Cómo cambiar nuestros pensamientos, para cambiar nuestra vida



Cómo cambiar nuestros pensamientos, para cambiar nuestra vida - Por Dr. Joe Dispenza
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Cómo cambiar nuestros pensamientos,
para cambiar nuestra vida

Por Dr. Joe Dispenza en el seminario "El Poder de la Ciencia y Espriritualidad"

Nuestros pensamientos nos pueden enfermar

Una manera sencilla de ver qué relación existe entre nuestro cuerpo y nuestros pensamientos es observar lo que sucede con el estrés: tenemos dos sistemas de protección en nuestro cuerpo: el sistema de protección externo, que nos defiende de lo que sucede en nuestro entorno, y el sistema interno, que revisa lo que está pasando en el interior de nuestro organismo.

Si veo a un tigre y si veo a un antiguo jefe voy a responder de la misma manera, voy a tener la reacción de luchar o arrancar, pero cuando no puedo pelear, porque no está aceptado socialmente, y no puedo correr, porque... ¿hacia dónde arranco? Entonces los químicos que produce el organismo comienzan a operar en nuestro cuerpo pero no hacemos nada con ellos.

Todos los organismos de la naturaleza están diseñados para el estrés agudo. Los seres humanos somos tan inteligentes que podemos hacer que el pensamiento sea más real que cualquier otra cosa, y, debido a que somos tan inteligentes, tenemos un banco de memoria tan enorme que podemos anticiparnos a un evento que vaya a ocurrir, podemos preparar la mente para futuras circunstancias y con ello encender la respuesta de estrés solamente con el pensamiento.

Ahora, cuando encendemos la respuesta al estrés y no podemos apagarlo, vamos encaminados a la enfermedad, porque el cuerpo no va a lograr soportar un desequilibrio tanto tiempo. Entonces sucede lo que llamamos ansiedad o desórdenes obsesivos compulsivos, insomnio, depresión... Todas las enfermedades de adultos están creadas por los químicos del estrés, y la redundancia de esos químicos activa los genes que hacen que nos encaminemos a nuestro destino genético.

Si estamos movilizando toda nuestra energía para el sistema de protección externo, no hay energía para el sistema de protección interno, no hay energía para los proyectos de creación a largo plazo, no hay energía para las reparaciones, el crecimiento y la regeneración. Entonces, si dos células cancerígenas se juntan, toda la energía se está movilizando para el sistema de protección externo, por lo que no hay seguridad interna: se juntan estas dos células de cáncer y crecen, porque nadie las revisa, porque nuestras tropas están siendo enviadas para otro lado. Es como si supiéramos que viene un huracán a Santiago, ¿quién pensaría en remodelar su cocina? Eso es exactamente lo que pasa en el cuerpo. No hay energía para la reparación, no hay energía para proyectos de construcción a largo plazo, y el sistema de protección interno, el sistema inmunológico, comienza a sufrir.

Entonces, ¿los pensamientos pueden también sanarnos?

Si nuestros pensamientos pueden enfermar ¿no pueden acaso mejorarnos también? ¿Podemos encender nuevos genes y apagar los antiguos?

Cuando vivimos un estado emocional siempre va a haber una brecha entre la forma en que se ven las cosas y la forma en que realmente son. Esos químicos de supervivencia son los que nos llevan a estados emocionales negativos.

Pero podemos cambiar la forma en que funcionan nuestros cerebros, al interrumpir los programas normales de cómo sentimos y pensamos. Al principio es muy difícil, porque no sabemos cuán adictos estamos a nuestros estados emocionales, y nos volvemos adictos a estos estados emocionales porque las emociones encienden el cuerpo para que podamos sentirnos vivos y nos volvemos adictos a ese sentimiento. Así que la persona a quien le da rabia, mantiene esa emoción en su vida para poder sentir esa rabia, para poder sentirse viva.

Al hacer que nuestros cerebros funcionen de manera diferente, estamos creando una mente nueva, y así comenzamos a cambiar nuestro estado mental.

¿Qué es lo que ustedes practican mentalmente todos los días? ¿Qué es lo que usted demuestra físicamente todos los días? Porque lo que practicamos mentalmente, lo que pensamos mentalmente todo el día, y lo que actuamos o demostramos físicamente todos los días representa quiénes somos del punto de vista neurológico.

Ahora es el momento

La física cuántica dice que el ambiente es una extensión de nuestra mente, entonces si realmente cambiamos nuestra mente, ¿no debería aparecer algo totalmente distinto en nuestro mundo? Deberíamos convertirnos en científicos y decir ya muy bien, conciencia mayor y campo objetivo, campo cuántico, ¡ahora quiero una señal, quiero que me indiques que he hecho contacto contigo y quiero que me lo muestres de manera que me sorprenda, que me emocione, que me inspire, que no lo pueda predecir, porque si pudiéramos predecirlo, no es nuevo.

La mayoría de nosotros tomamos decisiones así: "mañana empiezo". Tenemos la intención, pero el cuerpo no recibe la señal. Cuando nos decidimos y decimos "basta, suficiente", ésa es la primera vez que el cuerpo recibe una señal. Cuando lo hacemos, cuando verdaderamente cambiamos la mente, no es sólo de la mente, es el ser.

Entonces tiene que venir o llegar de una manera que sea mayor o superior a nuestro entendimiento, que produzca un nuevo sentimiento de entusiasmo, que no deje duda alguna de que ha venido de ti, para que sea cada vez más fácil aceptar que tú eres el creador de tu propio destino.

¿Y cómo se hace?

Tenemos dos sistemas de memoria: el declarativo y el no declarativo, el subconsciente.

Las memorias declarativas son memorias explícitas: conocimiento y experiencia, hechos y eventos, filosofía y experiencia, y cuando aprendemos algo nuevo, todo lo que se ha aprendido queda aquí, programado en el neocortex, en el cerebro, y empezamos a pensar en esto y a analizarlo y a reflexionar sobre ello y a meditar sobre ello, al hacerlo vamos a organizar los circuitos en el cerebro.

Pero cuando finalmente aprendemos la información, y la aplicamos, la personalizamos, la demostramos, modificamos nuestra conducta, ahí si vamos a tener una nueva experiencia y esa nueva experiencia va a crear una nueva emoción, y ahora tenemos dos cerebros funcionando juntos, el cerebro pensante y el que siente. Tenemos mente y cuerpo comenzando a unificarse.

El conocimiento es el precursor de la experiencia. Cuando hacemos lo nuevo una y otra vez, activamos este sistema de memoria no declarativo, subconsciente. Este es el sistema de memoria implícito en el cual el cuerpo lo ha hecho tantas veces que ahora sabe más que el cerebro, ahora se ha convertido en el cerebro. Aquí es cuando mente y cuerpo están trabajando juntos. Aquí están nuestras habilidades, nuestras conductas, nuestras reacciones emocionales, nuestros condicionamientos. Es nuestra memoria asociativa y una vez que estamos ahí, en este estado del ser, significa que mente, cuerpo y alma están trabajando juntos.

Una persona intelectualmente puede declarar que quiere ser feliz, pero su ser está infeliz porque simplemente es una habilidad que debe adquirir. Cuando la mente quiere una cosa y el cuerpo quiere otra, no se responden nuestras plegarias, no podemos cambiar.

La persona que realmente quiere cambiar, si comenzara a volverse consciente y hacer que sus pensamientos inconscientes, sus acciones inconscientes y sus sentimientos inconscientes se vuelvan conscientes, comenzará a controlarlos, y si comienzan a practicar este nuevo ser, de pensar a hacer, ese nuevo estado químico interno que memorizó, ahora será superior a cualquier cosa en su vida externa.

El campo cuántico responde a quién estamos siendo. El campo cuántico organiza los eventos, las experiencias, para que vengan a nosotros y eso es lo bonito, la alegría de estar vivo.

La neuroplasticidad

Tenemos tres cerebros en uno: el pensante, el neocortex; el cerebro emocional, el que hace cosas, y el del ser, el cerebelo. La posibilidad de conexiones de las neuronas en el cerebro humano es mayor que la cantidad de átomos en el universo. Las neuronas son tridimensionales, más o menos 100 mil neuronas caben en un grano de arena. Aprender significa crear nuevas conexiones sinápticas entre ellas.

La neuroplasticidad es la habilidad de cambiar el alambrado sináptico del cerebro. Al aprender información y registrar experiencias y mantener un estado modificado del ser, la plasticidad nos permite evolucionar nuestras acciones o modificar nuestra conducta de modo que podamos hacer mejor las cosas en la vida.

Por el contrario, la que yo llamo "neurorigidez" es el usar nuestras conexiones sinápticas precableadas, es decir, memorias. Sin hacer nuevas conexiones, no se aprende de la experiencia. Rigidez es procesar los mismos pensamientos, realizar las mismas acciones y luego esperar que ocurra algo distinto, y eso, por supuesto, es locura.

La mente es el cerebro en acción, es el cerebro trabajando, un producto de la actividad del cerebro. El lóbulo frontal es la base de nuestra voluntad, de nuestro aprendizaje, de nuestra intención, atención, invención, especulación, toma de decisiones, es como controlamos nuestra conducta, es como nos concentramos. Además es lo que restringe nuestras reacciones emocionales. Es la parte más nueva y más evolucionada del cerebro y del sistema nervioso, y es la parte más neuroplástica de todo el cerebro.

Cuando el lóbulo frontal trabaja correctamente nos permite que un pensamiento sea más real que todo lo demás. Y esto es porque tiene conexiones a todas las partes del cerebro y puede acallar todos los demás circuitos para que nada más se pueda procesar salvo ese pensamiento. Así es como puede modificar nuestra conducta y combinar todas estas redes neuronales dentro de nuestro cerebro para crear una nueva idea.

¿Cómo lo logramos?

El proceso de meditación es hacerse conocido, conocer el ser antiguo ara poder controlarlo y luego practicar mentalmente este nuevo ser hasta que se nos haga conocido, familiar. Esta práctica mental básicamente trata de pensar en quién queremos convertirnos, quién queremos ser, es practicar una acción antes de hacerla. Es imaginar ya realizada una nueva habilidad, es reproducir constantemente el mismo nivel de mente a voluntad y debe hacerse todos los días para que se formen estos nuevos circuitos.

Entonces uno va a decir en su mente cómo pensaría una persona con la característica que queremos adquirir, por ejemplo, una persona saludable. ¿Cómo pensaría una persona saludable? ¿Cómo actuaría? Quiero ser y soy saludable. Y a medida que se empieza a enviar esas señales a las neuronas, al principio hay un problema: están todas esas otras neuronas que están disparando al mismo tiempo y dicen "no eres saludable, ándate a dormir, empieza mañana, el doctor dijo que vas a estar enfermo para siempre..."

Podemos insistir y decir una y otra vez nuestro nuevo pensamiento, y cada vez más fuerte. El proceso de hacerlo una y otra vez en forma repetida, con una férrea intención, tarde o temprano se convertirá en una señal más fuerte, sólida, hacia las células. Y una vez que ésta sea la señal más fuerte que llega a la célula, el circuito va a tener que cablearse de manera permanente.

Sólo hay una cantidad de factor de neurocrecimiento en el cerebro y la neurona comienza a robar el factor de neurocrecimiento de las otras conexiones. Y a medida que empieza a cablear permanentemente, comienza a sacar el pegamento de las que están a los costados, y cuando pasa eso se van despegando, se va la memoria del doctor, se va la de la flojera y se va toda esta sensación de no quererse a si mismo. Hay ahora una sola señal a su cuerpo: soy saludable.

Podemos creer en el futuro que no podemos experimentar con nuestros sentidos pero que hemos pensado tanto en nuestras mentes que ya está mapeado en nuestro cerebro. Ahora cuando apliquemos este nuevo paradigma con éxito, nuestro cerebro ya no será un registro del pasado, sino que será un mapa hacia nuestro nuevo futuro. Vivir según esta ley es vivir según la ley cuántica y la ley cuántica dice que nuestro ambiente es una extensión de nuestra mente. Si cambiamos nuestra mente, nuestra vida debería cambiar.
fuente:http://www.nuevagaia.com.ar/vida_salud/index.php?id=737

"Nuestra vida puede cambiar si controlamos nuestras emociones"


                               
   
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Conocerse a fondo

Para despertarse, el único camino es la observación. El ir observándose. El ir observándose uno a sí mismo, sus reacciones, sus hábitos y la razón de por qué responde así. Observarse sin críticas, sin justificaciones ni sentido de culpabilidad ni miedo a descubrir la verdad. Es conocerse a fondo.

El indagar e investigar quién es Jesucristo es muy loable, pero ¿para qué sirve? ¿Te puede servir para algo si no te conoces a ti mismo? ¿Te sirve para algo si estás controlado y manipulado sin saberlo?

La pregunta más importante del mundo, base de todo acto maduro, es: ¿Yo, quién soy? Porque, sin conocerte, no puedes conocer ni a Dios. Conocerte a ti mismo es fundamental. Sin embargo, lo curioso del caso es que no hay respuesta para la pregunta ¿quién soy yo?, porque lo que tienes que averiguar es lo que no eres, para llegar al ser que ya eres.

Hay un proverbio chino que dice: "Cuando el ojo no está bloqueado, el resultado es la visión. Cuando la mente no está bloqueada, el resultado es la sabiduría, y cuando el espíritu no está bloqueado, el resultado es el amor."

Hay que quitar las vendas para ver. Si no ves, no puedes descubrir los impedimentos que no te están dejando ver.

El observarte a ti mismo es estar atento a todo lo que acontece dentro y alrededor de ti, como si esto le ocurriese a otra persona, sin personalizarlo, sin juicio ni justificaciones ni esfuerzos por cambiar lo que está sucediendo, ni formular ninguna crítica ni autocompadecerte. Los esfuerzos que hagas por cambiar son peores, pues luchas contra unas ideas, y lo que hay que hacer es comprenderlas, para que ellas se caigan por sí solas una vez que comprendas su falta de realidad. Hay que cuestionar todo esto para ver si se comprende como una verdad y entonces te pondrás a observarte.

Las 10 creencias irracionales que te impiden ser feliz


SON "LAS NEURAS DE LA GENTE COMÚN" 
¿Crees que necesitas tener pareja para ser feliz? ¿Que si no eres nadie en la vida, profesionalmente hablando, te sentirás un fracasado? ¿Serías capaz de considerarte completo sin tener un piso en propiedad? ¿Ves imperdonable una infidelidad? ¿Consideras que la salud es lo primero? Pues, si de verdad quieres ser feliz, quítate todas esas ideas de la cabeza, porque no te van a ayudar.
Ésas son algunas de las creencias irracionales que tienen los españoles, necesidades creadas que, en lugar de eso, deberíamos tomarlas como preferencias. El psicólogo Rafael Santandreu asegura que las peores son “aquellas que afectan a las emociones”, pues las convertimos en condición sine qua non para alcanzar la felicidad.
En su libro El arte de no amargarse la vida Santandreu enumera las diez creencias irracionales más comunes entre los españoles, aquellas autoexigencias que les impiden alcanzar la plenitud emocional, y las ordena empezando por la más extendida en la sociedad:
1 – Necesito tener a mi lado a alguien que me ame, de lo contrario, ¡qué vida más triste!
2 – Tengo que ser alguien en la vida, aprovechar bien mis cualidades y virtudes. De lo contrario, me sentiría fracasado.
3 – No puedo tolerar que le gente me menosprecie en público. Debo saber responder y defender mi imagen.
4 – Debo tener un piso en propiedad. De lo contrario, soy un maldito fracasado muerto de hambre.
5 – Tener buena salud es fundamental para ser feliz. Y lo más deseable es vivir mucho tiempo; cuanto más, mejor.
6 – Tengo que ayudar a mis familiares, padres, abuelos, hijos… Mi ayuda es fundamental para su felicidad.
7 – Si mi pareja me pone los cuernos, no puedo continuar con esa relación. La infidelidad es una cosa terrible que te destroza por dentro.
8 – Tengo que tener una vida emocionante. De lo contrario, mi vida será un aburrimiento y, de alguna forma, un desperdicio.
9 – Más siempre es mejor. El progreso siempre es bueno y consiste en tener más cosas, más oportunidades, más inteligencia…
10 – La soledad es muy mala. Los seres humanos necesitan tener a alguien cerca porque si no, son unos desgraciados.
“Son las neuras de la gente común, las más frecuentes entre mis pacientes y mis conocidos”, explica. Son las necesidades “que nos hemos inventado” y que ahora condicionan nuestras vidas ya que sin ellas creemos que no seremos felices. “Se trata de preferencias y objetivos legítimos, pero no de condiciones indispensables para la felicidad”, aclara el autor. Es decir, que la reflexión debería ser algo así como “preferiría tener una pareja, o un piso, pero no me es indispensable para sentirme bien”.
Para conseguir pensar de esa forma lo primero que es necesario es identificar las creencias irracionales que cada cual mantiene porque “sostenerlas acaba pasando factura”. “Si queremos cambiar, lo que hay que hacer es analizar nuestro diálogo interno, es decir, aquello que nos decimos acerca de lo que nos sucede”.
La manera en que dialogamos con nuestro yo interior condiciona la forma en que nos sentimos y da forma a nuestros sentimientos. Está claro que no es lo mismo pensar “qué mala suerte tengo, no voy a poder superar que mi novia me haya dejado” que pensar “si lo nuestro no funcionaba, mejor que haya terminado cuanto antes, ahora voy a intentarrecuperarme”. “Uno es víctima de sus pensamientos y sus creencias”, advierte Santandreu.
Liberarse de las obligaciones autoimpuestas
En su opinión, quien quiera liberarse de esas creencias irracionales debe “hacer un esfuerzo por reeducar su mente y procurar ser lo más objetivo posible”, desligándose del miedo. Por ejemplo, el psicólogo asegura que considerar la salud como algo indispensable para el bienestar emocional es uno de los dogmas “más ilógicos”, pues, en definitiva, “tenemos la certeza de que la vamos a perder, ¿cómo podemos apegarnos tanto a ella?”.
“Como sociedad, debemos combatir cualquier tipo de pensamiento supersticioso, porque además son muy invasivos, sobre todo en el terreno emocional”. En su opinión, cuanto más opulenta es la sociedad, más deseos tiene, y acaba por convertirlos en necesidades. Efectivamente, al igual que ahora es imprescindible tener coche y el último modelo de teléfono móvil, nos hemos creado la necesidad (irracional) de tener pareja sí o sí, o de sentirnos respetados por los demás. “Cada nueva necesidad es una nueva carga para el individuo”, recuerda el psicólogo.
Pero si uno consigue liberarse y dejar de necesitar tantas cosas para ser feliz, le será mucho más sencillo llegar a ese estado. “Si te quitas tantas autoexigencias vas a vivir mucho más relajado, ¡verás qué descanso! Y además, podrás disfrutar mucho más de lo que ya posees”, asegura Santandreu.
Trastorno Obsesivo Compulsivo: cuando la lucha es contra uno mismo

El Trastorno Obsesivo Compulsivo figura en la lista de las 10 enfermedades más invalidantes elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en términos de pérdida de ingresos y de disminución de la calidad de vida. Y es que, sólo en nuestro país, las obsesiones y compulsiones interfieren en la vida diaria de decenas de miles de personas, provocando en ellas importantes consecuencias.



La conducta obsesiva es frecuente. Muchas personas tienen comportamientos obsesivos como ordenar repetidamente la mesa de trabajo, comprobar constantemente cerraduras y grifos o lavarse las manos con frecuencia. No obstante, según los expertos estos actos no son en sí mismos suficientes para diagnosticar un Trastorno Obsesivo Compulsivo. El TOC es algo más extenso, con síntomas muy variados que llegan a coartar la vida de personas de todas las edades.

Hasta hace unas décadas se pensaba que el Trastorno Obsesivo Compulsivo era algo “muy poco común”, pero en los últimos años se ha producido la detección en muestras de población general de un número mayor de casos. Así, en la actualidad se estima que la incidencia del TOC está en torno al 1 o 2 por ciento, afectando por igual a hombres y mujeres, aunque los psiquiatras aseguran que la cifra puede ser mayor.

A este incremento en el diagnóstico de pacientes se ha unido también un mayor conocimiento de las bases neurobiológicas de la enfermedad, y todos estos factores han hecho que el TOC se haya convertido en uno de los trastornos mentales de mayor interés para la comunidad científica.

Así, hace unos años se estableció el primer consenso científico sobre TOC conocido como “Consenso de Ciudad del Cabo” que expone las bases para una nueva conceptualización de la entidad, basada en los aportes de la investigación y que supone novedades en el abordaje y tratamiento de esta patología gravemente incapacitante.

¿Qué es el trastorno Obsesivo-Compulsivo?
El trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) es un trastorno crónico muy invalidante. Quienes lo padecen experimentan pensamientos e impulsos angustiosos y recurrentes (obsesiones) y/o conductas repetitivas (compulsiones). Los pacientes con TOC saben que sus obsesiones y compulsiones son irracionales o excesivas, sin embargo tienen poco o ningún control sobre ellas.

Además, estas obsesiones son pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes, molestos y no deseados que la persona siente que son inapropiados, grotescos o prohibidos, pero no pueden hacer nada por evitarlos. Por ejemplo, una obsesión frecuente está relacionada con la suciedad y los gérmenes.

En cuanto a las compulsiones, dado que son actos realizados de forma repetitiva con la finalidad de aliviar las obsesiones, los pacientes con un TOC relacionado con la suciedad y los gérmenes por ejemplo, pueden lavarse de forma ritual y compulsiva hasta el punto de que sus manos queden inflamadas y en carne viva.

Además de tener obsesiones y compulsiones, las personas que padecen un Trastorno Obsesivo Compulsivo pueden desmoralizarse o deprimirse. Sentimientos de ansiedad intensa, malestar o asco son también frecuentes en estos pacientes.

A este respecto, los expertos destacan que es importante distinguir entre los rasgos obsesivo-compulsivos y los síntomas obsesivo-compulsivos. Todos tenemos rituales, la diferencia reside en el grado de ansiedad que estos conllevan. Un ejemplo una mujer que se lava las manos 100 veces al día frente a una mujer que se lava siempre las manos antes de hacer la comida.

Origen en la infancia
La causa exacta del Trastorno Obsesivo Compulsivo no está clara, pero los científicos están estudiando anomalías en el cerebro, influencias genéticas (familiares) y factores ambientales. Así, se ha observado que las personas con TOC tienen unos patrones de actividad cerebral diferentes a los de aquéllos que no padecen TOC, lo que indica que un funcionamiento anómalo en una determinada parte del cerebro podría causar este trastorno. Anomalías en otras partes del cerebro y un desequilibrio de los neurotransmisores cerebrales, especialmente de la serotonina, también pueden contribuir a este trastorno.

A este respecto los especialistas destacan que hay una cierta influencia genética, aunque también hay factores ambientales. Actualmente es más discutida la influencia del entorno. Por ejemplo, los cambios de estilo educativo ocurridos en España desde el 50-60 a los 80-90 no se han modificado las tasas de TOC. También se sabe que hay una mayor frecuencia de la enfermedad en primogénitos y únicos, aunque esto también pasa en otras enfermedades psiquiátricas.

En cuanto a los síntomas en esta patología, éstos tienen un inicio temprano, en la infancia o la adolescencia, y afectan a la mayoría de los pacientes durante toda su vida, requiriendo atención y tratamiento a largo plazo. Sin embargo estudios recientes han detectado que más del 50 por ciento de los adultos con TOC identifican sus síntomas antes de los 18 años. Además, también hay que tener en cuenta que para la mayoría de personas con esta patología, el empeoramiento de los síntomas está relacionado con el estrés.

Debido a la actitud reservada de las personas que padecen el trastorno con relación a sus síntomas, los expertos estiman que hay un importante número de pacientes sin diagnosticar. A ello se une que pasan años antes de que la persona acuda a consulta y como promedio más de 10 años desde el inicio hasta que se obtiene el tratamiento adecuado. Las personas con TOC suelen visitar hasta a cuatro médicos antes de tener un diagnostico correcto de la enfermedad.

Consecuencias físicas, económicas y sociales
En cuanto a su abordaje, existen dos tratamientos que han demostrado ser efectivos en el TOC. La terapia cognitivo-conductual (TCC) y el tratamiento farmacológico, principalmente con inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina (ISRS). En la TCC, se expone deliberadamente al paciente a ideas u objetos temidos y luego se le disuade o se le impide que lleve a cabo la respuesta compulsiva habitual. Los ISRS han demostrado ser beneficiosos ya que parece que es necesario un efecto potente sobre la serotonina cerebral para producir una mejoría de este trastorno.

La combinación ambas terapias, fármacos y terapia cognitivo-conductual, es a menudo el tratamiento más efectivo para el TOC. Sin embargo, los expertos también señalan que mientras que el 50-60 por ciento de los pacientes responden al tratamiento, sólo una minoría se recupera de este trastorno.

Es por ello que el Trastorno Obsesivo Compulsivo figura en la lista de las 10 enfermedades más invalidantes elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en términos de pérdida de ingresos y de disminución de la calidad de vida. De este modo, el TOC se asocia a una discapacidad funcional y a unos costes económicos significativos.

A ello se une que hasta dos tercios de los individuos que padecen esta patología también sufren depresión en algún momento a lo largo de su enfermedad, lo que agrava más aún su ya de por sí deteriorada calidad de vida. Así, algunos experimentarán síntomas agobiantes, requiriendo hospitalizaciones regulares y haciendo imposible mantener un trabajo, mientras que otros pueden hacer su vida a pesar de los síntomas. En cualquier caso, el TOC pasa una importante factura al enfermo y a su familia y amigos, incluso si sólo experimenta los síntomas durante un breve periodo cada día.

Cuando la excitación con el mismo sexo no es homosexualidad I


Durante esta crisis la relación con una pareja o bien las relaciones sexuales son complicadas. En el caso de Ana no tanto ya que por la potencia de sus crisis (TOC) ella tuvo claro desde el comienzo que se trataba de este problema y además ha blanqueado todo esto con su pareja, en el caso de Walker se hace mucho más complejo.
Por una parte pasa, tomando de la intervención de Bacterio, que el cuerpo aprende a reaccionar con excitación ante imágenes homosexuales.
Por otra parte -una confirmación más que se trata de una crisis obsesiva- estas ideas e imágenes dan vuelta tanto y tanto por la cabeza que aparecen en todo momento, además se puso en marcha la idea fija de comprobar ese extremo de la duda (el de ser homo o bi), una conjugación perfecta para que la excitación ante esas imágenes aparezcan inmediatamente... y aparecen inmediatamente, espontáneamente. Imágenes homosexuales + ideas y/o excitación comienzan entonces a aparecer, cuando se sale a disfrutar, cuando se quieren poner a prueba, cuando se tiene miedo de que aparezca, cuando se está en una situación sexual, etc.
Hay excitaciones que las describe Bacterio como "pseudo-excitación" que a mi criterio serían aquellas que se fuerzan, además hay excitaciones que son espontáneas que salen de la persona y son excitaciones en serio, reales; en este caso lo falso, lo que la mente cree que es así y no lo es, es la creencia de ser homosexual o bisexual. Es más hay casos que la excitación con imágenes homo viene de comienzo y espontáneamente, y a partir de ello se despierta todo el trastorno que se desarrolla como tal. Para hacer un paralelo: un trastorno cuyo contenido es tirar un hijo por el balcón, este comenzó con escena de una película, inmediatamente el deseo de tira al hijo tal cual la imagen de la película, luego la paralización mental, la duda y el terror de hacerlo. . .
Si la pareja ya está habría que ver como manejar esta situación, en cada caso es diferente y esto hay que tratarlo en la psicoterapia. Para quienes no tienen pareja lo adecuado antes de las próximas relaciones sexuales es ir superando primero esta crisis y las características que llevan a ella, pues lo más probable es que los traspiés que surgen en este estado refuercen la crisis.
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Lic. Marta Chiarelli, psicóloga. UBA. Matrícula Nacional 8632
Psicología Integradora. Capital de Argentina
Tel. 4632-0441
 

Sobre la obsesión de creerse homosexual

Sigo centrándome en las características de personalidad que se comparten en este trastorno, es necesario cambiarlas para que salgan de la reiteración de estos ataques, un trabajo integral es el que va a desembocar en resolver esta crisis y posibilitar no repetir estados tan intensos, sean con el contenido que sean. Los objetivos de un buen trabajo no es que desaparezcan los rasgos obsesivos, no es “quedar perfectos”, es más de algunos de esos rasgos van a hacer uso en algunas áreas y momentos de la vida, con adecuados cambios van a ser útiles de acuerdo a que, cómo, con quien y donde se los emplee. Unos de los objetivos del cambio sería que cuando haya otros momentos de crisis puedan manejar los síntomas y no que los síntomas los manejen a ustedes, por ejemplo darse cuenta desde el comienzo que se está exagerando para “apartarse” de la situación y ver que pasa. . .
A todo el mundo se nos cruzan ideas, fantasías, sueños o sensaciones locas, cuando a estas expresiones psicológicas se le da un sentido antojadizo y temido y tras eso se comienza a indagar y rebuscar más y más, esas simples expresiones comienzan a tomar dimensiones fatales.

La sobredimensión va tanto para lo que se ve como perjudicial como para lo beneficioso. Así cualquier nimiedad que se cruza por la mente, como quedarse en la observación de un travesti o cualquier fantasía, comienza a tomar magnitudes asombrosas, absurdamente un hecho aislado de la vida se transforma en una orientación sexual. De la misma forma un cambio positivo, por ejemplo un avance en tomar contacto con la realidad, ya se toma como cura. Si bien se sabe lo irracional que es generalizar a tal punto no se deja de hacerlo.

Una de las características más difíciles, una gran enemiga, es la ilusión de omnipotencia, el todo lo puedo y de forma inmediata. En tanto esto no ceda van a seguir pasando de tocar el cielo con las manos al mismísimo infierno repetidamente. Lo que ayer era algo magnífico hoy es una mierda.
En los estados de bajones las expectativas desmedidas se ponen afuera (profesionales, instituciones, sitios virtuales u otros), por lo cual cuando algo “desencanta” de las mágicas soluciones que se esperan de ellos también corren el mismo destino de denigración.
Como es lógico cualquiera quiere resolver los bajones en los cuales uno se denigra y piensa ser lo que no es. Lo que no se quiere dejar son los confortables estados de creerse todopoderosos o que va a haber soluciones inmediatas y perfecta a todo problema. Hay que estar dispuestos a hacer los cambios necesarios en estas particularidades y saber que para ello se tiene que transitar un camino no corto de psicoterapia, esto último suele caer en esas creencia megalómanas de que solos van a resolver todo y que la psicoterapia no sirve o bien sirve sólo en esos momentos de desesperación y luego “ya está”.

Con respecto al tratamiento como ya dije una psicoterapia integradora es la que resuelve, que atienda a todos los aspectos de la persona (cognitivo, emotivo y conductual, consciente e inconsciente) y con una implementación amplia de técnicas que excedan a una sola corriente.
La medicación es indicada si el estado de angustia o parálisis es tan grande que no puede permitir la continuidad de las actividades. El reclamo de medicación está, la mayor cantidad de las veces, basada en la búsqueda de soluciones mágicas, lo más adecuado es que la persona pueda trabajar con sus recursos para recuperarse, el profesional es el indicado para determinar si esto puede lograrse con la terapia exclusivamente o si se la va a complementar transitoriamente con psicofármacos; la implementación de técnicas conductuales y sensitivas son con el fin de evitar la ingesta de medicación y poder aminorar los síntomas en forma considerablemente rápida, es sólo un primer paso, la disminución de los síntomas por cambios exteriores y superficiales son de corto alcance, de todas formas este primer paso es necesario para bajar la angustia y en ello lo más adecuado es la implementación de técnicas psicoterapéuticas.

El darse cuenta que esto es un problema psicológico no es igual a poder controlarlo uno mismo. El aceptar el problema psicológico también es aceptar el no poder controlarlo, esto es muy importante de tener en cuenta pues con el afán de controlar todo cuando ven que pueden controlar los síntomas ya se da por hecho que todo pasó, luego cuando aparecen nuevamente pensamientos o sensaciones (y esto siempre va por más) se dan cuenta que no pueden controlar y entonces vuelve la compulsión a la repetición para poder controlar nuevamente: el bajón ya está en su plenitud.
Cuando se quiere comprobar si el síntoma está es más que mirar una cicatriz en la mano, es como si la mirarse la cicatriz volviese a ser una herida nuevamente. En este trastorno la necesidad de chequear si todo va bien, la compulsión a fijarse si el síntoma todavía está produce la reaparición, el chequeo vuelve a hacer sangrar nuevamente la herida.
La necesidad de controlarlo todo es otro aspecto a cambiar.
Una de las indicaciones frente a estos síntomas es dejarlos pasar, no querer dominarlos o controlarlos, por ejemplo si viene la idea “ah miré a esa mujer y me gustó, ¿ves? ¡soy lesbiana!” no hacer fuerzas para demostrarse lo contrario o para ir por más en la comprobación, dejar pasar el pensamiento que así como vino se va, también con las reacciones fisiológicas, si no se las quiere controlar o actuar se van como vienen.

Es muy adecuado analizar a las sensaciones eróticas hacia mismo sexo como el placer de imaginarse asimismo, con ese aspecto o en esa actitud. Cuando se interioriza en las causas de este trastorno, en muchos se encuentra que desde la pubertad la observación y embeleso hacia personas o partes de personas del mismo sexo son productos del arrobamiento hacia alguien admirado por sus encantos a nivel estético o de características de personalidad, efectos la más de las veces causados por subestimación de las propias características, especialmente características de tinte sensual y sexual. Por otra parte lo que nos llega como erótico tiende a producir reacciones fisiológicas aunque sean escenas de animales y no por eso se nos va a antojar que queremos tener una pareja con un animal.
Vean bien esto, dije querer tener una pareja ya que la orientación sexual incluyen deseos sexuales hacia una persona real o imaginaria, necesidades de tener sexualidad plena y completa con ella, necesidad de compromiso afectivo de pareja, proyectos pensados y sentidos de ir por la vida su compañía. Es decir que la orientación sexual no sólo trasciende las sensaciones y pensamientos sino que además es mucho más que fantasear o “querer” una relación erótica. Ahora espero que nadie invente que quieren todo eso con personas del mismo sexo, recuerden esa manía por pensar injustificadamente que lo que se lee, o ve, o bien tiene el otro es igual a lo de uno.

Es necesario diferenciar entre la comprobación de las ideas en la realidad y la compulsión a comprobar lo indudable. Habitualmente cuando se nos cruzan ideas de algo que puede ser y nos llama la atención en primer término vemos su grado de importancia, la podemos desechar como nimia o absurda; en tanto veamos que la idea es importante y creíble el otro paso es analizarla, en ese análisis más a fondo comprobamos a nivel intelectual si eso puede ser real o no; en caso que la inteligencia no pueda discernir sobre la veracidad o falsedad de esa idea se convierte en un problema a resolver en la práctica y se hacen las conductas necesarias para salir de la duda.
En el tipo de pensamiento obsesivo fallan estos paso desde comienzo o luego. Nunca llega a plantearse el problema, prontamente una idea se transforma en dilema que queda girando sin poder resolverse, como todo dilema.

También incide la baja tolerancia a la frustración y a la postergación, el creerse que a uno todo le es dable y posible, entonces devienen a las tendencias a llevar a la práctica cualquier idea o impulso. Es necesario tomar conciencia de ello y comenzar a fortalecerse en el cuidado con lo que se hace y con lo que se dice, el pensar que toda represión es dañina y que hay que dar rienda suelta a cualquier impulso es una gran debilidad, también deriva en la compulsión a la actuación.
Me desvío un poco y les cuento que me parece increíble cuando leo, incluso de gente adulta, cosas como “si tenés ganas probá” cuando se trata de conductas que pueden cambiar la vida, el tomar con semejante liviandad una situación de confusión acerca de un área que define la identidad personal puede ser esperable en un joven adolescente. Esta gente no tiene ni el más mínimo cuidado consigo misma y mucho menos con el otro, así que cuando se encuentren con alguien que da semejantes consejos sobre conductas decisivas es mejor poner grandes distancias de por medio. Cuidate, Querete. . .
También es necesario poder fortalecerse en la aceptación de que son inevitables las desilusiones, los fracasos, los errores, el fallar, los desengaño, los reveses, el posponer. . . Dejar las creencias de que a uno no le pueden suceder algunas o ninguna de estas cosas también requiere un trabajo terapéutico.

Está muy claro que tanto en el pensar e imaginar situaciones como en lo que les parece deseo o excitación sienten malestar, angustia, y hasta sensaciones físicas de gran displacer como sensaciones nauseabundas, diarrea y vómitos; mientras que en todo lo sexual -homo, bi o hétero- los sentimientos y sensaciones son agradables y placenteros.

Vuelvo a repetir, la orientación sexual es un complejo componente de la personalidad y merece análisis completos y complejos. No se trata de complicar “buscando la quinta pata al gato”, se trata de ser realistas, amplios y profundos en los análisis de realidades complejas. Las “comprobaciones“ basadas en elementos superficiales y externos son lábiles, tienen patas cortas, es así que comprueban una y otra vez ambas puntas de la duda ya que a cada rato se cree en evidencias falsas y así son también desechas. Por ejemplo, “no encontré una persona sola persona con TOC que se haya hecho gay, entonces significa que no existe esa posibilidad” ergo esto tranquiliza, “yo tengo TOC entonces no me puedo volver gay”. Falso, totalmente falso, esta creencia lleva a una tranquilidad que acaba en la primera evidencia que indique que alguien con neurosis obsesiva compulsiva es gay, momento en el que la recaída aparece como un terremoto. En el caso que una persona con TOC se haga gay tiene muchas causas, y no tiene nada que ver con que “si alguna persona con este TOC se volvió gay ese es el camino para uno”. Con esto les digo dos cosas, que vean seriamente el argumento que tienen para afirmar o desechar algo, otros ejemplos de “demostraciones” tan pueriles como “. . . y siento algo en los genitales”, “no me pasó nada en la relación sexual”, “me masturbé con tal imagen”, “miré y me gustó”, “me miró y me turb锓me sentí. . .” . . . pueden significar un montón de cosas y no tienen ningún asidero para demostrar ninguna orientación sexual. Por otra parte no hace falta comprobar nada si ya se tiene comprobado algo por toda la historia personal incluyendo el presente, sólo hace falta ser y pensar en forma coherente con la propia identidad, estas comprobaciones para saber quien es uno en algo tan esencial como la elección sexual habla de inseguridades fundamentales que se tienen que resolver.
Todo indica que el contenido del TOC no es lo fundamental, están pesando cuestiones profundas personales, familiares y circunstanciales para que se persista con tanto ahínco en esto. En estos ejemplos la cualidad básica de la personalidad que está fallando es la identidad, por lo cual la inseguridad de quien es uno se pone en crisis fácilmente, reforzar la identidad tiene que ser un objetivo terapéutico que ustedes mismos tienen que plantearse.
Todo esto indica que pueden ir ya evitando la comprobación de cualquiera de las dos opciones y trabajar con las causas en la psicoterapia, claro que es fácil decirlo, pero si lo tienen presente cada vez que tienen esa compulsión a comprobar puede ser que vayan frenando una parte del síntoma.

En momentos de crisis hay mayor entendimiento entre quienes comparten características de personalidad y más aún si, además, participan de los mismos contenidos psicológicos generados en esas crisis. El encontrar personas con estas similitudes tranquiliza, por no ser bichos raros y por que en conjunto se encuentran nuevas alternativas para el cambio. Los grupos de pares ayudan mucho ya que esas similitudes facilitan el comprenderse mejor y apoyarse mutuamente. Dicho sea de paso, en función de estos beneficios se han creado grupos de autoapoyo muy productivos, no obstante no es cuestión de exagerar queriendo unir personas con similitudes intrascendentes, de hecho hay más de 500 grupos de autoapoyo de distintas problemáticas, no sería raro encontrar algunos como “los que no quieren compartir un baso” o “las angustias derivadas de los cortes de luz”.
Como en todo, es saludable no querer pasar los límites de lo posible, el tomar los parecidos como idénticos es una dificultad del discernimiento que perjudica, el creer que al compartir varias de las expresiones de este trastorno se es igual al otro convierten aquellos beneficios en un estorbo, se produce una mimetización por la cual se cree que se comparten todos los aspectos y que lo que se da en uno se da irremediablemente en el otro, que lo que le pasa al otro le pasa o va a pasar irremediablemente a uno, ya vieron que esto lleva a nuevos bajones cuando se ven falsamente identificados con algunos aspectos.

Entiendo sumamente beneficiosa la postura de poder postergar el inicio de nuevas relaciones aunque ellas sean solamente sexuales, en este sentido indica mucho cuidado personal: “que hasta q no esté yo completamente recuperada no podré estar con nadie. Mas que nada porque me surgen dudas, miedos del tipo "y si no me gusta y estoy con él por decirme a mi misma q debo estar con un chico?" Me he prometido a mi misma, que cuando aparezcan las mariposas en el estómago y esas mariposas aparezcan en el estómago del chico también,”.
Atravesando esta situación la búsqueda y encuentro de otra persona responden justamente a características que hacen e todo este cuadro, por ejemplo la ansiedad, la compulsión a la comprobación, la idea y sensación que no se puede estar nunca sin sexo, las ilusiones de omnipotencia, lo cual hace que al poner en juego todo esto se producen escollos en el cambio, es conveniente poder parar esos impulsos para allanar más el camino de la superación de esta crisis y también para poder ir modificando esas características. Ya ven que esta crisis viene a complicar una pareja ya consolidada, lo cual, a su vez, redunda en acrecentar los síntomas; es aún mucho más complejo con alguien nuevo.

Voy a aclarar algo más sobre lo que ya dijo Cuarto Creciente, una vez instalado este trastorno el contenido de orientación sexual lo hace tan persistente por la posibilidad de que esto suceda, son varios los contenidos que por esta razón generan un gran monto de angustia. Quienes están padeciéndolo en tanto creen que es probable lo temido son muy resistentes al análisis sobre la imposibilidad de que sea así. La posibilidad real de ser gay se da en quienes tienen condiciones y naturaleza para ello, en tanto se confundan fenómenos secundarios como esenciales se cree posible este cambio en forma en forma súbita y fulminante.
Otro aspecto que hace esto mucho más penoso es que el cambio de orientación sexual indica un cambio de identidad. Cuando el cambio de un aspecto esencial se le impone a uno en forma abrupta e invasiva la confusión que genera produce obnubilación y obstaculiza que se pueda reaccionar adecuadamente.

“Amores obsesivos” es otra película con gran despliegue de obsesiones compulsivas.

Los saludo afectuosamente
Marta

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Lic. Marta Chiarelli, psicóloga M.N. 8632
Psicología Integradora
Capital de Argentina

Tel. 4632-0441
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