Usted tiene el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día, no sabe cuando, podrá precisar de ellos.
Usted tiene el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensa en el futuro podrá hacer falta.
Usted tiene hábito de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usa hace bastante tiempo.
…Y dentro suyo?… Usted tiene el hábito de guardar broncas, resentimientos, tristezas, miedos, etc.
No haga eso. Es anti-prosperidad. Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a su vida.
Es preciso eliminar lo que es inútil en usted y en su vida, para que la prosperidad venga.
Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que usted necesita y desea.
Mientras usted está material o emocionalmente cargando cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades.
Los bienes precisan circular. Limpie los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje.
Dé lo que usted no usa más. La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra su vida.
No son los objetos guardados que estancan su vida, sino el significado de la actitud de guardar.
Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia.
Es creer que mañana podrá faltar y usted no tendrá medios de proveer sus necesidades.
Con esa postura, usted está enviando dos mensajes para su cerebro y para su vida:
1º… Usted no confía en el mañana
2º… Usted cree que lo nuevo y lo mejor NO son para usted, ya que se alegra con guardar cosas viejas e inútiles.
Deshágase de lo que perdió el color y el brillo y deje entrar lo nuevo en su casa… y dentro de sí mismo…
Por eso, despues de leer esto no lo guardes, hazlo circular para que la prosperidad y la paz lleguen a ti.

Gentileza, Richard Nohra (Libano)

en sus zapatos

Bill Andrews era un tipo grande, torpe y poco atractivo.
Se vestía extrañamente con ropa que no le quedaba bien. Había varios tipos que pensaban que era divertido burlarse de él. Un día uno de ellos notó un pequeña rotura en su camisa y le dio un jaloncito. Otro obrero en la fábrica agregó su poquito y en poco tiempo había una exhibición de jirones.
Bill siguió con su trabajo y al pasar demasiado cerca a una banda transportadora, uno de los jirones de su camisa fue atrapado por la maquinaria. En fracciones de Segundo, la manga y Bill estaban en problemas. Las alarmas sonaron, los interruptores fueron accionados y se evitó el problema.
El capataz, sin embargo, al tanto de lo que había pasado, convocó a los hombres y relató esta historia:
En mis días mozos, trabajé en una pequeña fábrica. Allí fue donde primero conocí a Mike Havoc. Era grande e ingenioso, siempre haciendo chistes y travesuras.
Mike era un líder. Entonces también había un Pete Lumas. Él siempre le seguía la corriente a Mike. Era un seguidor. Y también estaba un hombre llamado… Jake.
Él era un poco más Viejo que el resto de nosotros -callado, inofensivo y apartado. Siempre almorzaba solo. Siempre vistió los mismos pantalones parchados por tres años seguidos. Nunca se unía a los juegos del mediodía: luchas, herraduras, y cosas similares.
Se veía indiferente, más bien siempre sentado bajo un árbol en silencio.
Jake era el blanco natural para chistes prácticos. Solía encontrar una rana viva en su porta-vianda o a un roedor muerto en su sombrero. Pero siempre lo tomaba con buen humor.
Entonces, un otoño, cuando las cosas estaban lentas, Mike tomó unos días libres para ir de caza. Pete se le unió, por supuesto. Y nos prometieron a todos que si cazaban algo, nos traerían a cada uno una parte. Así que todos nos entusiasmamos cuando oimos que habían regresado y que Mike había cazado un venado grande. Oimos más que eso.
Pete nunca podía reservarse nada, y nos dejó saber que tenían una gran broma preparada para Jake. Mike había cortado al bicho y había hecho un paquete agradable para cada uno de nosotros. Y, para divertirnos, había guardado las orejas, la cola y las pezuñas -sería tan divertido cuando Jake las abriese.
Mike distribuyó sus paquetes durante el almuerzo. Cada uno de nosotros recibió una buena pieza, la abrimos y se lo agradecimos. El paquete más grande lo guardó para el final. Era para Jake.
Pete estaba a punto de estallar y Mike se veía muy satisfecho. Como siempre, Jake estaba sentado solo; estaba en el extreme más lejano de la gran mesa.
Mike empujó el paquete donde él pudiese alcanzarlo; y todos nos sentamos a esperar. Jake nunca decía mucho. Uno pudiera nunca darse cuenta de que él estaba presente por “su mucho hablar”. En tres años nunca habría pronunciado cien palabras. Así que nos asombramos con lo que pasó a continuación.
Él tomó el paquete con firmeza y se puso lentamente de pie. Le sonrió ampliamente a Mike -y fue entonces que nos dimos cuenta de que sus ojos relucían. Su manzana de Adán tembló de arriba a abajo por un momento hasta que recobró el control de sí mismo.
“Sabía que no me olvidarían”, dijo agradecido; “¡sabía que lo harían! Ustedes son grandes y juguetones, pero sabía que tenían un buen corazón”. Tragó nuevamente y entonces se dirigió al resto de nosotros.
“Sé que no he sido muy amistoso con ustedes, pero nunca quise ser rudo. Verán, tengo nueve chicos en casa -y una esposa que ha estado inválida- en cama por los últimos cuatro años. Nunca se va a mejorar. Y algunas veces, cuando se siente realmente mal, tengo que estar a su lado toda la noche para cuidarla. Y la mayor parte de mi salario tengo que gastarlo en médicos y medicamentos. Los muchachos hacen lo que pueden para ayudar, pero a veces ha sido difícil poner alimento en sus bocas”.
“Quizás piensen que es tonto de mi parte el que coma solo. Bueno, reconozco que me he avergonzado un poco de mí mismo porque no siempre tengo algo en mi emparedado. O, como hoy -tal vez solo hay un nabo crudo en mi porta-vianda. Pero quiero que sepan que esta carne realmente significa mucho para mí. Quizás más que a nadie aquí porque esta noche mis muchachos”, se secó la humedad de sus ojos con el dorso de su mano, “…esta noche mis muchachos van a tener una buena…” Tensó la cuerda del paquete.
Habíamos estado observando a Jake con tanta atención que no le habíamos prestado mucha a Mike y Pete. Pero todos los observamos ahora, porque ambos se lanzaron al mismo tiempo a agarrar el paquete. Pero llegaron muy tarde. Jake había roto el envoltorio y ya estaba revisando su regalo.
Examinó cada pezuña, cada oreja, y entonces levantó la cola que se colgaba blanda. Debía haber sido tan divertido, pero nadie se rió -ninguno en absoluto. Pero la parte más difícil fue cuando Jake levantó la mirada e intentó sonreír.
Aquí fue donde el capataz dejó la historia y a sus hombres. No tuvo que decir nada más; pero fue gratificante observar que mientras cada hombre comió su almuerzo ese día, compartió con Bill Andrews y uno de ellos aun le ofreció su camisa.
Muchas veces no entendemos porque tal persona es callada, no rie, parece raro o como que no encaja en el grupo, y la verdad es que desconocemos mucho de esa persona, cuando nos acercamos y nos enteramos que viven o sufren y nos ponemos en sus zapatos, entenderemos su corazòn. No los ignoremos, acerquemosnos hoy a ellos y quizàs nos sorprendamos.

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La urbe no le sienta bien al cerebro

La urbe no favorece la enfermedad

La urbe no le sienta bien al cerebro

Vivir en una ciudad no es malo pero favorece la enfermedad mental - Los investigadores buscan el porqué y llaman a los urbanistas a no olvidarlo

MÓNICA GONZÁLEZ SALOMONE
el pais.

Que vivir en la ciudad aumenta significativamente el riesgo de padecer depresión, ansiedad y sobre todo esquizofrenia se sabe hace décadas, y el vínculo es tan claro que los expertos aceptan que debe de haber una relación causal: en la vida urbana hay algo que no le sienta bien al cerebro humano. La cuestión es encontrar qué. Los culpables se buscan hace años: estrés, falta de apoyo social, mayor consumo de drogas... incluso un virus. Aún no hay una respuesta. La última pista llega de la neurociencia: un grupo de investigadores ha descubierto que el cerebro de quienes han crecido entre edificios reacciona de forma distinta al estrés social.
Los culpables se buscan hace años: estrés, drogas, incluso un virus
Hace 70 años que se sabe que los urbanitas sufren más esquizofrenia
La mejor salud urbana se ha ganado a base de mejoras sanitarias
"Conviene no dejarse llevar por el ritmo frenético", dice un psiquiatra
Las estadísticas apuntan al hábitat urbano, así sin más, como uno de los principales factores de riesgo para la esquizofrenia. Y el fenómeno debería ser tenido en cuenta -opinan los expertos- de cara a la planificación urbana de las megaciudades. Hoy en día las 500 ciudades de entre uno y 10 millones de habitantes que hay en el planeta albergan a más de la mitad de la población mundial, unos 3.300 millones de personas, y Naciones Unidas estima que hacia 2050 el porcentaje llegará al 70%.
Las primeras evidencias de que los habitantes de las ciudades sufren más esquizofrenia datan de los años cuarenta. Desde entonces no han dejado de explorarse hipótesis, peinando las estadísticas en busca de asociaciones que ayuden a enfocar el problema. Pero sigue faltando "el elemento clave para pasar de una mera asociación a un vínculo causal: el de un mecanismo plausible que describa las vías entre la exposición y la aparición de los síntomas psicóticos", dice Jim Van Os, del departamento de Psiquiatría y Neuropsicología de la Universidad de Maastricht (Holanda) y uno de los principales estudiosos en el área.
Se sabe ya que los sospechosos a los que apuntaría la intuición, aunque tal vez tengan un papel, no son los únicos culpables. Factores como pertenecer a una minoría, contar con una mayor o menor red social, el acceso a los servicios médicos y sociales o un mayor consumo de drogas han sido restados de la variable vida urbana, y el resultado es que vivir en la ciudad sigue sobresaliendo como factor de riesgo. Tampoco influyen cuestiones como malas condiciones prenatales o un parto complicado, ni la posición socioeconómica. Y la idea de que el culpable sea un virus es poco probable: los hogares con muchos miembros -en los que un hipotético contagio sería más probable- no son "un factor de riesgo para la esquizofrenia", dice Van Os.
¿Y si el culpable fuera el estrés? Se admite que los sucesos estresantes son un desencadenante de los trastornos de tipo psicótico, como la esquizofrenia. Y ese ha sido el punto de partida para los primeros neurocientíficos en abordar el misterio de las ciudades y la salud mental.
Andreas Meyer-Lindenberg, del Instituto Central de Salud Mental de la Universidad de Heidelberg, en Alemania, se propuso escanear el cerebro de voluntarios procedentes de entornos rurales y urbanos en situaciones de estrés social. Diseñó un curioso experimento: mientras 32 estudiantes resolvían problemas aritméticos complejos, los experimentadores los estresaban con comentarios negativos y actitudes reprobatorias. "Les decíamos que sus resultados estaban siendo inferiores a la media, y les sugeríamos con impaciencia que se dieran un poco más de prisa...", ha contado Meyer-Lindenberg en Nature.
De entre las áreas cerebrales que se activaban durante la prueba, dos variaban en función de la procedencia urbana o rural de los voluntarios. La amígdala, un área clave en el procesado de las emociones, se activó exclusivamente en quienes vivían en ciudades en el momento de la prueba. El córtex cingulado -la región PACC-, que contribuye a regular la amígdala y a procesar emociones negativas, se activó más intensamente en quienes crecieron en ciudades. Los investigadores detectaron variaciones incluso según el tiempo transcurrido en la ciudad durante la infancia, y según el tamaño de la ciudad en cuestión.
La asociación aparecía tan clara que Meyer-Lindenberg desconfió y repitió el experimento con más voluntarios, teniendo en cuenta factores como -entre otros- edad, nivel educativo, ingresos, situación familiar, estado de salud, personalidad y estado de ánimo. Pero "ninguno de ellos alteraba el efecto de la urbanicidad, lo que sugiere que vivir en un ambiente urbano cambia la respuesta del cerebro en situaciones de estrés social, por un mecanismo claro aunque misterioso", escriben en un comentario en la misma revista Daniel P. Kennedy y Ralph Adolphs, del Instituto Tecnológico de California.
"Mucha gente especulaba con que el problema tenía que ver con entornos sociales, pero no había ninguna evidencia directa", ha comentado Meyer-Lindenberg a Nature. "Este es el primer mecanismo que relaciona las ciudades con la salud mental por vía del estrés".
Para Van Os se trata de "un interesante primer paso". Kristina Sundquist, de la Universidad de Lund, también dice que "los hallazgos son importantes", aunque no definitivos. Sundquist publicó en 2004 los resultados de un seguimiento a todos los suecos de entre 25 y 64 años tras su primer ingreso hospitalario por psicosis o depresión. "La incidencia aumenta con el grado de urbanización", escribe en The British Journal of Psichiatry; los habitantes de las áreas más densamente pobladas "tenían un riesgo entre un 68% y un 77% mayor de desarrollar psicosis, y entre un 12% y un 20% mayor de desarrollar depresión".
Ningún investigador defiende, no obstante, que sea malo vivir en las ciudades. En realidad es al contrario. Históricamente "la urbanización va asociada a un descenso en la mortalidad", y a que la mayor carga de enfermedad se deba a las dolencias crónicas de los mayores en vez de a las infantiles, escribía en Science en 2008 el epidemiólogo de la OMS Chistopher Dye. "Los habitantes de las ciudades, de media, disfrutan de mejores condiciones de salud que los de áreas rurales", dice Dye, y esto es así incluso considerando las grandes diferencias entre las ciudades de países ricos y pobres, y también dentro de la misma ciudad -las cifras son distintas en una ciudad de América Latina y una europea, pero también en los suburbios y el centro de Río de Janeiro, por ejemplo-.
Sin embargo, no siempre fue así. La mejor salud urbana es un triunfo ganado a pulso a base de mejoras higiénicas y sanitarias a mediados del siglo XIX, entre ellas la instalación de alcantarillado y el transporte de agua potable a los hogares. Y lo que temen Dye y otros expertos es que si el crecimiento urbano actual no se planifica, las futuras megaciudades podrían recordar al Londres o París de hace apenas siglo y medio.
"En la Europa del 1800 solo entre el 10% y el 15% de la población vivía en las ciudades, en parte por las atroces condiciones de vida", escribe Dye. "El cólera, la disentería, la viruela, la tuberculosis, el tifus y otras infecciones, agravadas por la desnutrición, hacían que las muertes, especialmente de los niños de menos de un año, superaran a los nacimientos".
Y la planificación del crecimiento urbano debería tener en cuenta también la salud mental, opina Sundquist: "Es importante que los expertos en urbanismo sepan más sobre los mecanismos específicos que actúan sobre la salud mental, y esto podemos proporcionarlo los investigadores". Ella coincide con Van Os en que hay que estudiar más el papel de factores como el soporte social y el grado de estrés cotidiano, y profundizar en las diferencias entre estilos de vida dentro de la propia ciudad. No es lo mismo, suponen, un entorno urbano con muchas zonas verdes que una zona industrial.
José Fariña Tojo, del departamento de Urbanística y Ordenación del Territorio de la Universidad Politécnica de Madrid, admite la relación entre vida urbana y salud mental, y coincide en la necesidad de identificar el mecanismo subyacente: "Para planificar adecuadamente deberíamos saber cosas en este campo que todavía desconocemos". Director de un curso sobre Planificación Urbana Saludable de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), en Menorca en septiembre, y colaborador de la Red Española de Ciudades Saludables, Tojo cree que "los planificadores urbanos se han dormido un poco en los laureles" y no están considerando los nuevos retos: "Por supuesto se tiene en cuenta la contaminación del aire o el ruido. Pero también hay temas nuevos, como el estrés, el hecho de que se vaya a una sociedad de mayores, la necesidad del ejercicio físico o la de estar en un entorno con un cierto grado de naturaleza".
Ana Dolado, del estudio Araujo-Dolado Arquitectos, reflexiona sobre lo que considera un exceso de estímulos en el espacio urbano actual: "La ciudad es un soporte que cambia a una velocidad difícil de procesar. La gente reconoce el entorno pero no se identifica con él. El ritmo es tal que a los habitantes no les da tiempo a establecer vínculos con su espacio".
Conviene no dejarse llevar por ese ritmo frenético, dice Enrique Baca, jefe del servicio de Psiquiatría de la Fundación Jiménez Díaz. Y recuerda que, incluso en el entorno social urbano actual, "cada vez más exigente con el individuo" y que "cambia más rápido que nunca" -por ejemplo, con nuevas formas de comunicación instantánea y horarios laborales distintos a los tradicionales-, "hay elementos culturales protectores de la salud mental". Resume uno de ellos: "En vez de pasarte cuatro horas en Facebook, queda con un amigo a tomar una caña".

cansada

otra vez estoy aqui estaba trabajando descalza cuando de repente me he visto un pequeño arañazo que no conocia en el pie.y me han saltado todas las alarmas me lo he mirado y remirado con todas las luces posibles con las linternas,con el tubo del taller de trabajo,un monton de veces y lo que me queda,y como siempre no llego a ninguna  conclusion posible.tengo la ansiedad por las nubes¿,como me lo he hecho? cuando ha sido con que ha sido?estoy cansada me falta mirarlo a la luz del dia y darle la lata  a mi marido,y yo me pregunto como vive el resto de la gente? .las personas que acampan o duermen en la playa yo no puedo, los que viven en el campo,y no les pasa nada ni se preocupan,y tanta gente que camina de noche por la calle etc etc.siempre tengo esa ansiedad flotante la sensacion de peligro latente.y estoy cansada me quite la anterior obsesion. y esta me produce tanto panico que no soy  capaz ni de salir a el balcon a exponerme en cuanto veo un ... volando la obsesion me sube a mil y me repaso entera.(las personas normales)no se preocupan de un arañazo. de hecho cuando somos pequeños no nos preocupamos lo mas minimo  somos libres.
sigo pensando esta tarde me he mirado el pie como 20 veces  y no me habia visto el arañazo cuando me lo he hecho?por un momento he pensado en salir corriendo os imaginais el contarlo seguro que acabo en salud mental ingresada.a vosotr@s os ocurren este tipo de cosas?




Asociación Catalana para el Tratamiento de los Trastornos de Ansiedad y Depresión (antigua AADA y Camins Oberts)




ACTAD
Asociación Catalana para el Tratamiento de los Trastornos de Ansiedad y Depresión (antigua AADA y Camins Oberts)
C/ Europa, 22, 2º, 3ª. 08028 Barcelona.
93 430 12 90
Se ocupa de trastorno de pánico, agorafobia, fobia social/trastorno de ansiedad social, trastorno obsesivo compulsivo, ansiedad generalizada y depresión. El equipo de especialistas ACTAD está formado por psicólogos clínicos, consultores en el desarrollo de habilidades psico-sociales y asesores del área de la salud mental. En la sede ACTAD Barcelona se ofrecen los siguientes servicios dirigidos por profesionales:
- Psicoterapia individual
- Terapia de Pareja y Familia
- Grupos de ayuda mutua: Agorafobia, Fobia Social, TOC, Integrados
- Cursos/Talleres: Asertividad (comunicación eficaz) y Autoestima, Autonomía, Expresión Corporal y Relajación, Cineterapia
- Charlas Profesionales: Acompañantes (familiares y amigos de afectados), Temas de Interés
- Encuentros lúdico-terapéuticos: CineForum, Club del Lector, Meriendas con invitados

REFLEXIONES SOBRE UN TRASTORNO PARANOIDE VS. TOC

Título: Reflexiones sobre un trastorno paranoide vs. TOC
Autor: Xavier Conesa

REFLEXIONES SOBRE UN TRASTORNO PARANOIDE VS. TOC
Hace algún tiempo que estoy tratando a un muchacho que presenta un cuadro que considero que está en ese punto de inflexión entre el trastorno paranoide y el trastorno obsesivo grave...¿Donde ubicarlo?
Su narración, solo expresa "una" obsesión o delirio, como deseemos llamarlo: "Sufro por si miro a los genitales de los hombres, me da un asco horrible. Lo reflejaré en mi cara ese asco y los demás me preguntarán o se preguntarán qué me pasa".
Para él es tan preocupante la repugnancia que le supone mirar "allí" como que detecten su expresión de asco...Y el muchacho anda siempre con la cabeza erguida, mirando siempre hacia arriba para que no le ocurra nada de lo expuesto.
Cuando hablamos de un trastorno paranoide nos referimos a un T. Paranoide de la personalidad ?... T. Esquizoide de la personalidad ?... Sintomatología paranoide unida al consumo de substancias?... Síntomas paranoide tras retirada de BDZ ?... T. paranoide incluido dentro de la E. paranoide ?.que en realidad todo ello no es equiparable a un T. obsesivo (Clínica obsesiva dentro de un T depresivo ?... Clínica obsesiva en un TOC ?... Clínica obsesiva en un T. alimentario ?...) y por tanto es preciso que lo ubiquemos. Tampoco es equiparable una obsesión (irrupción en la conciencia de una idea reconocida como absurda, pero imposible de evitar) y un delirio (distorsión radical de la relación del ser con la realidad).
El muchacho parece estar dentro de un T. obsesivo con mecanismos evitativos, tributario de psicofármacos y psicoterapia. La primera impresión es que se trata de una fobia y pánico homosexual. Seria interesante saber que le pasara al paciente con sus aspectos homosexuales y desde ese punto de vista tendremos que trabajar sus sentimientos con sus genitales de varón.
La inundación sería eficaz, al menos para mejorar la calidad de vida. La inundación sin embargo aunque algo traumática podría ser eficaz a muy corto plazo, luego se podría utilizar parada del pensamiento que el paciente utilizaría en los periodos en que por estrés las obsesiones tienden a surgir de nuevo.
La inundación a grandes rasgos consiste en la exposición a los estímulos que desencadenan las ideas obsesivas, contrariamente a la desensibilización sistemática en la que la exposición se halla graduada o "jerarquizada", en este caso se expone al individuo a Estímulos que desencadenan altas Respuestas de ansiedad, la parte más difícil de la técnica es evitar el ritual o la "neutralización" que tiende a disminuir la ansiedad. La idea es mantener el nivel de ansiedad lo mas elevado posible hasta que naturalmente la R luego del pico comience a disminuir gradualmente. En ese momento se finaliza la exposición. La inundación puede realizarse en imaginación o en vivo. Las modalidades de aplicación de la técnica son algo complejas como para ser expuestas aquí (y por quien suscribe que no es ningún especialista).
En síntesis, creo que se trata de un caso de TOC bastante claro, aunque no creo que en todos los casos sea sencillo distinguir una idea obsesiva de un monodelirio, o delirio si se prefiere. De hecho algunos autores consideran que aun existiendo monodelirio el caso puede ser tratado como TOC, si este delirio se encuentra al "servicio" del mismo.
En ocasiones es difícil distinguir entre un TOC y un cuadro psicótico. El criterio fundamental de diferenciación es la presencia de conciencia de enfermedad. Si es un trastorno obsesivo el paciente reconoce lo absurdo de su pensamiento, el psicótico esta convencido de la realidad de lo que piensa. En casos muy graves de TOC el paciente en el momento de la exploración puede no tener conciencia de enfermedad pero en algún momento la tuvo.
El caso que se plantea podría tratarse de un trastorno obsesivo compulsivo: Existe una idea, que en sentido estricto es un impulso, que a el le molesta, como es poder ver los genitales y se acompaña de conductas para evitar esta acción como mirar hacia arriba.
Me interesa este caso precisamente por estar en la frontera entre el TOC y lo psicótico.
Cierto es que el neurótico (es decir, todos nosotros) diremos "parece como si..." ante la aparición de un trastorno obsesivo como el que nos ocupa.
El psicótico dirá: "es exactamente así" refiriéndose a su visión real de lo irreal. ¿Conciencia de enfermedad? Con frecuencia el psicótico la tiene..aunque a veces no exactamente por el "nudo gordiano" que le tiene cautivo, si no por sensaciones "satélites".
Un único delirio, no presupone entrar en el mundo psicótico. El muchacho que atiendo sufre por lo que le ocurre pero también está convencido que se pasean (según quién y cuándo) ante sus ojos para provocarle esa sensación....
Trataremos de explorar qué tan intenso es ese sufrimiento, aunque esto es algo relativo, si es muy intenso nos acercaría más hacia una obsesión, pero si el sufrimiento no es tan intenso, nos acercaría más a un caso de psicosis incipiente en la cual podría existir también conciencia parcial de enfermedad.

Xavier Conesa. Psicólogo Clínico.
Centre Psicològic i d´especialitats.
Barcelona

http://www.psicoactiva.com/arti/articulo.asp?SiteIdNo=277 

Génesis y mantenimiento del TOC

Génesis y mantenimiento del TOC
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En el Trastorno Obsesivo Compulsivo es difícil determinar la etiología ya que no parece existir una causa única que explique su origen. Múltiples factores facilitadores pueden contribuir en su desarrollo y es frecuente que aparezca precipitado por eventos

estresantes o por un estado de ánimo depresivo. Forman parte de los factores facilitadores del TOC:


- Contribución hereditaria

Parece ser que las personas afectadas por un TOC presentan una vulnerabilidad genética que, además, es influida por situaciones de estrés y factores ambientales.
Lo que se hereda parece ser la naturaleza del TOC, no los síntomas específicos, así, una persona puede tener compulsiones de lavado, mientras que su padre las tiene de comprobación. Esto indica que los síntomas no se deben al modelado, aunque este puede facilitar el aprendizaje de rituales y una respuesta de miedo ante estímulos determinados.


- Variables biológicas

La teoría neuroquímica sugiere una participación preferente del sistema serotoninérgico por la demostrada eficacia de los fármacos inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina; y dopaminérgico en la etiología de subgrupos específicos de pacientes con TOC, especialmente aquellos con un codiagnóstico de tics.

Sin embargo la teoría neuro-anatómica sostiene que existen diferencias anatómicas cerebrales en los individuos con TOC. Dichas diferencias pueden observarse en el núcleo caudal, el córtex órbitofrontal, en el córtex singular o en los ganglios basales.

El hecho de que algunas personas que han sufrido un traumatismo craneoencefálico presenten síntomas de TOC respalda esta hipótesis.

Hay evidencia de que los tratamientos farmacológicos o psicológicos conductuales, pueden producir una mejoría clínica en los individuos con trastorno obsesivo-compulsivo.


- Experiencias tempranas

Parece ser que existe una influencia en el origen del TOC de ciertas experiencias tempranas:

- Estilos educativos que enfatizan en exceso la responsabilidad y el perfeccionismo.

- Haber tenido como modelos durante la infancia personas con características obsesivo-compulsivas.
- Formación religiosa estricta donde se considera que pensar algo es equivalente a hacerlo o tan malo como si se hiciera.

- Formación moral estricta que facilita la inflexión entre lo que esta bien y lo que esta mal.

- Presencia de determinadas creencias o modos de pensar
Las experiencias tempranas facilitan la existencia de determinadas creencias o modos de pensar. Algunas de las categorías de creencias comunes en el TOC se agrupan en:

- Responsabilidad exagerada: “Si pienso algo y luego ocurre será mi culpa, tengo que evitarlo”.

- Control absoluto sobre los propios pensamientos: “No puedo pensar ciertas cosas, si lo hago quiere decir que no estoy bien”.

- Sobreestimación de la importancia de los pensamientos: “Pensar algo así es tan malo como hacerlo”.

- Sobreestimación de la probabilidad y gravedad de las consecuencias: “Si he pensado esto lo más probable es que vaya a suceder”.

- Baja tolerancia a la incertidumbre: “Haré todo lo posible por evitar que algo malo suceda si está en mis manos”.

- Perfeccionismo: “Si cometo un error tendrá graves consecuencias”.

Esta última es especialmente característico de las personas con TOC. Estos individuos perciben como esencial la prevención de resultados negativos y se fundamenta en la creencia de que uno tiene el poder en la producción o prevención de las consecuencias negativas.


- Características personales

Estudios realizados muestran que parecen existir 10 factores de personalidad que son frecuentes en la infancia de las personas con TOC: ansiedad por separación, resistencia al cambio, aversión al riesgo, sumisión, susceptibilidad, perfeccionismo, hipermoralidad, ambivalencia y excesiva devoción al trabajo.


Eventos estresantes

Hemos visto que las personas con TOC pueden tener ciertas características personales, sin embargo, el trastorno en sí puede no aparecer hasta que ocurre un evento estresante o se da un estado de ánimo deprimido.

Algunos de los acontecimientos estresantes más frecuentes son los pequeños problemas cotidianos como: ser criticado, estar enfermo, descansar de modo insuficiente, dormir poco, situaciones de rechazo, problemas de toma de decisiones, ruidos, perder cosas, obligaciones sociales, conflictos, etc.


MODELO EXPLICATIVO

Factores activadores

La contribución hereditaria, las variables biológicas, experiencias tempranas o determinadas creencias, son factores que facilitan una predisposición para el surgimiento del TOC. Aún así, su aparición puede verse precipitada por eventos estresantes o un estado de ánimo deprimido.

Las obsesiones pueden dispararse por una serie de factores:

- Situaciones externas. Como ver un cuchillo, dar la mano a alguien, etc. Según el tipo de obsesión.

- Dudar al recordar algo que se ha hecho. Como no estar seguro de haber cerrado el coche.

- Sensaciones corporales que desencadenan pensamientos negativos. Como tener un mareo que hace surgir el pensamiento de si se tendrá SIDA.

- Otros factores como: el bajo estado de ánimo, los acontecimientos estresantes, la lucha para no tener obsesiones y la autoobservación para ver si se está teniendo algún pensamiento obsesivo.


Factores de mantenimiento

Es muy importante el significado que la persona da a las obsesiones una vez se disparan. Si se sobrevalora la importancia de tener un pensamiento negativo (“puedo yo llegar a hacer algo así?, si lo he pensado tal vez sí”, “si he pensado esto, seguramente algo malo va a ocurrir”) es probable que se centre la atención en lo negativo y en la amenaza y se trate de hacer frente luchando contra estos pensamientos.

Esta valoración negativa de los pensamientos o amenazas produce malestar/ansiedad y la persona trata de reducirlo mediante las compulsiones o rituales (limpieza, comprobación, repeticiones, acumulaciones...), la evitación y/o la supresión del pensamiento.

Las personas que sufren TOC creen que si no realizan sus compulsiones o rituales ocurrirán realmente consecuencias catastróficas (como coger una enfermedad, contaminarse, etc.) lo que provoca rumiaciones o sentimientos de culpa. Así pues, las compulsiones tranquilizan, disminuyen la ansiedad y permiten evitar la autoculpabilización. De esta manera se instauran las obsesiones, la persona al sentir una tranquilidad y control mediante la realización de rituales y comprobaciones, refuerza aún más las obsesiones creando un circuito cerrado que se retroalimenta y mantiene el problema.


Algunas Referencias


Freeston, M.H y Ladouceur, R. (1997). Análisis y tratamiento de las obsesiones. En V.E. Caballo (Dir.), Manual para el tratamiento cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos (Vol. 1, pp. 137-169). Madrid: Siglo XXI.

Mancini, F. Un modelo cognitivo del trastorno obsesivo compulsivo. Revista de Psicoterapia, 5-30, volumen XI- nº42/43,2000.

Silva, P. y Rachman, S.(1995):Trastorno Obsesivo-Compulsivo. Los hechos. Bilbao: Descleé De Brouwer.

Vallejo, j. y Berrios,G.E.(1995).Estados obsesivos.Barcelona. Masson S.A.

__________
Fuente: Estela Massegué. Clínica de la Ansiedad, 2008.





Tratamiento psicológico del TOC: Trastorno Obsesivo-Compulsivo

Los tratamientos que han demostrado una mayor eficacia en el tratamiento específico los trastornos obsesivo-compulsivos(TOC)s...


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