madres manipuladoras


Madres absorbentes
Las madres absorbentes son aquellas que necesitan tener el control de la vida de sus hijos. Son tan manipuladoras que en casos extremos pueden llegar a anular la personalidad de sus hijos, haciendo de ellos adultos inseguros y dependientes. Veamos a continuación las características más comunes de estas madres, los efectos que pueden causar en sus hijos y lo que pueden hacer éstos para no dejarse manipular por ellas.

1. Características de las madres absorbentes.
2. Efectos en los hijos
3. ¿Qué pueden hacer los hijos ya mayores?


1. Características de las madres absorbentes.

Madres absorbentes. Impiden el desarrollo de su hijo y pueden llegar a destrozarle la vida.


Son aquellas que necesitan tener el control de la vida de sus hijos en todo momento, saber lo que hacen e incluso saber lo que piensan, aunque sean mayores y ya no vivan con ellas.

Son sobreprotectoras, manipuladoras y metomentodo . Pueden llegar a hacer la vida muy desagradable a sus hijos. Quieren que sus hijos hagan siempre lo que ellas desean. Piensan que tienen derecho a intervenir en sus vidas aunque ellos vivan fuera del hogar.

Se sienten seguras cuando son útiles a los demás, no suelen asumir la independencia de sus hijos y tienden a deprimirse cuando éstos se independizan y se van a vivir fuera de su casa.

Tienen miedo a perder el cariño de sus hijos cuando éstos se hacen mayores y sienten celos, cuando sienten apego por otras personas, bien sean amigos o pareja. Piensan que su vida carece de sentido cuando no necesitan sus cuidados o atenciones.

Utilizan el chantaje emocional para conseguir aquello que persiguen, utilizando frases del tipo "nunca me cuentas nada", "no confías en mí", "crees que no estoy capacitada para ayudarte". Estas frases se utilizan con la intención de que el hijo hable sobre aspectos de su vida que ella desconoce y no puede controlar. Necesita entrometerse para poder opinar y manipular.

Continuamente recriminan a los hijos su forma de vestir, de actuar, de comportarse o los amigos con los que van si no se ajustan a sus deseos o a lo que ella espera de ellos. Tienen planificada la vida de sus hijos y sin contar con ellos, tienen decidido a qué se van a dedicar de mayores y qué estudios van a realizar.

En algunos casos, intervienen tanto en la vida de sus hijos que pueden llegar a anularlos por completo.






2. Efectos en los hijos


Estas madres pueden llegar a ocasionar muchas veces sensación de asfixia en sus hijos, provocándoles situaciones de estrés y dando lugar a trastornos psicológicos como ansiedad, depresión, obsesión...

Cuando son pequeños, necesitan realizar ellas las tareas cotidianas que corresponden al pequeño, como aprender a vestirse o ducharse, ocasionándole de esta forma serios problemas de aprendizaje y dificultando su autonomía. Este tipo de conducta de la madre impedirá que su hijo sea un ser independiente y con capacidad para desenvolverse socialmente.

Cuando llegan a la edad adulta pueden llegar a tener problemas de personalidad, probablemente se conviertan en personas inseguras y con falta de confianza en sí mismos, incapaces de tomar sus propias decisiones y con dificultad para solucionar los problemas que se le presenten.

Puede ocurrir que el hijo no acepte estar siempre sometido a las normas de su madre o tener que estar dándole explicaciones de todo lo que hace, incluso el porqué de su estado de ánimo. En tal caso, suele revelarse y enfrentarse a ella, surgiendo continuas peleas y discusiones en la casa. Esto precipita en algunos casos que el hijo se independice y decida vivir fuera de la casa de sus padres.

Estas actitudes aparecen tanto con los hijos varones como con las hijas pero suelen ser más frecuentes y más conflictivas con los hijos.

Si el hijo está ya casado, la actitud de este tipo de madres suele ser nefasta para el matrimonio. Intentan que el hijo haga lo que ellas quieren sin contar con la nuera y sin respeto ninguno por los planes familiares.

Suelen tener actitudes de celos contra la mujer de sus hijos y establecer verdaderos "tiras y aflojas" con la intención de que el hijo se ponga siempre de parte de ellas y en contra de su mujer. Conseguir esto les da sensación de control y se sienten ganadoras frente a su nuera a la que consideran compite con ellas en influencia sobre su hijo.

Secretamente serían felices si el hijo se separara de su mujer y volviera a estar bajo su cobijo. Y su actitud no pocas veces va encaminada a conseguir este objetivo.

Son verdaderas "mártires" cuando se les contradice, amenazando al hijo con que van a enfermar por su culpa, con que ya no la quiere, creando en los hijos sentimientos de culpa. Hacen referencia a lo mucho que ellas se han sacrificado por sus hijos e intentan crear en ellos remordimientos haciéndoles creer que son hijos desnaturalizados y desagradecidos.

Si existen nietos normalmente intentan controlarlos también, cuestionando todo lo que hace la madre, y tratando de competir con sus madres por su cariño.





3. ¿Qué pueden hacer los hijos ya mayores?


Los niños pequeños son fácilmente manipulables por sus madres. Ellas se encargan de todo lo referente a ellos y, por tanto, no habrá nada que se escape a su control: ropa, amigos, horarios, etc. Los problemas surgen cuando los niños se hacen mayores y no permiten una actitud tan absorbente de sus madres. Veamos a continuación algunas sugerencias para evitar esta actitud:

- No debes sentirte en la obligación de justificar todos tus movimientos para satisfacer a tu madre. Si consideras que se mete demasiado en tu vida, no debes darle más información de la precisa, procura no entrar en detalles que consideras que sólo te pertenecen a ti y a tu intimidad o si crees que es necesario, tampoco sobre tus planes.

- Si tu madre continuamente cuestiona tus planes y critica tus actos, cuéntaselo una vez que lo hayas hecho, de esta forma no te hará dudar o sentirte culpable por hacer algo que ella no desea que hicieras o por no haberlo hecho a su manera.

- Si discutís por su carácter tan absorbente, mantente firme en tu postura y no cedas por temor a hacerle sufrir o porque piensas que se enfadará más contigo. Si cedes, tan sólo conseguirás reforzarle sus carácter en este aspecto.

- No permitas que te impida vivir como tú deseas y si estás casado o tienes pareja, no consientas que interfiera en vuestros asuntos. Si tiene oportunidad tratará de intervenir en vuestra vida familiar entrometiéndose en la educación de vuestros hijos o en la organización de la casa. Son muy sutiles para ello, no se lo permitas.


Dª. Trinidad Aparicio Pérez
Psicóloga clínica. Psicóloga escolar

Centro de Psicología Alarcón. Granada.