EL DR PUIG EN EL HORMIGUERO Aprendemos a dominar el miedo

                              
   
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"Te amo, pero no te deseo". Una epidemia del siglo XXI

Enviado por Alejandra Godoy Haeberle 

                             
Acude a la consulta una pareja joven, él tiene 31 años y ella 28 años; ambos profesionales con trabajos satisfactorios, ni excesivos ni estresantes y bien remunerados; pagan sin mayor esfuerzo el dividendo de un hermoso departamento y realizan las tareas domésticas en forma totalmente igualitaria. Pololearon dos años y llevan casados otros dos años; no tienen hijos. Afirman que están muy enamorados, que se proyectan a futuro juntos, que consideran que el matrimonio es para toda la vida, que tienen una muy buena comunicación, que se llevan bien entre ellos, que casi no pelean y que no tienen problemas en ninguna otra área salvo la sexual: durante el noviazgo hacían el amor frecuentemente, pero hace casi dos años que no tienen relaciones sexuales. Se hacen cariño, se besan, caminan de la mano y se duermen abrazados, mas la pasión desapareció de sus vidas.
Cuando se pusieron de novios, él fue dejando de tomar la iniciativa sexual y evitaba estar a solas con ella; después de casados, se comportaba muy pasivamente cuando hacían el amor a pedido de ella, hasta que comienza a rechazar los avances sexuales de su mujer con distintas excusas, culminando en que ella se cansa de buscarlo inútilmente. Cuando solicitan ayuda profesional, él reconoce que no siente deseo sexual por su esposa, ella ha ido aceptando la situación, ambos se sienten incómodos ante la mera perspectiva de un encuentro erótico y acuden a consultar ahora porque desean tener un hijo. 
En las sesiones individuales, el marido sostiene que encuentra muy atractiva a su mujer, que la ama profundamente, que la volvería a elegir como su compañera y que para su desahogo sexual recurre a la masturbación, pero confiesa que a veces se tienta con la pornografía y que claramente sí siente deseos por otras mujeres, aunque nunca que le ha sido infiel ni siquiera virtualmente. Se declara muy preocupado y angustiado por estar fallándole a su esposa en algo tan importante.  
No comprende en absoluto lo que le pasa, ya que con sus parejas anteriores no le ocurrió nada parecido. No tenía ningún problema previo de funcionamiento sexual, si bien a veces eyaculaba precozmente; tampoco se siente ni deprimido ni estresado. Creyó que podría haber alguna causa física, pero el urólogo lo encontró sano y con un nivel adecuado de testosterona. Varios meses atrás, estuvieron separados por un corto tiempo y como él volvió a desearla apasionadamente como al inicio de la relación, creyeron que todo estaba arreglado; mas, al volver a vivir juntos, nuevamente surge la inapetencia sexual.         
Se describe a sí mismo como un hombre que rechaza el machismo, que le encanta que su esposa sea profesionalmente exitosa, que le cargan las discusiones, que cuando ella lo critica y se enoja, a él le cuesta ser asertivo y prefiere permanecer en silencio hasta que todo se vuelve a calmar, aunque reconoce con humor que parece “mina”, ya que le cuesta olvidar lo que sucedió y queda resentido. No tolera percibirla a ella molesta o distante, ni verla sufrir y llorar, se siente muy culpable, pero a pesar de ello, dice que sencillamente no podría soportar un acercamiento erótico.
Por su parte, ella tampoco entiende nada. En sus experiencias sexuales anteriores, nunca había conocido un hombre que no deseara sexo casi todo el tiempo. Al comienzo creyó que podía haber algo mal en ella o que estaba haciendo algo muy mal, en su apariencia física o en el desempeño de sus roles de esposa. Está convencida que si él dejó de desearla, significa que ya no la ama; o bien que tiene una amante e incluso se le ha pasado por la mente que él pudiese ser homosexual. Hoy en día cree que las causas están en la niñez de él, en la relación con sus padres o en subjetivos problemas en el trabajo. Tiempo atrás ella fue descubriendo en él defectos que no había visto antes, actitudes que no le gustaron y trató de conversarlo con él infructuosamente, pero al lado del problema sexual, ya no parecen importantes.   

Recientes investigaciones confirman que la falta de deseo sexual es uno de los motivos más frecuente de consulta a los sexólogos en los últimos años. No obstante, no se trata de una inapetencia sexual como la de antes, aquella que afectaba mayoritariamente a mujeres y que solía estar asociada a alguna otra disfunción sexual, generalmente a la anorgasmia. Tampoco se refiere a aquella que aparecía varios años después de casadas en madres de varios hijos que estaban agotadas, desilusionadas y sin otro poder que el sexual dentro de su matrimonio; ni a la natural disminución generalizada del deseo sexual después de los 60 años en ambos géneros.
Actualmente afecta a parejas entre 25 y 40 años, puede presentarse en la mujer, en el hombre o en ambos, aunque los casos que más se han incrementado son los de varones. Les sucede a parejas que se aman, que no tienen conflictos abiertos entre ellos, que quieren seguir juntos, formar una familia y que acuden muy motivadas a consultar. Se descartan causales orgánicas, trastornos del estado de ánimo, cansancio, estrés, problemas económicos o de privacidad, miedo al compromiso, desaveniencias maritales, falta de amor e infidelidad.
Los inicios pueden ser abruptos o paulatinos; puede manifestarse en dejar de tomar la iniciativa, en una marcada disminución de la frecuencia sexual o con el cese absoluto de las mismas. Puede aparecer al momento de ponerse de novios, al irse a vivir juntos, al poco tiempo de casados (o en matrimonios que llevan muchos años juntos), después del nacimiento del primer hijo o de los hijos posteriores, aunque también puede presentarse en parejas de pololos que ni siquiera viven juntos. Puede haber existido eyaculación precoz previa, pero generalmente no hay ninguna otra disfunción primaria.
Ante este panorama, las interrogantes que necesariamente surgen se refieren a por qué ha aumentado tan considerablemente el Deseo Sexual Hipoactivo (DSH) en la última década, por qué aparece ahora en parejas que bordean los 30 años y por qué los más afectados son los hombres, siendo que antiguamente casi nunca consultaban por esta disfunción. El DSH masculino es un fenómeno especialmente interesante, dado que implica un comportamiento incongruente con lo socialmente esperado.
Tradicionalmente los especialistas intentaban delimitar - en términos individuales - los factores predisponentes, precipitantes y mantenedores que pudiesen estar afectando; sin embargo, con estos datos no es posible dilucidar adecuadamente la inquietud que nos ocupa. Se hace indispensable indagar en las relevantes transformaciones socio-culturales que se han evidenciado en nuestra Sociedad Occidental en las últimas décadas. Parece especialmente significativo analizar el verdadero terremoto que se ha producido en los roles de género y sus consecuentes confusiones e inseguridades propias de los períodos de transición.
Revisando la escasa literatura existente respecto al DSH masculino, nos encontramos con algunos resultados muy decidores. Varios de los factores mencionados son los que tradicionalmente se asociaban a mujeres con DSH. Entre los factores de riesgo hallados por los autores se pueden señalar los siguientes:  
  • Incremento de las características de sumisión: tiende a percibirse a sí mismo como sumiso, traducido en conductas de abnegación, dependencia, conformismo, timidez y capacidad para soportar el sufrimiento.
  • Decremento en los niveles de auto-estima: se refiere al juicio personal respecto al grado de valía de sí mismo, expresado en las actitudes que tiene hacia sí mismo, así como en la experiencia subjetiva que se transmite a los demás.
  • Decremento de las características de masculinidad: se refiere a conductas instrumentales, es decir, aquellas dirigidas a una acción, orientadas a metas, agresividad, búsqueda de dominio y autoafirmación. Los varones sin disfunción sexual tienen una mejor autoimagen del rol masculino, lo que se asocia a pragmatismo y adaptación.
  • Decremento de las características de femineidad: se refiere a conductas llamadas de relación, aquellas encaminadas hacia los sentimientos y la abstracción, tales como involucrarse con los demás, expresar los afectos, desear dar protección y orientación hacia la crianza. Los hombres sin disfunción sexual puntean más alto en esta escala.
  • Incremento de los temores asociados a la sexualidad: se traduce en una percepción negativa de la autoeficacia sexual, lo que provoca temor al fracaso.
  • Decremento de la calidad de la comunicación entre los miembros de la pareja.
  • Incremento de problemas y conflictos de pareja.
  • Incremento de una dinámica de pareja donde la mujer es percibida como muy dominante y con excesivo poder dentro de la relación. La disminución del deseo sexual es interpretada como una forma de agresión pasiva y como una manera de mantener una distancia emocional.
  • Incremento de la percepción de sí mismo como alguien de estilo reservado, mientras que percibe a su pareja como alguien negativo y de un estilo violento.
Si bien se ha avanzado algo en el estudio de este fenómeno, aun quedan importantes aspectos por determinar. Efectivamente, en las investigaciones no se suelen diferenciar los casos separándolos por edad, por momento del inicio ni por la duración del síntoma. Tampoco se analiza la personalidad del hombre en relación con la personalidad de su pareja. Por nuestra parte, lo que hemos observado en la inmensa mayoría de los casos es una determinada combinación de tipos de personalidad del Eneagrama.
En cuanto a la terapia y pronóstico, actualmente existen solo modestas evidencias empíricas que validen los tratamientos, en parte debido a que este es un síndrome de reciente data en hombres jóvenes. Los expertos coinciden en que el DSH es altamente complejo y que representa un gran desafío para los sexólogos. Las terapias suelen ser difíciles y relativamente largas, con resultados disímiles según cada caso.

http://www.psicia.com

CASOS CLINICOS REALES

1. Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).
TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO
DEFINICION
El trastorno obsesivo compulsivo es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones de carácter recurrente, que provocan gran malestar , deterioro de la actividad general y una pérdida de tiempo significativa.

Las obsesiones son pensamientos o imágenes persistentes que la persona considera como inapropiadas y que provocan gran ansiedad . Aunque la persona reconoce que estas obsesiones son excesivas e irracionales, no consigue ignorarlas o suprimirlas.

Los ejemplos más frecuentes suelen girar en torno a:
  • La contaminación. Pueden sentir miedo a darle la mano a alguien o a tocar ciertas cosas, por si se contrae una enfermedad.
  • Dudas repetitivas. Preguntarse a uno mismo si se ha realizado un acto concreto, como haber cerrado la llave del gas o la puerta de casa.
  • Miedo a poder agredir a alguien etc.

    Estos pensamientos, normalmente, generan en la persona tanta angustia y tanto sufrimiento que se suelen realizar una serie de compulsiones, para neutralizar el pensamiento obsesivo.

    Las compulsiones son comportamientos o actos mentales que la persona realiza para prevenir la ansiedad y el malestar que le crea el pensamiento obsesivo. Los ejemplos más frecuentes suelen ser conductas de lavado o limpieza , comprobaciones, poner en orden los objetos, actos de carácter repetitivo (como puede ser contar, repetir mentalmente palabras sueltas...).
SINTOMAS
  • Pensamientos recurrentes e inapropiados
  • Marcada ansiedad cuando se presentan dichos pensamientos
  • Comportamientos o actos mentales , destinados a aliviar las obsesiones o las dudas repetitivas
  • Suele haber una continua preocupación por el perfeccionismo , el orden y el control
  • Disminución de la concentración y/o del rendimiento
  • Alteraciones de sueño
  • Estos síntomas (los pensamientos o las compulsiones) interfieren significativamente en la vida cotidiana de la persona y suponen una gran pérdida de tiempo
COMPLICACIONES
  • Suele ir asociado a un trastorno depresivo .
  • Suele haber problemas en la vida conyugal y laboral de la persona, teniendo en cuenta que la realización de los actos compulsivos suelen convertirse en una de las principales actividades diarias.
  • En algunas ocasiones, la persona empieza a evitar situaciones que le puedan desencadenar estas obsesiones o compulsiones; esto puede ir generalizándose y llevar a la persona a un aislamiento casi global.
CASO REAL
"Me llamo Juan y actualmente estoy en tratamiento debido a un trastorno obsesivo compulsivo. Resumiendo un poco, mi problema es que yo estoy obsesionado con la suciedad. Pienso continuamente en que “estoy contaminado”.

Cuando salgo de casa por las mañanas para ir a trabajar comienza mi calvario. Cada vez que toco algo que yo considero que “está infectado” como puede ser el pomo de una puerta, el botón de un ascensor, o tocar unas monedas, siento una angustia tremenda. Necesito lavarme inmediatamente porque siento que mi cuerpo está contaminado.

Cuando llego a casa por las tardes, me tengo que quitar toda la ropa, incluso el reloj, en la entrada ya que sino, considero que mi casa se infecta con la suciedad del exterior. Me tengo que duchar, poner todo a lavar, limpio los zapatos, el reloj, la cartera etc.

Siempre me había relacionado bien con la gente, pero poco a poco me he ido aislando ya que, empecé a ver a todos los que me rodeaban como un “foco de infección” y empecé a evitar estar con ellos (incluso a mi familia). Ahora estoy tratando mi problema y poco a poco me voy liberando de todos estos pensamientos absurdos; me está costando muchísimo cortar con las compulsiones, pero sé que ya voy por el buen camino para salir de este infierno".

CASOS CLINICOS REALES

1. Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC).

Trastorno Obsesivo Compulsivo TOCTRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO

DEFINICION
El trastorno obsesivo compulsivo es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por la presencia de obsesiones y compulsiones de carácter recurrente, que provocan gran malestar , deterioro de la actividad general y una pérdida de tiempo significativa.

Las obsesiones son pensamientos o imágenes persistentes que la persona considera como inapropiadas y que provocan gran ansiedad . Aunque la persona reconoce que estas obsesiones son excesivas e irracionales, no consigue ignorarlas o suprimirlas.

Los ejemplos más frecuentes suelen girar en torno a:
  • La contaminación. Pueden sentir miedo a darle la mano a alguien o a tocar ciertas cosas, por si se contrae una enfermedad.
  • Dudas repetitivas. Preguntarse a uno mismo si se ha realizado un acto concreto, como haber cerrado la llave del gas o la puerta de casa.
  • Miedo a poder agredir a alguien etc.

    Estos pensamientos, normalmente, generan en la persona tanta angustia y tanto sufrimiento que se suelen realizar una serie de compulsiones, para neutralizar el pensamiento obsesivo.

    Las compulsiones son comportamientos o actos mentales que la persona realiza para prevenir la ansiedad y el malestar que le crea el pensamiento obsesivo. Los ejemplos más frecuentes suelen ser conductas de lavado o limpieza , comprobaciones, poner en orden los objetos, actos de carácter repetitivo (como puede ser contar, repetir mentalmente palabras sueltas...).
SINTOMAS
  • Pensamientos recurrentes e inapropiados
  • Marcada ansiedad cuando se presentan dichos pensamientos
  • Comportamientos o actos mentales , destinados a aliviar las obsesiones o las dudas repetitivas
  • Suele haber una continua preocupación por el perfeccionismo , el orden y el control
  • Disminución de la concentración y/o del rendimiento
  • Alteraciones de sueño
  • Estos síntomas (los pensamientos o las compulsiones) interfieren significativamente en la vida cotidiana de la persona y suponen una gran pérdida de tiempo
COMPLICACIONES
  • Suele ir asociado a un trastorno depresivo .
  • Suele haber problemas en la vida conyugal y laboral de la persona, teniendo en cuenta que la realización de los actos compulsivos suelen convertirse en una de las principales actividades diarias.
  • En algunas ocasiones, la persona empieza a evitar situaciones que le puedan desencadenar estas obsesiones o compulsiones; esto puede ir generalizándose y llevar a la persona a un aislamiento casi global.
CASO REAL
"Me llamo Juan y actualmente estoy en tratamiento debido a un trastorno obsesivo compulsivo. Resumiendo un poco, mi problema es que yo estoy obsesionado con la suciedad. Pienso continuamente en que “estoy contaminado”.

Cuando salgo de casa por las mañanas para ir a trabajar comienza mi calvario. Cada vez que toco algo que yo considero que “está infectado” como puede ser el pomo de una puerta, el botón de un ascensor, o tocar unas monedas, siento una angustia tremenda. Necesito lavarme inmediatamente porque siento que mi cuerpo está contaminado.

Cuando llego a casa por las tardes, me tengo que quitar toda la ropa, incluso el reloj, en la entrada ya que sino, considero que mi casa se infecta con la suciedad del exterior. Me tengo que duchar, poner todo a lavar, limpio los zapatos, el reloj, la cartera etc.

Siempre me había relacionado bien con la gente, pero poco a poco me he ido aislando ya que, empecé a ver a todos los que me rodeaban como un “foco de infección” y empecé a evitar estar con ellos (incluso a mi familia). Ahora estoy tratando mi problema y poco a poco me voy liberando de todos estos pensamientos absurdos; me está costando muchísimo cortar con las compulsiones, pero sé que ya voy por el buen camino para salir de este infierno".

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trastorno Obsesivo Compulsivo: cuando la lucha es contra uno mismo

trastorno Obsesivo Compulsivo: cuando la lucha es contra uno mismo

El Trastorno Obsesivo Compulsivo figura en la lista de las 10 enfermedades más invalidantes elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en términos de pérdida de ingresos y de disminución de la calidad de vida. Y es que, sólo en nuestro país, las obsesiones y compulsiones interfieren en la vida diaria de decenas de miles de personas, provocando en ellas importantes consecuencias.



La conducta obsesiva es frecuente. Muchas personas tienen comportamientos obsesivos como ordenar repetidamente la mesa de trabajo, comprobar constantemente cerraduras y grifos o lavarse las manos con frecuencia. No obstante, según los expertos estos actos no son en sí mismos suficientes para diagnosticar un Trastorno Obsesivo Compulsivo. El TOC es algo más extenso, con síntomas muy variados que llegan a coartar la vida de personas de todas las edades.

Hasta hace unas décadas se pensaba que el Trastorno Obsesivo Compulsivo era algo “muy poco común”, pero en los últimos años se ha producido la detección en muestras de población general de un número mayor de casos. Así, en la actualidad se estima que la incidencia del TOC está en torno al 1 o 2 por ciento, afectando por igual a hombres y mujeres, aunque los psiquiatras aseguran que la cifra puede ser mayor.

A este incremento en el diagnóstico de pacientes se ha unido también un mayor conocimiento de las bases neurobiológicas de la enfermedad, y todos estos factores han hecho que el TOC se haya convertido en uno de los trastornos mentales de mayor interés para la comunidad científica.

Así, hace unos años se estableció el primer consenso científico sobre TOC conocido como “Consenso de Ciudad del Cabo” que expone las bases para una nueva conceptualización de la entidad, basada en los aportes de la investigación y que supone novedades en el abordaje y tratamiento de esta patología gravemente incapacitante.

¿Qué es el trastorno Obsesivo-Compulsivo?
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno crónico muy invalidante. Quienes lo padecen experimentan pensamientos e impulsos angustiosos y recurrentes (obsesiones) y/o conductas repetitivas (compulsiones). Los pacientes con TOC saben que sus obsesiones y compulsiones son irracionales o excesivas, sin embargo tienen poco o ningún control sobre ellas.

Además, estas obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes, molestos y no deseados que la persona siente que son inapropiados, grotescos o prohibidos, pero no pueden hacer nada por evitarlos. Por ejemplo, una obsesión frecuente está relacionada con la suciedad y los gérmenes.

En cuanto a las compulsiones, dado que son actos realizados de forma repetitiva con la finalidad de aliviar las obsesiones, los pacientes con un TOC relacionado con la suciedad y los gérmenes por ejemplo, pueden lavarse de forma ritual y compulsiva hasta el punto de que sus manos queden inflamadas y en carne viva.

Además de tener obsesiones y compulsiones, las personas que padecen un Trastorno Obsesivo Compulsivo pueden desmoralizarse o deprimirse. Sentimientos de ansiedad intensa, malestar o asco son también frecuentes en estos pacientes.

A este respecto, los expertos destacan que es importante distinguir entre los rasgos obsesivo-compulsivos y los síntomas obsesivo-compulsivos. Todos tenemos rituales, la diferencia reside en el grado de ansiedad que estos conllevan. Un ejemplo una mujer que se lava las manos 100 veces al día frente a una mujer que se lava siempre las manos antes de hacer la comida.

Origen en la infancia
La causa exacta del Trastorno Obsesivo Compulsivo no está clara, pero los científicos están estudiando anomalías en el cerebro, influencias genéticas (familiares) y factores ambientales. Así, se ha observado que las personas con TOC tienen unos patrones de actividad cerebral diferentes a los de aquéllos que no padecen TOC, lo que indica que un funcionamiento anómalo en una determinada parte del cerebro podría causar este trastorno. Anomalías en otras partes del cerebro y un desequilibrio de los neurotransmisores cerebrales, especialmente de la serotonina, también pueden contribuir a este trastorno.

A este respecto los especialistas destacan que hay una cierta influencia genética, aunque también hay factores ambientales. Actualmente es más discutida la influencia del entorno. Por ejemplo, los cambios de estilo educativo ocurridos en España desde el 50-60 a los 80-90 no se han modificado las tasas de TOC. También se sabe que hay una mayor frecuencia de la enfermedad en primogénitos y únicos, aunque esto también pasa en otras enfermedades psiquiátricas.

En cuanto a los síntomas en esta patología, éstos tienen un inicio temprano, en la infancia o la adolescencia, y afectan a la mayoría de los pacientes durante toda su vida, requiriendo atención y tratamiento a largo plazo. Sin embargo estudios recientes han detectado que más del 50 por ciento de los adultos con TOC identifican sus síntomas antes de los 18 años. Además, también hay que tener en cuenta que para la mayoría de personas con esta patología, el empeoramiento de los síntomas está relacionado con el estrés.

Debido a la actitud reservada de las personas que padecen el trastorno con relación a sus síntomas, los expertos estiman que hay un importante número de pacientes sin diagnosticar. A ello se une que pasan años antes de que la persona acuda a consulta y como promedio más de 10 años desde el inicio hasta que se obtiene el tratamiento adecuado. Las personas con TOC suelen visitar hasta a cuatro médicos antes de tener un diagnostico correcto de la enfermedad.

Consecuencias físicas, económicas y sociales
En cuanto a su abordaje, existen dos tratamientos que han demostrado ser efectivos en el TOC. La terapia cognitivo-conductual (TCC) y el tratamiento farmacológico, principalmente con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). En la TCC, se expone deliberadamente al paciente a ideas u objetos temidos y luego se le disuade o se le impide que lleve a cabo la respuesta compulsiva habitual. Los ISRS han demostrado ser beneficiosos ya que parece que es necesario un efecto potente sobre la serotonina cerebral para producir una mejoría de este trastorno.

La combinación ambas terapias, fármacos y terapia cognitivo-conductual, es a menudo el tratamiento más efectivo para el TOC. Sin embargo, los expertos también señalan que mientras que el 50-60 por ciento de los pacientes responden al tratamiento, sólo una minoría se recupera de este trastorno.

Es por ello que el Trastorno Obsesivo Compulsivo figura en la lista de las 10 enfermedades más invalidantes elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en términos de pérdida de ingresos y de disminución de la calidad de vida. De este modo, el TOC se asocia a una discapacidad funcional y a unos costes económicos significativos.

A ello se une que hasta dos tercios de los individuos que padecen esta patología también sufren depresión en algún momento a lo largo de su enfermedad, lo que agrava más aún su ya de por sí deteriorada calidad de vida. Así, algunos experimentarán síntomas agobiantes, requiriendo hospitalizaciones regulares y haciendo imposible mantener un trabajo, mientras que otros pueden hacer su vida a pesar de los síntomas. En cualquier caso, el TOC pasa una importante factura al enfermo y a su familia y amigos, incluso si sólo experimenta los síntomas durante un breve periodo cada día.

http://www.saludalia.com/Saludalia/servlets/contenido/jsp/parser.jsp?nombre=doc_trastorno_compulsivo

completando el puzle

 imagen:http://xaxor.com/oil-paintings/664-carlos-saenz-de-tejada.html
en este mes de enero de 2012 he  recibido una  sorpresa con la que siempre había soñado.recuperar el contacto con  una hermana que había perdido  cuando ella contaba con dos años  de edad. por causas ajenas a mi ya que yo tenia todos los preparativos hechos para traérmela a mi casa.  junto con mi hermano de 12 años , como así fue .el caso es que nuestra madre mujer dulce y buena donde las hubiese.al saber los planes que tenia para mis hermanos la dio en adopción.un buen día fui a buscarla como de costumbre para traérmela el fin de semana y ya no estaba me dijeron que no volviese  no me dieron ninguna explicación.  mi hermano nunca me perdono el que la perdiese  pusimos el caso en manos de abogados pero todo fue inútil ella estaba en su derecho de hacer con su hija  lo que mas le conviniese y esto fue un golpe muy duro para nosotros y el distanciamiento definitivo por parte de mi hermano.
a pesar de que hemos sido sus auténticos padres para lo bueno y para lo malo.
ese dolor siempre ha estado presente en nuestra familia.
llegue a pensar que cuando nuestra madre muriese nos reuniríamos y  hablaríamos mi hermano y yo.  pero las cosas nunca son como  pensamos.murió prematuramente hace dos años  con 58 años.
y como siempre me hice cargo de todo entierro gastos. consolar a su nueva familia que el servicio fuese correcto. me falta ponerle la lapida la economía en estos momentos no acompaña.pero cuando mejore lo haré.
avise a mi hermano de  que había fallecido.y no apareció nunca  ni tan siquiera me llamo.para preguntarme si necesitaba algo.tuve que recopilar todos los datos necesarios para enterrarla pues no tenia dni.
mi hipótesis descabellada lo se fue que no me perdonaba el haberla enterrado como así  me lo ha confirmado el mismo esta semana.
según el  ella no lo merecía....
a lo que iba que me voy del hilo.  el miércoles me toca el timbre después de dos años de verme por la calle y ni tan siquiera saludarme.y me dice tu te acuerdas de maría la pequeña? pues a aparecido y quiere conocerte tu quieres verla?si le conteste sin dudar pensé que podría ser bueno para el recuperar la relación con nuestra hermana y que quizás eso suavizase el dolor que el sentía hacia nuestra madre  y la verdad es que siempre he tenido una espina clavada en el corazón a raíz de ese suceso, hable con ella por teléfono quiero conocerte  tu quieres si le conteste nunca he dejado de pensar en ti...en una hora estoy hay.ok
quedemos y fue muy emocionante.

preguntas que nos hizo.
por que somos rubios?tu tienes el pelo rizado? yo me lo plancho....
era buena persona nuestra madre?
me queria?
por que me llamo maría?
tu que pensaste cuando me adoptaron? pues ella conocía toda la historia.
sufriste cuando me adoptaron?
 tu me querías?
yo veía a mi hermano retorcerse en la silla. con cada pregunta.
pero lo mejor fue el momento en que nos dijo
a mi esto en realidad no me importa nada pues yo tengo una vida maravillosa unos padres que me adoran. y nos los cambio por nada pero sentía curiosidad por saber como erais y que pensabais.
en ese momento pensé nuestra madre estaría orgullosa de ti lastima que allá muerto sin haberte conocido.también sentí pena por tus padres adoptivos por que en ese breve encuentro me recordaste tanto a ella. ojala me equivoque.
pero sobre todo deseo que mi hermano entierre tu recuerdo y deje el luto que ha llevado por ti durante veintidós años y pueda vivir su vida sin el  recuerdo doloroso del pasado.
fuente:amatista 
 

VIVIR EN TI | Individuos nocivos para la salud

Atención, ¿personas tóxicas?

[foto de la noticia]
  • La gente tóxica tiende a agigantar los errores de los demás y reducir sus logros
  • A una sociedad malhumorada y tóxica le cuesta asimilar estímulos negativos
Con el nuevo año vienen los buenos propósitos y uno de ellos suele ser desintoxicarnos de los excesos cometidos en las fiestas navideñas. Pero el cuerpo no sólo puede saturarse de alimentos poco saludables, también la psique puede ser poco a poco envenenada, casi sin darnos cuenta, si estamos expuestos a lo que se conoce como personas 'tóxicas'.
El psicólogo argentino Bernardo Stamateas da algunas pistas para identificarlas en su libro 'Gente tóxica', que ya va por su 12º edición. Según el autor, estos individuos en un principio fingen ser tus amigos y son aparentemente inofensivos. Suelen utilizar sutiles bromas e ironías para minar lentamente tu motivación. Tratan de reducir tu estima y tu valor para que sus figuras aumenten: "Sólo si tu disminuyes él o ella podrá crecer". Por regla general, agigantan tus errores y reducen al máximo tus logros o difunden rumores para acabar con tu reputación. Persiguen un objetivo: conseguir poder y control sobre todo y todos. Son esas personas que piensan que sólo ellos tienen razón y que sólo ellos saben cómo han de hacerse las cosas.
"La gente tóxica potencia nuestras debilidades y nos llena de frustraciones"
Bernardo Stamateas, psicólogo y autor del libro 'Gente Tóxica'
Si esta definición le recuerda a alguien es que ha estado en contacto con un persona tóxica. Al igual que los agentes peligrosos, este tipo de individuos son altamente nocivos ya que, según Stamateas, pueden destruir la confianza en uno mismo, alejarnos de nuestros objetivos y hasta arruinar nuestra vida.
"Las personas tóxicas potencian nuestras debilidades, nos llenan de cargas y frustraciones. No des crédito a ninguna palabra ni sugerencia que provenga de los tóxicos. No te amarres a quienes no se alegran de tus éxitos", explica Stamateas en 'Gente tóxica'.
Stamateas asegura que se puede y se debe evitar que este tipo de personas tomen el control de nuestras vidas. Primero, identificándolas, y segundo, reforzando la autoestima y adquiriendo estrategias para no caer en sus redes. Pero cuando la situación compromete la salud o la estabilidad emocional, los terapeutas aconsejan alejarse de esas personas o ambientes para evitar convertirnos en uno de ellos.

Un proceso químico

Pero, ¿hay gente 100% tóxica? Para el psicólogo clínico y consultor Juan Cruz, el problema no es tan sencillo. En su opinión, no existen personas tóxicas sino situaciones tóxicas. "En ocasiones son las emociones, como el miedo o la angustia, las que hacen reaccionar al individuo de manera muy negativa", explica.
Ttodos podemos ser 'venenosos' en algún momento, sostiene el psicólogo Juan Cruz
Cruz apunta que el bombardeo de informaciones negativas sobre la crisis económica está envenenado a la sociedad y elevando la toxicidad del ambiente. A su juicio, el exceso de estímulos negativos está modificando los estados emocionales de las personas y, por tanto, alterando su bioquímica cerebral al producir más adrenalina y cortisol a causa del estrés. "Se generan situaciones de miedo, frustración, ansiedad y en definitiva, un cuadro de estrés que intoxican a la personas a nivel emocional, bioquímico y físico", explica.
De hecho, el neurobiólogo Jorge Colombo, investigador del Conicet, describe este fenómeno que ha bautizado como 'toxicidad social' y que está provocado por el predominio de una sociedad malhumorada, que no puede asimilar ni contrarrestar tantos estímulos negativos.
Cruz no comparte con Stamateas la distinción entre 'tóxicos' e 'inocuos', porque sostiene que todos podemos ser 'venenosos' en algún momento de nuestra vida y que, además, y lo que es más importante, se puede salir de una situación tóxica. "La neuroplasticidad del cerebro permite crear nuevas conexiones neuronales que cambian la forma en la que una persona interpreta la realidad", explica.

Clasificación de gente tóxica

No existe sólo un tipo de persona tóxica. Con el fin de poder reconocerlos y neutralizarlos, Stamateas desarrolla en su libro una lista con las distintas tipologías que adoptan estos seres nocivos. Éstas son algunas de las formas que adoptan:
  • Meteculpas: La culpa es uno de los sentimientos más paralizadores que hay, hace que nos detengamos en la búsqueda de nuestras metas. Este tipo de gente tóxica siempre traslada un mensaje: "No eres lo bastante bueno", "tú me haces ser así" o "me sacas de quicio".
  • Envidioso: Siempre trata de buscar aliados. Hablará con otros para envenenarlos porque su objetivo es boicotear cada uno de tus proyectos. El que calumnia, probablemente, no puede tener el mismo brillo que tú.
  • Descalificador: Su objetivo es controlar nuestra autoestima, hacernos sentir nada ante los demás para que él o ella pueda brillar y ser el centro de atención.
  • Agresivo verbal: Los gritos, las contestaciones agresivas y fuera de lugar son sus armas para hacer a la otra persona sentirse incapaz, débil e insegura. Su objetivo es despertar miedo a su alrededor para ser respetado.
  • El psicópata: Muestran una imagen que no se corresponde con su interior. Son tus 'amigos' mientras les sirves para conseguir sus propósitos. Una vez alcanzados te desechan y te tratan como si no te conocieran. Siempre se ofenden por todo. Hablan mal de todo el mundo. Son resentidos y amargados, y nadie les puede sugerirles nada. Se muestran incapaces de detectar el sufrimiento humano.
  • El chismoso: Hay un aforismo que dice "no todos repiten los chismes que oyen, algunos los mejoran". Este tipo de persona difunde rumores de manera constante para menoscabar tu imagen. Los rumores tienden a simplificarse en una única idea para hacerla asimilable por la masa. Busca notoriedad y hacer aliados.
  • El quejoso: Se lamenta todo el tiempo: "Su discurso le ata más al pasado y a la dificultad". Es dependiente y espera a que el otro resuelva sus problemas. Tiene una mente cerrada, duda de todo y no tienen metas. La diferencia es que son seres tóxicos para sí mismos y para los demás.

Antídotos contra los tóxicos

Para el psicólogo Juan Cruz hay antídotos para este virus que infecta las mentes de muchas personas que están en contacto con un entorno laboral o afectivo poco saludable:
  • Detectar: Une medida para desintoxicarse es precisamente entrar en contacto con el veneno inoculado por el exterior o por ti mismo. "Hay que detectar la toxicidad para poder salir de ella. No escapar sino nacerle frente. Sólo gracias a esa toma de conciencia como observador externo el lóbulo frontal se activa y genera calma", explica Cruz.
  • Adaptarse: Aunque la situación sea muy tóxica, se pueden desarrollar estrategias para poder adaptarse a ella. Es decir, tenemos la capacidad de aprender a descodificar la misma información de diferente manera.
  • Abstracción: Todos somos libres de 'cerrar la ventana' de nuestra mente al ruido del exterior. Aunque nos bombardee con mensajes letales, tenemos la capacidad de protegernos y cerrar las compuertas de nuestra mente a esa información.
  • Autoestima: Potenciar los recursos que cada uno tiene, realizar actividades que refuercen nuestras aptitudes y habilidades, buscar nuevos entornos más salubres donde se aprecien nuestras cualidades.
  • Relaciones sociales: Cultivar los vínculos afectivos verdaderos y las relaciones sociales basadas en valores. Fomentar la interdependencia y una buena red de amistades.
  • No al victimismo: Abandonar la autointoxicación, ese diálogo interior que repite una y otra vez los mismos mensajes negativos sin ofrecer nunca una salida.
  • Solidaridad: Hacer cosas por los demás o implicarse en proyectos solidarios es una buena forma para salir de uno mismo y su propia 'desgracia'. Además, ayudar a otras personas que sufren es bueno para relativizar.
  • Abandonar: En ocasiones, sobre todo cuando las consecuencias afectan a la salud, hay que abandonar las situaciones contaminantes. Pero no es una derrota porque, a veces, para sobrevivir en un entorno tóxico, hay que convertirse en un ser tóxico. Y ese es un precio demasiado alto. Hay momentos en que una retirada a tiempo es una victoria.

Cómo cambiar nuestros pensamientos, para cambiar nuestra vida



Cómo cambiar nuestros pensamientos, para cambiar nuestra vida - Por Dr. Joe Dispenza
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Cómo cambiar nuestros pensamientos,
para cambiar nuestra vida

Por Dr. Joe Dispenza en el seminario "El Poder de la Ciencia y Espriritualidad"

Nuestros pensamientos nos pueden enfermar

Una manera sencilla de ver qué relación existe entre nuestro cuerpo y nuestros pensamientos es observar lo que sucede con el estrés: tenemos dos sistemas de protección en nuestro cuerpo: el sistema de protección externo, que nos defiende de lo que sucede en nuestro entorno, y el sistema interno, que revisa lo que está pasando en el interior de nuestro organismo.

Si veo a un tigre y si veo a un antiguo jefe voy a responder de la misma manera, voy a tener la reacción de luchar o arrancar, pero cuando no puedo pelear, porque no está aceptado socialmente, y no puedo correr, porque... ¿hacia dónde arranco? Entonces los químicos que produce el organismo comienzan a operar en nuestro cuerpo pero no hacemos nada con ellos.

Todos los organismos de la naturaleza están diseñados para el estrés agudo. Los seres humanos somos tan inteligentes que podemos hacer que el pensamiento sea más real que cualquier otra cosa, y, debido a que somos tan inteligentes, tenemos un banco de memoria tan enorme que podemos anticiparnos a un evento que vaya a ocurrir, podemos preparar la mente para futuras circunstancias y con ello encender la respuesta de estrés solamente con el pensamiento.

Ahora, cuando encendemos la respuesta al estrés y no podemos apagarlo, vamos encaminados a la enfermedad, porque el cuerpo no va a lograr soportar un desequilibrio tanto tiempo. Entonces sucede lo que llamamos ansiedad o desórdenes obsesivos compulsivos, insomnio, depresión... Todas las enfermedades de adultos están creadas por los químicos del estrés, y la redundancia de esos químicos activa los genes que hacen que nos encaminemos a nuestro destino genético.

Si estamos movilizando toda nuestra energía para el sistema de protección externo, no hay energía para el sistema de protección interno, no hay energía para los proyectos de creación a largo plazo, no hay energía para las reparaciones, el crecimiento y la regeneración. Entonces, si dos células cancerígenas se juntan, toda la energía se está movilizando para el sistema de protección externo, por lo que no hay seguridad interna: se juntan estas dos células de cáncer y crecen, porque nadie las revisa, porque nuestras tropas están siendo enviadas para otro lado. Es como si supiéramos que viene un huracán a Santiago, ¿quién pensaría en remodelar su cocina? Eso es exactamente lo que pasa en el cuerpo. No hay energía para la reparación, no hay energía para proyectos de construcción a largo plazo, y el sistema de protección interno, el sistema inmunológico, comienza a sufrir.

Entonces, ¿los pensamientos pueden también sanarnos?

Si nuestros pensamientos pueden enfermar ¿no pueden acaso mejorarnos también? ¿Podemos encender nuevos genes y apagar los antiguos?

Cuando vivimos un estado emocional siempre va a haber una brecha entre la forma en que se ven las cosas y la forma en que realmente son. Esos químicos de supervivencia son los que nos llevan a estados emocionales negativos.

Pero podemos cambiar la forma en que funcionan nuestros cerebros, al interrumpir los programas normales de cómo sentimos y pensamos. Al principio es muy difícil, porque no sabemos cuán adictos estamos a nuestros estados emocionales, y nos volvemos adictos a estos estados emocionales porque las emociones encienden el cuerpo para que podamos sentirnos vivos y nos volvemos adictos a ese sentimiento. Así que la persona a quien le da rabia, mantiene esa emoción en su vida para poder sentir esa rabia, para poder sentirse viva.

Al hacer que nuestros cerebros funcionen de manera diferente, estamos creando una mente nueva, y así comenzamos a cambiar nuestro estado mental.

¿Qué es lo que ustedes practican mentalmente todos los días? ¿Qué es lo que usted demuestra físicamente todos los días? Porque lo que practicamos mentalmente, lo que pensamos mentalmente todo el día, y lo que actuamos o demostramos físicamente todos los días representa quiénes somos del punto de vista neurológico.

Ahora es el momento

La física cuántica dice que el ambiente es una extensión de nuestra mente, entonces si realmente cambiamos nuestra mente, ¿no debería aparecer algo totalmente distinto en nuestro mundo? Deberíamos convertirnos en científicos y decir ya muy bien, conciencia mayor y campo objetivo, campo cuántico, ¡ahora quiero una señal, quiero que me indiques que he hecho contacto contigo y quiero que me lo muestres de manera que me sorprenda, que me emocione, que me inspire, que no lo pueda predecir, porque si pudiéramos predecirlo, no es nuevo.

La mayoría de nosotros tomamos decisiones así: "mañana empiezo". Tenemos la intención, pero el cuerpo no recibe la señal. Cuando nos decidimos y decimos "basta, suficiente", ésa es la primera vez que el cuerpo recibe una señal. Cuando lo hacemos, cuando verdaderamente cambiamos la mente, no es sólo de la mente, es el ser.

Entonces tiene que venir o llegar de una manera que sea mayor o superior a nuestro entendimiento, que produzca un nuevo sentimiento de entusiasmo, que no deje duda alguna de que ha venido de ti, para que sea cada vez más fácil aceptar que tú eres el creador de tu propio destino.

¿Y cómo se hace?

Tenemos dos sistemas de memoria: el declarativo y el no declarativo, el subconsciente.

Las memorias declarativas son memorias explícitas: conocimiento y experiencia, hechos y eventos, filosofía y experiencia, y cuando aprendemos algo nuevo, todo lo que se ha aprendido queda aquí, programado en el neocortex, en el cerebro, y empezamos a pensar en esto y a analizarlo y a reflexionar sobre ello y a meditar sobre ello, al hacerlo vamos a organizar los circuitos en el cerebro.

Pero cuando finalmente aprendemos la información, y la aplicamos, la personalizamos, la demostramos, modificamos nuestra conducta, ahí si vamos a tener una nueva experiencia y esa nueva experiencia va a crear una nueva emoción, y ahora tenemos dos cerebros funcionando juntos, el cerebro pensante y el que siente. Tenemos mente y cuerpo comenzando a unificarse.

El conocimiento es el precursor de la experiencia. Cuando hacemos lo nuevo una y otra vez, activamos este sistema de memoria no declarativo, subconsciente. Este es el sistema de memoria implícito en el cual el cuerpo lo ha hecho tantas veces que ahora sabe más que el cerebro, ahora se ha convertido en el cerebro. Aquí es cuando mente y cuerpo están trabajando juntos. Aquí están nuestras habilidades, nuestras conductas, nuestras reacciones emocionales, nuestros condicionamientos. Es nuestra memoria asociativa y una vez que estamos ahí, en este estado del ser, significa que mente, cuerpo y alma están trabajando juntos.

Una persona intelectualmente puede declarar que quiere ser feliz, pero su ser está infeliz porque simplemente es una habilidad que debe adquirir. Cuando la mente quiere una cosa y el cuerpo quiere otra, no se responden nuestras plegarias, no podemos cambiar.

La persona que realmente quiere cambiar, si comenzara a volverse consciente y hacer que sus pensamientos inconscientes, sus acciones inconscientes y sus sentimientos inconscientes se vuelvan conscientes, comenzará a controlarlos, y si comienzan a practicar este nuevo ser, de pensar a hacer, ese nuevo estado químico interno que memorizó, ahora será superior a cualquier cosa en su vida externa.

El campo cuántico responde a quién estamos siendo. El campo cuántico organiza los eventos, las experiencias, para que vengan a nosotros y eso es lo bonito, la alegría de estar vivo.

La neuroplasticidad

Tenemos tres cerebros en uno: el pensante, el neocortex; el cerebro emocional, el que hace cosas, y el del ser, el cerebelo. La posibilidad de conexiones de las neuronas en el cerebro humano es mayor que la cantidad de átomos en el universo. Las neuronas son tridimensionales, más o menos 100 mil neuronas caben en un grano de arena. Aprender significa crear nuevas conexiones sinápticas entre ellas.

La neuroplasticidad es la habilidad de cambiar el alambrado sináptico del cerebro. Al aprender información y registrar experiencias y mantener un estado modificado del ser, la plasticidad nos permite evolucionar nuestras acciones o modificar nuestra conducta de modo que podamos hacer mejor las cosas en la vida.

Por el contrario, la que yo llamo "neurorigidez" es el usar nuestras conexiones sinápticas precableadas, es decir, memorias. Sin hacer nuevas conexiones, no se aprende de la experiencia. Rigidez es procesar los mismos pensamientos, realizar las mismas acciones y luego esperar que ocurra algo distinto, y eso, por supuesto, es locura.

La mente es el cerebro en acción, es el cerebro trabajando, un producto de la actividad del cerebro. El lóbulo frontal es la base de nuestra voluntad, de nuestro aprendizaje, de nuestra intención, atención, invención, especulación, toma de decisiones, es como controlamos nuestra conducta, es como nos concentramos. Además es lo que restringe nuestras reacciones emocionales. Es la parte más nueva y más evolucionada del cerebro y del sistema nervioso, y es la parte más neuroplástica de todo el cerebro.

Cuando el lóbulo frontal trabaja correctamente nos permite que un pensamiento sea más real que todo lo demás. Y esto es porque tiene conexiones a todas las partes del cerebro y puede acallar todos los demás circuitos para que nada más se pueda procesar salvo ese pensamiento. Así es como puede modificar nuestra conducta y combinar todas estas redes neuronales dentro de nuestro cerebro para crear una nueva idea.

¿Cómo lo logramos?

El proceso de meditación es hacerse conocido, conocer el ser antiguo ara poder controlarlo y luego practicar mentalmente este nuevo ser hasta que se nos haga conocido, familiar. Esta práctica mental básicamente trata de pensar en quién queremos convertirnos, quién queremos ser, es practicar una acción antes de hacerla. Es imaginar ya realizada una nueva habilidad, es reproducir constantemente el mismo nivel de mente a voluntad y debe hacerse todos los días para que se formen estos nuevos circuitos.

Entonces uno va a decir en su mente cómo pensaría una persona con la característica que queremos adquirir, por ejemplo, una persona saludable. ¿Cómo pensaría una persona saludable? ¿Cómo actuaría? Quiero ser y soy saludable. Y a medida que se empieza a enviar esas señales a las neuronas, al principio hay un problema: están todas esas otras neuronas que están disparando al mismo tiempo y dicen "no eres saludable, ándate a dormir, empieza mañana, el doctor dijo que vas a estar enfermo para siempre..."

Podemos insistir y decir una y otra vez nuestro nuevo pensamiento, y cada vez más fuerte. El proceso de hacerlo una y otra vez en forma repetida, con una férrea intención, tarde o temprano se convertirá en una señal más fuerte, sólida, hacia las células. Y una vez que ésta sea la señal más fuerte que llega a la célula, el circuito va a tener que cablearse de manera permanente.

Sólo hay una cantidad de factor de neurocrecimiento en el cerebro y la neurona comienza a robar el factor de neurocrecimiento de las otras conexiones. Y a medida que empieza a cablear permanentemente, comienza a sacar el pegamento de las que están a los costados, y cuando pasa eso se van despegando, se va la memoria del doctor, se va la de la flojera y se va toda esta sensación de no quererse a si mismo. Hay ahora una sola señal a su cuerpo: soy saludable.

Podemos creer en el futuro que no podemos experimentar con nuestros sentidos pero que hemos pensado tanto en nuestras mentes que ya está mapeado en nuestro cerebro. Ahora cuando apliquemos este nuevo paradigma con éxito, nuestro cerebro ya no será un registro del pasado, sino que será un mapa hacia nuestro nuevo futuro. Vivir según esta ley es vivir según la ley cuántica y la ley cuántica dice que nuestro ambiente es una extensión de nuestra mente. Si cambiamos nuestra mente, nuestra vida debería cambiar.
fuente:http://www.nuevagaia.com.ar/vida_salud/index.php?id=737

"Nuestra vida puede cambiar si controlamos nuestras emociones"


                               
   
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