Cómo convivir con las fobias
Extractado del libro: Estrategias para superar el pánico y la agorafobia, del doctor Alfredo H. Cía


Las sufre una de cada cuatro personas. Se relacionan con un miedo irracional a ciertos lugares, objetos o situaciones que, para otros, resultan absolutamente normales. En esta nota, testimonios de pacientes, consejos de especialistas y un cuestionario para conocer si usted puede padecerlas

En un bar, sobre la avenida Monroe al 3500, (En Buenos Aires, Capital Federal) hay un grupo de personas con miedo. Son once hombres y quince mujeres que, cada lunes, se encuentran para compartir sus inquietudes más profundas y combatir sus peores fantasmas. Son los participantes de uno de los 400 Talleres de Miedos, que forman parte del Programa de Salud Mental del hospital Pirovano.
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Cada uno carga, a su modo, con la vergüenza y la culpa de sentir miedo. Un miedo dañino e irracional. A las tormentas, las inyecciones, ir al dentista, los gatos, los animales con plumas, no poder escapar de alguna situación, entrar en un supermercado, los encuentros sociales, pasar cerca de una persiana metálica baja, los movimientos de los vecinos del piso de arriba, los botones blancos con cuatro agujeros. Miedo, en sus más variadas formas. O más que miedo: fobia.
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· COMO IDENTIFICAR UNA FOBIA. Las fobias son un miedo persistente, excesivo y desproporcionado a determinados objetos o situaciones, que obliga a quienes las padecen a intentar evitarlos. Si bien no hay estadísticas poblacionales específicas, se considera que una de cada cuatro personas las sufre en la actualidad. Claro que muchos no lo dicen y a otros no se los sabe escuchar. Todos aseguran vivir en una cárcel sin rejas de la que les resulta imposible escapar.
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· QUE DICEN LOS PACIENTES. "Las fobias te cambian la vida -dice Andrea, desde una de las mesas del bar-. Yo antes era súper decidida. Parecía que nada me podía tirar abajo. Pero a partir del primer ataque me sentí paralizada y marginada."
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Andrea tiene 39 años y hace cinco se integró al grupo por padecer un tipo de fobia social que la hace sentirse aterrada hasta descomponerse y transpirar

excesivamente en determinadas situaciones. "Eso me limita tanto para ir a tomar un café con alguien como en una entrevista de trabajo. Siempre estoy en inferioridad de condiciones", reconoce.
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A su lado Irene, de 57 años, asiente. "A mí, que me respondan en un tono un poquito más elevado o de mala manera me lastima de tal forma que me paraliza por completo -dice-. Puedo llegar a sufrir un ataque de llanto y tirarme al suelo como si fuera una nena de 2 años que no se puede defender."
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Lo que Irene y Andrea sienten no es sólo miedo. Para considerar que una persona sufre una fobia debe haber algo más que una situación puntual de miedo o episodios aislados de temor y ansiedad. El miedo acompaña a los seres humanos desde sus orígenes, es una respuesta totalmente natural que heredamos biológicamente. Actúa como defensa instantánea frente a un peligro, protegiéndonos. Gracias al miedo, el hombre de la prehistoria sabía cuándo era aconsejable no salir de la caverna para no servir de almuerzo a algún animal. Gracias al mismo miedo, hoy cualquier niño que se sube a un árbol siente el peligro y resuelve quedarse abrazado a la rama, reclamando ayuda.
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· MIEDOS Y FOBIAS. Las fobias no tienen ese carácter protector. "A la fobia se la considera una patología, mientras que el miedo necesariamente lo es", explica el licenciado Miguel Espeche, psicólogo y coordinador general del Programa de Salud Mental del hospital Pirovano. (En Argentina, Capital Federal) "El miedo puede responder a circunstancias más fácilmente objetivables, mientras que la ansiedad y temor de la fobia se percibe como sobredimensionado en relación con el objeto que aparece generando ese temor", agrega.

Para el doctor Alfredo Cía, presidente de la Asociación Argentina de Trastornos de Ansiedad (AATA) y autor de varios libros sobre esta problemática, ciertos miedos son comunes y no se los considera fobias a menos que ocasionen una incapacidad significativa. "La diferencia esencial entre el miedo y una fobia es la medida en que perturban la vida cotidiana. Un miedo común puede ser sobrellevado casi sin alterar la vida de todos los días. En cambio una fobia se define, en parte, por la incapacidad que origina."
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· EN ALERTA PERMANENTE. La incapacidad suele ser grande y los inconvenientes muchos. Junto con la sensación de inseguridad, descontrol, palpitaciones, falta de aire, mareos, desmayos, y temblores, puede llegar lo que se denomina evitación fóbica: una tendencia a alejarse o rehuir al contacto con el estímulo temido, ya sea éste un objeto, una situación o una persona. Por eso, quien sufre esta patología suele estar muy atento para registrar en su memoria los lugares en los cuales estos estímulos pueden aparecer y así tratar de evitarlos o alejarse de ellos.
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"El fóbico es una persona que está en permanente alerta, preocupado y anticipando situaciones. Para eso establece una serie de reaseguros -dice el doctor Gustavo Bustamante, vicepresidente de la Fundación Fobia Club-. Yo tuve una paciente con fobia a las cucarachas que llevaba un cucarachicida en la cartera y obligaba a fumigar cada lugar en el que entraba."
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· CONVIVIR CON UNA FOBIA. No todas las fobias son iguales. El estilo de vida occidental, el trabajo, el lugar en el que vivimos, nuestra ocupación o nuestra edad hacen que sobrellevar una fobia resulte una tarea compatible o no con la vida.

No es lo mismo padecer una fobia a volar para un chacarero que tranquilamente puede vivir sin subir a un avión que para el ejecutivo de una empresa multinacional que tiene la exigencia de volar con frecuencia. No resulta igual una fobia a las aguas profundas para un habitante de la gran ciudad que para quien vive cerca de un río o del mar.
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"La importancia clínica de la fobia depende de la medida en que los síntomas interfieran en la vida familiar o en lo laboral. Si genera un malestar significativo, es urgente consultar con un especialista", explica el doctor Cía.
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Más allá de que el fóbico reconozca lo excesivo e irracional de su temor de enfrentarse a la situación temida, no podrá evitar sentirse dominado por el miedo y el terror. La vida social, el estudio o la carrera profesional se verán cada vez más limitados, generando sentimientos de incapacidad, baja autoestima y minusvalía.
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"Para mí, el simple hecho de transpirar en una entrevista de trabajo ya me coloca en una situación complicada -dice Andrea-. Pensar en que me pongo nerviosa termina por ponerme más nerviosa. Me desconcentra a tal punto que no sé lo que digo. Obviamente, cuando el empleador elige, llevo las de perder", reconoce.
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Contrariamente a lo que sucede con la defensa natural que presupone el miedo, en el caso de las fobias el alejamiento de lo que se teme condena. El alivio que siente el fóbico al escapar de lo que considera un peligro se vuelve una trampa fatal. El escape permanente y la huida se vuelven una obsesión que retrae y limita progresivamente su vida.
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· APOYARSE EN LOS OTROS. Como en la mayoría de los males que caracterizan nuestra era, la importancia de las fobias y la posibilidad de convivir más o menos armoniosamente con éstas tiene mucho que ver con el entorno del individuo y con la sociedad. La familia, los amigos y las parejas suelen cumplir involuntariamente un rol que, en la mayoría de los casos, está lejos de favorecer al paciente. Para un fóbico, hablar de lo que padece no es fácil y, aunque quisiera, muchas veces no tendría con quién. La vergüenza de sufrir algo que nadie puede entender y muchos llegan a menospreciar no ayuda a la recuperación.
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"Mi familia siempre minimizó el problema. Me decían que ya se me iba a pasar -comenta Andrea-. Yo era la fuerte, la que podía todo. Nadie podía entender que a mí me pasara algo. Me hubiera gustado una familia con los ojos más abiertos, que me entendiera más. Que no me hiciera sentir un bicho raro."
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Explicar lo inexplicable no resulta sencillo. Las víctimas de las fobias se encuentran ante la necesidad de contar algo que reconocen absurdo y que ni ellos llegan a entender. "¿Cómo una persona de 57 años se va a asustar porque alguien le levante la voz? -se pregunta Irene, intentando ver su problema desde afuera-. Resulta ridículo."
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"Es inevitable que te miren como a una loca", comenta Andrea.
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"A veces, aunque haya buena voluntad, el hecho de no vivirlo hace que la gente no sepa qué hacer -dice Liliana, de 48 años, otra integrante del taller-. Los miedos son incomprensibles."
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· BUENOS TRATAMIENTOS. Existen distintas categorías de fobias (ver al final del artículo). Y si bien el camino es arduo y la tarea no resulta sencilla, la mayoría de las fobias se superan con el tratamiento adecuado. Lo importante, según los especialistas, es buscar ayuda profesional cuanto antes. Medicación, terapias de tipo conductual (enseñar a la persona a controlar los síntomas de su ansiedad) y terapias que exponen gradualmente al paciente a los estímulos que le causan las reacciones ansiosas son, a grandes rasgos, los métodos para la cura.
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El equilibrio entre la solución que representa el descubrimiento de una nueva patología y su abuso es difícil de lograr.

El peligro consiste en abusar del diagnóstico y que se fortalezca el síntoma en vez de ayudar. "La fobia es una patología que, junto al ataque de pánico, está siendo en ocasiones sobre diagnosticada y merece prudencia la posibilidad de su utilización abusiva -alerta el licenciado Espeche-. En ocasiones se prefiere diagnosticar una fobia a determinar qué ocurre en el proceso de vida de la persona."
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La solución, para Espeche, está en entender al diagnóstico como el principio de un camino y no como el final. "Es el camino de comprender la situación de vida que genera tanta ansiedad y no de echarle la culpa de todo a un síntoma. Los actos fóbicos suelen ser los mensajeros de otras situaciones de angustia", afirma.
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Angustia: Es una de las palabras más usadas por quienes se acercan por primera vez al bar que está frente al hospital Pirovano. Pero después del taller, donde hablaron de sus familias, la incomprensión, las ansiedades y del temor, aunque el presente sea gris se van pensando que hay un futuro por construir.
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Por Leonardo Blanco
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Para tener en cuenta

Tipos de fobias
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· Fobias específicas. Pueden ser de tipo ambiental (a las tormentas, las aguas profundas, los vientos, las alturas, etc.), situacional (a situaciones o lugares específicos, como estar en salones cerrados, o viajar en ascensores, aviones, barcos, etc.), a los animales (desde los domésticos hasta insectos, serpientes, sapos u otros), a la sangre, las heridas o a los procedimientos médicos u odontológicos.
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· Fobias sociales. Temor a ser evaluado. Dificultad de hablar en público, dar charlas, discursos o exámenes, comer en público o relacionarse con personas desconocidas.
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· Agorafobia. Temor a alejarse del domicilio o caminar solo por la calle, viajar en colectivo, tren o subte. Dificultades para permanecer en una cola, ir a un cine o un restaurante donde, en caso de sufrir una crisis, el escape pueda ser dificultoso.
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Cuestionario
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Para saber si usted sufre alguna fobia específica, responda estas preguntas:
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1- ¿Teme excesivamente enfrentarse con alguna de las siguientes situaciones?
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-Animales
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-Alturas (pisos elevados, puentes, precipicios, etcétera)
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-Ascensores
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-Tormentas o inundaciones
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-Aguas profundas
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-Procedimientos médicos
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-Sangre o heridas
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-Aviones o barcos
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-Otras
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2- ¿Reconoce que su temor es excesivo e irracional?
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3- Las conductas de evitación, malestar y ansiedad que le producen estos objetos o situaciones, ¿perturban de alguna manera su vida normal?
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· En caso de haber contestado afirmativamente a la mayoría de las preguntas es probable que usted padezca algún tipo de fobia específica. Si cree que puede sufrir algún otro tipo de fobia o trastorno de ansiedad, consulte con un especialista.
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(Extractado del libro: Estrategias para superar el pánico y la agorafobia, del doctor Alfredo H. Cía)
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Para saber más (En Argentina)
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· Salud Mental Responde (GCBA), 4863-8888 (lunes a viernes, de 8 a 20)
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· Unidad Coord. de Salud Mental de la Nación, 4379-9162
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· Talleres del hospital Pirovano, 4774-7031 / 4541-2365
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· Asociación Arg. de Trastornos de Ansiedad, www.ansiedad-aata.org
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Créditos: La Nación http://www.lanacion.com.ar/
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Tratamiento de la obsesión y del Trastorno obsesivo compulsivo

Ayuda Psicológica: Tratamiento de la obsesión y del Trastorno obsesivo compulsivo
El trastorno obsesivo compulsivo es lo más parecido a vivir en una cárcel creada por uno mismo donde se es al tiempo preso y guardián. Desde Comprendernos.com le ofrecemos la ayuda psicológica que necesita para superar estas situaciones.

¿Por qué se empeñará el cerebro de los obsesivos y ya no digamos de los afectados por un Trastorno Obsesivo Compulsivo en repetir y repetir el mismo tipo de pensamiento o el mismo tipo de conducta una y otra vez? Hagámonos otra pregunta: ¿Para qué le servirá al cerebro producir ese tipo de circuito neuronal tan fatigante? ¿Por dónde no quiere pasar? ¿Hacia dónde no quiere ir?
Imaginemos un juego virtual donde nos colocan en medio de un paisaje con diferentes espacios a los que se puede llegar a través de diversos senderos. Cada uno de esos caminos conduce a uno de esos espacios y en cada uno de ellos encontramos posibilidades y experiencias nuevas, podemos sentir emociones variadas y también podría ser que uno de esos lugares nos gustase tanto que decidiéramos quedarnos allí a vivir. Sólo hay un problema: no podemos saber lo que hay al final del camino hasta que lleguemos, aunque durante el trayecto ya empecemos a intuir lo que habrá.

Imaginemos además que no tomar ninguna decisión nos obligaría a permanecer en un sitio pequeño y cerrado, en el que no ocurre nada malo aunque tampoco nada bueno, simplemente estamos allí repitiendo constantemente el mismo recorrido.
¿Quién haría eso? ¿Usted lo haría? ¿Qué temería que pasara si saliera de allí y empezase a caminar a través de uno de los recorridos? ¿Qué le hace a alguien permanecer sin moverse?
Bien, vamos a seguir activando nuestra imaginación y pongamos que uno de los caminos lleva al espacio donde se encuentran la rabia y al resentimiento, otro a la libertad individual, otro nos conduce a conectar radicalmente con aquello que somos, otro a un mundo mágico de fantasía, otro a una fuerte agresividad, competitividad social y ambición, y por último otro, podríamos añadir muchos más, que lleva a una sexualidad pletórica y lúdica.
Además demos por hecho que la persona que no se mueve de la primera casilla fue educada en un estricto ambiente o bajo paradigmas rígidos, independientemente que lo hicieran amablemente (las peores dictaduras son aquellas que se imponen con una sonrisa en los labios y ante las que uno no se puede ni rebelar). Y por lo tanto, si saca un pie de allí todos los terrores empiezan a hacer acto de presencia sufriendo así un Trastorno Obsesivo Compulsivo para el que será necesaria la ayuda psicológica.
¿Comprendemos ahora un poco más por qué no sale?
Bien, la terapia y la ayuda psicológica para superar cualquier Trastorno Obsesivo Compulsivo sirve para moverse y empezar a jugar, y eso supone asumir algún riesgo.
Si algo se acerca a la idea de liberación es el proceso terapéutico que conduce al abandono de la obsesión y, por tanto, a la superación del Trastorno Obsesivo Compulsivo.

Damian Ruiz
http://www.comprendernos.com/como_superar_un_trastorno_obsesivo_leer.html

los 15 tipos de pensamientos automaticos

1. Filtraje: esta distorsión se caracteriza por una especie de visión de túnel; sólo se ve un elemento de la situación con la exclusión del resto. Se resalta un simple detalle y todo el
evento queda teñido por este detalle.

2. Pensamiento polarizado: Se tiende a percibir cualquier cosa de forma
extremista, sin términos medios.

3. Sobregeneralización: En esta distorsión se produce una extensión, una conclusión generalizada a partir de un incidente simple o un solo elemento de evidencia.
Esta distorsión conduce inevitablemente a una vida cada vez más restringida.

4. Interpretación del pensamiento: Cuando una persona interpreta el pensamiento hace juicios repentinos sobre los demás. En la medida que su pensamiento interpreta, también se hacen presunciones sobre cómo está reaccionando la gente a las cosas que la rodean, particularmente cómo están reaccionando los demás ante usted.

5. Visión catastrófica: Cuando una persona catastrofiza, una pequeña vía de agua en un barco de vela significa que seguramente se hundirá. Estos pensamientos a menudo empiezan con las palabras "y si…".

6. Personalización: Es la tendencia a relacionar algo del ambiente consigo mismo. Por ejemplo, una madre deprimida se censuraba cuando veía algún signo de tristeza en su hijo. El error básico de pensamiento en la personalización es que se interpreta cada experiencia, cada conversación, cada mirada como una pista para analizarse y valorarse a sí mismo.

7. Falacias de control: Existen dos formas en que puede distorsionarse el sentido de poder y control de una persona. Una persona puede verse a sí misma impotente y externamente controlada, o omnipotente y responsable de todo lo que ocurre alrededor. La persona que se siente externamente controlada, se bloquea. El polo opuesto de la falacia del control externo es la falacia del control omnipotente. La persona que experimenta esta distorsión se cree responsable de todo y de todos.

8. La falacia de justicia: Se basa en la aplicación de las normas legales y contractuales a los caprichos de las relaciones interpersonales. Se expresa a menudo con frases condicionales:
 "Si me quisiera, no se burlaría…".

9. Razonamiento emocional: En la raíz de esta distorsión esta la creencia de que lo que la persona siente tendría que ser verdadero. Si se siente como un perdedor, entonces tiene que ser un perdedor.

10. Falacia de cambio: El supuesto fundamental de este tipo de pensamiento es que la felicidad depende de los actos de los demás. La falacia de cambio supone que una persona cambiará si se la presiona lo suficiente. La esperanza de felicidad se encuentra en conseguir que los demás satisfagan nuestras necesidades. Las estrategias para cambiar a los otros incluyen echarles la
culpa, exigirles, ocultarles cosas y negociar.

11. Etiquetas globales: Se trata de generalizar una o dos cualidades en un juicio global, con lo cual la visión que se tiene del mundo es estereotipada y unidimensional.

12. Culpabilidad: A menudo la culpabilidad implica que otro se convierta en el responsable de elecciones y decisiones que realmente son de nuestra propia responsabilidad. Otras personas focalizan la culpabilidad en ellas mismas exclusivamente.

13. Los debería: En esta distorsión, la persona se comporta de acuerdo a unas reglas inflexibles que deberían regir la relación de todas las personas. Las palabras que indican la presencia de esta distorsión son debería, habría de, o tendría. No sólo son los demás quienes son juzgados, sino que también la persona se hace sufrir a sí misma con los debería.

14. Tener razón: La persona se pone normalmente a la defensiva; tiene que probar continuamente que su punto de vista es el correcto, que sus apreciaciones del mundo son justas y todas sus acciones adecuadas. Las opiniones de este tipo de personas raramente cambian porque tienen dificultad para escuchar nuevas informaciones.
Cuando los hechos no encajan en lo que ya creen, los ignoran.

15. La falacia de la recompensa divina: En este estilo de ver el mundo la persona se comporta "correctamente" en espera de una recompensa. Se sacrifica y trabaja hasta quedar extenuada y mientras tanto imagina que está coleccionando puntos angelicales que podrá cobrar algún día.
 http://josecrea.wordpress.com/2006/02/04/los-15-tipos-de-pensamientos-automaticos/

imagen:http://jjninotres.blogspot.com/2010/12/los-pensamientos-hacen-inutiles-las.html

Trastorno obsesivo compulsivo tratamiento


Trastorno Obsesivo Compulsivo
La terapia para el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
El tratamiento más efectivo para el trastorno obsesivo-compulsivo es a menudo la terapia cognitiva conductual. Los antidepresivos se usan a veces en combinación con la terapia, a pesar de la medicación sola raramente es eficaz para aliviar los síntomas del TOC.
La terapia cognitiva conductual para el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC)
La terapia cognitiva conductual para el trastorno obsesivo-compulsivo tiene dos componentes:
Prevención de la exposición y la respuesta consiste en la exposición repetida a la fuente de su obsesión. A continuación se le pedirá que se abstenga de la conducta compulsiva que generalmente habían realizar para reducir la ansiedad. Por ejemplo, si usted se lava las manos compulsivamente, se le puede pedir a tocar la manija de la puerta de un baño público y luego se impidió lavado. Como usted se sienta con la ansiedad, la necesidad de lavarse las manos poco a poco comienzan a desaparecer por sí solo. De esta manera, se entera de que usted no necesita el ritual para deshacerse de la ansiedad-que tienen cierto control sobre sus pensamientos obsesivos y comportamientos compulsivos.
La terapia cognitiva se centra en los pensamientos catastróficos y exagerado sentido de la responsabilidad que se siente. Una gran parte de la terapia cognitiva para el TOC es la enseñanza saludable y maneras eficaces de responder a los pensamientos obsesivos, sin recurrir a la conducta compulsiva.
Cuatro pasos para la conquista de pensamientos obsesivos y compulsivos
El psiquiatra Jeffrey Schwartz, autor de bloqueo del cerebro: Libérate de comportamiento obsesivo-compulsivo, ofrece los siguientes cuatro pasos para tratar con TOC:
Reetiquetar – Reconocer que los pensamientos intrusivos y obsesivos impulsos son el resultado de la OCD. Por ejemplo, entrenarse para decir: “Yo no pienso o siento que mis manos están sucias. Tengo una obsesión que mis manos están sucias.” O, “No me siento que tengo la necesidad de lavarse las manos. Tengo una necesidad compulsiva de realizar la compulsión de lavarse las manos.”
Reatribuir – Darse cuenta de que la intensidad y la intrusión del pensamiento o impulso es causada por el TOC, sino que probablemente está relacionado con un desequilibrio bioquímico en el cerebro. Dígase a sí mismo: “No me es mi TOC”, para recordarle que los pensamientos de TOC, e insta a que no son significativos, pero son falsos mensajes desde el cerebro.
Reorientar – Trabajo en torno a los pensamientos TOC enfocando su atención en otra cosa, al menos por unos minutos. Hacer otro comportamiento. Dígase a sí mismo: “Estoy experimentando un síntoma del trastorno obsesivo compulsivo. Tengo que hacer otra conducta”.
Revalorizar – No tome el TOC pensamiento a su valor nominal. No es significativo en sí mismo. Dígase a sí mismo, “Esa es mi obsesión estúpida. No tiene ningún significado. Eso es sólo mi cerebro. No hay necesidad de prestar atención a ella.” Recuerde: Usted no puede hacer la idea de irse, pero tampoco es necesario prestar atención a ella. Usted puede aprender a pasar a la siguiente conducta.
http://centroap.com/blogs/2011/07/trastorno-obsesivo-compulsivo-tratamiento/

TECNICAS DE CONTROL EMOCIONAL

 

Por: Angel Antonio Marcuello García

Jefe del Gabinete de Psicología de la Escuela de Especialidades Antonio de Escaño (Ferrol-La Coruña)


1. LAS EMOCIONES.

Las emociones son reacciones naturales que nos permiten ponernos en alerta ante determinadas situaciones que implican peligro, amenaza, frustración, etc.
Los componentes centrales de las emociones son las reacciones fisiológicas (incremento de la tasa cardiaca y de la respiración, tensión muscular, etc.) y los pensamientos. Es necesario adquirir ciertas habilidades para manejar las emociones ya que una intensidad excesiva puede hacer que las personas las vivan como estados desagradables o les lleven a realizar conductas indeseables.
Ante este tipo de situaciones en la mayoría de los seres vivos suelen producirse una serie de reacciones fisiológicas dirigidas a poner el organismo en alerta. En las personas también se producen estas reacciones, pero son más complejas que en los animales ya que esas reacciones van acompañadas por pensamientos específicos, que nos permiten diferenciar un rango mayor de emociones. Además, las personas no debemos reaccionar de forma instintiva (por ejemplo agrediendo a aquello que nos amenaza o escapando de la situación), sino que a lo largo de nuestra infancia aprendemos formas de comportarnos más adecuadas.
Así en las emociones humanas entran en juego cuatro aspectos:
  • Una situación concreta.
  • Una serie de reacciones fisiológicas específicas o sensaciones (aceleración del pulso y de la respiración, tensión muscular, etc.).
  • Unos pensamientos determinados.
  • Un tipo de respuestas concretas apropiadas para esa situación.
Las Emociones
La ansiedad y la ira son reacciones naturales y positivas que tenemos para ponernos en alerta ante determinadas situaciones, que son consideradas como peligrosas. Pero también pueden ser emociones negativas que no funcionan como debieran, activándose ante estímulos inofensivos y provocando malestar y conductas inadecuadas. Comprender, conocer y admitir las emociones es el procedimiento para poder controlarlas.

La ansiedad

La ansiedad es una de esas emociones que hay que saber manejar porque son vividas como desagradables y pueden provocar conductas inapropiadas, especialmente cuando se producen ante contextos sociales (por ejemplo hablar en público) o ante situaciones que no entrañan nin¬gún peligro (por ejemplo subir en ascensor, salir a la calle, etc.).
La Ansiedad consiste en un conjunto de sentimientos de miedo, inquietud, tensión, preocupa¬ción e inseguridad que experimentamos ante situaciones que consideramos amenazantes (tanto física como psicológicamente). Esto es, la “ansiedad”, incluye los siguientes componentes:
  • Los pensamientos y las imágenes mentales atemorizantes (cognitivo)
  • Las sensaciones físicas que se producen cuando estamos nerviosos o furiosos. (fisiológico).
  • Los comportamientos que son la consecuencia de la respuesta de ansiedad (conductual).
En la ansiedad, como en cualquier otra emoción, juega un papel muy importante el tipo de pensamientos que tenemos y las reacciones físicas experimentadas. El modo en que nos comportamos cuando estamos ansiosos a menudo es inadecuado e interfiere en nuestro funcionamiento normal. Es muy importante controlar este tipo de emociones ya que pueden afectar seriamente a la capacidad de desarrollar una vida sana.

La ira

La ira es otra emoción que puede ser problemática. La ira hace referencia a un conjunto particular de sentimientos que incluyen el enfado, la irritación, la rabia, el enojo, etc. y que suele aparecer ante una situación en la que no conseguimos lo que deseamos. Las reacciones fisiológicas ante la ira son similares a las que se producen ante la ansiedad; lo que diferencia a una de la otra es el tipo de situaciones que las pro¬vocan, los pensamientos que se producen en esas situaciones y las conductas que se desencadenan.

2. FORMAS CONCRETAS DE MANEJAR LAS EMOCIONES DE ANSIEDAD E IRA.

Los estados emocionales de los que estamos hablando son habitualmente vividos de forma negativa y suelen dar lugar a conductas inadecuadas, lo que hace que la gente busque formas de eliminarlos. Ejemplos:
ANSIEDAD IRA
- respirar profundamente
- fumar
- hacer ejercicio
- beber alcohol
- morderse las uñas
- evitar la situación
- distraerse
- gritar
- atacar al otro/a
- reprimirse
- insultar
- dar puñetazos a la pared

Muchas personas desarrollan estrategias específicas para manejar sus emocio¬nes. Algunas de ellas pueden ser adecuadas, pero también hay otras que pueden ser ineficaces o tener consecuencias negativas.

Técnicas concretas de manejar las emociones de ansiedad e ira:

Técnica n.° 1: Respiración profunda

Esta técnica es muy fácil de aplicar y es útil para controlar las reacciones fisiológicas antes, durante y después de enfrentarse a las situaciones emocionalmente intensas.
  • Inspira profundamente mientras cuentas mentalmente hasta 4
  • Mantén la respiración mientras cuentas mentalmente hasta 4
  • Suelta el aire mientras cuentas mentalmente hasta 8
  • Repite el proceso anterior
De lo que se trata es de hacer las distintas fases de la respiración de forma lenta y un poco más inten¬sa de lo normal, pero sin llegar a tener que forzarla en ningún momento. Para comprobar que haces la res¬piración correctamente puedes poner una mano en el pecho y otra en el abdomen. Estarás haciendo correctamente la respiración cuando sólo se te mueva la mano del abdomen al respirar (algunos le llaman también respiración abdominal).

Técnica n.° 2: Detención del pensamiento

Esta técnica puede utilizarse también antes, durante o después de la situación que nos causa problemas.
Esta estrategia se centra en el control del pensamiento. Para ponerla en práctica debes seguir los siguientes pasos:
  • Cuando te empieces a encontrar incómodo, nervioso o alterado, préstale atención al tipo de pensamientos que estás teniendo, e identifica todos aquellos con connotaciones negativas (centrados en el fracaso, el odio hacia otras personas, la culpabilización, etc.)
  • Di para ti mismo “¡Basta!”
  • Sustituye esos pensamientos por otros más positivos
El problema de esta técnica es que se necesita cierta práctica para identificar los pensamientos negativos, así como para darles la vuelta y convertirlos en positivos. En el siguiente cuadro te presentamos algunos ejemplos:
PENSAMIENTOS NEGATIVOS PENSAMIENTOS POSITIVOS
“Soy un desastre”
“No puedo soportarlo”
“Me siento desbordado”
“Todo va a salir mal”
“No puedo controlar esta situación”
“Lo hace a propósito”
“Soy capaz de superar esta situación”
“Si me esfuerzo tendré éxito”
“Preocuparse no facilita las cosas”
“Esto no va a ser tan terrible”
“Seguro que lo lograré”
“Posiblemente no se haya dado cuenta
“que lo que hace me molesta”

Técnica n.° 3: Relajación muscular

Esta técnica también sirve para aplicar antes, durante y después de la situación, pero para su empleo eficaz requiere entrenamiento previo. Para su práctica sigue los siguientes pasos:
  • Siéntate tranquilamente en una posición cómoda. Cierra los ojos.
  • Relaja lentamente todos los músculos de tu cuerpo, empezando con los dedos de los pies y relajando luego el resto del cuerpo hasta llegar a los músculos del cuello y la cabeza.
  • Una vez que hayas relajado todos los músculos de tu cuerpo, imagínate en un lugar pacífico y relajante (por ejemplo, tumbado en una playa). Cualquiera que sea el lugar que elijas, imagínate totalmente relajado y despreocupado.
Imagínate en ese lugar lo más claramente posible. Practica este ejercicio tan a menudo como sea posible, al menos una vez al día durante unos 10 minutos en cada ocasión. Si te ha convencido la utilidad del ejercicio, recuerda que debes practicarlo para llegar a automatiza el proceso y conseguir relajarte en unos pocos segundos.

Técnica n.° 4: Ensayo mental

Esta técnica está pensada para ser empleada antes de afrontar situaciones en las que no nos sentimos seguros. Consiste simplemente en imaginarte que estás en esa situación (por ejemplo, pidiéndole a alguien que salga contigo) y que lo estás haciendo bien, a la vez que te sientes totalmente relajado y segu¬ro. Debes practicar mentalmente lo que vas a decir y hacer. Repite esto varias veces, hasta que empieces a sentirte más relajado y seguro de ti mismo.

BIBILIOGRAFIA:

  • DE LAS HERAS RENERO, Mª DOLORES Y COLS. Programa Discover. Junta Castilla y León.
  • E. CABALLO, VICENTE. Manual de evaluación y tratamiento de las habilidades sociales. SIGLO XXI. 1999.
  • GOLDSTEIN ARNOLD. Habilidades sociales y autocontrol en la adolescencia. SIGLO XXI. 1999.
  • LUENGO MARTÍN, Mª ÁNGELES Y COLS. Construyendo la Salud. MEC.
  • MARTHA DAVIS, MATTHEW MCKAY. Técnicas cognitivas para el tratamiento del estrés. MARTÍNEZ ROCA. 1998.
  • MARTHA DAVIS, MATTHEW MCKAY. Técnicas de autocontrol emocional. MARTÍNEZ
  • VALLÉS ARANDIGA A. Y VALLÉS TORTOSA C. Programa de refuerzo de las habilidades sociales III. EOS.
  • http://www.psicologia-online.com/autoayuda/iemocional/control_emocional.shtml

Voces en nuestra cabeza

Psicólogos de la Universidad de Manchester han realizado un estudio donde descubren porqué alguna gente que oye voces en su cabeza lo considerarla una experiencia positiva mientras que otras lo encuentran un grave problema.
CerebroAunque oír voces se ha visto tradicionalmente como algo “anormal” y síntoma de enfermedad mental, los resultados sugieren que es un síntoma más extenso que lo se pensaba previamente, estimando este fenómeno en cerca del 4% de la población mundial.
El investigador Aylish Campbell dijo: “Sabemos que muchos miembros de una población oyen voces, por ejemplo en Holanda, pero nunca han sentido la necesidad de asistir a un médico especialista; incluso hay más gente que oye voces y no busca ayuda psiquiátrica que los que lo hacen. De hecho, muchos de ésos afectados describen sus voces como una influencia positiva en sus vidas”.
El equipo cree que factores externos tales como experiencias de la vida de una persona y la creencia pueden ser la llave a estas diferencias: por ejemplo, la presencia del trauma de la niñez o la creencia negativa sobre uno mismo podrían afectar.

“Si una persona está luchando para superar un trauma o se ve a si mismo débil y vulnerable, es mucho más probable que interpreten las voces como algo dañino” dijo Aylish.
“Generalmente de trata a la gente para que esas voces desaparezcan en un intento por eliminar el problema. Investigando los factores de como estas voces nos influencian, podría contribuir al desarrollo de terapias psicológicas para ayudar a la gente a entender y hacer frente de forma más natural y mejor a sus voces.” Concluyó Aylish.
http://www.novaciencia.com/2006/09/19/voces-en-nuestra-cabeza/
Fuente: Asylum on line