me encuentro trabajando como muchas otras noches, pero con una diferencia he cambiado de mesa, y estoy al lado de una cortina que normalmente me queda del otro lado,y como no la vista se ha detenido en unas manchitas seguramente llevaran hay mucho tiempo y debo de estar tan acostumbrada a verlas que no les hago ni caso, pero hoy las he visto con otros ojos, despues de mucho mirarlas las he descolgado las he llevado a otra habitacion con mas luz y las he mirado con una lupa y si parece sangre, quizas de algun arañazo jugando con nuestro gato o algun corte que nos hemos hecho trabajando con alguna caja al montarla, pueden ser infinidad de cosas pero las obsesiones estan hay a el 100x100 ahora mismo estoy temblando de la ansiedad pensando como pudo ser que se manchase la cortina a que hora que fecha dia y motivo, tipo de sangre de quien es etc... se que nos esperan unos dias duros y que mi marido debera armarse de paciencia ya que le preguntare lo mismo una y mil veces, esperando que me conteste si amatista si esa mancha llevaba en esa cortina una eternidad...
fuente:amatista
En el
Trastorno Obsesivo Compulsivo es difícil determinar la etiología ya que
no parece existir una causa única que explique su origen. Múltiples
factores facilitadores pueden contribuir en su desarrollo y es frecuente
que aparezca precipitado por eventos estresantes o por un estado de
ánimo depresivo. Forman parte de los factores facilitadores del TOC:
- Contribución hereditaria
Parece ser que las personas afectadas por un TOC presentan una
vulnerabilidad genética que, además, es influida por situaciones de
estrés y factores ambientales.
Lo que se hereda parece ser la naturaleza del TOC, no los síntomas
específicos, así, una persona puede tener compulsiones de lavado,
mientras que su padre las tiene de comprobación. Esto indica que los
síntomas no se deben al modelado, aunque este puede facilitar el
aprendizaje de rituales y una respuesta de miedo ante estímulos
determinados.
- Variables biológicas
La teoría neuroquímica sugiere una participación preferente del sistema
serotoninérgico por la demostrada eficacia de los fármacos inhibidores
selectivos de la recaptación de serotonina; y dopaminérgico en la
etiología de subgrupos específicos de pacientes con TOC, especialmente
aquellos con un codiagnóstico de tics.
Sin embargo la teoría neuro-anatómica sostiene que existen diferencias
anatómicas cerebrales en los individuos con TOC. Dichas diferencias
pueden observarse en el núcleo caudal, el córtex órbitofrontal, en el
córtex singular o en los ganglios basales.
El hecho de que algunas personas que han sufrido un traumatismo
craneoencefálico presenten síntomas de TOC respalda esta hipótesis.
Hay evidencia de que los tratamientos farmacológicos o psicológicos
conductuales, pueden producir una mejoría clínica en los individuos con
trastorno obsesivo-compulsivo.
- Experiencias tempranas
Parece ser que existe una influencia en el origen del TOC de ciertas experiencias tempranas:
- Estilos educativos que enfatizan en exceso la responsabilidad y el perfeccionismo.
- Haber tenido como modelos durante la infancia personas con características obsesivo-compulsivas.
- Formación religiosa estricta donde se considera que pensar algo es equivalente a hacerlo o tan malo como si se hiciera.
- Formación moral estricta que facilita la inflexión entre lo que esta bien y lo que esta mal.
- Presencia de determinadas creencias o modos de pensar
Las experiencias tempranas facilitan la existencia de determinadas
creencias o modos de pensar. Algunas de las categorías de creencias
comunes en el TOC se agrupan en:
- Responsabilidad exagerada: “Si pienso algo y luego ocurre será mi culpa, tengo que evitarlo”.
- Control absoluto sobre los propios pensamientos: “No puedo pensar ciertas cosas, si lo hago quiere decir que no estoy bien”.
- Sobreestimación de la importancia de los pensamientos: “Pensar algo así es tan malo como hacerlo”.
- Sobreestimación de la probabilidad y gravedad de las consecuencias:
“Si he pensado esto lo más probable es que vaya a suceder”.
- Baja tolerancia a la incertidumbre: “Haré todo lo posible por evitar que algo malo suceda si está en mis manos”.
- Perfeccionismo: “Si cometo un error tendrá graves consecuencias”.
Esta última es especialmente característico de las personas con TOC.
Estos individuos perciben como esencial la prevención de resultados
negativos y se fundamenta en la creencia de que uno tiene el poder en la
producción o prevención de las consecuencias negativas.
- Características personales
Estudios realizados muestran que parecen existir 10 factores de
personalidad que son frecuentes en la infancia de las personas con TOC:
ansiedad por separación, resistencia al cambio, aversión al riesgo,
sumisión, susceptibilidad, perfeccionismo, hipermoralidad, ambivalencia y
excesiva devoción al trabajo.
Eventos estresantes
Hemos visto que las personas con TOC pueden tener ciertas
características personales, sin embargo, el trastorno en sí puede no
aparecer hasta que ocurre un evento estresante o se da un estado de
ánimo deprimido.
Algunos de los acontecimientos estresantes más frecuentes son los
pequeños problemas cotidianos como: ser criticado, estar enfermo,
descansar de modo insuficiente, dormir poco, situaciones de rechazo,
problemas de toma de decisiones, ruidos, perder cosas, obligaciones
sociales, conflictos, etc.
MODELO EXPLICATIVO
Factores activadores
La contribución hereditaria, las variables biológicas, experiencias
tempranas o determinadas creencias, son factores que facilitan una
predisposición para el surgimiento del TOC. Aún así, su aparición puede
verse precipitada por eventos estresantes o un estado de ánimo
deprimido.
Las obsesiones pueden dispararse por una serie de factores:
- Situaciones externas. Como ver un cuchillo, dar la mano a alguien, etc. Según el tipo de obsesión.
- Dudar al recordar algo que se ha hecho. Como no estar seguro de haber cerrado el coche.
- Sensaciones corporales que desencadenan pensamientos negativos. Como
tener un mareo que hace surgir el pensamiento de si se tendrá SIDA.
- Otros factores como: el bajo estado de ánimo, los acontecimientos
estresantes, la lucha para no tener obsesiones y la autoobservación para
ver si se está teniendo algún pensamiento obsesivo.
Factores de mantenimiento
Es muy importante el significado que la persona da a las obsesiones una
vez se disparan. Si se sobrevalora la importancia de tener un
pensamiento negativo (“puedo yo llegar a hacer algo así?, si lo he
pensado tal vez sí”, “si he pensado esto, seguramente algo malo va a
ocurrir”) es probable que se centre la atención en lo negativo y en la
amenaza y se trate de hacer frente luchando contra estos pensamientos.
Esta valoración negativa de los pensamientos o amenazas produce
malestar/ansiedad y la persona trata de reducirlo mediante las
compulsiones o rituales (limpieza, comprobación, repeticiones,
acumulaciones...), la evitación y/o la supresión del pensamiento.
Las personas que sufren TOC creen que si no realizan sus compulsiones o
rituales ocurrirán realmente consecuencias catastróficas (como coger una
enfermedad, contaminarse, etc.) lo que provoca rumiaciones o
sentimientos de culpa. Así pues, las compulsiones tranquilizan,
disminuyen la ansiedad y permiten evitar la autoculpabilización. De esta
manera se instauran las obsesiones, la persona al sentir una
tranquilidad y control mediante la realización de rituales y
comprobaciones, refuerza aún más las obsesiones creando un circuito
cerrado que se retroalimenta y mantiene el problema.
http://www.clinicadeansiedad.com/02/209/Genesis-y-mantenimiento-del-TOC.htm
Algunas Referencias
Freeston, M.H y Ladouceur, R. (1997). Análisis y tratamiento de las
obsesiones. En V.E. Caballo (Dir.), Manual para el tratamiento
cognitivo-conductual de los trastornos psicológicos (Vol. 1, pp.
137-169). Madrid: Siglo XXI.
Mancini, F. Un modelo cognitivo del trastorno obsesivo compulsivo. Revista de Psicoterapia, 5-30, volumen XI- nº42/43,2000.
Silva, P. y Rachman, S.(1995):Trastorno Obsesivo-Compulsivo. Los hechos. Bilbao: Descleé De Brouwer.
Vallejo, j. y Berrios,G.E.(1995).Estados obsesivos.Barcelona. Masson S.A.
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Fuente: Estela Massegué. Clínica de la Ansiedad, 2008.