ALTERACIONES PRODUCIDAS POR EL ESTRÉS,

 
Ampliación del conocimiento en lo que se refiere a la actividad de las personas que sufren de enfermedades mentales y cuando el producto de estas afectan los intereses jurídicos.... Introducción Es interés del contenido de la presente investigación el ampliar el conocimiento de las personas que de una u otra manera puedan acceder al presente trabajo; en lo que se refiere a la actividad de las personas que sufren de enfermedades mentales y cuando el producto de estas afectan los intereses jurídicos, ya que la acción que conlleva a la realización de un acto previsto y sancionado por nuestra legislación, ya sea esta adjetiva o sustantiva, como falta o delito, siempre tendrá un castigo, pero es evidente que la intención del legislador fue la de apreciar una situación especial cuando el ejecutor de una acción delictiva no se encuentra dentro de sus cabales, porque quiere decir que existe dentro de él una circunstancia ajena a su voluntad, la cual en un momento determinado le hicieron actuar y por ende delinquir y que el producto de esta acción no puede ser sancionado como en el caso de aquellas personas que actúan en pleno goce de todas sus facultades. Es por esto que durante el desarrollo del presente contenido apreciaremos las situaciones, que de una u otra manera forma mas común concurrencia en nuestro diario acontecer, pudiendo evaluar con mayor precisión, tal y como lo observan los Psiquiatras desde su punto de vista las enfermedades mentales y como encuadran estas cuando una actuación delictiva sobreviene de la acción de un paciente y como el Derecho las regula de acuerdo al grado de estas. Estrés o Stress, en medicina, proceso físico, químico o emocional productor de una tensión que puede llevar a la enfermedad física. Una eminente autoridad en estrés, el médico canadiense Hans Seyle, identificó tres etapas en la respuesta del estrés. En la primera etapa, alarma, el cuerpo reconoce el estrés y se prepara para la acción, ya sea de agresión o de fuga. Las glándulas endocrinas liberan hormonas que aumentan los latidos del corazón y el ritmo respiratorio, elevan el nivel de azúcar en la sangre, incrementan la transpiración, dilatan las pupilas y hacen más lenta la digestión. En la segunda etapa, resistencia, el cuerpo repara cualquier daño causado por la reacción de alarma. Sin embargo, si el estrés continúa, el cuerpo permanece alerta y no puede reparar los daños. Si continúa la resistencia se inicia la tercera etapa, agotamiento, cuya consecuencia puede ser una alteración producida por el estrés. La exposición prolongada al estrés agota las reservas de energía del cuerpo y puede llevar en situaciones muy extremas incluso a la muerte. Es de conocimiento general que las personas se preocupan de su cuerpo de muy distinta manera, aunque lo habitual es que partan de la presunción de salud mientras no experimenten malestar ni padezcan incapacidades funcionales que limiten su vida diaria. La medicina sabe desde sus inicios que no siempre existe una correspondencia entre el funcionamiento objetivo del organismo y las sensaciones corporales del sujeto, de ahí que haya establecido una crucial distinción entre los signos (o alteraciones observables) y los síntomas (o manifestaciones subjetivas). Lo habitual es que la demanda de atención médica dependa de la aparición de estos últimos, que juegan el papel de señales de alarma y advierten al sujeto de que en su organismo algo no funciona bien. Esta connotación del síntoma como estímulo sugerente de amenaza permite entender la enfermedad como agente estresante por excelencia, ya que provoca alarma e incertidumbre en el sujeto, sin concederle apenas margen para el uso de conductas operantes que desactiven el peligro. De hecho, la única conducta realmente adaptativa es la de pedir ayuda a un médico, y eso ya da una idea de lo mucho que la enfermedad aproxima a los sujetos a los estados de indefensión. ALTERACIONES PRODUCIDAS POR EL ESTRÉS, enfermedades causadas o agravadas por el estrés psicológico. Estos trastornos psicosomáticos generalmente afectan al sistema nervioso autónomo, que controla los órganos internos del cuerpo. Ciertos tipos de jaqueca y dolor de cara o espalda, el asma, úlcera de estómago, hipertensión y estrés premenstrual, son ejemplos de alteraciones relacionadas con el estrés. Los médicos han reconocido desde hace tiempo que las personas son más proclives a enfermedades de todo tipo cuando están sometidas a un gran estrés. Los acontecimientos negativos, tales como la muerte de un ser querido, parecen causar el suficiente estrés como para reducir la resistencia del cuerpo a la enfermedad. Sin embargo, las circunstancias positivas, tales como un nuevo trabajo o el nacimiento de un bebé en casa, también pueden alterar la capacidad normal de una persona para resistir la enfermedad. Los sociólogos han elaborado una lista de situaciones vitales y han calculado el relativo efecto del estrés en cada una de ellas. Así, por ejemplo, la muerte del cónyuge encabeza la lista con un 100, mientras que los problemas con el jefe representan un 23; ser despedido, un 47; ir a la cárcel, un 63; cambio en los hábitos de sueño, un 16, y un 73, divorciarse. CAUSAS: Aunque el estrés puede ejercer alguna influencia sobre cualquier enfermedad, tales como catarro o tuberculosis, y quizás incluso el cáncer, afecta directamente a otras. Los científicos atribuyen al menos parte de este efecto a la historia evolutiva, argumentando que cuando había que vivir con constantes amenazas físicas por parte de animales salvajes y otros elementos, así como de otros individuos, el cuerpo evolucionó ayudando a gestionar estas presiones físicas. El corazón late más deprisa, aumenta la presión de la sangre y otros sistemas corporales se preparan para enfrentarse a la amenaza. Cuando alguien reacciona físicamente para salir de una amenaza, estos sistemas retornan a la normalidad. Huir o luchar, denominadas reacción de agresión o fuga, son dos formas acertadas de combatir muchas amenazas físicas. Sin embargo, el problema surge cuando el cuerpo está preparado para enfrentarse al peligro pero no puede hacerlo. Quedar atrapado en un atasco de tráfico, por ejemplo, puede hacer que el cuerpo se prepare para una respuesta de agresión o fuga, pero cuando no se puede tomar ninguna acción, los sistemas corporales permanecen hiperactivos. La repetición de experiencias similares de naturaleza frustrante puede crear estados tales como la hipertensión. Hay muchos otros factores que también pueden ocasionar alteraciones producidas por el estrés. Entre los que actualmente se investigan podemos mencionar un cierto tipo de conducta que los científicos llaman ‘tipo A’, un término que originalmente se aplicó a personas proclives a enfermedades coronarias. El estilo de enfrentamiento tipo A, caracterizado por una competitiva y absorbente intensidad, es común en las sociedades desarrolladas, y cada vez existen más pruebas de que esta clase de conducta está asociada con una incidencia cada vez mayor de varias alteraciones producidas por estrés. TIPOS: La tensión alta o hipertensión es una de las alteraciones más comunes que agrava el estrés. Aunque no hay síntomas apreciables, la hipertensión puede dañar los riñones y llevar a un ataque de apoplejía. Otras alteraciones relacionadas con el estrés y de orden más común son los problemas gastrointestinales. Los más serios son las úlceras pépticas y la anorexia nerviosa. Las úlceras están producidas por un exceso de jugos gástricos o por una sensibilidad excesiva en una zona de la pared digestiva, lo que causa náuseas y dolor. La anorexia nerviosa, más común entre las mujeres adolescentes, se caracteriza por la negativa a comer, hasta el extremo de que pueden llegar a morir. Otras alteraciones gastrointestinales producidas por el estrés son las dolencias inflamatorias del colon y el intestino, tales como la colitis ulcerosa y la enteritis local. Las alteraciones respiratorias también se pueden ver afectadas por el estrés. La más común de ellas es el asma, que puede estar producida por contratiempos de tipo emocional. Los ataques de asma se caracterizan por respiración dificultosa, jadeos y la sensación de asfixia. Además, el estrés emocional puede causar o empeorar muchos trastornos de la piel, desde picores, cosquilleo y dolor hasta los que producen sarpullido y granos. Las situaciones más traumáticas, como pueden ser accidentes, catástrofes o experiencias de guerra pueden ocasionar una alteración hoy llamada alteración de estrés post-traumática. Conocida en tiempos de guerra como neurosis de guerra, esta alteración pasó a denominarse así tras su aparición en ex-combatientes que volvían de Vietnam e intentaban reincorporarse a la vida civil. Sus síntomas, que pueden tardar meses en aparecer tras observar un estado inicial de aturdimiento, incluyen la irritabilidad nerviosa, dificultad en relacionarse con el entorno y depresión. TRATAMIENTO: El tratamiento de las alteraciones producidas por el estrés se limita a veces a aliviar el síntoma físico concreto. Por ejemplo, la hipertensión se puede controlar con fármacos. Los tratamientos psicológicos van dirigidos a ayudar a la persona a solucionar la causa del estrés o bien a enfrentarse a ella de una manera más eficaz. A menudo se recomienda la combinación de tratamientos físicos y psicológicos. Que es el Estrés? Es un estado de gran tensión nerviosa originado en la persona por el exceso de trabajo, las aspiraciones no satisfechas, la ansiedad, etc. Suele manifestarse a través de una serie de reacciones que van desde la fatiga prolongada y el agotamiento hasta dolores de cabeza, gastritis, úlceras, etc., pudiendo ocasionar incluso trastornos psicológicos. El estrés es un hecho habitual en nuestras vidas. No puede evitarse, ya que cualquier cambio al que debamos adaptarnos representa estrés. Los sucesos negativos, daño, enfermedad o muerte de un ser querido, son hechos estresantes, así como los sucesos positivos; Ascender en el trabajo trae consigo el estrés del nuevo status, de nuevas responsabilidades. Desde que Hans Selye introdujo en el ámbito de la salud él termino estrés, este se ha convertido en una de las palabras mas utilizadas, tanto por los profesionales de las distintas ciencias de la salud, como en el lenguaje coloquial de la calle. Selye, definió el estrés como una respuesta general del organismo ante cualquier estimulo estresor o situación estresante. No obstante se han realizado múltiples trabajos sobre el estrés que han aportado diversas conceptualizaciones. Una conceptualización más comprensible de estrés, lo definiría como un exceso de demandas ambientales sobre la capacidad del individuo para resolverlos, considerando además las necesidades del sujeto con las fuentes de satisfacción de esas necesidades en el entorno laboral. Nuestras experiencias estresoras provienen de tres fuentes básicas: nuestro entorno, nuestro cuerpo y nuestros pensamientos. El entorno se refiere a las condiciones ambientales, como por ejemplo ruidos, aglomeraciones, demandas de adaptación, etc. Las fisiológicas se refieren a nuestro organismo: enfermedad, accidentes, trastornos, etc. Las amenazas exteriores producen en nuestro cuerpo unos cambios estresantes. Así nuestra forma de reaccionar ante los problemas, las demandas y los peligros, viene determinada por una aptitud innata de lucha o huida, cuando los estímulos que nos llegan son interpretados como amenazantes. Este proceso se traduce en una serie de cambios físicos observables. Así, por ejemplo, las pupilas se agrandan para mejorar la visión y el oído se agudiza, los músculos se tensan para responder al desafío, la sangre es bombeada al cerebro para aumentar la llegada de oxigeno a las células y favorecer los procesos mentales. Las frecuencias cardiaca y respiratoria aumentan, y como la sangre se desvía preferentemente hacia la cabeza y el tronco, las extremidades y sobre todo las manos y los pies, se perciben fríos y sudorosos. Sin embargo, el estrés no se puede considerar en principio como una enfermedad sino como la respuesta, tanto física como mental, a las adaptaciones y ajustes del ser humano a los diversos acontecimientos vitales. Esa respuesta, que en principio puede ser natural y que surgiría para ayudarnos a afrontar nuevas situaciones, cuando se transforma en una reacción prolongada e intensa es muy posible que desencadene serios problemas físicos y psíquicos. Actualmente el estrés es uno de los factores de más alto riesgo en las enfermedades cardiovasculares, por lo que les recomendamos una serie de pautas, no sólo para intentar controlarlo, sino también para prevenirlo. El estrés desempeña un papel importante en la aparición, no sólo de trastornos mentales, sino también de patología médica. Desde los trabajos pioneros de Walter Cannon y Hans Selye, se acepta sin reservas el papel preponderante del estrés como pieza clave de lo que podemos denominar "Procesos psicopatogenéticos en Medicina" y el término "Enfermedades de estrés" ha quedado bien acuñado en el seno de la medicina. (González de Rivera, 1980a). En Psiquiatría, las situaciones de estrés son reconocidas como susceptibles de desencadenar manifestaciones psicopatologiítas de la más variada patoplastia, generalmente moduladas por la personalidad, patología previa, y estado psicofisiológico del paciente. El concepto de "Reacciones de Estrés" se recoge en distintos apartados de la Sección de Psiquiatría de la Clasificación Internacional de enfermedades de la Organización Mundial de la Salud, y el Manual Diagnóstico y Estadístico de la Asociación Psiquiátrica Norteamérica incluye en su clasificación multiaxial un código representativo de la intensidad del estrés previo al inicio del cuadro patológico. Los factores de estrés (Glez. de Rivera, 1989, 1991) son múltiples y variados, y su clasificación y estudio detallado resulta necesario para poder entender su intervención precisa en la patogénesis de los diferentes tipos de trastornos asociados con el estrés. Según el mecanismo y grado de participación de los distintos factores, pueden dividirse los síndromes de estrés en tres grandes grupos: 1) Inespecíficos, secundarios a un estado más o menos crónico de sobrecarga de mecanismos homeostáticos, con reducción de la capacidad defensiva e incremento inespecífico de la vulnerabilidad del organismo. Ejemplos de este tipo son citados frecuentemente por. los estudiosos de fenómenos psicosomáticos, y entran en ellos probablemente todas las enfermedades crónicas en las que mecanismos neuroendocrinos y neuroinmunológicos juegan un papel preponderante, como el lupus eritematoso sistémico, algunas neoplasias, la artritis reumatoide o la tiroiditis, por citar sólo unos pocos (Valdés, 1991). Toda la importante línea de investigación iniciada por Holmes y Rahe está relacionada con el estudio del "efecto acontecimientos vitales" o influencia inespecífica de los factores externos de estrés en la vulnerabilidad o predisposición a la enfermedad (Miller, 1996).. Entre los trastornos psiquiátricos, esta influencia inespecífica se reconoce de manera prácticamente generalizada, incluso en trastornos considerados "endógenos", o sea, no reactivos por definición, como la depresión mayor (Goodwin, 1990) o la enfermedad de Alzheimer (Spencer, 1990). 2) Semi-específicos, en los que factores externos de estrés se combinan, generalmente de forma aguda, con otros elementos patógenos independientes, necesarios para activar el ciclo patogenético del cuadro clínico en cuestión. Entre los ejemplos de este segundo grupo podemos contar la Coronariopatia isquémica, las infecciones respiratorias víricas, las reacciones alérgicas, entre otras (Matthews,1986; Valdés, 1991). Las descompensaciones sintomáticas agudas de muchas personalidades psicopáticas, los episodios disociativos, las psicosis reactivas y muchos trastornos de ansiedad se pueden encontrar en este grupo. 3) Específicos, en los que los factores externos de estrés actúan de manera determinante en la causación del proceso morboso. Síndromes de estrés específicos típicos son el Síndrome Post-traumático (al que se añade el calificativo "de estrés", para distinguirle de los síndromes post-trauma físico, como el síndrome concusional), los estados de intensa disregulación neurovegetativa, que pueden concluir en muerte súbita, y que han sido observados en sujetos sanos sometidos a situaciones de estrés particularmente agudas e intensas (McMahon, 1975), el trastorno agudo de estrés y los trastornos adaptativos. Síndrome de fatiga crónica (SFC), proceso que se caracteriza por la existencia de fatiga permanente o recurrente durante al menos seis meses consecutivos. Esta sensación debilitante de fatiga permanente se acompaña casi siempre de una combinación de síntomas como dificultad de concentración, pérdida de memoria reciente (para los acontecimientos próximos), dolores musculares y articulares y alteraciones del sueño. Este proceso (SFC) ha sido denominado enfermedad crónica del virus de Epstein- Barr (VEB), síndrome de fatiga crónica y disfunción inmune, neuromiastenia epidémica y encefalitis miálgica (EM). Se calcula que el SFC afecta de cuatro a diez de cada 100.000 adultos. La edad media de comienzo de los síntomas es a los 30 años. No existen pruebas de que este proceso se transmita de una persona a otra. No se conoce la causa del SFC. Se ha propuesto que algunos virus que producen infecciones crónicas y que ocasionan síntomas como cansancio y estrés, como el virus de Epstein-Barr, pueden estar implicados. También se han estudiado otros virus —el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH), el virus del herpes tipo 6, o los enterovirus— como posibles responsables. En la actualidad, el diagnóstico del SFC se realiza por exclusión de otros procesos conocidos que producen síntomas parecidos. Este diagnóstico siempre es controvertido ya que no se pueden excluir con absoluta certeza otros procesos que causan también fatiga, como la depresión o la fibromialgia. Muchos de los síntomas del SFC mejoran con medicamentos tonificantes o estimulantes, pero algunos tratamientos pueden ser peligrosos si no se ha establecido el diagnóstico correcto. No existe curación. Los pacientes con SFC tienen una evolución variable: mientras en algunos existe un empeoramiento progresivo, en otros los síntomas mejoran o incluso desaparecen con el tiempo. NEUROSIS Definición Las neurosis son episodios de desequilibrio psicológico que se presentan en personas que han alcanzado una función mental relativamente adecuada. Son trastornos mentales sin una base orgánica demostrable, en los cuales el paciente puede tener un considerable poder de auto observación y una sensación adecuada de la realidad; en ellos lo más común es que no se confundan las experiencias patológicas subjetivas y sus fantasías, con la realidad externa. La conducta puede ser afectada seriamente, aunque es común que se mantenga dentro de límites sociales aceptables; pues la personalidad no está desorganizada. Típicamente, la conducta neurótica es repetitiva, conduce a una mala adaptación y es insatisfactoria. Funcionalmente, las neurosis son reacciones inadecuadas a las causas de estrés. En consecuencia, muy a menudo los síntomas incluyen angustia y una exageración o hiperactividad de los mecanismos que el paciente emplea comúnmente para resolver su angustia y el estrés. Las neurosis pueden ser de tipo recurrente y se manifiestan de la misma forma a través de toda la vida del paciente. Pueden variar de gravedad, desde episodios leves hasta una enfermedad grave e incapacitante, que incluso requiera hospitalización. Neurosis antiguamente quiso decir lleno de nervios. Di Mascio, (1970) dijo: "Las neurosis son episodios de desequilibrio psicológico que presentan en personas que han alcanzado una función mental relativamente adecuada". (pp. 2321) Neurosis, también llamada psiconeurosis, término que describe una variedad de trastornos psicológicos que originalmente parecieron tener su origen en algún problema neurológico, pero a los que hoy se atribuye un origen psíquico, emocional o psicosocial. Una de sus características es la ansiedad, personalmente dolorosa y origen de un comportamiento inadaptado. Es ampliamente aceptado que el término neurosis se aplica para intentar diagnosticar aquellas afecciones cuyos síntomas son la expresión simbólica de un conflicto psíquico. El psicoanálisis adoptó este término y lo convirtió en una de las más importantes aportaciones a la psiquiatría clásica, un concepto que designa la respuesta de un sujeto como solución de compromiso entre el deseo y la defensa. El diagnóstico de estructura, que distingue tres grandes estructuras clínicas —neurosis, psicosis y perversión—, es un instrumento clínico fundamental frente a cualquier clasificación nosográfica que tienda a agrupar síntomas y trastornos, y a imposibilitar, precisamente, el diagnóstico. En el DSM-IV, Manual de Clasificación de las Enfermedades Mentales de la Organización Mundial de la Salud (OMS), de orientación terapéutica conductista, la neurosis no es definida como enfermedad mental, aunque incluye en este trastorno las siguientes enfermedades: Historia: La neurosis ha cambiado con la evolución de la nomenclatura psiquiátrica. Su significado literal (lleno de nervios) fue utilizado durante el siglo XIX (diecinueve) como término general para todos los trastornos nerviosos de etiología desconocida. Los neurólogos del siglo pasado decían que era un mal adoptado por la civilización como una consecuencia de la vida acelerada. Pero la verdad es que la neurosis se conoce desde los tiempos de Hipócrates, en ese entonces se les llamaba hipocondrías relacionándola con la tristeza y la debilidad del enfermo. Se descubrió el sentido de los síntomas neuróticos mediante el estudio y la acertadísima derivación de un caso de histeria. Freud hizo sus observaciones acerca de las bases psicogénicas de la histeria y de los estados obsesivos, él designó a un subgrupo de trastornos mentales con el nombre de psiconeurosis; en la nomenclatura más reciente el término neurosis se emplea exclusivamente para este subgrupo. Las neurosis constituyen siempre un desequilibrio en el nivel individual de adaptación y el individuo sirve como su propia línea de referencia cuando se descubren esos trastornos. La mayor parte de las personas desarrolla hábitos, síntomas menores o inhibiciones que pudieran recordar los signos de una neurosis. En cualquier momento en que se observen patrones crónicos de mala adaptación que simulen una neurosis, debe tomarse en cuenta la posibilidad de un trastorno de personalidad. Factores muy importantes para él diagnostico de las neurosis son el examen mental, la historia personal del paciente, la evaluación medica y las observaciones del curso clínico de la enfermedad. Además, las pruebas psicológicas, especialmente el Rorschach, resultan muy útiles para identificar las neurosis y para diferenciarlas de las psicosis y de otros trastornos de base orgánica. TRASTORNO POR ANSIEDAD GENERALIZADA: También conocida como ansiedad libre flotante, es una condición constante de displacer y de sentimientos aprensivos, que supone una sobrerreacción al estrés normal, que no afectaría a una persona equilibrada. CRISIS DE ANGUSTIA: Se caracteriza por los ataques de pánico que también se dan en el trastorno anterior y que son episodios de aprensión aguda, imposible de sobrellevar, acompañados de síntomas físicos como palpitaciones cardiacas, transpiración copiosa, respiración entrecortada, temblores musculares, náuseas y desmayos (una persona que sufre un ataque de angustia se siente como si fuera a morir). FOBIAS: Consisten en una respuesta de miedo desmedido ante un estímulo o ante situaciones que normalmente no se consideran peligrosas (por ejemplo, viajar en el metro). Para diagnosticarse como una fobia, el pánico debe ser lo suficientemente intenso y constante como para que interfiera en la vida normal del individuo. La reacción emocional varía desde el mero disgusto al pánico. Normalmente, una persona que sufre de alguna fobia es consciente de que su miedo es irracional, pero es incapaz de controlarlo. En relación a las Fobias investigamos otro concepto lo cual “es un temor patológico asociado a algún tipo especifico de estimulo o situación”. El paciente reconoce que su miedo es lógico y desproporcionado, pues el objeto fóbico no representa un peligro real para él. Las fobias se explican por el desplazamiento de la angustia interna e inconsciente sobre un objeto externo que adquiere de esta manera un valor simbólico. Las fobias es una reacción defensiva en la cual el paciente, en un intento por manejar su angustia, la desliga de una idea, objeto o situación especifica de su vida y la desplaza hacia una idea, objeto o situación especifica externa, con lo cual consigue tener reprimido y olvidado un trauma afectivo. Las fobias pueden aparecer como síntomas en una gran variedad de afecciones psiquiátricas, así como también en las personas normales. En las neurosis fóbica el síntoma predominante es la fobia, pero para que pueda ser considerada una enfermedad deben también estar presentes la evitación sistemática y los llamados mecanismos contrafóbicos. TRASTORNO OBSESIVO-COMPULSIVO: Este trastorno consiste en la persistente intrusión de pensamientos o impulsos desagradables en la conciencia del individuo, y en las urgencias irresistibles —compulsiones— a desarrollar acciones o rituales para reducir la ansiedad consiguiente. Ambas características se suelen dar juntas en este trastorno (por ejemplo, una persona obsesionada con la idea de que su vivienda puede ser saqueada y su familia atacada, comprobará de forma constante que todas las ventanas y puertas estén cerradas, numerosas veces al día; otro caso típico es el de las personas que tienen la compulsión de lavarse las manos constantemente). TRASTORNO POR ANGUSTIA DE SEPARACIÓN: Ocurre durante la infancia y consiste en un miedo irracional a estar separado de los padres. A menudo los adultos que sufren de agorafobia (miedo a espacios públicos abiertos) han sufrido la angustia de separación cuando eran niños. TRASTORNO POR ESTRÉS POSTRAUMÁTICO: Este término se acuñó después de la guerra del Vietnam para describir los síntomas psicopatológicos experimentados por los veteranos de guerra cuando retornaban al hogar. En la I Guerra Mundial se llamó ‘neurosis de guerra’, y en la II Guerra Mundial, ‘fatiga del combate’. Pero este trastorno no es exclusivo de estas situaciones, ya que puede aparecer después de cualquier tipo de desastre, como un accidente aéreo o una catástrofe natural. Los síntomas consisten en revivir los sucesos traumáticos, sufrir desarreglos del sueño, como pesadillas e insomnio, padecer ansiedad, distanciarse de los entornos normales, y perder el interés por las actividades que se realizaban antes de que ocurriera el desastre. PERSONALIDAD MÚLTIPLE: Trastorno extremadamente infrecuente en el que más de una personalidad coexiste en el mismo individuo. A menudo, una de las personalidades es inconsciente de lo que ocurre mientras la otra domina, por lo que aparecen periodos de amnesia. Este trastorno sigue a una experiencia infantil extremadamente traumática. TRATAMIENTO DE LAS NEUROSIS: Las neurosis pueden ser tratadas mediante el psicoanálisis, la psicoterapia o la modificación de conducta (especialmente en el caso de las fobias y de los trastornos obsesivo-compulsivos). En este tipo de trastornos, la medicación suele ser sólo un medio complementario para reducir los niveles de ansiedad, como la relajación o la hipnosis. Muchas de las neurosis responden bien al tratamiento y sus efectos perturbadores sobre el individuo se logran atenuar en gran medida. Aun cuando las neurosis se encuentran entre los trastornos más comunes de la practica médica, probablemente ninguna otra entidad clínica es, con tanta frecuencia, tan mal comprendida. En vez de utilizarlo exclusivamente para un grupo especifico de trastornos mentales, la palabra se ha vuelto de uso popular para describir trastornos emocionales de la más diversa naturaleza. Con mucha frecuencia se titula de "neuróticos" a individuos con un comportamiento excéntrico o un poco inestable. Trastornos de esta clase afectan de manera fisiológica y psicológicamente a los individuos que presentan este cuadro clínico. Manifestaciones: Las manifestaciones principales incluyen una angustia exagerada, síntomas histéricos, fobias, síntomas obsesivos y compulsivos y una depresión grave. Causas: "Rosenhan, D (1975). Funcionalmente las neurosis son reacciones inadecuadas a las causas del estress". (pp. 118) Se pueden presentar también después de un gran susto o disgusto. Comportamiento de las personas que sufren de neurosis: Muy a menudo la enfermedad incluye angustia y una exageración o hiperactividad de los mecanismos que emplea el paciente comúnmente para resolver su angustia y estress; la forma que adoptan los episodios neuróticos, corresponde a la personalidad del individuo que los sufre. Frecuencia con que se presentan las crisis: Los episodios neuróticos aparecen más frecuentemente entre los 25 y los 45 años y, con excepción de las neurosis hipocondríacas, siguen aumentando hasta los 60 años de edad. Aunque los síntomas neuróticos son raros durante la niñez, algunos rasgos de personalidad asociados con neurosis adultas pueden ser identificadas durante la pubertad. Las mujeres parecen ser más susceptibles a los rasgos histéricos y a las neurosis depresivas. "En 1973, Kolb, realizó estudios que indicaron que la neurosis de angustia y las neurosis depresivas juntas constituyen más del 80% de los episodios neuróticos que se ven en la práctica médica general". (pp. 509) Clasificación de las neurosis: "Ya es hora de reconocer la real clasificación de las neurosis, teniendo en cuanta todos y cada uno de los síntomas para no equivocarnos, pues la verdad en que son ocho los tipos de neurosis que hoy afectan al mundo" (Reich, P y Kelly, M, Medicina interna de Harrison, 1971, pp. 2324) Los tipos de neurosis están clasificados según sus características, dentro de estas hay ocho principales. Véase figura 1 y tabla 1 Figura 1 Clasificación de las neurosis Tabla 1 Características de las neurosis Tipo de neurosis Características Neurosis de angustia Angustia episódica difusa en Ataques; molestias somáticas Parestesias, mareos y pesimismo Neurosis fóbicas Miedos intensos irracionales Hacia objetos o situaciones; Ataques de angustia que pueden Coincidir con síntomas físicos Neurosis Pensamientos persistentes de Obsesivocompulsivas Contenido angustioso y actos Incontrolables, se nota depresión y sentido de culpa Neurosis depresivas Autocrítica excesiva en forma Episódica, disminución de la Confianza y de la autoestimación se acompaña de molestias físicas Neurosis neurasténicas Debilidad, fatigabilidad, con un Bajo grado de autoestimación Neurosis de Sentimientos de irrealidad y de Despersonalización Extrañeza hacia determinadas Partes del cuerpo, hacia sí mismo y hacia el ambiente, se pueden Presentar episodios de pánico Neurosis hipocondríacas Preocupación con respecto a los Procesos orgánicos, acompañados de quejas múltiples de tipo físico, es común la depresión Neurosis Histérica Tipo conversivo Parálisis paradójicas, crisis Convulsivas, diferencias sensoriales y dolor; viven una actitud de Indiferencia. Tipo disociativo Alteraciones de la conciencia y del Sentido de identidad, la angustia No es evidente. Nota: Características esenciales de los ocho principales tipos de neurosis. Neurosis de angustia: Este tipo de neurosis varía en su gravedad desde periodos de agitación moderada, hasta estados de profunda ansiedad caracterizados por una gran tensión. En las neurosis de angustia es posible que en forma transitoria se presenten otras manifestaciones neuróticas como las obsesiones, las fobias y las quejas de tipo hipocondríaco. Los trastornos de tipo fisiológico como palpitaciones, hiperventilación, excesiva sudación, temblores, insomnio, anorexia son unos de los mas nombrados por los neuróticos de angustia. Un episodio de angustia es una experiencia dolorosa y debilitante además los pacientes sufren de fatiga, debilidad e irritabilidad entre los episodios agudos de angustia. Los primeros sentimientos que tienen los pacientes son terror, hiperventilación, sofocación, mareo, parestesias y otras sensaciones amenazantes que llevan al paciente a buscar ayuda médica urgente. Neurosis hipocondríaca: Esta clase de neurosis aparece en varias formas a través de diferentes trastornos psiquiátricos. Puede llegar a convertir a la enfermedad en una expresión de sentimiento de culpa. Los síntomas expresan tanto su angustia como una parte de auto castigo y llevan al paciente a un aislamiento total de naturaleza inmadura en el cual buscan obtener una gran protección y un cuidado exagerado. En este caso se le debe informar al paciente sobre la situación neurológica que padece, para estimular su angustia con ayuda de especialistas y en algunos casos para que en sus episodios neuróticos exista un aislamiento entre el médico y el paciente; pues eso constituye un importante elemento de apoyo. Neurosis obsesivo-compulsiva: Aquí son extremadamente comunes las variaciones, el cuadro clínico de este tipo de neurosis es de los mas complicados y de los más dolorosos e incapacitantes. Los individuos más propensos a sufrir la neurosis obsesivocompulsiva son los de personalidad meticulosa, perfeccionista, rígida y en general personalidades inseguras que carecen de espontaneidad y son intolerantes a sus propias reacciones de furia. Sus pensamientos están dominados por las secuencias de ideas, el recuerdo de una escena de comportamiento perverso o de actos violentos. Todos los síntomas apuntados se acompañan de dudas, vacilaciones e indecisiones constantes. Las dudas pueden llegar a ser un verdadero delirio cuando en el momento de tomar una decisión importante no se puede posponer para más adelante. Se presentan a menudo rasgos depresivos y el paciente suele sentir un inevitable sentimiento de culpa o de vergüenza. Casi siempre el enfermo sufre de insomnio, inquietud y fatiga, resultantes de un gran estado de tensión. Neurosis depresivas: En este tipo de neurosis se presenta una reacción excesiva de depresión cuando ocurre un conflicto, sobre todo alguna perdida emocional. Las reacciones se caracterizan por una perdida de auto estimación, aparición de impulsos inhibitorios o de agresividad y distanciamiento de algunas personas. En los estados de depresión se expresa cierto grado de hostilidad por que esta agresividad hace sentir a la otra persona inútil, incapaz de agradar y rechazada. Neurosis neurasténica: Este trastorno se caracteriza por debilidad, fatigabilidad y sentimiento de encontrarse exhausto. Es muy común que existan depresión y sentimientos de autodesprecio. "La neurosis neurasténica es frecuente en la adolescencia tardía." (Feldman, R, 1998, pp. 406) Puede aparecer también a continuación de un episodio psicótico agudo. Neurosis de despersonalización: Aquí los síntomas dominantes son sentimientos de irrealidad y de extrañeza hacia sí mismo, hacia su cuerpo y hacia el ambiente. En algunos casos se encuentra asociada con las primeras etapas de una reacción esquizofrénica. Los síntomas de esta neurosis recuerdan algunos trastornos neurológicos que afectan a los lóbulos temporal y parietal. Neurosis histéricas: Las neurosis histéricas son menos frecuentes de lo que sugiere la palabra histeria. En este tipo de neurosis se identifican claramente dos clases: 1. De tipo conversivo, en la cual los síntomas incluyen a los sistemas neuromusculares y sensoriales. 2. De tipo disociativo, en la cual aparecen los trastornos de la conciencia. En algunos casos se tiene la impresión de que el paciente obtiene beneficios a partir de su estado de incapacidad lo cual lo lleva a confundir la enfermedad con la simulación. Los síntomas principales de las neurosis histéricas no están bajo el control consciente del paciente, así la verdadera simulación puede llegar a ser una manifestación de un trastorno de personalidad. Se ha comprobado que en algunos casos, los pacientes presentan alucinaciones visuales, aisladas no acompañadas de pensamientos falsos. El tipo de histeria de conversión presenta una enorme variedad de síntomas difusos, como parálisis motora o ceguera, trastornos del sistema nervioso, incluyendo temblores y parálisis localizadas, parestesias y estados variables de crisis de tipo epiléptico. Los estados disociativos surgen por la repentina emergencia del estado consciente de impulsos destructivos primarios; esos estados se presentan con cierta frecuencia después de que los pacientes han cometido un acto violento y llegan a constituir problemas en el juicio. Psicopatología Trastorno "Obsesivo - Compulsivo" Aspectos históricos del Trastorno Obsesivo-Compulsivo. El término obsesión proviene del latín obsessio, -onis; significa asedio, es utilizado como sustantivo para describir una perturbación anímica producida por una idea fija, o una idea que pertinazmente asalta a la mente de una persona. Desde el punto de vista de la patología es un síndrome de carácter ideativo y emocional, que consiste en la aparición de pensamientos o sentimientos que se imponen y van acompañados con estados de ansiedad; en este estado obsesivo hay una imposición de la idea obsesiva o de la emoción sobre el paciente variando en el grado de imposición pudiendo llegar a lo gravemente patológico tiranizando la voluntad del sujeto. Otra acepción del término obsesión es la aportada por The C.V.Mosby Co. (1989) que propone que es una idea, temor o impulso que se apodera del ánimo del paciente, dominándolo por completo y provocando un estado de ansiedad y angustia. Por su parte, Dorsch (1981) tiene en cuenta la derivación latina de obsidere que significa sitiar, cercar, y define el término como "idea, temor, acto que se presenta repetidamente y es sentido por el individuo como forzado, impuesto en contra de su voluntad". Sillamy (1974) considera el término obsesión como "preocupación intelectual o afectiva que acosa a la conciencia". Por otra parte, el término compulsión va íntimamente asociado al de obsesión, así pues la compulsión es la consecuencia de la obsesión, y que derivado del latín compulsio, -onis se como "apremio y fuerza que, por mandato de autoridad, se hace a uno, compeliéndole a que ejecute alguna cosa". The C.V.Mosby Co (1989) la define como "impulso irracional, irresistible y repetitivo de realizar un acto contrario a la razón que produce ansiedad si no se lleva a cabo, y suele ser resultado de una idea obsesiva". Dorsch (1981) lo define como "fuerza interior que determina y domina el pensamiento y la acción de una persona en contra de su voluntad y el individuo se siente coaccionado". Sillamy (1974) ve en el término la "tendencia a la repetición, donde el sujeto realiza actos irracionales sabiendo muy bien que no corresponden a ninguna razón lógica, y sólo para conjurar la angustia que nacería si no se realizase estas acciones". Como se ve en las definiciones anteriores es difícil diferenciar realmente una obsesión de una compulsión en el sentido de que en ambos términos se incluye tanto ideas, pensamientos, temor, emociones, impulsos, sentimientos y actos, junto al denominador común de la ansiedad. Es decir, en las definiciones anteriores no está delimitado cada uno de los componentes de la obsesión y/o de la compulsión. No obstante sí se ponen de manifiesto características diferenciales respecto a otros trastornos o psicopatologías, especialmente en cuanto a la diferenciación de neurosis/psicosis, en ningún caso se refiere que los sujetos con obsesiones o compulsiones presenten ideas delirantes o alucinaciones, sin embargo es algo que en algún momento del proceso del sujeto puede estar presente mediante síntomas de psicosis reactivas breves cuando la sintomatología de la neurosis obsesivo-compulsiva genera en el sujeto un grado de deterioro o alcanzan un grado de frecuencia e intensidad tal que su comportamiento puede verse afectado por síntomas de tipo psicótico; en otras ocasiones es difícil delimitar si la idea obsesiva puede corresponder a un trastorno de tipo paranoide o simplemente camufle una depresión o sea consecuencia de ésta. Una de las primera obras en referencia a la neurosis obsesivo-compulsiva es la de Freud (1896), posteriormente los escritos de Löwenfeld (1904) y de nuevo Freud (1923) con revisiones a su obra Paranoia y Neurosis Obsesiva donde expone el caso del llamado "hombre de las ratas", aquí hace referencia a los elementos básicos de la neurosis: la presencia de un deseo obsesivo, el temor contrario y enlazado a tal deseo, un afecto penoso y un impulso a la adopción de medidas defensivas (Pág. 114); en otro lugar (Pág. 178 ss) propone hablar de pensamientos obsesivos en tanto que los productos obsesivos pueden equivaler a muy diversos actos psíquicos, pudiendo ser determinados como deseos, tentaciones, impulsos, reflexiones, dudas, mandatos y prohibiciones; refiere que las "representaciones obsesivas" dan lugar a "delirios" que los identifica como el resultado mixto de las reflexiones razonables de un sujeto como oposición a su ideación obsesiva, ello significa que a través del lenguaje del paciente se observa tanto la idea obsesiva como su interpretación errónea emitida por el paciente encubriendo o deformándola y del mismo modo puede observarse a través de la fórmula protectora o conductas impulsivas. Manteniendo cierta línea psicodinámica y haciendo referencia a la psicopatología infantil Ajuriaguerra (1991) expone que las obsesiones y compulsiones se relacionan con un Yo limitado en la expresión de su pensamiento o en sus actos, limitación que se resuelve mediante la enfermedad, que un alivio transitorio pero inútil porque su porvenir es la repetición, caracterizándose esencialmente por la incoercibilidad, la lucha y la angustia. La edad media del comienzo del trastorno es a los 7 años y medio y su sintomatología lo suficientemente grave como para trabar la actividad general del niño. Otros autores como Collon (1960) y Prick (1952) plantean que los trastornos obsesivos pueden desarrollarse tempranamente pero verdaderamente el síndrome obsesivo no puede sentirse subjetivamente por debajo de cierta edad y de cierto nivel de maduración mental que se sitúa alrededor de los 7 años de edad. El comportamiento obsesivo-compulsivo en el niño no puede valorarse sólo como una descripción sintomática ya que "puede tener, considerando el momento evolutivo del niño, un valor de normalidad o de anormalidad". Estos autores en referencia a Piaget proponen que una ritualización convulsiva es inherente al desarrollo normal del niño ya que en el curso de todas sus actividades el niño ve al mismo tiempo placer y displacer, y el ritual se encuentra en todas las formas de aprendizaje, y llega el momento en el que el niño impone sus propios hábitos, así dependiendo de la intolerancia o de la complacencia inflexibles de los padres dependerá el riesgo de que el niño fije tales rituales. En el período de latencia, cuando el Yo comienza a afirmarse y a organizarse los mecanismos de defensa, reaparecen los rituales encontrándose comportamientos compulsivos de tipo manía de lavado, ritos al acostarse, actividades de orden, enumeración, recordatorios, necesidades de control, etc. y al mismo tiempo observarse rasgos de personalidad obsesivos como meticulosidad en los actos, perfeccionismo, elección precisa de expresiones verbales, inestabilidad o inhibición psicomotríz, focalización de actos en forma de tics y pensamiento lento o sin fluidez. Otros autores como Bender y Shilder (1940) diferencia la "compulsión" de la "impulsión", en estas últimas los niños están sujetos a ciertas actividades pero no consideran que sus ideas o actos sean anormales, ni se acompañan de reacciones ansiosas y se puede experimentar satisfacción a diferencia de las compulsiones. Ajuriaguerra (1991) clasifica el síndrome obsesivo en el curso de la pubertad o de la adolescencia en (1).obsesiones ideativas, (2)obsesión fóbica y (3).obsesiones impulsivas. En las primeras, ideativas, la característica esencial es la duda y la rumiación dialéctica de contrarios; en la segunda, fóbica, el rasgo importante es la fobia; y en la tercera, impulsiva, el temor a actuar o pensar de una forma determinada acompañándose con una lucha ansiosa que evita el cumplimiento del acto, encontrándose los caracteres propios de la obsesión. También afirma que la evolución de la sintomatología obsesiva puede generar otros cuadros sindrómicos o preceder a una desorganización psicótica, e incluso ser el mecanismo defensivo contra una psicosis, no obstante otros autores como Bollea y Giannotti (1972) consideran que la aparición de obsesiones y compulsiones están en la base depresiva de la personalidad, y Guareschi y Fabiani (1972) refieren que los síntomas obsesivo-compulsivos pueden ser manifestaciones de una psicosis depresiva de fondo, a una psicosis esquizofrénica, una depresión neurótica o una neurosis con defensa obsesiva. Como factores explicativos de la sintomatología obsesivo-compulsiva infantil, hay tres puntos de vista, uno el constitucionalista, otro el organicista y por último el psicodinámico. Los constitucionalistas valoran el factor hereditario, pero no se debe confundir herencia con psicopatología familiar. Los organicistas plantean que hay una correlación de las obsesiones-compulsiones con enfermedades como la epilepsia (Sauget y Delaveleye, 1958), la patología del sistema extrapiramidal (Gaston, Reda y Ciani, 1969), la encefalitis epidémica y la corea. Por último, los psicodinámicos consideran que el trastorno obsesivo-compulsivo depende en cuanto a sus manifestaciones y valor pronóstico de la cronología de su aparición; Lebovici y Diatkine (1957) plantean que el núcleo obsesivo es el resultado de una regresión de estructuras de la libido, con puntos de fijación pregenital y emergencia de impulsos, deseos y fantasmas sexuales agresivos, unidos a la angustia y culpabilidad, movilizando reacciones de defensa por parte del Yo bajo la influencia del Superyo; consideran que ciertas manifestaciones durante el primer año son pasajeras y normales siendo la primera estructuración del Yo, sin embargo pueden convertirse en patologías a partir de ciertas relaciones con una madre ansiosa y perfeccionista; por otro lado estos rituales pueden encontrarse en formas sintomáticas graves preneuróticas o prepsicóticas. Durante el período de latencia, puede llegar a decirse de manera paradójica que el Yo del niño es precisamente obsesivo todo él en este período, sin embargo algunos trastornos del comportamiento, así como tics y fobias pueden integrarse en el cuadro de una evolución neurótica de probable tipo obsesivo-compulsivo. En la adolescencia sí tiene ya una significación patológica normal presentándose como transitorio y cede rápidamente cuando se toma una actitud comprensiva hacia el adolescente. Sandler y Joffe (1965) plantean que el síndrome obsesivo puede ser transitorio, no son neuróticos los niños sino que los síntomas aparecen en el transcurso del desarrollo progresivo y no son una regresión sino que puede tratarse de una exageración de las formas normales de comportamiento. Proposiciones generales actuales. Vallejo-Nájera (1991) expone que las obsesiones son pensamientos insistentes que dominan al sujeto, al menos intermitentemente, pese a que éste los considere injustificados, absurdos, e intente librarse de ellos; propone que la diferencia principal con las ideas delirantes es que el obsesivo "sabe" que sus ideas son absurdas, pero no puede sustraerse a su influjo, mientras que el delirante cree que sus ideas delirantes son ciertas. Llama compulsiones al impulso patológico que lleva a realizar determinados actos o ceremoniales en relación con las ideas obsesivas; el paciente es de nuevo consciente de que estos actos son absurdos y desea librarse de ellos, pero sufre tal angustia al no realizarlos que cede a sus impulsos compulsivos. Las obsesiones y compulsiones suelen estar tan enlazadas que se presentan unidas en la neurosis obsesivo-compulsiva. Hace la diferencia entre el predominio de las obsesiones, llamándose neurosis obsesiva, o bien el predominio de las compulsiones llamándose neurosis compulsiva, aunque en general van unidas siendo mixtas y dando lugar a la llamada neurosis obsesivo-compulsiva. Polaino y Maldonado (1987) exponen que las obsesiones pertenecen al grupo de alteraciones del contenido del pensamiento, dentro de las cuales inlcuye los juicios repetidos y absurdos, la duda patológicas, la interrogación obsesiva y por último la idea obsesiva. Definen la obsesión como la presencia patológica de un pensamiento o impulso, persistente e irresistible, que no puede eliminarse mediante ningún esfuerzo lógico y que domina al sujeto, por lo menos intermitentemente, aún a pesar de considerarlo injustificado y absurdo e intentar librarse de él. El miedo obsesivo puede estar solapado con alguna fobia. El sujeto con obsesión se siente muchas veces obligado a realizar rituales específicos o estereotipados con el fin de disminuir los efectos ansiosos por sus pensamientos, estos actos son las compulsiones y que el paciente también considera conscientemente como absurdas. Polaino (1987) expone que las neurosis obsesivo-compulsivas son lo mas atormentador, los enfermos se ven forzados a pensar o realizar, contra su voluntad, ideas acciones siempre molestas y frecuentemente repugnantes por la índole inmoral y dolorosa de tales representaciones o impulsos. El enfermo sabe en todo momento que sus pensamientos no son normales, pero no acaba de desprenderse de la noción de que esos mismos pensamientos y gestos pueden tener cierto carácter significativo. El comportamiento compulsivo puede adquirir en casos extremos proporciones tales que las actividades habituales quedan anuladas sin que el enfrmo sea capaz por sí solo de llevar a cabo modificación alguna, siendo por tanto una de las alteraciones psíquicas más difíciles de tratar. La tendencia a la cronicidad es una constante; los esfuerzos del paciente por el autocontrol de estas ideas son infructuosos, a pesar de que reconozca la irrealidad de las ideas; sea como consecuencia de ellas o como característica acompañante es propio en estos pacientes la inhibición, el aislamiento social, la aparición de síntomas depresivos, las respuestas de ansiedad, las conductas estereotipadas en forma de rituales, el descenso de la autoestima y la baja tolerancia a la ambigüedad; según Kaplan (1981) las compulsiones podrían expresar el deseo infructuoso del paciente por controlar sus ideas obsesivas. Cuando el cuadro lleva muchos años de evolución la ansiedad deja paso a la depresión. Trastorno obsesivo-compulsivo Síntomas y trastornos asociados Características descriptivas y trastornos mentales asociados. Con frecuencia existe evitación de situaciones que se relacionan con el contenido de las obsesiones, como son la suciedad o la posibilidad de contraer enfermedades. Por ejemplo, un individuo obsesionado por la suciedad puede evitar las salas de espera públicas o estrechar las manos de las personas extrañas. Las preocupaciones hipocondríacas son frecuentes, traduciéndose en visitas repetidas al médico para que éste descarte cualquier enfermedad. También puede haber sensación de culpa, sentimientos patológicos de responsabilidad y trastornos del sueño. Cabe observar asimismo un consumo excesivo de alcohol o fármacos sedantes, hipnóticos o ansiolíticos. La realización de los actos compulsivos puede convertirse en una de las principales actividades diarias del individuo, traduciéndose en problemas conyugales, laborales o sociales. Los comportamientos permanentes de evitación pueden conducir a un confinamiento total del individuo en su propio hogar. El trastorno obsesivo-compulsivo puede asociarse a trastorno depresivo mayor, otros trastornos de ansiedad (fobia específica, fobia social, trastorno de angustia), trastornos alimentarios y trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad. Existe una alta incidencia de trastorno obsesivo-compulsivo en el síndrome de la Tourette, con unas cifras que oscilan entre el 35 y el 50 %. Por el contrario, la incidencia de síndrome de la Tourette en individuos con trastorno obsesivo-compulsivo es menor, situándose los porcentajes entre el 5 y el 7 %. Un 20-30 % de los individuos con trastorno obsesivo-compulsivo manifiestan la presencia actual o pasada de tics. Aunque el trastorno obsesivo-compulsivo se suele iniciar en la adolescencia o a principios de la edad adulta, también puede hacerlo en la infancia. La edad modal de inicio es menor en los varones que en las mujeres: entre los 6 y 15 años para los varones, y entre los 20 y 29 años para las mujeres. La mayor parte de las veces la aparición del trastorno es de carácter gradual, si bien se han observado casos de inicio agudo. La mayoría de los individuos presentan un curso crónico con altas y bajas, con exacerbaciones de los síntomas que podrían estar relacionadas con acontecimientos estresantes. Alrededor del 15 % muestra un deterioro progresivo de las relaciones sociales y ocupacionales. Aproximadamente un 5 % sigue un curso de carácter episódico, con síntomas mínimos o ausentes en los períodos intercríticos. La tasa de concordancia del trastorno obsesivo-compulsivo es superior en los gemelos homocigotos que en los dicigotos. La incidencia de trastorno obsesivo-compulsivo en parientes de primer grado de individuos con síndrome de la Tourette es superior a la observada en la población general. El trastorno obsesivo-compulsivo debe diferenciarse del trastorno de ansiedad debido a enfermedad médica. El trastorno de ansiedad relacionado con sustancias se diferencia del trastorno obsesivo-compulsivo porque las obsesiones o compulsiones se consideran etiológicamente relacionadas con esta sustancia (p. ej., drogas, fármacos o tóxicos). Los pensamientos, impulsos, imágenes o comportamientos recurrentes o intrusos pueden aparecer en el contexto de muchos otros trastornos mentales. El diagnóstico de trastorno obsesivo-compulsivo no debe efectuarse si el contenido de las ideas o rituales se relaciona exclusivamente con otro trastorno mental (p. ej., preocupación por la propia apariencia en el trastorno dismórfico corporal, inquietud por un objeto o situación temidos en la fobia específica o social, estiramiento del cabello en la tricotilomanía). El diagnóstico adicional de trastorno obsesivo-compulsivo puede seguir estando indicado si el contenido de las obsesiones o compulsiones no mantiene relación alguna con el trastorno mental concomitante. En el episodio depresivo mayor la constante cavilación sobre acontecimientos potencialmente desagradables o sobre posibles acciones alternativas es una característica frecuente y se considera un aspecto de la depresión congruente con el estado de ánimo más que un síntoma de trastorno obsesivo-compulsivo. El trastorno de ansiedad generalizada se caracteriza por preocupaciones excesivas, que se diferencian de las obsesiones por el hecho de que el individuo las experimenta como una inquietud excesiva referente a circunstancias de la vida real. En cambio, el contenido de las obsesiones no suele versar sobre problemas de la vida real, y el individuo las considera inapropiadas. Si estas ideas perturbadoras de carácter recurrente se relacionan exclusivamente con el miedo a padecer o estar padeciendo una enfermedad importante y este miedo deriva de la incorrecta interpretación de síntomas físicos, en vez de un trastorno obsesivo-compulsivo debe diagnosticarse una hipocondría. Sin embargo, si la preocupación por tener una enfermedad se acompaña de rituales como lavados o comprobaciones excesivas por el miedo a empeorar o bien a contagiar dicha enfermedad a los demás, puede estar indicado el diagnóstico adicional de trastorno obsesivo-compulsivo. Si existe una preocupación prominente por contraer la enfermedad (más que por padecerla) y no hay comportamiento ritual alguno, el diagnóstico más apropiado es fobia específica a la enfermedad. La capacidad de estos individuos para reconocer que las obsesiones o compulsiones resultan excesivas o irracionales se manifiesta a lo largo de un continuó. En ocasiones en el trastorno obsesivo- compulsivo el sentido de la realidad puede haberse perdido y la obsesión adquiere a veces dimensiones delirantes (p. ej., la creencia de que uno es el responsable de la muerte de otro individuo por el simple hecho de haberla deseado en algún momento). En estos casos la presencia de síntomas psicóticos puede hacerse constar mediante el diagnóstico adicional de trastorno delirante o trastorno psicótico no especificado. La especificación con poca conciencia de enfermedad puede ser útil en las situaciones que se encuentran a medio camino entre la obsesión y el delirio (p. ej., un individuo cuya preocupación por contraer una enfermedad, aunque exagerada, es menos intensa que en el trastorno delirante y se justifica por la ubicuidad innegable de los gérmenes). Las ideas delirantes de carácter recurrente y los comportamientos estereotipados extraños que se observan en la esquizofrenia se diferencian de las obsesiones y compulsiones por el hecho de no revestir carácter egodistónico y no ser congruentes con la realidad. No obstante, algunos individuos presentan síntomas de trastorno obsesivo-compulsivo y esquizofrenia a la vez, lo que justifica el diagnóstico simultáneo de ambos trastornos. Los tics (en el trastorno de tics) y los movimientos estereotipados (en el trastorno de movimientos estereotipados) deben diferenciarse de las obsesiones. A diferencia de los actos compulsivos, los tics y los movimientos estereotipados son típicamente menos complejos y no tienen como objetivo neutralizar una obsesión. Algunos individuos presentan síntomas de trastorno obsesivo-compulsivo y trastorno de tics a la vez, lo que puede justificar el diagnóstico simultáneo de ambos trastornos. Algunas actividades como comer (p. ej., trastornos alimentarios), el comportamiento sexual (p. ej., parafilias), el juego (p. ej., juego patológico) o el consumo de sustancias (p. ej., dependencia o abuso de alcohol), han recibido la calificación de «compulsivas» cuando se llevan a cabo de forma excesiva. Sin embargo, y según la definición recogida en este manual, no pueden considerarse compulsiones toda vez que la persona suele obtener placer a través de dichas actividades y muchos desean abandonarlas debido a sus consecuencias perjudiciales. Aunque el trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad y el trastorno obsesivo-compulsivo comparten semejanzas nominales, las manifestaciones clínicas de estos trastornos son bastante diferentes. El trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad no se caracteriza por la presencia de obsesiones o compulsiones; el individuo, ya al principio de la edad adulta, está permanentemente preocupado por el orden, el perfeccionismo y el control. Si el individuo presenta síntomas de ambos trastornos, puede estar indicado el diagnóstico simultáneo de trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad y trastorno obsesivo-compulsivo. Las supersticiones y los comportamientos repetidos de comprobación son frecuentes en la vida cotidiana. En estos casos sólo debe considerarse el diagnóstico de trastorno obsesivo-compulsivo si aquellos suponen una pérdida diaria de tiempo significativa o dan lugar a un acusado deterioro de la actividad global del individuo o a un malestar clínicamente significativo. Un trastorno de la personalidad es un patrón permanente e inflexible de experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o principio de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar o perjuicios para el sujeto. Criterios para el diagnostico de trastorno obsesivo-compulsivo A. Se Cumple para las obsesiones y las compulsiones: Las obsesiones se definen por (1), (2), (3) y (4): 1. Pensamientos, impulsos o imágenes recurrentes y persistentes que se experimentan en algún momento del trastorno como intrusos e inapropiados, y causan ansiedad o malestar. 2. Los pensamientos, impulsos o imágenes no se reducen a simples preocupaciones excesivas sobre problemas de la vida real. 3. La persona intenta ignorar o suprimir estos pensamientos, impulsos o imágenes, o bien intenta neutralizarlos mediante otros pensamientos o actos. 4. La persona reconoce que estos pensamientos, impulsos o imágenes obsesivos son el producto de su mente (y no viven impuestos como en la inserción del pensamiento). Las compulsiones se definen por (1) y (2): 1. Comportamientos p. Ej. Lavado de manos, puesta en orden de objetos, comprobaciones) o actos mentales (p.ej., rezar, contar o repetir palabras en silencio) de carácter repetitivo, que el individuo se ve obligado a realizar en respuesta a una obsesión o con arreglo a ciertas reglas que debe seguir estrictamente. 2. El objetivo de estos comportamientos u operaciones mentales es la prevención o reducción del malestar o la prevención de algún acontecimiento negativo; sin embargo, estos comportamientos u operaciones mentales o bien no están conectados de forma realista con aquello que pretende neutralizar o prevenir o bien resultan claramente excesivos. A. En algún momento del curso del trastorno la persona ha reconocido que estas obsesiones o compulsiones resultan excesivas o irracionales. Nota: Este punto no es aplicable en los niños. B. Las obsesiones o compulsiones provocan un malestar clínico significativo, representan una pérdida de tiempo (suponen más de 1 hora al día) o interfieren marcadamente con la rutina diaria del individuo, sus relaciones laborales o su vida social. C. Si hay otro trastorno en el Eje 1, el contenido de las obsesiones o compulsiones no se limita a él (p.ej. preocupaciones por la comida en un trastorno alimentario, arranque de cabellos en la tricotilomanía, inquietud por la propia apariencia en el trastorno dismórfico corporal, preocupación por las drogas en un trastorno por consumo de sustancias, preocupación por estar padeciendo una grave enfermedad en la hipocondría, preocupación por las necesidades o fantasías sexuales en una parafilia o sentimientos repetitivos de culpabilidad en el trastorno depresivo mayor) D. El trastorno no se debe a los efectos fisiológicos directos de una sustancia (p.ej. drogas, fármacos) o de una enfermedad médica. Trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad Síntomas y trastornos asociados Cuando las normas y los protocolos establecidos no dictan la respuesta correcta, la toma de decisiones se convierte en un proceso de larga duración y a menudo doloroso. Los sujetos con trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad tienen tantas dificultades para decidir qué tareas son prioritarias o cuál es la mejor forma de hacer alguna cosa concreta, que puede ser que nunca empiecen a hacer nada. Tienen tendencia a trastornarse o enfadarse en las situaciones en las que no son capaces de mantener el control de su entorno físico o interpersonal, si bien es típico que la ira no se exprese de manera abierta. Por ejemplo, una persona puede enfadarse si el servicio de un restaurante es malo, pero, en lugar de quejarse a la dirección, meditará sobre cuánto va a dejar de propina. En otras ocasiones, la ira puede expresarse con una indignación justiciera por lo que aparenta ser una cuestión secundaria. Las personas con este trastorno están especialmente atentas a su status respecto a las relaciones de dominio-sumisión y muestran una deferencia exagerada a una autoridad a la que respetan y una resistencia exagerada a una autoridad que no respetan. Los individuos con este trastorno suelen expresar afecto de forma muy controlada o muy ampulosa y se sienten muy incómodos en presencia de otras personas emocionalmente expresivas. Sus relaciones cotidianas son serias y formales, y pueden estar serios en situaciones en que los demás ríen y están contentos (p. ej., al dar la bienvenida a la novia en el aeropuerto). Se contienen cautelosamente hasta estar seguros de que lo que van a decir es perfecto. Pueden estar preocupados por lo lógico y lo intelectual y ser intolerantes con el comportamiento afectivo de los demás. Es frecuente que les cueste expresar sentimientos de ternura y es raro que hagan halagos. Los sujetos con este trastorno pueden experimentar dificultades y malestar laborales, especialmente al enfrentarse a situaciones nuevas que exijan flexibilidad y transigencia. Aunque algunos estudios sugieren una asociación con el trastorno obsesivo-compulsivo, parece que la mayoría de las personas con un trastorno obsesivo-compulsivo no tienen un patrón de comportamiento que cumpla los criterios para el trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad. Muchos de los rasgos del trastorno obsesivo-compulsivo de la personalidad se solapan con las características de la personalidad «tipo A» (p. ej., hostilidad, competitividad y sensación de urgencia), y estas características pueden darse en la gente con riesgo de sufrir un infarto de miocardio. P
http://www.tecnoiuris.com/venezuela/hemeroteca/derecho-laboral/estres-108.html

¿Por qué personas buenas realizan actos crueles?

 El ser humano es bueno, pero puede llevar a cabo actos crueles.


Todos hemos escuchado sobre el Holocausto impulsado por el Nazismo y sufrido por  judíos (unas 6 millones de víctimas), gitanos, homosexuales, testigos de Jehová y discapacitados, entre otros:
· Este es el caso más famoso de genocidio (aniquilación de un grupo étnico, racial, religioso o político) pero hay otros igual de crueles, como el ocurrido en Camboya (3 millones de víctimas) o Ruanda (de 1 a 2 millones).
· Estos genocidios fueron impulsados por dirigentes poderosos (Adolf Hitler en Alemania o Pol Pot en Camboya, como líder de la guerrilla maoísta Khmer Rouge) que contaron con el respaldo de personas comunes que se comportaron en forma violenta contra otros que fueron, en ciertos casos, sus vecinos o amigos.
· El genocidio es la expresión máxima de la crueldad pero existen otras expresiones, como golpear o insultar a un inmigrante, donde personas `normales´ (trabajadoras, honradas, amables) agreden a otros seres humanos.
Este curso se enfoca en un aspecto clave: ¿Por qué razón personas comunes cambian su comportamiento y apoyan acciones crueles contra otros seres humanos?
· Este curso solo pretende ser una breve introducción al tema, concentrándose en la presentación del modelo desarrollado por el psicólogo canadiense Albert Bandura.


¿Qué es la exclusión social?

La exclusión social consiste en negarle a una persona las oportunidades a las que tiene derecho porque es `diferente a nosotros´.
Todos identificamos diferencias, pero eso no es excluir.
Identificar diferencias es clave en la vida diaria: un técnico de fútbol analiza las habilidades de sus jugadores y los clasifica como `titulares´ y `suplentes´, y es obligatorio que lo haga porque solo once jugadores pueden ser titulares.
La exclusión surge cuando a una persona se le niegan o restringen sus oportunidades para pertenecer a una sociedad.
Siguiendo el ejemplo, el color de piel es una característica neutral (negra, blanca) que sirve para identificar a las personas, pero solo es una diferencia cuando se le atribuye una connotación negativa.
Si el director técnico observa a un jugador de fútbol de piel negra con méritos para ser titular pero, basado en una connotación negativa (quien tiene piel negra es perezoso) le impide jugar, en ese momento lo está excluyendo.
La exclusión es la condición básica que provoca el racismo,


 Exclusión social: el racismo es más que el odio racial

Michel Foucault denomina `racismo´ no solo al desprecio por una raza, sino a la acción por la cual un ser humano excluye y, adicionalmente, piensa que el grupo es una amenaza para la sociedad.
El filósofo francés Michel Foucault indica lo siguiente:
Las sociedades no son homogéneas: están conformadas por grupos sociales. Los grupos están formados por individuos relacionados por alguna característica común, tal como la clase social, la raza o el nivel cultural. A los grupos sociales se les asignan características comunes y sus integrantes reciben un tratamiento similar, por encima de sus condiciones individuales.
· La sociedad está conformada por diferentes grupos en donde el poder no es equitativo, es decir, hay grupos que tienen más posibilidades de imponer sus reglas y controlar a otros grupos.
· Ciertos grupos sociales poderosos consideran que otros `diferentes´ (por lengua, raza, religión, costumbres, nivel socioeconómico) no deben contar con las mismas oportunidades que el resto de la sociedad y que sus diferencias son una amenaza para el funcionamiento social.
Para Foucault, el racismo es ´la ruptura entre lo que debe vivir y lo que debe morir´.
Pero el término `morir´ no se limita al asesinato, sino a exponer a un grupo social al riesgo de morir físicamente (negación a comida, salud) o políticamente (limitación de sus derechos como ciudadanos).
· En Europa Occidental se han incrementado los ataques contra inmigrantes con diferente religión (musulmanes), color de piel (africanos o latinoamericanos), lenguaje (Europa del este); debido a que grupos extremistas lo identifican como personas que merecen menos respeto a sus derechos y, por tanto, pueden ser atacados.
`La heterofobia no es otra cosa que el rechazo al otro, a lo distinto.
Los seres humanos queremos parecernos a los demás y
 que los demás se parezcan a nosotros´.
  Fernando Savater.


Tipos de exclusión: las acciones crueles inician con acciones pequeñas

 

En una sociedad que permite la exclusión es más probable que una persona realice `conductas reprobables´ contra otros, generando daños.
Susan Opotow, profesora de la Universidad de Massachusetts, indica que la exclusión ocurre `cuando individuos o grupos son percibidos como fuera de las fronteras en las cuales los valores morales, las reglas y las consideraciones de equidad aplican. Aquellos que son moralmente excluidos son percibidos como personas sin identidad, utilizables, o inservibles. En consecuencia, el daño o la explotación hacia ellos aparentemente es apropiado, aceptable o justo´.
Siempre los actos más crueles inician como actos pequeños de violencia.
Opotow distingue dos tipos de exclusión:
· Forma sutil: se presenta en situaciones de aparente calma, donde la injusticia surge por el poco o ningún interés en las necesidades del `otro´. En estos casos no hay ataque directo pero se establecen condiciones que exponen a la muerte real (negarle el derecho a la salud) o política (negar la posibilidad de educación).
· Forma severa: se presenta en situaciones extremas, marcadas por actitudes de violencia. Por ejemplo, la represión política, los genocidios o la esclavitud.
La exclusión es una propiedad emergente, que surge de la interacción y la modificación de la relación `individuo - grupo - sistema social´.
· Cuando cambia la forma en que un grupo social es percibido por los otros, cambia la forma en que se ve a los individuos que lo componen (se les empieza a ver como `diferentes´ y `peligrosos´).
· Las personas que pertenecen a un grupo social empiezan a cambiar sus opiniones personales, haciéndolas más parecidas a lo que opina su grupo.
Este cambio en nuestra forma de pensar, alineándonos o no con lo que opina nuestro grupo social, lo realizamos conforme a nuestros 'controles internos'



¿Qué es el mecanismo de autosanción?

 todos tenemos un control interno que se activa cuando pensamos o hacemos una acción `incorrecta´ (en contra de nuestros valores y creencias). Este es el mecanismo de autosanción.

En el individuo, las acciones que realiza son reguladas por un `estándar interno´ que usa para saber si una acción es `correcta´ (debería realizarlo) o `incorrecta´ (no debería realizarlo). Este control se denomina Mecanismo de autosanción: cuando la persona piensa en llevar a cabo una acción `incorrecta´ (por ejemplo: burlarse de otro) se sanciona a sí misma (se siente culpable, trata de reparar a quien afectó, etc.).
Cuando hay problemas entre los grupos sociales cambia la forma de ver a los otros. Tomaremos como ejemplo el caso de Ruanda:
· El genocidio Ruandés ocurrió entre 1991 y 1994 y fue impulsado por la etnia dominante Hutu, que atacó y asesinó a 2 millones de personas pertenecientes a la etnia minoritaria Tutsi (los muertos corresponden al 75% de los integrantes de esta etnia).
· Este genocidio fue generado por causas económicas y políticas en un ambiente violento debido a la enemistad ancestral entre estas etnias, existiendo un gran resentimiento entre ciertos sectores de Hutus y Tutsis.
· El General Juvenal Habyarimana, presidente de Ruanda, se encargó de establecer un ambiente propicio para la agresión, estableciendo grupos paramilitares y generando propaganda racista a través de la radio, donde se invitaba a la población civil a torturar y asesinar Tutsis.
En ambientes de este tipo, las personas son impulsadas a realizar acciones `incorrectas´ (en contra de sus creencias morales) y actuarán de alguna de estas formas:
1. La persona no cambia su concepción y sigue pensando que la acción es incorrecta. La película `Hotel Rwanda´ (Terry George, 2004) muestra la historia de Paul Rusesabagina, quien arriesgó su vida actuando en contra de la agresión Hutu y salvando a más de 1.200 Tutsis y Hutus moderados.
2. Ante un ambiente social favorable a la agresión se cambia la forma de ver el mundo y el control moral de las personas se debilita, por lo que una acción que antes era `incorrecta´ puede y, en ciertos casos, debe ser realizada.
Este fenómeno se denomina `desactivación del control moral´


El modelo de desactivación del control moral de Albert Bandura

 

Si se `desactivan´ las autosanciones´, las personas estarán más dispuestas a llevar a cabo actos crueles contra otros.
El psicólogo canadiense Albert Bandura propone un modelo que explica la forma en que el mecanismo de autosanción de cada persona se debilita y lo lleva a hacer actos de gran crueldad hacia otros.
Cuando se comete un acto `incorrecto´, la autosanción se activa, haciendo que la persona se sancione a sí misma (¡no debí hacerlo!). Si hay un ambiente social ambiguo, donde no es claro que es `correcto´ (por ejemplo: una sociedad indiferente ante los problemas de los inmigrantes), es posible que ciertas acciones que eran consideradas `incorrectas´ ahora no lo sean. Frente a esto, el mecanismo de autosanción se hace menos estricto, por lo que comportamientos que antes eran reprobables ahora no lo son. Ahora, si la persona comete nuevamente el mismo acto, la autosanción no se activa, por lo que la persona no se sanciona.
· Así, el control interno de la persona cambia, haciendo que ejecute acciones que antes consideraba `incorrectas´; y este comportamiento refuerza su medio social, haciendo que más personas piensen que ciertos actos crueles no lo son y, por tanto, pueden ser realizados.
Este es el modelo que propone Bandura para explicar la forma en que se `desactivan´ las autosanciones:
El modelo de desactivación del control moral de Albert Bandura
En los siguientes correos se seguirá este modelo y se presentarán los siguientes conceptos:


¿Qué es una conducta reprobable?

El primer paso para la crueldad es realizar conductas reprobables.
Una conducta reprobable es una acción que hace una persona y que ella, o el grupo social, piensa que es `incorrecta´.
· Al actuar en forma reprobable la persona tiene este dilema: ¿Fui bueno?, ¿Fui justo?, ¿Este acto está bien?
· Ante la angustia, la persona tiene dos caminos: tratar de remediar el daño o tratar de convencer a otros que su acción sí fue correcta.
Cuando se opta por convencer a otros, hay dos formas básicas para hacerlo:
Justificación moral:
Se justifica la injusticia atribuyendo a las víctimas una característica negativa (¡Sí, lo hice!... Pero ellos se lo merecían).
· Es común el uso de estereotipos: Los grupos racistas justifican sus actos diciendo que los judíos son `usureros´ o que los latinoamericanos son `ladrones´.
Gran parte de las justificaciones morales surgen de conflictos que no han sido resueltos y siguen transmitiéndose a través de generaciones, lo que el Che Guevara exaltaba en su testamento como «El odio eficaz es el que hace del hombre una violenta, selectiva y fría máquina de matar...».
 Lenguaje eufemístico:`palabras que disfrazan otras palabras´
 Los eufemismos se usan para llamar a ciertas acciones de otra forma, dando un estatus respetable a acciones que no lo son.
Los eufemismos más poderosos son las expresiones paliativas, aquellas que minimizan las acciones brindándoles otra connotación.
El término `Limpieza social´ se usa para referirse a la matanza de indigentes, delincuentes y prostitutas... ¿Acaso limpiar es malo? En Colombia, a los indigentes se les denomina `desechables´, siendo una palabra de uso común que ayuda a que la `limpieza social´ no parezca tan grave: Una de las acepciones para `desechable´ según la Real Academia es "adj. Que ya no es aprovechable y puede tirarse".
Las justificaciones morales y los eufemismos son útiles para que un comportamiento `incorrecto´ ahora se le considere `correcto´.
· Los Nazi crearon un término, lebensunwerten Lebens (vida indigna de vida), que les permitía identificar quién podía vivir y quién no.
El ambiente social es clave para fortalecer o debilitar este contro interno, dando validez o rechazando las justificaciones morales ante actos reprobables.

¿Por qué se debilita el control moral de las personas?

El control social se debilita cuando se corta el vínculo entre los actos realizados y sus consecuencias.
La estructura social es clave para fomentar conductas reprobables.
El individuo puede justificar sus acciones reprobables ante otros, pero su grupo social es fundamental para aceptar o rechazar sus actos. En ocasiones la estructura social y, en especial, el grupo social, ofrece alternativas para que la persona no se sienta culpable por sus actos.
Hay dos formas básicas que permiten desvincular los actos crueles de las consecuencias.
Difusión de responsabilidad: Si la persona se siente respaldada por el grupo, su sentimiento de culpa ante la conducta reprobable será mínimo.
· Las `barras bravas´ son un ejemplo de un grupo social que tiene sus creencias (`apoyamos al mejor equipo´) y donde sus miembros se sienten respaldados por el anonimato para llevar a cabo acciones violentas. Ninguno es culpable: la barra lo hizo.
Desplazamiento de responsabilidad: Si alguien con autoridad (presidente, líder de grupo) acepta la responsabilidad por las consecuencias que una conducta conlleva, este respaldo hace que el  individuo actúe sin sentir culpa.
· Por esto, es común que los gobiernos genocidas busquen formas de identificar a los grupos excluidos: esto facilita la identificación de las víctimas y da legalidad a los actos (yo no fui quien decidió que debía ser maltratado: mi líder lo dijo). Ejemplos de estas acciones son el triángulo rosa que portaban los homosexuales durante la Alemania Nazi, o la orden del Khmer Rouge durante el genocidio Camboyano de aniquilar a todos los intelectuales por amenazar al Estado campesino impuesto por ellos (bajo esta premisa, cualquier persona con gafas o que hablara un idioma extranjero era asesinada).
La evasión de la responsabilidad individual ayuda a que se minimice (`el problema existe, pero esos datos son una exageración´), ignore (`eso nunca pasó') o justifique (`no tuvimos más opción´) las consecuencias de los actos reprobables (lo que en este modelo se denomina efectos detrimentales).
· El Revisionismo es una teoría que cuestiona el Holocausto, afirmando que este nunca existió o que ocurrió pero en escala mínima (indicando, por ejemplo, que no hubo asesinatos en masa).
"Perderte no es una pérdida. Conservarte no es de ninguna utilidad".
Frase en el Manual del Khmer Rouge

 Cuando se desactiva el control moral, cambia la forma de ver a las víctimas

Cuando se desactiva el control moral, la persona puede llevar a cabo acciones crueles que no haría en condiciones normales,cambiando su comportamiento hacia otros individuos.
El control moral se desactiva cuando la persona:
· Siente que sus conductas reprobables son justificadas.
· Desvincula sus conductas reprobables con las consecuencias negativas para otros (efectos detrimentales).
Hay tres formas básicas de ver a las víctimas de actos crueles cuando los controles morales se desactivan:
Como un `subhumano´:
La forma más común de deshumanización es la atribución de cualidades bestiales, tal como llamar a las personas `salvajes´, `bestias´, `cerdos´. En el genocidio Ruandés, los Tutsis eran llamados `Cucarachas´.
· Esto también se presenta en formas sutiles de exclusión: Cuando las 'barras bravas' llaman 'simios' a los jugadores africanos, como Samuel Eto'o, y entonan cánticos imitando a chimpancés, se ignoran sus cualidades (ellos son talentosos y exitosos) al ser vistos como `animales´ que no merece el mismo respeto que otros futbolistas.
Por esto, una práctica común al cometer actos crueles es desnudar a las víctimas, quitándoles su condición humana. Esto se ha visto en muchas situaciones, desde  el Holocausto hasta hechos como el de la prisión de Abu Ghraib en Irak.
Como culpable de su suerte:
La persona que comete el acto cruel piensa que su actitud excluyente es impulsada (casi obligada) por la actitud del otro.
· Cuando un inmigrante es golpeado y algún sector afirma que es `el precio que pagan algunos por vivir mejor´ se le asigna parte de culpa (él decidió vivir en Europa a apropiarse de nuestros empleos) y el maltrato se hace algo permisible.
Como víctima de las circunstancias:
Una forma de justificar actos crueles a gran escala, como el genocidio, es el `agente impersonal´, es decir, atribuir la culpa a un ente difuso.
Los grupos de 'limpieza social' son un ejemplo de un agente que puede apoyarse sin necesidad de involucrarse en sus acciones.
En el siguiente correo se presenta un ejemplo sobre la forma en que la desactivación del control moral cambia la forma de ver a las víctimas.

Ejemplo: situación de lesbianas, gays, bisexuales y trans (LGBT)

"Los homosexuales son unos cerdos,  por lo tanto, no son seres humanos"
Robert Mugabe. Presidente de Zimbabwe..
A continuación, vemos un ejemplo de este modelo en el caso de la población Lesbiana, Gay, Bisexual y Trans (LGBT):
· Dentro de una sociedad, se les identifica como un grupo social diferente por su identidad o preferencia sexual.
· Algunos miembros de la sociedad piensan que ciertas normas son inválidas para estos grupos, por ejemplo, la libertad de expresar su sexualidad en público.
· Las normas de equidad no funcionan para ellos: deben reprimirse o serán excluidos. Por esto, tienen más probabilidad de sufrir daños que los heterosexuales.
· Se fomenta un ambiente agresivo hacia ellos, entendiendo la agresión como el reclamo ilegítimo a través de la fuerza.
En este contexto:
· Se justifica el maltrato por ser `inmorales´ (preceptos religiosos) o `antirrevolucionarios´ (ideas políticas).
· Se les deshumaniza, considerándolos seres en contra de la naturaleza, por lo que son tratados como `enfermos´, `animales´ o `degenerados´.
· Se les considera culpables de su situación y merecen ser perseguidos porque son identificados como `amenaza para la familia´ y `corruptores de menores´.
· Debido a su desafío a las normas sociales dominantes son merecedores de su destino. Incluso, son culpables del maltrato hacia ellos porque podrían cambiar y se niegan a hacerlo.
· Se les observa como víctimas de las circunstancias: Su condición sexual los expone a la agresión y la ira, incluso de Dios, quien envió el SIDA para castigarlos.
· Este ambiente social ha desactivado los controles morales de un grupo de personas que actúan contra ellos. Esto permite que acciones crueles como la `limpieza´ social' sean consideradas `cosas que les pasa por ser como son´.
Esta desactivación del control moral abre las puertas a los comportamientos de exclusión, tanto en formas `fuertes´ (la agresión, la violación, la represión), como `sutiles´ (la burla, el aislamiento, el menosprecio).
En el siguiente capítulo se presenta un breve resumen de lo visto y una reflexión final sobre el tema.

Resumen y reflexión final

· La exclusión social surge cuando una sociedad justifica el trato no equitativo hacia unos grupos, debido a características que los hacen `diferentes´.
· Existen formas sutiles y fuertes para excluir a otros, y siempre las formas más crueles de comportamiento inician con formas menos agresivas.
· La persona cuenta con un mecanismo de autosanción que se activa cuando va a cometer o ha cometido un acto incorrecto.
· Esta autosanción se debilita cuando la sociedad es permisiva con los actos agresivos hacia ciertos grupos sociales.
· Cuando la persona realiza una conducta reprobable, crea justificaciones y eufemismos para demostrar a otros que su acción fue correcta.
· Si la persona, cuando realiza la conducta reprobable, no se siente culpable directo de sus actos tendrá más facilidad para llevarlo a cabo y minimizar el daño que le ha causado a otros.
· De esta forma, no se activará su autosanción al ver a las víctimas de sus actos, porque pensará que son inferiores y no merecen el mismo trato que otras personas, o son éstas han sido culpables de su situación, o simplemente han tenido mala suerte.
Reflexión final:
 La `ley cruda de las relaciones sociales´ de Deutsch indica que los síntomas que incitan a la exclusión son disparados por la misma exclusión, instigando un círculo vicioso que se refuerza en el tiempo.
Por este motivo, cada persona debe identificar y rechazar las actitudes en su sociedad que estimulan el trato desigual (por ejemplo, la permisividad hacia casos aislados de agresión a inmigrantes) porque, de otra forma, lentamente cambiarán el entorno social, generando ambientes propicios para la agresión a gran escala.
· El genocidio Ruandés ocurrió en una sociedad tribal atrasada económicamente, mientras el Holocausto se desarrolló en países altamente desarrollados. El Holocausto fue impulsado por el fascismo y el genocidio Camboyano por el socialismo: ninguna sociedad está libre de caer en comportamientos de gran crueldad.

Bibliografía

BANDURA, Albert. Selective Activation and Disengagement of moral control. En: Journal of Social Issues. Vol. 46, No. 1; 1990;  27 - 46 p.
FOUCAULT, Michel. Genealogía del Racismo. Madrid: Las ediciones de la Piqueta, 1992. 282 p.
OPOTOW, Susan. Moral Exclusion and injustice: An introduction. En: Journal of Social Issues. Vol. 46; No. 1; 1990; 1 - 20 p.
En Internet:
Sobre Albert Bandura.
http://www.ship.edu/~cgboeree/bandura.html
http://thinkexist.com/quotation/moral_justification_is_a_powerful_disengagement/154840.html
Sobre el Genocidio en Ruanda
http://www.un.org/spanish/events/rwanda/
http://www.homohominisacrares.net/sec/historia/rwanda/ruanda1.htm
http://es.wikipedia.org/wiki/Genocidio_de_Ruanda
Sobre el Genocidio Camboyano
http://www.liberalismo.org/articulo/126/20/
http://www.monografias.com/trabajos23/pol-pot/pol-pot.shtml
http://es.wikipedia.org/wiki/Genocidio_camboyano
Racismo, exclusión y limpieza étnica en Europa.
http://jinuj.net/articulos_ver.php?id=284
The Psychology of Genocide.
http://www.cranepsych.com/Travel/Bosnia/Genocide_psych.html
Internet Centre Anti Racism Europe.
http://www.icare.to/main.php?es

fuente:http://www.mailxmail.com/curso-causas-consecuencias-crueldad-humana

sabios-consejos-de-gurdjieff-a-su-hija-para-transitar-por-el-camino-de-la-vida


1. Fija tu atención en ti mismo, sé consciente en cada instante de lo que piensas, sientes, deseas y haces.
2. Termina siempre lo que comenzaste.
3. Haz lo que estás haciendo lo mejor posible.
4. No te encadenes a nada que a la larga te destruya.
5. Desarrolla tu generosidad sin testigos.
6. Trata a  cada persona como si fuera un pariente cercano.
7. Ordena lo que has desordenado.
8. Aprende a recibir, agradece cada don.
9. Cesa de autodefinirte.
10. No mientas ni robes, si lo haces te mientes y te robas a ti mismo.
11. Ayuda a tu prójimo sin hacerlo dependiente.
12. No desees ser imitado.
13. Haz planes de trabajo y cúmplelos.
14. No ocupes demasiado espacio.
15. No hagas ruidos ni gestos innecesarios.
16. Si no la tienes, imita la fe.
17. No te dejes impresionar por personalidades fuertes.
18. No te apropies de nada ni de nadie.
19. Reparte equitativamente.
20. No seduzcas.
21. Come y duerme lo estrictamente necesario.
22. No hables de tus problemas personales.
23. No emitas juicios ni críticas cuando desconozcas la mayor parte de los hechos.
24. No establezcas amistades inútiles.
25. No sigas modas.
26. No te vendas.
27. Respeta los contratos que has firmado.
28. Sé puntual.
29. No envidies los bienes o los éxitos del prójimo.
30. Habla sólo lo necesario.
31. No pienses en los beneficios que te va a procurar tu obra.
32. Nunca amenaces.
33. Realiza tus promesas.
34. En una discusión ponte en el lugar del otro.
35. Admite que alguien te supere.
36. No elimines, sino transforma.
37. Vence tus miedos,  cada uno de ellos es un deseo que se camufla.
38. Ayuda al otro a ayudarse a sí mismo.
39. Vence tus antipatías y acércate a las personas que deseas rechazar.
40. No actúes por reacción a lo que digan bueno o malo de ti.
41.  Transforma tu orgullo en dignidad.
42.  Transforma tu cólera en creatividad.
43.  Transforma tu avaricia en respeto por la belleza.
44.  Transforma tu envidia en admiración por los valores del otro.
45.  Transforma tu odio en caridad.
46. No te alabes ni te insultes.
47. Trata lo que no te pertenece como si te perteneciera.
48. No te quejes.
49. Desarrolla tu imaginación.
50. No des órdenes sólo por el placer de ser obedecido.
51. Paga los servicios que te dan.
52. No hagas propaganda de tus obras o ideas.
53. No trates de despertar en los otros emociones hacia ti como piedad, admiración, simpatía, complicidad.
54. No trates de distinguirte por tu apariencia.
55. Nunca contradigas, sólo calla.
56. No contraigas deudas, adquiere y paga en seguida.
57. Si ofendes a alguien, pídele perdón.
58. Si lo has ofendido públicamente, excúsate en público.
59. Si te das cuenta de que has dicho algo erróneo, no insistas por orgullo en ese error y desiste de inmediato de tus propósitos.
60. No defiendas tus ideas antiguas sólo por el hecho de que fuiste tú quien las enunció.
61. No conserves objetos inútiles.
62. No te adornes con ideas ajenas.
63. No te fotografíes junto a personajes famosos.
64. No rindas cuentas a nadie, sé tu propio juez.
65. Nunca te definas por lo que posees.
66. Nunca hables de ti sin concederte la posibilidad de cambiar.
67. Acepta que  nada es tuyo.
68. Cuando te pregunten tu opinión sobre algo o alguien, di sólo sus cualidades.
69. Cuando te enfermes, en lugar de odiar ese mal considéralo tu maestro.
70. No mires con disimulo, mira fijamente.
71. No olvides a tus muertos, pero dales un sitio limitado que les impida invadir toda tu vida.
72. En el lugar en que habites consagra  siempre un sitio a lo sagrado.
73. Cuando realices un servicio no resaltes tus esfuerzos.
74. Si decides trabajar para los otros, hazlo con placer.
75. Si dudas entre hacer y no hacer, arriésgate y haz.
76. No trates de ser todo para tu pareja; admite que busque en otros lo que tú no puedes darle.
77. Cuando alguien tenga su público, no acudas para contradecirlo y robarle la audiencia.
78. Vive de un dinero ganado por ti mismo.
79. No te jactes de aventuras amorosas.
80. No te vanaglories de tus debilidades.
81. Nunca visites a alguien sólo por llenar tu tiempo.
82. Obtén para repartir.
No está mal para empezar…

Un niño de 12 años, a punto de resolver la teoría del ‘Big Bang’

Un niño de 12 años, a punto de resolver la teoría del ‘Big Bang’
Jake Burnett, dotado de una excepcional inteligencia, supera el coeficiente intelectual del mismo Albert Einstein


Jake Burnett, de 12 años, posee una inteligencia superior a la del propio Albert Einstein.

La inteligencia y la edad no van necesariamente de la mano. Al menos en el caso de Jake Burnett, un joven estadounidense de 12 años que promete convertirse en el gran científico del siglo XXI.

Burnett, apasionado por la astrofísica, estudia en la Universidad de Indiana (Estados Unidos) y tiene un coeficiente intelectual de 160, es decir, supera en inteligencia al propio Albert Einstein. Ahora, el joven trabaja en un sofisticado proyecto que pretende resolver la teoría del «Big Bang» y la explicación del origen del universo.

La pasión del joven por los grandes enigmas le viene desde muy pequeño. Cuando tenía tres años, sus padres le llevaron al Planetario, y en lugar de fijarse en la forma de las estrellas, ya se planteaba cuestiones como la gravedad de las lunas de Marte. También era capaz de resolver puzzles de 5.000 piezas y mostraba una asombrosa memoria para retener todo tipo de datos. Sus padres cuentan que sus conocimientos sobre álgebra, geometría, trigonometría y cálculo son autodidactas y que tan sólo le costaron dos semanas. A los ocho años dio el salto a la universidad.

Este joven prodigio, diagnosticado con el síndrome de Asperger (una variante del autismo), ha dejado boquiabierta a la comunidad científica, y es que los retos que se plantea son los grandes enigmas de la ciencia. Ahora Burnett disfruta integrado en un ambicioso proyecto de astrofísica que desarrolla la universidad, siempre con ganas de aprender más y más.
http://www.hola.com/

Agravando las obsesiones compulsivas con contenido de homosexualidad

Agravando las obsesiones compulsivas con contenido de homosexualidad


Personalidad obsesivo compulsiva
Trastorno Obsesivo Compulsivo
Tratamiento psicoterapéutico

Ejemplificando con opiniones populares nos nos vamos a referir a las
malas praxis y éticas opuestas a la salud cometidas por profesionales de la salud mental.

Vamos a tomar las opiniones de premito y aldo09 como ejemplos, nos son muy útiles para analizar mejor las intervenciones que se alejan de la salud resultando ser altamente nocivas y perniciosas, agravando el padecimiento de quienes buscan alivio para sus sufrimientos. Es una producción de psintegra

Son intervenciones ligeras, livianas, superficiales, cerradas, embarullantes y apartadas totalmente de la realidad y la situación de las personas a quienes pretenden ayudar, opinan e indican lo contrario a lo que necesitan quienes están pasando momentos de grandes angustias, desorientación con respecto a sí mismo, como así también resultan ser desautorizantes de la persona y de su estado de sufrimiento.

Este accionar inhumano toma otra envergadura cuando de una intervención profesional se trata, siendo entonces altamente destructivo, por lo cual se constituye en mala praxis o iatrogenia.

Atraen con verdades superadoras de mitos y rematan con falsedades acercas del problema personal, convenciendo con salidas falsas. Confunden, justamente en este trastorno, a personas con pensamientos rígidos como ser “si alguien demuestra que dice la verdad todo le será creíble”, también atraen por una supuesta liberación de trabas a personas que quieren trasgredir el orden fijado arbitrariamente. Es una

A partir de realidades como realidades como:

La homosexualidad no es ni enfermedad mental ni perversión.

Las fantasías u otras expresiones con el mismo sexo   significan homosexualidad.

Es nocivo reprimir tendencias, necesidades y orientaciones personales.

Desde estas afirmaciones sin más ni más se determina que las fantasías u otras manifestaciones con el mismo sexo indican homosexualidad, dentro de esta compleja situación de dudas sobre algo tan básico como la propia orientación sexual, angustias, depresiones, desesperación... etc. estas opiniones son altamente perjudiciales. Cuando, ¡además!, se incita a probar relaciones con el mismo sexo para saber si gusta y si gusta se es homosexual ya pasamos a un desborde que más que perjudicial es asesino, desde ya la gravedad de indicar estas relaciones a nivel presencial e muchísimo mayor que a nivel virtual. Estoy llamando a reflexionar a las personas que así lo hacen, todos tenemos responsabilidad cuando emitimos opiniones, sepan que en estos estados no hay que meterse con la orientación del otro, que estas opiniones van a confundir más, piensen esto y si no se quiere ser dañino no se metan en donde no es terreno propio, es terreno de psicoterapeutas.
Otro argumento fatal para quienes quieren controlarlo todo y no resisten que algo quede al margen del conocimiento propio es que si se sacan esas ideas o no prueban van a reprimir la homosexualidad.

Cuando la homosexualidad es ajena a si mismo es un engaño pensar que se reprime, no se puede reprimir un aspecto personal que no se tiene. Para superar estas crisis lo indicado es desechar las creencias de aspectos irreales o que no son de uno. Por ejemplo en la obsesión de tener cáncer de estómago, cuando se comprueba que no se tiene cáncer de estómago hay que desechar la idea por ser falsa, está claro que es una ridiculez pensar que el cáncer se reprime, en caso de un fuerte episodio obsesivo esta idea no puede ser desechada por más que se compruebe y se sigue buscando la comprobación de ello. Es tan ridículo pensar que la superación de estos episodios es reprimir un cáncer como pensar que si se desecha la homosexualidad por ser falsa es reprimirla.

Como para echar más leña al fuego, pintan la bisexualidad como un estado completo, pleno y mucho más rico a quienes por características de personalidad quedan en dudas eternas por no poder elegir un camino para no perder el otro. Es una producción de psintegra

En una crisis donde la persona se ve invadida por una orientación ajena a sí misma, donde la angustia tiene que ver especialmente por no poder dirigir su vida indicar que se deje llevar por los impulsos es enajenante. Lo compulsivo está definido por no poder manejar voluntariamente y por si mismo los actos, en estos caso recomendar que se deje llevar por el ímpetu de los deseos es alienante, se está empujando a ser menos dueño de sí mismo. En las compulsiones está debilitada la capacidad de no hacer lo que uno no quiere hacer, por lo cual hay que reforzar que la persona consiga poder realizar según su propia identidad, pareceres y proyectos.



En tanto estas indicaciones enfermantes tengan un grado elevado de certidumbre y descalificación penetran en forma persistente en la mente de personas sugestionables y debilitadas, ambas características propias de este trastorno. Como venimos diciendo el efecto es terminante cuando de una intervención profesional se trata.

Las intervenciones inadecuadas provenientes de profesionales de la salud mental producen un importante agravamiento de este cuadro, son hechos que nos dejan azorados y sin palabras, que quienes tienen la función de curar enfermen, que quienes tienen la responsabilidad de manejar diagnósticos y herramientas terapéuticas hagan lo contrario a lo adecuado nos deja sin capacidad de respuestas explicativasiii.
Para terminar damos otros ejemplos de mala praxis: Es una producción de psintegra

Ante el planteamiento del paciente que hasta hace unos meses se consideraba y sentía enteramente heterosexual la respuesta mientras que al trasmitir: “pero ahora es distinto, me cuentas que te excitan imágenes homosexuales, ¿entonces, ves? lo que  ¡cuenta ahora!”,al admitir que se siente heterosexual por sus deseos y proyectos descalifica ese presente y hace surgir algún recuerdo de disfraz o fantasías púberes con el mismo sexo, “si eso hubo antes algo hay, te das cuenta”.

Transportar, en las sesiones, a que imagine alguien del mismo sexo, que le haría y que siente.

Indicar que entre a sitios virtuales porno homosexuales y en la sesión siguiente cuente que pasó.

Un pronóstico: “si luego de dos meses de terapia y la medicación tenés las mismas excitaciones, fantasías y deseos ahí tendrías que aceptarte”.

No diferenciar la atracción a nivel ético del erótico, no diferenciar un grado de incomodidad y nerviosismo de la excitación sexual. En tanto la persona hable que algo le produce alguien del mismo sexo se traduce como excitación sexual sin indagar si de eso se trata.

Preguntas inducidas a producir la respuesta afirmativa, “¿te acostarías con él no?”.

Diagnosticar homosexualidad como si fuese enfermedad a la vez que decir que es normal.

Diagnosticar homosexualidad por ser que las primeras veces la excitación hacia alguien del mismo sexo fue espontánea.

No sabemos de que se tratan las actuaciones profesionales que hacen atormentar más con la duda, la compulsión e incentivan las ideas fijas irracionales, ¿desconocimiento, medicar por mayores ganancias económicas, perversión, psicopatía, ignorancia. . .?.  

i Ha sido así considerada desde 1973 por el DSM (Diagnóstico y Manual de Desórdenes Mentales de la Asociación Americana de Psiquiatría) y desde 1990 por la Organización Mundial de la Salud. Reconociéndose así que la homosexualidad es una forma más de vivir la sexualidad, la vida de pareja, el erotismo y la afectividad. Estoy destacando estas ideas para afirmar una vez más que la homosexualidad es un conjunto complejo de atributos personales.

iiCuando hablamos de homosexualidad en estos estudios de TOC también incluimos la bisexualidad ya que aquella está incorporada.

Diagnosticar homosexualidad como si fuese enfermedad a la vez que decir que es normal.

Diagnosticar homosexualidad por ser que las primeras veces la excitación hacia alguien del mismo sexo fue espontánea.

No sabemos de que se tratan las actuaciones profesionales que hacen atormentar más con la duda, la compulsión e incentivan las ideas fijas irracionales, ¿desconocimiento, medicar por mayores ganancias económicas, perversión, psicopatía, ignorancia. . .?.  Es una producción de psintegra
http://www.es-asi.com.ar/toc-iatrogenia

‘Falacias de la psicología’ de Rolf Degen: ¿la psicología es una gran mentira?


Hay algo que quizá os sorprenderá, escandalizará o incluso os pondrá de uñas. Algo que no suele mencionarse en los medios de comunicación de masas y que se evita tratar en las facultades de psicología. Me refiero a que la psicología, en gran parte, no es una ciencia.

Es más: un porcentaje elevado de la psicología que podemos leer en sesudos libros escritos por no menos sesudos intelectuales (en su mayoría manejando un lenguaje ciertamente hermético), tiene tanto valor científico y real como una de esas predicciones astrológicas que emiten a las tantas de la madrugada en televisión. O como un cuento chino. ¿La psicología ha asumido parcelas de la religión?

Vale, ahora calmaos (sobre todo los que estudiéis o leáis psicología a menudo… yo también lo hago) y permitidme explicarme. No me cabe duda de que existe una rama de la psicología, íntimamente ligada a la neurobiología, la genética y demás, que es muy útil y que está avanzando espectacularmente en las últimas décadas.

Pero un abrumador número de asunciones que se toman como indiscutibles en la psicología no son más que lugares comunes, mitos y falacias. Y en Falacias de la psicología, su autor, Rolf Degen, pretende enumerarnos un buen puñado de ellas.

Degen es psicólogo, sociólogo y periodista, la Sociedad Alemana de Psicología le ha concedido un premio por su labor informativa, sus investigaciones sobre el cerebro humano le valieron el premio concedido por la Upjohn-Fellowship. Así pues, como mínimo, Degen juega en campo amigo.

A juicio de Degen, la psicología se ha caracterizado por un desfile de teorías que, con el tiempo, han ido revelándose como simples modas pasajes incapaces de responder a las grandes cuestiones sobre la naturaleza humana. Cuando no han sido estrategias estériles que han hecho más mal que bien.

Como la psicoterapia, al que el autor dedica un capítulo entero del libro para demostrar que la mayoría de gente sana más rápidamente muchos de sus trastornos mentales si no acude a psicoterapia. Como que la educación que recibe un niño durante su infancia determinará la personalidad de ese niño en el futuro. Como que muchas enfermedades orgánicas tienen un componente psicosomático. Como que sólo usamos un 10 % de nuestro cerebro.

Como que la meditación es capaz de producir un estado insólito de relajación corporal y mental. Como que las personas que están bajo hipnosis pueden realizar cosas extraordinarias. Como que siempre hay que procurar tener una autoestima elevada. Como que los medios de comunicación (anuncios, películas violentas y demás) tienen un efecto poderoso en la mente de la gente, sobre todo en los niños.

Todos estos y muchos otros dogmas que todos nosotros, desde universitarios hasta analfabetos, repetimos sin descanso en un debate o una charla de ascensor, son echados por tierra sistemáticamente por el autor, recurriendo a ingente bibliografía, experimentos de laboratorio y opiniones de muchos otros psicólogos que han decidido contar la verdad.

Aunque esa verdad, tal y como Andrea Abele-Brehm, psicóloga de la Universidad de Nuremberg, les quite el trabajo:
Si la gente llegase a enterarse de lo que hacen realmente los psicólogos, dejarían de tenernos ningún respeto.

Y sigue Degen (y añado yo que lo sorprendente es que todavía hay mucha gente que repite coletillas de Freud):
El caso es que la psicología académica, pese a publicar todos los años unos 17.000 estudios empíricos, según se estima, apenas ha empezado a arañar la superficie de ese gran misterio que es el alma humana. (…) Apenas la investigación académica había desmontado en un trabajo paciente y meticuloso los principales dogmas del psiconálisis de Sigmund Freud, nacieron de improviso otros métodos como el Eye Movement Desensitization and Reprocessing (EMDR) y la programación neurolingüística, cuyo arraigo en la realidad no sabemos cómo se establece, a menos que uno recurra a la tradicional varilla del zahorí.

Editorial Robin Book
Colección Ma Non Troppo
303 páginas
http://www.papelenblanco.com

Pensamientos tóxicos/automáticos en la pareja:

Pensamientos tóxicos/automáticos en la pareja:

Valeria N. Sicardi

El intercambio emocional entre 2 individuos, se manifiesta a través de sus expresiones faciales, verbales, posturales, etc., actitudes con las que se decodifican un sin número de inferencias, suposiciones, atribuciones que se van desarrollando y reforzando por medio de un proceso llamado cognitivo, los que llamaría “pensamientos tóxicos automáticos”:

1) Suposiciones fugaces, de lo que el otro intenta hacer o decir, de lo cual desciframos, una serie de atribuciones al otro, tanto de poder o manipulación, como de intención por Ej.: (el no me pisará la cabeza)

2) Atribuciones que dicen de mí, como hacia lo que nosotros creemos que el otro considera o califica a nuestra persona: (cree que soy un estúpido)

Estas reacciones están activadas por “pensamientos automáticos” (A. Beck) y se manifiestan mediante sobresaltos emotivos y conductas disfuncionales, las cuales reflejan nuestras vivencias emocionales más profundas ligadas a los vínculos más primitivos de la infancia. No es posible que ante tantas atribuciones e inferencias, logremos una comunicación elegante, caemos en el trato toxico hacia el otro, regido por un pensamiento toxico, y una vez que se ha instalado como pensamiento automático, nos encargamos de “corroborar los supuestos, cada vez que sea posible”, por medio de una lectura selectiva de los acontecimientos, actitudes, palabras etc., del otro individuo, transformándose en auto confirmadores, por ejemplo: el cónyuge que se siente victimizado, está analizando constantemente todo lo que su pareja hace, “con el fin de confirmar que es una víctima,” pasa por alto, o deja de lado, cualquier acto amable de parte de su cónyuge, que pudiera cuestionar el punto de vista ya cristalizado, (pensamiento toxico selectivo) solo conoce jugar un papel de víctima, y no sabría como desenvolverse bajo otro rol que desconoce y no intenta corregir pues ha aprendido solo a ocupar ese engranaje en el entramado de las relaciones.

Volviendo a los pensamientos ya instalados, tóxicos y por cierto altamente perturbadores, confunden el sistema nervioso de alarma, una vez que la persona piensa que es victimizada, dispara un asalto emocional y fácilmente cavilara sobre una lista de quejas, su memoria selectiva olvidara que su cónyuge tiene otros aspectos agradables para la relación y no será calificado como “un Ser que erró”, si no como” un Ser errado”, las actitudes son solo connotaciones aisladas, que no calificaran a la persona como mala o buena, justa o injusta, egoísta o generosa etc. Se calificara a la actitud, no la persona. No es lo mismo tener una mirada acida hacia el cónyuge, y decir: “es un injusto”, a decir o pensar: “su comportamiento fue injusto”, él/ella no siempre es injusto, por lo tanto seria un análisis más racional, el pensar que solo algunas veces comete algunas injusticias , pues seguramente abra más veces en que él/ella se comporto de modo justo, de ello no nos percatamos, pues pareciera que es normal, que deberían las personas ser como nosotros queremos o deberían ser justas con nosotros, me pregunto: es anormal que de vez en cuando se cometan injusticias? si, todas las personas en el mundo alguna vez cometen injusticias, por algo se han hecho leyes que imparten justicia, parecería que la naturaleza del hombre no es ser justo, si no, no las necesitaríamos, entonces: ¿Porqué descalificamos a una persona, aun siendo nuestro compañero/a, cuando comete injusticias? ¿Qué otras demandas tenemos hacia los demás, el mundo etc.?, ¿Estamos viendo por un lente anómalo? Esto llevado a todos los ámbitos calificatorios, terminamos ejerciendo una condena global, terminante, totalitarista, y absolutista, estamos siendo JUSTOS?
Valeria N. Sicardi

“Elimina tu opinión, y eliminaras la queja: “me han ofendido”.
Elimina la queja: “me han ofendido” y la ofensa se habrá ido”
(Marco Aurelio)

“Las personas que buscan motivos para ofenderse siempre los hallaran, pero son ellas quienes tienen un problema, y su problema es que necesitan ofenderse”.




 http://psygnos.net/biblioteca/articulos/recibidos/sicardipareja.htm