Personajes de ficción, problemas de verdad


El detective Adrian Monk tiene muchas manías. Obsesionado por contagiarse algún virus se limpia las manos compulsivamente cuando toca algún picaporte o se la extiende a alguien en la calle o la oficina, evita los lugares con mucha gente y se obsesiona con cosas absurdas.

Similar es lo que vive el escritor Melvin Udall, que sufre un desorden obsesivo que lo hace intratable ante el resto de la humanidad, que anda por la calle sin pisar las líneas de las vereda por miedo a que algo terrible le suceda si lo hace y que utiliza cubiertos descartables cada mañana en la que asiste al mismo bar y donde exige que lo atienda la misma camarera. Tanto en la exitosa serie norteamericana “Monk” como en la taquillera película “Mejor imposible”, Tony Shalhoub y Jack Nicholson interpretan a obsesivos compulsivos que son víctimas de un trastorno que no pueden evitar auque les obstaculice el quehacer diario y aunque los vuelva extraños y difíciles de tratar ante la mirada de los otros.

Casi resignados a su problema, Monk y Melvin transitan sus días aterrorizados ante la posibilidad de alguna contaminación o buscando la exacta simetría de los objetos que los rodean, hecho que los vuelve peculiares y que causa gracia en quienes no los conocen en profundidad y, por tanto, saben que sufren.

Gracias a ellos, miles de espectadores reconocieron su problema y pudieron dar el primer paso hacia la curación: saber de qué se trata.

fuente:inforegion