Sobre la obsesión de creerse homosexual

Sigo centrándome en las características de personalidad que se comparten en este trastorno, es necesario cambiarlas para que salgan de la reiteración de estos ataques, un trabajo integral es el que va a desembocar en resolver esta crisis y posibilitar no repetir estados tan intensos, sean con el contenido que sean. Los objetivos de un buen trabajo no es que desaparezcan los rasgos obsesivos, no es “quedar perfectos”, es más de algunos de esos rasgos van a hacer uso en algunas áreas y momentos de la vida, con adecuados cambios van a ser útiles de acuerdo a que, cómo, con quien y donde se los emplee. Unos de los objetivos del cambio sería que cuando haya otros momentos de crisis puedan manejar los síntomas y no que los síntomas los manejen a ustedes, por ejemplo darse cuenta desde el comienzo que se está exagerando para “apartarse” de la situación y ver que pasa. . .
A todo el mundo se nos cruzan ideas, fantasías, sueños o sensaciones locas, cuando a estas expresiones psicológicas se le da un sentido antojadizo y temido y tras eso se comienza a indagar y rebuscar más y más, esas simples expresiones comienzan a tomar dimensiones fatales.

La sobredimensión va tanto para lo que se ve como perjudicial como para lo beneficioso. Así cualquier nimiedad que se cruza por la mente, como quedarse en la observación de un travesti o cualquier fantasía, comienza a tomar magnitudes asombrosas, absurdamente un hecho aislado de la vida se transforma en una orientación sexual. De la misma forma un cambio positivo, por ejemplo un avance en tomar contacto con la realidad, ya se toma como cura. Si bien se sabe lo irracional que es generalizar a tal punto no se deja de hacerlo.

Una de las características más difíciles, una gran enemiga, es la ilusión de omnipotencia, el todo lo puedo y de forma inmediata. En tanto esto no ceda van a seguir pasando de tocar el cielo con las manos al mismísimo infierno repetidamente. Lo que ayer era algo magnífico hoy es una mierda.
En los estados de bajones las expectativas desmedidas se ponen afuera (profesionales, instituciones, sitios virtuales u otros), por lo cual cuando algo “desencanta” de las mágicas soluciones que se esperan de ellos también corren el mismo destino de denigración.
Como es lógico cualquiera quiere resolver los bajones en los cuales uno se denigra y piensa ser lo que no es. Lo que no se quiere dejar son los confortables estados de creerse todopoderosos o que va a haber soluciones inmediatas y perfecta a todo problema. Hay que estar dispuestos a hacer los cambios necesarios en estas particularidades y saber que para ello se tiene que transitar un camino no corto de psicoterapia, esto último suele caer en esas creencia megalómanas de que solos van a resolver todo y que la psicoterapia no sirve o bien sirve sólo en esos momentos de desesperación y luego “ya está”.

Con respecto al tratamiento como ya dije una psicoterapia integradora es la que resuelve, que atienda a todos los aspectos de la persona (cognitivo, emotivo y conductual, consciente e inconsciente) y con una implementación amplia de técnicas que excedan a una sola corriente.
La medicación es indicada si el estado de angustia o parálisis es tan grande que no puede permitir la continuidad de las actividades. El reclamo de medicación está, la mayor cantidad de las veces, basada en la búsqueda de soluciones mágicas, lo más adecuado es que la persona pueda trabajar con sus recursos para recuperarse, el profesional es el indicado para determinar si esto puede lograrse con la terapia exclusivamente o si se la va a complementar transitoriamente con psicofármacos; la implementación de técnicas conductuales y sensitivas son con el fin de evitar la ingesta de medicación y poder aminorar los síntomas en forma considerablemente rápida, es sólo un primer paso, la disminución de los síntomas por cambios exteriores y superficiales son de corto alcance, de todas formas este primer paso es necesario para bajar la angustia y en ello lo más adecuado es la implementación de técnicas psicoterapéuticas.

El darse cuenta que esto es un problema psicológico no es igual a poder controlarlo uno mismo. El aceptar el problema psicológico también es aceptar el no poder controlarlo, esto es muy importante de tener en cuenta pues con el afán de controlar todo cuando ven que pueden controlar los síntomas ya se da por hecho que todo pasó, luego cuando aparecen nuevamente pensamientos o sensaciones (y esto siempre va por más) se dan cuenta que no pueden controlar y entonces vuelve la compulsión a la repetición para poder controlar nuevamente: el bajón ya está en su plenitud.
Cuando se quiere comprobar si el síntoma está es más que mirar una cicatriz en la mano, es como si la mirarse la cicatriz volviese a ser una herida nuevamente. En este trastorno la necesidad de chequear si todo va bien, la compulsión a fijarse si el síntoma todavía está produce la reaparición, el chequeo vuelve a hacer sangrar nuevamente la herida.
La necesidad de controlarlo todo es otro aspecto a cambiar.
Una de las indicaciones frente a estos síntomas es dejarlos pasar, no querer dominarlos o controlarlos, por ejemplo si viene la idea “ah miré a esa mujer y me gustó, ¿ves? ¡soy lesbiana!” no hacer fuerzas para demostrarse lo contrario o para ir por más en la comprobación, dejar pasar el pensamiento que así como vino se va, también con las reacciones fisiológicas, si no se las quiere controlar o actuar se van como vienen.

Es muy adecuado analizar a las sensaciones eróticas hacia mismo sexo como el placer de imaginarse asimismo, con ese aspecto o en esa actitud. Cuando se interioriza en las causas de este trastorno, en muchos se encuentra que desde la pubertad la observación y embeleso hacia personas o partes de personas del mismo sexo son productos del arrobamiento hacia alguien admirado por sus encantos a nivel estético o de características de personalidad, efectos la más de las veces causados por subestimación de las propias características, especialmente características de tinte sensual y sexual. Por otra parte lo que nos llega como erótico tiende a producir reacciones fisiológicas aunque sean escenas de animales y no por eso se nos va a antojar que queremos tener una pareja con un animal.
Vean bien esto, dije querer tener una pareja ya que la orientación sexual incluyen deseos sexuales hacia una persona real o imaginaria, necesidades de tener sexualidad plena y completa con ella, necesidad de compromiso afectivo de pareja, proyectos pensados y sentidos de ir por la vida su compañía. Es decir que la orientación sexual no sólo trasciende las sensaciones y pensamientos sino que además es mucho más que fantasear o “querer” una relación erótica. Ahora espero que nadie invente que quieren todo eso con personas del mismo sexo, recuerden esa manía por pensar injustificadamente que lo que se lee, o ve, o bien tiene el otro es igual a lo de uno.

Es necesario diferenciar entre la comprobación de las ideas en la realidad y la compulsión a comprobar lo indudable. Habitualmente cuando se nos cruzan ideas de algo que puede ser y nos llama la atención en primer término vemos su grado de importancia, la podemos desechar como nimia o absurda; en tanto veamos que la idea es importante y creíble el otro paso es analizarla, en ese análisis más a fondo comprobamos a nivel intelectual si eso puede ser real o no; en caso que la inteligencia no pueda discernir sobre la veracidad o falsedad de esa idea se convierte en un problema a resolver en la práctica y se hacen las conductas necesarias para salir de la duda.
En el tipo de pensamiento obsesivo fallan estos paso desde comienzo o luego. Nunca llega a plantearse el problema, prontamente una idea se transforma en dilema que queda girando sin poder resolverse, como todo dilema.

También incide la baja tolerancia a la frustración y a la postergación, el creerse que a uno todo le es dable y posible, entonces devienen a las tendencias a llevar a la práctica cualquier idea o impulso. Es necesario tomar conciencia de ello y comenzar a fortalecerse en el cuidado con lo que se hace y con lo que se dice, el pensar que toda represión es dañina y que hay que dar rienda suelta a cualquier impulso es una gran debilidad, también deriva en la compulsión a la actuación.
Me desvío un poco y les cuento que me parece increíble cuando leo, incluso de gente adulta, cosas como “si tenés ganas probá” cuando se trata de conductas que pueden cambiar la vida, el tomar con semejante liviandad una situación de confusión acerca de un área que define la identidad personal puede ser esperable en un joven adolescente. Esta gente no tiene ni el más mínimo cuidado consigo misma y mucho menos con el otro, así que cuando se encuentren con alguien que da semejantes consejos sobre conductas decisivas es mejor poner grandes distancias de por medio. Cuidate, Querete. . .
También es necesario poder fortalecerse en la aceptación de que son inevitables las desilusiones, los fracasos, los errores, el fallar, los desengaño, los reveses, el posponer. . . Dejar las creencias de que a uno no le pueden suceder algunas o ninguna de estas cosas también requiere un trabajo terapéutico.

Está muy claro que tanto en el pensar e imaginar situaciones como en lo que les parece deseo o excitación sienten malestar, angustia, y hasta sensaciones físicas de gran displacer como sensaciones nauseabundas, diarrea y vómitos; mientras que en todo lo sexual -homo, bi o hétero- los sentimientos y sensaciones son agradables y placenteros.

Vuelvo a repetir, la orientación sexual es un complejo componente de la personalidad y merece análisis completos y complejos. No se trata de complicar “buscando la quinta pata al gato”, se trata de ser realistas, amplios y profundos en los análisis de realidades complejas. Las “comprobaciones“ basadas en elementos superficiales y externos son lábiles, tienen patas cortas, es así que comprueban una y otra vez ambas puntas de la duda ya que a cada rato se cree en evidencias falsas y así son también desechas. Por ejemplo, “no encontré una persona sola persona con TOC que se haya hecho gay, entonces significa que no existe esa posibilidad” ergo esto tranquiliza, “yo tengo TOC entonces no me puedo volver gay”. Falso, totalmente falso, esta creencia lleva a una tranquilidad que acaba en la primera evidencia que indique que alguien con neurosis obsesiva compulsiva es gay, momento en el que la recaída aparece como un terremoto. En el caso que una persona con TOC se haga gay tiene muchas causas, y no tiene nada que ver con que “si alguna persona con este TOC se volvió gay ese es el camino para uno”. Con esto les digo dos cosas, que vean seriamente el argumento que tienen para afirmar o desechar algo, otros ejemplos de “demostraciones” tan pueriles como “. . . y siento algo en los genitales”, “no me pasó nada en la relación sexual”, “me masturbé con tal imagen”, “miré y me gustó”, “me miró y me turb锓me sentí. . .” . . . pueden significar un montón de cosas y no tienen ningún asidero para demostrar ninguna orientación sexual. Por otra parte no hace falta comprobar nada si ya se tiene comprobado algo por toda la historia personal incluyendo el presente, sólo hace falta ser y pensar en forma coherente con la propia identidad, estas comprobaciones para saber quien es uno en algo tan esencial como la elección sexual habla de inseguridades fundamentales que se tienen que resolver.
Todo indica que el contenido del TOC no es lo fundamental, están pesando cuestiones profundas personales, familiares y circunstanciales para que se persista con tanto ahínco en esto. En estos ejemplos la cualidad básica de la personalidad que está fallando es la identidad, por lo cual la inseguridad de quien es uno se pone en crisis fácilmente, reforzar la identidad tiene que ser un objetivo terapéutico que ustedes mismos tienen que plantearse.
Todo esto indica que pueden ir ya evitando la comprobación de cualquiera de las dos opciones y trabajar con las causas en la psicoterapia, claro que es fácil decirlo, pero si lo tienen presente cada vez que tienen esa compulsión a comprobar puede ser que vayan frenando una parte del síntoma.

En momentos de crisis hay mayor entendimiento entre quienes comparten características de personalidad y más aún si, además, participan de los mismos contenidos psicológicos generados en esas crisis. El encontrar personas con estas similitudes tranquiliza, por no ser bichos raros y por que en conjunto se encuentran nuevas alternativas para el cambio. Los grupos de pares ayudan mucho ya que esas similitudes facilitan el comprenderse mejor y apoyarse mutuamente. Dicho sea de paso, en función de estos beneficios se han creado grupos de autoapoyo muy productivos, no obstante no es cuestión de exagerar queriendo unir personas con similitudes intrascendentes, de hecho hay más de 500 grupos de autoapoyo de distintas problemáticas, no sería raro encontrar algunos como “los que no quieren compartir un baso” o “las angustias derivadas de los cortes de luz”.
Como en todo, es saludable no querer pasar los límites de lo posible, el tomar los parecidos como idénticos es una dificultad del discernimiento que perjudica, el creer que al compartir varias de las expresiones de este trastorno se es igual al otro convierten aquellos beneficios en un estorbo, se produce una mimetización por la cual se cree que se comparten todos los aspectos y que lo que se da en uno se da irremediablemente en el otro, que lo que le pasa al otro le pasa o va a pasar irremediablemente a uno, ya vieron que esto lleva a nuevos bajones cuando se ven falsamente identificados con algunos aspectos.

Entiendo sumamente beneficiosa la postura de poder postergar el inicio de nuevas relaciones aunque ellas sean solamente sexuales, en este sentido indica mucho cuidado personal: “que hasta q no esté yo completamente recuperada no podré estar con nadie. Mas que nada porque me surgen dudas, miedos del tipo "y si no me gusta y estoy con él por decirme a mi misma q debo estar con un chico?" Me he prometido a mi misma, que cuando aparezcan las mariposas en el estómago y esas mariposas aparezcan en el estómago del chico también,”.
Atravesando esta situación la búsqueda y encuentro de otra persona responden justamente a características que hacen e todo este cuadro, por ejemplo la ansiedad, la compulsión a la comprobación, la idea y sensación que no se puede estar nunca sin sexo, las ilusiones de omnipotencia, lo cual hace que al poner en juego todo esto se producen escollos en el cambio, es conveniente poder parar esos impulsos para allanar más el camino de la superación de esta crisis y también para poder ir modificando esas características. Ya ven que esta crisis viene a complicar una pareja ya consolidada, lo cual, a su vez, redunda en acrecentar los síntomas; es aún mucho más complejo con alguien nuevo.

Voy a aclarar algo más sobre lo que ya dijo Cuarto Creciente, una vez instalado este trastorno el contenido de orientación sexual lo hace tan persistente por la posibilidad de que esto suceda, son varios los contenidos que por esta razón generan un gran monto de angustia. Quienes están padeciéndolo en tanto creen que es probable lo temido son muy resistentes al análisis sobre la imposibilidad de que sea así. La posibilidad real de ser gay se da en quienes tienen condiciones y naturaleza para ello, en tanto se confundan fenómenos secundarios como esenciales se cree posible este cambio en forma en forma súbita y fulminante.
Otro aspecto que hace esto mucho más penoso es que el cambio de orientación sexual indica un cambio de identidad. Cuando el cambio de un aspecto esencial se le impone a uno en forma abrupta e invasiva la confusión que genera produce obnubilación y obstaculiza que se pueda reaccionar adecuadamente.

“Amores obsesivos” es otra película con gran despliegue de obsesiones compulsivas.

Los saludo afectuosamente
Marta

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Lic. Marta Chiarelli, psicóloga M.N. 8632
Psicología Integradora
Capital de Argentina

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