la mochila del pasado



Todos llevamos una mochila de situaciones y sentimientos , de cosas que creemos haber dejado atrás y que sin embargo las llevamos a la espalda , como una mochila llena de malos rollos. Es cierto que también llevamos momentos felices , pero esos no son lo que pesan , los que pesan son los malos, los que nos han causado dolor , los que nos ha dejado en nuestra mochila, alguna espinita clavada , o decepción , odio, o rencor. Nos parece que hemos conseguido dejar esos momentos y situaciones atrás, pero no es cierto ,en realidad van con nosotros a nuestra espalda y pesan tanto que no nos dejan avanzar y llegamos a desesperarnos porque en el momento en que creíamos que todo aquel dolor ya estaba superado,surge cualquier circunstancia que vuelve a resucitar aquella dolorosa situación o aquellas dolorosas palabras con la misma intensidad que cuando se produjeron porque , en el fondo, nunca desaparecieron de nuestro lado y volvemos a sentir ese odio, esa desesperación , ese dolor , ese rencor hacia aquella persona , personas o momento en la vida que tan mal lo pasamos y tanta huella nos dejo.
Yo a estas alturas de la vida he comprendido que esa pesada mochila no puede quitarse de tu espalda si no "PERDONAS" a veces tenemos que llegar a perdonarnos incluso a nosotros mismos porque nos damos cuenta que somos los culpables de aquello que ocurrió o que se dijo y que tanto nos dolió.
¡Eso si que es dicifil! Perdonarnos a nosotros mismos! Nos queremos tan poco que no podemos ni perdonarnos a nosotros mismos.
Deberíamos encontrar una forma de ver las cosas en la cual lleguemos a comprender que cada uno incluso tu mismo actuaste como mejor creías en aquel momento .Hay que pasar pagina y soltar lastre, soltar la mochila para poder avanzar.
No es fácil y no se hace en un día , lleva tiempo, para algunos llevara más que para otros, pero merece la pena intentarlo, poco a poco, trabajando el perdón día a día llegará un en el que puedas gritar al viento¡soy libre! y será entonces cuando encuentres el camino correcto.
autor:jorge bucay