El mérito de Frankl, respecto a la intención paradójica, es que le da una sistematización en términos de la psicología y lo aplica para tratar de ver como puede ayudar a pacientes como el ilustre Picasso, que no se qué hubiera pasado con él si Frankl pudiera haberlo tratado en su momento. Un señor llamado Sabartes, amigo y biógrafo de Picasso cuenta algunos datos de la relación cercana de Pablo con su padre; cuando era muy chico vivía prácticamente prendido de los faldones de Don José; cuando lo dejaba en la escuela se presentaba siempre la misma escena entre padre e hijo; Pablo insistía en quedarse con el pincel y el bastón de su padre o con una de sus palomas favoritas como garantía de que Don José iría a recogerlo a la escuela a la una de la tarde; en el salón de clases permanecía atento al reloj, incapaz de concentrarse y deseando desesperadamente que las manecillas se movieran hasta marcar la hora esperada. Sabartes citaba en boca de Picasso lo siguiente:





“tan pronto como me ponía a pensar que tenía que prestar atención me distraía con la idea que era necesario prestar atención y esto me confundía”;



su incapacidad para concentrarse y el temor de que su padre se olvidará de venir a recogerlo, se convirtió en una obsesión para el niño, lo hacía sentirse enfermo y vomitar por las mañanas, o bien fingía que estaba enfermo para evitar la temida separación de Don José y de la seguridad de su hogar paterno. Claramente un cuadro psicosomático en este ilustre Picasso, que a pesar de eso llegó tan lejos. Así que no perdamos las esperanzas.


Cuando se quiere forzar este tipo de cosas que tienen que ver con la automaticidad, con las conexiones neuronales que todos tenemos y a las que habitualmente no les prestamos atención, surgen los problemas. ¿Quien los crea?, nosotros mismos con nuestra atención y con nuestra intención. Algo que Frankl llama “Hiperatención e Hiperintención” , es decir la atención e intención exageradas.

Q

Les refiero dos situaciones de historias clínicas para que vean que pasa con la técnica de la Intención Paradójica. La primera se llama “Mauricio y el señor sueño”.

A la consulta concurre el niño acompañado de sus padres, Mauricio tiene siete años y cursa segundo grado. El problema es que no puede dormir de noche dice la madre, lo vemos tan mal que cuando se le habla de ir a dormir es como si lo mandáramos a prisión, teme ese momento, tiene miedo de no poder dormir, lo cual es una anticipación de algo: “miedo de no poder dormir”. Cuando empiezan los preparativos se pone nervioso, cambia, da vueltas para no acostarse, a veces llora o pide que le enciendan la televisión, pero cuando la apagan se despierta; el padre dice: hemos utilizado distintos métodos para que durmiera, contar ovejas, contar hasta 100, ver televisión, pasarlo a la cama matrimonial, no dejarlo dormir la siesta; cuando pasa el tiempo y no puede conciliar el sueño se muestra agobiado, los ojos se le ponen vidriosos, tirita, va al baño, toma agua, está inquieto, no es miedo a la oscuridad ni a estar solo, sino a no poder dormir, se preocupa, piensa que al otro día tiene que ir a la escuela y va a estar muy cansado, lo cual trae aparejado que no desee ir a la escuela, mostrando mucho nerviosismo y tensión, y entonces a pesar de ser un niño con cociente intelectual alto tiene bajas notas, con picos en su rendimiento y problemas de relación con sus compañeros; esta sintomatología tenía en el momento de la consulta un mes y medio de evolución, con la consiguiente alteración del grupo familiar en su totalidad. Después de dos semanas de trabajo, administrando técnicas de psicodiagnóstico, donde se pudieron observar características obsesivas de personalidad, excelente cociente, grado de maduración acorde con su edad cronológica y habiendo logrado un óptimo nivel de comunicación y contacto afectivo, se decidió utilizar la técnica de la Intención Paradójica de Frankl. Se trató de crear un juego, atendiendo a todos los detalles, en la siguiente entrevista se hizo pasar al niño, después de dejarlo trabajar con lápices de colores y plastilina, en expresión libre y mientras conversaba sobre sus juegos preferidos, sus juguetes, se le dijo a Mauricio:




“mira, te propongo un juego nuevo, vamos a jugar a que esta noche no vas a dormir, que te parece?;




bueno,dice Mauricio, juguemos, total, de todos modos yo no puedo dormir,



el juego consiste en jugar a “la mancha” con el señor sueño, que consiste en tocar a otra persona en alguna parte de su cuerpo y ésta tiene que correr a los demás tocándoles en el mismo lugar en que él ha sido tocado, si es la pierna donde le tocaron tiene que correr con la pierna alzada. Se le dice:




el señor sueño va a tratar de atraparte pero tú no te vas a dejar, tienes toda la noche para hacer lo que quieras, puedes tener la luz prendida, llevar a tu cama los carritos, los colores, el papel, puedes escribir, dibujar, pintar, viajar con la imaginación a donde quieras, pero lo único que no puedes hacer es dormir, porque si no el señor sueño te gana el juego; recuerda ;Mauricio que es un juego y que el señor sueño va a pillarte de todas formas pero tú no tienes que dejarlo”.

q

Todo esto lo explicó la psicóloga y lo dramatizó para mostrar al niño como podía despabilarse cuando le diera sueño, caminando, jugando, lavarse la cara, etc. Cuando Mauricio se fue le dijo a la psicóloga:

c


“Vas a ver que le voy a ganar el juego al señor sueño"


e

A los padres se les explicó esta propuesta y suscitó en ellos mucha gracia, ofreciendo prestarse al juego y con la sensación de no estar muy convencidos del éxito del mismo. Se le pidió que crearan el ambiente propicio para la experiencia y que no cambiaran su modo habitual de conducta. Esa noche, antes de acostarse, Mauricio y sus padres prepararon todo, pusieron almohadas en la cama para que el niño estuviera cómodo , los juguetes y todo lo que deseaba tener cerca, una luz roja para no molestar a los demás, ya que se le había aclarado que por ninguna razón debía despertar a sus padres para jugar; todos estos preparativos le divertían mucho, sobre todo cuando vio la cama llena de “cosas para no dormir”, como él las llamaba; cuando terminaron los preparativos los padres se fueron a dormir y Mauricio antes de acostarse le dice a su papá:



“Vas a ver que le voy a ganar el juego al señor sueño”.


al quedar la casa en silencio Mauricio comenzó a jugar y a los 15 minutos estaba dormido plácidamente con gran asombro de todos. El niño tomó esto como un juego y al otro día le contó a todos que el señor le había ganado esa noche, pero que él seguiría jugando hasta ganarle y poder pasar una noche sin dormir. Intentó mantenerse después dos o tres noches más sin conseguirlo. Los padres se mostraron asombrados por el cambio logrado y comentaban que habían probado todos los métodos que se les habían ocurrido, pero jamás pensaron en pedirle que no durmiera.



Como consecuencia lógica de esto se produjeron cambios de actitud del niño en la escuela, con sus compañeros y también cuanto a su rendimiento escolar. En entrevistas posteriores con los padres se hizo esclarecimiento de algunas conductas demasiado dependientes del niño y orientación con respecto a como ayudarlo a crecer y ser independiente. Se hizo control a los dos meses posteriores al tratamiento y nos dijeron que no había vuelto a presentar alteraciones del sueño. Esta historia es de un psicóloga de Mendoza que se llama Jovita Rivero de Carbone, colaboradora mía, que trabaja en Logoterapia. Esta historia con el título de “Maurice and Mr. Sleep” ha sido publicado en el "Foro Internacional de Psicoterapia." Es un ejemplo para que vean que también la logoterapia no solo se aplica a los adultos.


La Intención Paradójica es un método que da muy buenos resultados en términos por ejemplo de combatir el insomnio. Desmenucemos un poco para ver qué pasa con esto; porque puede parecerles a ustedes algo medio mágico, que no tiene efectividad o que no es científica. Lo que se trata de hacer es que la persona que ha desarrollado un insomnio, empiece, como ocurrió con Mauricio, a desarrollar temor y preocupación, se ocupa del tema de dormir antes de ir a dormir, se genera, entre el momento actual y eso que va a venir después, un campo tensional que se llama anticipación; en la situación de preocupación y de temor que se llama la “angustia expectante”, uno hace presente en el momento de ahora algo que teme que va a venir después, esto es típico de los alumnos cuando tienen que rendir un exámen y tienen miedo al exámen y miedo a lo que le va a preguntar el profesor y si tendrán la respuesta de lo que el profesor quieren que ellos les den, y así cuando quieren acordarse entran en un juego fantasioso, en el cual un exámen no se rinde una vez en la vida, lo rinden diez mil veces, todos los días y a cada rato, es la angustia expectante, la ansiedad anticipatoria.



LoLo típico que desarrolla el insomne es primero la ansiedad anticipatoria, “¿podré dormir esta noche”?; y segundo, aparte de esta angustia anticipatoria, del preguntarse por algo que se teme, se desarrolla una intención que no es una intención normal, es una intención aumentada en intensidad, que Frankl denomina “Hiperintención” el que tiene miedo a no dormir esta noche, aparte se dice a sí mismo,”yo voy a dormir, juro, a la fuerza”; claro, entonces pasa lo siguiente, háganse ustedes la representación mental, este buen señor va a la cama, se acuesta, se dispone a ese momento que tanto ha temido y que tanto ha imaginado y hace esto: se acuesta y cierra un ojo para, dormir, pero el otro ojo lo tiene abierto para ver a que hora se queda dormido, porque es algo que él ya lo desea tanto y pone tanto esfuerzo de que eso suceda como el quiere, que quiere controlar hasta el preciso momento en que pasa y se cumple su forzada intención, con lo que ustedes se dan cuenta inmediatamente, que por estar vigilado para ver si uno se duerme, “uno no se duerme jamás “.



Esto me hace recordar las técnicas sádicas que tenían los sargentos de la Legión Extranjera; ustedes saben que las granadas de, mano tienen una clavija que se saca para liberar una palanquita, que si se suelta a los 5 ó 10 segundos explota; entonces para evitar que los soldados de guardia se quedaran dormidos, los sargentos iban con cada soldado les daban una granada y le sacaban la clavija, o sea que el modo de que no explotara era tenerla bien sujeta toda la noche, pero si alguno llegaba a quedar dormido, como ocurrió más de una vez ya pueden imaginarse la proporción de dicha tragedia.



Esto es justamente lo que estoy tratando de hacerles ver; en el fondo este insomne que quiere con un ojo mirar a que hora se queda dormido y con el otro trata de dormir a la fuerza, le pasa exactamente igual a ese que permanece con la granada en la mano tratando de controlar de no dormirse porque si no le explota la granada. Esto así, de un modo que quiero hacerlo bastante gráfico, para que ustedes vean que hay un mecanismo, mecanismo entre comillas, básico para la neurosis fóbicas, para la neurosis obsesivo-compulsivas y para los patrones de neurosis sexual. Todas, sin excepción, tienen lo que Frankl llama un denominador común, que desata el cuadro patológico, es la “Angustia Expectante”, que también se conoce como la “Ansiedad Anticipatoria”.


Ahora les cuento lo que hizo un paciente que me vio por primera vez, y se autoadministró por primera vez en la historia de la psiquiatría, haciendo algo que se llama la “santé de a dos” (la salud de a dos). En la psiquiatría está siempre la locura de a dos, la locura inducida de uno a otro. Van a ver ustedes que este es el único caso en la historia de la salud de a dos. Así se expresa el paciente:


“Tomé conocimiento de la existencia de la Intención Paradójica durante la primera consulta con el Dr. Sardi, me despertó gran curiosidad y también un poco de gracia, pero apenas salí del consultorio tuve una breve disensión con mi esposa, comencé a poner en práctica esa divertida técnica. Desde hace 10 a 12 años vengo padeciendo una gastritis bastante refractaria de la ranitidina, que es un medicamento que se utiliza contra la acidez; cuando estaba con mi esposa comencé a pensar que tenía una hipersecreción de jugo gástrico tan grande, que este me salía por los oídos, nariz y boca, y al mismo tiempo pensaba que era tanto el jugo gástrico, que existía el peligro de que me digiriera; como todo esto resultaba un poco exagerado me asaltó la duda si podía engañarme a mi mismo, decidí entonces trasladar mi pensamiento a una botella de ácido clorhídrico fumante y decidí pensar solamente en ella, esa sería en adelante mi estómago, hasta pensé que podría producir ácido clorhídrico en gran cantidad; todo esto ocurría con la participación muy divertida de mi esposa; al día siguiente después de la consulta llegué a mi casa después de trabajar y encontré en la puerta un cartel muy prolijo escrito con letras de diario que decía: “vendo ácido clorhídrico en damajuanas de 20 litros,; al principio no me di cuenta de que se trataba, mi señora me dijo inmediatamente y al mismo tiempo que yo me daba cuenta que ella estaba haciendo un chiste, en ese momento me dí cuenta también de que la gastritis no me había molestado esa mañana y así continué durante 2 días mas, luego reapareció coincidiendo con algunos problemas que espero solucionar; y el otro síntoma que traté de hacer desaparecer con bastante más éxito fue la sensación de opresión del llamado “casco neurasténico”, sencillamente pensé que mi cabeza iba a estallar, o más bien a implorar por esa operación y ahora cuando veo que comienza a aparecer la molestia, me concentro en esa idea y el problema se resuelve de inmediato.

Cuando concurre un matrimonio con algún problema de impotencia, solemos darle la indicación de la Intención Paradójica de un modo subrepticio. Como el hombre se siente compelido, obligado a demostrar su masculinidad, es esa misma exigencia de forzamiento a tener un rendimiento lo que le impide el rendimiento normal; entonces les hacemos a la pareja la siguiente indicación:


“miren, mientras estamos haciendo los estudios y los análisis de sangre necesarios, ustedes tienen prohibido intentar tener relaciones sexuales, prohibido por el médico, así que no vayan a decir que intentan tener relaciones maritales.”


Generalmente lo que ocurre es que cuando esa pareja regresa alconsultorio a las dos o tres semanas, le dicen al médico que han fallado porque no han podido cumplir su indicación, porque tuvieron relaciones sexuales y piden disculpas; en tales casos,el médico se tiene que hacer todavía el disgustado diciéndoles


“¿pero cómo me han hecho eso?”,


aún cuando le complazca saber que el problema ya esta resuelto; o sea, que en la medida que el paciente queda liberado de ese forzamiento, de esa intención forzada, de esa hipertensión de querer dirigir la naturaleza con su voluntad, gracias a la indicación de la autoridad del médico, que le recomienda no intentar tener relaciones- mejora su situación; mientras que cada vez que la voluntad o la intención se dirige haciaalgo que es automático en la naturaleza, la perturba.



Para ilustrar esto se cita una alegoría en relación al ciempiés, a quien un sinvergüenza vino y le preguntó:



“Dígame señor ciempiés, cuando usted empieza a caminar cuál es la pata suya que mueve primero?”


Y el pobre ciempiés que nunca había pensado cuál de sus patas movía primero desde ese momento no pudo caminar más, por tratar de observar o ver cuando era la pata que movía primero”. Entonces la técnica de la Intención Paradójica, - y aquí viene lo que tuve que ir a estudiar del Dr. Frankl, a lo que él llama el “Cómico Pesimismo”, es la comicidad aplicada a verse uno a sí mismo pasándole la peor desgracia, o sea que cuando el orador dice ahora voy a parar y hacer un desastre, voy a dictar la peor conferencia que se pueda imaginar este público, resulta que la charla le sale muy bien, porque se ha desligado del resultado y se jugo a lo peor.


Esto se aplica mucho en la tartamudez, el tartamudo está pendiente de cómo va decir lo que va a decir, se desliga de lo que tiene que decir para atender a cómo lo va a decir y lo que le sucede al pobre tartamudo es tan contagioso que cuando estamos con uno de ellos que empieza a tartamudear, lo que habitualmente hacemos todos es tratar de completar la frase; uno entra en el juego del cómo lo está diciendo y se va cargando de una ansiedad terrible, y ya que se pueden imaginar que si esa angustia la tenemos nosotros, cómo será la del pobre tartamudo.



Se cuenta en la bibliografía de Frankl, que en una clase de escuela secundaria, como se hace en todas las escuelas, los alumnos iban a presentar a fin de año una obra teatral y en la clase había un muchacho que era tartamudo y la profesora trae un argumento de una obra teatral en la que uno de los personajes era un tartamudo, y entonces todos los muchachos dijeron:





“bueno el tartamudo ya lo tenemos”;



pero, ¿qué fue lo que ocurrió?, que cuando al tartamudo le dieron el texto para que hiciera de tartamudo, como él no era el que hablaba, al leer el texto le salía perfectamente bien y se tuvieron que buscar otro que hiciera de tartamudo. Y esta citado también en la bibliografía de Frankl el caso de un señor que el médico que lo entrevista decía que era el peor tartamudo que había visto en su vida, y le pregunta si alguna vez no tartamudeó y entonces el tartamudo le contestó que dejó de tartamudear alguna vez cuando él tenía doce años mientras jugaba con otros amigos en Europa, cuando existían esos coches de plaza, tipo carruajes para pasear alrededor de la plaza, con un cochero, con una capota, cuatro ruedas y un eje atrás, donde los muchachos solían correr y subirse a dicho eje y el cochero desde adelante con un látigo largo pegaba latigazos para que se bajaran; el cochero de dicho cuento se baja y corre a todos los amigos del tartamudo y sólo lo pesca a él, y el pobre tartamudo le cuenta a su médico que en esa crítica situación él pensó que el cochero le iba a pegar inclementemente y entonces rápidamente pensó que si el cochero descubría que el era tartamudo y fingía ser muy tartamudo, ese hombre le iba a dar lástima y no le pegaría, por eso ahí quiso forzar su tartamudez, la natural, la que ya tenía, y para su asombro fue la única oportunidad en la vida que hablo todo de corrido.



La Intención Paradójica tiene cierto tipo de riesgos. Sería un defecto técnico grave y de diagnóstico si les viene a ustedes un depresivo endógeno, un melancólico que tiene tendencia suicida y les dice: “Mire doctor tengo deseos de tirarme por la ventana”, y ustedes utilizando la Intención Paradójica que puede libremente tirarse por la ventana, seguramente va a ser la primera y última vez que van a aplicar dicha técnica. Hay que adquirir la capacidad de discriminar que en ciertos casos no es aconsejable la aplicación de la técnica, no es para cualquier cosa y en todo momento se debe tener esa precaución.


Estas técnicas tienen también aplicación en lo que se llaman las “obsesiones”. A diferencia de lo que pasa en las fobias donde el individuo huye de la angustia, el obsesivo es una persona que desarrolla el firme propósito – cuando aparezcan sus manías, que son actos rituales productos de una idea que aparece y empieza a obsesionar y que se hace repetitiva,- de que cuando aparezca esta idea u obsesión él le va a hacer frente, la va a resistir y la va a vencer, siendo ese el núcleo de la obsesividad. La angustia anticipatoria que le dice al obsesivo que va a aparecer esa manía o esa idea y él se propone firmemente en su voluntad a una hiperintención también de resistirla y derrotarla, luego lo que pasa es que mientras más firmemente se propone vencerlo más firmemente queda atrapado en la obsesividad; en estos casos es donde viene bien esta otra técnica del Dr. Frankl que se llama la “Derreflexión o Desreflexión”. La reflexión es el pensamiento, la conciencia se concentra alrededor de esta idea que justamente se llama así, idea fija, y entonces hay que conseguir que el pensamiento vaya hacia otra cosa, intentando desligarse, desprenderse de si esta idea fija aparece o no aparece y relegarla a una especie de importancia secundaria.

2

Un ejemplo, que entenderán mejor los que sean médicos, de la Derreflexión, es cuando el médico quiere conseguir en sus pacientes el reflejo rotuliano, que es un reflejo que se obtiene golpeando con un martillito en el tendón de la rodilla y cuando está bien hecho la pierna se mueve como cuando se da una patadita; todos los médicos saben que de repente le dicen al paciente cruce la pierna y el paciente empieza a mirar hacia abajo, entonces el médico se pone con un martillito a golpear repetidamente el tendón de la rodilla sin lograr que se presente el reflejo, porque el paciente está tan concentrado mirando hacia dicho sitio que el reflejo no se obtiene; entonces hay una maniobra que inventó un médico que se llama Jendrassik, la cual consiste en decirle al paciente cuando tiene fija su mirada en el tendón, que cruce las manos, que mire al techo, que cierre los ojos, y que trate de distender fuertemente las manos y mientras el paciente hace todo eso, el médico golpea el tendón con el martillo y el reflejo ocurre. Es el mejor ejemplo que veo de Derreflexión al conseguir distraer la atención de alguien, que la ponga en otro objeto de la intención y en otro objeto de la conciencia para conseguir restaurar un circuito neurológico, que lo que lo está perturbando es esa atención del paciente fijamente concentrada en lo que el médico está tratando de conseguir.


es fácil odiarse a sí mismo, todo el mundo puede odiarse fácilmente, lo verdaderamente difícil es reírse de uno mismo;


entonces esta capacidad de tomar distancia de uno mismo,- a veces creo que la palabra desapego es más útil que la de autodistanciamiento,-es todo lo que tenemos que hacer en términos de poder ver y visualizar nuestras propias cosas, nuestro propio ser, nuestra propia necedad. Fíjense que no hay persona que aguante mirarse al espejo cuando está llorando, porque en el momento que está llorando y se mira al espejo le produce una sensación harto desagradable, porque el hecho de contemplar, de mirar, de tratar de objetivizar las propias emociones, eso solo las modifica. Entonces nuestro propio estado neurótico donde estamos tan bien, tan orgullosamente instalados como neuróticos, en el momento en que nos miramos que tomamos distancia con gracias, con capacidad de humorismo, que tan frecuentemente despliega el Dr. Frankl, lo modificamos permanentemente. Esto es así porque no hay emoción, no hay sentimiento que aguante ser contemplado. William James, psicólogo norteamericano y pragmatista de fines del siglo pasado decía que


contemplar los propios sentimientos es como entrar a una habitación en donde no hay luz y prender un fósforo para tratar de ver la oscuridad.


En el momento en que miramos nuestra tristeza se disipa nuestra tristeza. En el momento en que empezamos a auto contemplarnos, que empieza la manía de la autobservación modificamos nuestros propios estados. Entonces esta capacidad de tomar distancia, de desarrollar todo lo de la Intención Paradójica es parte conclusiva, es parte integral de toda la metodología que usa la Logoterapia, pero no es la Logoterapia, porque ésta no se agota en sus técnicas. Siempre creemos que empezar a hacer técnicas nos convertimos en logoterapeutas. La Logoterapia es mucho más amplia que sus técnicas, es la única escuela de tipo existencial, pero de diagnóstico existencial, que ha desarrollado sus propias técnicas para ser aplicadas a los pacientes.


Y para terminar y en términos de lo que realmente es la Intención Paradójica y lo que son las paradojas vitales quiero concluir citando una frase en la cual ustedes verán que paradójicas se pueden tornar las relaciones entre la vida y la muerte y como esto expresado por Jorge Manrique, un señor que hace unas coplas muy famosas, las referidas a la muerte de su padre. En el año 1.440 formula una frase que quiero dejar a ustedes para que la reflexionen y que tuvo el honor de figurar en el escudo de armas de Don José Zorrilla de San Martín, en donde la paradoja nos sobrepasa en la medida en que nosotros podamos aplicarla, dice así



”Velar se debe la vida de tal suerte queviva quede en la muerte”