Las crisis individuales
por Gustavo Román Rodríguez


Juan busca ayuda médica de urgencia, pidiendo "tranquilizantes" para calmar los nervios. No ha podido conciliar el sueño desde hace dos semanas, cuando su esposa le dijo que no viviría más con él. El trastorno se precipitó ayer, cuando confirmó una pérdida económica importante en un negocio. "Estoy absolutamente fracasado". Está confundido, se queja de dificultad para respirar, de dolor abdominal. Cree que le va a dar un infarto o que se va a 'enloquecer'. Podríamos decir en una buena definición, que Juan está en "crisis". ¿Pero que es la "crisis"? ¿Es un signo de neurosis o de otra psicopatología?.

Una crisis es un estado temporal de trastorno y desorganización emocional, caracterizado por la incapacidad del individuo para enfrentar una situación particular y obtener un resultado positivo o dar alguna solución al problema.

Todos los seres humanos estamos expuestos en ciertas ocasiones de nuestras vidas, a experimentar crisis, con mayor o menor perturbación emocional y mayor o menor bloqueo de las estrategias para enfrentarla.

El estado de crisis está limitado en tiempo (el equilibrio se recupera de 4 a 6 semanas) y casi siempre hay un suceso precipitante próximo. La resolución final de la crisis depende de numerosos factores, incluyendo la gravedad del suceso precipitante, los recursos personales del individuo (fuerza del Yo, experiencia con crisis anteriores) y los recursos sociales de que se disponga.


Los sucesos precipitantes son universalmente impactantes, de modo que casi siempre son capaces de precipitar una crisis: desde la muerte del cónyuge, la separación marital, la muerte súbita de un familiar cercano, lesiones personales o una enfermedad grave, un fracaso económico, un secuestro; hasta la jubilación, un embarazo, cambio de trabajo o de residencia, pueden generar situaciones de crisis.

Las primeramente anunciadas facilitan la crisis por sí mismas; las segundas deben contemplarse en el marco del desarrollo del individuo, y observarse lo que significa el suceso externo para la persona, en el contexto de su historia personal. También pueden darse las crisis en el desarrollo, relacionadas con el traslado de una etapa del crecimiento a otra (crisis de la adolescencia, crisis de la edad adulta o de la llegada a la vejez) : cada etapa del desarrollo se relaciona con ciertas tareas y adaptaciones, y cuando hay interferencia en su realización, es probable una crisis.

Uno de los aspectos más obvios de la crisis es el desequilibrio emocional grave, con sentimientos de cansancio y agotamiento, sentimientos de desamparo, sentimientos de confusión, síntomas físicos (palpitaciones, cefaleas, trastornos digestivos) ansiedad, insomnio, desorganización del funcionamiento laboral y en las relaciones familiares y sociales. Cuando un individuo siente que ya no es capaz de enfrentarse a la situación, y le parece que todo se va a acabar, como si ya no hubiera nada que defender, es cuando requiere la ayuda inmediata del especialista o experto que le encaminará a:
Explorar activa y racionalmente la situación; expresar sin reservas sus sentimientos; empezar a tolerar la fustración; pedir ayuda a otros cuando es necesario; jerarquizar los problemas, diferenciando lo urgente de lo importante y -trabajando con uno cada vez- buscando soluciones en ese orden.

Igualmente, tratar de dominar los sentimientos hasta donde se pueda, cuando interfieren en la búsqueda de las soluciones y ser flexible cuando se requiera.

Finalmente, confiar en sí mismo y en otras personas y tener un optimismo básico en los resultados.

En chino, el término "crisis" se compone de dos caracteres que significan peligro y oportunidad. Las crisis se contemplan como puentes decisivos entre los riesgos y las oportunidades. La resolución de una crisis empieza con la restauración del equilibrio emocional, al cual seguirán el dominio cognoscitivo de la situación, el desarrollo de estrategias de enfrentamiento, cambios de conducta y el uso apropiado de los recursos externos. Casi siempre esto conduce a una resolución positiva, que permitirá recuperar la confianza en sí mismo y un fortalecimiento para el futuro.



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