La empatía


http://www.articulo.org/idx/11/7564/article/La-empata.html
En muchas ocasiones la fuente de nuestro malestar proviene de nuestra relación con los otros. Es algo paradójico porque igualmente cuando alguien tiene depresión se le recomienda apoyarse en los demás para salir de la misma.

Las relaciones personales pueden ser fuente de nuestro malestar o la solución al mismo. Pero, ¿qué nos pasa cuando alguien nos molesta con su comportamiento?, ¿qué podríamos hacer para que no nos afectasen negativamente las actitudes de los demás?

Desde mi humilde punto de vista, la mayoría de los seres humanos somos seres egocéntricos, todo gira entorno nuestro. Nosotros somos el centro del universo. Cualquier cosa que no encaja con nuestra manera de entender la vida suele ser recibida como una amenaza. Nos falta empatía.

He aquí la clave de la cuestión, la empatía. Todos sabemos muy bien la teoría pero llevarla a la práctica es otro cantar.

La empatía no significa aprobar comportamientos extraños sino simplemente entenderlos y buscar una justificación de por qué la persona actúa así. Siempre existe una causa para los comportamientos. El averiguar y descubrir por qué una persona se comporta de tal o cual manera es una habilidad que debiéramos practicar todos.

Para practicar la empatía se necesita calma. Es muy difícil saber morderse los labios cuando nuestro esposo o esposa nos recrimina algo o actúa de una manera que no compartimos. Párate cinco minutos a reflexionar por qué actúa de ese modo. Quizá puedas llegar a entenderle y apoyarle pues toda causa de mal comportamiento tiene como base un malestar.

Si prácticamos diariamente esta habilidad habremos recorrido un largo camino en nuestra carrera hacia la plenitud personal.

Existe un viejo proverbio que dice así: Antes de juzgar a tu hermano, camina por dos semanas en sus mocasines.