Obsesiones y pensamientos intrusivos

¿Quién no ha sufrido alguna vez una idea o pensamiento que se repite y nos angustia?
Las obsesiones son eso, ideas, pensamientos, impulso o imágenes que son experimentadas como intrusivas e inapropiadas y que causan ansiedad o angustia. Son pensamientos incontrolables e involuntarios que se producen en nuestra mente repetidamente. La persona que experimenta las obsesiones con frecuencia sabe que no tienen sentido, pero se siente incapaz de detenerlas.
Obsesiones comunes en las personas que sufren trastorno obsesivo-compulsivo son el temor de contaminación, el miedo a la suciedad o nada “sucio incontrolable sexual imágenes o pensamientos que puede ser desagradable e imposible de detener, supersticiones y la excesiva atención a las cosas considera afortunado y la mala suerte, y un deseo de orden y la simetría donde las cosas deben colocarse o alineados de una manera particular o patrón. Realmente no es necesario padecer un TOC para sufrir un pensamiento intrusivo u obsesionarse con cualquier tema o persona que tenga más o menos relevancia para nosotros.
Pensamiento intrusivo es lo que literalmente suena, un pensamiento que se “cuela” en la mente y se repite en contra de la voluntad de la persona, hasta provocar preocupación, malestar. Como una canción que repetimos a cada instante sin darnos ni cuenta.
En muchas ocasiones puede ser algo que no cause malestar a la persona y que desaparece al cabo de un tiempo más o menos largo. Otras veces se requiere aprender alguna técnica que ayude a superarlo. Es algo que le ocurre a muchas personas. De hecho, psicólogos ingleses investigaron los pensamientos obsesivos en una muestra de 302 personas de la población general y el 84 % informó que habían experimentado el asalto de pensamientos, imágenes o impulsos indeseados más de una vez en su vida.
Quizá lo que haya cambiado con el paso del tiempo son los temas. Antes solían ser temas religiosos o de culpa y en los últimos años se refieren más a miedo a tener un determinado virus, a padecer una enfermedad. No es alarmante el tener este tipo de ideas, lo peligroso es confundirlas con la realidad, ya estaríamos hablando de pensamiento mágico propio de un trastorno obsesivo compulsivo.
Se puede entender mejor con un ejemplo histórico:
Tolstoy le dijo un día a su hermano – “Quédate en el rincón hasta que dejes de pensar en un oso blanco.” A pesar de ser una instrucción fácil, el hermano no pudo llevarlo a cabo. Se quedó horas en el rincón pensando sin parar en osos blancos.
Eso es lo que nos pasa a todos cuando queremos dejar de pensar en algo. Cuánto más luchamos contra la idea, ésta se hace cada vez más frecuente e insistente. Siempre que deseamos dejar de pensar en algo logramos el efecto contrario. Así se mantienen las ideas obsesivas. Es un paradoja pero en realidad hay que aceptar la idea y no luchar contra ella para que no os obsesione.
Si cree que no es capaz sólo de superar sus pensamientos intrusivos o si cree que puede sufrir un trastorno obsesivo
Damián Ruiz
www.eoriocc.com

Tratamiento para las obsesiones

 publicamos un artículo sobre las obsesiones, quedaba por tanto complementarlo con este sobre como autoayudarse a superarlo.
El primer paso es saber detectar un pensamiento obsesivo. Es aquel que da vueltas una y otra vez en la cabeza aunque no se quiera pensar más en ello. Aunque se haya detectado, nuestro propio pensamiento intentará engañarnos y hacernos ver que tenemos que pensar en ese problema y volver sobre ese mismo tema.
Si un pensamiento le hace sentir mal deságase de él cuanto antes. Pensar más no es pensar mejor. Los pensamientos obsesivos reducen nuestra visión de la realidad y nos hacen filtrar sólo lo negativo, por ello es muy importante aprender a no hacerles caso.
Hay que desconectar. Para ello es muy importante respirar profundamente y dedicarnos a alguna actividad que nos mantenga concentrados. Puede ser salir de compras, llamar por teléfono a una familiar o amigo, jugar con niños y niñas pequeños, leer un libro, ver una película… trabajar como voluntario puede ser una buena alternativa porque pensar en otras personas, ayudarles y escucharles aumenta nuestra autoestima.
Hay que parar el pensamiento de forma contundente. Decir “basta ya”, tengo autoridad suficiente sobre mi pensamiento para controlarlo y que no me haga daño. No puede dejar que su propio pensamiento le venza. Debe llevar las riendas de su propia vida.
Nada más notar que una idea se vuelve repetitiva e intrusiva apúntela, siga con lo que esté haciendo y cuando pueda dedicarle tiempo analícela a ver si se trata de un pensamiento obsesivo.
Es recomendable aprender y practicar a menudo algún tipo de relajación mental o meditación y compatibilizarlo con ejercicio físico.
En resumen, hay una serie de cosas que pueden ayudarle y otras que le perjudicarán:
Le ayudará pasear y hacer ejercicio. Aprender a meditar, relajarse, leer, escuchar música. También sería buena para encontrar paz encontrar alguna aficción a la que dedicar parte de nuestro tiempo (pintura, manualidades, voluntariado…) Dedicarnos a otras personas nos saca de nuestro mundo y de la espiral de pensamientos obsesivos.
Empeorará las cosas el dar por buenos esos pensamientos y dejar que le arrastren a lo negativo (si no dejo de pensar que mi pareja no me quiere debe ser porque es así). La sensación de pérdida de control aumentará si se bebe alcohol, se abusa del café (porque sobreactiva nuestro pensamiento) o si se intenta solucionar comiendo (lo que además aumentará el sentimiento de culpa)
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Damián Ruiz
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