habla del asunto. Pero luego vi que el TOC es algo mucho más serio de lo que en general se piensa, comentó el propio Roberto.
QUÉ ES EL TOC
Es uno de los trastornos psiquiátricos más frecuentes en nuestros días. Se caracteriza por la presencia de obsesiones y/o compulsiones. Las primeras son pensamientos, imágenes, o impulses desagradables y aparentemente sin sentido que surgen de manera repetitiva e involuntaria. Las tentativas de rechazarlo son en la mayoría de los casos, sin éxito. Las compulsiones son comportamientos repetitivos, ritualizadores que tienen por objeto aliviar la ansiedad resultante de una obsesión. Las opciones de tratamiento son a través de medicamentos y / o psicoterapia coginitvo – comportamental.

FACTORES QUE COMPONEN EL TOC
Biológicos. Los procesos del pensamiento se atoran y se vuelven repetitivos, de ahí que haya que medicarlos.
Emocionales. Es muy amplio. Personas que tuvieron síndrome de estrés postraumático, una niñez en abandono, experiencias traumáticas fuertes, muchos que nacieron con el síndrome fetal alcohólico (cuando la mamá bebe durante el embarazo o cuando el hijo fue concebido al estar los padres alcoholizados).
BAJO LA LUPA
Aquellas personas que llegan a involucrarse con un TOC, no gozan de una buena salud mental, es por ello que hay que estar muy atentos a lo que sucede con la pareja y con nosotros mismos, es importante tomar acción:
1. Si detectamos que nuestra pareja es un TOC, debemos acudir a una terapia de urgencia porque si hubo una larga convivencia en la que hasta quizá haya hijos sin habernos percatado del problema de la pareja, quiere decir que algo está muy mal en nosotros.
2. El TOC, suele confundirse con las adicciones porque muchas veces se intenta detener la parte obsesiva a través de las bebidas o las drogas como en una suerte de medicamentos.
3. A pesar de que muchas otras enfermedades se presentan de manera más sutil, esta es totalmente evidente.
4. Es una enfermedad que no tiene nada que ver con las personas que cuentan las rayas de la calle o que no entran a ciertos lugares. El TOC, se compone de ideas que transforman a las personas, son enfermos que producen una terrible sensación de ahogo en aquellos que están cerca de ellos.
5. La descarga obsesivo-compulsiva generalmente se va a dar hacia las personas que les tengan afecto o hacia las que las dañaron en algún momento. Es una relación amor-odio.
6. Son personas que creen que todo el mundo está en contra de ellos, que saben más que los demás, que toman ideas que no corresponden a la realidad y que las defiende hasta sus últimas consecuencias.
TRATAMIENTO

Terapia, medicación y en muchos casos el internamiento. El TOC no lo curan sólo los psicólogos sino a través de un trabajo en conjunto con un psiquiatra.
http://www.pasionlarevista.com/2011/08/%C2%BFtu-pareja-tiene-algun-toc/