Acerca del Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)
by Anita Gurian, Ph.D. y Robin F. Goodman, Ph.D.
Introducción

Un niño con TOC sufre un trastorno de ansiedad caracterizado por la presencia de obsesiones y compulsiones lo suficientemente graves como para interferir en las actividades de la vida diaria. Las obsesiones son pensamientos reiterados e indeseados que a menudo se relacionan con miedos de contaminación. Las compulsiones son conductas reiteradas sin sentido. Se cree que la causa del TOC es neurológica y hereditaria. El tratamiento incluye una combinación de terapia conductual y medicamentos.
Historias de la vida real

Alex, de cinco años, no puede irse a dormir hasta que besa cinco veces a su madre en cada mejilla, después de que ella cierra el closet del niño de determinada manera. No tiene otras conductas fijas.

Jesse, de 10 años, se lava los dientes tan frecuentemente que utiliza una caja de palillos de dientes por semana y las encías le sangran abundantemente. Todos los días utiliza media caja de bastoncillos de algodón para limpiarse los oídos y un rollo de papel higiénico cuando va al baño. Cuando hace la tarea, Jesse puede estar una hora trabajando en la misma página, borrando y reescribiendo palabras porque está seguro de que no lo hizo bien.

Ashley, de 16 años,sostiene que cada vez que sale de un salón de clases, pasa por la oficina del director o se va de la escuela, tiene que imaginarse el número 12 en un reloj y desearse “buena suerte” a sí misma. Sostiene que no puede dejar de pensar en las palabras “buena suerte”. Si intenta evitar pensar en esas palabras, se pone muy ansiosa y se preocupa porque siente que tendrá un ataque cardiaco. En el salón de clases, se queda paralizada en su asiento y no puede responder. Se preocupa porque teme que cualquier decisión que tome hará que les suceda algo terrible a sus padres. Antes de irse a dormir, cierra cuatro veces la puerta de su habitación, prende y apaga las luces cuatro veces, y mira doce veces por la ventana y debajo de su cama.

A Alex, de 5 años, le preocupan los rituales adecuados para su edad. Son menores y no afectan que disfrute de la vida. A Jesse y Ashley les diagnosticaron que sufren trastorno obsesivo compulsivo.

Los rituales y las supersticiones de la infancia difieren con la edad. A los 2 años y medio aproximadamente, los niños comienzan a esperar rutinas. A la hora de comer, los rituales de la ducha y de irse a dormir son frecuentes, y ayudan a estabilizar el mundo del niño. Entre los cinco y seis años, los niños desarrollan rituales grupales, durante los cuales juegan con reglas y rimas. Los niños mayores comienzan a coleccionar objetos y pueden comenzar a preocuparse y obsesionarse con los pasatiempos. Las conductas ritualizadas ayudan a los niños a convertirse en seres sociales y a dominar la ansiedad. Sin embargo, cuando los pensamientos obsesivos se tornan tan frecuentes o intensos, o los rituales se tornan tan extensos que interfieren en el desempeño, se considera el diagnóstico del trastorno obsesivo compulsivo (TOC).
¿Cuáles son los síntomas?

El TOC es un trastorno de ansiedad caracterizado por la presencia de obsesiones y compulsiones que el niño no puede controlar.

Obsesiones. Son pensamientos, ideas, deseos, impulsos o preocupaciones intrusivas e indeseadas que surgen en la mente de una persona de manera reiterada. A menudo las obsesiones no tienen sentido y son desagradables o incluso repugnantes. La persona debe intentar ignorar o reprimir estas obsesiones o neutralizarlas con algún otro pensamiento o acción. La persona que sufre de TOC reconoce que estos pensamientos surgen en su propia mente y que no son una intrusión psicótica. Algunas obsesiones comunes son: impulsos reiterados para matar a un familiar querido; preocupaciones incesantes sobre la suciedad, los gérmenes, la contaminación, la religión; pensamientos recurrentes sobre algo que no se realizó correctamente; sentimiento de que ciertas cosas deben estar siempre en ciertos lugares, posiciones u orden; pensamientos sobre palabras, sonidos, números o imágenes sin sentido. Para algunos niños, la cavilación y los rituales excesivos son el resultado de sus esfuerzos por imponer orden en los sentimientos internos de ansiedad y confusión.

Compulsiones. Son conductas reiteradas sin sentido que generalmente se producen en respuesta a una obsesión. La conducta es un intento por neutralizar o evitar un hecho, situación o pensamiento temido. Una persona puede o no reconocer que la conducta es obsesiva o irracional. Algunas compulsiones comunes son: lavarse las manos, ducharse y controlar los cajones y cerraduras de manera excesiva. Las conductas reiteradas pueden incluir vestirse y desvestirse, amontonar objetos, tratar de asegurarse de que algo sucedió o no. Los síntomas pueden incrementarse y reducirse. A menudo no hay una relación lógica entre la obsesión o compulsión y los miedos que supuestamente deben contrarrestar. En vez de reducir la ansiedad, las obsesiones y compulsiones generalmente la incrementan.

Para un diagnóstico del TOC, las obsesiones y compulsiones deben ser lo suficientemente graves como para consumir tiempo o causar un marcado estrés o un deterioro significativo. En los adultos, en algún momento durante el curso del trastorno, la persona reconoce que las obsesiones o compulsiones son excesivas o irracionales. Esto no siempre se aplica a los niños, ya que algunos todavía no cuentan con las habilidades cognitivas necesarias para emitir este juicio.

Los niños con TOC pueden desempeñarse satisfactoriamente a nivel académico y en otras actividades escolares, pero pueden tener dificultad para realizar la tarea y sus composiciones, ya que se concentran en que todo salga perfecto. Si sus síntomas son graves y consumen tiempo, pueden ocasionar problemas de autoestima e interferir en el desempeño con sus amistades y familiares.
¿Quiénes son más propensos a tener trastorno obsesivo compulsivo?

El TOC afecta al 3% de la población general, casi un millón del cual son niños y adolescentes. Estos datos estadísticos se traducen a entre tres y cinco jóvenes con TOC por escuela primaria de tamaño promedio y a veinte jóvenes en una escuela secundaria urbana grande. A diferencia de la alta proporción entre mujeres y hombres en otros trastornos de ansiedad, la proporción entre varones y niñas es de 2:1.

La edad de inicio en más del 50% de los casos de adultos con este trastorno es anterior a los 15 años. Se han informado casos de TOC en los años de preescolar, con un pico de inicio máximo a los diez años aproximadamente. El veinte por ciento de los jóvenes con TOC tiene otro familiar que sufre este trastorno.
¿Por qué sucede?

Se cree que el TOC tiene un origen neurológico. La evidencia sugiere que el TOC se vincula con una deficiencia en la serotonina del cerebro. El trastorno que causa el TOC se transmite en las familias; estudios recientes demuestran que el 20% de los jóvenes con TOC tiene un familiar que sufre de este trastorno.
¿Cómo se trata?

El tratamiento recomendado es una combinación de terapia y medicamentos. La terapia conductual incluye prevención de la respuesta y exposición. Se obliga al niño a enfrentarse con sus miedos y a encontrar el modo de controlar la ansiedad. Se puede enfrentar al niño con el objeto o hecho temido y, de esta forma, se puede combatir la conducta obsesiva compulsiva de forma cuidadosa. La terapia conductual cognitiva se concentra en cambiar las creencias irracionales y los pensamientos perturbados que contribuyen con este trastorno. El objetivo es ayudar a los niños a reconocer la naturaleza ilógica de sus miedos y cambiarlos. Los medicamentos recetados para el TOC incluyen inhibidores selectivos de recaptación de serotonina (Specific Serotonin Reuptake Inhibitor, SSRI): Luvox (fluvoxamina), Paxil (paroxetina), Prozac (fluoxetina) y Zoloft (sertralina). La mayoría de los niños que están medicados mejoran, pero pueden recaer y necesitar tratamiento adicional.
Preguntas y respuestas

¿Cuál es el mejor tratamiento para un niño con TOC?

Un terapeuta que trabaje con un niño con TOC debe evaluar y documentar cuidadosamente el grado y la intensidad del síntoma. Para un niño con TOC nuevo o leve, lo que ha resultado eficaz es realizar primero una terapia conductual cognitiva, la cual puede resultar suficiente.

¿Qué sucede si la terapia conductual cognitiva no funciona?

Si el niño sufrió de TOC durante un período prolongado, la estrategia consiste en utilizar la terapia conductual cognitiva durante un tiempo y luego sumarle la administración de medicamentos. Si un niño tiene síntomas graves, se recomienda comenzar con la terapia conductual cognitiva y la administración de medicamentos.

¿Pueden cambiar los síntomas?

Los síntomas del TOC generalmente cambian con el transcurso del tiempo. A veces cuando un niño ya no tiene un síntoma, puede desarrollar otro. Por ejemplo, un niño puede dejar de lavarse las manos pero comenzar a obsesionarse con el control. La terapia conductual cognitiva le enseña al niño cómo controlar los síntomas independientemente de lo que sean. Se le enseña al niño cómo reconocer los síntomas de manera oportuna y cómo utilizar el mismo enfoque.

¿Por qué no puedo decirle solamente que deje de hacerlo?

Los padres pueden involucrarse inadvertidamente en un ciclo. Decirle al niño que deje de hacer algo puede intensificar el síntoma accidentalmente. La atención puede hacer persistir el problema. En la terapia conductual cognitiva, los padres aprenden a convertirse en terapeutas del hogar. Los padres deben aprender cómo alejarse de la conducta y a recompensar al niño cuando afronta el problema de manera adecuada.

¿Durará para toda la vida?

Los niños siempre pueden tener esta tendencia; sin embargo, el tratamiento los ayuda a reconocer y controlar los síntomas.
Sobre los autores

La Dra. Robin F. Goodmanes psicóloga clínica y está realizando su especialización en temas relacionados con el duelo.